![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrZih916LyQ3gmjoNpS6pN1Zm2fHmLVfeTvHljSU4G_y_HV54-Ar3wyy_ke_D3YsjdD4VE2g2POXXNDp_2V1cqS9hyphenhyphenuXqy6VyNojb5Ds9JBJPGwlkYItYgCXXuHeGG6bxBkkiLaBWgN5_I/s400/2tes1.jpg)
Capítulo 1
En la Segunda Venida, el Señor Jesús castigará a los impíos.
1 Pablo, y Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo:
2 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
3 Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es justo, por cuanto vuestra fe va creciendo mucho, y abunda el amor de cada uno de vosotros hacia los demás;
4 tanto, que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis.
5 Esto es una demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis.
6 Porque es justo para Dios pagar con tribulación a los que os atribulan;
7 y a vosotros, que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles,
8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocen a Dios, ni obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesucristo;
9 los que serán castigados con eterna perdición, separados de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,
10 cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos, y para ser admirado en todos los que hayan creído (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros).
11 Por lo cual, asimismo oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga por dignos del llamamiento, y colme de bondad todo buen intento, y toda obra de fe con poder,
12 para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.
Capítulo 2
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh54B3kigC7rV32jyhJhpekk0MByPpJKEjLqABioyVWtrjSq1gha64JSIHR_QyfZex4uwhKz7DVKKv16E4m72akxPH6FxTy6Wb_Io5TyNS-tIUNx-Meb3j2mXpoZS7S7rDpEfJ2Lm6POzUs/s400/2tes2.jpg)
La apostasía precederá a la Segunda Venida — El Evangelio prepara a los hombres para la gloria eterna.
1 Pero os rogamos, hermanos, en cuanto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y a nuestro recogimiento con él,
2 que no cambiéis fácilmente vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca.
3 No os engañe nadie de ninguna manera, porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,
4 oponiéndose y levantándose contra todo lo que se llama Dios, o lo que se adora; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.
5 ¿No os acordáis de que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto?
6 Y ahora vosotros sabéis lo que impide que a su debido tiempo sea manifestado.
7 Porque ya está actuando el misterio de la iniquidad; solamente espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora lo impide;
8 y entonces se manifestará aquel inicuo, al que el Señor matará con el espíritu de su boca y destruirá con el resplandor de su venida;
9 a aquel inicuo, cuyo advenimiento es según la obra de Satanás, con todo poder, y señales, y prodigios mentirosos,
10 y con todo engaño de iniquidad para los que perecen, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
11 Por tanto, Dios les envía un poderoso engaño, para que crean en la mentira,
12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron en la verdad, sino que se complacieron en la iniquidad.
13 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios por vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y por la fe en la verdad;
14 para lo cual os llamó por medio de nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
15 Así que, hermanos, permaneced firmes y retened las enseñanzas que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.
16 Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios, nuestro Padre, quien nos amó, y nos dio consuelo eterno, y buena esperanza mediante la gracia,
17 consuele vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.
Capítulo 3
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhimBwjKkIFP6P_Fi_1Dbd4XDZB7pRRJG16ZcR0168_dd8gNk6ck01IXEit4ZyQNo0ukpyJXKhG7xrv24042C890JHtlZ5m1yJ_1E59X3SQ_GEb6CCvc6GIa9SzUEMAMH6dwd4OJu22Ek-x/s400/2tes3.jpg)
Orad por el triunfo de la causa del Evangelio — Pablo predica el Evangelio de trabajo — No os canséis de hacer el bien.
1 Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor avance y sea glorificada así como lo fue entre vosotros,
2 y para que seamos librados de hombres perversos y malos, porque no es de todos la fe.
3 Pero fiel es el Señor, que os fortalecerá y guardará del mal.
4 Y tenemos confianza en el Señor con respecto a vosotros, en que hacéis y haréis lo que os hemos mandado.
5 Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo.
6 Pero os mandamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no conforme a la enseñanza que recibieron de nosotros.
7 Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos, pues no anduvimos desordenadamente entre vosotros,
8 ni comimos de balde el pan de nadie; sino que trabajamos arduamente y con fatiga de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros;
9 no porque no tuviésemos autoridad, sino para daros en nosotros un ejemplo, a fin de que nos imitaseis.
10 Porque aun estando con vosotros, os mandábamos esto: Que si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma.
11 Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno.
12 Y a los tales les mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo que, trabajando con sosiego, coman su propio pan.
13 Pero vosotros, hermanos, no os canséis de hacer el bien.
14 Y si alguno no obedece nuestra palabra por carta, señaladle, y no os juntéis con él, para que se avergüence.
15 Pero no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano.
16 Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda circunstancia. El Señor sea con todos vosotros.
17 Esta salutación es de mi propia mano, de Pablo, que es el signo en toda carta mía; así escribo.
18 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
La segunda epístola a los tesalonicenses fue escrita desde Atenas.