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Deuteronomio..Capítulo 23
Moisés especifica quiénes pueden y quiénes no pueden entrar en la congregación — Explica las leyes concernientes a la higiene, a los siervos, a la usura y a los votos.
1No entrará en la congregación de Jehová el que tenga testículo dañado ni mutilado el miembro viril.
2No entrará bastardo en la congregación de Jehová; ni aun en la décima generación entrará en la congregación de Jehová.
3No entrará amonita ni moabita en la congregación de Jehová; aun hasta en la décima generación no entrarán jamás en la congregación de Jehová,
4por cuanto no os salieron a recibir con pan y agua al camino cuando salisteis de Egipto, y porque contrataron contra ti a Balaam hijo de Beor, de Petor de Mesopotamia, para que te maldijese.
5Mas no quiso Jehová tu Dios oír a Balaam; y Jehová tu Dios te convirtió la maldición en bendición, porque Jehová tu Dios te amaba.
6No procurarás la paz de ellos ni su bien en todos los días para siempre.
7No aborrecerás al edomita, porque es tu hermano; no aborrecerás al egipcio, porque extranjero fuiste en su tierra.
8Los hijos que nazcan de ellos, en la tercera generación entrarán en la congregación de Jehová.
9Cuando salgas a campaña contra tus enemigos, guárdate de toda cosa mala.
10Si hay en medio de ti alguno que no fuere limpio, por accidente de noche, saldrá fuera del campamento y no entrará en él.
11Y acontecerá que al declinar la tarde se lavará con agua, y cuando se haya puesto el sol, podrá entrar en el campamento.
12Y tendrás un lugar fuera del campamento y saldrás allá fuera;
13tendrás también una estaca entre tus armas; y cuando estés allí fuera, cavarás con ella, y luego al volverte cubrirás tu excremento.
14Porque Jehová tu Dios anda en medio de tu campamento, para librarte y para entregar a tus enemigos delante de ti; por tanto, tu campamento ha de ser santo, para que él no vea en ti cosa inmunda y se vuelva de en pos de ti.
15No entregarás a su señor el esclavo que huya de su amo y acuda a ti.
16Morará contigo, en medio de ti, en el lugar que escoja en alguna de tus ciudades, donde bien le parezca; no le oprimirás.
17No habrá ramera entre las hijas de Israel, ni habrá sodomita entre los hijos de Israel.
18No traerás la paga de una ramera ni el precio de un perro a la casa de Jehová tu Dios por ningún voto, porque abominación es a Jehová tu Dios tanto lo uno como lo otro.
19No cobrarás a tu hermano interés por el dinero, ni interés por la comida ni interés por cosa alguna por la que se suele cobrar interés.
20Al extraño cobrarás interés, mas a tu hermano no se lo cobrarás, para que te bendiga Jehová tu Dios en toda la obra de tus manos en la tierra a la cual vas a entrar para poseerla.
21Cuando hagas voto a Jehová tu Dios, no tardes en pagarlo, porque ciertamente te lo demandará Jehová tu Dios, y sería pecado en ti.
22Mas si te abstienes de prometer, no será pecado en ti.
23Guardarás y cumplirás lo que tus labios pronuncien, y harás tal como prometiste a Jehová tu Dios, cumpliendo la ofrenda voluntaria que hablaste por tu boca.
24Cuando entres en la viña de tu prójimo, podrás comer uvas hasta saciar tu deseo, mas no las pondrás en tu cesto.
25Cuando entres en la mies de tu prójimo, podrás arrancar espigas con tu mano, mas no aplicarás la hoz a la mies de tu prójimo.
Deuteronomio..Capítulo 24
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Se dan leyes concernientes al divorcio, a las personas recién casadas, al comercio de esclavos, a tomar prendas en garantía, a la lepra, a la opresión de los siervos y al dejar restos de las cosechas en el campo.
1Si alguno toma una mujer y se casa con ella, si no le agrada por haber hallado en ella alguna cosa reprochable, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en la mano y la despedirá de su casa.
2Y una vez que haya salido de su casa, podrá ir y casarse con otro hombre.
3Y si este último la aborrece y le escribe carta de divorcio, y se la entrega en la mano y la despide de su casa, o si muere el último hombre que la tomó para sí por esposa,
4no podrá su primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su esposa, después que fue amancillada, porque es abominación delante de Jehová, y no has de pervertir la tierra que Jehová tu Dios te da como heredad.
5Cuando alguno se haya casado recientemente, no saldrá a la guerra ni en ninguna cosa se le ocupará; libre estará en su casa durante un año para alegrar a la esposa que tomó.
6No tomarás en prenda la muela del molino, ni la de abajo ni la de arriba, porque sería tomar en prenda la vida del hombre.
7Cuando sea hallada una persona que haya raptado a alguno de sus hermanos de entre los hijos de Israel, y le haya tratado como esclavo o le haya vendido, tal ladrón morirá, y así quitarás el mal de en medio de ti.
8Guárdate de la plaga de la lepra, observando diligentemente y haciendo según todo lo que os enseñen los sacerdotes levitas; como les he mandado a ellos, así cuidaréis de hacer.
9Acuérdate de lo que hizo Jehová tu Dios a María en el camino, después que salisteis de Egipto.
10Cuando des a tu prójimo alguna cosa prestada, no entrarás en su casa para tomarle prenda.
11Te quedarás fuera, y el hombre a quien prestaste te sacará fuera la prenda.
12Y si el hombre es pobre, no te acostarás reteniendo aún su prenda.
13Sin falta le devolverás la prenda cuando el sol se ponga, para que duerma con su propia ropa y te bendiga; y te será contado por justicia delante de Jehová tu Dios.
14No oprimirás al jornalero pobre y menesteroso, ya sea de tus hermanos o de los extranjeros que están en tu tierra, en tus ciudades.
15En su día le darás su jornal, y no se pondrá el sol sin dárselo; pues es pobre, y con él sustenta su vida, para que no clame contra ti a Jehová, y sea en ti pecado.
16Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su propio pecado.
17No torcerás el derecho del extranjero ni del huérfano, ni tomarás en prenda la ropa de la viuda,
18sino acuérdate de que fuiste esclavo en Egipto y de que de allí te rescató Jehová tu Dios; por tanto, yo te mando que hagas esto.
19Cuando siegues tu mies en tu campo y olvides alguna gavilla en el campo, no vuelvas para tomarla; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda, para que te bendiga Jehová tu Dios en toda la obra de tus manos.
20Cuando sacudas tus olivos, no recorrerás las ramas que hayas dejado detrás de ti; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda.
21Cuando vendimies tu viña, no rebuscarás detrás de ti; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda.
22Y recordarás que fuiste esclavo en la tierra de Egipto; por tanto, yo te mando que hagas esto.
Deuteronomio..Capítulo 25
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Los jueces prescriben el castigo para los inicuos — Se expone la ley del matrimonio con respecto a la viuda de un hermano — Se requieren pesas y medidas justas — Se manda a Israel raer de debajo del cielo a los amalecitas.
1Si hay pleito entre algunos, y van a juicio y los juzgan los jueces, éstos absolverán al justo y condenarán al inicuo.
2Y acontecerá que si el delincuente merece ser azotado, entonces el juez lo hará tenderse en tierra y le hará azotar delante de él; según su delito será la cuenta.
3Se le podrán dar cuarenta azotes, no más; no sea que, si lo hieren con muchos más azotes que éstos, quede envilecido tu hermano delante de tus ojos.
4No pondrás bozal al buey cuando trille.
5Cuando habiten hermanos juntos, y muera alguno de ellos y no deje hijo, la esposa del muerto no se casará fuera con un hombre extraño; su cuñado se llegará a ella, y la tomará por esposa, y hará con ella parentesco.
6Y será que el primogénito que ella dé a luz llevará el nombre del hermano muerto, para que el nombre de éste no sea borrado de Israel.
7Y si el hombre no quiere tomar a su cuñada, irá entonces su cuñada a la puerta, a los ancianos, y dirá: Mi cuñado no quiere perpetuar el nombre de su hermano en Israel; no quiere emparentar conmigo.
8Entonces los ancianos de aquella ciudad lo harán venir y hablarán con él; y si él se levanta y dice: No quiero tomarla,
9se acercará entonces su cuñada a él delante de los ancianos, y le quitará el calzado de su pie, y le escupirá en el rostro, y hablará y dirá: Así será hecho al hombre que no edifica la casa de su hermano.
10Y su nombre será llamado en Israel: La casa del descalzado.
11Si algunos riñen el uno con el otro, y llega la esposa de uno para librar a su marido de manos del que le golpea, y extiende su mano y le agarra de sus partes vergonzosas,
12le cortarás entonces la mano; no la perdonará tu ojo.
13No tendrás en tu bolsa una pesa grande y otra pesa chica.
14No tendrás en tu casa un efa grande y otro efa pequeño.
15Una pesa exacta y justa tendrás; un efa cabal y justo tendrás, para que tus días sean prolongados sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.
16Porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que hace esto, y cualquiera que hace injusticia.
17Acuérdate de lo que te hizo Amalec en el camino, cuando salisteis de Egipto,
18de cómo te salió al camino y te desbarató la retaguardia de todos los débiles que iban detrás de ti, cuando tú estabas cansado y trabajado; y no temió a Dios.
19Acontecerá, pues, que cuando Jehová tu Dios te haya dado reposo de tus enemigos que te rodean, en la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad para que la poseas, borrarás la memoria de Amalec de debajo del cielo; no lo olvides.
Deuteronomio..Capítulo 26
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Los hijos de Israel ofrecerán a Jehová una canasta de las primicias de Canaán — Se les manda guardar la ley del diezmo — Israel hace convenio de guardar los mandamientos y Jehová promete hacer de ellos un pueblo santo y una gran nación.
1 Y acontecerá que cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad, y la tomes en posesión y habites en ella,
2entonces tomarás de las primicias de todos los frutos de la tierra que saques de la tierra que Jehová tu Dios te da, y las pondrás en una canasta e irás al lugar que Jehová tu Dios escoja para hacer habitar allí su nombre.
3E irás al sacerdote que haya en aquellos días y le dirás: Declaro hoy a Jehová tu Dios que he entrado en la tierra que juró Jehová a nuestros padres que nos daría.
4Y el sacerdote tomará la canasta de tu mano y la pondrá delante del altar de Jehová tu Dios.
5Entonces hablarás y dirás delante de Jehová tu Dios: Un arameo a punto de perecer fue mi padre, el cual descendió a Egipto y habitó allá con pocos hombres, y allí llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa.
6Y los egipcios nos maltrataron, y nos afligieron y pusieron sobre nosotros dura servidumbre.
7Y clamamos a Jehová, el Dios de nuestros padres, y oyó Jehová nuestra voz, y vio nuestra aflicción, y nuestro trabajo y nuestra opresión;
8y Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte, y con brazo extendido, y con gran espanto, y con señales y con milagros;
9y nos trajo a este lugar y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel.
10Y ahora, he aquí, he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Y las dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios.
11Y te alegrarás en todo el bien que Jehová tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, tú y el levita y el extranjero que está en medio de ti.
12Cuando hayas acabado de separar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, para que coman en tus ciudades y se sacien.
13Y dirás delante de Jehová tu Dios: Yo he sacado lo consagrado de mi casa, y también lo he dado al levita, y al extranjero, y al huérfano y a la viuda, conforme a todos tus mandamientos que me has mandado; no he transgredido tus mandamientos ni me he olvidado de ellos.
14No he comido de ello en mi luto, ni he sacado de ello estando impuro, ni de ello he ofrecido a los muertos; he obedecido la voz de Jehová mi Dios, y he hecho conforme a todo lo que me has mandado.
15Mira desde tu santa morada, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel y a la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel.
16Jehová tu Dios te manda hoy que cumplas estos estatutos y decretos; cuida, pues, de ponerlos por obra con todo tu corazón y con toda tu alma.
17Has declarado hoy que Jehová es tu Dios, y que andarás en sus caminos, y que guardarás sus estatutos y sus mandamientos y sus decretos, y que escucharás su voz.
18Y Jehová te ha declarado hoy que tú eres su pueblo singular, como él te lo ha dicho, y para que guardes todos sus mandamientos,
19y para ponerte en alto sobre todas las naciones que hizo, para loor, y fama y gloria, y para que seas pueblo santo a Jehová tu Dios, como él ha dicho.