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Jacob bendice a sus hijos y a su descendencia — Rubén, Simeón y Leví son castigados — Judá legislará hasta que Siloh (Cristo) venga — José es una rama fructífera junto a una fuente — Sus vástagos (los nefitas y los lamanitas) han de extenderse sobre el muro — El Pastor y Roca de Israel (Cristo) bendecirá a José temporal y espiritualmente — Jacob desea ser sepultado con sus padres en Canaán — Jacob expira y es reunido con sus padres.
1 Y llamó Jacob a sus hijos y dijo: Reuníos y os declararé lo que os ha de acontecer en los postreros días.
2
Juntaos y oíd, hijos de Jacob,
y escuchad a vuestro padre Israel.
3
Rubén, tú eres mi primogénito,
mi fortaleza y el principio de mi vigor;
principal en dignidad, principal en poder.
4
Impetuoso como las aguas, no serás el principal,
por cuanto subiste al lecho de tu padre;
entonces te envileciste, subiendo a mi lecho.
5
Simeón y Leví son hermanos;
instrumentos de violencia son sus armas.
6
En su consejo no entre mi alma,
ni mi honra se junte en su compañía,
porque en su furor mataron hombres
y en su temeridad desjarretaron toros.
7
Maldito su furor, que fue fiero;
y su ira, que fue dura.
Yo los apartaré en Jacob,
y los esparciré en Israel.
8
Judá, te alabarán tus hermanos;
tu mano estará en la cerviz de tus enemigos;
los hijos de tu padre se inclinarán ante ti.
9
Cachorro de león es Judá;
de la presa subiste, hijo mío.
Se encorvó, se echó como león,
así como león viejo; ¿quién lo despertará?
10
No será quitado el cetro de Judá,
ni el legislador de entre sus pies,
hasta que venga Siloh;
y a él se congregarán los pueblos.
11
Atando a la vid su pollino
y a la cepa el hijo de su asna,
lavó en el vino su vestido
y en la sangre de uvas su manto.
12
Sus ojos son más oscuros que el vino,
y sus dientes más blancos que la leche.
13
Zabulón en puertos de mar habitará,
y será para puerto de naves;
y su frontera hasta Sidón.
14
Isacar, asno fuerte
echado entre dos alforjas.
15
Y vio que el descanso era bueno
y que la tierra era deleitosa;
y bajó su hombro para llevar
y sirvió en tributo.
16
Dan juzgará a su pueblo
como una de las tribus de Israel.
17
Será Dan serpiente junto al camino,
víbora junto a la senda,
que muerde los talones de los caballos
y hace caer hacia atrás al jinete.
18
Tu salvación he esperado, oh Jehová.
19
Gad, ejército lo acometerá;
mas él acometerá al final.
20
El pan de Aser será sustancioso,
y él dará deleites de rey.
21
Neftalí, cierva suelta
que dirá palabras hermosas.
22
Rama fructífera es José,
rama fructífera junto a una fuente,
cuyos vástagos se extienden sobre el muro.
23
Y le causaron amargura,
y le asaetearon,
y le aborrecieron los arqueros;
24
mas su arco se mantuvo firme,
y los brazos de sus manos se fortalecieron
por las manos del Fuerte de Jacob
(de allí es el Pastor, la Roca de Israel),
25
por el Dios de tu padre, el que te ayudará,
y por el Omnipotente, el que te bendecirá
con bendiciones de los cielos de arriba,
con bendiciones del abismo que está abajo,
con bendiciones de los pechos y de la matriz.
26
Las bendiciones de tu padre
fueron mayores que las bendiciones de mis progenitores;
hasta el término de los collados eternos
serán sobre la cabeza de José,
y sobre la coronilla del consagrado de entre sus hermanos.
27
Benjamín es lobo rapaz;
a la mañana comerá la presa
y a la tarde repartirá los despojos.
28 Todas éstas son las doce tribus de Israel, y esto fue lo que su padre les dijo cuando los bendijo; a cada uno por su bendición los bendijo.
29 Les mandó luego y les dijo: Yo voy a ser reunido con mi pueblo; sepultadme con mis padres en la cueva que está en el campo de Efrón, el heteo,
30 en la cueva que está en el campo de Macpela, que está delante de Mamre en la tierra de Canaán, la cual compró Abraham con el mismo campo de Efrón, el heteo, para heredad de sepultura.
31 Allí sepultaron a Abraham y a Sara, su esposa; allí sepultaron a Isaac y a Rebeca, su esposa; allí también sepulté yo a Lea.
32 El campo y la cueva que está en él fueron comprados a los hijos de Het.
33 Y cuando acabó Jacob de dar mandamientos a sus hijos, encogió sus pies en la cama y expiró, y fue reunido con su pueblo.
Capítulo 50
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El cuerpo de Jacob es embalsamado — José lo sepulta en Canaán — José consuela a sus hermanos — Los hijos de Israel se multiplican — José promete que Dios sacará a Israel de Egipto y lo llevará a Canaán — José muere en Egipto y es embalsamado.
1 Entonces se echó José sobre el rostro de su padre, y lloró sobre él y lo besó.
2 Y mandó José a sus siervos los médicos que embalsamasen a su padre; y los médicos embalsamaron a Israel.
3 Y se le cumplieron cuarenta días, porque así se cumplían los días de los que eran embalsamados, y lo lloraron los egipcios setenta días.
4 Y pasados los días de su duelo, habló José a los de la casa de Faraón, diciendo: Si he hallado ahora gracia ante vuestros ojos, os ruego que habléis a oídos de Faraón, diciendo:
5 Mi padre me hizo jurar, diciendo: He aquí, yo muero; en el sepulcro que yo cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepultarás; ruego, pues, que me permitas ir allá ahora y sepultar a mi padre, y entonces volveré.
6 Y Faraón dijo: Ve y sepulta a tu padre, como él te hizo jurar.
7 Entonces José subió a sepultar a su padre; y subieron con él todos los siervos de Faraón, los ancianos de su casa y todos los ancianos de la tierra de Egipto.
8 Y toda la casa de José, y sus hermanos y la casa de su padre; solamente dejaron en la tierra de Gosén a sus niños, y sus ovejas y sus vacas.
9 Y subieron también con él carros y gente de a caballo, y se hizo un cortejo muy grande.
10 Y llegaron hasta la era de Atad, que está al otro lado del Jordán, y endecharon allí con grande y muy triste lamentación; y José hizo duelo por su padre durante siete días.
11 Y viendo los moradores de la tierra, los cananeos, el duelo en la era de Atad, dijeron: Duelo grande es éste de los egipcios; por eso fue llamado su nombre Abel-mizraim, que está al otro lado del Jordán.
12 Hicieron, pues, sus hijos con él según les había mandado;
13 pues lo llevaron sus hijos a la tierra de Canaán y lo sepultaron en la cueva del campo de Macpela, la que había comprado Abraham, con el mismo campo, para heredad de sepultura, a Efrón, el heteo, delante de Mamre.
14 Y volvió José a Egipto, él y sus hermanos y todos los que subieron con él a sepultar a su padre, después que lo hubo sepultado.
15 Y viendo los hermanos de José que su padre había muerto, dijeron: Quizá nos aborrezca José y nos dé el pago de todo el mal que le hicimos.
16 Y enviaron a decir a José: Tu padre mandó antes de su muerte, diciendo:
17 Así diréis a José: Te ruego que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque te trataron mal; por tanto, ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban.
18 Y vinieron también sus hermanos, y se postraron delante de él y dijeron: Aquí nos tienes por siervos tuyos.
19 Y les respondió José: No temáis, ¿acaso estoy yo en lugar de Dios?
20 Vosotros pensasteis hacerme mal, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener con vida a un pueblo numeroso.
21 Ahora, pues, no tengáis miedo; yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos. Así los consoló y les habló al corazón.
22 Y moró José en Egipto, él y la casa de su padre; y vivió José ciento diez años.
23 Y vio José los hijos de Efraín hasta la tercera generación; también los hijos de Maquir, hijo de Manasés, fueron criados sobre las rodillas de José.
24 Y José dijo a sus hermanos: Yo voy a morir; mas Dios ciertamente os visitará y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob.
25 Y José hizo jurar a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis llevar de aquí mis huesos.
26 Y murió José a la edad de ciento diez años; y lo embalsamaron, y fue puesto en un ataúd en Egipto.
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