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sábado, 21 de enero de 2012

Lectura Hablada de La Santa Biblia R-V 2009 SUD: Dia 22 Éxodo 14-15


Capítulo 14
Israel sale de Egipto — Israel cruza el Mar Rojo sobre tierra seca — Jehová derrota a los egipcios en medio del mar.

1 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:

2 Di a los hijos de Israel que den la vuelta y acampen delante de Pi-hahirot, entre Migdol y el mar, delante de Baal-zefón; delante de ese lugar acamparéis, junto al mar.

3 Porque Faraón dirá de los hijos de Israel: Encerrados están en la tierra; el desierto los ha encerrado.

4 Y yo endureceré el corazón de Faraón para que los siga; y seré glorificado en Faraón y en todo su ejército; y sabrán los egipcios que yo soy Jehová. Y ellos lo hicieron así.

5 Y fue dado aviso al rey de Egipto que el pueblo huía; y el corazón de Faraón y de sus siervos se volvió contra el pueblo y dijeron: ¿Cómo hemos hecho esto de haber dejado ir a Israel, y que no nos sirvan?

6 Y unció su carro y tomó consigo a su gente;

7 y tomó seiscientos carros escogidos y todos los carros de Egipto, y los capitanes sobre ellos.

8 Y endureció Jehová el corazón de Faraón, rey de Egipto, y éste siguió a los hijos de Israel; pero los hijos de Israel habían salido con mano poderosa.

9 Siguiéndolos, pues, los egipcios, con toda la caballería y carros de Faraón, su gente de a caballo y todo su ejército, los alcanzaron acampados junto al mar, al lado de Pi-hahirot, delante de Baal-zefón.

10 Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos, por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera y clamaron a Jehová.

11 Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto?

12 ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos hubiera sido servir a los egipcios que morir nosotros en el desierto.

13 Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros, porque a los egipcios que hoy habéis visto, nunca más volveréis a verlos.

14 Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis quietos.

15 Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que se pongan en marcha.

16 Y tú, alza tu vara y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo; y pasen los hijos de Israel por en medio del mar, sobre tierra seca.

17 Y yo, he aquí yo endureceré el corazón de los egipcios, para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, y en sus carros y en su caballería.

18 Y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando me glorifique en Faraón, en sus carros y en su gente de a caballo.

19 Y el ángel de Dios, que iba delante del campamento de Israel, se apartó e iba en pos de ellos; y asimismo la columna de nube que iba delante de ellos se apartó y se puso a sus espaldas,

20 e iba entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel; y era nube y tinieblas para aquéllos, y alumbraba a Israel de noche, y en toda aquella noche nunca se acercaron los unos a los otros.

21 Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por medio de un recio viento oriental toda aquella noche; y secó el mar por en medio y las aguas quedaron divididas.

22 Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda.

23 Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos hasta en medio del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de a caballo.

24 Y aconteció que, a la vigilia de la mañana, Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión en el campamento de los egipcios.

25 Y les quitó las ruedas de sus carros, y avanzaron pesadamente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios.

26 Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas se vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros y sobre su caballería.

27 Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía el mar se volvió en su fuerza; y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová derribó a los egipcios en medio del mar.

28 Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno.

29 Y los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su izquierda.

30 Así salvó Jehová aquel día a Israel de manos de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar.

31 Y vio Israel aquel gran hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron en Jehová y en Moisés, su siervo.

Capítulo 15

Israel canta el cántico de Moisés — Israel enaltece a Jehová como varón de guerra y se regocija en su liberación de Egipto — Las aguas de Mara son sanadas — Jehová promete librar a Israel de las enfermedades de Egipto.

1 Entonces cantaron Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová y dijeron:

Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente;
ha echado en el mar al caballo y al jinete.

2

Jehová es mi fortaleza y mi cántico,
y ha sido mi salvación;
éste es mi Dios, y a él alabaré;
Dios de mi padre, y a él ensalzaré.

3

Jehová es varón de guerra;
Jehová es su nombre.

4

Los carros de Faraón y su ejército echó al mar;
y sus capitanes escogidos fueron hundidos en el Mar Rojo.

5

Los abismos los cubrieron;
como piedra descendieron a las profundidades.

6

Tu diestra, oh Jehová, ha sido magnificada en fortaleza;
tu diestra, oh Jehová, ha destrozado al enemigo.

7

Y con la grandeza de tu poder has derribado a los que se levantaron contra ti;
enviaste tu furor; los consumió como a rastrojo.

8

Al soplo de tu nariz se amontonaron las aguas;
se juntaron las corrientes como en un montón;
los abismos se cuajaron en medio del mar.

9

El enemigo dijo:
Perseguiré, apresaré, repartiré los despojos;
mi alma se saciará de ellos;
sacaré mi espada, los destruirá mi mano.

10

Soplaste con tu viento, los cubrió el mar;
se hundieron como plomo en las impetuosas aguas.

11

¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses?
¿Quién como tú, magnífico en santidad,
temible en loores, hacedor de maravillas?

12

Extendiste tu diestra;
la tierra los tragó.

13

Condujiste en tu misericordia a este pueblo, al cual has redimido;
lo llevaste con tu fortaleza a tu santa morada.

14

Lo oirán los pueblos y temblarán;
la angustia se apoderará de los moradores de Filistea.

15

Entonces los jefes de Edom se turbarán;
a los caudillos de Moab les sobrecogerá el temblor;
se abatirán todos los moradores de Canaán.

16

Caiga sobre ellos terror y espanto;
ante la grandeza de tu brazo enmudezcan como una piedra;
hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehová,
hasta que haya pasado este pueblo que tú rescataste.

17

Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad,
en el lugar de tu morada, que tú has preparado, oh Jehová;
en el santuario del Señor, que han afirmado tus manos.

18

Jehová reinará por los siglos de los siglos.

19 Porque Faraón entró cabalgando con sus carros y su gente de a caballo en el mar, y Jehová hizo volver las aguas del mar sobre ellos; mas los hijos de Israel cruzaron en seco por en medio del mar.

20 Y María, la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron detrás de ella con panderos y danzas;

21 y María les respondía:

Cantad a Jehová, porque en extremo se ha engrandecido;
ha echado al mar al caballo y al jinete.

22 E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo; y salieron al desierto de Shur y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua.

23 Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara.

24 Entonces el pueblo murmuró contra Moisés y dijo: ¿Qué hemos de beber?

25 Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y cuando lo echó a las aguas, las aguas se endulzaron. Allí él les dio un estatuto y un decreto, y allí los puso a prueba;

26 y dijo: Si escuchas atentamente la voz de Jehová tu Dios, y haces lo recto delante de sus ojos, y das oído a sus mandamientos y guardas todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti, porque yo soy Jehová, tu Sanador.

27 Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de agua y setenta palmeras; y acamparon allí junto a las aguas.


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