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Deuteronomio..Capítulo 20
Se revelan las leyes para la selección de soldados y para hacer la guerra — Los heteos, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos serán destruidos completamente.
1Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos y veas caballos y carros, y un pueblo más numeroso que tú, no tengas temor de ellos, porque Jehová tu Dios está contigo, quien te sacó de la tierra de Egipto.
2Y acontecerá que cuando estéis a punto de combatir, se acercará el sacerdote, y hablará al pueblo
3y les dirá: Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón; no temáis, ni os azoréis ni tampoco os atemoricéis delante de ellos,
4porque Jehová vuestro Dios va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, a fin de salvaros.
5Y los oficiales hablarán al pueblo, diciendo: ¿Quién ha edificado casa nueva y no la ha estrenado? Vaya y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla y algún otro la estrene.
6¿Y quién ha plantado una viña y no ha disfrutado de ella? Vaya y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla y algún otro la disfrute.
7¿Y quién se ha desposado con una mujer y no la ha tomado? Vaya y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla y algún otro la tome.
8Y volverán los oficiales a hablar al pueblo y dirán: ¿Quién es hombre medroso y de corazón apocado? Vaya y vuélvase a su casa, para que no apoque el corazón de sus hermanos, como el corazón suyo.
9Y acontecerá que cuando los oficiales terminen de hablar al pueblo, entonces nombrarán capitanes de los ejércitos para estar a la cabeza del pueblo.
10Cuando te acerques a una ciudad para combatir contra ella, primero le propondrás la paz.
11Y sucederá que si te responde: Paz, y te abre sus puertas, todo el pueblo que en ella se encuentre te será tributario y te servirá.
12Mas si no hace la paz contigo, sino que emprende la guerra contra ti, entonces la sitiarás.
13Y cuando Jehová tu Dios la entregue en tus manos, herirás a todo hombre suyo a filo de espada.
14Solamente las mujeres, y los niños, y los animales y todo lo que haya en la ciudad, todos sus despojos, tomarás para ti; y comerás del despojo de tus enemigos, los cuales Jehová tu Dios te entregó.
15Así harás a todas las ciudades que estén muy lejos de ti, que no sean de las ciudades de estas naciones.
16Pero de las ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida,
17sino que los destruirás completamente: al heteo, y al amorreo, y al cananeo, y al ferezeo, y al heveo y al jebuseo, como Jehová tu Dios te ha mandado,
18para que no os enseñen a hacer según todas sus abominaciones que ellos hacen a sus dioses, y así pequéis contra Jehová vuestro Dios.
19Cuando sities alguna ciudad, peleando contra ella muchos días para tomarla, no destruirás sus árboles metiendo en hacha ellos, porque de ellos comerás; y no los talarás, porque el árbol del campo no es hombre para venir contra ti en el sitio.
20Mas el árbol que sepas que no es árbol frutal, podrás destruirlo y talarlo, para construir obras de asedio contra la ciudad que te hace la guerra, hasta sojuzgarla.
Deuteronomio..Capítulo 21
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La manera de absolver la culpa con respecto a los asesinatos cuyo autor se desconozca — Debe haber equidad en el trato para con las esposas e hijos — Los hijos contumaces y rebeldes han de morir.
1 Si en la tierra que Jehová tu Dios te da para que la poseas es hallado algún muerto, tendido en el campo, y no se sabe quién lo mató,
2entonces tus ancianos y tus jueces saldrán y medirán la distancia hasta las ciudades que están alrededor del muerto.
3Y acontecerá que los ancianos de aquella ciudad, de la ciudad más cercana al muerto, tomarán de la vacada una becerra que no haya trabajado y que no haya llevado yugo;
4y los ancianos de aquella ciudad llevarán la becerra a Deuteronomio..Capítulo 23
Moisés especifica quiénes pueden y quiénes no pueden entrar en la congregación — Explica las leyes concernientes a la higiene, a los siervos, a la usura y a los votos.
1No entrará en la congregación de Jehová el que tenga testículo dañado ni mutilado el miembro viril.
2No entrará bastardo en la congregación de Jehová; ni aun en la décima generación entrará en la congregación de Jehová.
3No entrará amonita ni moabita en la congregación de Jehová; aun hasta en la décima generación no entrarán jamás en la congregación de Jehová,
4por cuanto no os salieron a recibir con pan y agua al camino cuando salisteis de Egipto, y porque contrataron contra ti a Balaam hijo de Beor, de Petor de Mesopotamia, para que te maldijese.
5Mas no quiso Jehová tu Dios oír a Balaam; y Jehová tu Dios te convirtió la maldición en bendición, porque Jehová tu Dios te amaba.
6No procurarás la paz de ellos ni su bien en todos los días para siempre.
7No aborrecerás al edomita, porque es tu hermano; no aborrecerás al egipcio, porque extranjero fuiste en su tierra.
8Los hijos que nazcan de ellos, en la tercera generación entrarán en la congregación de Jehová.
9Cuando salgas a campaña contra tus enemigos, guárdate de toda cosa mala.
10Si hay en medio de ti alguno que no fuere limpio, por accidente de noche, saldrá fuera del campamento y no entrará en él.
11Y acontecerá que al declinar la tarde se lavará con agua, y cuando se haya puesto el sol, podrá entrar en el campamento.
12Y tendrás un lugar fuera del campamento y saldrás allá fuera;
13tendrás también una estaca entre tus armas; y cuando estés allí fuera, cavarás con ella, y luego al volverte cubrirás tu excremento.
14Porque Jehová tu Dios anda en medio de tu campamento, para librarte y para entregar a tus enemigos delante de ti; por tanto, tu campamento ha de ser santo, para que él no vea en ti cosa inmunda y se vuelva de en pos de ti.
15No entregarás a su señor el esclavo que huya de su amo y acuda a ti.
16Morará contigo, en medio de ti, en el lugar que escoja en alguna de tus ciudades, donde bien le parezca; no le oprimirás.
17No habrá ramera entre las hijas de Israel, ni habrá sodomita entre los hijos de Israel.
18No traerás la paga de una ramera ni el precio de un perro a la casa de Jehová tu Dios por ningún voto, porque abominación es a Jehová tu Dios tanto lo uno como lo otro.
19No cobrarás a tu hermano interés por el dinero, ni interés por la comida ni interés por cosa alguna por la que se suele cobrar interés.
20Al extraño cobrarás interés, mas a tu hermano no se lo cobrarás, para que te bendiga Jehová tu Dios en toda la obra de tus manos en la tierra a la cual vas a entrar para poseerla.
21Cuando hagas voto a Jehová tu Dios, no tardes en pagarlo, porque ciertamente te lo demandará Jehová tu Dios, y sería pecado en ti.
22Mas si te abstienes de prometer, no será pecado en ti.
23Guardarás y cumplirás lo que tus labios pronuncien, y harás tal como prometiste a Jehová tu Dios, cumpliendo la ofrenda voluntaria que hablaste por tu boca.
24Cuando entres en la viña de tu prójimo, podrás comer uvas hasta saciar tu deseo, mas no las pondrás en tu cesto.
25Cuando entres en la mies de tu prójimo, podrás arrancar espigas con tu mano, mas no aplicarás la hoz a la mies de tu prójimo.
un valle escabroso, que nunca haya sido arado ni sembrado, y desnucarán la becerra allí en el valle.
5Entonces vendrán los sacerdotes hijos de Leví, porque a ellos los escogió Jehová tu Dios para que le sirvan y para bendecir en el nombre de Jehová; y por la palabra de ellos se determinará todo pleito y toda ofensa.
6Y todos los ancianos de la ciudad más cercana al muerto lavarán sus manos sobre la becerra que fue desnucada en el valle.
7Y declararán y dirán: Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos lo han visto.
8Perdona a tu pueblo Israel, al cual redimiste, oh Jehová; y no culpes de sangre inocente a tu pueblo Israel. Y esa sangre les será perdonada.
9Y tú quitarás la culpa de la sangre inocente de en medio de ti cuando hagas lo que es recto a los ojos de Jehová.
10Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, y Jehová tu Dios los entregue en tus manos, y tomes de ellos cautivos,
11y veas entre los cautivos alguna mujer hermosa, y la desees y la quieras tomar para ti por esposa,
12la llevarás a tu casa; y ella se rapará la cabeza, y se cortará las uñas,
13y se quitará el vestido de su cautiverio, y se quedará en tu casa y llorará a su padre y a su madre durante un mes. Y después podrás llegarte a ella, y tú serás su marido, y ella será tu esposa.
14Y sucederá que si no te agrada, la dejarás en libertad; y no la venderás por dinero ni la maltratarás, por cuanto la humillaste.
15Si un hombre tiene dos esposas, una amada y la otra menospreciada, y si tanto la amada como la menospreciada le han dado hijos, y si el hijo primogénito es de la menospreciada,
16acontecerá que el día en que haga heredar a sus hijos lo que tenga, no podrá dar el derecho de primogenitura al hijo de la amada con preferencia al hijo de la menospreciada, que es el primogénito;
17mas al hijo de la menospreciada reconocerá como primogénito, para darle una doble porción de todo lo que tenga, porque él es el principio de su vigor, y el derecho de la primogenitura es suyo.
18Si alguno tiene un hijo contumaz y rebelde que no obedece la voz de su padre ni la voz de su madre, y que, habiéndolo castigado, no les obedece,
19entonces lo tomarán su padre y su madre y lo llevarán ante los ancianos de su ciudad, a la puerta del lugar donde viva,
20y dirán a los ancianos de la ciudad: Este hijo nuestro es contumaz y rebelde; no obedece nuestra voz; es glotón y borracho.
21Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá y temerá.
22Si alguien ha cometido pecado digno de muerte, por lo que se le ha dado muerte, y le has colgado de un árbol,
23no dejarás su cuerpo durante la noche en el árbol; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldición de Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.
Deuteronomio..Capítulo 22
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Moisés expone las leyes tocantes a los bienes perdidos, al uso de ropa apropiada, al cuidado de los intereses de los demás, al casamiento con vírgenes y a la inmoralidad sexual.
1Si ves extraviado el buey o el cordero de tu hermano, no te desentenderás de ellos; sin falta los devolverás a tu hermano.
2Y si tu hermano no es tu vecino, o no le conoces, entonces lo recogerás en tu casa, y estará contigo hasta que tu hermano lo busque, y se lo devolverás.
3Y así harás con su asno, así harás también con su vestido, y lo mismo harás con toda cosa perdida que tu hermano haya perdido y que tú halles; no podrás desentenderte de ello.
4Si ves el asno de tu hermano, o su buey, caído en el camino, no te desentenderás de ellos; le ayudarás a levantarlos.
5No vestirá la mujer ropa de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer, porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que hace esto.
6Si encuentras en el camino algún nido de ave en cualquier árbol, o sobre la tierra, con polluelos o huevos, y está la madre echada sobre los polluelos o sobre los huevos, no tomarás la madre con los hijos.
7Dejarás ir a la madre y tomarás los polluelos para ti, para que te vaya bien y prolongues tus días.
8Cuando edifiques casa nueva, harás pretil a tu terrado, para que no traigas la culpa de la sangre sobre tu casa, si de él cayere alguien.
9No sembrarás tu viña con semillas diversas, no sea que se corrompan la plenitud de la semilla que sembraste y el fruto de la viña.
10No ararás con buey y con asno juntamente.
11No vestirás ropa de tejido mezclado de lana y lino.
12Te harás flecos en las cuatro puntas del manto con que te cubras.
13Si alguno toma esposa y después de haberse llegado a ella la desprecia,
14y le atribuye faltas, y difunde acerca de ella mala fama y dice: A ésta tomé por esposa, y me llegué a ella y no la hallé virgen;
15entonces el padre de la joven y su madre tomarán las señales de la virginidad de la doncella y las llevarán a los ancianos de la ciudad, a la puerta.
16Y dirá el padre de la joven a los ancianos: Yo di mi hija a este hombre por esposa, y él la desprecia;
17y, he aquí, él le atribuye faltas, diciendo: No he hallado virgen a tu hija. Pero, he aquí las señales de la virginidad de mi hija. Y extenderán la sábana delante de los ancianos de la ciudad.
18Entonces los ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán,
19y le multarán con cien piezas de plata, las cuales darán al padre de la joven, por cuanto difundió mala fama sobre una virgen de Israel; y la tendrá por esposa y no podrá despedirla en todos sus días.
20Mas si el asunto resulta ser verdad, que no se ha hallado virginidad en la joven,
21entonces la sacarán a la puerta de la casa de su padre y la apedrearán los hombres de su ciudad, y morirá, por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en casa de su padre. Así quitarás el mal de en medio de ti.
22Si se sorprende a alguno acostado con una mujer casada con marido, ambos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer. Así quitarás el mal de Israel.
23Si hay una joven virgen desposada con alguno, y otro la halla en la ciudad y se acuesta con ella,
24entonces los sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad y los apedrearéis, y morirán: la joven, porque no dio voces en la ciudad, y el hombre, porque humilló a la desposada de su prójimo. Así quitarás el mal de en medio de ti.
25Pero si un hombre halla en el campo a una joven desposada, y él la fuerza y se acuesta con ella, morirá sólo el hombre que se acostó con ella,
26pero a la joven no le harás nada; no hay en la joven culpa de muerte, porque como cuando un hombre se levanta contra su prójimo y le quita la vida, así es esto.
27Porque él la halló en el campo; dio voces la joven desposada y no hubo quien la socorriese.
28Si alguno halla a una joven virgen que no esté desposada, y la toma y se acuesta con ella, y son descubiertos,
29entonces el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata, y ella será su esposa, por cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos sus días.
30Ningún hombre tomará la esposa de su padre, ni descubrirá el borde del manto de su padre.
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