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jueves, 23 de agosto de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 191: Salmos 129-138

Salmo 129

Jehová es justo — Sean avergonzados los que aborrecen a Sión.
Cántico de ascenso gradual.

1
Mucho me han angustiado desde mi juventud,
diga ahora Israel;

2
mucho me han angustiado desde mi juventud,
mas no prevalecieron contra mí.

3
Sobre mis espaldas araron los aradores;
hicieron largos surcos.

4
Jehová es justo;
cortó las cuerdas de los malvados.

5
Sean avergonzados y vueltos atrás
todos los que aborrecen a Sión.

6
Sean como la hierba de los tejados,
que se seca antes de crecer,

7
de la cual no llena el segador su mano
ni sus brazos el que hace gavillas.

8
Ni dicen los que pasan:
La bendición de Jehová sea sobre vosotros;
os bendecimos en el nombre de Jehová.

Salmo 130
Oh Señor, oye nuestras oraciones, perdona la iniquidad y redime a Israel.

Cántico de ascenso gradual. 1

Desde las profundidades, oh Jehová, a ti he clamado.

2

Señor, oye mi voz;
estén atentos tus oídos
a la voz de mis súplicas.

3

Jah, si miras las iniquidades,
¿quién, oh Señor, podrá permanecer?

4

Pero en ti hay perdón,
para que seas temido.

5

Espero yo en Jehová; espera mi alma;
en su palabra tengo esperanza.

6

Mi alma espera al Señor,
más que los centinelas a la mañana,
más que los vigilantes a la mañana.

7

Espere Israel en Jehová,
porque en Jehová hay misericordia
y abundante redención con él.

8

Y él redimirá a Israel
de todos sus pecados.

Salmo 131

David dice: Espera, oh Israel, en Jehová para siempre.

Cántico de ascenso gradual. De David. 1

Oh Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se han enaltecido,
ni he andado en pos de grandezas
ni en pos de cosas demasiado sublimes para mí.

2

En verdad me he comportado y he acallado mi alma
como un niño destetado de su madre;
como un niño destetado está mi alma.

3

Espera, oh Israel, en Jehová
desde ahora y para siempre.

Salmo 132

Salmo mesiánico — Del fruto de los lomos de David Jehová pondrá a Uno sobre Su trono — Jehová bendecirá a Sión y Sus santos darán voces de júbilo.

Cántico de ascenso gradual. 1

Acuérdate, oh Jehová, de David
y de toda su aflicción,

2

de como juró él a Jehová
y prometió al Fuerte de Jacob:

3

No entraré en la morada de mi casa
ni subiré sobre el lecho de mi descanso;

4

no daré el sueño a mis ojos
ni a mis párpados adormecimiento,

5

hasta que halle lugar para Jehová,
moradas para el Fuerte de Jacob.

6

He aquí, en Efrata oímos de ella;
la hallamos en los campos del bosque.

7

Entraremos en sus moradas;
nos postraremos ante el estrado de sus pies.

8

Levántate, oh Jehová, ven al lugar de tu reposo,
tú y el arca de tu poder.

9

Vístanse tus sacerdotes de justicia
y canten de júbilo tus santos.

10

Por amor a David, tu siervo,
no vuelvas de tu ungido el rostro.

11

En verdad ha jurado Jehová a David,
y no se retractará de ello:
Del fruto de tu cuerpo pondré sobre tu trono.

12

Si tus hijos guardan mi convenio
y mi testimonio que yo les enseñaré,
sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre.

13

Porque Jehová ha escogido a Sión;
la ha anhelado como habitación para sí.

14

Éste es mi lugar de reposo para siempre;
aquí habitaré, porque lo he anhelado.

15

Bendeciré abundantemente su provisión;
a sus pobres saciaré de pan.

16

Asimismo vestiré a sus sacerdotes de salvación,
y sus santos darán voces de júbilo.

17

Allí haré retoñar el poder de David;
he dispuesto lámpara para mi ungido.

18

A sus enemigos vestiré de vergüenza,
mas sobre él florecerá su corona.

Salmo 133

David dice: ¡Es agradable que los hermanos habiten juntos en unidad!

Cántico de ascenso gradual. De David. 1

¡Mirad cuán bueno y cuán agradable es
que los hermanos habiten juntos en unidad!

2

Es como el buen óleo sobre la cabeza,
el cual desciende sobre la barba,
la barba de Aarón,
y baja hasta el borde de sus vestiduras;

3

como el rocío del Hermón,
que desciende sobre los montes de Sión,
porque allí mandó Jehová bendición,
la vida eterna.

Salmo 134

Bendecid a Jehová y Él os bendecirá.

Cántico de ascenso gradual. 1

Mirad, bendecid a Jehová,
vosotros todos los siervos de Jehová,
los que en la casa de Jehová estáis por las noches.

2

Alzad vuestras manos al santuario
y bendecid a Jehová.

3

Desde Sión te bendiga Jehová,
quien ha hecho los cielos y la tierra.

Salmo 135

Alabad y bendecid a Jehová — Jehová es mayor que todos los dioses; los ídolos no ven, ni oyen ni hablan.

1

¡Aleluya! Alabad el nombre de Jehová;
alabadle, siervos de Jehová,

2

los que estáis en la casa de Jehová,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.

3

Alabad a Jah, porque Jehová es bueno;
cantad alabanzas a su nombre, porque es agradable.

4

Porque Jah ha escogido a Jacob para sí,
y a Israel como su tesoro singular.

5

Porque yo sé que Jehová es grande,
y el Señor nuestro, mayor que todos los dioses.

6

Todo lo que ha querido Jehová, lo ha hecho,
en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos.

7

Él hace subir las nubes de los extremos de la tierra;
él hace los relámpagos para la lluvia;
él saca de sus depósitos los vientos.

8

Él es quien hizo morir a los primogénitos de Egipto,
desde el hombre hasta la bestia.

9

Envió señales y prodigios en medio de ti, oh Egipto,
sobre Faraón y sobre todos sus siervos.

10

Destruyó a muchas naciones
y mató a reyes poderosos:

11

a Sehón, rey amorreo,
y a Og, rey de Basán,
y a todos los reinos de Canaán.

12

Y dio la tierra de ellos en heredad,
en heredad a Israel, su pueblo.

13

Oh Jehová, eterno es tu nombre;
tu memoria, oh Jehová, de generación en generación.

14

Porque juzgará Jehová a su pueblo
y se compadecerá de sus siervos.

15

Los ídolos de las naciones son de plata y de oro,
obra de manos de hombres.

16

Tienen boca, y no hablan;
tienen ojos, y no ven;

17

tienen oídos, y no oyen;
tampoco hay aliento en sus bocas.

18

Semejantes a ellos son los que los hacen,
y todos los que en ellos confían.

19

Casa de Israel, ¡bendecid a Jehová!
Casa de Aarón, ¡bendecid a Jehová!

20

Casa de Leví, ¡bendecid a Jehová!
Los que teméis a Jehová, ¡bendecid a Jehová!

21

Desde Sión sea bendecido Jehová,
que mora en Jerusalén.
¡Aleluya!

Salmo 136

Alabad a Dios por todas las cosas, porque Su misericordia es para siempre.

1

Alabad a Jehová, porque él es bueno,
porque para siempre es su misericordia.

2

Alabad al Dios de los dioses,
porque para siempre es su misericordia.

3

Alabad al Señor de señores,
porque para siempre es su misericordia;

4

al único que hace grandes maravillas,
porque para siempre es su misericordia;

5

al que hizo los cielos con entendimiento,
porque para siempre es su misericordia;

6

al que extendió la tierra sobre las aguas,
porque para siempre es su misericordia;

7

al que hizo los grandes luminares,
porque para siempre es su misericordia:

8

el sol para que señorease el día,
porque para siempre es su misericordia;

9

la luna y las estrellas para que señoreasen la noche,
porque para siempre es su misericordia;

10

al que hirió a Egipto en sus primogénitos,
porque para siempre es su misericordia;

11

y sacó a Israel de en medio de ellos,
porque para siempre es su misericordia,

12

con mano fuerte y brazo extendido,
porque para siempre es su misericordia;

13

al que dividió el Mar Rojo en partes,
porque para siempre es su misericordia;

14

e hizo pasar a Israel por en medio de él,
porque para siempre es su misericordia;

15

y arrojó a Faraón y a su ejército en el Mar Rojo,
porque para siempre es su misericordia;

16

al que condujo a su pueblo por el desierto,
porque para siempre es su misericordia;

17

al que hirió a grandes reyes,
porque para siempre es su misericordia;

18

y quitó la vida a reyes poderosos,
porque para siempre es su misericordia;

19

a Sehón, rey amorreo,
porque para siempre es su misericordia;

20

y a Og, rey de Basán,
porque para siempre es su misericordia;

21

y dio la tierra de ellos en heredad,
porque para siempre es su misericordia;

22

en heredad a Israel, su siervo,
porque para siempre es su misericordia.

23

Él es el que en nuestro abatimiento se acordó de nosotros,
porque para siempre es su misericordia;

24

y nos rescató de nuestros enemigos,
porque para siempre es su misericordia.

25

Él da alimento a toda carne,
porque para siempre es su misericordia.

26

Alabad al Dios de los cielos,
porque para siempre es su misericordia.

Salmo 137
Mientras estuvieron en cautiverio, los judíos lloraron junto a los ríos de Babilonia — A causa del dolor, no podían soportar cantar los cánticos de Sión.

1

Junto a los ríos de Babilonia,
allí nos sentábamos y aun llorábamos,
acordándonos de Sión.

2

Sobre los sauces, en medio de ella,
colgábamos nuestras arpas.

3

Y los que allí nos habían llevado cautivos nos pedían un cántico,
y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo:
Cantadnos algunos de los cánticos de Sión.

4

¿Cómo cantaremos el cántico de Jehová
en tierra extraña?

5

Si me olvido de ti, oh Jerusalén,
olvide mi diestra su destreza.

6

Mi lengua se pegue a mi paladar
si de ti no me acuerdo,
si no enaltezco a Jerusalén
como preferente asunto de mi alegría.

7

Acuérdate, oh Jehová, de los hijos de Edom
que en el día de Jerusalén decían: Arrasadla, arrasadla
hasta los cimientos.

8

Hija de Babilonia, la desolada,
bienaventurado el que te dé el pago
de lo que tú nos hiciste.

9

Bienaventurado el que tome tus niños y los estrelle
contra la peña.


Salmo 138

David alaba a Jehová por Su misericordia y verdad — David se postra en dirección hacia el santo templo.

Salmo de David. 1

Te alabaré con todo mi corazón;
delante de los dioses te cantaré alabanzas.

2

Me postraré hacia tu santo templo,
y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu verdad,
porque has engrandecido tu nombre y tu palabra sobre todas las cosas.

3

El día en que clamé, me respondiste;
fortaleciste el vigor de mi alma.

4

Te alabarán, oh Jehová, todos los reyes de la tierra,
cuando oigan las palabras de tu boca.

5

Y cantarán en los caminos de Jehová,
porque grande es la gloria de Jehová.

6

Porque Jehová es excelso y atiende al humilde,
mas al altivo conoce de lejos.

7

Aunque yo ande en medio de la angustia, tú me vivificarás;
contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano,
y me salvará tu diestra.

8

Jehová cumplirá lo que a mí me concierne;
tu misericordia, oh Jehová, es para siempre;
no abandones la obra de tus manos.




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