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jueves, 20 de diciembre de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 254: Amós 6-9


Capítulo 6
¡Ay de los reposados en Sión! — Israel será asolado por la desolación.

1 ¡Ay de los reposados en Sión y de los confiados en el monte de Samaria, los nombrados como principales entre las naciones, a quienes acude la casa de Israel!

2 Pasad a Calne y mirad; y de allí id a la gran Hamat; descended luego a Gat de los filisteos. ¿Son aquellos reinos mejores que estos reinos? ¿Es mayor su territorio que vuestro territorio?

3 Vosotros que alejáis el día malo y acercáis la silla de la violencia;

4 los que duermen en camas de marfil, y se estiran sobre sus lechos, y comen los corderos del rebaño y los becerros sacados de en medio del establo;

5 gorjean al son de la flauta e inventan instrumentos musicales, como David;

6 beben vino en tazones y se ungen con los ungüentos más finos; y no se afligen por el quebranto de José;

7 por tanto, ahora irán cautivos a la cabeza de los que van a la cautividad, y se acabará el festín de los que se entregan a los placeres.

8 Jehová el Señor juró por sí mismo, Jehová Dios de los ejércitos ha dicho: Abomino la soberbia de Jacob y aborrezco sus palacios; entregaré al enemigo la ciudad y cuanto hay en ella.

9 Y acontecerá que si diez hombres quedan en una casa, morirán.

10 Y su tío levantará a cada uno, y lo quemará, para sacar los huesos de la casa; y dirá al que esté en los rincones de la casa: ¿Hay aún alguno contigo? Y el otro dirá: No. Y dirá aquél: Calla, porque no debemos hacer mención del nombre de Jehová.

11 Porque he aquí, Jehová mandará y herirá con hendiduras la casa mayor, y la casa menor con grietas.

12 ¿Correrán los caballos por las peñas? ¿Ararán en ellas con bueyes? ¿Por qué habéis vosotros convertido el juicio en veneno y el fruto de justicia en ajenjo?

13 Vosotros que os alegráis por nada, que decís: ¿No hemos adquirido poder con nuestra propia fuerza?

14 Pues he aquí, levantaré yo sobre vosotros, oh casa de Israel, dice Jehová Dios de los ejércitos, a una nación que os oprimirá desde la entrada de Hamat hasta el arroyo del desierto.

Capítulo 7

Amós relata cómo fue llamado por Jehová para ser profeta — Profetiza la cautividad de Israel.

1 Así me ha mostrado Jehová el Señor: Y he aquí, él formaba langostas cuando comenzaba a crecer el heno tardío; y he aquí, el heno tardío venía después de las siegas del rey.

2 Y acaeció que cuando las langostas acabaron de comer la hierba de la tierra, yo dije: Oh Señor, Jehová, perdona, te ruego; ¿quién levantará a Jacob?, porque es pequeño.

3 Se arrepintió Jehová de esto: No será, dijo Jehová.

4 Jehová el Señor me mostró así: Y he aquí, Jehová el Señor llamaba para juzgar con fuego; y consumió el gran abismo y consumió una parte de la tierra.

5 Y dije: Señor, Jehová, cesa, te ruego; ¿quién levantará a Jacob?, porque es pequeño.

6 Se arrepintió Jehová de esto: No será esto tampoco, dijo Jehová el Señor.

7 Me enseñó así: Y he aquí, el Señor estaba sobre un muro hecho a plomo, y en su mano tenía una plomada de albañil.

8 Jehová entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Una plomada de albañil. Y el Señor dijo: He aquí, yo pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel; ya no lo toleraré más.

9 Y los lugares altos de Isaac serán destruidos, y los santuarios de Israel serán asolados; y me levantaré con espada contra la casa de Jeroboam.

10 Entonces el sacerdote Amasías de Bet-el envió a decir a Jeroboam, rey de Israel: Amós ha conspirado contra ti en medio de la casa de Israel; la tierra no puede soportar todas sus palabras.

11 Porque así ha dicho Amós: Jeroboam morirá a espada, e Israel ciertamente será llevado de su tierra en cautiverio.

12 Y Amasías dijo a Amós: Vidente, vete; huye a tierra de Judá, y come allá tu pan y profetiza allá;

13 y no profetices más en Bet-el, porque es santuario del rey y casa del reino.

14 Entonces respondió Amós, y dijo a Amasías: No soy profeta ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero y recojo higos silvestres;

15 y Jehová me tomó de detrás del ganado, y me dijo Jehová: Ve y profetiza a mi pueblo Israel.

16 Ahora, pues, oye la palabra de Jehová. Tú dices: No profetices contra Israel ni hables contra la casa de Isaac.

17 Por tanto, así ha dicho Jehová: Tu esposa se prostituirá en la ciudad, y tus hijos y tus hijas caerán a espada, y tu tierra será repartida a cordel; y tú morirás en tierra inmunda, e Israel ciertamente será llevado cautivo lejos de su tierra.

Capítulo 8

Amós profetiza la caída de Israel — Habrá hambre de oír la palabra de Jehová.

1 Así me ha mostrado Jehová el Señor: Y he aquí, un canastillo de fruta de verano.

2 Y dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Un canastillo de fruta de verano. Y me dijo Jehová: Ha venido el fin sobre mi pueblo Israel; ya no lo toleraré más.

3 Y los cantores del templo aullarán en aquel día, dice Jehová el Señor; muchos serán los cuerpos muertos; en cualquier lugar serán echados en silencio.

4 Oíd esto, los que pisoteáis a los menesterosos y arruináis a los pobres de la tierra,

5 diciendo: ¿Cuándo pasará la luna nueva, para que vendamos el trigo, y el día de reposo, para que abramos los alfolíes del trigo, y achiquemos la medida, y subamos el precio y falseemos con engaño la balanza;

6 para que compremos a los pobres por dinero y a los necesitados por un par de sandalias, y vendamos los desechos del trigo?

7 Jehová ha jurado por la gloria de Jacob: No me olvidaré jamás de ninguna de sus obras.

8 ¿No se estremecerá la tierra por esto? ¿Y no llorará todo habitante de ella? Y subirá toda ella como un río, y se desbordará y menguará como el río de Egipto.

9 Y acaecerá en aquel día, dice Jehová el Señor, que haré que se ponga el sol a mediodía y cubriré la tierra de tinieblas en pleno día.

10 Y cambiaré vuestras fiestas en duelo y todos vuestros cantares en lamentaciones; y haré poner cilicio sobre todo lomo, y que se rape toda cabeza; y la volveré como en llanto por el hijo único, y su final será como día amargo.

11 He aquí, vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová.

12 E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente andarán buscando la palabra de Jehová y no la hallarán.

13 En aquel día las doncellas hermosas y los jóvenes desmayarán de sed.

14 Los que juran por el pecado de Samaria y dicen: ¡Viva tu dios, oh Dan! y: ¡Viva el camino de Beerseba! caerán y nunca más se levantarán.

Capítulo 9

Israel será zarandeada entre todas las naciones — En los últimos días, el pueblo de Israel será congregado nuevamente en su propia tierra, y ésta será productiva.

1 Vi al Señor que estaba sobre el altar, y dijo: Golpea los capiteles, y estremézcanse los umbrales, y hazlos pedazos sobre la cabeza de todos; y al resto de ellos mataré a espada; no habrá de ellos quien huya ni quien escape.

2 Aunque caven hasta el Seol, de allá los tomará mi mano; y aunque suban hasta el cielo, de allá los haré descender.

3 Y aunque se escondan en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los tomaré; y aunque se escondan de delante de mis ojos en lo profundo del mar, allí mandaré a la serpiente, y los morderá.

4 Y si van al cautiverio delante de sus enemigos, allí mandaré la espada, y los matará; y pondré sobre ellos mis ojos para mal y no para bien.

5 El Señor Jehová de los ejércitos es el que toca la tierra, y ésta se derretirá, y llorarán todos los que en ella moran; y subirá toda ella como un río y menguará luego como el río de Egipto.

6 Él edificó en el cielo sus moradas y ha establecido su expansión sobre la tierra; él llama a las aguas del mar y sobre la faz de la tierra las derrama; Jehová es su nombre.

7 Hijos de Israel, ¿no me sois vosotros como hijos de etíopes?, dice Jehová. ¿No hice yo subir a Israel de la tierra de Egipto, y a los filisteos de Caftor, y de Kir a los arameos?

8 He aquí, los ojos de Jehová el Señor están sobre el reino pecador, y yo lo destruiré de la faz de la tierra; mas no destruiré del todo la casa de Jacob, dice Jehová.

9 Porque he aquí, yo mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en una criba, sin que caiga ni un granito en la tierra.

10 A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo, los que dicen: No se acercará ni nos alcanzará el mal.

11 En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus brechas, y levantaré sus ruinas y lo reedificaré como en el tiempo pasado,

12 para que posean el remanente de Edom y de todas las naciones que son llamadas por mi nombre, dice Jehová, que hace esto.

13 He aquí, vienen días, dice Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán vino dulce, y todos los collados se derretirán.

14 Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y reedificarán ellos las ciudades asoladas y las habitarán; y plantarán viñas y beberán el vino de ellas, y harán huertos y comerán el fruto de ellos.

15 Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de la tierra que yo les di, ha dicho Jehová, Dios tuyo.

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