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miércoles, 2 de enero de 2013

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 263: Mateo 1-4


Capítulo 1
Cristo nace de María — Ella concibe por el poder del Espíritu Santo — A nuestro Señor se le da el nombre de Jesús.

1 Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham:

2 Abraham engendró a Isaac, e Isaac engendró a Jacob, y Jacob engendró a Judá y a sus hermanos.

3 Y Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara, y Fares engendró a Esrom, y Esrom engendró a Aram.

4 Y Aram engendró a Aminadab, y Aminadab engendró a Naasón, y Naasón engendró a Salmón.

5 Y Salmón engendró, de Rahab, a Booz, y Booz engendró, de Rut, a Obed, y Obed engendró a Isaí.

6 E Isaí engendró al rey David, y el rey David engendró, de la que fue esposa de Urías, a Salomón.

7 Y Salomón engendró a Roboam, y Roboam engendró a Abías, y Abías engendró a Asa.

8 Y Asa engendró a Josafat, y Josafat engendró a Joram, y Joram engendró a Uzías.

9 Y Uzías engendró a Jotam, y Jotam engendró a Acaz, y Acaz engendró a Ezequías.

10 Y Ezequías engendró a Manasés, y Manasés engendró a Amón, y Amón engendró a Josías.

11 Y Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el tiempo de la deportación a Babilonia.

12 Y después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel engendró a Zorobabel.

13 Y Zorobabel engendró a Abiud, y Abiud engendró a Eliaquim, y Eliaquim engendró a Azor.

14 Y Azor engendró a Sadoc, y Sadoc engendró a Aquim, y Aquim engendró a Eliud.

15 Y Eliud engendró a Eleazar, y Eleazar engendró a Matán, y Matán engendró a Jacob.

16 Y Jacob engendró a José, marido de María, de quien nació Jesús, el que es llamado el Cristo.

17 De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce generaciones; y desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.

18 Y el nacimiento de Jesucristo fue así: Estando María, su madre, desposada con José, antes que se unieran, se halló que había concebido del Espíritu Santo.

19 Y José, su desposado, como era justo y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.

20 Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María, tu desposada, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.

21 Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús , porque él salvará a su pueblo de sus pecados.

22 Todo esto aconteció para que se cumpliese lo que había hablado el Señor, por medio del profeta, diciendo:

23

He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo,
y llamarán su nombre Emanuel,
que interpretado es: Dios con nosotros.

24 Y cuando despertó José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y la recibió como esposa.

25 Pero no la conoció hasta que ella dio a luz a su hijo primogénito, y llamó su nombre Jesús.

Capítulo 2

Los magos son guiados hacia Jesús por una estrella — José lleva al niño a Egipto — Herodes manda matar a los niños de Belén — Jesús es llevado a Nazaret.

1 Y cuando Jesús nació en Belén de Judea en los días del rey Herodes, he aquí, unos magos vinieron del oriente a Jerusalén,

2 diciendo: ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle.

3 Y al oír esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.

4 Y, habiendo convocado a todos los principales sacerdotes y a los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.

5 Y ellos le dijeron: En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta:

6

Y tú, Belén, de tierra de Judá,
no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;
porque de ti saldrá un guiador,
que apacentará a mi pueblo Israel.

7 Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo en que había aparecido la estrella;

8 y enviándolos a Belén, dijo: Id allá, y preguntad con diligencia acerca del niño y, cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.

9 Y ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que, llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.

10 Y cuando vieron la estrella, se regocijaron con gran gozo.

11 Y cuando entraron en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, le adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, e incienso y mirra.

12 Pero avisados por revelación, en sueños, que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

13 Y cuando hubieron partido, he aquí un ángel del Señor se le apareció en sueños a José, diciendo: Levántate, y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y quédate allá hasta que yo te lo diga, porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo.

14 Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto;

15 y estuvo allá hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliese lo que el Señor declaró por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo.

16 Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había averiguado de los magos.

17 Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías, cuando dijo:

18

Voz fue oída en Ramá,
grande lamentación, lloro y gemido;
Raquel que llora por sus hijos,
y no quiso ser consolada, porque perecieron.

19 Pero cuando hubo muerto Herodes, he aquí, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José en Egipto,

20 diciendo: Levántate, y toma al niño y a su madre, y vete a la tierra de Israel, que ya han muerto los que procuraban la muerte del niño.

21 Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y se fue a la tierra de Israel.

22 Pero cuando oyó que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes, su padre, temió ir allá; y advertido por revelación, en sueños, se fue a la región de Galilea.

23 Y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por medio de los profetas, que había de ser llamado nazareno.

Capítulo 3

Juan el Bautista predica en Judea — Jesús es bautizado, y el Padre proclama que Él es Su Hijo Amado.

1 Y en aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea,

2 y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

3 Porque éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo:

Voz del que clama en el desierto:
Preparad el camino del Señor,
enderezad sus sendas.

4 Y Juan estaba vestido de pelo de camello y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre.

5 Entonces acudían a él Jerusalén, y toda Judea y toda la provincia de alrededor del Jordán;

6 y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.

7 Y cuando vio él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Oh generación de víboras! ¿Quién os ha enseñado a huir de la ira venidera?

8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento,

9 y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.

10 Ahora, el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.

11 Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento, pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.

12 Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el alfolí y quemará la paja con fuego que nunca se apagará.

13 Entonces Jesús vino de Galilea al Jordán, a Juan, para ser bautizado por él.

14 Pero Juan se lo impedía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?

15 Pero respondiendo Jesús, le dijo: Permítelo ahora, porque así nos conviene cumplir toda justicia. Entonces se lo permitió.

16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió inmediatamente del agua; y he aquí, los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma y se posaba sobre él.

17 Y he aquí, una voz de los cielos que decía: Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco.

Capítulo 4

Jesús ayuna cuarenta días y es tentado — Inicia Su ministerio, llama discípulos y sana a los enfermos.

1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo.

2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.

3 Y se le acercó el tentador y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.

4 Mas él, respondiendo, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

5 Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo

6 y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, échate abajo, porque escrito está:

A sus ángeles mandará por ti,
y te llevarán en sus manos,
para que no tropieces con tu pie en piedra.

7 Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.

8 Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,

9 y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adoras.

10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a él sólo servirás.

11 El diablo entonces le dejó, y he aquí, los ángeles vinieron y le servían.

12 Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a Galilea;

13 y dejando Nazaret, vino y habitó en Capernaúm, ciudad marítima, en los confines de Zabulón y de Neftalí,

14 para que se cumpliese lo que fue dicho por medio del profeta Isaías, cuando dijo:

15

Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,
camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles;

16

el pueblo asentado en tinieblas
vio gran luz;
y a los asentados en región y sombra de muerte,
luz les resplandeció.

17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar y a decir: ¡Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado!

18 Y andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, que es llamado Pedro, y a Andrés, su hermano, que echaban la red en el mar, porque eran pescadores.

19 Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.

20 Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron.

21 Y pasando de allí, vio a otros dos hermanos, a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, en la barca con Zebedeo, su padre, que remendaban sus redes; y los llamó.

22 Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.

23 Y Jesús recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.

24 Y su fama se extendió por toda Siria, y le trajeron a todos los que tenían dolencias: los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, y los endemoniados, y los lunáticos y los paralíticos, y los sanó.

25 Y le siguieron grandes multitudes de Galilea, y de Decápolis, y de Jerusalén, y de Judea y del otro lado del Jordán.

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