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martes, 20 de marzo de 2012

Lectura con Audio de la Santa Biblia RV 2009 SUD: Día 74: Jueces 3-5


Jueces
..Capítulo 3
Los israelitas y los cananeos se casan entre sí — Los hijos de Israel adoran dioses falsos y son maldecidos — Otoniel juzga a Israel — Sirven a Moab y son liberados por Aod, quien mata a Eglón.

1 Éstas, pues, son las naciones que dejó Jehová para probar con ellas a Israel, a todos aquellos que no habían conocido todas las guerras de Canaán;

2sólo para que al menos las generaciones de los hijos de Israel conociesen la guerra, para que la enseñasen a los que antes no la habían conocido:

3los cinco príncipes de los filisteos, y todos los cananeos, y los sidonios y los heveos que habitaban en la región montañosa del Líbano, desde el monte Baal-hermón hasta llegar a Hamat.

4Éstos, pues, estaban para probar a Israel, para saber si obedecerían los mandamientos de Jehová que él había dado a sus padres por medio de Moisés.

5Así los hijos de Israel habitaron entre los cananeos, los heteos, los amorreos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos.

6Y tomaron a sus hijas por esposas, y dieron sus hijas a los hijos de ellos y sirvieron a sus dioses.

7Hicieron, pues, los hijos de Israel lo malo ante los ojos de Jehová; y olvidaron a Jehová su Dios, y sirvieron a los baales y a las imágenes de Asera.

8Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y los vendió en manos de Cusán-risataim, rey de Mesopotamia; y sirvieron los hijos de Israel a Cusán-risataim ocho años.

9Y clamaron los hijos de Israel a Jehová, y Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb, y él los libró.

10Y el espíritu de Jehová vino sobre él, y juzgó a Israel; y salió a la batalla, y Jehová entregó en su mano a Cusán-risataim, rey de Siria, y prevaleció su mano contra Cusán-risataim.

11Y reposó la tierra cuarenta años; y murió Otoniel hijo de Cenaz.

12Y volvieron los hijos de Israel a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, y Jehová fortaleció a Eglón, rey de Moab, contra Israel, por cuanto habían hecho lo malo ante los ojos de Jehová.

13Y Eglón reunió consigo a los hijos de Amón y de Amalec, y fue y derrotó a Israel, y tomó la ciudad de las palmeras.

14Y sirvieron los hijos de Israel a Eglón, rey de los moabitas, dieciocho años.

15Y clamaron los hijos de Israel a Jehová, y Jehová les levantó un libertador, a Aod hijo de Gera, benjaminita, el cual era zurdo. Y los hijos de Israel enviaron con él un presente a Eglón, rey de Moab.

16Y Aod se había hecho un puñal de dos filos, de un codo de largo; y se lo ciñó debajo de sus vestidos a su lado derecho.

17Y entregó el presente a Eglón, rey de Moab; y era Eglón hombre muy grueso.

18Y luego que hubo entregado el presente, despidió a la gente que lo había traído.

19Mas él se volvió desde los ídolos que están en Gilgal y dijo: Rey, una palabra secreta tengo que decirte. Él entonces dijo: Calla. Y salieron de delante de él todos los que con él estaban.

20Y se acercó Aod a él, el cual estaba sentado solo en su sala de verano. Y Aod dijo: Tengo palabra de Dios para ti. Él entonces se levantó de la silla.

21Y Aod alargó su mano izquierda, y tomó el puñal de su lado derecho y se lo clavó por el vientre

22de tal manera que la empuñadura entró también tras la hoja, y la gordura cubrió la hoja, porque él no sacó el puñal de su vientre, y salió el excremento.

23Y salió Aod al corredor, y cerró tras sí las puertas de la sala y las aseguró con el cerrojo.

24Y cuando él hubo salido, vinieron los siervos, los cuales, viendo las puertas de la sala cerradas, dijeron: Sin duda él cubre sus pies en la sala de verano.

25Y habiendo esperado hasta estar confusos, porque él no abría las puertas de la sala, tomaron la llave y abrieron; y he aquí su señor caído en tierra, muerto.

26Mas entre tanto que ellos se detuvieron, Aod se escapó y, pasando junto a los ídolos, se puso a salvo en Seirat.

27Y aconteció que cuando hubo llegado, tocó el cuerno en los montes de Efraín, y los hijos de Israel descendieron con él del monte, y él iba delante de ellos.

28Entonces él les dijo: Seguidme, porque Jehová ha entregado a vuestros enemigos, los moabitas, en vuestras manos. Y descendieron en pos de él, y tomaron los vados del Jordán que llevan a Moab, y no dejaron pasar a ninguno.

29Y en aquel tiempo mataron de los moabitas como a diez mil hombres, todos valientes y todos hombres de guerra; y no escapó hombre alguno.

30Así quedó Moab sojuzgado aquel día bajo la mano de Israel; y reposó la tierra ochenta años.

31Después de él vino Samgar hijo de Anat, el cual mató a seiscientos hombres de los filisteos con una aguijada de bueyes; y él también salvó a Israel.

Jueces
..Capítulo 4

Débora, mujer profetisa, juzga a Israel — Ella y Barac liberan a Israel de los cananeos — Jael, una mujer, mata a Sísara el cananeo.

1Y después de la muerte de Aod, los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová.

2Y Jehová los vendió en manos de Jabín, rey de Canaán, el cual reinó en Hazor; y el capitán de su ejército se llamaba Sísara, el cual habitaba en Haroset de los gentiles.

3Y los hijos de Israel clamaron a Jehová, porque aquél tenía novecientos carros de hierro y había oprimido con crueldad a los hijos de Israel durante veinte años.

4Y juzgaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, esposa de Lapidot,

5la cual acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora entre Ramá y Bet-el, en los montes de Efraín; y los hijos de Israel acudían a ella para juicio.

6Y ella envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ¿No te ha mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: Ve, y reúne a tu gente en el monte Tabor, y toma contigo diez mil hombres de los hijos de Neftalí y de los hijos de Zabulón;

7y yo atraeré hacia ti, hasta el arroyo Cisón, a Sísara, capitán del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus manos?

8Y Barac le respondió: Si tú vas conmigo, yo iré; pero si no vas conmigo, no iré.

9Y ella dijo: Iré contigo; mas no será tuyo el honor de la jornada que vas a emprender, porque en manos de mujer venderá Jehová a Sísara. Y levantándose Débora, fue con Barac a Cedes.

10Y reunió Barac a Zabulón y a Neftalí en Cedes, y subió con diez mil hombres a su mando, y Débora subió con él.

11Y Heber, el ceneo, de los hijos de Hobab, suegro de Moisés, se había apartado de los ceneos y había puesto su tienda hasta el valle de Zaanaim, que está junto a Cedes.

12Dieron, pues, las nuevas a Sísara de que Barac hijo de Abinoam había subido al monte Tabor.

13Y reunió Sísara todos sus carros, novecientos carros de hierro, y a todo el pueblo que con él estaba, desde Haroset de los gentiles hasta el arroyo Cisón.

14Entonces Débora dijo a Barac: Levántate, porque éste es el día en que Jehová ha entregado a Sísara en tus manos. ¿No ha salido Jehová delante de ti? Y Barac descendió del monte Tabor, y diez mil hombres en pos de él.

15Y Jehová desbarató a Sísara, con todos sus carros y todo su ejército, a filo de espada delante de Barac, y Sísara descendió del carro y huyó a pie,

16mas Barac persiguió los carros y el ejército hasta Haroset de los gentiles, y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada hasta no quedar ni uno.

17Y Sísara huyó a pie a la tienda de Jael, esposa de Heber el ceneo, porque había paz entre Jabín, rey de Hazor, y la casa de Heber, el ceneo.

18Y saliendo Jael a recibir a Sísara, le dijo: Ven, señor mío, ven a mí, no tengas temor. Y él fue hacia ella a la tienda, y ella le cubrió con una manta.

19Y él le dijo: Te ruego me des de beber un poco de agua, pues tengo sed. Y ella abrió un odre de leche y le dio de beber, y le volvió a cubrir.

20Y él le dijo: Quédate a la puerta de la tienda, y si alguien viene y te pregunta, diciendo: ¿Hay aquí alguno?, tú responderás que no.

21Y Jael, esposa de Heber, tomó una estaca de la tienda y, tomando un mazo en la mano, se acercó a él calladamente y le clavó la estaca en las sienes, y la enclavó en la tierra, pues él estaba cargado de sueño y cansado; y así murió.

22Y persiguiendo Barac a Sísara, Jael salió a recibirlo y le dijo: Ven, y te mostraré al hombre que tú buscas. Y él entró donde ella estaba, y he aquí Sísara yacía muerto con la estaca en la sien.

23Así abatió Dios aquel día a Jabín, rey de Canaán, delante de los hijos de Israel.

24Y la mano de los hijos de Israel se hizo más y más severa contra Jabín, rey de Canaán, hasta que lo destruyeron.

Jueces
..Capítulo 5

Débora y Barac cantan un cántico de alabanza a causa de la liberación de Israel del cautiverio cananeo.

1Y aquel día cantó Débora con Barac hijo de Abinoam, diciendo:

2

Por haberse puesto al frente los caudillos en Israel,
por haberse ofrecido voluntariamente el pueblo,
bendecid a Jehová.

3

¡Oíd, reyes; estad atentos, oh príncipes!
Yo cantaré a Jehová;
cantaré salmos a Jehová Dios de Israel.

4

Cuando saliste de Seir, oh Jehová,
cuando te marchaste del campo de Edom,
la tierra tembló, y los cielos destilaron,
y las nubes gotearon agua.

5

Los montes se estremecieron delante de Jehová,
aquel Sinaí, delante de Jehová Dios de Israel.

6

En los días de Samgar hijo de Anat,
en los días de Jael, quedaron abandonados los caminos,
y los que andaban por las sendas se apartaban por senderos torcidos.

7

Quedaron abandonadas las aldeas
en Israel, quedaron abandonadas
hasta que yo, Débora, me levanté,
me levanté como madre en Israel.

8

Escogieron nuevos dioses;
entonces la guerra llegó a las puertas.
¿Se veía escudo o lanza
entre cuarenta mil en Israel?

9

Mi corazón está con los jefes de Israel,
los que con buena voluntad se ofrecieron entre el pueblo.
Bendecid a Jehová.

10

Vosotros los que cabalgáis en asnas blancas,
los que presidís en juicio,
y vosotros los que viajáis, hablad.

11

Lejos del ruido de los arqueros, en los abrevaderos,
allí repetirán los actos de justicia de Jehová,
los actos de justicia para con los aldeanos en Israel;
entonces bajará el pueblo de Jehová a las puertas.

12

Despierta, despierta, Débora;
despierta, despierta, entona un cántico.
Levántate, Barac, y lleva tus cautivos, hijo de Abinoam.

13

Entonces los sobrevivientes descendieron sobre los nobles del pueblo;
Jehová me hizo enseñorear sobre los poderosos.

14

De Efraín salió su raíz contra Amalec,
en pos de ti, Benjamín, entre tus pueblos;
de Maquir descendieron jefes,
y de Zabulón los que llevan la vara de mando.

15

También los príncipes de Isacar estaban con Débora;
y como Isacar, también Barac
se lanzó a pie al valle.
Entre las divisiones de Rubén
hubo grandes resoluciones del corazón.

16

¿Por qué te quedaste entre los rediles,
para oír los balidos de los rebaños?
Entre las divisiones de Rubén
grandes fueron las deliberaciones del corazón.

17

Galaad se quedó al otro lado del Jordán;
y Dan, ¿por qué se quedó junto a las naves?
Se mantuvo Aser a la ribera del mar,
y se quedó en sus puertos.

18

El pueblo de Zabulón expuso su vida a la muerte,
y también Neftalí en las alturas del campo.

19

Vinieron reyes y pelearon;
entonces pelearon los reyes de Canaán
en Taanac, junto a las aguas de Meguido,
mas no llevaron ganancia alguna de dinero.

20

Desde los cielos pelearon
las estrellas, desde sus órbitas pelearon contra Sísara.

21

Los barrió el torrente Cisón,
el antiguo torrente, el torrente Cisón.
Hollaste, oh alma mía, con poder.

22

Entonces resonaron los cascos de los caballos
por las arremetidas, las arremetidas de sus valientes.

23

Maldecid a Meroz, dijo el ángel de Jehová,
maldecid severamente a sus moradores,
porque no vinieron en ayuda de Jehová,
en ayuda de Jehová contra los poderosos.

24

Bendita sea entre las mujeres Jael,
esposa de Heber, el ceneo;
bendita sea entre las mujeres de la tienda.

25

Él pidió agua, y ella le dio leche;
en tazón de nobles le presentó cuajada.

26

Su mano tendió a la estaca,
y su diestra al mazo de trabajadores;
y golpeó a Sísara, hirió su cabeza,
horadó y atravesó sus sienes.

27

Cayó encorvado a los pies de ella, quedó tendido;
a los pies de ella cayó encorvado;
donde se encorvó, allí cayó muerto.

28

La madre de Sísara se asoma a la ventana,
y por entre las celosías a voces dice:
¿Por qué tarda su carro en venir?
¿Por qué las ruedas de sus carros se retrasan?

29

Las más sabias de sus damas le respondían,
y aun ella se respondía a sí misma:

30

¿Acaso no han hallado el botín y lo están repartiendo?
A cada uno una doncella, o dos;
el botín de tela para Sísara,
el botín de tela bordada de colores,
tela de colores bordada por ambos lados, para los
cuellos de los que han tomado el botín.

31

Así perezcan todos tus enemigos, oh Jehová;
mas los que le aman sean como el sol cuando nace en su fuerza.
Y la tierra reposó cuarenta años.




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