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domingo, 4 de diciembre de 2011

“La palabra de Dios es viva y eficaz” (Hebreos 4:12).



"Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, y las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón". (Hebreos 4:12)
¿De qué manera es la palabra de Dios viva?

“La palabra de Dios” no es historia muerta; está viva, y sus promesas avanzan inevitablemente hacia su cumplimiento. La influencia del mensaje en las verdaderas motivaciones del corazón de la gente es más poderosa que cualquier cosa que nosotros podamos decir.

El conocimiento que nos da tiene el poder de mejorar su vida. El consuelo y la esperanza que les ofrece los dirigen hacia el Dador de Vida. Su mensaje ayuda a las personas sinceras a emprender el camino que lleva a vida eterna.

En efecto, este mensaje penetra hasta lo más íntimo y saca a la luz nuestros verdaderos pensamientos y motivos. Quien la lee con actitud hipercrítica suele encontrar una piedra de tropiezo en los relatos que no aportan tanta información como desearía, y a veces llega a cuestionar que Dios sea de verdad amoroso, sabio y justo.

No basta con decir que amamos a Dios. En realidad, lo que revelará nuestros verdaderos pensamientos e intenciones será la forma en que respondamos a las enseñanzas de su Palabra inspirada.

Nos ayuda a examinarnos como nunca antes, es capaz de vivificarnos, fortalecer nuestra fe y ayudarnos a realizar grandes cambios. El apóstol Pablo previno a sus hermanos contra las personas muy inmorales, y luego añadió: “ Y esto erais algunos” (1 Corintios 6:9-11). En efecto, “la palabra de Dios” ejerció su poder y los llevó a reformarse.

A medida que uno estudia las Escrituras y las pone en práctica, su mensaje ejerce una poderosa fuerza motivadora y provechosa en la vida de uno.

¿Cuánto poder tiene el mensaje que emana de la Palabra de Dios?

El mensaje de la Palabra escrita de Dios es “más cortante que toda espada de dos filos”. Por consiguiente, su formidable capacidad penetrante supera a la de cualquier instrumento o herramienta del hombre. La Palabra de Dios se abre paso hasta lo más recóndito de la persona y la cambia internamente, pues influye en sus ideas y afectos y hace de ella un trabajador piadoso al que Dios acepta.

La Palabra de Dios saca a la luz lo que la persona realmente es por dentro, en contraste con lo que ella misma piensa que es o con lo que permite que los demás vean de ella (1 Samuel 16:7). Hasta los inicuos ocultan a veces su verdadera condición con una apariencia de benevolencia o piedad. Los malos motivos llevan a los malvados a esconderse tras fachadas falsas. Los orgullosos se disfrazan con una humildad fingida que encubre su anhelo de oír cómo los aplauden los hombres. Sin embargo, la Palabra de Dios pone al descubierto lo que en realidad hay en el corazón, impulsando con vigor a los humildes a quitarse la vieja personalidad y “vestíos del nuevo hombre que es creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Efesios 4:22-24).

¿Cómo dirigir nuestros pensamientos e intenciones del corazón?

Los “los pensamientos y las intenciones del corazón” pueden cambiar con el paso del tiempo y por las experiencias de la vida, tanto las positivas como las negativas. Si no estudiamos constantemente las Escrituras, nuestros pensamientos, actitudes y emociones dejarán de armonizar con los principios piadosos.

¿En qué sentido es la palabra de Dios como una espada de dos filos?

La palabra de Dios es más aguda o cortante que toda espada de dos filos, y cualquiera que la pase por alto intencionalmente segará las consecuencias (Gálatas 6:7-9).

¡Con cuánta fuerza “penetra [la palabra de Dios] hasta partir el alma y el espíritu, y las coyunturas”! Atraviesa los pensamientos y motivos de la persona, como si penetrara hasta llegar al tuétano del interior de los huesos. Saca a la luz los pensamientos y las verdaderas intenciones del corazón, revelando lo que en realidad somos. Y eso puede ser muy distinto de lo que los demás ven o de lo que nosotros mismos creemos. Aunque los israelitas a quienes se había liberado de la esclavitud a Egipto habían concordado en guardar la Ley, Dios sabía que en el fondo no apreciaban sus provisiones y requisitos (Salmo 95:7-11). No estaban interesados en hacer la voluntad de Dios, sino en la satisfacción de sus deseos carnales. Por ello, no entraron en el descanso prometido de Dios, sino que perecieron en el desierto.

De esto se deriva el siguiente principio: los criterios humanos sobre la condición justa o injusta del hombre no son fiables, a menos que tengan el respaldo de las Escrituras. La persona debe acudir a dicha Palabra y dejarse escudriñar por ella. La Palabra de Dios llega al corazón y revela si la persona realmente vive en armonía con los principios correctos. (1Co 14:23-25.)

¿Qué ejemplo nos dejo Jesucristo al usar la palabra de Dios?

Jesús, el maestro más grande que ha pisado la Tierra, siempre basó sus enseñanzas en las Escrituras (Mateo 21:13; Juan 6:45; 8:17). En vez de enseñar sus propias ideas, habló en nombre de Aquel que lo había enviado (Juan 7:16-18). Y ese es el ejemplo que imitamos. De modo que todo lo que digamos al compartir el Evangelio con las personas debe centrarse en las Escrituras (2 Tim. 3:16, 17). Ningún razonamiento nuestro —por agudo que sea— podrá jamás igualar la efectividad y el poder de las Escrituras inspiradas. No olvidemos que Su Palabra tiene poder. Por tanto, sin importar el asunto que estemos tratando, la mejor manera de ayudar a las personas a comprenderlo es pedirle que lea lo que dicen las Escrituras.

¿Cómo revela la palabra de Dios los “pensamientos e intenciones del corazón”?

"La palabra de Dios" consigue que hagamos grandes cambios en nuestra vida, cambios que no solo se producen antes de bautizarnos, sino también después. Aquí, el “alma” se refiere a nuestro exterior, lo que parecemos ser, y el “espíritu”, a nuestro interior, lo que en realidad somos. Cuando examinamos las Escrituras y entendemos lo que Dios espera que hagamos, nuestra reacción revela cómo somos realmente. (Mateo 23:27, 28.).

viernes, 25 de noviembre de 2011

El aniversario número 400 de la Biblia se celebrará mejor con más estudio, sugieren las palabras de los Apóstoles (El 2 de mayo de 2011)


El aniversario número 400 de la Biblia se celebrará mejor con más estudio, sugieren las palabras de los Apóstoles


Natasia Garrett El aniversario número 400 de la Biblia



No es casualidad ni coincidencia que tengamos la Biblia en la actualidad”, dijo el élder M. Russell Ballard del Quórum de los Doce Apóstoles1. Explica que la Biblia existe gracias a la obediencia de hombres justos que siguieron los sentimientos que los inducían a registrar experiencias y enseñanzas sagradas; así como también gracias a la fe y el valor de otras personas como los traductores que más tarde sacrificaron mucho para “proteger y preservar” la Biblia.

El 2 de mayo de 2011 se celebra el aniversario número 400 de la primera publicación de la Versión del Rey Santiago de la Biblia. En todo el mundo la gente ya está conmemorando la publicación de la Biblia con simposios, celebraciones, conciertos, concursos de oratoria y mucho más. Los miembros del Quórum de los Doce Apóstoles sugieren que otra forma de celebrar la ocasión es adquirir amor por la Biblia al estudiar la vida y el ministerio del Salvador y las palabras de los antiguos profetas y apóstoles.

“Cuán agradecidos debiéramos sentirnos por la Santa Biblia”, expresó el élder Ballard. “Amo la Biblia, sus enseñanzas, sus lecciones y su espíritu… Amo la perspectiva y la paz que me infunde la lectura de la Biblia”2.

El élder Jeffrey R. Holland del Quórum de los Doce Apóstoles concuerda: “Amamos y veneramos la Biblia”, dijo. “Siempre se le menciona primero en nuestro canon, nuestros ‘libros canónicos’ ”3. Él nos recordó que la Restauración se llevó a cabo porque José Smith estudió la Biblia y ejercitó la fe en la promesa que se encuentra en Santiago 1:5 de que Dios contestará nuestras oraciones.

Al recordar los acontecimientos que prepararon el terreno para la Restauración, el élder Robert D. Hales, del Quórum de los Doce Apóstoles habló de la gratitud hacia todos aquellos que hicieron posible la traducción y publicación de la Biblia. Gracias a su labor, la Versión del Rey Santiago de la Biblia se puso a disposición para que cualquiera la leyera; y porque estuvo a disposición de José Smith, la verdadera Iglesia se restauró en la tierra. “¿Es de sorprender que la versión del rey Santiago sea la versión de la Biblia en inglés aprobada por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en la actualidad?”, preguntó el élder Hales4.

“Siempre debemos tener presente a los incontables mártires que sabían de este poder y dieron su vida a fin de que halláramos en las palabras de este texto el sendero que conduce a la felicidad eterna y a la paz del reino de nuestro Padre Celestial”, dijo el élder Ballard5.

El presidente Boyd K. Packer, Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles, compartió un relato de cuando vio una Biblia de la familia de siglos pasados y que tenía una cita en la primera página que decía: “La mejor impresión de la Biblia es que quede bien grabada en el corazón del lector”6. Y luego continuó con este pasaje de Escrituras: “Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres” (2 Corintios 3:2).

Al conocer y amar la Biblia y los textos de Escritura que la acompañan, podemos mostrar nuestro agradecimiento y disfrutar las bendiciones de la restauración del Evangelio.

“Consideren la magnitud de nuestra bendición de tener la Santa Biblia y unas 900 páginas adicionales de Escritura”, dijo el élder D. Todd Christofferson. “Que nos deleitemos continuamente en las palabras de Cristo, las cuales nos dirán todas las cosas que debemos hacer”7.

La Versión del Rey Santiago de la Santa Biblia, de 400 años, continúa influenciando a los miembros de la Iglesia en la actualidad.

Notas

1.1.
M. Russell Ballard, “El milagro de la Santa Biblia”, Liahona, mayo de 2007, pág. 80.

2.2.
M. Russell Ballard, “El milagro de la Santa Biblia”, Liahona, mayo de 2007, pág. 80.

3.3.
Jeffrey R. Holland, “…mis palabras… jamás cesan”, Liahona, mayo de 2008, pág. 92.

4.4.
Robert D. Hales, “Preparativos para la Restauración y la Segunda Venida: Te cubriré con mi mano”, Liahona, noviembre de 2005, pág. 90.

5.5.
M. Russell Ballard, “El milagro de la Santa Biblia”, Liahona, mayo de 2007, pág. 80.

6.6.
Boyd K. Packer, “El Libro de Mormón: Otro Testamento de Jesucristo”, Liahona, enero de 2002, pág. 73.

7.7.
D. Todd Christofferson, “La bendición de las Escrituras”, Liahona, mayo de 2010, pág. 35.

lunes, 15 de agosto de 2011

Fascinante Historia de la Biblia en Español


Por Sergio V. Collins

La Biblia en español que hoy nos complacemos en leer tiene una historia asombrosa que se extiende a lo largo de setecientos años, perdiéndose mas allá del año 1233, cuando el rey Jaime I de Aragón decretó que nadie debía poseer en su casa ni leer el Antiguo o el Nuevo Testamento en la forma popular o vernácula.
Presentaremos a continuación algunos datos históricos con la intención de ayudar al lector a echar una ojeada sobre el pasado de la Biblia en español, tal como la conocemos hoy.



Versiones más antiguas

El rey Jaime I de Aragón promulgó un decreto en el Concilio de Tarragona, en el año 1233, por el que prohibía tanto a clérigos como a laicos poseer y hasta leer ejemplares de las Sagradas Escrituras en el idioma del pueblo. En cambio podían hacerlo en latín o en griego.
"Este decreto -dice el Dr. Carroll O. Gillis- indica la existencia de una versión, o quizás mas, las que son desconocidas a la historia posterior. Es probable que ha sido destruido todo vestigio de esta versión, o de estas versiones, por la vigilancia de los agentes del rey, afanosos por aplicar al pie de la letra las provisiones del decreto real." (Versiones castellanas de la Biblia, pag. 95).


La Biblia Alfonsina (1280). El rey Alfonso X el Sabio, soberano de Castilla y León, hizo traducir toda la Biblia en lengua romance (que fue el punto de transición en la evolución del latín al castellano). Ese trabajo, en forma de manuscrito, se terminó en el año 1280, y fue incorporado por Alfonso X a su famosa General Estoria, que es un libro grandioso que cuenta la historia de la humanidad desde la creación hasta los días de Alfonso. En la Biblioteca del Escorial, España, se conserva un ejemplar en cinco tomos de la célebre Biblia Alfonsina. Esta obra es una traducción mas o menos literal de la Vulgata latina de San Jerónimo.
La Biblia de la Casa de Alba (1430). No comentaremos una traducción anónima del Antiguo Testamento, menos el libro de Eclesiastés, que data del año 1420 y que actualmente se encuentra en el Escorial. En cambio nos ocuparemos de la llamada Biblia de la Casa de Alba, Biblia de Olivares o Versión de Moisés de Arragel.
En el año 1430 vio la luz una traducción del Antiguo Testamento hecha por el rabino Arragel, de Guadalajara. Resulta que por esa época vivía un hombre muy educado que anhelaba intensamente leer las Sagradas Escrituras en idioma español; se trataba del noble D. Luis Guzmán. Éste encomendó a Arragel, vasallo suyo, la tarea de realizar la traducción y de escribir un comentario del texto sagrado. El rabino se negó a llevar a cabo el trabajo pedido porque conocía muy bien la intolerancia de la iglesia popular, pero finalmente las amenazas de Guzmán lo persuadieron, y el judío emprendió la tarea.
Al cabo de doce años de labor produjo una traducción del Antiguo Testamento de 515 páginas, con 290 miniaturas en colores y en oro realizadas por los artistas mas destacados de la ciudad de Toledo. La inquisición se apoderó de esta obra de arte dos siglos después, pero no la destruyó. Finalmente llegó a manos de la Casa de Alba, su dueña actual. El Duque de Alba publicó en el año 1922 una edición facsimilada de 300 ejemplares. Habían transcurrido cinco siglos desde la preparación de este manuscrito hasta su publicación.
A continuación el lector podrá leer algunos versículos de esta antiquísima traducción llamada Biblia de Alba:
"Dixo el Señor: fagamos omne a nuestra ymagen, e nuestra semeianca, el qual señoree en los pesces del mar e en las aues de los cielos e en la tierra e en todas las reptillas que mueuen sobre la tierra.
"E crio el Señor al omne a la su ymagen, a ymagen del Señor los crio, masculo e fenbra los crio.
"A los quales bendixo el Señor e les dixo: frochiguad e multiplicad e implid la tierra e podestadla e señorad en los pesces del mar e en las aues de los cielos e en toda la biua anima que se mueue en la tierra".



Las Primeras Biblias impresas
En 1940 se publicaron los Evangelios Litúrgicos, traducidos por Juan López, monje dominicano. En 1497 se imprimió la primera edición de una parte del Antiguo Testamento: el Pentateuco.



El Nuevo Testamento de Enzinas (1543). "En un cementerio de Estrasburgo, lejos de España, yacen los restos de otro burgalés [originario de Burgos, Españo], que para los cristianos españoles e hispanoamericanos es mucho más grande que el Cid Campeador. Realmente su memoria, levantándose del olvido, embellece las páginas de la historia de la iglesia de Cristo en España, pues se le debe la primera versión completa del Nuevo Testamento en nuestra lengua" (Prof. Alejandro Clifford, Versiones castellanas de la Biblia, págs. 32,33). Son los restos de Don Francisco de Enzinas.
Siete años después que Antonio de Mendoza, primer virrey de México, introdujera la imprenta en ese país en 1536, un culto y ambicioso joven español había de imprimir la primera traducción del Nuevo Testamento al castellano, en la ciudad de Amberes en los Países Bajos, en 1543. Se trataba de Francisco de Enzinas o Dryander, como también se le conoce, quien a la edad de 23 años había terminado ese grandioso trabajo en el que había empleado 18 meses de esfuerzos sostenidos. Su traducción tiene tal corrección y belleza de lenguaje, que hasta hoy asombra a los críticos.
Enzinas se convenció de que los reformadores tenían la verdad, y con el fin de compenetrarse mejor de sus ideas, se trasladó a Wittenberg, donde vivió en la casa del renombrado teólogo alemán Melanchton. Allí fue donde llevó a cabo su trabajo de traducción, basándose probablemente en un texto griego preparado por Erasmo, sabio holandés y el más grande humanista del Renacimiento.
Aunque en febrero de 1543 la Inquisición había promulgado un edicto condenando toda la literatura que se relacionara con el pensamiento de la Reforma, incluyendo las traducciones de la Biblia a otros idiomas que no fueran el latín, y a pesar de que la amistad de Enzinas con Melanchton había despertado las sospechas de los inquisidores, este valeroso joven decidió obtener la protección y el respaldo del emperador Carlos V, a quien dedicó la edición de su Nuevo Testamento.
Pero el monje Pedro de Soto revisó el trabajo por orden del emperador, y no lo halló de su agrado. Esto dio como resultado el encarcelamiento de Enzinas, quien fue acusado de herejía y de haber traducido el Nuevo Testamento al español. Pero afortunadamente él consiguió escapar de la prisión.
Enzinas debió publicar su Testamento fuera de España, porque en ese país estaba prohibida la producción de la Biblia en lengua vernácula. Esa prohibición, como ya dijimos en otro párrafo, se había originado en un decreto promulgado en el Concilio de Tarragona, en 1233, por el rey de Aragón, Jaime I el Conquistador, el que prohibía "tanto a los clérigos como a los laicos leer, y aun poseer, ejemplares de las Sagradas Escrituras a menos que fuesen en latín".
Debido a esa enconada y persistente oposición, la primera Biblia completa en español pudo publicarse en la Península Ibérica sólo seiscientos años después de aquel injusto decreto, cuando se dio a la estampa en Valencia, en 1793, la traducción de la Biblia hecha de la Vulgata latina por Felipe Scío de San Miguel. Más adelante hablaremos más de ella.


La Biblia de Ferrara (1553). ¿Cuándo se publicó el primer Antiguo Testamento en español? Veamos los antecedentes. Durante la edad media, España dio albergue a numerosos judíos, después de la dispersión del pueblo hebreo ocurrida en el siglo segundo de nuestra era. Esos judíos llegaron a ser muy ricos e influyentes, lo cual desató una violenta persecución a fines del siglo XV. Como resultado se fueron de España llevándose sus conocimientos y sus riquezas. Se establecieron en Holanda y en las costas de Francia e Italia, y allí continuaron con sus investigaciones del texto sagrado y con sus traducciones de la Biblia al idioma español.
En la ciudad de Ferrara, en Italia, a orillas del río Po, floreció una colonia de judíos españoles. Fue allí donde, en 1553, se publicó el primer Antiguo Testamento en español, conocido como la "Biblia de Ferrara". La traducción fue preparada por dos eruditos, los judíos Yom Tob Atias y Abraham Usque, bajo la protección de Don Hércules de Este, cuarto Duque de Ferrara, cuya casa servía de refugio a los sabios y eruditos ilustres perseguidos por la Inquisición.
La Biblia de Ferrara "tuvo como base un grupo de manuscritos castellanos originalmente hechos directamente del hebreo en el siglo trece y revisados en el siglo quince. Al alcance de los traductores se encontraba ya para este tiempo el texto masorético del Antiguo Testamento llamado 'la Biblia de Bomberg' editada y revisada por Jacob ben Hayyim ben Adonijah en Venecia, en 1524 y 1525.
"La Biblia de Ferrara es importante porque fue el principal texto español del Antiguo Testamento que consultó Casiodoro de Reina. Por ser una traducción literal hecha con el fin de trasladar el significado preciso de cada palabra hebrea al español, está llena de arcaísmos. Reina la encontró también afectada por la influencia de las ideas rabínicas" (Sociedades Bíblicas en América Latina, Nueva luz en la antigua lámpara, pág. 25).
El idioma español de hace más de cuatro siglos era muy diferente del nuestro, porque ha sido cambiado a medida que transcurría el tiempo. Debido ha esto ha sido necesario realizar ocasionalmente nuevas revisiones y versiones de la Biblia, a fin de mantenerla al alcance de la gente en las distintas épocas.


El Nuevo Testamento de Juan Pérez (1556). El Dr. Juan Pérez de la Pinela revisó con todo detenimiento el Nuevo Testamento de Francisco de Enzinas, lo mejoró corrigiendo algunos errores y lo publicó en 1556, en Ginebra, Suiza. Además, tradujo del hebreo los Salmos y publicó ese trabajo en 1557.


La "Biblia del Oso" y su traductor (1569).
"El más grande de los traductores de la Biblia, Casiodoro de Reina -dice el Prof. Alejandro Clifford -, no era como Valdés, Pérez o Enzinas español de rancia estirpe sino, como dice despectivamente un escritor católico, 'un morisco granadino' ".
Cuando Casiodoro de Reina nació en España, probablemente en el año 1520, en diversos países europeos había surgido la urgencia de poner la Biblia al alcance del pueblo en lenguaje común. "Los conductores de la reforma protestante -leemos en Nueva luz en la antigua lámpara, pág. 30- consagraron su atención al trabajo de proveer mejores traducciones de las Escrituras en las lenguas europeas, y utilizaron para su trabajo los mejores recursos de investigación erudita y talento literario. Así se produjeron las grandes traducciones del siglo dieciséis".
Lutero tradujo la Biblia al idioma alemán, en 1522, y actualmente esa traducción revisada constituye la versión autorizada de la iglesia protestante alemana. William Tyndale realizó la traducción del Nuevo Testamento al inglés, en 1525, y esa versión sirvió de base para la famosa traducción llamada del rey Jaime. Ésta ha sido revisada en numerosas ocasiones durante sus varios siglos de existencia, y actualmente es todavía la Biblia mas apreciada y leída por millones de cristianos de habla inglesa en todo el mundo. En Francia, Pierre Robert Olivetan tradujo la Biblia al idioma de ese país en 1535.
¿Qué ocurría en España cuando el monje Casiodoro de Reina apareció en la escena? Veamos lo que dice una publicación de las Sociedades Bíblicas en América Latina, mencionada en otro párrafo: "Una crisis espiritual fue rápidamente manifestándose en todo el Imperio Español, a medida que la reforma protestante ganaba fuerza y difundía su influencia [esto ocurría en el siglo XVI]. Entre tanto la correspondiente contrarreforma católica, ayudada por la Inquisición, tomaba medidas fuertes y agresivas. Durante ese tiempo, los libros de los dirigentes de Reforma en Europa circulaban en España y recibían entusiasta aceptación en muchos sectores del pensamiento. Una de las razones para esta aceptación, a mas del hecho... de que España venía conociendo y leyendo las Escrituras desde el siglo trece quizá mas que cualquier otro país de Europa, fue el hecho de que muchos de los maestros de las universidades estaban estudiando y enseñando asíduamente las obras de los humanistas [el humanismo es una corriente de pensamiento del Renacimiento que renovó el estudio de las lenguas y literaturas antiguas, en latín y griego especialmente] y en especial las de Erasmo. Esta influencia penetró aún los pesados muros de los monasterios y conventos, algunos de los cuales se convirtieron en centros de propaganda del pensamiento de la Reforma" (Id., Págs. 30, 31).
EDITADO POR LILY BATZ



La Biblia, su Origen, Historia
y Lugar en el Mundo


LA BIBLIA es un libro extraordinario. Es EL LIBRO por excelencia, como lo consideraba el célebre escritor Walter Scott (1771-1832), quien afirmó en su lecho de muerte: "No hay más que un libro", refiriéndose a las Sagradas Escrituras. Su origen, su historia, su contenido y su influencia en la vida de los individuos y de los pueblos que lo han leído con actitud receptiva, no conocen nada semejante.

La Biblia contiene en sí misma pruebas de su origen divino. Ningún otro libro puede contestar las preguntas de la mente o satisfacer los anhelos del corazón corno lo hace la Biblia. Se adapta a todas las edades y condiciones de la vida, y está llena del conocimiento que ilumina la mente y santifica el alma.

En la Biblia tenemos una revelación del Dios viviente. Si se la recibe con fe, tiene poder para transformar la vida. Durante toda su historia una mano divina la ha cuidado y preservado para el mundo.

CÓMO, CUÁNDO Y POR QUÉ FUE ESCRITA

Siglos después del diluvio, cuando los hombres se multiplicaron y las tinieblas se asentaron de nuevo sobre el mundo, hombres santos escribieron movidos por el Espíritu de Dios. Así Dios habló a su pueblo, y por medio de él al mundo, para que el conocimiento de Dios y de su voluntad no se desvaneciera de la tierra.

Durante centurias, esta obra prosiguió, hasta que vino Cristo, la Simiente prometida. Con él, y el bendito mensaje de luz y salvación proclamado por él y por sus apóstoles, finalizó el registro de las Escrituras, y se competó la Palabra de Dios.


ESCRITOS ORIGINALES Y TRADUCCIONES

La mayor parte del Antiguo Testamento fue escrita originalmente en hebreo, en rollos de pergamino, lienzo o papiro. Estos fueron más tarde traducidos al griego. La traducción más antigua, se conoce como la Septuaginta, o Versión de los Setenta, hecha en Alejandría para la famosa biblioteca de esa ciudad. La traducción fue comenzada bajo el patrocinio de Tolomeo Filadelfo, alrededor del año 285 AC. Se dice que la orden original de esta traducción fue dada por Alejandro Magno, quien se había enterado previamente, al visitar Jerusalén en 332 AC, de la profecía de Daniel de que Grecia vencería al reino persa. (Véase Josefo, Antigüedades judaicas, libro II, cap. 8, par. 5.) Esta era la versión de uso corriente en el tiempo de Cristo.

Los eruditos consideran que el Nuevo Testamento fue escrito originalmente en griego (aunque algunos piensan que San Mateo fue escrito primero en hebreo, y traducido más tarde al griego).

En una fecha temprana distintos individuos tradujeron al latín la Septuaginta y el Nuevo Testamento que existía en griego. Una versión de toda la Biblia preparada más cuidadosamente, la Vulgata de Jerónimo, fue hecha de 383 a 405 DC. Se la llamó Vulgata, o versión "común", porque era de uso corriente entre la gente que hablaba el latín.

LA BIBLIA EN IDIOMAS NACIONALES

Hasta entonces, sin embargo, la Biiblia había sido en alto grado impresa solamente en un idioma antiguo, que el pueblo común no comprendía, y sin la Palabra de Dios en sus manos, la buena semilla sembrada entre ellos era fácilmente destruida. "¡Oh --decían os defensores de sus puras enseñanzas-, si sólo pudiera el pueblo tener la Palabra de Dios en su propio idioma, eso no sucedería! Sin ello será imposible establecer a los legos en la verdad".

¿Y por qué no la tendrían ellos en su propia lengua?, razonaban. Moisés escribió en la lengua del pueblo de sus días; los profetas hablaban en la lengua familiar de los hombres a quienes se dirigían; y el Nuevo Testamento fue escrito en el idioma entonces corriente en el mundo romano.

La traducción de la Biblia al inglés por Juan Wiclef y sus asociados, alrededor de 1380, fue uno de los principales hechos rectores de la Reforma. Preparó también el camino para el reavivamiento del cristianismo en Inglaterra, y para la multiplicación posterior de la Palabra por millones para todo el mundo.

El hacer esa traducción en aquel tiempo, dice Neander, "requería un espíritu valiente que ningún peligro pudiera aterrar". Por hacer esto, 'Wiclef fue atacado desde varias partes, porque, se protestaba, "él había introducido entre la multitud un libro reservado exclusivamente para el uso de los sacerdotes". En la acusación general se declaró que "así el Evangelio había sido expuesto por él a los laicos, y a las mujeres que pudieran leer, más abiertamente de lo que anteriormente lo había sido a los clérigos más cultos, por lo que la perla de¡ Evangelio se arrojaba al público y era hollada por los puercos". En el prefacio de su traducción, Wiclef exhortaba a la gente a leer las Escrituras.

Un sentido de temor reverente y un estremecimiento de gozo llenó el corazón de Lutero, el reformador alemán, cuando, a la edad de veinte años, mientras examinaba los volúmenes de la biblioteca de la Universidad de Erfurt, sostuvo en sus manos, por primera vez en su vida, un ejemplar completo de la Biblia. "Oh, Dios -exclamó-, si yo pudiera tener uno de estos libros, no pediría otro tesoro". Un poquito más tarde él halló en un convento una Biblia encadenada. Y a ella recurrió constantemente.

Pero todas estas Biblias, como las de cualquier otro lugar, excepto la inglesa, estaban en un idioma antiguo, y podían ser leídas solamente por la gente instruida. ¿Por qué, pensó Lutero, tiene que estar la Palabra viviente confinada a las lenguas muertas? Como 'Wiclef, por lo tanto, él decidió dar a sus compatriotas la Biblia en el idioma popular; y lo hizo: el Nuevo Testamento en 1522, y la Biblia completa, la obra cumbre de su vida, en 1534.

Impresionado con la idea de que el pueblo debía leer las Escrituras en su lengua materna, William Tyndale, de igual manera, en 1525 dio a la gente de habla inglesa su traducción del Nuevo Testamento, que sirvió de base para la famosa traducción llamada del Rey Jacobo, y más tarde tradujo algunas porciones del Antiguo Testamento. Su ardiente deseo de que ellos pudieran conocer la Biblia fue bien expresado en la declaración de que, si Dios le concedía la vida, él haría que los muchachos que manejaban el arado conocieran más las Escrituras de lo que la conocían comúnmente los teólogos de sus días.

La primera Biblia completa en inglés fue la de Miles Converdale, impresa en Zurich, Suiza, en 1535. A ella siguieron otras versiones, entre las cuales puede mencionarse la Gran Biblia, preparada por sugerencia de Tomás Cromwell, Conde de Essex.


Es evidente que en España ya en 1233 circulaban traducciones parciales o completas de la Biblia en el idioma del pueblo; de lo contrario no se habría promulgado el decreto de Jaime de Aragón, que prohibía su lectura.

En 1280 se terminó la traducción manuscrita de la Biblia Alfonsina en romance, transición entre el latín y el castellano, por orden de¡ rey Alfonso el Sabio. La primera versión completa de¡ Antiguo Testamento en español se conoce como La Biblia de la Casa de Alba. Vio la luz en 1430, escrita a mano. Pero no circuló, porque la Inquisición se apoderó de ella, aunque no la destruyó.

La primera versión completa del Nuevo Testamento impresa en español, conocida como El Nuevo Testamento de Enzinas, terminó de imprimirse en 1542 en Amberes. Y la Biblia de Ferrara, la primera versión en español del Antiguo Testamento, se publicó en 1553.

Los primeros ejemplares de la Biblia completa en castellano aparecieron en 1569 en Basilea, Suiza. Su traducción fue obra de Casiodoro de Reina. Revisada cuidadosamente por el brillante escritor Cipriano de Valera, fue impresa en 1602 en Amsterdam.

Así la luz de la verdad comenzó a brillar una vez más en el Mundo Occidental, pero no sin oposición.

Dos siglos más tarde, de 1790 a 1793, se imprimió por primera vez en España misma una versión de la Biblia en castellano, la del padre Felipe Scío de San Miguel, en diez volúmenes. Ahora existen muchas otras, tanto católicas como protestantes, algunas de ellas muy buenas.



LA QUEMA DE BIBLIAS

Como Joacim, rey de Judá, y los príncipes existentes bajo el reinado de Sedequías, mostraron su menosprecio por Dios quemando los escritos de Jeremías y arrojando al profeta en una cisterna (Jeremías 36:20-23; 38), así los hombres trataron de contener la marea naciente de la Reforma quemando la Biblia y a sus traductores.

La quema de la Biblia fue iniciada en Inglaterra con la destrucción de los ejemplares de la edición de Antwep del Nuevo Testamento de Tyndale, en Paul's Cross, Londres, en 1527; y fue seguida por la quema de la segunda edición en 1530. Y algo más tarde, los escritos y traducciones de Wiclef, Tyndale, Basil, Barnes, Coverdale, y otros, puero proscritos y en algunos casos quemados.

Cuarenta y tres años después de la muerte de Wiclef, o sea en 1428 DC., por oden del Concilio de Constanza, los huesos de ese reformador fueron exhurnados y quemados. El 6 de octubre de 1536, por orden de Carlos V de Alemania, Tyndale fue estrangulado y quemado en la hoguera en Vilvorde, cerca de Bruselas. "Si Lutero no se retractare -escribió Enrique VIII en Inglaterra-, entrégueselo a él y sus escritos a las llamas".
Tal fue, bajo la tiranía espiritual que imperaba en aquellos tiempos, la suerte de muchos que se colocaron de parte de Dios y de su Palabra.

LA PALABRA NO ESTA PRESA

Pero la Palabra de Dios no podía quedar aprisionada para siempre. Al tratar de impedir su circulación, los hombres descubrieron pronto que estaban intentando lo imposible.

La Biblia había echado profundas raíces en los corazones de la gente. Lo que reyes y prelados habían tratado de suprimir y destruir, reyes y prelados comenzaban ahora a fomentar y suministrar.

En su Stories From English History (Anécdotas de la historia inglesa), páginas 196, 197, Henry P. Warren dice- "Henry, por consejo de Crornwell, ordenó que se tradujera la Biblia al inglés, y que se colocase un ejemplar en cada iglesia. Se habían hecho traducciones al inglés antes, pero no habían estado generalmente en manos del pueblo, y habían sido leídas solamente en secreto y con temor... Cromwell pidió entonces que Cranmer y los obispos revisaran la Biblia, y que la publicaran sin notas ni comentarios; y en 1539 se encadenó un ejemplar de la Biblia en inglés a la mesa de lectura de cada iglesia parroquial. Desde entonces la Biblia nunca ha dejado de ser impresa y vendida libremente".

Dice Carlos C. Coffin, en su Story of Liberty (Historia de la Libertad), capítulo 2, página 44: "El pueblo escucha la lectura con asombro y deleite. Los hombres empiezan a pensar; y cuando lo hacen, caminan hacia la libertad. Ven que la Biblia les da derechos que hasta entonces se les habían negado: el derecho de leer, de adquirir conocimientos. Se abren escuelas. Hombres y mujeres que hasta ese momento no conocían ni una letra del alfabeto, aprenden a leer. Los hijos enseñan a sus padres. Es el comienzo de una nueva vida, un nuevo orden de cosas en la comunidad; el comienzo de la libertad".

LA BIBLIA A TODO EL MUNDO

Finalmente, fueron organizadas grandes sociedades bíblicas en Inglaterra, en Norteamérica, y en otros países de Europa, con el propósito de dar la Biblia al mundo, a cada "nación, tribu, lengua y pueblo" en su propio idioma. Las principales son la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, fundada en 1804, y la Sociedad Bíblica Americana, fundada en 1816. Éstas y otras organizaciones semejantes han esparcido literalmente cientos de millones de ejemplares de la Biblia en un gran número de idiomas. La Iglesia Católica también está participando activamente en esta noble obra, en forma especialmente notable desde el Concilio Vaticano II.

Así se está proporcionando al mundo la Palabra de Dios, en preparación para proclamar a toda la humanidad el último mensaje evangélico, la conclusión del reinado del pecado, y el advenimiento del Señor en gloria. "Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin" (S. Mateo 24: 14).




domingo, 14 de agosto de 2011

“Cuán agradecidos debiéramos sentirnos por la Santa Biblia”, expresó el élder Ballard.


Algunos leen la Biblia por interés en su valor literario; otros, por el deseo de hallar consejos, y aun otros, por el sentido del deber. Ahora bien, el mejor motivo para leer las Escrituras es el deseo de aprender sobre Dios y averiguar cómo influye el mensaje inspirado en nuestra vida.
“Porque si alguno es oidor de la palabra, y no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque después de mirarse a sí mismo, se va, y en seguida se olvida de cómo era.
Pero el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace” (Santiago 1:23-25; Lucas 6:46-49).

El hombre de este ejemplo se miró en el espejo, pero no corrigió ningún aspecto de su imagen. ¿Por qué? Quizás porque solo echó un vistazo rápido, o tal vez porque no se miró con la intención de cambiar nada. De forma parecida, no sirve de mucho leer la Biblia con una actitud desganada o sin verdaderos deseos de poner en práctica sus consejos. En cambio, si usted lee con atención la Palabra de Dios y permite que esta influya en lo que hace y lo que piensa, será realmente feliz.

Los miembros del Quórum de los Doce Apóstoles nos sugieren adquirir amor por la Biblia al estudiar la vida y el ministerio del Salvador y las palabras de los antiguos profetas y apóstoles.
“Cuán agradecidos debiéramos sentirnos por la Santa Biblia”, expresó el élder Ballard. “Amo la Biblia, sus enseñanzas, sus lecciones y su espíritu… Amo la perspectiva y la paz que me infunde la lectura de la Biblia”.

El élder Jeffrey R. Holland del Quórum de los Doce Apóstoles concuerda: “Amamos y veneramos la Biblia”, dijo. “Siempre se le menciona primero en nuestro canon, nuestros ‘libros canónicos’ ” Él nos recordó que la Restauración se llevó a cabo porque José Smith estudió la Biblia y ejercitó la fe en la promesa que se encuentra en Santiago 1:5 de que Dios contestará nuestras oraciones.

Al recordar los acontecimientos que prepararon el terreno para la Restauración, el élder Robert D. Hales, del Quórum de los Doce Apóstoles habló de la gratitud hacia todos aquellos que hicieron posible la traducción y publicación de la Biblia. Gracias a su labor, la Versión del Rey Santiago de la Biblia se puso a disposición para que cualquiera la leyera; y porque estuvo a disposición de José Smith, la verdadera Iglesia se restauró en la tierra. “¿Es de sorprender que la versión del rey Santiago sea la versión de la Biblia en inglés aprobada por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en la actualidad?”, preguntó el élder Hales.

“Siempre debemos tener presente a los incontables mártires que sabían de este poder y dieron su vida a fin de que halláramos en las palabras de este texto el sendero que conduce a la felicidad eterna y a la paz del reino de nuestro Padre Celestial”, dijo el élder Ballard.

El presidente Boyd K. Packer, Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles, compartió un relato de cuando vio una Biblia de la familia de siglos pasados y que tenía una cita en la primera página que decía: “La mejor impresión de la Biblia es que quede bien grabada en el corazón del lector”. Y luego continuó con este pasaje de Escrituras: “Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres” (2 Corintios 3:2).

Al conocer y amar la Biblia y los textos de Escritura que la acompañan, podemos mostrar nuestro agradecimiento y disfrutar las bendiciones de la restauración del Evangelio.

“Consideren la magnitud de nuestra bendición de tener la Santa Biblia y unas 900 páginas adicionales de Escritura”, dijo el élder D. Todd Christofferson. “Que nos deleitemos continuamente en las palabras de Cristo, las cuales nos dirán todas las cosas que debemos hacer”.

sábado, 19 de febrero de 2011

Examinando la lectura: Mat. 15:4

Honra a tu padre y a tu madre (Mat. 15:4). Joven, ¿qué harás si te sientes tentado a desobedecer a tus padres? ¿Cómo puedes seguir el ejemplo de Jescristo y resistír la tentación? (Mat. 4:1-10.) Lo más probable es que a la mayoría de tus compañeros de clase no les interesen las normas que te han inculcado tus padres en la iglesia. Tal vez quieran que participes en actividades poco recomendables y se burlen de ti si les dices que no. ¿Qué harás si te insultan por no hacer lo que te piden? Recuerda que si te dejas intimidar y cedes a la presión, decepcionarás a tus padres y tu Padre Celestial. Además, ¿dónde crees que acabarías si siguieras los pasos de tus compañeros? Quizá quieras ser diacono, maestro, o presbítero, o estés pensando en servir una misíon. ¿Crees que la amistad con tus compañeros te ayudará a alcanzar esas metas?

¿Qué es eso?
Un gorrión!
¿qué es eso?
Ya te lo dije papá, es un gorrión!
¿qué es eso?
......es un gorrión papá, un gorrión! go-rri-ón!!
¿qué es eso?
¿Por qué estás haciendo esto? Ya te lo dije muchas veces es un gorrión!! ¿Puedes entender eso?
¿A donde vas?....

En voz alta!
Hoy, mi hijo mas pequeño, quién hace unos días cumplió tres años, estaba sentado junto a mí en el parque, cuando un gorrión se paró frente a nosotros, mi hijo me preguntó 21 veces, "¿qué es eso?"
y las 21 veces yo le contesté... "es un gorrión"
Y yo lo abrazaba cada vez que me hacía la misma pregunta una y otra vez sin que eso me molestara, sentí cariño por mi inocente pequeño...

domingo, 30 de enero de 2011

Lectura de la Santa Biblia RV 2009 SUD Día 74 Josué 22-24


Josué
..Capítulo 22
Las dos tribus y media son despedidas con una bendición — Éstas edifican un altar de testimonio a orillas del Jordán para mostrar que son el pueblo del Jehová — No es un altar para sacrificios ni para holocaustos.

1Entonces Josué llamó a los rubenitas y a los gaditas, y a la media tribu de Manasés,

2y les dijo: Vosotros habéis guardado todo lo que Moisés, siervo de Jehová, os mandó, y habéis obedecido mi voz en todo lo que os he mandado.

3No habéis abandonado a vuestros hermanos en estos muchos días hasta hoy, sino que os habéis cuidado de guardar los mandamientos de Jehová vuestro Dios.

4Ahora, pues, que Jehová vuestro Dios ha dado reposo a vuestros hermanos, como lo había prometido, volved, y regresad a vuestras tiendas, a la tierra de vuestra posesión que Moisés, siervo de Jehová, os dio al otro lado del Jordán.

5Solamente que con diligencia cuidéis de poner por obra el mandamiento y la ley que Moisés, siervo de Jehová, os mandó: que améis a Jehová vuestro Dios, y andéis en todos sus caminos; que guardéis sus mandamientos, y os aferréis a él, y le sirváis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma.

6Y bendiciéndolos Josué, los envió, y se fueron a sus tiendas.

7También a la media tribu de Manasés le había dado Moisés posesión en Basán; mas a la otra media tribu le dio Josué heredad entre sus hermanos de este lado del Jordán, al occidente; y también a éstos envió Josué a sus tiendas, después de haberlos bendecido.

8Y les habló, diciendo: Volved a vuestras tiendas con grandes riquezas, y con muchísimo ganado, con plata, y con oro, y con bronce, y con mucha ropa; compartid con vuestros hermanos el botín de vuestros enemigos.

9Y los hijos de Rubén y los hijos de Gad, y la media tribu de Manasés, se volvieron, y se apartaron de los hijos de Israel, de Silo, que está en la tierra de Canaán, para ir a la tierra de Galaad, a la tierra de sus posesiones, de la cual eran poseedores, según la palabra de Jehová por medio de Moisés.

10Y llegando a los límites del Jordán, que está en la tierra de Canaán, los hijos de Rubén y los hijos de Gad, y la media tribu de Manasés, edificaron allí un altar junto al Jordán, un altar de gran apariencia.

11Y los hijos de Israel oyeron decir: He aquí, los hijos de Rubén, y los hijos de Gad, y la media tribu de Manasés han edificado un altar delante de la tierra de Canaán, en los límites del Jordán, por el lado de los hijos de Israel.

12Cuando los hijos de Israel lo oyeron, se reunió toda la congregación de los hijos de Israel en Silo, para subir a pelear contra ellos.

13Y enviaron los hijos de Israel a los hijos de Rubén, y a los hijos de Gad, y a la media tribu de Manasés, en la tierra de Galaad, a Finees hijo de Eleazar, el sacerdote,

14y a diez príncipes con él: un príncipe por cada casa paterna de todas las tribus de Israel, cada uno de los cuales era cabeza de familia de su casa paterna entre los millares de Israel.

15Éstos fueron a los hijos de Rubén, y a los hijos de Gad, y a la media tribu de Manasés, en la tierra de Galaad, y les hablaron, diciendo:

16Toda la congregación de Jehová dice así: ¿Qué transgresión es ésta que habéis cometido contra el Dios de Israel, apartándoos hoy de seguir a Jehová, edificándoos un altar para ser hoy rebeldes contra Jehová?

17¿No nos ha sido suficiente la maldad de Peor, de la que no estamos aún limpios hasta este día, por la cual vino la mortandad en la congregación de Jehová?

18Y vosotros os apartáis hoy de seguir a Jehová; y sucederá que vosotros os rebeláis hoy contra Jehová, y mañana se enojará él contra toda la congregación de Israel.

19Que si os parece que la tierra de vuestra posesión es inmunda, pasaos a la tierra de la posesión de Jehová, en la cual está el tabernáculo de Jehová, y tomad posesión entre nosotros; pero no os rebeléis contra Jehová, ni os rebeléis contra nosotros, edificándoos un altar además del altar de Jehová nuestro Dios.

20¿No cometió Acán hijo de Zera transgresión en el anatema, y cayó la ira sobre toda la congregación de Israel? Y aquel hombre no pereció solo en su iniquidad.

21Entonces los hijos de Rubén, y los hijos de Gad, y la media tribu de Manasés, respondieron y dijeron a los jefes de los millares de Israel:

22El Dios de los dioses, Jehová, el Dios de los dioses, Jehová, él lo sabe, y que lo sepa Israel: si fue por rebelión o por transgresión contra Jehová, no nos salves hoy.

23Si nos hemos edificado altar para apartarnos de Jehová o para ofrecer holocausto u ofrenda de grano, o para hacer sobre él ofrendas de paz, el mismo Jehová nos lo demande.

24En verdad, lo hicimos por temor de que mañana vuestros hijos digan a nuestros hijos: ¿Qué tenéis que ver vosotros con Jehová el Dios de Israel?

25Jehová ha puesto por límite el Jordán entre nosotros y vosotros, oh hijos de Rubén e hijos de Gad; no tenéis vosotros parte con Jehová. Y así vuestros hijos harían que nuestros hijos dejaran de temer a Jehová.

26Por esto dijimos: Edifiquemos ahora un altar, no para holocausto ni para sacrificio,

27sino para que sea un testimonio entre nosotros y vosotros, y entre los que vendrán después de nosotros, de que podemos hacer el servicio de Jehová delante de él con nuestros holocaustos, con nuestros sacrificios, y con nuestras ofrendas de paz; y no digan mañana vuestros hijos a los nuestros: Vosotros no tenéis parte con Jehová.

28Nosotros, pues, dijimos: Si acontece que en lo futuro nos dicen eso a nosotros o a nuestros descendientes, entonces responderemos: Mirad el símil del altar de Jehová, el cual hicieron nuestros padres, no para holocaustos ni para sacrificios, sino para que fuese testimonio entre nosotros y vosotros.

29Nunca tal acontezca que nos rebelemos contra Jehová, o que nos apartemos hoy de seguir a Jehová, edificando altar para holocaustos, para ofrendas de grano, o para sacrificios, además del altar de Jehová nuestro Dios que está delante de su tabernáculo.

30Y cuando Finees el sacerdote y los príncipes de la congregación, y los jefes de los millares de Israel que con él estaban, oyeron las palabras que hablaron los hijos de Rubén y los hijos de Gad y los hijos de Manasés, quedaron contentos con ello.

31Y dijo Finees, hijo del sacerdote Eleazar, a los hijos de Rubén, a los hijos de Gad, y a los hijos de Manasés: Hoy hemos entendido que Jehová está entre nosotros, porque no habéis intentado esta traición contra Jehová. Ahora habéis librado a los hijos de Israel de la mano de Jehová.

32Y Finees, hijo del sacerdote Eleazar, y los príncipes, dejaron a los hijos de Rubén, y a los hijos de Gad, y regresaron de la tierra de Galaad a la tierra de Canaán, a los hijos de Israel, a los cuales dieron la respuesta.

33Y el asunto agradó a los hijos de Israel, y bendijeron a Dios los hijos de Israel; y no hablaron más de subir contra ellos en guerra, para destruir la tierra en que habitaban los hijos de Rubén y los hijos de Gad.

34Y los hijos de Rubén y los hijos de Gad pusieron al altar el nombre de Ed, porque es testimonio entre nosotros de que Jehová es Dios.

Josué
..Capítulo 23

Josué exhorta a Israel a ser valiente, a guardar los mandamientos, a amar a Jehová y a no concertar matrimonios con los cananeos ni a unirse a los que queden de ellos en la tierra — Si los hijos de Israel sirven a otros dioses, serán maldecidos y despojados.

1Y aconteció, pasados muchos días después que Jehová dio reposo a Israel de todos sus enemigos de alrededor, que Josué, siendo viejo, y entrado en años,

2llamó a todo Israel, a sus ancianos, a sus jefes, a sus jueces y a sus oficiales, y les dijo: Yo ya soy viejo y entrado en años.

3Y vosotros habéis visto todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho con todas estas naciones por vuestra causa, porque Jehová vuestro Dios es quien ha peleado por vosotros.

4He aquí os he repartido por sorteo, como heredad para vuestras tribus, estas naciones, tanto las destruidas como las que quedan, desde el Jordán hasta el mar Grande hacia donde el sol se pone.

5Y Jehová vuestro Dios las expulsará de delante de vosotros, y las lanzará de vuestra presencia; y vosotros poseeréis su tierra, como Jehová vuestro Dios os ha dicho.

6Esforzaos, pues, mucho en guardar y en hacer todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, sin apartaros de ello ni a diestra ni a siniestra,

7para que no os mezcléis con estas naciones que han quedado entre vosotros, ni hagáis mención ni juréis por el nombre de sus dioses, ni los sirváis, ni os inclinéis ante ellos.

8Mas a Jehová vuestro Dios os aferraréis, como habéis hecho hasta hoy;

9pues ha expulsado Jehová de delante de vosotros a naciones grandes y fuertes, y hasta hoy nadie os ha podido hacer frente delante de vuestro rostro.

10Un solo varón de vosotros perseguirá a mil, porque Jehová vuestro Dios es quien pelea por vosotros, como él os dijo.

11Por tanto, tened mucho cuidado por vuestras almas, de que améis a Jehová vuestro Dios.

12Porque si os apartáis, y os unís a lo que resta de estas naciones que han quedado entre vosotros, y si concertáis con ellas matrimonios, mezclándoos con ellas, y ellas con vosotros,

13sabed que Jehová vuestro Dios no expulsará más a estas naciones de delante de vosotros, sino que os serán por lazo, y por trampa, y por azote para vuestros costados, y por espinas para vuestros ojos, hasta que perezcáis de sobre esta buena tierra que Jehová vuestro Dios os ha dado.

14Y he aquí que yo estoy para entrar hoy por el camino de toda la tierra, y vosotros sabéis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma que no ha fallado ni una palabra de todas las buenas palabras que Jehová vuestro Dios ha dicho acerca de vosotros; todas os han acontecido, no ha fallado de ellas ni una.

15Pero sucederá que así como ha venido sobre vosotros toda palabra buena que Jehová vuestro Dios os ha dicho, así también traerá Jehová sobre vosotros toda palabra mala, hasta destruiros de sobre la buena tierra que Jehová vuestro Dios os ha dado.

16Si traspasáis el convenio de Jehová vuestro Dios que él os ha mandado, y vais y honráis a dioses ajenos, y os inclináis ante ellos, entonces el furor de Jehová se encenderá contra vosotros, y pereceréis prontamente de esta buena tierra que él os ha dado.

Josué
..Capítulo 24

Josué relata la forma en que Jehová ha bendecido y dirigido a Israel — Josué y todo el pueblo hacen convenio de escoger a Jehová y servirlo a Él únicamente — Mueren Josué y Eleazar — Los huesos de José, llevados desde Egipto, son enterrados en Siquem.

1 Y reunió Josué a todas las tribus de Israel en Siquem y llamó a los ancianos de Israel, y a sus príncipes, y a sus jueces, y a sus oficiales; y se presentaron delante de Dios.

2Y dijo Josué a todo el pueblo: Así dice Jehová, Dios de Israel: Vuestros padres habitaron antiguamente al otro lado del río, a saber, Taré, padre de Abraham y de Nacor, y servían a dioses extraños.

3Y yo tomé a vuestro padre Abraham del otro lado del río, y lo traje por toda la tierra de Canaán, y aumenté su descendencia, y le di a Isaac.

4Y a Isaac le di a Jacob y a Esaú. Y a Esaú le di en posesión el monte Seir, en tanto que Jacob y sus hijos descendieron a Egipto.

5Y yo envié a Moisés y a Aarón, y herí a Egipto, conforme a lo que hice en medio de él, y después os saqué.

6Y saqué a vuestros padres de Egipto, y llegaron al mar; y los egipcios persiguieron a vuestros padres hasta el Mar Rojo con carros de guerra y caballería.

7Y cuando ellos clamaron a Jehová, él puso oscuridad entre vosotros y los egipcios, e hizo venir sobre ellos el mar, el cual los cubrió; y vuestros ojos vieron lo que hice en Egipto. Después estuvisteis muchos días en el desierto.

8Y os introduje en la tierra de los amorreos, que habitaban al otro lado del Jordán, los cuales pelearon contra vosotros; mas yo los entregué en vuestras manos, y tomasteis posesión de su tierra, y los destruí de delante de vosotros.

9Y se levantó después Balac, hijo de Zipor, rey de los moabitas, y peleó contra Israel; y envió a llamar a Balaam, hijo de Beor, para que os maldijese.

10Mas yo no quise escuchar a Balaam, antes bien él os bendijo repetidamente, y os libré de sus manos.

11Y pasasteis el Jordán, y llegasteis a Jericó; y los moradores de Jericó pelearon contra vosotros: los amorreos, y los ferezeos, y los cananeos, y los heteos, y los gergeseos, y los heveos, y los jebuseos, y yo los entregué en vuestras manos.

12Y envié avispas delante de vosotros, las cuales los expulsaron de delante de vosotros, a saber, a los dos reyes de los amorreos; no fue con tu espada ni con tu arco.

13Y os di la tierra por la cual no trabajasteis, y las ciudades que no edificasteis, en las cuales moráis; y coméis de las viñas y de los olivares que no plantasteis, coméis.

14Ahora pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de en medio de vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río y en Egipto, y servid a Jehová.

15Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.

16Entonces el pueblo respondió, y dijo: Nunca tal acontezca, que dejemos a Jehová para servir a otros dioses,

17porque Jehová nuestro Dios es el que nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre; el que delante de nuestros ojos ha hecho estas grandes señales, y nos ha guardado a lo largo de todo el camino por donde hemos andado, y en todos los pueblos por entre los cuales pasamos.

18Y Jehová expulsó de delante de nosotros a todos los pueblos, y aun al amorreo que habitaba en la tierra; nosotros, pues, también serviremos a Jehová, porque él es nuestro Dios.

19Entonces Josué dijo al pueblo: No podréis servir a Jehová, porque él es Dios santo, y Dios celoso; no perdonará vuestras rebeliones ni vuestros pecados.

20Si dejáis a Jehová y servís a dioses ajenos, él se volverá contra vosotros y os hará mal y os consumirá, después que os ha hecho bien.

21El pueblo entonces dijo a Josué: No, sino que a Jehová serviremos.

22Y Josué respondió al pueblo: Vosotros sois testigos contra vosotros mismos de que habéis elegido a Jehová para servirle. Y ellos respondieron: Testigos somos.

23Quitad, pues, ahora los dioses ajenos que están entre vosotros, e inclinad vuestro corazón a Jehová Dios de Israel.

24Y el pueblo respondió a Josué: A Jehová nuestro Dios serviremos, y su voz obedeceremos.

25Entonces Josué hizo convenio con el pueblo aquel mismo día, y les dio estatutos y decretos en Siquem.

26Y escribió Josué estas palabras en el libro de la ley de Dios; y tomando una gran piedra, la colocó allí debajo de una encina que estaba junto al santuario de Jehová.

27Y dijo Josué a todo el pueblo: He aquí esta piedra servirá de testigo contra nosotros, porque ha oído todas las palabras de Jehová que él ha hablado con nosotros; será, pues, testigo contra vosotros, para que no mintáis contra vuestro Dios.

28Y aconteció que envió Josué al pueblo, cada uno a su heredad.

29Y después de estas cosas murió Josué, hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento diez años.

30Y lo sepultaron en el territorio de su heredad en Timnat-sera, que está en los montes de Efraín, al norte del monte Gaas.

31Y sirvió Israel a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué, y que sabían todas las obras que Jehová había hecho por Israel.

32Y enterraron en Siquem los huesos de José que los hijos de Israel habían traído de Egipto, en la parte del campo que Jacob compró de los hijos de Hamor, padre de Siquem, por cien monedas; y vino a ser heredad de los hijos de José.

33También murió Eleazar, hijo de Aarón, y lo enterraron en el collado de Finees, su hijo, que le fue dado en los montes de Efraín

Lectura de la Santa Biblia RV 2009 SUD Día 73 Josué 19-21


Josué
..Capítulo 19
Simeón, Zabulón, Isacar, Aser, Neftalí y Dan reciben sus heredades por sorteo.

1La segunda suerte le tocó a Simeón, a la tribu de los hijos de Simeón, conforme a sus familias; y su heredad estaba en medio de la heredad de los hijos de Judá.

2Y tuvieron en su heredad a Beerseba, y Seba, y Molada,

3y Hazar-sual, y Bala, y Ezem,

4y Eltolad, y Betul, y Horma,

5y Siclag, y Bet-marcabot, y Hazar-susa,

6y Bet-lebaot, y Saruhén; trece ciudades con sus aldeas.

7Aín, Rimón, y Éter, y Asán; cuatro ciudades con sus aldeas;

8y todas las aldeas que estaban alrededor de estas ciudades hasta Baalat-beer, que es Ramat del sur. Ésta es la heredad de la tribu de los hijos de Simeón, según sus familias.

9De la suerte de los hijos de Judá fue sacada la heredad de los hijos de Simeón, por cuanto la parte de los hijos de Judá era excesiva para ellos; así que los hijos de Simeón tuvieron su heredad en medio de la de Judá.

10La tercera suerte les tocó a los hijos de Zabulón, conforme a sus familias; y el territorio de su heredad fue hasta Sarid.

11Y su límite sube hacia el mar a Marala, y llega hasta Dabeset, y de allí llega al arroyo que está delante de Jocneam.

12Y de Sarid dobla hacia el oriente, hacia donde nace el sol hasta el límite de Quislot-tabor, sale a Daberat, y sube a Jafía.

13Y pasa de allí hacia el lado oriental a Gat-hefer y a Ita-cazín, y sale a Rimón rodeando a Nea.

14Y de aquí dobla este límite hacia el norte a Hanatón, viniendo a salir al valle de Jefte-el;

15y abarca Catat, y Naalal, y Simrón, e Idala, y Belén; doce ciudades con sus aldeas.

16Ésta es la heredad de los hijos de Zabulón, conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.

17La cuarta suerte le tocó a Isacar, a los hijos de Isacar, conforme a sus familias.

18Y su territorio llega hasta Jezreel, y Quesulot, y Sunem,

19y Hafaraim, y Sihón, y Anaharat,

20y Rabit, y Quisión, y Abez,

21y Remet, y En-ganim, y En-hada y Bet-pases.

22Y llega este límite hasta Tabor, y Sahazima, y Bet-semes, y termina en el Jordán; dieciséis ciudades con sus aldeas.

23Ésta es la heredad de la tribu de los hijos de Isacar, conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.

24Y la quinta suerte le tocó a la tribu de los hijos de Aser, conforme a sus familias.

25Y su territorio llega hasta Helcat, y Halí, y Betén, y Acsaf,

26y Alamelec, y Amad, y Miseal; y llega hasta Carmelo al occidente, y a Sihor-libnat.

27Y dobla hacia donde nace el sol a Bet-dagón, y llega a Zabulón, y al valle de Jefte-el al norte, a Bet-emec, y a Neiel, y sale a Cabul a la izquierda;

28y abarca Hebrón, y Rehob, y Hamón, y Caná, hasta la gran Sidón;

29y de allí este límite dobla a Ramá, hacia la ciudad fortificada de Tiro, y dobla hacia Hosa, y sale al mar desde el territorio de Aczib.

30Abarca también Uma, y Afec, y Rehob; veintidós ciudades con sus aldeas.

31Ésta es la heredad de la tribu de los hijos de Aser, conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.

32La sexta suerte les tocó a los hijos de Neftalí, a los hijos de Neftalí, conforme a sus familias.

33Y su límite es desde Helef, desde Alón-saananim, y Adami-neceb, y Jabneel, hasta Lacum; y sale al Jordán;

34y dobla de allí este límite hacia el occidente a Aznot-tabor; de allí pasa a Hucoc, y llega hasta Zabulón al sur, y al occidente limita con Aser, y con Judá en el Jordán hacia donde nace el sol.

35Y las ciudades fortificadas son Sidim, Zer, y Hamat, Racat, y Cineret,

36y Adama, y Ramá, y Hazor,

37y Cedes, y Edrei, y En-hazor,

38e Irón, y Migdal-el, Horem, y Bet-anat, y Bet-semes; diecinueve ciudades con sus aldeas.

39Ésta es la heredad de la tribu de los hijos de Neftalí, conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.

40La séptima suerte le tocó a la tribu de los hijos de Dan, conforme a sus familias.

41Y el límite de su heredad es Zora, y Estaol, e Ir-semes,

42y Saalabín, y Ajalón, y Jetla,

43y Elón, y Timnat, y Ecrón,

44y Elteque, y Gibetón, y Baalat,

45y Jehúd, y Bene-berac, y Gat-rimón,

46y Mejarcón, y Racón, con el territorio que está delante de Jope.

47Y les faltó territorio a los hijos de Dan; y subieron los hijos de Dan y combatieron contra Lesem, y la tomaron y la hirieron a filo de espada, y tomaron posesión de ella, y habitaron en ella; y a Lesem la llamaron Dan, por el nombre de Dan su padre.

48Ésta es la heredad de la tribu de los hijos de Dan, conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.

49Y después que acabaron de repartir la tierra en heredad, demarcando sus límites, dieron los hijos de Israel heredad en medio de ellos a Josué hijo de Nun.

50Según la palabra de Jehová, le dieron la ciudad que él pidió, Timnat-sera, en los montes de Efraín; y él reedificó la ciudad y habitó en ella.

51Éstas son las heredades que el sacerdote Eleazar, y Josué hijo de Nun y los príncipes de las casas paternas de las tribus de los hijos de Israel entregaron, por sorteo, como en Silo, delante de Jehová, a la entrada del tabernáculo de reunión; y así acabaron de repartir la tierra.


..Capítulo 20

Se señalan seis ciudades de refugio para los culpables de homicidio sin intención.

1 Y habló Jehová a Josué, diciendo:

2Habla a los hijos de Israel y diles: Señalaos las ciudades de refugio, de las cuales yo os hablé por medio de Moisés,

3para que huya allí el homicida que mate a alguno sin intención y no a sabiendas, para que os sirvan de refugio del vengador de la sangre.

4Y el que se acoja a alguna de aquellas ciudades se presentará a la puerta de la ciudad, y expondrá su caso a oídos de los ancianos de aquella ciudad; y ellos le recibirán consigo dentro de la ciudad, y le darán lugar para que habite con ellos.

5Y si el vengador de la sangre le sigue, no entregarán en sus manos al homicida, por cuanto hirió a su prójimo sin intención, sin haber tenido enemistad con él.

6Y quedará en aquella ciudad hasta que comparezca en juicio delante de la congregación, y hasta la muerte del que sea sumo sacerdote en aquel tiempo; entonces el homicida volverá y llegará a su ciudad y a su casa, y a la ciudad de donde huyó.

7Entonces señalaron a Cedes en Galilea, en los montes de Neftalí, y a Siquem en los montes de Efraín, y a Quiriat-arba, que es Hebrón, en los montes de Judá.

8Y al otro lado del Jordán, de Jericó al oriente, señalaron a Beser en el desierto, en la llanura de la tribu de Rubén, y a Ramot en Galaad de la tribu de Gad, y a Golán en Basán de la tribu de Manasés.

9Éstas fueron las ciudades señaladas para todos los hijos de Israel y para el extranjero que morase entre ellos, para que huyese a ellas cualquiera que matase a alguien sin intención, para que no muriese por mano del vengador de la sangre, hasta que compareciese delante de la congregación.

Josué
..Capítulo 21

Los levitas reciben cuarenta y ocho ciudades con sus aldeas — Jehová cumple todas Sus promesas y da reposo a Israel.

1Y los jefes de las casas paternas de los levitas vinieron a Eleazar, el sacerdote, y a Josué hijo de Nun, y a los jefes de las casas paternas de las tribus de los hijos de Israel;

2y les hablaron en Silo en la tierra de Canaán, diciendo: Jehová mandó por medio de Moisés que nos fuesen dadas ciudades para habitar, con sus campos para nuestro ganado.

3Entonces los hijos de Israel dieron de sus heredades a los levitas, conforme a la palabra de Jehová, estas ciudades con sus campos:

4Y les tocó la suerte a las familias de los coatitas; y fueron dadas por sorteo a los hijos de Aarón, el sacerdote, que eran de los levitas, de la tribu de Judá, de la de Simeón y de la de Benjamín, trece ciudades.

5Y a los otros hijos de Coat les dieron por sorteo diez ciudades de las familias de la tribu de Efraín, y de la tribu de Dan, y de la media tribu de Manasés;

6y a los hijos de Gersón, de las familias de la tribu de Isacar, y de la tribu de Aser, y de la tribu de Neftalí, y de la media tribu de Manasés en Basán, les fueron dadas por sorteo trece ciudades.

7A los hijos de Merari según sus familias se les dieron doce ciudades de la tribu de Rubén, y de la tribu de Gad, y de la tribu de Zabulón.

8Y así dieron por sorteo los hijos de Israel a los levitas estas ciudades con sus campos, como Jehová lo había mandado por medio de Moisés.

9Y de la tribu de los hijos de Judá, y de la tribu de los hijos de Simeón dieron estas ciudades que han sido nombradas,

10y fueron para los hijos de Aarón, de la familia de Coat, de los hijos de Leví, porque les tocó la primera suerte.

11Les dieron Quiriat-arba, del padre de Anac, la cual es Hebrón, en los montes de Judá, con sus campos en sus contornos.

12Mas los campos de esta ciudad y sus aldeas se los dieron a Caleb hijo de Jefone, como posesión suya.

13Y a los hijos del sacerdote Aarón les dieron Hebrón con sus campos como ciudad de refugio para los homicidas; y Libna con sus campos,

14y Jatir con sus campos, y Estemoa con sus campos,

15y Helón con sus campos, y Debir con sus campos,

16y Aín con sus campos, y Juta con sus campos, y Bet-semes con sus campos; nueve ciudades de estas dos tribus.

17Y de la tribu de Benjamín, Gabaón con sus campos, Geba con sus campos,

18Anatot con sus campos, y Almón con sus campos; cuatro ciudades.

19Todas las ciudades de los sacerdotes, hijos de Aarón, son trece con sus campos.

20Mas las familias de los hijos de Coat, los levitas que quedaban de los hijos de Coat, recibieron por sorteo ciudades de la tribu de Efraín.

21Y les dieron Siquem como ciudad de refugio para los homicidas, con sus campos, en los montes de Efraín; y Geser con sus campos.

22Y Kibsaim con sus campos, y Bet-horón con sus campos; cuatro ciudades.

23Y de la tribu de Dan, Elteque con sus campos, Gibetón con sus campos,

24Ajalón con sus campos, Gat-rimón con sus campos; cuatro ciudades.

25Y de la media tribu de Manasés, Taanac con sus campos, y Gat-rimón con sus campos; dos ciudades.

26Todas las ciudades para el resto de las familias de los hijos de Coat fueron diez con sus campos.

27A los hijos de Gersón de las familias de los levitas, dieron, de la media tribu de Manasés, Golán en Basán, con sus campos, como ciudad de refugio para los homicidas, y Beestera con sus campos; dos ciudades.

28Y de la tribu de Isacar, Cisón con sus campos, Daberat con sus campos,

29Jarmut con sus campos, y En-ganim con sus campos; cuatro ciudades.

30Y de la tribu de Aser, Miseal con sus campos, Abdón con sus campos,

31Helcat con sus campos, y Rehob con sus campos; cuatro ciudades.

32Y de la tribu de Neftalí, Cedes en Galilea como ciudad de refugio para los homicidas, con sus campos, y Hamot-dor con sus campos, y Cartán con sus campos; tres ciudades.

33Todas las ciudades de los gersonitas según sus familias fueron trece ciudades con sus campos.

34Y a las familias de los hijos de Merari, los levitas que quedaban, se les dio, de la tribu de Zabulón, Jocneam con sus campos, y Carta con sus campos,

35Dimna con sus campos, y Naalal con sus campos; cuatro ciudades.

36Y de la tribu de Rubén, Beser con sus campos, y Jahaza con sus campos,

37Cademot con sus campos, y Mefaat con sus campos; cuatro ciudades.

38Y de la tribu de Gad, Ramot de Galaad como ciudad de refugio para los homicidas, con sus campos, y Mahanaim con sus campos,

39Hesbón con sus campos, y Jazer con sus campos; cuatro ciudades.

40Todas las ciudades de los hijos de Merari según sus familias, que restaban de las familias de los levitas, fueron por sus suertes doce ciudades.

41Y todas las ciudades de los levitas en medio de la posesión de los hijos de Israel, fueron cuarenta y ocho ciudades con sus campos.

42Y estas ciudades estaban apartadas la una de la otra, cada cual con sus campos alrededor de ella; así fue con todas estas ciudades.

43Así dio Jehová a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres; y tomaron posesión de ella y habitaron en ella.

44Y Jehová les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres; y ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente, porque Jehová entregó en sus manos a todos sus enemigos.

45No faltó ni una palabra de todas las buenas promesas que había hecho Jehová a la casa de Israel; todo se cumplió.

sábado, 15 de enero de 2011

Lectura de la Santa Biblia RV 2009 SUD Día 59 Deuteronomio 14-16


Deuteronomio..Capítulo 14
Los israelitas son hijos de Jehová el Señor — No comerán animales, ni peces ni aves inmundos — Los israelitas diezmarán todo el aumento de su grano anualmente.

1 Hijos sois de Jehová vuestro Dios; no os haréis incisiones ni os raparéis entre los ojos por causa de un muerto;

2porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo singular de entre todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra.

3Nada abominable comerás.

4Éstos son los animales que podréis comer: el buey, la oveja, y la cabra,

5el ciervo, la gacela, y el corzo, y la cabra montés, y el íbice, y el antílope y el carnero montés.


6Y podréis comer todo animal de pezuña partida, que tiene hendidura entre las dos uñas, y que rumia de entre los animales.

7Pero éstos no comeréis de los que rumian o que tienen pezuña hendida: el camello, y la liebre y el conejo, porque rumian, pero no tienen la pezuña hendida; os serán inmundos;

8ni cerdo, porque tiene la pezuña hendida, mas no rumia; os será inmundo. De la carne de éstos no comeréis ni tocaréis sus cuerpos muertos.

9Esto podréis comer de todo lo que está en el agua: todo lo que tiene aleta y escama comeréis,

10pero todo lo que no tenga aleta ni escama no comeréis; inmundo os será.

11Toda ave limpia podréis comer,

12Y éstas son las que no comeréis: el águila, y el quebrantahuesos, y el azor,

13y el gallinazo, y el halcón y el milano según su especie;

14y todo cuervo según su especie;

15y el avestruz, y la lechuza, y la gaviota y el gavilán según su especie;

16y el búho, y el ibis, y el cisne,

17y el pelícano, y el buitre, y el cuervo marino,

18y la cigüeña y la garza según su especie; y la abubilla y el murciélago.

19Y todo insecto alado os será inmundo; no se comerá.

20Toda ave limpia podréis comer.

21No comeréis ningún animal que hayáis encontrado muerto; al extranjero que está en tus poblaciones lo darás, y él podrá comerlo; o lo podrás vender a un extranjero, porque tú eres pueblo santo a Jehová tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.

22Indefectiblemente diezmarás todo el producto de la semilla que rinda tu campo cada año.

23Y comerás delante de Jehová tu Dios, en el lugar que él escoja para hacer habitar allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tu ganado y de tu rebaño, para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días.

24Y si el camino es tan largo que tú no puedas llevarlo por él, por estar lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios haya escogido para poner en él su nombre, cuando Jehová tu Dios te haya bendecido,

25entonces lo venderás, y atarás el dinero en tu mano e irás al lugar que Jehová tu Dios haya escogido;

26y darás el dinero por todo lo que tu alma apetezca: por vacas, o por ovejas, o por vino, o por sidra o por cualquier cosa que tu alma desee; y comerás allí delante de Jehová tu Dios y te alegrarás, tú y tu familia.

27Y no desampararás al levita que habite en tus poblaciones; porque no tiene parte ni heredad contigo.

28Al cabo de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año y lo guardarás en tus ciudades.

29Y vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, y el huérfano y la viuda que haya en tus poblaciones, y comerán y serán saciados, para que Jehová tu Dios te bendiga en toda obra que tus manos hagan.

Deuteronomio..Capítulo 15

Cada siete años, todas las deudas serán perdonadas — Se exhorta al pueblo a cuidar de los pobres — Durante el séptimo año, los siervos hebreos serán librados y se les darán presentes — Las primeras crías macho del ganado y de los rebaños son de Jehová.

1Al cabo de cada siete años harás remisión de deudas.
Y esta es la manera de la remisión: todo aquel que haya prestado a su prójimo perdonará a su deudor; no lo demandará más a su prójimo ni a su hermano, porque se ha proclamado la remisión de Jehová.

3Del extranjero demandarás el reintegro; mas lo que tu hermano tenga de ti, lo perdonará tu mano;

4Así no habrá mendigo en medio de ti, porque Jehová te bendecirá con abundancia en la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad para que la poseas,

5si sólo escuchas fielmente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y cumplir todos estos mandamientos que yo te mando hoy.

6Ya que Jehová tu Dios te habrá bendecido, como te ha dicho, prestarás entonces a muchas naciones, mas tú no tomarás prestado; y te enseñorearás de muchas naciones, pero de ti no se enseñorearán.

7Si hay en medio de ti menesteroso de entre alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón ni cerrarás tu mano a tu hermano pobre,

8sino que abrirás a él tu mano liberalmente y le prestarás lo que le falte, lo que necesite.

9Cuídate de que no haya en tu corazón pensamiento perverso, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión, y mires con malos ojos a tu hermano menesteroso para no darle, porque él podrá clamar contra ti a Jehová, y se te contará como pecado.

10Sin falta le darás, y no será tu corazón mezquino cuando le des, porque por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos y en todo lo que pongas tu mano.

11Porque no faltarán menesterosos de en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra.

12Si se vende a ti tu hermano hebreo o hebrea, te servirá seis años, y al séptimo año le dejarás en libertad.

13Y cuando lo despidas libre de ti, no lo enviarás con las manos vacías.

14Le abastecerás liberalmente de tus ovejas, de tu era y de tu lagar; le darás de aquello con que Jehová te haya bendecido.

15Y te acordarás de que fuiste esclavo en la tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te rescató; por tanto, yo te mando esto hoy.

16Y sucederá que, si él te dijere: No me iré de ti, porque te ama a ti y a tu casa, porque le va bien contigo,

17entonces tomarás una lesna y horadarás su oreja contra la puerta, y será tu siervo para siempre; así también harás a tu criada.

18No te parezca duro cuando le envíes libre de ti, porque como dos jornaleros te sirvió seis años; y Jehová tu Dios te bendecirá en todo cuanto hagas.

19Consagrarás a Jehová tu Dios todo primer macho que nazca de tus vacas y de tus ovejas; no harás trabajar el primogénito de tus vacas ni trasquilarás el primogénito de tus ovejas.

20Delante de Jehová tu Dios los comerás cada año, tú y tu familia, en el lugar que Jehová escoja.

21Y si hay en el animal algún defecto, si es ciego o cojo, o tiene cualquier defecto grave, no lo sacrificarás a Jehová tu Dios.

22En tus poblaciones lo comerás; el impuro lo mismo que el limpio comerán de él, como si fuese una gacela o un ciervo.

23Sólo que no comas su sangre; sobre la tierra la derramarás como agua.

Deuteronomio..Capítulo 16

Israel guardará la Pascua; también, la Fiesta de los Panes sin Levadura, la Fiesta de las Semanas y la Fiesta de los Tabernáculos — Todos los varones se presentarán delante de Jehová anualmente en estas tres fiestas — Los jueces no harán juicios deshonestos ni tomarán soborno.

1Guardarás el mes de Abib y celebrarás la Pascua a Jehová tu Dios, porque en el mes de Abib te sacó Jehová tu Dios de Egipto, de noche.

2Y sacrificarás la pascua a Jehová tu Dios, de las ovejas y de las vacas, en el lugar que Jehová escoja para hacer habitar allí su nombre.

3No comerás con ella pan con levadura; siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción, porque aprisa saliste de la tierra de Egipto, para que todos los días de tu vida te acuerdes del día en que saliste de la tierra de Egipto.

4Y no se dejará ver levadura contigo en todo tu territorio durante siete días; y de la carne que sacrifiques al atardecer del primer día, no quedará nada hasta la mañana siguiente.

5No podrás sacrificar la pascua en ninguna de las ciudades que Jehová tu Dios te da,

6sino en el lugar que Jehová tu Dios escoja para hacer habitar allí su nombre; sacrificarás la pascua al atardecer, a la puesta del sol, a la hora en que saliste de Egipto.

7Y la asarás y la comerás en el lugar que Jehová tu Dios haya escogido, y por la mañana regresarás y volverás a tus tiendas.

8Seis días comerás pan sin levadura, y el séptimo día será asamblea solemne a Jehová tu Dios; no trabajarás en él.

9Siete semanas contarás; desde que comience a meterse la hoz en las mieses comenzarás a contar las siete semanas.

10Y celebrarás la fiesta de las semanas a Jehová tu Dios; de la ofrenda voluntaria de tu mano será lo que des, según la abundancia con la que Jehová tu Dios te haya bendecido.

11Y te alegrarás delante de Jehová tu Dios, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu criado, y tu criada, y el levita que esté en tus ciudades, y el extranjero, y el huérfano y la viuda que estén en medio de ti, en el lugar que Jehová tu Dios haya escogido para hacer habitar allí su nombre.

12Y acuérdate de que fuiste esclavo en Egipto; por tanto, guardarás y cumplirás estos estatutos.

13Celebrarás la fiesta de los tabernáculos durante siete días, cuando hayas recogido la cosecha de tu era y de tu lagar.

14Y te alegrarás en tu fiesta solemne, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu criado, y tu criada, y el levita, y el extranjero, y el huérfano y la viuda que están en tus poblaciones.

15Siete días celebrarás fiesta solemne a Jehová tu Dios en el lugar que Jehová escoja, porque te habrá bendecido Jehová tu Dios en todos tus frutos y en toda la obra de tus manos, y estarás verdaderamente alegre.

16Tres veces cada año se presentará todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escoja: en la fiesta de los panes sin levadura, y en la fiesta de las semanas y en la fiesta de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías;

17cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te haya dado.

18Jueces y oficiales pondrás para ti en todas tus ciudades que Jehová tu Dios te dará en tus tribus, los cuales juzgarán al pueblo con justo juicio.

19No perviertas el derecho; no hagas acepción de personas ni tomes soborno, porque el soborno ciega los ojos de los sabios y pervierte las palabras de los justos.

20La justicia, y sólo la justicia seguirás, para que vivas y heredes la tierra que Jehová tu Dios te da.

21No plantarás para ti ningún árbol para Asera cerca del altar de Jehová tu Dios, que tú te habrás hecho.

22Ni levantarás para ti estatua, lo cual aborrece Jehová tu Dios.