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sábado, 21 de abril de 2012

Lectura con Audio de la Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 102: 2 Samuel 21-22


Segundo libro de
Samuel..Capítulo 21
Jehová envía una hambruna — David comprende que la hambruna se debe a que Saúl mató a los gabaonitas, acto contrario al juramento de Israel — David entrega siete hijos de Saúl a los gabaonitas para que los ahorquen — Israel y los filisteos continúan sus guerras.

1 Y en los días de David hubo hambre durante tres años consecutivos. Y David consultó a Jehová, y Jehová le dijo: Es por causa de Saúl, y por aquella casa sanguinaria, porque mató a los gabaonitas.

2Entonces el rey llamó a los gabaonitas y les habló. (Los gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del resto de los amorreos, a los cuales los hijos de Israel habían hecho juramento; pero Saúl había procurado matarlos en su celo por los hijos de Israel y de Judá.)

3Dijo, pues, David a los gabaonitas: ¿Qué haré por vosotros, y cómo os compensaré para que bendigáis la heredad de Jehová?

4Y los gabaonitas le respondieron: No tenemos nosotros querella sobre plata ni sobre oro con Saúl ni con su casa, ni queremos que muera ningún hombre de Israel. Y él les dijo: Lo que digáis, eso haré por vosotros.

5Y ellos respondieron al rey: De aquel hombre que nos destruyó y que maquinó contra nosotros, para exterminarnos sin dejar nada de nosotros en todo el territorio de Israel,

6que se nos den siete hombres de entre sus hijos para que los ahorquemos delante de Jehová en Gabaa de Saúl, el escogido de Jehová. Y el rey dijo: Os los daré.

7Y perdonó el rey a Mefi-boset hijo de Jonatán, hijo de Saúl, por el juramento de Jehová que hubo entre ellos, entre David y Jonatán hijo de Saúl.

8Mas tomó el rey a dos hijos de Rizpa, hija de Aja, los cuales ella había dado a luz a Saúl, a Armoni y a Mefi-boset, y a cinco hijos de Mical, hija de Saúl, los cuales ella había dado a luz a Adriel hijo de Barzilai, el meholatita,

9y los entregó en manos de los gabaonitas, y ellos los ahorcaron en el monte delante de Jehová; y murieron juntos aquellos siete, los cuales fueron muertos en los primeros días de la siega, al principio de la siega de la cebada.

10Y tomó Rizpa, hija de Aja, una tela de cilicio y la tendió para sí sobre un peñasco, desde el principio de la siega hasta que llovió sobre ellos agua del cielo; y no dejó que ninguna ave del cielo se posara sobre ellos de día, ni las fieras del campo de noche.

11Y le dijeron a David lo que hacía Rizpa, hija de Aja, concubina de Saúl.

12Entonces David fue y tomó los huesos de Saúl y los huesos de Jonatán, su hijo, de los hombres de Jabes de Galaad, que los habían hurtado de la plaza de Bet-sán, donde los habían colgado los filisteos cuando éstos mataron a Saúl en Gilboa;

13e hizo llevar de allí los huesos de Saúl y los huesos de su hijo Jonatán; y también recogieron los huesos de los ahorcados.

14Y sepultaron los huesos de Saúl y los de su hijo Jonatán en la tierra de Benjamín, en Zela, en el sepulcro de su padre Cis; e hicieron todo lo que el rey había mandado. Después de esto, Dios escuchó las súplicas para con la tierra.

15Y cuando los filisteos volvieron a hacer la guerra contra Israel, descendió David y sus siervos con él y pelearon contra los filisteos; y David se cansó.

16E Isbi-benob, uno de los descendientes del gigante, cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce, y que llevaba ceñida una espada nueva, trató de matar a David;

17pero Abisai hijo de Sarvia llegó en su ayuda, e hirió al filisteo y lo mató. Entonces los hombres de David le juraron, diciendo: Nunca más de aquí en adelante saldrás con nosotros a la batalla, no sea que apagues la lámpara de Israel.

18Y aconteció que después hubo una segunda guerra en Gob contra los filisteos; entonces Sibecai, el husatita, mató a Saf, que era de los hijos del gigante.

19Y hubo guerra en Gob contra los filisteos, en la cual Elhanán hijo de Jaare-oregim, de Belén, mató a Goliat, el geteo, el asta de cuya lanza era como el rodillo de un telar.

20Después hubo otra guerra en Gat, donde había un hombre de gran estatura, el cual tenía doce dedos en las manos y otros doce en los pies, veinticuatro en total; y también era de los hijos del gigante.

21Éste desafió a Israel, y lo mató Jonatán hijo de Simea, hermano de David.

22Estos cuatro eran descendientes del gigante de Gat, los cuales cayeron por mano de David y por mano de sus siervos.

Segundo libro de
Samuel..Capítulo 22

David alaba a Jehová con un salmo de agradecimiento — Jehová es su fortaleza y su salvador; Jehová es fuerte y poderoso para librar, premia a los hombres de acuerdo con su rectitud, muestra misericordia al misericordioso y Su camino es perfecto; Él vive y bendito sea.

1Y dirigió David a Jehová las palabras de este cántico, el día en que Jehová le libró de manos de todos sus enemigos y de manos de Saúl.

2Y dijo:

Jehová es mi roca, y mi fortaleza y mi libertador;

3

Dios de mi roca, en él confiaré;
mi escudo y el poder de mi salvación, mi fortaleza y mi alto refugio.
Salvador mío, me libras de violencia.

4

Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado,
y seré salvo de mis enemigos.

5

Me envolvieron las olas de la muerte;
torrentes de iniquidad me atemorizaron.

6

Me rodearon las ligaduras del Seol,
y tendieron ante mí lazos de muerte.

7

En mi angustia invoqué a Jehová
y clamé a mi Dios;
y él oyó mi voz desde su templo,
y mi clamor llegó a sus oídos.

8

La tierra se sacudió y tembló;
se conmovieron los cimientos de los cielos,
y se estremecieron, porque él se airó.

9

Humo subió de su nariz,
y de su boca fuego consumidor;
carbones fueron encendidos por él.

10

Inclinó los cielos y descendió;
densas tinieblas había debajo de sus pies.

11

Y cabalgó sobre un querubín y voló;
y se le vio sobre las alas del viento.

12

De las tinieblas hizo pabellones a su alrededor,
oscuridad de aguas y densas nubes.

13

Por el resplandor de su presencia
se encendieron carbones ardientes.

14

Tronó Jehová desde los cielos,
y el Altísimo su voz dio;

15

envió saetas y los dispersó;
envió relámpagos y los confundió.

16

Entonces aparecieron las cuencas del mar,
y quedaron al descubierto los cimientos del mundo
ante la reprensión de Jehová,
al soplo del aliento de su nariz.

17

Envió desde lo alto; me tomó;
me sacó de caudalosas aguas.

18

Me libró de mi poderoso enemigo,
de los que me aborrecían, pues eran más fuertes que yo.

19

Me asaltaron en el día de mi calamidad,
mas Jehová fue mi apoyo.

20

Me sacó a lugar espacioso;
me libró, porque se complació en mí.

21

Me recompensó Jehová conforme a mi justicia;
conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.

22

Porque he guardado los caminos de Jehová
y no me aparté impíamente de mi Dios.

23

Pues todos sus decretos estaban delante de mí,
y de sus estatutos no me he apartado.

24

Y fui íntegro para con él,
y me he guardado de mi iniquidad.

25

Me ha recompensado, por tanto, Jehová
conforme a mi justicia,
conforme a mi limpieza delante de sus ojos.

26

Con el misericordioso te muestras misericordioso,
y con el íntegro te muestras íntegro.

27

Con el puro eres puro,
y con el perverso eres sagaz.

28

Y tú salvas al pueblo afligido,
mas tus ojos están sobre los altivos para abatirlos.

29

Porque tú eres mi lámpara, oh Jehová;
y Jehová alumbra mis tinieblas.

30

Porque contigo desbarato ejércitos,
y con mi Dios salto muros.

31

En cuanto a Dios, perfecto es su camino;
acrisolada es la palabra de Jehová,
escudo es a todos los que en él se refugian.

32

Porque, ¿quién es Dios sino Jehová?
¿Y quién es roca sino nuestro Dios?

33

Dios es mi fortaleza poderosa,
y hace perfecto mi camino;

34

hace mis pies como de ciervas
y me hace estar firme en mis alturas;

35

adiestra mis manos para la batalla
y mis brazos para tensar el arco de bronce.

36

Y me diste el escudo de tu salvación,
y tu benignidad me ha engrandecido.

37

Tú ensanchaste mis pasos debajo de mí,
y mis pies no han resbalado.

38

Perseguí a mis enemigos y los destruí;
y no regresé hasta haberlos acabado.

39

Los consumí y los herí, y no se levantaron;
y cayeron debajo de mis pies.

40

Pues me ceñiste de fuerzas para la batalla;
has humillado debajo de mí a los que contra mí se levantaron.

41

Has hecho que mis enemigos me vuelvan las
espaldas,
para que yo destruyese a los que me aborrecían.

42

Buscaron ayuda, mas no hubo quien los salvase;
clamaron a Jehová, mas no les respondió.

43

Como polvo de la tierra los molí;
como a lodo de las calles los pisé y los hollé.

44

Tú me libraste de las contiendas de mi pueblo;
me guardaste para que fuese cabeza de naciones;
pueblo que yo no conocía me sirve.

45

Los hijos de extranjeros se someten a mí;
al oírme, me obedecen.

46

Los hijos de extranjeros desfallecen
y salen temblando de sus refugios.

47

¡Viva Jehová! ¡Y bendita sea mi roca!
Exaltado sea Dios, la roca de mi salvación,

48

el Dios que por mí toma venganza,
y sujeta pueblos debajo de mí

49

y me libra de mis enemigos.
Tú me enalteces sobre los que se levantan contra mí;
me libras del hombre violento.

50

Por eso yo te alabaré entre las naciones, oh Jehová,
y cantaré alabanzas a tu nombre.

51

Él es torre de salvación a su rey
y hace misericordia a su ungido:
a David y a su descendencia para siempre.





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