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sábado, 21 de julio de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 170: Salmos 20-25



Salmo 20
David ora para que Jehová oiga en tiempos de tribulación — Jehová salva a Su ungido.

Al músico principal. Salmo de David. 1

Jehová te oiga en el día de tribulación;
el nombre del Dios de Jacob te defienda.

2

Te envíe ayuda desde el santuario,
y desde Sión te sostenga.

3

Tenga él memoria de todas tus ofrendas
y acepte tu holocausto. Selah

4

Te dé conforme al deseo de tu corazón,
y cumpla todos tus propósitos.

5

Nosotros nos regocijaremos en tu salvación,
y alzaremos estandarte en el nombre de nuestro Dios;
cumpla Jehová todas tus peticiones.

6

Ahora sé que Jehová salva a su ungido;
le responderá desde sus santos cielos
con la fuerza salvadora de su diestra.

7

Éstos confían en carros, y aquéllos en caballos;
mas nosotros del nombre de Jehová, nuestro Dios, tendremos memoria.

8

Ellos se doblegan y caen;
mas nosotros nos levantamos y nos mantenemos de pie.

9

Salva, oh Jehová;
que el Rey nos responda el día en que le invoquemos.

Salmo 21

Salmo mesiánico de David — David cuenta acerca de la gloria del gran Rey — El Rey triunfará sobre todos sus enemigos — Los designios malignos de éstos fracasarán.

Al músico principal. Salmo de David. 1

Se alegra el rey en tu poder, oh Jehová;
y en tu salvación, ¡cuánto se regocija!

2

Le has concedido el deseo de su corazón
y no le negaste la petición de sus labios. Selah

3

Porque le has salido al encuentro con bendiciones de bien;
corona de oro fino has puesto sobre su cabeza.

4

Vida te pidió, y se la diste,
largura de días eternamente y para siempre.

5

Grande es su gloria en tu salvación;
honra y majestad has puesto sobre él.

6

Porque le has dado bendiciones para siempre;
lo llenaste de alegría con tu rostro.

7

Por cuanto el rey confía en Jehová,
y por la misericordia del Altísimo no será removido.

8

Alcanzará tu mano a todos tus enemigos;
tu diestra alcanzará a los que te aborrecen.

9

Los pondrás como horno de fuego en el tiempo de tu ira;
Jehová los devorará en su furor,
y el fuego los consumirá.

10

Su fruto destruirás de la tierra,
y su descendencia de entre los hijos de los hombres.

11

Porque intentaron el mal contra ti;
fraguaron maquinaciones, mas no prevalecerán,

12

pues tú los pondrás en fuga;
en tus cuerdas dispondrás saetas contra sus rostros.

13

Enaltécete, oh Jehová, en tu poder;
cantaremos y alabaremos tu poderío.

Salmo 22

Salmo mesiánico de David — Éste predice acontecimientos de la vida del Mesías — El Mesías dirá: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? — Le traspasarán las manos y los pies — Aún se enseñoreará de todas las naciones.

Al músico principal: al son de Ajelet-sahar. Salmo de David. 1

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
¿Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor?

2

Dios mío, clamo de día y no respondes;
y de noche no me quedo en silencio.

3

Pero tú eres santo,
tú que habitas entre las alabanzas de Israel.

4

En ti confiaron nuestros padres;
confiaron, y tú los libraste.

5

Clamaron a ti y fueron librados;
confiaron en ti y no fueron avergonzados.

6

Mas yo soy gusano y no hombre,
oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.

7

Todos los que me ven me escarnecen;
hacen muecas con los labios, menean la cabeza, diciendo:

8

Se encomienda a Jehová; que él lo rescate;
sálvele, puesto que en él se complacía.

9

Pero tú eres el que me sacó del vientre,
el que me hizo confiar desde que estaba a los pechos de mi madre.

10

A ti fui encomendado desde la matriz;
desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.

11

No te alejes de mí, porque la angustia está cerca,
y no hay quien ayude.

12

Me han rodeado muchos toros;
fuertes toros de Basán me han cercado.

13

Abrieron sobre mí su boca,
como león rapaz y rugiente.

14

Derramado soy como el agua,
y todos mis huesos se descoyuntan;
mi corazón es como cera,
derritiéndose en medio de mis entrañas.

15

Como un tiesto se ha secado mi vigor,
y mi lengua se pegó a mi paladar;
y me has puesto en el polvo de la muerte.

16

Porque perros me han rodeado;
me ha cercado cuadrilla de malignos;
horadaron mis manos y mis pies.

17

Contar puedo todos mis huesos;
ellos me miran y me observan.

18

Repartieron entre sí mis vestidos,
y sobre mi ropa echaron suertes.

19

Mas tú, oh Jehová, no te alejes.
Oh fortaleza mía, apresúrate a ayudarme.

20

Libra de la espada mi alma,
de la garra del perro mi vida.

21

Sálvame de la boca del león.
De los cuernos de los toros salvajes me has rescatado.

22

Anunciaré tu nombre a mis hermanos;
en medio de la congregación te alabaré.

23

Los que teméis a Jehová, alabadle;
glorificadle, descendencia toda de Jacob,
y temedle vosotros, descendencia toda de Israel.

24

Porque no menospreció ni aborreció la aflicción del desvalido,
ni de él escondió su rostro,
sino que cuando clamó a él, le oyó.

25

De ti será mi alabanza en la gran congregación;
mis votos cumpliré delante de los que le temen.

26

Comerán los humildes y serán saciados;
alabarán a Jehová los que le buscan;
vivirá vuestro corazón para siempre.

27

Se acordarán y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra,
y adorarán delante de ti todas las familias de las naciones.

28

Porque de Jehová es el reino,
y él se enseñoreará de las naciones.

29

Comerán y adorarán todos los poderosos de la tierra;
se postrarán delante de él todos los que descienden al polvo;
y nadie puede conservar viva su propia alma.

30

La posteridad le servirá;
como una generación de Jehová, ella será considerada.

31

Vendrán y anunciarán su justicia a un pueblo que ha de nacer,
que él ha hecho esto.

Salmo 23


David declara: Jehová es mi pastor.

Salmo de David. 1

Jehová es mi pastor; nada me faltará.

2

En lugares de delicados pastos me hará descansar;
junto a aguas de reposo me pastoreará.

3

Confortará mi alma;
me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.

4

Aunque ande en valle de sombra de muerte,
no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

5

Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.

6

Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
y en la casa de Jehová moraré por largos días.


Salmo 24

David testifica: De Jehová es la tierra y su plenitud — El limpio de manos y puro de corazón subirá al monte de Jehová — Jehová de los ejércitos es el Rey de gloria.
Salmo de David. 1

De Jehová es la tierra y su plenitud,
el mundo y los que en él habitan,
2

porque él la fundó sobre los mares,
y la afirmó sobre los ríos.

3

¿Quién subirá al monte de Jehová?
¿Y quién estará en su lugar santo?

4

El limpio de manos y puro de corazón,
el que no ha elevado su alma a la vanidad
ni jurado con engaño.

5

Él recibirá bendición de Jehová,
y justicia del Dios de salvación.

6

Tal es la generación de los que le buscan,
de los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob. Selah

7

¡Alzad, oh puertas, vuestras cabezas!
Y alzaos vosotras, puertas eternas,
y entrará el Rey de gloria.

8

¿Quién es este Rey de gloria?
¡Jehová el fuerte y valiente!
¡Jehová el poderoso en batalla!

9

¡Alzad, oh puertas, vuestras cabezas!
Y alzaos vosotras, puertas eternas,
y entrará el Rey de gloria.

10

¿Quién es este Rey de gloria?
¡Jehová de los ejércitos!
¡Él es el Rey de gloria! Selah

Salmo 25

David suplica ser encaminado en la verdad y pide perdón — La misericordia y la verdad son para los que guardan los mandamientos.

Salmo de David. 1

A ti, oh Jehová, elevaré mi alma.

2

Dios mío, en ti confío;
no sea yo avergonzado.
No se alegren de mí mis enemigos.

3

Ciertamente ninguno de cuantos en ti esperan será avergonzado;
serán avergonzados los que se rebelan sin causa.

4

Muéstrame, oh Jehová, tus caminos;
enséñame tus sendas.

5

Encamíname en tu verdad y enséñame,
porque tú eres el Dios de mi salvación;
en ti he esperado todo el día.

6

Acuérdate, oh Jehová, de tus tiernas misericordias y de tu compasión,
que son perpetuas.

7

De los pecados de mi juventud y de mis rebeliones, no te acuerdes;
conforme a tu misericordia acuérdate de mí,
por tu bondad, oh Jehová.

8

Bueno y recto es Jehová;
por tanto, él enseñará a los pecadores el camino.

9

Encaminará a los humildes por el juicio,
y enseñará a los mansos su camino.

10

Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad
para los que guardan su convenio y sus testimonios.

11

Por amor de tu nombre, oh Jehová,
perdona mi iniquidad, porque es grande.

12

¿Quién es el hombre que teme a Jehová?
Él le enseñará el camino que ha de escoger.

13

Su alma morará en bienestar,
y su descendencia heredará la tierra.

14

La comunión íntima de Jehová es para con los que le temen,
y a ellos hará conocer su convenio.

15

Mis ojos se dirigen siempre hacia Jehová,
porque él sacará mis pies de la red.

16

Vuélvete a mí y ten misericordia de mí,
porque estoy solo y afligido.

17

Las angustias de mi corazón se han aumentado;
sácame de mis congojas.

18

Mira mi aflicción y mis afanes,
y perdona todos mis pecados.

19

Mira mis enemigos, cómo se han multiplicado,
y con odio violento me aborrecen.

20

Guarda mi alma y líbrame;
no sea yo avergonzado, porque en ti he confiado.

21

Integridad y rectitud me guarden,
porque en ti he esperado.

22

Redime, oh Dios, a Israel
de todas sus angustias.



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Salmo 19-Dance of the Stars



David testifica: Los cielos cuentan la gloria de Dios, la ley de Jehová es perfecta y los decretos de Jehová son todos verdaderos y justos.

Al músico principal. Salmo de David. 1

Los cielos cuentan la gloria de Dios,
y el firmamento proclama la obra de sus manos.

2

Día a día emite palabra a otro día,
y noche a noche declara sabiduría.

3

No hay lenguaje ni palabras,
ni es oída su voz.

4

Por toda la tierra salió su voz,
y hasta el extremo del mundo sus palabras.
En ellos puso tabernáculo para el sol;

5

y éste, como esposo que sale de su alcoba,
se regocija cual hombre fuerte al correr su carrera.

6

De un extremo de los cielos es su salida,
y su curso hasta el término de ellos.
Nada hay que se esconda de su calor.

7

La ley de Jehová es perfecta: convierte el alma;
el testimonio de Jehová es fiel: hace sabio al sencillo.

8

Los preceptos de Jehová son rectos: alegran el corazón.
El mandamiento de Jehová es puro: alumbra los ojos.

9

El temor de Jehová es limpio: permanece para siempre;
los decretos de Jehová son verdaderos: todos justos.

10

Deseables son más que el oro,
sí, más que mucho oro refinado;
y dulces más que la miel,
y que el destilar del panal.

11

Tu siervo es, además, amonestado por ellos;
en guardarlos hay gran galardón.

12

¿Quién puede discernir sus propios errores?
Líbrame de los que me son ocultos.

13

Guarda, asimismo, a tu siervo de los pecados de soberbia,
que no se enseñoreen de mí.
Entonces seré íntegro y estaré libre de gran
transgresión.

14

Sean las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón gratas delante de ti,
oh Jehová, roca mía y redentor mío.

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 169: Salmos 17-19


Salmos
..Salmo 17
David suplica a Jehová que oiga su voz y que lo guarde de hombres mundanos — David confía en llegar a ver el rostro de Jehová en justicia.

Oración de David. 1

Oye, oh Jehová, una causa justa; atiende a mi clamor;
escucha mi oración hecha de labios sin engaño.

2

De tu presencia salga mi juicio;
vean tus ojos la rectitud.

3

Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche,
me has puesto a prueba y nada hallaste;
he resuelto que mi boca no cometa transgresión.

4

En cuanto a las obras del hombre, por la palabra de tus labios
yo me he guardado de las sendas de los violentos.

5

Sustenta mis pasos en tus caminos,
para que mis pies no resbalen.

6

Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios;
inclina a mí tu oído; escucha mi palabra.

7

Muestra tus maravillosas misericordias,
tú que salvas a los que se refugian a tu diestra,
de los que se levantan contra ellos.

8

Guárdame como a la niña de tus ojos;
escóndeme bajo la sombra de tus alas,

9

de delante de los malos que me oprimen,
de mis enemigos mortales que me rodean.

10

Envueltos están en su grosura;
con su boca hablan con arrogancia.

11

Han cercado ahora nuestros pasos;
tienen puestos sus ojos para echarnos por tierra.

12

Son como león que desea despedazar su presa,
y como leoncillo que, en los escondrijos, acecha.

13

Levántate, oh Jehová;
sal a su encuentro. ¡Derríbalo!
Libra mi alma de los malos con tu espada,

14

de los hombres con tu mano, oh Jehová,
de los hombres del mundo, cuya porción la tienen en esta vida,
y cuyo vientre llenas con tu tesoro escondido.
Abundan en hijos
y dejan lo que les sobra a sus pequeños.

15

En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia;
estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.

Salmo 18

David alaba a Jehová por Su grandeza y cuidado protector — El camino de Jehová es perfecto — Jehová ha dado bendiciones maravillosas — David testifica: Vive Jehová, y bendita sea mi Roca.

Al músico principal. Salmo de David, siervo de Jehová, quien dirigió a Jehová las palabras de este cántico el día en que Jehová le libró de manos de todos sus enemigos y de manos de Saúl. Entonces dijo: 1

Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.

2

Jehová, roca mía y baluarte mío, y mi libertador;
Dios mío, fortaleza mía, en quien me refugio;
escudo mío y el poder de mi salvación, mi alto refugio.

3

Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado,
y seré salvo de mis enemigos.

4

Los lazos de la muerte me envolvieron,
y los torrentes de la iniquidad me atemorizaron.

5

Las ligaduras del Seol me rodearon;
los lazos de la muerte me confrontaron.

6

En mi angustia invoqué a Jehová,
y clamé a mi Dios.
Él oyó mi voz desde su templo,
y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.

7

Y la tierra fue conmovida y tembló;
y se conmovieron los cimientos de los montes,
y se estremecieron, porque se indignó él.

8

Humo subió de su nariz
y de su boca fuego consumidor;
carbones fueron por él encendidos.

9

E inclinó los cielos y descendió,
y había densas tinieblas debajo de sus pies.

10

Y cabalgó sobre un querubín, y voló;
voló sobre las alas del viento.

11

De las tinieblas hizo su escondite, su pabellón alrededor de sí;
oscuridad de aguas, densas nubes de los cielos.

12

Por el resplandor de su presencia, sus densas nubes pasaron;
granizo y carbones ardientes.

13

Jehová tronó en los cielos,
y el Altísimo dio su voz;
granizo y carbones de fuego.

14

Y envió sus saetas y los dispersó;
y lanzó relámpagos y los confundió.

15

Entonces aparecieron los abismos de las aguas,
y quedaron al descubierto los cimientos del mundo,
a tu reprensión, oh Jehová,
al soplo del aliento de tu nariz.

16

Envió desde lo alto y me tomó;
me sacó de las caudalosas aguas.

17

Me libró de mi poderoso enemigo
y de los que me aborrecían,
pues eran más fuertes que yo.

18

Me asaltaron en el día de mi calamidad,
mas Jehová fue mi apoyo.

19

Y me sacó a un lugar espacioso;
me libró, porque se agradó de mí.

20

Me ha premiado Jehová conforme a mi justicia;
conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.

21

Porque yo he guardado los caminos de Jehová,
y no me aparté impíamente de mi Dios.

22

Pues todos sus decretos estaban delante de mí,
y no me he apartado de sus estatutos.

23

Y fui íntegro para con él, y me he guardado de mi iniquidad.

24

Por tanto, Jehová me ha recompensado conforme a mi justicia,
conforme a la limpieza de mis manos delante de sus ojos.

25

Con el misericordioso te mostrarás misericordioso,
y con el hombre íntegro te mostrarás íntegro.

26

Limpio serás para con el limpio
y sagaz serás para con el perverso.

27

Porque tú salvarás al pueblo afligido,
y humillarás los ojos altivos.

28

Tú, pues, encenderás mi lámpara;
Jehová, mi Dios, alumbrará mis tinieblas.

29

Porque contigo desbarataré ejércitos,
y con mi Dios saltaré murallas.

30

En cuanto a Dios, perfecto es su camino;
acrisolada es la palabra de Jehová;
escudo es a todos los que en él buscan refugio.

31

Porque, ¿quién es Dios sino sólo Jehová?
¿Y quién es roca sino sólo nuestro Dios?

32

Dios es el que me ciñe de fuerzas,
y hace perfecto mi camino.

33

Él hace mis pies como pies de ciervas,
y me hace estar firme en mis alturas.

34

Él adiestra mis manos para la batalla,
y para tensar con mis brazos el arco de bronce.

35

Y me diste el escudo de tu salvación;
tu diestra me sustentó,
y tu benignidad me ha engrandecido.

36

Ensanchaste mis pasos debajo de mí,
y no han resbalado mis pies.

37

Perseguí a mis enemigos y los alcancé;
y no volví hasta acabarlos.

38

Los herí, y no pudieron levantarse;
cayeron debajo de mis pies.

39

Pues me ceñiste de fuerzas para la batalla;
has humillado debajo de mí a los que contra mí se levantaron.

40

Y me diste la cerviz de mis enemigos,
para que yo destruyese a los que me aborrecían.

41

Clamaron, y no hubo quien los salvase;
aun a Jehová, mas no les respondió.

42

Y los molí como polvo delante del viento;
los arrojé fuera como lodo de las calles.

43

Me has librado de las contiendas del pueblo;
me has puesto por cabeza de naciones;
pueblo que yo no conocía me sirve.

44

Así que al oírme, me obedecen;
los hijos de extranjeros me rinden obediencia.

45

Los hijos de extranjeros desfallecen
y salen temblando de sus refugios.

46

¡Viva Jehová y bendita sea mi roca!;
y exaltado sea el Dios de mi salvación,

47

el Dios que por mí hace venganza
y sujeta pueblos debajo de mí,

48

que me libra de mis enemigos.
También tú me enalteces sobre los que se levantan contra mí;
me libras del hombre violento.

49

Por eso yo te alabaré entre las naciones, oh Jehová,
y cantaré a tu nombre.

50

Él da gran salvación a su rey
y hace misericordia a su ungido,
a David y a su descendencia, para siempre.


Salmo 19

David testifica: Los cielos cuentan la gloria de Dios, la ley de Jehová es perfecta y los decretos de Jehová son todos verdaderos y justos.

Al músico principal. Salmo de David. 1

Los cielos cuentan la gloria de Dios,
y el firmamento proclama la obra de sus manos.

2

Día a día emite palabra a otro día,
y noche a noche declara sabiduría.

3

No hay lenguaje ni palabras,
ni es oída su voz.

4

Por toda la tierra salió su voz,
y hasta el extremo del mundo sus palabras.
En ellos puso tabernáculo para el sol;

5

y éste, como esposo que sale de su alcoba,
se regocija cual hombre fuerte al correr su carrera.

6

De un extremo de los cielos es su salida,
y su curso hasta el término de ellos.
Nada hay que se esconda de su calor.

7

La ley de Jehová es perfecta: convierte el alma;
el testimonio de Jehová es fiel: hace sabio al sencillo.

8

Los preceptos de Jehová son rectos: alegran el corazón.
El mandamiento de Jehová es puro: alumbra los ojos.

9

El temor de Jehová es limpio: permanece para siempre;
los decretos de Jehová son verdaderos: todos justos.

10

Deseables son más que el oro,
sí, más que mucho oro refinado;
y dulces más que la miel,
y que el destilar del panal.

11

Tu siervo es, además, amonestado por ellos;
en guardarlos hay gran galardón.

12

¿Quién puede discernir sus propios errores?
Líbrame de los que me son ocultos.

13

Guarda, asimismo, a tu siervo de los pecados de soberbia,
que no se enseñoreen de mí.
Entonces seré íntegro y estaré libre de gran
transgresión.

14

Sean las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón gratas delante de ti,
oh Jehová, roca mía y redentor mío.



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