Seguidores

viernes, 3 de agosto de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 177: Salmos 53-58


Salmo 53
David dice: El necio dice que no hay Dios — No hay quien haga el bien — El Israel recogido se regocijará.

Al músico principal: de Majalat. Masquil de David. 1

Ha dicho el necio en su corazón: No hay Dios.
Se han corrompido y han hecho abominable maldad;
no hay quien haga el bien.

2

Dios, desde los cielos, miró sobre los hijos de los hombres,
para ver si había algún entendido
que buscara a Dios.

3

Todos se han vuelto atrás;
todos se han corrompido;
no hay quien haga el bien, no hay ni siquiera uno.

4

¿No tienen conocimiento todos ésos que hacen iniquidad,
que devoran a mi pueblo como si comiesen pan,
y a Dios no invocan?

5

Allí se sobresaltaron de pavor donde no había miedo,
porque Dios ha esparcido los huesos del que acampó contra ti;
los avergonzaste, porque Dios los ha rechazado.

6

¡Quién diese que saliera de Sión la salvación de Israel!
Cuando Dios haga volver de la cautividad a su pueblo,
se regocijará Jacob y se alegrará Israel.

Salmo 54

David suplica salvación y promete servir a Dios.

Al músico principal: con Neginot. Masquil de David, cuando vinieron los zifeos y dijeron a Saúl: ¿No está David escondido entre nosotros? 1

Oh Dios, sálvame por tu nombre,
y hazme justicia con tu poder.

2

Oh Dios, oye mi oración;
escucha las palabras de mi boca.

3

Porque extraños se han levantado contra mí,
y hombres violentos buscan mi vida;
no han puesto a Dios delante de sí. Selah

4

He aquí, Dios es el que me ayuda;
el Señor está con los que sostienen mi vida.

5

Él devolverá el mal a mis enemigos.
¡Destrúyelos por tu verdad!

6

Voluntariamente te ofreceré sacrificios;
alabaré tu nombre, oh Jehová, porque es bueno.

7

Pues me ha librado de toda angustia,
y a mis enemigos vieron mis ojos.

Salmo 55
David ora por la mañana, al mediodía y al atardecer — Busca protección y ayuda en la lucha contra sus enemigos.

Al músico principal: con Neginot. Masquil de David. 1

Escucha, oh Dios, mi oración,
y no te escondas de mi súplica.

2

Atiéndeme y respóndeme;
conturbado estoy en mi queja y gimo

3

a causa de la voz del enemigo,
por la opresión del impío,
porque echan sobre mí iniquidad,
y con furor me aborrecen.

4

Mi corazón está dolorido dentro de mí,
y terrores de muerte sobre mí han caído.

5

Temor y temblor me han sobrevenido,
y terror me ha cubierto.

6

Y dije: ¡Quién me diese alas como de paloma!
Volaría yo y descansaría.

7

Ciertamente huiría lejos;
moraría en el desierto. Selah

8

Me apresuraría a escapar
del viento borrascoso, de la tempestad.

9

Destruye, oh Señor; divide la lengua de ellos,
porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.

10

Día y noche la rondan sobre sus muros,
e iniquidad y malicia hay en medio de ella.

11

Destrucción hay en medio de ella,
y el fraude y el engaño no se apartan de sus plazas.

12

Porque no me afrentó un enemigo,
lo cual yo habría soportado,
ni se alzó contra mí el que me aborrecía,
porque me hubiera ocultado de él;

13

sino que eres tú, un hombre igual a mí,
mi compañero y mi íntimo amigo,

14

que juntos nos comunicábamos en dulce consejo,
y en la casa de Dios andábamos en amistad.

15

Condenados sean a muerte mis enemigos;
desciendan vivos al Seol,
porque maldades hay en su morada, en medio de ellos.

16

En cuanto a mí, a Dios clamaré,
y Jehová me salvará.

17

Al atardecer, y por la mañana y al mediodía oraré y clamaré,
y él oirá mi voz.

18

Él ha redimido en paz mi alma de la guerra contra mí,
pues había muchos contra mí.

19

Dios oirá y los humillará,
él, que desde la antigüedad permanece. Selah
Por cuanto no cambian,
ni temen a Dios.

20

Extendió el inicuo sus manos
contra los que estaban en paz con él;
violó su convenio.

21

Más blandas que la mantequilla eran las palabras de su boca,
pero había guerra en su corazón;
más suaves que el aceite eran sus palabras,
mas ellas eran espadas desnudas.

22

Echa sobre Jehová tu carga y él te sustentará;
no dejará para siempre caído al justo.

23

Mas tú, oh Dios, harás descender a aquéllos
al pozo de la destrucción.
Los hombres sanguinarios y engañadores
no llegarán a vivir la mitad de sus días;
pero yo en ti confiaré.

Salmo 56

David busca misericordia, confía en Dios, lo alaba y le agradece su liberación.

Al músico principal: al son de Jonat-elem-recoquim. Mictam de David, cuando los filisteos le prendieron en Gat. 1

Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me ha pisoteado el hombre;
me oprime combatiéndome día tras día.

2

Todo el día mis enemigos me pisotean,
porque muchos son los que pelean contra mí con soberbia.

3

El día en que tema,
yo en ti confiaré.

4

En Dios alabaré su palabra;
en Dios he confiado; no temeré.
¿Qué podrá hacerme el hombre?

5

Todo el día tergiversan mis palabras;
contra mí son todos sus pensamientos para mal.

6

Se reúnen, se esconden,
miran atentamente mis pasos,
como quienes acechan mi vida.

7

¿Escaparán ellos por la iniquidad?
Oh Dios, derriba en tu furor los pueblos.

8

Mis andanzas tú has contado;
pon mis lágrimas en tu redoma;
¿no están ellas en tu libro?

9

Entonces mis enemigos serán vueltos atrás el día en que yo clame.
Esto sé: Dios está a mi favor.

10

En Dios alabaré su palabra;
en Jehová alabaré su palabra.

11

En Dios he confiado; no temeré.
¿Qué podrá hacerme el hombre?

12

Sobre mí, oh Dios, están tus votos;
te tributaré ofrendas de gratitud.

13

Porque has librado mi alma de la muerte,
y mis pies de caída,
para que ande delante de Dios
en la luz de los que viven.

Salmo 57

David suplica misericordia y aclama la gloria y la exaltación de Dios.

Al músico principal: al son de Al-tasjet. Mictam de David, cuando huyó de delante de Saúl a la cueva. 1

Ten misericordia de mí, oh Dios; ten misericordia de mí,
porque en ti ha confiado mi alma,
y en la sombra de tus alas me refugiaré
hasta que pasen las calamidades.

2

Clamaré al Dios Altísimo,
al Dios que me favorece.

3

Él enviará desde los cielos y me salvará
de la infamia del que me pisotea. Selah
Dios enviará su misericordia y su verdad.

4

Mi vida está entre leones;
estoy tirado entre los que arden,
hijos de hombres cuyos dientes son lanzas y saetas,
y su lengua, espada aguda.

5

Exaltado seas, oh Dios, sobre los cielos;
sobre toda la tierra sea tu gloria.

6

Red han tendido a mis pasos;
se ha abatido mi alma;
hoyo han cavado delante de mí,
pero en medio de él han caído ellos mismos. Selah

7

Firme está mi corazón, oh Dios, mi corazón está firme;
cantaré y entonaré alabanzas.

8

Despierta, gloria mía; despertad, salterio y arpa;
me levantaré al romper el alba.

9

Te alabaré entre los pueblos, oh Señor;
te cantaré alabanzas entre las naciones.

10

Porque grande es hasta los cielos tu misericordia,
y hasta las nubes tu verdad.

11

Exaltado seas, oh Dios, sobre los cielos;
sobre toda la tierra sea tu gloria.

Salmo 58

David reprende a los jueces inicuos — Éstos se descarrían y hablan mentiras.

Al músico principal: al son de Al-tasjet. Mictam de David. 1

Oh vosotros, ¿pronunciáis en verdad justicia?
¿Juzgáis rectamente, hijos de los hombres?

2

Antes bien, en el corazón cometéis injusticias;
hacéis que la violencia de vuestras manos pese en la tierra.

3

Se alejaron los impíos desde la matriz;
se descarriaron desde el vientre, hablando mentira.

4

Veneno tienen, como veneno de serpiente;
son como la víbora sorda que cierra su oído,

5

que no oye la voz de los encantadores,
por más hábil que el encantador sea.

6

Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas;
quiebra, oh Jehová, los colmillos de los leoncillos.

7

Sean disipados como aguas que corren;
cuando disparen sus saetas, sean hechas pedazos.

8

Pasen ellos como el caracol que se deshace;
como el que nace muerto, no vean el sol.

9

Antes que vuestras ollas sientan la llama de los espinos,
así vivos, así airados, los barrerá él con tempestad.

10

Se alegrará el justo cuando vea la venganza;
sus pies lavará en la sangre del impío.

11

Entonces dirá el hombre:
Ciertamente hay fruto para el justo;
ciertamente hay Dios que juzga en la tierra.




MusicPlaylist
Music Playlist at MixPod.com