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sábado, 18 de agosto de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 186: Salmos 104-105


Salmo 104
Jehová está vestido de gloria y majestad — Él hace a Sus ángeles espíritus y a las llamas de fuego Sus ministros — Con Su cuidado Él sustenta todas las formas de vida — Su gloria permanece para siempre.

1

Bendice, alma mía, a Jehová.
Jehová, Dios mío, ¡qué grande eres tú!
Te has vestido de gloria y de majestad.

2

Tú eres el que se cubre de luz como de vestidura,
que extiende los cielos como una cortina,

3

el que pone las vigas de sus altos aposentos en las aguas,
el que hace de las nubes su carroza,
el que anda sobre las alas del viento,

4

el que hace a sus ángeles espíritus
y a las llamas de fuego sus ministros.

5

Él fundó la tierra sobre sus cimientos;
no será jamás removida.

6

Con el abismo, como con vestido, la cubriste;
sobre los montes estaban las aguas.

7

A tu reprensión huyeron;
al sonido de tu trueno se apresuraron;

8

subieron los montes, descendieron los valles,
al lugar que tú les fundaste.

9

Les pusiste límite, el cual no traspasarán,
ni volverán a cubrir la tierra.

10

Tú eres el que envías los manantiales por los arroyos;
van entre los montes.

11

Dan de beber a todas las bestias del campo;
mitigan su sed los asnos monteses.

12

Junto a ellos habitan las aves de los cielos;
cantan entre las ramas.

13

Él riega los montes desde sus aposentos;
del fruto de sus obras se sacia la tierra.

14

Él hace crecer la hierba para las bestias,
y las plantas para el servicio del hombre,
para sacar el pan de la tierra,

15

y el vino que alegra el corazón del hombre,
y el aceite que hace lucir el rostro,
y el pan que sustenta el corazón del hombre.

16

Se llenan de savia los árboles de Jehová,
los cedros del Líbano que él plantó.

17

Allí anidan las aves;
en los cipreses hace su casa la cigüeña.

18

Los montes altos son para las cabras monteses;
las peñas, para madrigueras de los conejos.

19

Hizo la luna para los tiempos;
el sol conoce su ocaso.

20

Pones las tinieblas, y es la noche;
en ella corretean todas las bestias de la selva.

21

Los leoncillos rujen tras la presa,
y buscan de Dios su comida.

22

Sale el sol, se recogen,
y se echan en sus guaridas.

23

Sale el hombre a su labor,
y a su labranza hasta la tarde.

24

¡Cuán numerosas son tus obras, oh Jehová!
Las has hecho todas ellas con sabiduría;
la tierra está llena de tus creaciones.

25

Éste es el grande y ancho mar,
en donde hay seres innumerables,
seres pequeños y grandes.

26

Allí surcan las naves,
y el leviatán que hiciste para que jugase en él.

27

Todos ellos esperan en ti,
para que les des la comida a su tiempo.

28

Tú les das y ellos recogen;
abres tu mano y se sacian de bien.

29

Escondes tu rostro, ellos se turban;
les quitas el aliento, fenecen
y vuelven a ser polvo.

30

Envías tu espíritu, son creados,
y renuevas la faz de la tierra.

31

Sea la gloria de Jehová para siempre;
regocíjese Jehová en sus obras.

32

Él mira la tierra, y ella tiembla;
toca los montes, y humean.

33

A Jehová cantaré en mi vida;
a mi Dios cantaré alabanzas mientras viva.

34

Sea mi meditación agradable a él;
yo me regocijaré en Jehová.

35

Sean consumidos de la tierra los pecadores
y los malvados dejen de ser.
Bendice, alma mía, a Jehová.
¡Aleluya!

Salmo 105

Dad a conocer las obras de Jehová entre todos los hombres — Recordad Su convenio con Abraham y Sus tratos con Israel — No toquéis a Sus ungidos, ni hagáis mal a Sus profetas — Israel deberá guardar Sus estatutos y cumplir Sus leyes.

1

¡ Alabad a Jehová! Invocad su nombre;
dad a conocer sus obras entre los pueblos.

2

¡Cantadle, cantadle salmos!
Hablad de todas sus maravillas.

3

Gloriaos en su santo nombre;
regocíjese el corazón de los que buscan a Jehová.

4

Buscad a Jehová y su fortaleza;
buscad siempre su rostro.

5

Acordaos de las maravillas que él ha hecho,
de sus prodigios y de los juicios de su boca,

6

oh vosotros, descendencia de Abraham, su siervo,
hijos de Jacob, sus escogidos.

7

Él es Jehová nuestro Dios;
en toda la tierra están sus juicios.

8

Se acordó para siempre de su convenio,
de la palabra que mandó para mil generaciones,

9

el cual concertó con Abraham,
y de su juramento a Isaac.

10

Y lo estableció a Jacob como estatuto,
a Israel como convenio sempiterno,

11

diciendo: A ti te daré la tierra de Canaán,
como parte de vuestra heredad.

12

Cuando eran pocos hombres en número, sí, muy pocos,
y extranjeros en ella,

13

y andaban de nación en nación,
de un reino a otro pueblo,

14

no consintió que hombre alguno los agraviase,
y por causa de ellos castigó a reyes.

15

No toquéis, dijo, a mis ungidos,
ni hagáis mal a mis profetas.

16

Y trajo hambre sobre la tierra,
y quebrantó todo sustento de pan.

17

Envió a un hombre delante de ellos,
a José, que fue vendido como esclavo.

18

Afligieron sus pies con grilletes;
en hierro le pusieron.

19

Hasta la hora en que llegó su palabra,
la palabra de Jehová le probó.

20

Envió el rey y le soltó;
el señor de los pueblos le dejó ir libre.

21

Lo puso como señor de su casa,
y como gobernador de todas sus posesiones,

22

para sujetar a sus príncipes como él quisiese,
y hacer sabios a sus ancianos.

23

Después entró Israel en Egipto,
y Jacob fue extranjero en la tierra de Cam.

24

Y multiplicó su pueblo en gran manera,
y lo hizo más fuerte que sus enemigos.

25

Cambió el corazón de ellos para que aborreciesen a su pueblo,
para que actuasen astutamente contra sus siervos.

26

Envió a su siervo Moisés,
y a Aarón, al cual escogió.

27

Puso en ellos las palabras de sus señales,
y sus prodigios en la tierra de Cam.

28

Echó tinieblas e hizo oscuridad,
y no fueron rebeldes a su palabra.

29

Convirtió sus aguas en sangre,
y mató sus peces.

30

Hizo pulular ranas en su tierra,
hasta en las cámaras de sus reyes.

31

Habló, y vinieron enjambres de moscas
y piojos en todo su territorio.

32

Les dio granizo por lluvia,
y llamas de fuego en su tierra.

33

Destruyó sus viñas y sus higueras,
y quebró los árboles de su territorio.

34

Habló, y vinieron langostas
y pulgón sin número;

35

y se comieron toda la hierba de su país,
y devoraron el fruto de su tierra.

36

Hirió de muerte a todos los primogénitos en su tierra,
las primicias de todo su vigor.

37

Y los sacó con plata y oro;
y no hubo entre sus tribus quien tropezara.

38

Egipto se alegró de que salieran,
porque su terror había caído sobre ellos.

39

Extendió una nube por cubierta,
y fuego para alumbrar la noche.

40

Pidieron, e hizo venir codornices;
y los sació con pan del cielo.

41

Abrió la peña, y fluyeron aguas;
corrieron por los sequedales como un río.

42

Porque se acordó de su santa palabra
dada a Abraham, su siervo.

43

Y sacó a su pueblo con gozo,
con júbilo, a sus escogidos.

44

Y les dio las tierras de las naciones;
y los frutos de las labores de las naciones heredaron,

45

para que guardasen sus estatutos
y observasen sus leyes.
¡Aleluya!




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Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 185: Salmos 97-103


Salmo 97
Jehová reina en gloria milenaria — Los montes se derriten ante Su presencia — Los que aman a Jehová aborrecen el mal.

1

Jehová reina; regocíjese la tierra;
alégrense las muchas islas.

2

Nubes y oscuridad hay alrededor de él;
justicia y juicio son el cimiento de su trono.

3

Fuego irá delante de él
y abrasará a sus enemigos alrededor.

4

Sus relámpagos alumbraron el mundo;
la tierra vio y se estremeció.

5

Los montes se derritieron como cera delante de Jehová,
delante del Señor de toda la tierra.

6

Los cielos proclamaron su justicia,
y todos los pueblos vieron su gloria.

7

Sean avergonzados todos los que sirven a las imágenes talladas,
los que se glorían en los ídolos.
¡Póstrense ante él todos los dioses!

8

Oyó Sión y se alegró;
y las hijas de Judá,
oh Jehová, se regocijaron por tus juicios.

9

Porque tú, Jehová, eres el Altísimo sobre toda la tierra;
eres muy exaltado sobre todos los dioses.

10

Los que a Jehová amáis, aborreced el mal.
Él guarda las almas de sus santos;
los libra de manos de los malvados.

11

Luz se ha sembrado para el justo,
y alegría para los rectos de corazón.

12

¡Alegraos, justos, en Jehová,
y alabad la memoria de su santidad!

Salmo 98

Cantad alabanzas a Jehová — Todos los confines de la tierra verán Su salvación — Él viene a juzgar a todos los hombres con equidad y justicia.

Salmo. 1

Cantad a Jehová cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas;
su diestra y su santo brazo le han dado salvación.

2

Jehová ha dado a conocer su salvación;
ante los ojos de las naciones ha descubierto su justicia.

3

Se ha acordado de su misericordia y de su verdad
para con la casa de Israel;
todos los confines de la tierra han visto
la salvación de nuestro Dios.

4

Cantad alegres a Jehová, toda la tierra;
cantad en alta voz, y regocijaos y cantad salmos.

5

Cantad salmos a Jehová con arpa,
con arpa y voz de cántico.

6

Aclamad con trompetas y sonido
de corneta delante del rey Jehová.

7

Ruja el mar y su plenitud,
el mundo y los que en él habitan.

8

batan las manos los ríos;
los montes todos juntos hagan regocijo

9

delante de Jehová, porque viene a juzgar la tierra.
Juzgará al mundo con justicia
y a los pueblos con equidad.

Salmo 99

Jehová es grande en Sión — Exaltad a Jehová y adorad ante el estrado de Sus pies, porque Él es santo.

1

Jehová reina; tiemblen los pueblos.
Él está sentado entre los querubines; estremézcase la tierra.

2

Jehová en Sión es grande
y exaltado sobre todos los pueblos.

3

Alaben tu nombre grande y temible.
Él es santo.

4

El poder del rey ama el juicio;
tú confirmas la rectitud;
tú has hecho en Jacob juicio y justicia.

5

Exaltad a Jehová nuestro Dios,
y postraos ante el estrado de sus pies.
Él es santo.

6

Moisés y Aarón entre sus sacerdotes,
y Samuel entre los que invocaron su nombre;
invocaban a Jehová, y él les respondía.

7

En columna de nube hablaba con ellos;
guardaban sus testimonios y el estatuto que les había dado.

8

Oh Jehová, Dios nuestro, tú les respondías;
fuiste para ellos un Dios perdonador,
aunque vengador de sus malas obras.

9

Exaltad a Jehová nuestro Dios,
y adorad en su santo monte,
porque santo es Jehová nuestro Dios.

Salmo 100

Salmo de alabanza — Servid a Jehová con alegría, todos los que sois de Su pueblo — Alabadle y bendecid su nombre.

Salmo de alabanza. 1

Cantad alegres a Jehová, habitantes de toda la tierra.

2

Servid a Jehová con alegría;
venid ante su presencia con regocijo.

3

Reconoced que Jehová es Dios.
Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos;
pueblo suyo somos y ovejas de su prado.

4

Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con alabanza.
¡Alabadle; bendecid su nombre!

5

Porque Jehová es bueno;
para siempre es su misericordia,
y su fidelidad por todas las generaciones.

Salmo 101
David canta de la misericordia y del juicio — David rechazará la compañía de los que hacen el mal.

Salmo de David. 1

Misericordia y juicio cantaré;
a ti, oh Jehová, cantaré.

2

Prestaré atención al camino de la perfección.
¿Cuándo vendrás a mí?
En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa.

3

No pondré delante de mis ojos cosa indigna;
aborrezco la obra de los que se desvían;
nada de esto se aferrará a mí.

4

El corazón perverso se apartará de mí;
no conoceré la maldad.

5

Al que solapadamente difama a su prójimo,
yo lo destruiré;
no toleraré al de ojos altaneros y de corazón vanidoso.

6

Mis ojos pondré en los fieles de la tierra,
para que moren conmigo;
el que ande en el camino de la perfección,
éste me servirá.

7

No habitará dentro de mi casa el que practica el engaño;
el que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos.

8

Por las mañanas destruiré a todos los malvados de la tierra,
para talar de la ciudad de Jehová a todos los que hagan iniquidad.

Salmo 102
Oración del que sufre — Sión será edificada cuando Jehová (el Señor) aparezca en Su gloria — Aunque el cielo y la tierra perezcan, Jehová, que los creó, permanecerá para siempre.

Oración del afligido cuando desmaya y derrama su lamento delante de Jehová. 1

Jehová, oye mi oración
y llegue a ti mi clamor.

2

No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia;
inclina a mí tu oído.
El día en que te invoque, apresúrate a responderme,

3

porque mis días se han consumido como humo,
y mis huesos cual tizón están quemados.

4

Mi corazón está herido y seco como la hierba,
por lo cual me olvido de comer mi pan.

5

Por la voz de mi gemido,
mis huesos se han pegado a mi carne.

6

Soy semejante al pelícano del desierto;
soy como el búho de las soledades.

7

Velo, y soy
como el pájaro solitario sobre el tejado.

8

Todo el día me afrentan mis enemigos;
los que me escarnecen se han conjurado contra mí.

9

Porque he comido cenizas a manera de pan,
y mi bebida con llanto he mezclado,

10

a causa de tu enojo y de tu ira,
pues me has alzado y me has arrojado.

11

Mis días son como sombra que se va,
y me he secado como la hierba.

12

Mas tú, oh Jehová, permanecerás para siempre,
y tu memoria de generación en generación.

13

Tú te levantarás y tendrás misericordia de Sión,
porque es tiempo de tener misericordia de ella,
porque el plazo ha llegado.

14

Porque tus siervos aman sus piedras,
y del polvo de ella tienen compasión.

15

Entonces las naciones temerán el nombre de Jehová,
y todos los reyes de la tierra, tu gloria,

16

por cuanto Jehová habrá edificado Sión,
y en su gloria será visto.

17

Habrá considerado la oración de los menesterosos,
y no habrá desechado el ruego de ellos.

18

Se escribirá esto para la generación venidera,
y el pueblo que será creado alabará a Jah.

19

Porque miró desde lo alto de su santuario;
Jehová miró desde los cielos a la tierra,

20

para oír el gemido de los presos,
para liberar a los sentenciados a muerte,

21

para que se declare en Sión el nombre de Jehová,
y su alabanza en Jerusalén,

22

cuando los pueblos y los reinos se congreguen en uno
para servir a Jehová.

23

Él debilitó mis fuerzas en el camino;
acortó mis días.

24

Dije: Dios mío, no me lleves en la mitad de mis días;
por generación de generaciones son tus años.

25

Tú fundaste la tierra en tiempos antiguos,
y los cielos son obra de tus manos.

26

Ellos perecerán, mas tú permanecerás;
y todos ellos como un vestido se envejecerán;
como ropa de vestir los mudarás, y serán mudados.

27

Pero tú eres el mismo,
y tus años no se acabarán.

28

Los hijos de tus siervos habitarán seguros,
y su descendencia será establecida delante de ti.

Salmo 103
David exhorta a los santos a bendecir a Jehová por Su misericordia — Jehová es misericordioso con los que guardan sus mandamientos.

Salmo de David. 1

Bendice, alma mía, a Jehová,
y bendiga todo mi ser su santo nombre.

2

Bendice, alma mía, a Jehová,
y no olvides ninguno de sus beneficios.

3

Él es quien perdona todas tus iniquidades,
el que sana todas tus dolencias,

4

el que rescata de la fosa tu vida,
el que te corona de compasión y tiernas misericordias,

5

el que colma de bien tus anhelos,
de modo que tu juventud se renueve como el águila.

6

Jehová es el que hace justicia
y juicios a todos los oprimidos.

7

Sus caminos dio a conocer a Moisés,
y a los hijos de Israel, sus obras.

8

Misericordioso y clemente es Jehová,
lento para la ira y grande en misericordia.

9

No contenderá para siempre,
ni para siempre guardará el enojo.

10

No ha hecho con nosotros conforme a nuestros pecados,
ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades.

11

Porque como la altura de los cielos sobre la tierra,
así es de grandiosa su misericordia sobre los que le temen.

12

Tan lejos como está el oriente del occidente,
así hizo alejar de nosotros nuestras transgresiones.

13

Como el padre se compadece de los hijos,
se compadece Jehová de los que le temen,

14

porque él conoce nuestra condición;
se acuerda de que somos polvo.

15

El hombre, como la hierba son sus días;
florece como la flor del campo,

16

que pasa el viento por ella, y perece,
y su lugar no la conoce más.

17

Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad
sobre los que le temen,
y su justicia sobre los hijos de los hijos,

18

sobre los que guardan su convenio
y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.

19

Jehová estableció en los cielos su trono,
y su reino domina sobre todos.

20

Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles,
poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra,
obedeciendo la voz de su palabra.

21

Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos,
ministros suyos, que hacéis su voluntad.

22

Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras,
en todos los lugares de su señorío.
Bendice, alma mía, a Jehová.




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