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jueves, 31 de mayo de 2012

Santa Biblia Reina 2009 SUD: Día: 138: 2 Crónicas 10-14


Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 10
El pueblo pide alivio, pero Roboam se empecina en aumentar las cargas sobre el pueblo — Israel se rebela y el reino se divide.

1 Y Roboam fue a Siquem, porque en Siquem se había reunido todo Israel para hacerlo rey.

2Y aconteció que cuando lo oyó Jeroboam hijo de Nabat, que estaba en Egipto, adonde había huido a causa del rey Salomón, volvió de Egipto.

3Y enviaron y le llamaron. Vino, pues, Jeroboam, y todo Israel, y hablaron a Roboam, diciendo:

4Tu padre agravó nuestro yugo; ahora, pues, alivia algo de la dura servidumbre y del pesado yugo que tu padre nos impuso, y te serviremos.

5Y él les dijo: Volved a mí de aquí a tres días. Y el pueblo se fue.

6Entonces el rey Roboam tomó consejo con los ancianos que habían estado delante de su padre Salomón, cuando vivía, y les dijo: ¿Cómo aconsejáis vosotros que responda a este pueblo?

7Y ellos le hablaron, diciendo: Si te conduces humanamente con este pueblo, y los complaces y les hablas con buenas palabras, ellos te servirán para siempre.

8Pero él abandonó el consejo que le dieron los ancianos, y pidió consejo a los jóvenes que se habían criado con él y que estaban a su servicio.

9Y les dijo: ¿Qué aconsejáis vosotros que respondamos a este pueblo, que me ha hablado, diciendo: Alivia algo del yugo que tu padre puso sobre nosotros?

10Entonces los jóvenes que se habían criado con él, le hablaron, diciendo: Así dirás al pueblo que te ha hablado diciendo: Tu padre agravó nuestro yugo, pero tú hazlo más ligero para nosotros; así les dirás: Mi dedo más pequeño es más grueso que los lomos de mi padre.

11Por cuanto mi padre os cargó con pesado yugo, yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, pero yo, con escorpiones.

12Vino, pues, Jeroboam con todo el pueblo ante Roboam al tercer día, según el rey les había mandado, diciendo: Volved a mí de aquí a tres días.

13Y les respondió el rey ásperamente; pues el rey Roboam abandonó el consejo de los ancianos,

14y les habló conforme al consejo de los jóvenes, diciendo: Mi padre hizo pesado vuestro yugo, pero yo lo haré más pesado; mi padre os castigó con azotes, pero yo, con escorpiones.

15Y no escuchó el rey al pueblo, porque la causa era de Dios, para que se cumpliera la palabra que Jehová había hablado por medio de Ahías, el silonita, a Jeroboam hijo de Nabat.

16Y cuando todo Israel vio que el rey no les había escuchado, respondió el pueblo al rey, diciendo: ¿Qué parte tenemos nosotros con David? No tenemos herencia en el hijo de Isaí. ¡Oh Israel, cada uno a su tienda! ¡David, mira ahora por tu casa! Así se fue todo Israel a sus tiendas.

17Pero Roboam reinó sobre los hijos de Israel que habitaban en las ciudades de Judá.

18Envió luego el rey Roboam a Adoram, que estaba a cargo de los tributos; pero le apedrearon los hijos de Israel, y murió. Entonces se apresuró el rey Roboam a subir en su carro para huir a Jerusalén.

19Así se rebeló Israel contra la casa de David hasta hoy.

Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 11

Roboam fortalece el reino de Judá, pero se le prohíbe someter a Israel — Jeroboam conduce a la idolatría al reino de Israel — Roboam toma muchas esposas y concubinas.

1Y cuando llegó Roboam a Jerusalén, reunió de la casa de Judá y de Benjamín a ciento ochenta mil hombres de guerra escogidos, para pelear contra Israel y devolver el reino a Roboam.

2Pero vino la palabra de Jehová a Semaías, hombre de Dios, diciendo:

3Habla a Roboam hijo de Salomón, rey de Judá, y a todos los israelitas en Judá y Benjamín, diciéndoles:

4Así dice Jehová: No subáis a pelear contra vuestros hermanos; vuelva cada uno a su casa, porque yo he hecho esto. Y ellos escucharon la palabra de Jehová y desistieron de ir contra Jeroboam.

5Y habitó Roboam en Jerusalén y edificó ciudades para fortificar a Judá.

6Y edificó Belén, y Etam, y Tecoa,

7y Bet-sur, y Soco, y Adulam,

8y Gat, y Maresa, y Zif,

9y Adoraim, y Laquis, y Azeca,

10y Zora, y Ajalón y Hebrón, ciudades fortificadas en Judá y en Benjamín.

11Fortificó también las fortalezas y puso en ellas capitanes, y provisiones, y aceite y vino;

12y en todas las ciudades puso escudos y lanzas. Las fortificó, pues, en gran manera; y Judá y Benjamín le estaban sujetos.

13Y los sacerdotes y los levitas que estaban en todo Israel se pasaron a él desde todos sus territorios.

14Porque los levitas dejaron sus campos y sus posesiones, y se fueron a Judá y a Jerusalén, porque Jeroboam y sus hijos los habían excluido de servir como sacerdotes a Jehová.

15Y él designó sus propios sacerdotes para los lugares altos, y para los demonios y para los becerros que él había hecho.

16Tras aquéllos acudieron también de todas las tribus de Israel los que habían puesto su corazón en buscar a Jehová Dios de Israel; y vinieron a Jerusalén para ofrecer sacrificios a Jehová, el Dios de sus padres.

17Así fortalecieron el reino de Judá, y confirmaron a Roboam hijo de Salomón durante tres años, porque tres años anduvieron en el camino de David y de Salomón.

18Y tomó Roboam por esposa a Mahalat, hija de Jerimot hijo de David y de Abihail, hija de Eliab hijo de Isaí,

19la que le dio a luz hijos: Jeús, y Semarías y Zaham.

20Después de ella tomó a Maaca, hija de Absalón, la que le dio a luz a Abías, y a Atai, y a Ziza y a Selomit.

21Y Roboam amó a Maaca, hija de Absalón, sobre todas sus esposas y concubinas, pues tomó dieciocho esposas y sesenta concubinas, y engendró veintiocho hijos y sesenta hijas.

22Y puso Roboam a Abías hijo de Maaca como cabeza y príncipe entre sus hermanos, porque quería hacerle rey.

23Y obró sagazmente, y esparció a todos sus hijos por todas las tierras de Judá y de Benjamín, y por todas las ciudades fortificadas, y les dio provisiones en abundancia y buscó muchas esposas.

Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 12

Roboam abandona la ley de Jehová — Los egipcios saquean Jerusalén y se llevan los tesoros de la casa de Jehová — El pueblo se arrepiente y recibe liberación parcial — Muere Roboam.

1 Y sucedió que cuando Roboam hubo consolidado el reino y se hubo fortalecido a sí mismo, abandonó la ley de Jehová, y todo Israel con él.

2Y aconteció que en el quinto año del rey Roboam subió Sisac, rey de Egipto, contra Jerusalén, por cuanto habían sido desleales a Jehová,

3con mil doscientos carros, y con sesenta mil hombres de a caballo; pero el pueblo que venía con él de Egipto era innumerable, esto es, libios, suquienos y etíopes.

4Y tomó las ciudades fortificadas de Judá y llegó hasta Jerusalén.

5Entonces vino el profeta Semaías ante Roboam y los príncipes de Judá que estaban reunidos en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo: Así ha dicho Jehová: Vosotros me habéis dejado, y por eso yo también os he dejado en manos de Sisac.

6Y los príncipes de Israel y el rey se humillaron y dijeron: ¡Justo es Jehová!

7Y cuando Jehová vio que se habían humillado, vino la palabra de Jehová a Semaías, diciendo: Se han humillado; no los destruiré, sino que les concederé cierta libertad y no se derramará mi ira contra Jerusalén por mano de Sisac.

8Sin embargo, serán sus siervos, para que sepan lo que es servirme a mí y lo que es servir a los reinos de las naciones.

9Subió, pues, Sisac, rey de Egipto, a Jerusalén, y tomó los tesoros de la casa de Jehová y los tesoros de la casa del rey; todo se lo llevó; y se llevó los escudos grandes de oro que Salomón había hecho.

10Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce y los entregó en manos de los jefes de la guardia, los cuales custodiaban la entrada de la casa del rey.

11Y cuando el rey iba a la casa de Jehová, venían los de la guardia y los traían, y después los volvían a poner en la cámara de la guardia.

12Y cuando él se humilló, la ira de Jehová se apartó de él, para no destruirlo del todo; y además en Judá las cosas fueron bien.

13Se fortaleció, pues, el rey Roboam y reinó en Jerusalén; y tenía Roboam cuarenta y un años cuando comenzó a reinar y diecisiete años reinó en Jerusalén, ciudad que escogió Jehová de entre todas las tribus de Israel, para poner en ella su nombre. Y el nombre de su madre era Naama, la amonita.

14E hizo lo malo, porque no dispuso su corazón para buscar a Jehová.

15Y los hechos de Roboam, los primeros y los postreros, ¿no están escritos en los libros del profeta Semaías y del vidente Iddo, en el registro de los linajes? Y entre Roboam y Jeroboam hubo guerra de continuo.

16Y durmió Roboam con sus padres y fue sepultado en la ciudad de David; y reinó en su lugar su hijo Abías.

Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 13

Abías reina en Judá — Derrota a Jeroboam y a los ejércitos de Israel — Jehová hiere a Jeroboam y éste muere.

1 En el año dieciocho del rey Jeroboam, comenzó a reinar Abías sobre Judá.

2Y reinó tres años en Jerusalén. El nombre de su madre era Micaías, hija de Uriel de Gabaa. Y hubo guerra entre Abías y Jeroboam.

3Entonces Abías comenzó la batalla con un ejército de cuatrocientos mil hombres de guerra valientes y escogidos; y Jeroboam se puso en orden de batalla contra él con ochocientos mil hombres escogidos, fuertes y valientes.

4Y se levantó Abías sobre el monte Zemaraim, que está en los montes de Efraín y dijo: Oídme, Jeroboam y todo Israel.

5¿No sabéis vosotros que Jehová Dios de Israel dio el reino a David sobre Israel para siempre, a él y a sus hijos mediante un convenio de sal?

6Pero Jeroboam hijo de Nabat, siervo de Salomón hijo de David, se levantó y se rebeló contra su señor.

7Y se unieron a él hombres vanos, hijos de iniquidad, y pudieron más que Roboam hijo de Salomón, porque Roboam era joven y tierno de corazón, y no fue fuerte frente a ellos.

8Y ahora vosotros tratáis de resistir al reino de Jehová, que está en manos de los hijos de David, porque sois muchos y tenéis con vosotros los becerros de oro que Jeroboam os puso por dioses.

9¿No echasteis vosotros a los sacerdotes de Jehová, a los hijos de Aarón y a los levitas, y os habéis hecho sacerdotes a la manera de los pueblos de otras tierras, para que cualquiera venga a consagrarse con un becerro y siete carneros, y así sea sacerdote de los que no son dioses?

10Pero en cuanto a nosotros, Jehová es nuestro Dios y no le hemos dejado; y los sacerdotes que ministran a Jehová son los hijos de Aarón, y los levitas sirven en sus deberes;

11los cuales ofrecen a Jehová los holocaustos cada mañana y cada tarde, y el incienso aromático; y ponen los panes sobre la mesa limpia y el candelabro de oro con sus lámparas para que ardan cada tarde; porque nosotros guardamos la ordenanza de Jehová nuestro Dios, mas vosotros le habéis dejado.

12Y he aquí, Dios está con nosotros a la cabeza, y sus sacerdotes con las trompetas de júbilo para que suenen contra vosotros. Oh hijos de Israel, no peleéis contra Jehová, el Dios de vuestros padres, porque no os irá bien.

13Pero Jeroboam los rodeó con una emboscada para atacarlos por la espalda, de manera que Israel estaba delante de Judá y la emboscada estaba a espaldas de Judá.

14Y cuando miró atrás Judá, he aquí que tenía batalla delante y a las espaldas; y clamaron a Jehová, y los sacerdotes tocaron las trompetas.

15Entonces los de Judá gritaron; y cuando los de Judá gritaron, sucedió que Dios hirió a Jeroboam y a todo Israel delante de Abías y de Judá;

16y huyeron los hijos de Israel delante de Judá, y Dios los entregó en sus manos.

17Y Abías y su gente hicieron en ellos una gran matanza, y cayeron muertos de Israel quinientos mil hombres escogidos.

18Así fueron humillados los hijos de Israel en aquel tiempo, y los hijos de Judá prevalecieron, porque confiaban en Jehová, el Dios de sus padres.

19Y persiguió Abías a Jeroboam y le quitó algunas ciudades: Bet-el con sus aldeas, y Jesana con sus aldeas y Efraín con sus aldeas.

20Y nunca más tuvo poder Jeroboam en los días de Abías; y le hirió Jehová, y murió.

21Pero Abías se hizo más poderoso; y tomó catorce esposas y engendró veintidós hijos y dieciséis hijas.

22Los demás hechos de Abías, sus caminos y sus palabras, están escritos en la historia del profeta Iddo.

Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 14

Asa reina en Judá, reconstruye las ciudades y derrota y saquea a los etíopes que habían atacado a Judá.

1Y durmió Abías con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David. Y reinó en su lugar su hijo Asa, en cuyos días tuvo sosiego el país durante diez años.

2E hizo Asa lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová su Dios.

3Porque quitó los altares de culto extraño y los lugares altos, y quebró las estatuas y derribó las imágenes de Asera;

4y mandó a Judá que buscara a Jehová, el Dios de sus padres, y pusiera por obra la ley y sus mandamientos.

5Quitó asimismo de todas las ciudades de Judá los lugares altos y las imágenes, y el reino estuvo en paz bajo él.

6Y edificó ciudades fortificadas en Judá, por cuanto había paz en la tierra, y no había guerra contra él en aquellos tiempos, porque Jehová le había dado reposo.

7Dijo, por tanto, a Judá: Edifiquemos estas ciudades y cerquémoslas de muros con torres, puertas y barras, ya que la tierra es nuestra, porque hemos buscado a Jehová nuestro Dios; le hemos buscado, y él nos ha dado reposo por todas partes. Edificaron, pues, y prosperaron.

8Tuvo también Asa un ejército que traía escudos y lanzas: de Judá trescientos mil, y de Benjamín doscientos ochenta mil que traían escudos y tensaban arcos, todos hombres fuertes y valientes.

9Y salió contra ellos Zera, el etíope, con un ejército de un millón de hombres y trescientos carros; y vino hasta Maresa.

10Entonces salió Asa contra él, y se pusieron en orden de batalla en el valle de Sefata, junto a Maresa.

11Y clamó Asa a Jehová su Dios y dijo: ¡Oh Jehová, no hay otro como tú en dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas! Ayúdanos, oh Jehová, Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos contra esta multitud. ¡Oh Jehová, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre!

12Y Jehová derrotó a los etíopes delante de Asa y delante de Judá; y huyeron los etíopes.

13Y Asa y el pueblo que con él estaba los persiguieron hasta Gerar; y cayeron los etíopes hasta no quedar ninguno con vida, porque fueron destruidos delante de Jehová y de su ejército. Y les tomaron un botín muy grande.

14Atacaron también todas las ciudades alrededor de Gerar, porque el terror de Jehová cayó sobre ellas; y saquearon todas las ciudades, pues había en ellas gran botín.

15Asimismo atacaron las tiendas de los que tenían ganado, y se llevaron muchas ovejas y camellos, y volvieron a Jerusalén.




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miércoles, 30 de mayo de 2012

Lectura con Audio de la Santa Biblia Reina 2009 SUD: Día: 137: 2 Crónicas 7-9


Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 7
Desciende fuego del cielo que consume los sacrificios y los holocaustos — Jehová se le aparece a Salomón y promete bendecir al pueblo — Si los israelitas guardan los mandamientos, prosperarán.

1Y cuando Salomón acabó de orar, descendió fuego de los cielos y consumió el holocausto y los sacrificios; y la gloria de Jehová llenó la casa.

2Y no podían entrar los sacerdotes en la casa de Jehová, porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová.

3Y cuando vieron todos los hijos de Israel descender el fuego y la gloria de Jehová sobre la casa, se postraron rostro en tierra sobre el pavimento y adoraron, alabando a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, pues su misericordia es para siempre.

4Entonces el rey y todo el pueblo ofrecieron sacrificios delante de Jehová.

5Y ofreció el rey Salomón en sacrificio veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas; y así el rey y todo el pueblo dedicaron la casa de Dios.

6Y los sacerdotes desempeñaban sus cargos, también los levitas con los instrumentos de música de Jehová, los cuales había hecho el rey David para alabar a Jehová, porque su misericordia es para siempre, cuando David alababa por medio de ellos. Asimismo, los sacerdotes tocaban trompetas delante de ellos, y todo Israel estaba de pie.

7También santificó Salomón la parte central del atrio que estaba delante de la casa de Jehová, por cuanto había ofrecido allí los holocaustos y la grasa de las ofrendas de paz; porque en el altar de bronce que Salomón había hecho no cabían el holocausto, y la ofrenda de grano y la grasa.

8Entonces hizo Salomón fiesta siete días, y con él todo Israel, una congregación muy grande, desde la entrada de Hamat hasta el arroyo de Egipto.

9Y al octavo día hicieron una asamblea solemne, porque habían hecho la dedicación del altar durante siete días, y habían celebrado la solemnidad durante siete días.

10Y el día veintitrés del mes séptimo, envió al pueblo a sus tiendas, alegres y gozosos de corazón por los beneficios que Jehová había hecho a David, y a Salomón y a su pueblo Israel.

11Terminó, pues, Salomón la casa de Jehová y la casa del rey; y todo lo que Salomón tuvo en su corazón hacer en la casa de Jehová, y en su propia casa, fue prosperado.

12Y se le apareció Jehová a Salomón de noche y le dijo: Yo he oído tu oración, y he elegido para mí este lugar como casa de sacrificio.

13Si yo cierro los cielos para que no haya lluvia, y si mando la langosta que consuma la tierra, o si envío pestilencia entre mi pueblo;

14si se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y ellos oran, y buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.

15Ahora estarán abiertos mis ojos, y atentos mis oídos, a la oración en este lugar;

16pues ahora he elegido y santificado esta casa para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre.

17Y tú, si andas delante de mí, como anduvo tu padre David, y haces todas las cosas que yo te he mandado, y guardas mis estatutos y mis decretos,

18yo confirmaré el trono de tu reino, como pacté con David, tu padre, diciendo: No te faltará varón que gobierne en Israel.

19Pero si vosotros os volvéis, y dejáis mis estatutos y mis mandamientos que he puesto delante de vosotros, y vais y servís a dioses ajenos y los adoráis,

20yo os arrancaré de mi tierra que os he dado; y esta casa que he santificado a mi nombre, yo la echaré de mi presencia, y haré que sea como refrán y burla entre todos los pueblos.

21Y esta casa que es tan excelsa será asombro para todo el que pase, y dirá: ¿Por qué ha hecho así Jehová a esta tierra y a esta casa?

22Y se responderá: Por cuanto abandonaron a Jehová, Dios de sus padres, que los sacó de la tierra de Egipto, y abrazaron a dioses ajenos, y los adoraron y los sirvieron; por eso él ha traído todo este mal sobre ellos.

Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 8


Salomón construye ciudades — Ofrece sacrificios de acuerdo con la ley de Moisés — Los sacerdotes y los levitas son designados para servir a Jehová.

1 Y aconteció al cabo de veinte años, durante los cuales Salomón había edificado la casa de Jehová y su propia casa,

2que Salomón reedificó las ciudades que Hiram le había dado, y estableció en ellas a los hijos de Israel.

3Después fue Salomón a Hamat de Soba y la tomó.

4Y reedificó Tadmor en el desierto y todas las ciudades de aprovisionamiento que edificó en Hamat.

5Asimismo reedificó Bet-horón la de arriba y Bet-horón la de abajo, ciudades fortificadas con muros, puertas y barras;

6y Baalat y todas las ciudades de aprovisionamiento que Salomón tenía; también todas las ciudades de los carros y las de la gente de a caballo; y todo lo que Salomón quiso edificar en Jerusalén, y en el Líbano y en toda la tierra de su dominio.

7Y a todo el pueblo que había quedado de los heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos, que no eran de Israel,

8cuyos hijos habían quedado en la tierra después de ellos, a los cuales los hijos de Israel no destruyeron del todo, hizo Salomón tributarios hasta hoy.

9Pero a ninguno de los hijos de Israel puso Salomón como siervo en su obra, porque eran hombres de guerra, y oficiales, y capitanes, y comandantes de sus carros y de su gente de a caballo.

10Y tenía Salomón doscientos cincuenta jefes principales de los oficiales, los cuales mandaban sobre aquella gente.

11Y trajo Salomón a la hija de Faraón, de la ciudad de David a la casa que él le había edificado, porque dijo: Mi esposa no morará en la casa de David, rey de Israel, porque aquellas habitaciones donde ha entrado el arca de Jehová son sagradas.

12Entonces ofreció Salomón holocaustos a Jehová sobre el altar de Jehová que él había edificado delante del pórtico;

13los ofreció según lo prescrito para cada día, conforme al mandamiento de Moisés, en los días de reposo, y en las lunas nuevas, y en las fiestas solemnes, tres veces al año: en la fiesta de los panes sin levadura, en la fiesta de las semanas y en la fiesta de los tabernáculos.

14Y constituyó los grupos de los sacerdotes en sus oficios, conforme a lo ordenado por David su padre; y a los levitas en sus cargos, para que alabasen y sirviesen delante de los sacerdotes, según lo prescrito para cada día; asimismo a los porteros según sus grupos en cada puerta, porque así lo había mandado David, hombre de Dios.

15Y no se apartaron del mandamiento del rey en cuanto a los sacerdotes y a los levitas, en ningún asunto, o en cuanto a los tesoros.

16Así se llevó a cabo toda la obra de Salomón desde el día en que se pusieron los cimientos de la casa de Jehová hasta que se terminó. Así la casa de Jehová quedó totalmente terminada.

17Entonces Salomón fue a Ezión-geber y a Elot, a la costa del mar en la tierra de Edom.

18E Hiram le había enviado, por medio de sus siervos, naves y siervos conocedores del mar, los cuales fueron con los siervos de Salomón a Ofir, y tomaron de allá cuatrocientos cincuenta talentos de oro, y los trajeron al rey Salomón.

Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 9

La reina de Sabá visita a Salomón — Salomón sobresale en sabiduría, riqueza y grandeza — Después de reinar durante cuarenta años, Salomón muere y Roboam llega a ser rey.

1 Y cuando la reina de Sabá oyó de la fama de Salomón, vino a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias, y oro en abundancia y piedras preciosas, para probar a Salomón con preguntas difíciles. Y cuando llegó ante Salomón, habló con él de todo lo que tenía en su corazón.

2Y Salomón le contestó a todas sus preguntas; ninguna cosa quedó que Salomón no le declarase.

3Y cuando la reina de Sabá vio la sabiduría de Salomón y la casa que había edificado,

4y la comida de su mesa, y los asientos que ocupaban sus siervos, y la apariencia de los que le servían y los vestidos de ellos, y sus coperos y sus vestidos, y su escalinata por donde subía para ofrecer holocaustos a la casa de Jehová, se quedó sin aliento.

5Y dijo al rey: Es verdad lo que había oído en mi tierra de tus cosas y de tu sabiduría;

6pero yo no creía las palabras de ellos, hasta que he venido, y mis ojos han visto; y he aquí que ni aun la mitad de la grandeza de tu sabiduría me había sido dicha, porque tú superas la fama que yo había oído.

7Dichosos tus hombres, y dichosos éstos tus siervos que están siempre delante de ti y oyen tu sabiduría.

8Bendito sea Jehová tu Dios, quien se ha complacido en ti, poniéndote sobre su trono como rey para Jehová tu Dios; porque tu Dios amó a Israel, afirmándolo perpetuamente; por eso te ha puesto como rey sobre ellos, para que hagas juicio y justicia.

9Y dio al rey ciento veinte talentos de oro, y una gran cantidad de especias y piedras preciosas; nunca hubo tales especias como las que dio la reina de Sabá al rey Salomón.

10También los siervos de Hiram y los siervos de Salomón, que habían traído el oro de Ofir, trajeron madera de sándalo y piedras preciosas.

11E hizo el rey de la madera de sándalo gradas en la casa de Jehová y en la casa del rey, y arpas y salterios para los cantores; nunca en la tierra de Judá se había visto madera semejante.

12Y el rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso y todo lo que ella le pidió, más de lo que ella había traído al rey. Después se volvió y se fue a su tierra con sus siervos.

13Y el peso del oro que Salomón recibía cada año era seiscientos sesenta y seis talentos de oro,

14sin contar lo que traían los mercaderes y comerciantes. También todos los reyes de Arabia y los gobernadores de la tierra traían oro y plata a Salomón.

15E hizo el rey Salomón doscientos escudos grandes de oro batido, cada uno de los cuales tenía seiscientos siclos de oro labrado;

16asimismo trescientos escudos de oro batido, teniendo cada escudo trescientos siclos de oro; y los puso el rey en la Casa del Bosque del Líbano.

17Además, el rey hizo un gran trono de marfil y lo recubrió de oro puro.

18Y el trono tenía seis gradas con un estrado de oro fijado al trono, y brazos a uno y otro lado del asiento, y dos leones que estaban junto a los brazos.

19Había también allí doce leones sobre las seis gradas a uno y otro lado. Jamás fue hecho trono semejante en reino alguno.

20Toda la vajilla del rey Salomón era de oro, y toda la vajilla de la Casa del Bosque del Líbano, de oro puro. No había nada de plata, pues en los días de Salomón la plata no era apreciada.

21Porque la flota del rey iba a Tarsis con los siervos de Hiram, y cada tres años solían venir las naves de Tarsis trayendo oro, plata, marfil, monos y pavos reales.

22Y superaba el rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riqueza y en sabiduría.

23Y todos los reyes de la tierra procuraban ver el rostro de Salomón, para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón.

24Y cada uno de ellos traía su presente: artículos de plata, y artículos de oro, y vestidos, armas, y especias, caballos y mulos todos los años.

25Tuvo también Salomón cuatro mil caballerizas para los caballos y carros, y doce mil jinetes, los cuales puso en las ciudades de los carros, y con el rey en Jerusalén.

26Y tuvo dominio sobre todos los reyes desde el Río hasta la tierra de los filisteos y hasta el límite con Egipto.

27Y el rey hizo que hubiera en Jerusalén tanta plata como piedras, y tantos cedros como los sicómoros que nacen en los campos en abundancia.

28Traían también caballos para Salomón, de Egipto y de todas las tierras.

29Los demás hechos de Salomón, los primeros y los postreros, ¿no están escritos en los libros del profeta Natán, y en la profecía de Ahías, el silonita, y en las profecías del vidente Iddo contra Jeroboam hijo de Nabat?

30Y reinó Salomón en Jerusalén sobre todo Israel cuarenta años.

31Y durmió Salomón con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de David, su padre; y reinó en su lugar Roboam, su hijo.




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lunes, 28 de mayo de 2012

Lectura con Audio de la Santa Biblia Reina 2009 SUD: Día: 136: 2 Crónicas 4-6


Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 4
Salomón hace el mar de fundición y lo coloca sobre doce bueyes — Se hacen el altar, los tazones, y los calderos y diversos artículos.

1 Hizo además un altar de bronce de veinte codos de largo, y veinte codos de ancho y diez codos de alto.

2También hizo un mar de fundición, el cual tenía diez codos de un borde al otro, enteramente redondo; y su altura era de cinco codos, y un cordón de treinta codos lo ceñía alrededor.

3Y debajo de él había figuras de bueyes que lo circundaban, diez en cada codo todo alrededor; eran dos hileras de bueyes fundidos juntamente con el mar.

4Descansaba sobre doce bueyes, tres de los cuales miraban al norte, y tres al occidente, y tres al sur y tres al oriente; y el mar descansaba sobre ellos, y las ancas de ellos estaban hacia dentro.

5Y tenía de grueso un palmo menor, y el borde tenía la forma del borde de un cáliz o de una flor de lis. Y cabían en él tres mil batos.

6Hizo también diez pilas, y puso cinco a la derecha y cinco a la izquierda, para lavar en ellas y enjuagar lo que se ofrecía en holocausto; pero el mar era para que los sacerdotes se lavaran en él.

7Hizo asimismo diez candelabros de oro según su forma, los cuales puso en el templo, cinco a la derecha y cinco a la izquierda.

8Además hizo diez mesas y las puso en el templo, cinco a la derecha y cinco a la izquierda; igualmente hizo cien tazones de oro.

9Además de esto hizo el atrio de los sacerdotes, y el gran atrio y las puertas del atrio, y recubrió de bronce sus puertas.

10Y colocó el mar al lado derecho hacia el sureste.

11Hiram también hizo calderos, y palas y tazones; y acabó Hiram la obra que hacía al rey Salomón para la casa de Dios;

12dos columnas, y los cordones, los capiteles sobre las cabezas de las dos columnas, y dos redes para cubrir las dos partes redondas de los capiteles que estaban encima de las columnas;

13cuatrocientas granadas en las dos redes, dos hileras de granadas en cada red, para que cubriesen las dos partes redondas de los capiteles que estaban encima de las columnas.

14Hizo también las basas, sobre las cuales colocó las pilas;

15un mar, y los doce bueyes debajo de él;

16y calderos, y palas y garfios; y todos sus utensilios los hizo Hiram-abi al rey Salomón, para la casa de Jehová, de bronce bruñido.

17Los fundió el rey en los llanos del Jordán, en tierra arcillosa, entre Sucot y Seredata.

18Y Salomón hizo todos estos utensilios en tan gran abundancia que no pudo saberse el peso del bronce.

19Así hizo Salomón todos los utensilios para la casa de Dios, y el altar de oro, y las mesas sobre las cuales se ponían los panes de la proposición;

20asimismo los candelabros y sus lámparas, de oro puro, para que las encendiesen delante del santuario interior conforme a la costumbre.

21Y las flores, y las lámparas y las tenazas se hicieron de oro, de oro purísimo;

22también las despabiladeras, y los tazones, y las cucharas y los incensarios eran de oro puro. La entrada de la casa, sus puertas interiores para el lugar santísimo y las puertas de la casa del templo eran de oro.

Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 5

Se termina el templo y el arca del convenio es colocada en el lugar santísimo — La gloria de Jehová llena el templo.

1Así se acabó toda la obra que hizo Salomón para la casa de Jehová, y trajo Salomón a ella las cosas que David su padre había dedicado; y puso la plata, y el oro y todos los utensilios en los tesoros de la casa de Dios.

2Entonces Salomón reunió en Jerusalén a los ancianos de Israel y a todos los jefes de las tribus, a los principales de las casas paternas de los hijos de Israel, para que trajesen el arca del convenio de Jehová desde la ciudad de David, que es Sión.

3Y se congregaron ante el rey todos los hombres de Israel, para la fiesta solemne del mes séptimo.

4Y llegaron todos los ancianos de Israel, y los levitas tomaron el arca,

5y llevaron el arca, y el tabernáculo de reunión y todos los enseres del lugar santo que estaban en el tabernáculo; los sacerdotes y los levitas los llevaron.

6Y el rey Salomón y toda la congregación de Israel que se había reunido con él delante del arca sacrificaron ovejas y bueyes, que por ser tantos no se pudieron contar ni numerar.

7Y los sacerdotes pusieron el arca del convenio de Jehová en su lugar, en el santuario interior de la casa, en el lugar santísimo, bajo las alas de los querubines;

8pues los querubines extendían las alas sobre el lugar del arca, y los querubines cubrían por encima tanto el arca como sus barras.

9Y extendieron las barras de modo que se viesen los extremos de las barras del arca desde el lugar santísimo, pero no se veían desde fuera; y allí han quedado hasta hoy.

10En el arca no había nada más que las dos tablas que Moisés había puesto en Horeb, donde Jehová había hecho convenio con los hijos de Israel cuando salieron de Egipto.

11Y aconteció que cuando los sacerdotes salieron del lugar santo (porque todos los sacerdotes que se hallaban presentes habían sido santificados, sin distinción de grupos,

12y los levitas cantores, todos los de Asaf, los de Hemán, y los de Jedutún, junto con sus hijos y sus hermanos, vestidos de lino fino, estaban con címbalos y salterios y arpas al oriente del altar; y con ellos había ciento veinte sacerdotes que tocaban trompeta);

13tocaban las trompetas y cantaban al unísono, para alabar y dar gracias a Jehová, y cuando alzaban la voz al son de las trompetas y de los címbalos y de los otros instrumentos de música, cuando alababan a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, porque su misericordia es para siempre, entonces una nube llenó la casa, la casa de Jehová.

14Y no podían los sacerdotes estar allí para ministrar por causa de la nube, porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios.

Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 6

Salomón bendice a la congregación de Israel — Ofrece la oración dedicatoria para el templo — Suplica en oración misericordia y bendiciones para el Israel arrepentido.

1 Entonces dijo Salomón: Jehová ha dicho que él habitaría en la densa nube.

2Yo, pues, he edificado una casa de habitación para ti, sí, un lugar en que mores para siempre.

3Y volvió el rey su rostro y bendijo a toda la congregación de Israel; y toda la congregación de Israel estaba de pie.

4Y él dijo: Bendito sea Jehová Dios de Israel, quien con su mano ha cumplido lo que habló por su boca a David, mi padre, diciendo:

5Desde el día en que saqué a mi pueblo de la tierra de Egipto, ninguna ciudad he elegido de entre todas las tribus de Israel para edificar una casa donde estuviese mi nombre, ni he escogido a hombre alguno que fuese príncipe sobre mi pueblo Israel.

6Pero a Jerusalén he elegido para que en ella esté mi nombre, y a David he elegido para que estuviese sobre mi pueblo Israel.

7Y David, mi padre, tuvo en su corazón edificar una casa al nombre de Jehová Dios de Israel.

8Mas Jehová dijo a mi padre David: Por haber tenido en tu corazón edificar una casa a mi nombre, bien has hecho al haber tenido esto en tu corazón.

9Pero tú no edificarás la casa, sino que tu hijo que saldrá de tus lomos, él edificará la casa a mi nombre.

10Y Jehová ha cumplido su palabra que había dicho, pues yo me he levantado en lugar de David, mi padre, y me he sentado en el trono de Israel, como Jehová había dicho, y he edificado la casa al nombre de Jehová Dios de Israel.

11Y en ella he puesto el arca, en la cual está el pacto de Jehová que concertó con los hijos de Israel.

12Y se puso Salomón delante del altar de Jehová, en presencia de toda la congregación de Israel, y extendió sus manos.

13Porque Salomón había hecho un estrado de bronce, de cinco codos de largo, y de cinco codos de ancho y de tres codos de alto, y lo había puesto en medio del atrio; y se puso sobre él, y se hincó de rodillas delante de toda la congregación de Israel, y extendió sus manos al cielo,

14y dijo: Oh Jehová Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti ni en el cielo ni en la tierra, que guardas el convenio y tienes misericordia con tus siervos que caminan delante de ti con todo su corazón;

15que has cumplido lo que dijiste a tu siervo David, mi padre; lo dijiste de tu boca, mas con tu mano lo has cumplido, como acontece este día.

16Ahora pues, oh Jehová Dios de Israel, cumple lo que le has prometido a tu siervo David, mi padre, diciendo: No faltará de ti varón delante de mí que se siente en el trono de Israel, con tal de que tus hijos guarden su camino, andando en mi ley, como tú has andado delante de mí.

17Ahora pues, oh Jehová Dios de Israel, cúmplase tu palabra que dijiste a tu siervo David.

18Pero, ¿es verdad que Dios ha de habitar con el hombre en la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener. ¡Cuánto menos esta casa que he edificado?

19No obstante, atiende a la oración de tu siervo, y a su ruego, oh Jehová Dios mío, para oír el clamor y la oración con que tu siervo ora delante de ti.

20Que tus ojos estén abiertos sobre esta casa de día y de noche, sobre el lugar del cual dijiste: Mi nombre estará allí; escucha la oración con que tu siervo ora en este lugar.

21Asimismo, escucha el ruego de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando en este lugar hagan oración. Oye desde los cielos, desde el lugar de tu morada; oye y perdona.

22Si alguno peca contra su prójimo, y éste le exige juramento haciéndole jurar, y él viene a jurar ante tu altar en esta casa,

23entonces oye tú desde los cielos, y actúa y juzga a tus siervos, dando la paga al impío, haciendo recaer su proceder sobre su cabeza y justificando al justo al darle conforme a su justicia.

24Si tu pueblo Israel es derrotado delante del enemigo por haber pecado contra ti, y se vuelven, y confiesan tu nombre y ruegan delante de ti en esta casa,

25entonces oye desde los cielos, y perdona el pecado de tu pueblo Israel y hazlos volver a la tierra que diste a ellos y a sus padres.

26Cuando los cielos se cierren y no haya lluvias por haber pecado ellos contra ti, si oran a ti en este lugar, y confiesan tu nombre y se vuelven de sus pecados cuando los aflijas,

27entonces oye tú desde los cielos y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, y enséñales el buen camino para que anden en él y envía lluvia sobre tu tierra, la cual diste por heredad a tu pueblo.

28Y si hay hambre en la tierra, o si hay pestilencia, si hay tizoncillo o añublo, langosta o saltamontes; o si los sitian sus enemigos en la tierra de sus ciudades; cualquier plaga o enfermedad que sea;

29toda oración y todo ruego que haga cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cualquiera que conozca su aflicción y su dolor en su corazón, si extiende sus manos hacia esta casa,

30entonces oye tú desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y perdona y da a cada uno conforme a sus caminos, habiendo conocido su corazón (porque sólo tú conoces el corazón de los hijos de los hombres);

31para que te teman y anden en tus caminos todos los días que vivan sobre la faz de la tierra que tú diste a nuestros padres.

32Y también al extranjero que no sea de tu pueblo Israel, que haya venido de lejanas tierras a causa de tu gran nombre, y de tu mano poderosa, y de tu brazo extendido, si viene y ora en esta casa,

33entonces oye tú desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y haz conforme a todas las cosas por las cuales haya clamado a ti el extranjero, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, y te teman como tu pueblo Israel, y sepan que esta casa que yo he edificado es llamada por tu nombre.

34Si tu pueblo sale a la guerra contra sus enemigos por el camino que tú los envíes, y oran a ti hacia esta ciudad que tú elegiste, hacia la casa que he edificado a tu nombre,

35entonces oye desde los cielos su oración y su ruego, y ampara su causa.

36Si pecan contra ti (pues no hay hombre que no peque), y te enojas contra ellos, y los entregas delante de sus enemigos, para que los que los tomen los lleven cautivos a tierra de enemigos, lejos o cerca,

37y ellos vuelven su corazón en la tierra adonde fueron llevados cautivos; y si se vuelven y oran a ti en la tierra de su cautividad, y dicen: Hemos pecado, hemos hecho inicuamente, impíamente hemos actuado;

38si se vuelven a ti con todo su corazón y con toda su alma en la tierra de su cautividad, donde los hayan llevado cautivos, y oran hacia la tierra que tú diste a sus padres, hacia la ciudad que tú elegiste, y hacia la casa que he edificado a tu nombre,

39entonces oye tú desde los cielos, desde el lugar de tu morada, su oración y su ruego, y ampara su causa y perdona a tu pueblo que pecó contra ti.

40Ahora pues, oh Dios mío, te ruego que estén abiertos tus ojos y atentos tus oídos a la oración en este lugar.

41Oh Jehová Dios, levántate ahora hacia tu lugar de reposo, tú y el arca de tu poder; sean, oh Jehová Dios, vestidos de salvación tus sacerdotes, y tus santos se regocijen en el bien.

42Oh Jehová Dios, no rechaces a tu ungido; acuérdate de las misericordias para con tu siervo David.




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domingo, 27 de mayo de 2012

Lectura con Audio de la Santa Biblia Reina 2009 SUD: Día: 135: 2 Crónicas 1-3


Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 1
Jehová engrandece a Salomón delante de todo Israel — Se le aparece Jehová — Salomón escoge la sabiduría y le es dada — Su reino es bendecido con esplendor y riquezas.

1 Y Salomón hijo de David fue afirmado en su reino; y Jehová su Dios estaba con él y le engrandeció sobremanera.

2Y habló Salomón a todo Israel, a los jefes de millares, y de centenas, y a los jueces y a todos los príncipes de todo Israel, jefes de las casas paternas.

3Y fue Salomón, y con él toda esta congregación, al lugar alto que había en Gabaón, porque allí estaba el tabernáculo de reunión de Dios que Moisés, siervo de Jehová, había hecho en el desierto.

4Pero David había traído el arca de Dios de Quiriat-jearim al lugar que él le había preparado, porque él le había levantado una tienda en Jerusalén.

5Asimismo el altar de bronce que había hecho Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, estaba allí delante del tabernáculo de Jehová, al cual fue a consultar Salomón con aquella congregación.

6Y subió Salomón allá delante de Jehová, al altar de bronce que estaba en el tabernáculo de reunión, y ofreció sobre él mil holocaustos.

7Y aquella noche se le apareció Dios a Salomón y le dijo: Pide lo que quieras que yo te dé.

8Y Salomón dijo a Dios: Tú has hecho con David, mi padre, gran misericordia, y a mí me has hecho rey en lugar suyo.

9Ahora pues, oh Jehová Dios, que se cumpla tu palabra dada a David, mi padre, porque tú me has hecho rey sobre un pueblo tan numeroso como el polvo de la tierra.

10Dame ahora sabiduría y conocimiento, para salir y entrar delante de este pueblo, porque, ¿quién podrá juzgar a este tu pueblo tan grande?

11Y dijo Dios a Salomón: Por cuanto esto ha estado en tu corazón, y no pediste riquezas, bienes ni gloria, ni la vida de tus enemigos, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría y conocimiento para juzgar a mi pueblo, sobre el cual te he hecho rey,

12sabiduría y conocimiento te son dados; y también te daré riquezas, y bienes y gloria, como nunca tuvieron los reyes que han sido antes de ti, ni tendrán los que vengan después de ti.

13Y volvió Salomón a Jerusalén desde el lugar alto que estaba en Gabaón, delante del tabernáculo de reunión, y reinó sobre Israel.

14Y juntó Salomón carros y gente de a caballo; y tuvo mil cuatrocientos carros y doce mil jinetes, los cuales puso en las ciudades de los carros y con el rey en Jerusalén.

15E hizo el rey que hubiera en Jerusalén tanta plata y tanto oro como piedras, y que abundaran los cedros como los sicómoros que nacen en los campos.

16Y hacían traer caballos de Egipto y de Coa para Salomón, porque los mercaderes del rey los compraban allí.

17Y subían y traían de Egipto un carro por seiscientas piezas de plata y un caballo por ciento cincuenta; y así los traían por medio de ellos todos los reyes de los heteos y los reyes de Siria.

Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 2

Salomón contrata a Hiram de Tiro para suministrar madera para el templo — Se organiza a los obreros para efectuar la obra.

1Determinó, pues, Salomón edificar una casa al nombre de Jehová, y otra casa para su reino.

2Y contó Salomón setenta mil hombres que llevasen cargas, y ochenta mil hombres que labrasen piedra en los montes y tres mil seiscientos que los dirigiesen.

3Y envió a decir Salomón a Hiram, rey de Tiro: Haz conmigo como hiciste con David, mi padre, enviándole cedros para que edificara para sí casa en que habitar.

4He aquí, yo voy a edificar una casa al nombre de Jehová mi Dios, para consagrársela, para quemar incienso aromático delante de él, y para la colocación continua de los panes de la proposición, y para los holocaustos de la mañana y de la tarde, y de los días de reposo, y de las lunas nuevas y de las fiestas solemnes de Jehová nuestro Dios; esto será perpetuo en Israel.

5Y la casa que voy a edificar ha de ser grande, porque el Dios nuestro es grande sobre todos los dioses.

6Pero, ¿quién será capaz de edificarle una casa, puesto que los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerle? ¿Quién, pues, soy yo, para que le edifique una casa, aunque sólo sea para quemar ofrendas delante de él?

7Envíame, pues, ahora un hombre hábil, que sepa trabajar en oro, y en plata, y en bronce, y en hierro, y en púrpura, y en grana y en azul, y que sepa esculpir con los maestros que están conmigo en Judá y en Jerusalén, los cuales preparó mi padre David.

8Envíame también del Líbano madera de cedro, de ciprés y de sándalo, porque yo sé que tus siervos saben cortar los árboles del Líbano; y he aquí, mis siervos estarán con los tuyos,

9para que me preparen mucha madera, porque la casa que voy a edificar ha de ser grande y maravillosa.

10Y he aquí, para tus siervos, los cortadores de madera, daré veinte mil coros de trigo en grano, y veinte mil coros de cebada, y veinte mil batos de vino y veinte mil batos de aceite.

11Entonces Hiram, rey de Tiro, respondió por un escrito que envió a Salomón: Porque Jehová amó a su pueblo, te ha hecho rey sobre ellos.

12Además decía Hiram: Bendito sea Jehová, el Dios de Israel, que hizo los cielos y la tierra, y que dio al rey David un hijo sabio, dotado de prudencia y entendimiento, que va a edificar una casa a Jehová y una casa para su reino.

13Yo, pues, te he enviado un hombre hábil, dotado de entendimiento, Hiram-abi,

14hijo de una mujer de las hijas de Dan, y su padre era de Tiro, el cual sabe trabajar en oro, y en plata, en bronce, en hierro, en piedra y en madera, en púrpura, en azul, y en lino fino y en carmesí; asimismo sabe tallar toda clase de figuras y sacar toda forma de diseño que se le pida, junto a tus hombres peritos y a los de mi señor David, tu padre.

15Ahora pues, envíe mi señor a sus siervos el trigo y la cebada, el aceite y el vino, de que ha hablado;

16y nosotros cortaremos en el Líbano la madera que necesites, y te la llevaremos en balsas por el mar hasta Jope, y tú la harás subir hasta Jerusalén.

17Y Salomón hizo un censo de los hombres extranjeros que había en la tierra de Israel, después del censo que David, su padre, había hecho, y se halló que fueron ciento cincuenta y tres mil seiscientos.

18Y señaló de ellos setenta mil para llevar cargas, y ochenta mil canteros en los montes, y tres mil seiscientos como capataces para hacer trabajar al pueblo.

Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 3

Salomón comienza a construir el templo — Confecciona el velo y edifica las columnas, y utiliza mucho oro y muchas piedras preciosas.

1Y comenzó Salomón a edificar la casa de Jehová en Jerusalén, en el monte Moriah, donde Jehová se le había aparecido a David, su padre, en el lugar que David había preparado en la era de Ornán, el jebuseo.

2Y comenzó a edificar en el mes segundo, a los dos días del mes, en el cuarto año de su reinado.

3Y éstas son las medidas que Salomón dio a los cimientos de la casa de Dios: la longitud era de sesenta codos y la anchura de veinte codos.

4Y el pórtico que estaba delante era de veinte codos de largo, igual al ancho de la casa, y su altura, de ciento veinte; y lo recubrió por dentro de oro puro.

5Y revistió la sala mayor con madera de ciprés, la cual recubrió de oro fino, e hizo realzar en ella palmeras y cadenas.

6Revistió también la casa con piedras preciosas para embellecerla; y el oro era oro de Parvaim.

7También recubrió de oro la casa, las vigas, los umbrales, y sus paredes y sus puertas; y talló querubines en las paredes.

8Hizo asimismo la sala del lugar santísimo, cuya longitud era de veinte codos, según el ancho de la casa, y su anchura de veinte codos; y la recubrió de oro fino que ascendía a seiscientos talentos.

9Y el peso de los clavos era de cincuenta siclos de oro. También recubrió de oro los aposentos altos.

10Y dentro del lugar santísimo de la casa hizo dos querubines de obra de escultura y los recubrió de oro.

11La longitud de las alas de los querubines era de veinte codos; el ala de uno era de cinco codos, la cual llegaba hasta la pared de la casa; y la otra ala era de cinco codos, la cual tocaba el ala del otro querubín.

12De la misma manera el ala del otro querubín era de cinco codos, la cual llegaba hasta la pared de la casa; y la otra ala era de cinco codos, que tocaba el ala del otro querubín.

13Las alas de estos querubines se extendían veinte codos, y estaban de pie con los rostros hacia la casa.

14Hizo también el velo de azul, y de púrpura, y de carmesí y de lino fino, e hizo realzar querubines en él.

15Delante de la casa hizo dos columnas de treinta y cinco codos de altura, con sus capiteles encima, de cinco codos cada uno.

16Hizo asimismo cadenas en el santuario interior y las puso sobre los capiteles de las columnas; e hizo cien granadas, las cuales puso en las cadenas.

17Y erigió las columnas delante del templo, una a la mano derecha y la otra a la izquierda; y a la de la mano derecha llamó Jaquín y a la de la izquierda, Boaz.




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sábado, 26 de mayo de 2012

Lectura con Audio de la Santa Biblia Reina 2009 SUD: Día: 134: 1 Crónicas 27-29


Primer libro de las
Crónicas..Capítulo 27
Se nombra a los oficiales que sirven al rey — Se enumeran los jefes de las tribus de Israel.

1Y los hijos de Israel, según su número, a saber, los jefes de casas paternas, los jefes de millares y de centenas, y sus oficiales que servían al rey en todos los asuntos de las divisiones que entraban y salían cada mes, durante todos los meses del año, eran en cada división veinticuatro mil.

2Sobre la primera división del primer mes estaba Jasobeam hijo de Zabdiel; y había en su división veinticuatro mil.

3Él era de los hijos de Fares y fue jefe de todos los capitanes de las compañías para el primer mes.

4Sobre la división del segundo mes estaba Dodai, el ahohíta; y Miclot era el jefe de esta división, en la que también había veinticuatro mil.

5El jefe de la tercera división para el tercer mes era Benaía, hijo del sumo sacerdote Joiada; y en su división había veinticuatro mil.

6Este Benaía era valiente entre los treinta y estaba sobre los treinta; y en su división estaba su hijo Amisabad.

7El cuarto jefe para el cuarto mes era Asael hermano de Joab, y después de él Zebadías, su hijo; y en su división había veinticuatro mil.

8El quinto jefe para el quinto mes era Samhut, el izraíta; y en su división había veinticuatro mil.

9El sexto para el sexto mes era Ira hijo de Iques, el tecoíta; y en su división había veinticuatro mil.

10El séptimo para el séptimo mes era Heles, el pelonita, de los hijos de Efraín; y en su división había veinticuatro mil.

11El octavo para el octavo mes era Sibecai, el husatita, de los zeraítas; y en su división había veinticuatro mil.

12El noveno para el noveno mes era Abiezer, el anatotita, de los benjaminitas; y en su división había veinticuatro mil.

13El décimo para el décimo mes era Maharai, el netofatita, de los zeraítas; y en su división había veinticuatro mil.

14El undécimo para el undécimo mes era Benaía, el piratonita, de los hijos de Efraín; y en su división había veinticuatro mil.

15El duodécimo para el duodécimo mes era Heldai, el netofatita, de Otoniel; y en su división había veinticuatro mil.

16Asimismo sobre las tribus de Israel: el jefe de los rubenitas era Eliezer hijo de Zicri; de los simeonitas, Sefatías hijo de Maaca.

17De Leví, Hasabías hijo de Kemuel; de Aarón, Sadoc;

18de Judá, Eliú, uno de los hermanos de David; de Isacar, Omri hijo de Micael.

19De Zabulón, Ismaías hijo de Abdías; de Neftalí, Jerimot hijo de Azriel;

20de los hijos de Efraín, Oseas hijo de Azazías; de la media tribu de Manasés, Joel hijo de Pedaías;

21de la otra media tribu de Manasés, en Galaad, Iddo hijo de Zacarías; de Benjamín, Jaasiel hijo de Abner;

22de Dan, Azareel hijo de Jeroham. Éstos fueron los jefes de las tribus de Israel.

23Y David no hizo el censo de los menores de veinte años, por cuanto Jehová había dicho que él había de multiplicar a Israel como las estrellas del cielo.

24Joab hijo de Sarvia había comenzado a hacer el censo, pero no acabó, pues por esto vino la ira sobre Israel; y así el número no fue puesto en el registro de las crónicas del rey David.

25Y Azmavet hijo de Adiel era el encargado de los tesoros del rey; y de los tesoros de los campos, y de las ciudades, y de las aldeas y los castillos, Jonatán hijo de Uzías;

26y de los que trabajaban en la labranza de las tierras, Ezri hijo de Quelub;

27y de las viñas, Simei, el ramatita; y del fruto de las viñas para las bodegas, Zabdi, el sifmita;

28y de los olivares e higuerales que había en los campos, Baal-hanán, el gederita; y de los almacenes del aceite, Joás;

29y del ganado que pastaba en Sarón, Sitrai, el saronita; y del ganado que estaba en los valles, Safat hijo de Adlai;

30y de los camellos, Obil, el ismaelita; y de las asnas, Jehedías, el meronotita;

31y de las ovejas, Jaziz, el agareno. Todos éstos eran administradores de la hacienda del rey David.

32Y Jonatán, tío de David, era consejero, hombre prudente y escriba; y Jehiel hijo de Hacmoni estaba con los hijos del rey.

33Y también Ahitofel era consejero del rey; y Husai, el arquita, amigo del rey.

34Y después de Ahitofel estaba Joiada hijo de Benaía y Abiatar. Y Joab era el general del ejército del rey.

Primer libro de las
Crónicas..Capítulo 28


David reúne a los líderes de Israel — Salomón es escogido para construir el templo — David exhorta a Salomón y al pueblo a guardar los mandamientos — David da a Salomón el plano y los materiales para el templo.

1 Y reunió David en Jerusalén a todos los principales de Israel, a los jefes de las tribus, y a los jefes de las divisiones que servían al rey, a los jefes de millares, y a los jefes de centenas, y a los administradores de todos los bienes y de las posesiones del rey, y de sus hijos, y a los oficiales y a los poderosos, y a todos sus hombres valientes.

2Entonces el rey David se puso de pie y dijo: Oídme, hermanos míos y pueblo mío. Yo tenía en mi corazón el propósito de edificar una casa en la cual reposara el arca del convenio de Jehová, y para estrado de los pies de nuestro Dios; y había ya preparado todo para edificar.

3Pero Dios me dijo: Tú no edificarás casa a mi nombre, porque eres hombre de guerra y has derramado mucha sangre.

4Sin embargo, Jehová, el Dios de Israel, me eligió de entre toda la casa de mi padre para que fuese rey sobre Israel perpetuamente; porque a Judá escogió para ser caudillo, y de la casa de Judá a la familia de mi padre; y de entre los hijos de mi padre se agradó de mí para hacerme rey sobre todo Israel;

5y de entre todos mis hijos (porque Jehová me ha dado muchos hijos), eligió a mi hijo Salomón para que se sentara en el trono del reino de Jehová sobre Israel.

6Y me ha dicho: Salomón, tu hijo, él edificará mi casa y mis atrios; porque a éste he escogido como hijo, y yo seré para él un padre.

7Asimismo yo estableceré su reino para siempre si él se esfuerza en guardar mis mandamientos y mis decretos, como en este día.

8Ahora pues, ante los ojos de todo Israel, congregación de Jehová, y a oídos de nuestro Dios, guardad y buscad todos los preceptos de Jehová vuestro Dios, para que poseáis la buena tierra y la dejéis como heredad a vuestros hijos después de vosotros perpetuamente.

9Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón perfecto y con ánimo dispuesto, porque Jehová escudriña los corazones de todos y entiende toda imaginación de los pensamientos. Si tú le buscas, lo hallarás; pero si le dejas, él te desechará para siempre.

10Mira, pues, ahora que Jehová te ha elegido para que edifiques casa para el santuario; esfuérzate y hazla.

11Y David dio a su hijo Salomón el plano del pórtico, y de sus edificios, y de sus tesorerías, y de sus salas superiores, y de sus salas interiores y del lugar del propiciatorio.

12Asimismo el plano de todas las cosas que tenía por medio del espíritu, para los atrios de la casa de Jehová, y para todas las cámaras en derredor, para los tesoros de la casa de Dios y para los tesoros de las cosas santificadas.

13También para los grupos de los sacerdotes y de los levitas, y para toda la obra del ministerio de la casa de Jehová y para todos los utensilios del ministerio de la casa de Jehová.

14Y dio oro en peso para las cosas de oro, para todos los utensilios de cada servicio, y plata en peso para todas las cosas de plata, para todos los utensilios de cada servicio.

15Y oro en peso para los candelabros de oro y para sus lámparas de oro; oro en peso para cada candelabro y sus lámparas y para los candelabros de plata, plata en peso para cada candelabro y sus lámparas, conforme al servicio de cada candelabro.

16Asimismo dio oro en peso para las mesas de la proposición, para cada mesa; del mismo modo, plata para las mesas de plata.

17También oro puro para los garfios, y para los tazones y para las jarras; y para las tazas de oro, oro en peso para cada taza; y para las tazas de plata, plata en peso para cada taza.

18Además, oro refinado en peso para el altar del incienso, y oro para el diseño del carro de los querubines, que extendían las alas y cubrían el arca del convenio de Jehová.

19Todas estas cosas, dijo David, me fueron trazadas por la mano de Jehová que me hizo entender todas las obras del diseño.

20Y dijo David a Salomón su hijo: Anímate y esfuérzate, y pon manos a la obra; no temas ni desmayes, porque Jehová Dios, mi Dios, estará contigo; él no te dejará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa de Jehová.

21Y he aquí, los grupos de los sacerdotes y de los levitas, para todo el ministerio de la casa de Dios, estarán contigo en toda la obra; asimismo, todo voluntario hábil para toda forma de servicio, y los oficiales y todo el pueblo para ejecutar todas tus órdenes.

Primer libro de las
Crónicas..Capítulo 29

Todo Israel hace una ofrenda voluntaria para el templo — David bendice y alaba a Jehová, e instruye al pueblo — Muere David — Salomón gobierna como rey — Se mencionan los libros de Natán y de Gad.

1Después dijo el rey David a toda la congregación: Solamente a Salomón mi hijo ha elegido Dios; él es joven y tierno de edad, y la obra es grande; porque el palacio no es para hombre, sino para Jehová Dios.

2Yo con todas mis fuerzas he preparado para la casa de mi Dios, oro para las cosas de oro, y plata para las cosas de plata, y bronce para las de bronce, hierro para las de hierro y madera para las de madera; piedras de ónice, y piedras de engaste, piedras negras, y piedras de diversos colores, y toda clase de piedras preciosas, y piedras de mármol en abundancia.

3Y además de esto, por cuanto tengo mi afecto en la casa de mi Dios, yo guardo en mi tesoro particular oro y plata que, además de todas las cosas que he preparado para la casa del santuario, he dado para la casa de mi Dios:

4tres mil talentos de oro, de oro de Ofir, y siete mil talentos de plata refinada para recubrir las paredes de los edificios;

5oro, pues, para las cosas de oro, y plata para las cosas de plata, y para toda la obra de las manos de los artífices. ¿Y quién quiere, pues, hoy consagrar el servicio de sus manos a Jehová?

6Entonces los jefes de las casas paternas, y los jefes de las tribus de Israel, y los jefes de millares y de centenas con los administradores de los bienes del rey ofrecieron de buena voluntad.

7Y dieron para el servicio de la casa de Dios cinco mil talentos y diez mil dracmas de oro, y diez mil talentos de plata, y dieciocho mil talentos de bronce y cien mil talentos de hierro.

8Y todo el que tenía piedras preciosas las entregó para el tesoro de la casa de Jehová, en manos de Jehiel, el gersonita.

9Y se alegró el pueblo por haber ofrecido de buena voluntad, porque de todo corazón hicieron ofrendas a Jehová de buena voluntad. Asimismo se alegró mucho el rey David.

10Y David bendijo a Jehová delante de toda la congregación; y dijo David: Bendito seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre, por los siglos de los siglos.

11Tuya es, oh Jehová, la grandeza y el poder, y la gloria, y la victoria y la majestad; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos.

12Y las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú señoreas sobre todo; y en tu mano está el poder y la fortaleza, y en tu mano el hacer grande y el fortalecer a todos.

13Ahora pues, Dios nuestro, nosotros te alabamos y loamos tu glorioso nombre.

14Porque, ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Porque todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.

15Porque nosotros somos extranjeros delante de ti y advenedizos, como todos nuestros padres; y nuestros días sobre la tierra, cual sombra que no dura y sin esperanza.

16Oh Jehová, Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para edificar una casa a tu santo nombre, de tu mano procede, y todo es tuyo.

17Yo sé, Dios mío, que tú pruebas los corazones y que la rectitud te agrada; por eso yo con rectitud de mi corazón voluntariamente te he ofrecido todo esto; y ahora he visto con alegría que tu pueblo, reunido aquí ahora, ha dado para ti voluntariamente.

18Oh Jehová, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, nuestros padres, conserva perpetuamente este designio del pensamiento del corazón de tu pueblo y encamina su corazón a ti.

19Asimismo, da a mi hijo Salomón corazón perfecto, para que guarde tus mandamientos, tus testimonios y tus estatutos, y para que haga todas las cosas y te edifique el palacio para el cual yo he hecho preparativos.

20Después dijo David a toda la congregación: Bendecid ahora a Jehová vuestro Dios. Entonces toda la congregación bendijo a Jehová, Dios de sus padres, y se inclinaron y adoraron delante de Jehová y del rey.

21Y ofrecieron sacrificios a Jehová y ofrecieron a Jehová holocaustos al día siguiente: mil becerros, mil carneros, mil corderos con sus libaciones y muchos sacrificios por todo Israel.

22Y comieron y bebieron delante de Jehová aquel día con gran gozo; y dieron por segunda vez la investidura del reino a Salomón hijo de David, y lo ungieron ante Jehová como príncipe, y a Sadoc, como sacerdote.

23Y se sentó Salomón como rey en el trono de Jehová, en lugar de su padre David, y fue prosperado; y le obedeció todo Israel.

24Y todos los oficiales y los hombres valientes, y todos los hijos del rey David juraron obediencia al rey Salomón.

25Y Jehová engrandeció en extremo a Salomón ante los ojos de todo Israel y le dio tal majestad real, cual ningún rey la tuvo antes de él en Israel.

26Así reinó David hijo de Isaí sobre todo Israel.

27Y el tiempo que reinó sobre Israel fue cuarenta años. Siete años reinó en Hebrón y treinta y tres reinó en Jerusalén.

28Y murió en buena vejez, lleno de días, de riquezas y de gloria; y reinó en su lugar Salomón, su hijo.

29Y los hechos del rey David, desde el primero hasta el último, están escritos en el libro del vidente Samuel, y en el libro del profeta Natán y en el libro del vidente Gad,

30con todo lo relativo a su reinado y su poder y los tiempos que pasaron sobre él, y sobre Israel y sobre todos los reinos de aquellas tierras.




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jueves, 24 de mayo de 2012

Lectura con Audio de la Santa Biblia Reina 2009 SUD: Día: 133: 1 Crónicas 24-26


Primer libro de las
Crónicas..Capítulo 24
Los hijos de Aarón y el resto de los hijos de Leví son separados en grupos y se les asignan sus deberes por suertes.

1 También los hijos de Aarón fueron separados en grupos. Los hijos de Aarón: Nadab, y Abiú, Eleazar e Itamar.

2Pero Nadab y Abiú murieron antes que su padre y no tuvieron hijos. Por tanto, Eleazar e Itamar sirvieron como sacerdotes.

3Y David, con Sadoc de los hijos de Eleazar, y Ahimelec de los hijos de Itamar, los separó según sus oficios en el ministerio.

4Y de los hijos de Eleazar se encontraron muchos más hombres principales que de los hijos de Itamar, y los separaron así: De los hijos de Eleazar había dieciséis jefes de casas paternas; y de los hijos de Itamar, por las casas paternas, ocho.

5Los separaron, pues, por suertes a unos y a otros, porque de los hijos de Eleazar y de los hijos de Itamar hubo oficiales del santuario y oficiales de la casa de Dios.

6Y el escriba Semaías hijo de Natanael, de los levitas, los inscribió delante del rey y de los oficiales, y delante del sacerdote Sadoc, y de Ahimelec hijo de Abiatar y de los jefes de las casas paternas de los sacerdotes y levitas; y designaron una casa paterna para Eleazar y otra para Itamar.

7Y la primera suerte le tocó a Joiarib, la segunda a Jedaías,

8la tercera a Harim, la cuarta a Seorim,

9la quinta a Malquías, la sexta a Mijamín,

10la séptima a Cos, la octava a Abías,

11la novena a Jesúa, la décima a Secanías,

12la undécima a Eliasib, la duodécima a Jaquim,

13la decimatercera a Hupa, la decimacuarta a Jesebeab,

14la decimaquinta a Bilga, la decimasexta a Imer,

15la decimaséptima a Hezir, la decimaoctava a Afses,

16la decimanovena a Petaías, la vigésima a Hezequiel,

17la vigésima primera a Jaquín, la vigésima segunda a Gamul,

18la vigésima tercera a Delaía, la vigésima cuarta a Maazías.

19Éstos fueron repartidos para su ministerio, para que entrasen en la casa de Jehová, conforme a lo decretado, bajo el mando de Aarón, su padre, de la manera que le había mandado Jehová, el Dios de Israel.

20Y de los hijos de Leví que quedaron: Subael, de los hijos de Amram; y de los hijos de Subael, Jehedías.

21Y de los hijos de Rehabías, Isías el primero.

22De los izharitas, Selomot; de los hijos de Selomot, Jahat.

23Y de los hijos de Hebrón: Jerías el primero, el segundo Amarías, el tercero Jahaziel, el cuarto Jecamán.

24De los hijos de Uziel, Micaía; de los hijos de Micaía, Samir.

25El hermano de Micaía, Isías; de los hijos de Isías, Zacarías.

26Los hijos de Merari: Mahli y Musi; de los hijos de Jaazías, Beno.

27Los hijos de Merari por Jaazías: Beno, y Soham, y Zacur e Ibri.

28De Mahli, Eleazar, el que no tuvo hijos.

29Hijo de Cis, Jerameel.

30Y los hijos de Musi: Mahli, y Edar y Jerimot. Éstos fueron los hijos de los levitas conforme a sus casas paternas.

31Éstos también echaron suertes, como sus hermanos los hijos de Aarón, delante del rey David, y de Sadoc, y de Ahimelec, y de los jefes de las casas paternas de los sacerdotes y de los levitas; el jefe de las casas paternas igualmente que el menor de sus hermanos.

Primer libro de las
Crónicas..Capítulo 25

Se asignan por suertes los deberes de los cantores y de los músicos levitas.

1Asimismo David y los jefes del ejército apartaron para el servicio a los hijos de Asaf, y de Hemán y de Jedutún, los que habían de profetizar con arpas, con salterios y con címbalos; y el número de hombres para la obra según su servicio fue:

2De los hijos de Asaf: Zacur, y José, y Netanías y Asarela, hijos de Asaf, bajo la dirección de Asaf, que profetizaba bajo las órdenes del rey.

3De Jedutún, los hijos de Jedutún: Gedalías, y Zeri, y Jesaías, Hasabías y Matatías, seis, bajo la dirección de su padre Jedutún, quien profetizaba con arpa, para dar gracias y alabar a Jehová.

4De Hemán, los hijos de Hemán: Buquías, Matanías, Uziel, Sebuel, y Jeremot, Hananías, Hanani, Eliata, Gidalti, y Romamti-ezer, Josbecasa, Maloti, Hotir y Mahaziot.

5Todos éstos fueron hijos de Hemán, vidente del rey en las palabras de Dios, para ensalzar su poder; y Dios dio a Hemán catorce hijos y tres hijas.

6Todos éstos estaban bajo la dirección de su padre en la música, en la casa de Jehová, con címbalos, salterios y arpas, para el ministerio de la casa de Dios. Asaf, y Jedutún y Hemán estaban bajo la dirección del rey.

7Y el número de ellos, contando a sus hermanos, instruidos en el canto para Jehová, todos ellos aptos, era de doscientos ochenta y ocho.

8Y echaron suertes para repartir los turnos del servicio, tanto el pequeño como el grande, lo mismo el maestro que el discípulo.

9Y la primera suerte le tocó a José, el asafita; la segunda, a Gedalías, quien con sus hermanos e hijos eran doce;

10la tercera a Zacur, sus hijos y sus hermanos, doce;

11la cuarta a Izri, sus hijos y sus hermanos, doce;

12la quinta a Netanías, sus hijos y sus hermanos, doce;

13la sexta a Buquías, sus hijos y sus hermanos, doce;

14la séptima a Jesarela, sus hijos y sus hermanos, doce;

15la octava a Jesahías, sus hijos y sus hermanos, doce;

16la novena a Matanías, sus hijos y sus hermanos, doce;

17la décima a Simei, sus hijos y sus hermanos, doce;

18la undécima a Azareel, sus hijos y sus hermanos, doce;

19la duodécima a Hasabías, sus hijos y sus hermanos, doce;

20la decimatercera a Subael, sus hijos y sus hermanos, doce;

21la decimacuarta a Matatías, sus hijos y sus hermanos, doce;

22la decimaquinta a Jeremot, sus hijos y sus hermanos, doce;

23la decimasexta a Hananías, sus hijos y sus hermanos, doce;

24la decimaséptima a Josbecasa, sus hijos y sus hermanos, doce;

25la decimaoctava a Hanani, sus hijos y sus hermanos, doce;

26la decimanovena a Maloti, sus hijos y sus hermanos, doce;

27la vigésima a Eliata, sus hijos y sus hermanos, doce;

28la vigésima primera a Hotir, sus hijos y sus hermanos, doce;

29la vigésima segunda a Gidalti, sus hijos y sus hermanos, doce;

30la vigésima tercera a Mahaziot, sus hijos y sus hermanos, doce;

31la vigésima cuarta a Romamti-ezer, sus hijos y sus hermanos, doce.


Primer libro de las
Crónicas..Capítulo 26

Se designa a los levitas ser porteros — Los levitas tienen a su cargo los tesoros, sirven como oficiales y jueces y se encargan de los asuntos exteriores pertinentes a los israelitas.

1 En cuanto a la distribución de los porteros: De los coreítas, Meselemías hijo de Coré, de los hijos de Asaf.

2Y los hijos de Meselemías: Zacarías, el primogénito, Jediael el segundo, Zebadías el tercero, Jatniel el cuarto,

3Elam el quinto, Johanán el sexto, Elioenai el séptimo.

4Y los hijos de Obed-edom: Semaías, el primogénito, Jozabad el segundo, Joa el tercero, y el cuarto Sacar, y el quinto Natanael,

5el sexto Amiel, el séptimo Isacar, el octavo Peultai, porque Dios lo había bendecido.

6También de su hijo Semaías nacieron hijos que gobernaban la casa de su padre, porque eran hombres fuertes y valientes.

7Los hijos de Semaías: Otni, y Rafael, y Obed y Elzabad, cuyos hermanos eran hombres valientes, Eliú y Samaquías.

8Todos éstos de los hijos de Obed-edom; ellos con sus hijos y sus hermanos, hombres valientes y fuertes para el servicio; sesenta y dos de Obed-edom.

9Y los hijos de Meselemías y sus hermanos, dieciocho hombres valientes.

10También Hosa, de los hijos de Merari, tuvo hijos: Simri, el jefe (aunque no era el primogénito, su padre lo puso por jefe),

11el segundo Hilcías, el tercero Tebalías, el cuarto Zacarías; todos los hijos y hermanos de Hosa eran trece.

12Entre éstos se hizo la distribución de los porteros, alternando los principales de los hombres en la guardia con sus hermanos, para servir en la casa de Jehová.

13Y echaron suertes, el pequeño con el grande, según sus casas paternas, para cada puerta.

14Y cayó la suerte para la puerta del oriente a Selemías. Y para Zacarías su hijo, consejero sabio, echaron suertes, y le tocó la puerta del norte.

15A Obed-edom, la puerta del sur; y a sus hijos, la casa de las provisiones.

16A Supim y a Hosa, la del occidente, la puerta de Salequet, en el camino de la subida. Las guardias se correspondían unas a otras:

17Al oriente había seis levitas, al norte cuatro por día, al sur cuatro por día, y en la casa de las provisiones, de dos en dos.

18En la parte del occidente había cuatro en el camino y dos en el atrio del occidente.

19Éstas son las distribuciones de los porteros, hijos de los coreítas y de los hijos de Merari.

20Y de los levitas, Ahías tenía a su cargo los tesoros de la casa de Dios y los tesoros de las cosas santificadas.

21En cuanto a los hijos de Laadán, hijos de Laadán, el gersonita, los jefes de las casas paternas de Laadán, el gersonita, fueron los jehielitas.

22Los hijos de Jehieli, Zetam y su hermano Joel, tuvieron a su cargo los tesoros de la casa de Jehová.

23De los amramitas, de los izharitas, de los hebronitas, de los uzielitas,

24y Sebuel hijo de Gersón, hijo de Moisés, era jefe sobre los tesoros.

25Y sus hermanos de parte de Eliezer, Rehabías su hijo, y Jesaías su hijo, y Joram su hijo, y Zicri su hijo y Selomit su hijo.

26Este Selomit y sus hermanos tenían a su cargo todos los tesoros de todas las cosas santificadas que había consagrado el rey David, y los jefes de las casas paternas, los capitanes de millares y de centenas y los jefes del ejército;

27de lo que habían consagrado de las guerras y de los botines, para reparar la casa de Jehová.

28Asimismo todas las cosas que había consagrado el vidente Samuel, y Saúl hijo de Cis, y Abner hijo de Ner y Joab hijo de Sarvia, y todo lo que cualquiera consagraba estaba a cargo de Selomit y de sus hermanos.

29De los izharitas, Quenanías y sus hijos fueron asignados para los asuntos exteriores de Israel, como oficiales y jueces.

30De los hebronitas, Hasabías y sus hermanos, hombres valientes, mil setecientos, gobernaban a Israel al occidente del Jordán, en toda la obra de Jehová y en el servicio del rey.

31De los hebronitas, Jerías era el jefe de los hebronitas repartidos según sus generaciones por sus casas paternas. En el año cuarenta del reinado de David se buscaron y se hallaron entre ellos hombres fuertes y valientes en Jazer de Galaad.

32Y sus hermanos, hombres valientes, eran dos mil setecientos, jefes de casas paternas, los cuales el rey David constituyó sobre los rubenitas, y los gaditas y sobre la media tribu de Manasés, para todas las cosas de Dios y los asuntos del rey.




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miércoles, 23 de mayo de 2012

Lectura con Audio de la Santa Biblia Reina 2009 SUD: Día: 132: 1 Crónicas 21-23


Primer libro de las
Crónicas..Capítulo 21
David peca al contar a Israel — Jehová envía una peste sobre el pueblo — David ofrece sacrificios y la plaga se detiene.

1 Y Satanás se levantó contra Israel e incitó a David a que hiciese un censo de Israel.

2Y dijo David a Joab y a los jefes del pueblo: Id, haced censo de Israel desde Beerseba hasta Dan, y traedme el número de ellos para que yo lo sepa.

3Y dijo Joab: Añada Jehová a su pueblo cien veces más de lo que son. Rey, señor mío, ¿no son todos éstos siervos de mi señor? ¿Para qué procura mi señor esto? ¿Por qué ha de ser motivo de culpa para Israel?

4Sin embargo, la palabra del rey pudo más que Joab. Salió, por tanto, Joab y recorrió todo Israel y volvió a Jerusalén;

5y Joab dio cuenta del número del pueblo a David. Y había en todo Israel un millón cien mil hombres que sacaban espada, y en Judá, cuatrocientos setenta mil hombres que sacaban espada.

6Pero entre éstos no hizo un censo de los de Leví ni de los hijos de Benjamín, porque la palabra del rey era abominable a Joab.

7Asimismo este asunto fue desagradable ante los ojos de Dios, e hirió a Israel.

8Y dijo David a Dios: He pecado gravemente al hacer esto; pero ahora te ruego que quites la iniquidad de tu siervo, porque yo he hecho muy neciamente.

9Y habló Jehová a Gad, vidente de David, diciendo:

10Ve, y habla a David y dile: Así ha dicho Jehová: Tres cosas te propongo; escoge una de ellas para que yo haga así contigo.

11Y fue Gad ante David y le dijo: Así ha dicho Jehová: Escoge para ti:

12o tres años de hambre; o tres meses de derrotas ante tus enemigos, y que la espada de tus adversarios te alcance; o tres días de la espada de Jehová, esto es, la peste en la tierra y la destrucción que el ángel de Jehová haga por todo el territorio de Israel. Mira, pues, qué he de responder a quien me ha enviado.

13Entonces David dijo a Gad: Estoy en gran angustia. Ruego que yo caiga en manos de Jehová, porque sus misericordias son muchas en extremo, pero que no caiga yo en manos de hombres.

14Así Jehová envió peste sobre Israel, y cayeron de Israel setenta mil hombres.

15Y envió Jehová el ángel a Jerusalén para destruirla, y cuando la destruía, miró Jehová y se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía: Basta ya; detén tu mano. Y el ángel de Jehová estaba junto a la era de Ornán, el jebuseo.

16Y alzando David sus ojos, vio al ángel de Jehová que estaba entre el cielo y la tierra, con una espada desnuda en su mano, extendida contra Jerusalén. Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio.

17Y dijo David a Dios: ¿No soy yo el que hizo contar al pueblo? Yo mismo soy el que pequé, y ciertamente he hecho mal; mas estas ovejas, ¿qué han hecho? Oh Jehová, Dios mío, sea ahora tu mano contra mí y contra la casa de mi padre, pero no haya plaga en tu pueblo.

18Y el ángel de Jehová ordenó a Gad que dijese a David que subiese y construyese un altar a Jehová en la era de Ornán, el jebuseo.

19Entonces David subió, conforme a la palabra de Gad que le había dicho en nombre de Jehová.

20Y al volverse Ornán, vio al ángel; y los cuatro hijos suyos que estaban con él se escondieron. Y Ornán trillaba el trigo.

21Y cuando David llegó junto a Ornán, éste miró y vio a David; y salió de la era y se postró rostro en tierra ante David.

22Entonces dijo David a Ornán: Dame este lugar de la era para que edifique un altar a Jehová; y dámelo por su cabal precio, para que cese la plaga en el pueblo.

23Y Ornán respondió a David: Tómalo para ti, y haga mi señor el rey lo que bien le parezca; y aun los bueyes daré para el holocausto, y los trillos para leña y trigo para la ofrenda de grano; yo lo doy todo.

24Entonces el rey David dijo a Ornán: No, sino que efectivamente la compraré por su justo precio, porque no tomaré para Jehová lo que es tuyo, ni sacrificaré holocausto que nada me cueste.

25Y dio David a Ornán por el lugar el peso de seiscientos siclos de oro.

26Y edificó allí David un altar a Jehová, en el que ofreció holocaustos y ofrendas de paz; e invocó a Jehová, quien le respondió por fuego desde los cielos en el altar del holocausto.

27Y cuando Jehová habló al ángel, éste volvió su espada a la vaina.

28Entonces al ver David que Jehová le había respondido en la era de Ornán, el jebuseo, ofreció sacrificio allí.

29Y el tabernáculo de Jehová que Moisés había hecho en el desierto, y el altar del holocausto, estaban en aquel tiempo en el lugar alto de Gabaón.

30Pero David no pudo ir allá a consultar a Dios, porque estaba atemorizado a causa de la espada del ángel de Jehová.

Primer libro de las
Crónicas..Capítulo 22

David prepara oro, plata, bronce, hierro, piedra y madera de cedro para el templo — Encomienda a Salomón que lleve a cabo la obra de construirlo.

1Y dijo David: Ésta es la casa de Jehová Dios, y éste es el altar del holocausto para Israel.

2Después mandó David que se reuniese a los extranjeros que había en la tierra de Israel, y señaló canteros que labrasen piedras para edificar la casa de Dios.

3Asimismo preparó David mucho hierro para los clavos de las puertas y para las junturas, y más bronce del que podía pesarse, y madera de cedro innumerable,

4porque los sidonios y los tirios habían traído a David grandes cantidades de madera de cedro.

5Y dijo David: Salomón, mi hijo, es muchacho y de tierna edad, y la casa que se ha de edificar a Jehová ha de ser magnífica por su excelencia, para renombre y gloria en todas las tierras; ahora, pues, yo le prepararé lo necesario. E hizo David grandes preparativos antes de su muerte.

6Llamó entonces David a su hijo Salomón y le encomendó que edificase una casa a Jehová, Dios de Israel.

7Y dijo David a Salomón: Hijo mío, en mi corazón tuve el propósito de edificar una casa al nombre de Jehová mi Dios.

8Pero vino a mí la palabra de Jehová, diciendo: Tú has derramado mucha sangre y has hecho grandes guerras; no edificarás una casa a mi nombre, porque has derramado mucha sangre en la tierra delante de mí.

9He aquí, un hijo te nacerá, el cual será hombre de paz, porque yo le daré descanso de todos sus enemigos en derredor; por tanto, su nombre será Salomón, y yo daré paz y reposo sobre Israel en sus días.

10Él edificará una casa a mi nombre; y él será para mí un hijo, y yo seré para él un padre; y estableceré el trono de su reino sobre Israel para siempre.

11Ahora pues, hijo mío, Jehová esté contigo, y seas prosperado, para que edifiques una casa a Jehová tu Dios, como él ha dicho de ti.

12Y Jehová te dé entendimiento y prudencia, para que cuando él te ordene estar sobre Israel, tú guardes la ley de Jehová tu Dios.

13Entonces serás prosperado si cuidas de poner por obra los estatutos y decretos que Jehová mandó a Moisés para Israel. Esfuérzate, pues, y cobra ánimo; no temas, ni desmayes.

14He aquí, yo con mucho esfuerzo he preparado para la casa de Jehová cien mil talentos de oro y un millón de talentos de plata, y bronce y hierro sin medida, pues es mucho. Asimismo he preparado madera y piedra, a lo cual tú añadirás.

15Tú tienes contigo muchos obreros, canteros, y albañiles y carpinteros y todo experto en toda clase de obra.

16Del oro, de la plata, y del bronce y del hierro no hay límite. Levántate, pues, y manos a la obra; y Jehová esté contigo.

17Asimismo mandó David a todos los jefes de Israel que diesen ayuda a su hijo Salomón, diciendo:

18¿No está con vosotros Jehová vuestro Dios, el cual os ha dado paz por todas partes? Porque él ha entregado en mis manos a los moradores de la tierra, y la tierra ha sido sometida delante de Jehová y delante de su pueblo.

19Entregad, pues, ahora vuestros corazones y vuestras almas a buscar a Jehová vuestro Dios; y levantaos y edificad el santuario de Jehová Dios, para traer el arca del convenio de Jehová y los utensilios sagrados de Dios a la casa que se edificará al nombre de Jehová.

Primer libro de las
Crónicas..Capítulo 23

Salomón es hecho rey — Los levitas son contados y asignados a sus diversos deberes religiosos.

1Siendo, pues, David ya viejo y colmado de días, hizo rey sobre Israel a Salomón, su hijo.

2Y reunió a todos los jefes de Israel, y a los sacerdotes y a los levitas;

3y fueron contados los levitas de treinta años arriba; y fue el número de ellos, contados uno por uno, treinta y ocho mil.

4De éstos, veinticuatro mil fueron asignados para dirigir la obra de la casa de Jehová y seis mil para ser oficiales y jueces;

5además cuatro mil porteros, y cuatro mil para alabar a Jehová, dijo David, con los instrumentos que he hecho para rendir alabanzas.

6Y los repartió David en grupos conforme a los hijos de Leví: Gersón, Coat y Merari.

7Los hijos de Gersón: Laadán y Simei.

8Los hijos de Laadán, tres: Jehiel el primero, y Zetam y Joel.

9Los hijos de Simei, tres: Selomit, y Haziel y Arán. Éstos fueron los jefes de las casas paternas de Laadán.

10Y los hijos de Simei: Jahat, Zina, y Jeús y Bería. Estos cuatro fueron los hijos de Simei.

11Y Jahat era el primero y Zina el segundo; pero Jeús y Bería no tuvieron muchos hijos, por lo cual fueron contados como una casa paterna.

12Los hijos de Coat, cuatro: Amram, Izhar, Hebrón y Uziel.

13Los hijos de Amram: Aarón y Moisés. Y Aarón fue apartado para que consagrara las cosas más santas, él y sus hijos para siempre, para que quemasen incienso delante de Jehová, y le ministrasen y bendijesen en su nombre, para siempre.

14Y los hijos de Moisés, varón de Dios, fueron contados en la tribu de Leví.

15Los hijos de Moisés fueron Gersón y Eliezer.

16De los hijos de Gersón, Sebuel fue el primero.

17E hijo de Eliezer fue Rehabías el primero. Y Eliezer no tuvo otros hijos, pero los hijos de Rehabías fueron muchos.

18De los hijos de Izhar, Selomit fue el primero.

19De los hijos de Hebrón: Jerías el primero, Amarías el segundo, Jahaziel el tercero y Jecamán el cuarto.

20De los hijos de Uziel: Micaía el primero e Isías el segundo.

21Los hijos de Merari: Mahli y Musi. Los hijos de Mahli: Eleazar y Cis.

22Y murió Eleazar sin hijos; pero tuvo hijas, y los hijos de Cis, sus hermanos, las tomaron por esposas.

23Los hijos de Musi, tres: Mahli, y Edar y Jeremot.

24Éstos son los hijos de Leví, según las familias de sus padres, jefes de casas paternas según el censo de ellos, contados por sus nombres, uno por uno, de veinte años arriba, los cuales hacían la obra en el ministerio de la casa de Jehová.

25Porque David dijo: Jehová Dios de Israel ha dado reposo a su pueblo, para que habite en Jerusalén para siempre.

26Y además los levitas ya no tendrán que llevar más el tabernáculo ni ninguno de sus utensilios para su ministerio.

27Así que, conforme a las últimas palabras de David, fueron contados los hijos de Leví de veinte años arriba.

28Porque estaban bajo las órdenes de los hijos de Aarón para servir en la casa de Jehová, en los atrios y en las cámaras, y en la purificación de toda cosa sagrada y en la obra del servicio de la casa de Dios;

29asimismo para los panes de la proposición, y para la flor de harina para la ofrenda de grano, y para las hojuelas sin levadura, y para la ofrenda preparada en sartén, y para lo cocido y para todos los pesos y medidas;

30y para asistir cada mañana todos los días a dar gracias y alabar a Jehová, y asimismo al atardecer;

31y para ofrecer todos los holocaustos a Jehová los días de reposo, lunas nuevas y fiestas solemnes, según su número y de acuerdo con lo decretado, continuamente delante de Jehová.

32Y para que tuviesen a su cargo el cuidado del tabernáculo de reunión, y el cuidado del santuario y el ayudar a los hijos de Aarón, sus hermanos, en el servicio de la casa de Jehová.




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