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lunes, 20 de febrero de 2012

Lectura hablada de la Santa Biblia RV 2009 SUD: Día 46: Números 19-21


Números..Capítulo 19
Se dan indicaciones para el sacrificio de la vaca de pelo rojizo — Se usa el agua para la purificación de la impureza a fin de limpiar el pecado — Las personas impuras son rociadas con el agua de la purificación.

1 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo:

2Ésta es la ordenanza de la ley que Jehová ha prescrito, diciendo: Di a los hijos de Israel que te traigan una vaca de pelo rojizo, perfecta, en la cual no haya defecto, sobre la cual no se haya puesto yugo.

3Y la daréis al sacerdote Eleazar, y él la sacará fuera del campamento y la hará degollar en su presencia.

4Y tomará el sacerdote Eleazar de la sangre con su dedo, y rociará siete veces hacia la parte delantera del tabernáculo de reunión con la sangre de ella;

5y hará quemar la vaca ante sus ojos; hará quemar su cuero y su carne y su sangre, con su estiércol.

6Luego tomará el sacerdote madera de cedro, e hisopo y escarlata, y los echará en medio del fuego en que arde la vaca.

7El sacerdote lavará luego sus vestidos; lavará también su cuerpo con agua, y después entrará en el campamento; y será impuro el sacerdote hasta el atardecer.

8Asimismo el que la quemó lavará sus vestidos en agua; también lavará en agua su cuerpo, y será impuro hasta el atardecer.

9Y un hombre que esté limpio recogerá las cenizas de la vaca, y las pondrá fuera del campamento en un lugar limpio, y las guardará la congregación de los hijos de Israel para el agua de la purificación; es para limpiar el pecado.

10Y el que recoja las cenizas de la vaca lavará sus vestidos, y será impuro hasta el atardecer; y esto será para los hijos de Israel y para el extranjero que peregrine entre ellos, por estatuto perpetuo.

11El que toque el cadáver de cualquier persona, siete días quedará impuro;

12éste se purificará al tercer día con aquella agua, y al séptimo día será limpio; y si al tercer día no se purifica, no será limpio al séptimo día.

13Cualquiera que toque el cuerpo de alguna persona muerta, y no se purifique, contamina el tabernáculo de Jehová; aquella persona será talada de Israel; por cuanto el agua de la purificación no fue rociada sobre él, será impuro, y su impureza será sobre él.

14Ésta es la ley para cuando alguno muera en una tienda: cualquiera que entre en la tienda, y todo lo que esté en ella, será impuro siete días.

15Y todo recipiente abierto, sobre el cual no haya tapa bien ajustada, será inmundo.

16Y cualquiera que en campo abierto toque un muerto a espada, o un cadáver, o un hueso humano o un sepulcro, siete días será impuro.

17Y para el impuro tomarán de la ceniza de lo quemado de la ofrenda por el pecado, y echarán sobre ella agua viva en un recipiente.

18Y un hombre limpio tomará hisopo y lo mojará en el agua, y rociará sobre la tienda, y sobre todos los muebles, y sobre las personas que allí estén, y sobre aquel que haya tocado el hueso, o el asesinado, o el muerto o el sepulcro.

19Y el que esté limpio rociará sobre el impuro el tercero y el séptimo día; y al séptimo día lo purificará, y éste lavará luego sus vestidos, y se lavará a sí mismo con agua y será limpio al atardecer.

20Y el que sea impuro y no se purifique, tal persona será talada de entre la congregación, por cuanto contaminó el tabernáculo de Jehová; no fue rociada sobre él el agua de la purificación; es impuro.

21Y les será por estatuto perpetuo. También el que rocíe el agua para la purificación lavará sus vestidos; y el que toque el agua para la purificación será impuro hasta el atardecer.

22Y todo lo que el impuro toque será inmundo; y la persona que lo toque será impura hasta el atardecer.

Números..Capítulo 20

María muere — Moisés golpea una roca en Meriba y sale agua — El rey de Edom rehúsa dejar pasar pacíficamente a Israel por su tierra — Aarón muere y Eleazar se convierte en el sumo sacerdote.

1 Y llegaron los hijos de Israel, toda la congregación, al desierto de Zin, en el mes primero, y acampó el pueblo en Cades; y allí murió María, y allí fue sepultada.

2Y como no había agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón.

3Y contendió el pueblo con Moisés, y hablaron, diciendo: ¡Ojalá hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos delante de Jehová!

4¿Y por qué hiciste venir la congregación de Jehová a este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestras bestias?

5¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto para traernos a este mal lugar? No es lugar de sementera, ni de higueras, ni de viñas ni de granados, ni aun de agua para beber.

6Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación a la entrada del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros; y la gloria de Jehová apareció sobre ellos.

7Y habló Jehová a Moisés, diciendo:

8Toma la vara y reúne a la congregación, tú y tu hermano Aarón, y hablad a la peña a la vista de ellos; y ésta dará su agua, y sacarás para ellos agua de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias.

9Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, como él le mandó.

10Y Moisés y Aarón reunieron a la congregación delante de la peña, y él les dijo: Oíd ahora, rebeldes: ¿Os hemos de sacar agua de esta peña?

11Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces. Y brotó mucha agua, y bebieron la congregación y sus bestias.

12Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme ante los ojos de los hijos de Israel, por tanto, no llevaréis a esta congregación a la tierra que les he dado.

13Éstas son las aguas de Meriba, por las cuales contendieron los hijos de Israel con Jehová, y él se santificó entre ellos.

14Y envió Moisés embajadores al rey de Edom desde Cades. Así dice Israel, tu hermano: Tú has sabido todas las dificultades que nos han sobrevenido:

15cómo nuestros padres descendieron a Egipto, y cómo estuvimos en Egipto largo tiempo, y cómo los egipcios nos maltrataron a nosotros y a nuestros padres;

16y clamamos a Jehová, que oyó nuestra voz, y envió un ángel y nos sacó de Egipto; y ahora estamos en Cades, ciudad que está en un extremo de tu territorio.

17Te rogamos que nos dejes pasar por tu tierra. No pasaremos por labranza ni por viña, ni beberemos agua de los pozos; por el camino real iremos, sin apartarnos ni a la derecha ni a la izquierda, hasta que hayamos pasado tu territorio.

18Y Edom le respondió: No pasarás por mi país; de otra manera, saldré contra ti armado.

19Y los hijos de Israel le dijeron: Por el camino real iremos, y si bebemos tus aguas mis ganados y yo, pagaré el precio de ellas. Solamente, déjame pasar a pie, nada más.

20Y él respondió: No pasarás. Y salió Edom contra él con mucho pueblo y con mano fuerte.

21No quiso, pues, Edom dejar pasar a Israel por su territorio, y se apartó Israel de él.

22Y partiendo de Cades los hijos de Israel, toda aquella congregación, llegaron al monte Hor.

23Y Jehová habló a Moisés y a Aarón en el monte Hor, en los confines de la tierra de Edom, diciendo:

24Aarón será reunido con su pueblo, pues no entrará en la tierra que yo di a los hijos de Israel, por cuanto fuisteis rebeldes a mi mandamiento en las aguas de Meriba.

25Toma a Aarón y a Eleazar, su hijo, y hazlos subir al monte Hor;

26y quita a Aarón sus vestidos y viste con ellos a su hijo Eleazar, porque Aarón será reunido con su pueblo, y allí morirá.

27Y Moisés hizo como Jehová le mandó; y subieron al monte Hor a la vista de toda la congregación.

28Y Moisés le quitó a Aarón sus vestidos y vistió con ellos a Eleazar, su hijo; y Aarón murió allí en la cumbre del monte, y Moisés y Eleazar descendieron del monte.

29Y viendo toda la congregación que Aarón había muerto, le hicieron duelo por treinta días todas las familias de Israel.

Números..Capítulo 21

Los hijos de Israel destruyen a los cananeos que luchan contra ellos — Jehová envía a los israelitas una plaga de serpientes ardientes — Moisés levanta una serpiente de bronce para salvar a los que la miren — Israel derrota a los amorreos, destruye al pueblo de Basán y ocupa sus tierras.

1Y cuando el cananeo, el rey de Arad, el cual habitaba al sur, oyó que venía Israel por el camino de los centinelas, peleó contra Israel y tomó de él prisioneros.

2Entonces Israel hizo voto a Jehová y dijo: Si en efecto entregas a este pueblo en mis manos, yo destruiré por completo sus ciudades.

3Y Jehová escuchó la voz de Israel y le entregó al cananeo, y los destruyó a ellos y a sus ciudades; y llamó el nombre de aquel lugar Horma.

4Y partieron del monte Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se abatió el ánimo del pueblo por el camino.

5Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano.

6Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes que mordían al pueblo; y murió mucha gente de Israel.

7Entonces el pueblo acudió a Moisés, y le dijeron: Hemos pecado por haber hablado contra Jehová y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo.

8Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente y ponla sobre un asta; y acontecerá que cualquiera que sea mordido y la mire, vivirá.

9Y Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un asta, y sucedía que cuando una serpiente mordía a alguno, y éste miraba a la serpiente de bronce, vivía.

10Y partieron los hijos de Israel y acamparon en Obot.

11Y partieron de Obot y acamparon en Ije-abarim, en el desierto que está delante de Moab, hacia el nacimiento del sol.

12Partieron de allí y acamparon en el valle de Zered.

13De allí partieron y acamparon al otro lado del Arnón, que está en el desierto y que sale del territorio del amorreo, porque el Arnón es la frontera de Moab, entre Moab y el amorreo.

14Por tanto se dice en el libro de las batallas de Jehová:

Lo que hizo en el Mar Rojo
y en los arroyos del Arnón;

15

y a la corriente de los arroyos
que va a parar en Ar
y descansa en la frontera de Moab.

16Y de allí fueron a Beer; éste es el pozo del cual Jehová dijo a Moisés: Reúne al pueblo, y les daré agua.

17Entonces cantó Israel este cántico:

Sube, oh pozo; a él cantad.

18

Pozo que cavaron los señores;
lo cavaron los príncipes del pueblo,
y el legislador, con sus báculos.
Y del desierto fueron a Matana,

19y de Matana a Nahaliel, y de Nahaliel a Bamot,

20y de Bamot al valle que está en los campos de Moab, y a la cumbre del Pisga, que mira hacia Jesimón.

21Y envió Israel embajadores a Sehón, rey de los amorreos, diciendo:

22Pasaré por tu tierra; no nos desviaremos por los labrados ni por las viñas; no beberemos las aguas de los pozos; por el camino real iremos, hasta que pasemos tu territorio.

23Pero Sehón no dejó pasar a Israel por su territorio; más bien, juntó Sehón todo su pueblo y salió contra Israel en el desierto, y llegó a Jahaza y peleó contra Israel.

24Y lo hirió Israel a filo de espada y tomó su tierra desde el Arnón hasta el Jaboc, hasta donde estaban los hijos de Amón, porque la frontera de los hijos de Amón era fuerte.

25Y tomó Israel todas estas ciudades, y habitó Israel en todas las ciudades del amorreo, en Hesbón y en todas sus aldeas.

26Porque Hesbón era la ciudad de Sehón, rey de los amorreos, el cual había tenido guerra antes contra el rey de Moab, y había tomado de su poder toda su tierra hasta el Arnón.

27Por tanto, dicen los proverbistas:

Venid a Hesbón,
edifíquese y repárese la ciudad de Sehón.

28

Porque fuego salió de Hesbón,
y llama de la ciudad de Sehón,
y consumió a Ar de Moab,
a los señores de las alturas del Arnón.

29

¡Ay de ti, Moab!
Has perecido, pueblo de Quemos.
Ha puesto sus hijos en huida,
y sus hijas en cautividad,
a Sehón, rey de los amorreos.

30

Mas devastamos el reino de ellos;
pereció Hesbón hasta Dibón,
y destruimos hasta Nofa y Medeba.

31Así habitó Israel en la tierra del amorreo.

32Y envió Moisés a reconocer a Jazer; y tomaron sus aldeas y echaron al amorreo que estaba allí.

33Y volvieron y subieron camino de Basán, y salió contra ellos Og, rey de Basán, él y todo su pueblo, para pelear en Edrei.

34Entonces Jehová dijo a Moisés: No le tengas miedo, porque en tus manos lo he entregado, a él, y a todo su pueblo y su tierra; y harás con él como hiciste con Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón.

35E hirieron a él, y a sus hijos y a toda su gente, sin que le quedara uno con vida, y poseyeron su tierra.


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