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martes, 24 de enero de 2012

Lectura Hablada de La Santa Biblia R-V 2009 SUD: Dia 25 Éxodo 22-25


Capítulo 22
Jehová revela sus leyes concernientes al hurto, a las destrucciones por fuego, al cuidado de la propiedad de los demás, al préstamo, a los actos lascivos, a los sacrificios a dioses falsos, al afligir a las viudas, a la usura, al injuriar a Dios y a las leyes referentes al primogénito de hombres y de animales — Se manda a los hombres de Israel ser santos.

1 Si alguno hurta buey u oveja y lo mata o lo vende, por aquel buey pagará cinco bueyes y por aquella oveja, cuatro ovejas.

2 Si el ladrón es hallado forzando una casa y es herido y muere, no habrá culpabilidad por su sangre.

3 Pero si el sol ya ha salido sobre él, habrá culpabilidad por su sangre. El ladrón hará completa restitución; si no tiene con qué, será vendido por su hurto.

4 Si es hallado con lo hurtado en la mano, sea buey o asno u oveja vivos, pagará el doble.

5 Si alguno hace pacer en un campo o en una viña y mete su bestia para que coma en el campo de otro, de lo mejor de su campo y de lo mejor de su viña pagará.

6 Cuando se prenda fuego y al extenderse también se quemen espinos, y se quemen mieses amontonadas o en pie, o un campo, el que encendió el fuego pagará lo quemado.

7 Si alguno da a su prójimo plata o bienes a guardar, y son hurtados de la casa de aquel hombre, si el ladrón es hallado, pagará el doble.

8 Si el ladrón no es hallado, entonces el dueño de la casa será presentado a los jueces para ver si ha metido su mano en los bienes de su prójimo.

9 En todo caso de fraude sobre buey, sobre asno, sobre oveja, sobre vestido, sobre toda cosa perdida, cuando uno diga: Esto es mío, la causa de ambos vendrá ante los jueces; y aquel a quien los jueces condenen pagará el doble a su prójimo.

10 Si alguno ha dado a su prójimo un asno, o un buey, o una oveja, o cualquier otro animal a guardar, y éste muere o se lastima, o es llevado sin que nadie lo vea,

11 juramento de Jehová tendrá lugar entre ambos de que no ha metido su mano en los bienes de su prójimo; y su dueño lo aceptará, y el otro no pagará.

12 Pero si le fue hurtado, hará restitución a su dueño.

13 Y si le ha sido arrebatado por una fiera, le traerá testimonio y no pagará lo arrebatado.

14 Pero si alguno pide prestado un animal a su prójimo, y se lastima o muere, estando ausente su dueño, deberá pagarlo.

15 Si el dueño estaba presente, no lo pagará. Si era alquilado, va incluido en el alquiler.

16 Y si alguno engaña a alguna doncella que no ha sido desposada y duerme con ella, deberá pagar una dote y tomarla por esposa.

17 Si su padre no quiere dársela, él le pagará conforme a la dote de las vírgenes.

18 A la hechicera no dejarás que viva.

19 Cualquiera que tenga ayuntamiento con bestia, ciertamente morirá.

20 El que ofrezca sacrificio a otros dioses, excepto sólo a Jehová, será muerto.

21 Y al extranjero no maltratarás ni oprimirás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto.

22 A ninguna viuda ni huérfano afligiréis.

23 Porque si tú llegas a afligirlos, y ellos a mí me claman, ciertamente oiré yo su clamor;

24 y mi furor se encenderá, y os mataré a espada, y vuestras esposas quedarán viudas, y huérfanos vuestros hijos.

25 Si prestas dinero a mi pueblo, al pobre que está contigo, no te portarás con él como usurero ni le impondrás usura.

26 Si tomas en prenda el vestido de tu prójimo, a la puesta del sol se lo devolverás,

27 porque aquello es su único abrigo, es aquél el vestido para cubrir su cuerpo. ¿En qué ha de dormir? Y acontecerá que cuando él a mí me clame, yo entonces le oiré, porque soy misericordioso.

28 No injuriarás a los jueces ni maldecirás al príncipe de tu pueblo.

29 No demorarás la ofrenda de la primicia de tu cosecha ni de tu lagar. Me darás el primogénito de tus hijos.

30 Así harás con el de tus vacas y el de tus ovejas; siete días estará con su madre, y al octavo día me lo darás.

31 Y seréis para mí hombres santos. Y no comeréis carne despedazada por las fieras en el campo; a los perros la echaréis.

Capítulo 23

Jehová revela sus leyes concernientes a la integridad y a la conducta piadosa — La tierra descansará durante el año sabático — Los hijos de Israel guardarán tres fiestas anuales — Un ángel que lleva el nombre de Jehová los guiará — Se quitará la enfermedad — Se irá echando gradualmente a las naciones de Canaán.

1 No admitirás falso rumor. No te concertarás con el malvado para ser testigo falso.

2 No seguirás a la mayoría para hacer el mal, ni responderás en litigio inclinándote a la multitud para hacer agravios;

3 ni al pobre harás favoritismo en su causa.

4 Si encuentras el buey de tu enemigo o su asno extraviado, vuelve a llevárselo.

5 Si ves el asno del que te aborrece caído debajo de su carga, ¿lo dejarás entonces desamparado? Sin falta le ayudarás a levantarlo.

6 No pervertirás el derecho de tu mendigo en su pleito.

7 De palabra de mentira te alejarás, y no matarás al inocente y justo, porque yo no justificaré al malvado.

8 No recibirás soborno, porque el soborno ciega a los que ven y pervierte las palabras de los justos.

9 Y no oprimirás al extranjero, pues vosotros sabéis cómo se siente el alma del extranjero, ya que extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto.

10 Seis años sembrarás tu tierra y recogerás su cosecha;

11 pero el séptimo la dejarás libre y sin cultivar, para que coman los pobres de tu pueblo; y de lo que quede comerán las bestias del campo; así harás con tu viña y con tu olivar.

12 Seis días trabajarás, y al séptimo día descansarás, a fin de que descansen tu buey y tu asno, y recobren sus fuerzas el hijo de tu sierva y el extranjero.

13 Y guardad todo lo que os he dicho. Y nombre de otros dioses no mencionaréis, ni se oirá de vuestra boca.

14 Tres veces al año me celebraréis fiesta.

15 La fiesta de los panes sin levadura guardarás. Siete días comerás los panes sin levadura, como yo te mandé, en el tiempo del mes de Abib, porque en él saliste de Egipto; y ninguno comparecerá delante de mí con las manos vacías.

16 También la fiesta de la siega, de los primeros frutos de tus labores que hayas sembrado en el campo; y la fiesta de la cosecha al fin del año, cuando hayas recogido del campo tus labores.

17 Tres veces al año se presentará todo varón tuyo delante de Jehová, el Señor.

18 No ofrecerás con pan leudado la sangre de mi sacrificio, ni la grasa de mi ofrenda quedará de la noche hasta la mañana.

19 Las primicias de los primeros frutos de tu tierra traerás a la casa de Jehová tu Dios. No guisarás el cabrito en la leche de su madre.

20 He aquí yo envío un ángel delante de ti para que te guarde en el camino y te lleve al lugar que yo he preparado.

21 Guárdate delante de él y oye su voz; no le seas rebelde, porque él no perdonará vuestra rebelión, pues mi nombre está en él.

22 Pero si en verdad oyes su voz, y haces todo lo que yo te diga, seré enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios.

23 Porque mi ángel irá delante de ti y te llevará al amorreo, y al heteo, y al ferezeo, y al cananeo, y al heveo y al jebuseo, a los cuales yo destruiré.

24 No te inclinarás a sus dioses ni los servirás, ni harás como ellos hacen; sino que los derribarás del todo y despedazarás enteramente sus estatuas.

25 Mas a Jehová, vuestro Dios, serviréis, y él bendecirá tu pan y tu agua; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti.

26 No habrá ninguna que aborte, ni estéril en tu tierra; y yo cumpliré el número de tus días.

27 Yo enviaré mi terror delante de ti y confundiré a todo pueblo donde tú entres, y haré que todos tus enemigos vuelvan la espalda delante de ti.

28 Yo enviaré la avispa delante de ti, que echará fuera al heveo, y al cananeo y al heteo de delante de ti.

29 No los echaré de delante de ti en un solo año, para que no quede la tierra desierta ni se multipliquen contra ti las bestias del campo.

30 Poco a poco los echaré de delante de ti, hasta que te multipliques y tomes la tierra por heredad.

31 Y yo pondré tus límites desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el Río, porque pondré en vuestras manos a los moradores de la tierra, y tú los echarás de delante de ti.

32 No harás pacto con ellos, ni con sus dioses.

33 En tu tierra no habitarán, no sea que te hagan pecar contra mí sirviendo a sus dioses, porque te será tropiezo.

Capítulo 24

Israel acepta la palabra de Jehová por convenio — Moisés rocía la sangre del convenio — Moisés, Aarón, Nadab, Abiú y setenta élderes de Israel ven a Dios — Jehová llama a Moisés al monte para recibir las tablas de piedra y los mandamientos.

1 Y dijo a Moisés: Sube ante Jehová, tú, y Aarón, Nadab, y Abiú y setenta de los ancianos de Israel; y os inclinaréis desde lejos.

2 Pero Moisés se acercará solo a Jehová; que ellos no se acerquen, ni suba el pueblo con él.

3 Y Moisés fue y contó al pueblo todas las palabras de Jehová, y todos los decretos; y todo el pueblo respondió a una voz y dijo: Haremos todas las palabras que Jehová ha dicho.

4 Y Moisés escribió todas las palabras de Jehová, y levantándose de mañana edificó un altar al pie del monte y doce columnas según las doce tribus de Israel.

5 Y envió a jóvenes de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron holocaustos y sacrificaron becerros como ofrendas de paz a Jehová.

6 Y Moisés tomó la mitad de la sangre y la puso en tazones, y esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar.

7 Y tomó el libro del convenio y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho y obedeceremos.

8 Entonces Moisés tomó la sangre y la roció sobre el pueblo y dijo: He aquí la sangre del convenio que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.

9 Y subieron Moisés, y Aarón, Nadab, y Abiú y setenta de los ancianos de Israel;

10 y vieron al Dios de Israel; y había debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo cuando está claro.

11 Mas no extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y comieron y bebieron.

12 Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí, al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley y los mandamientos que he escrito para enseñarles.

13 Y se levantó Moisés con Josué, su ayudante; y Moisés subió al monte de Dios.

14 Y dijo a los ancianos: Esperadnos aquí hasta que volvamos a vosotros. Y he aquí, Aarón y Hur están con vosotros; el que tenga algún asunto, acuda a ellos.

15 Entonces Moisés subió al monte, y una nube cubrió el monte.

16 Y la gloria de Jehová reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días; y al séptimo día, llamó a Moisés de en medio de la nube.

17 Y la apariencia de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la cumbre del monte ante los ojos de los hijos de Israel.

18 Y entró Moisés en medio de la nube y subió al monte; y estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches.

Capítulo 25

Se manda a Israel donar sus bienes y construir un tabernáculo; hacer el arca del testimonio (con su propiciatorio y los querubines), una mesa (para el pan de la proposición) y el candelabro, todo de acuerdo con el modelo que se había mostrado a Moisés en el monte.

1 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:

2 Di a los hijos de Israel que tomen para mí una ofrenda; de todo hombre que la dé voluntariamente, de corazón, tomaréis mi ofrenda.

3 Y ésta es la ofrenda que tomaréis de ellos: Oro, y plata, y cobre,

4 y azul, y púrpura, y carmesí, y lino fino, y pelo de cabra,

5 y pieles de carnero teñidas de rojo, y pieles de tejón, y madera de acacia,

6 aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático;

7 piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y para el pectoral.

8 Y me harán un santuario, y yo habitaré entre ellos.

9 Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo y el diseño de todos sus enseres, así lo haréis.

10 Harán también un arca de madera de acacia, cuya longitud será de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio.

11 Y la recubrirás de oro puro; por dentro y por fuera la recubrirás, y harás sobre ella una cornisa de oro alrededor.

12 Y para ella fundirás cuatro argollas de oro, que pondrás en sus cuatro esquinas, dos argollas a un lado de ella y dos argollas al otro lado.

13 Y harás unas varas de madera de acacia, las cuales recubrirás de oro.

14 Y meterás las varas por las argollas a los lados del arca, para llevar el arca con ellas.

15 Las varas quedarán en las argollas del arca; no se quitarán de ella.

16 Y pondrás en el arca el testimonio que yo te daré.

17 Y harás un propiciatorio de oro fino, cuya longitud será de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio.

18 Harás también dos querubines de oro; labrados a martillo los harás en los dos extremos del propiciatorio.

19 Harás, pues, un querubín en un extremo, y un querubín en el otro extremo; harás el propiciatorio con los querubines en sus dos extremos, de una sola pieza.

20 Y los querubines extenderán por encima las alas, cubriendo el propiciatorio con sus alas; sus rostros estarán el uno enfrente del otro; mirando hacia el propiciatorio los rostros de los querubines.

21 Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré.

22 Y allí me reuniré contigo, y hablaré contigo desde el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, de todo lo que yo te mande para los hijos de Israel.

23 Harás asimismo una mesa de madera de acacia; su longitud será de dos codos, y de un codo su anchura, y su altura de codo y medio.

24 Y la recubrirás de oro puro y le harás una cornisa de oro alrededor.

25 Le harás también una moldura alrededor, del ancho de un palmo menor, y le harás una cornisa de oro alrededor de la moldura.

26 Y le harás cuatro argollas de oro, las cuales pondrás en las cuatro esquinas que corresponden a sus cuatro patas.

27 Las argollas estarán cerca del borde para colocar en ellas las varas para llevar la mesa.

28 Y harás las varas de madera de acacia y las recubrirás de oro, y con ellas será llevada la mesa.

29 Harás también sus platos, y sus cucharas, y sus cubiertas y sus tazones con que se libará; de oro fino los harás.

30 Y pondrás sobre la mesa el pan de la proposición delante de mí continuamente.

31 Harás además un candelabro de oro puro; labrado a martillo se hará el candelabro; su pie, su caña, sus copas, sus cálices y sus flores serán de una sola pieza.

32 Y saldrán seis brazos de sus lados: tres brazos del candelabro de un lado y tres brazos del candelabro del otro lado.

33 Tres copas en forma de flor de almendro en un brazo, un cáliz y una flor; y tres copas en forma de flor de almendro en el otro brazo, un cáliz y una flor; así en los seis brazos que salen del candelabro.

34 Y en la caña del candelabro habrá cuatro copas en forma de flor de almendro, sus cálices y sus flores.

35 Habrá un cáliz debajo de los dos brazos del mismo, otro cáliz debajo de los otros dos brazos del mismo, y otro cáliz debajo de los otros dos brazos del mismo, conforme a los seis brazos que salen del candelabro.

36 Sus cálices y sus brazos serán de una sola pieza, todo ello una pieza labrada a martillo, de oro puro.

37 Y le harás siete lámparas, las cuales encenderás para que alumbren hacia delante.

38 También sus despabiladeras y sus platillos, de oro puro.

39 De un talento de oro fino lo harás, con todos estos utensilios.

40 Y mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.




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Lectura Hablada de La Santa Biblia R-V 2009 SUD: Dia 24 Éxodo 19-21


Capítulo 19
Jehová hace convenio de hacer de Israel un tesoro especial, un reino de sacerdotes y un pueblo santo — El pueblo se santifica — Jehová aparece en Sinaí en medio de fuego, humo y temblores.

1 Al mes tercero de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en ese mismo día llegaron al desierto de Sinaí.

2 Porque partieron de Refidim y llegaron al desierto de Sinaí, y acamparon en el desierto; y acampó allí Israel delante del monte.

3 Y Moisés subió hacia Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob y anunciarás a los hijos de Israel:

4 Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os llevé sobre alas de águilas y os he traído a mí.

5 Ahora pues, si dais oído a mi voz y guardáis mi convenio, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra.

6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes y un pueblo santo. Éstas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.

7 Entonces volvió Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado.

8 Y todo el pueblo respondió a una y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho haremos. Y Moisés refirió a Jehová las palabras del pueblo.

9 Y Jehová dijo a Moisés: He aquí, yo vendré a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre. Y Moisés refirió a Jehová las palabras del pueblo.

10 Y Jehová dijo a Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana, y laven sus vestidos;

11 y estén preparados para el día tercero, porque al tercer día Jehová descenderá a la vista de todo el pueblo sobre el monte Sinaí.

12 Y señalarás límites al pueblo alrededor, diciendo: Guardaos, no subáis al monte, ni toquéis sus límites; cualquiera que tocare el monte, de seguro morirá.

13 No lo tocará mano, porque será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá. Cuando suene largamente la trompeta, subirán al monte.

14 Y descendió Moisés del monte al pueblo, y santificó al pueblo; y ellos lavaron sus vestidos.

15 Y dijo al pueblo: Estad preparados para el tercer día; no os alleguéis a mujer.

16 Y aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, hubo truenos y relámpagos y una espesa nube sobre el monte, y un sonido de trompeta muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento.

17 Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se pusieron al pie del monte.

18 Y todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera.

19 Y el sonido de la trompeta iba aumentando en extremo; Moisés hablaba, y Dios le respondía con una voz.

20 Y descendió Jehová sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte; y llamó Jehová a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió.

21 Y Jehová dijo a Moisés: Desciende, advierte al pueblo que no traspase los límites para ver a Jehová, porque caerá multitud de ellos.

22 Y también que los sacerdotes que se acercan a Jehová se santifiquen, para que Jehová no haga entre ellos estrago.

23 Y Moisés dijo a Jehová: El pueblo no podrá subir al monte Sinaí, porque tú nos has advertido diciendo: Señala límites al monte, y santifícalo.

24 Y Jehová le dijo: Ve, desciende, y subirás tú, y Aarón contigo; pero que los sacerdotes y el pueblo no traspasen los límites para subir hacia Jehová, para que no haga entre ellos estrago.

25 Entonces Moisés descendió al pueblo y les habló.

Capítulo 20

Jehová revela los Diez Mandamientos — Israel debe testificar que Jehová ha hablado desde el cielo — Se prohíbe a los hijos de Israel hacer dioses de plata o de oro — Deben hacer altares de piedras sin labrar y hacer sacrificios a Jehová.

1 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo:

2 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre.

3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.

4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa alguna que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.

5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás, porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y la cuarta generación de los que me aborrecen,

6 y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

7 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano, porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.

8 Acuérdate del día del reposo para santificarlo.

9 Seis días trabajarás y harás toda tu obra,

10 mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni el extranjero que está dentro de tus puertas.

11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.

12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.

13 No matarás.

14 No cometerás adulterio.

15 No hurtarás.

16 No dirás contra tu prójimo falso testimonio.

17 No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la esposa de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.

18 Todo el pueblo percibía los truenos y los relámpagos, y el sonido de la trompeta y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, todos temblaron y se pusieron lejos.

19 Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros escucharemos; mas no hable Dios con nosotros, para que no muramos.

20 Y Moisés respondió al pueblo: No temáis, porque para probaros vino Dios, y para que su temor esté delante de vosotros para que no pequéis.

21 Entonces el pueblo se puso a lo lejos, y Moisés se acercó a la densa oscuridad en la cual estaba Dios.

22 Y Jehová dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros.

23 No hagáis junto a mí dioses de plata, ni dioses de oro os haréis.

24 Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en cualquier lugar donde yo haga que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti y te bendeciré.

25 Y si me haces altar de piedras, no las labres de cantería, porque si alzas herramienta sobre él, lo profanarás.

26 Y no subirás por gradas a mi altar, para que tu desnudez no sea descubierta junto a él.

Capítulo 21

Jehová revela Sus leyes concernientes a los siervos, al matrimonio, a la pena de muerte por diversas ofensas, al dar ojo por ojo y diente por diente, y a los daños causados por bueyes.

1 Y éstos son los estatutos que les propondrás:

2 Si compras siervo hebreo, seis años servirá, mas al séptimo saldrá libre, de balde.

3 Si entró solo, solo saldrá; si tenía esposa, saldrá él y su esposa con él.

4 Si su amo le ha dado esposa y ella le ha dado a luz hijos o hijas, la esposa y sus hijos serán de su amo, y él saldrá solo.

5 Y si el siervo dice: Yo amo a mi señor, a mi esposa y a mis hijos, no saldré libre,

6 entonces su amo le llevará ante los jueces, y le acercará a la puerta o al poste, y su amo le horadará la oreja con lezna, y será su siervo para siempre.

7 Y cuando alguno venda a su hija como sierva, ella no saldrá como suelen salir los siervos.

8 Si ella no agrada a su señor, que la había escogido para sí, permitirá que sea rescatada, y no la podrá vender a pueblo extraño por haberla tratado con engaño.

9 Mas si la hubiere desposado con su hijo, hará con ella según la costumbre de las hijas.

10 Si toma para sí otra esposa, no le disminuirá su alimento, ni su vestido, ni el deber conyugal.

11 Y si no hace ninguna de estas tres cosas, ella saldrá de gracia sin pagar dinero.

12 El que hiera a alguno, haciéndole así morir, él morirá.

13 Pero el que no armó asechanzas, sino que Dios lo puso en sus manos, entonces yo te señalaré el lugar al cual ha de huir.

14 Además, si alguno se enardece contra su prójimo y lo mata con alevosía, de mi altar lo quitarás para que muera.

15 Y el que hiera a su padre o a su madre, morirá.

16 Asimismo el que secuestre a una persona y la venda, o si es hallado en sus manos, morirá.

17 Igualmente el que maldiga a su padre o a su madre, morirá.

18 Además, si algunos riñen, y alguno hiere a su prójimo con piedra o con el puño, y éste no muere, pero cae en cama,

19 si se levanta y anda fuera sobre su báculo, entonces el que le hirió será absuelto; solamente le satisfará por lo que estuvo sin trabajar, y hará que le curen.

20 Y si alguno hiere a su siervo o a su sierva con palo, y éste muere bajo su mano, será castigado;

21 pero si sobrevive por un día o dos, no será castigado, porque es de su propiedad.

22 Si algunos riñen y hieren a una mujer encinta, y ésta aborta, pero sin haber otros daños, el culpable será penado conforme a lo que le imponga el marido de la mujer y pagará lo que juzguen los jueces.

23 Pero si hay otros daños, entonces pagarás vida por vida,

24 ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie,

25 quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe.

26 Y si alguno hiere el ojo de su siervo o el ojo de su sierva, y queda tuerto, le dará libertad por razón de su ojo.

27 Y si hace saltar un diente de su siervo o un diente de su sierva, por su diente le dejará ir libre.

28 Si un buey acornea a un hombre o a una mujer, y como resultado muere, el buey será apedreado y no se comerá su carne; pero el dueño del buey será absuelto.

29 Pero si el buey era acorneador desde antes, y a su dueño se le había advertido, pero no lo había guardado, y mata a un hombre o a una mujer, el buey será apedreado, y también morirá su dueño.

30 Si le es impuesto precio de rescate, entonces dará por el rescate de su persona cuanto le sea impuesto.

31 Haya acorneado a un hijo o haya acorneado a una hija, conforme a este juicio se hará con él.

32 Si el buey acornea a un siervo o a una sierva, el dueño pagará treinta siclos de plata, y el buey será apedreado.

33 Y si alguno abre un pozo o cava una cisterna, y no los cubre, y cae allí un buey o un asno,

34 el dueño de la cisterna pagará el daño, resarciendo con dinero a su dueño, y el animal muerto será suyo.

35 Y si el buey de alguno hiere al buey de su prójimo y éste muere, entonces venderán el buey vivo y se repartirán el dinero de él, y también se repartirán el buey muerto.

36 Pero si era notorio que el buey era acorneador desde antes, pero su dueño no lo había guardado, pagará buey por buey, y el buey muerto será suyo.




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