Seguidores

sábado, 29 de diciembre de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 261: Zacarías 12-14


Capítulo 12
En la gran guerra final, todas las naciones se juntarán contra Jerusalén, pero Jehová defenderá a Su pueblo — Entonces, los judíos mirarán al Señor, a quien ellos crucificaron, y habrá gran llanto.

1 Profecía de la palabra de Jehová acerca de Israel. Jehová, que extiende los cielos, y funda la tierra y forma el espíritu del hombre dentro de él, ha dicho:

2 He aquí, yo pongo a Jerusalén como una copa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor, cuando estén en el sitio contra Judá y contra Jerusalén.

3 Y en aquel día yo pondré a Jerusalén como una piedra pesada para todos los pueblos; todos los que la sostengan serán lastimados. Y todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella.

4 En aquel día, dice Jehová, heriré con pánico a todo caballo, y con locura al jinete; pero sobre la casa de Judá abriré mis ojos y a todo caballo de los pueblos heriré con ceguera.

5 Y los gobernantes de Judá dirán en su corazón: Los moradores de Jerusalén serán mi fuerza en Jehová de los ejércitos, su Dios.

6 En aquel día haré a los gobernantes de Judá como brasero de fuego entre leña y como antorcha ardiendo entre gavillas; y consumirán a diestra y a siniestra a todos los pueblos de alrededor; y Jerusalén será otra vez habitada en su lugar, en Jerusalén.

7 Y librará Jehová las tiendas de Judá primero, para que la gloria de la casa de David y del morador de Jerusalén no se engrandezca sobre Judá.

8 En aquel día Jehová defenderá al morador de Jerusalén; y el que entre ellos fuere débil en aquel día será como David; y la casa de David será como Dios, como el ángel de Jehová delante de ellos.

9 Y acontecerá que en aquel día yo procuraré destruir a todas las naciones que vengan contra Jerusalén.

10 Y derramaré sobre la casa de David y sobre los moradores de Jerusalén espíritu de gracia y de oración; y me mirarán a mí, a quien traspasaron, y le llorarán a él como se llora por el hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.

11 En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadad-rimón en el valle de Meguido.

12 Y la tierra se lamentará, cada familia por su lado: la familia de la casa de David por su lado, y sus esposas por su lado; la familia de la casa de Natán por su lado, y sus esposas por su lado;

13 la familia de la casa de Leví por su lado, y sus esposas por su lado; la familia de Simei por su lado, y sus esposas por su lado;

14 todas las familias restantes, cada familia por su lado, y las esposas por su lado.

Capítulo 13

Los judíos obtendrán perdón en la Segunda Venida — Le preguntarán al Señor: ¿Qué heridas son éstas en tus manos? — El remanente, probado y refinado, será Su pueblo.

1 En aquel día habrá un manantial abierto para la casa de David y para los moradores de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la impureza.

2 Y sucederá en aquel día, dice Jehová de los ejércitos, que quitaré de la tierra los nombres de las imágenes, y nunca más vendrán a la memoria; y también haré quitar de la tierra a los profetas, y al espíritu de impureza.

3 Y acontecerá que si alguno aún profetiza, su padre y su madre que lo engendraron le dirán: No vivirás, porque has hablado mentira en el nombre de Jehová; y su padre y su madre que lo engendraron le traspasarán cuando profetice.

4 Y sucederá en aquel día que todos los profetas se avergonzarán de su visión cuando profeticen; nunca más se vestirán con manto velloso para engañar.

5 Y dirá: No soy profeta; labrador soy de la tierra, porque esto aprendí desde mi juventud.

6 Y le preguntarán: ¿Qué heridas son éstas en tus manos? Y él responderá: Son aquéllas con las que fui herido en casa de mis amigos.

7 ¡Levántate, oh espada, contra el pastor y contra el hombre compañero mío!, dice Jehová de los ejércitos. Hiere al pastor, y serán dispersadas las ovejas; y volveré mi mano contra los pequeñitos.

8 Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos terceras partes serán taladas en ella y perecerán, pero una tercera parte quedará en ella.

9 Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los refinaré como se refina la plata y los probaré como se prueba el oro. Ellos invocarán mi nombre, y yo les responderé y les diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios.

Capítulo 14

Jehová luchará por Israel en Su Segunda Venida — Sus pies se afirmarán sobre el monte de los Olivos — Será Rey sobre toda la tierra — Plagas destruirán a los inicuos.

1 He aquí, el día de Jehová viene, y tus despojos serán repartidos en medio de ti.

2 Porque yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y las casas serán saqueadas y las mujeres violadas; y la mitad de la ciudad irá al cautiverio, pero el resto del pueblo no será sacado de la ciudad.

3 Después saldrá Jehová y peleará contra aquellas naciones como peleó en el día de la batalla.

4 Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio hacia el oriente y hacia el occidente, formando un valle muy grande; y una mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur.

5 Y huiréis al valle de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; y huiréis de la manera que huisteis por causa del terremoto en los días de Uzías, rey de Judá; y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos.

6 Y acontecerá que en ese día la luz no será clara ni oscura.

7 Y será un día, el cual es conocido de Jehová, que no será ni día ni noche; mas acontecerá que al atardecer habrá luz.

8 Acontecerá también en aquel día que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental y la otra mitad hacia el mar occidental; sucederá tanto en verano como en invierno.

9 Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno y uno su nombre.

10 Y toda la tierra se volverá como llanura desde Geba hasta Rimón al sur de Jerusalén; y ésta será enaltecida y habitada en su lugar desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la puerta primera, hasta la puerta del Ángulo; y desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey.

11 Y morarán en ella, y no habrá nunca más maldición, sino que Jerusalén será habitada confiadamente.

12 Y ésta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán sus ojos en sus cuencas, y la lengua se les deshará en su boca.

13 Y acontecerá en aquel día que habrá entre ellos gran pánico enviado por Jehová; y se asirá cada uno de la mano de su prójimo, y la mano de cada uno se levantará contra la mano de su prójimo.

14 Y Judá también peleará en Jerusalén. Y serán reunidas las riquezas de todas las naciones de alrededor: oro, y plata y ropas de vestir en gran abundancia.

15 Así también será la plaga del caballo, del mulo, del camello, y del asno y de todas las bestias que estén en aquellos campamentos.

16 Y sucederá que todos los que sobrevivan de todas las naciones que vinieron contra Jerusalén subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y para celebrar la fiesta de los tabernáculos.

17 Y acontecerá que si alguna familia de la tierra no sube a Jerusalén para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos la lluvia.

18 Y si la familia de Egipto no sube ni viene, no habrá lluvia para ellos; vendrá la plaga con la que Jehová herirá a las naciones que no suban a celebrar la fiesta de los tabernáculos.

19 Éste será el castigo del pecado de Egipto y del pecado de todas las naciones que no suban a celebrar la fiesta de los tabernáculos.

20 En aquel día estará grabado sobre los cascabeles de los caballos: Santidad a Jehová; y las ollas de la casa de Jehová serán como los tazones delante del altar.

21 Y toda olla en Jerusalén y en Judá será consagrada a Jehová de los ejércitos; y todos los que ofrezcan sacrificios vendrán y tomarán de ellas y cocerán en ellas; y no habrá más mercader alguno en la casa de Jehová de los ejércitos en aquel día.