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domingo, 13 de mayo de 2012

Lectura con Audio de la Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 122: 2 Reyes 22-24


Segundo libro de los
Reyes..Capítulo 22
Josías reina con rectitud en Judá — Hilcías repara el templo y encuentra el libro de la ley — Josías se entristece a causa de la iniquidad de sus padres — Hulda profetiza ira sobre el pueblo, pero bendiciones sobre Josías.

1 Cuando Josías comenzó a reinar tenía ocho años, y reinó en Jerusalén treinta y un años. El nombre de su madre era Jedida, hija de Adaía, de Boscat.

2E hizo lo recto ante los ojos de Jehová y anduvo en todo el camino de David su padre, sin apartarse ni a la derecha ni a la izquierda.

3Y aconteció que en el año dieciocho del rey Josías, el rey envió a Safán hijo de Azalía, hijo de Mesulam, el escriba, a la casa de Jehová, diciendo:

4Ve al sumo sacerdote Hilcías y dile que cuente el dinero que se ha traído a la casa de Jehová y que los guardianes de la puerta han juntado del pueblo,

5y que lo pongan en manos de los que hacen la obra, que están a cargo de la casa de Jehová, y que lo entreguen a los que hacen la obra de la casa de Jehová, para reparar las brechas de la casa;

6a los carpinteros, a los maestros y a los albañiles, para comprar madera y piedra de cantería para reparar la casa;

7y que no se les pida cuenta del dinero cuyo manejo se les ha confiado, porque ellos proceden con honradez.

8Entonces dijo el sumo sacerdote Hilcías a Safán, el escriba: He hallado el libro de la ley en la casa de Jehová. E Hilcías dio el libro a Safán, y lo leyó.

9Entonces Safán, el escriba, fue al rey y le rindió cuentas, diciendo: Tus siervos han juntado el dinero que se halló en el templo y lo han entregado en manos de los que hacen la obra, que están a cargo de la casa de Jehová.

10Y Safán, el escriba, declaró al rey, diciendo: El sacerdote Hilcías me ha dado un libro. Y lo leyó Safán delante del rey.

11Y sucedió que cuando el rey hubo oído las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos.

12Y mandó el rey al sacerdote Hilcías, y a Ahicam hijo de Safán, y a Acbor hijo de Micaías, y al escriba Safán, y a Asaías, siervo del rey, diciendo:

13Id y preguntad a Jehová por mí, y por el pueblo y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado, porque grande es la ira de Jehová que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no escucharon las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que está escrito de nosotros.

14Entonces fueron el sacerdote Hilcías, y Ahicam, y Acbor, y Safán y Asaías a la profetisa Hulda, esposa de Salum hijo de Ticva, hijo de Harhas, guarda de las vestiduras, quien moraba en Jerusalén, en el segundo sector, y hablaron con ella.

15Y ella les dijo: Así dice Jehová, el Dios de Israel: Decid al hombre que os ha enviado a mí:

16Así dice Jehová: He aquí, yo traigo mal sobre este lugar y sobre los que en él moran, a saber, todas las palabras del libro que ha leído el rey de Judá.

17Por cuanto me han abandonado a mí y han quemado incienso a dioses ajenos, provocándome a ira con toda la obra de sus manos; y mi ira se ha encendido contra este lugar y no se apagará.

18Pero al rey de Judá, que os ha enviado a consultar a Jehová, diréis así: Así dice Jehová, el Dios de Israel: En cuanto a las palabras que has oído,

19ya que tu corazón se enterneció y te humillaste delante de Jehová cuando oíste lo que yo hablé contra este lugar y contra sus moradores, que llegarían a ser asolados y malditos, y rasgaste tus vestidos y lloraste en mi presencia, también yo te he oído, dice Jehová.

20Por tanto, he aquí, yo te reuniré con tus padres, y serás llevado a tu sepulcro en paz, y no verán tus ojos todo el mal que yo traeré sobre este lugar. Y ellos dieron al rey la respuesta.


Segundo libro de los
Reyes..Capítulo 23

Josías lee el libro del convenio al pueblo — Hacen convenio de guardar los mandamientos — Josías suprime la adoración de dioses falsos, quita a los sodomitas y termina con la idolatría — Se da muerte a los sacerdotes idólatras — Judá celebra una Pascua solemne — Egipto somete a la tierra de Judá.

1 Entonces el rey mandó reunir ante él a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén.

2Y subió el rey a la casa de Jehová con todos los hombres de Judá, y con todos los moradores de Jerusalén, y con los sacerdotes y profetas y con todo el pueblo, desde el más pequeño hasta el más grande; y leyó a oídos de ellos todas las palabras del libro del convenio que había sido hallado en la casa de Jehová.

3Y el rey se puso de pie junto a la columna e hizo convenio delante de Jehová, de que irían en pos de Jehová y guardarían sus mandamientos, y sus testimonios y sus estatutos, con todo el corazón y con toda el alma, y que cumplirían las palabras del convenio que estaban escritas en aquel libro. Y todo el pueblo confirmó el pacto.

4Entonces mandó el rey al sumo sacerdote Hilcías, y a los sacerdotes de segundo orden y a los guardianes de la puerta, que sacasen del templo de Jehová todos los utensilios que habían sido hechos para Baal, y para la imagen de Asera y para todas las huestes del cielo; y los quemó fuera de Jerusalén en los campos del Cedrón, y llevó las cenizas de ellos a Bet-el.

5Y quitó a los sacerdotes idólatras que habían puesto los reyes de Judá para que quemasen incienso en los lugares altos en las ciudades de Judá y en los alrededores de Jerusalén; y asimismo a los que quemaban incienso a Baal, al sol y a la luna, y a las constelaciones y a todas las huestes del cielo.

6Hizo también sacar la imagen de Asera fuera de la casa de Jehová, fuera de Jerusalén, al torrente Cedrón, y la quemó junto al torrente Cedrón, y la redujo a polvo y echó el polvo de ella sobre los sepulcros de los hijos del pueblo.

7Además derribó las casas de los sodomitas que estaban en la casa de Jehová, en las cuales las mujeres tejían para la imagen de Asera.

8E hizo venir a todos los sacerdotes de las ciudades de Judá, y profanó los lugares altos donde los sacerdotes quemaban incienso, desde Geba hasta Beerseba; y derribó los lugares altos de las puertas que estaban a la entrada de la puerta de Josué, gobernador de la ciudad, que estaban a la izquierda de la puerta de la ciudad.

9Pero los sacerdotes de los lugares altos no subían al altar de Jehová en Jerusalén, sino que comían panes sin levadura entre sus hermanos.

10Asimismo profanó el Tofet, que está en el valle del hijo de Hinom, para que ninguno pasase su hijo o su hija por fuego ante Moloc.

11Quitó también los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al sol a la entrada del templo de Jehová, junto a la habitación de Natán-melec, el oficial, el que estaba en los recintos; y quemó con fuego los carros del sol.

12Además derribó el rey los altares que estaban sobre el techo de la sala de Acaz, que los reyes de Judá habían hecho, y los altares que había hecho Manasés en los dos atrios de la casa de Jehová; y los destrozó, y de allí corrió y arrojó el polvo al torrente Cedrón.

13Asimismo profanó el rey los lugares altos que estaban delante de Jerusalén, a la derecha del monte de la destrucción, los cuales Salomón, rey de Israel, había edificado a Astoret, la abominación de los sidonios, y a Quemos, la abominación de Moab, y a Milcom, la abominación de los hijos de Amón.

14Y quebró las estatuas, y derribó las imágenes de Asera y llenó sus lugares de huesos de hombres.

15Igualmente el altar que estaba en Bet-el y el lugar alto que había hecho Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel; destruyó aquel altar y el lugar alto; y quemó el lugar alto y lo redujo a polvo, y quemó la imagen de Asera.

16Y se volvió Josías, y al ver los sepulcros que estaban allí en el monte, envió y sacó los huesos de los sepulcros y los quemó sobre el altar para contaminarlo, conforme a la palabra de Jehová que había profetizado el hombre de Dios, el cual había anunciado estas cosas.

17Y después dijo: ¿Qué monumento es éste que veo? Y los hombres de la ciudad le respondieron: Éste es el sepulcro del hombre de Dios que vino de Judá y profetizó estas cosas que tú has hecho contra el altar de Bet-el.

18Y él dijo: Dejadlo; nadie mueva sus huesos; y así dejaron sus huesos con los huesos del profeta que había venido de Samaria.

19Y todas las casas de los lugares altos que estaban en las ciudades de Samaria, las cuales habían hecho los reyes de Israel para provocar a ira a Jehová, las quitó también Josías, e hizo con ellas como había hecho en Bet-el.

20Además mató sobre los altares a todos los sacerdotes de los lugares altos que allí estaban, y quemó sobre ellos huesos de hombres y volvió a Jerusalén.

21Entonces mandó el rey a todo el pueblo, diciendo: Celebrad la Pascua a Jehová vuestro Dios, conforme a lo que está escrito en el libro de este convenio.

22Ciertamente no se había celebrado tal Pascua desde los tiempos en que los jueces gobernaban a Israel, ni en todos los tiempos de los reyes de Israel y de los reyes de Judá.

23En el año dieciocho del rey Josías se celebró aquella Pascua a Jehová en Jerusalén.

24Asimismo quitó Josías a los encantadores, adivinos y terafines, y todas las abominaciones que se veían en la tierra de Judá y en Jerusalén, para cumplir las palabras de la ley que estaban escritas en el libro que el sacerdote Hilcías había hallado en la casa de Jehová.

25No hubo otro rey antes de él que se convirtiese a Jehová con todo su corazón, y con toda su alma y con todas su fuerzas, conforme a toda la ley de Moisés, ni después de él se levantó otro igual.

26Con todo eso, no desistió Jehová del ardor de su gran ira, que se había encendido contra Judá por todas las provocaciones con que Manasés le había irritado.

27Y dijo Jehová: También quitaré de mi presencia a Judá, como quité a Israel, y desecharé a esta ciudad que había escogido, a Jerusalén, y a la casa de la cual yo había dicho: Mi nombre estará allí.

28Los demás hechos de Josías y todas las cosas que hizo, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?

29En aquellos días Faraón Necao, rey de Egipto, subió contra el rey de Asiria al río Éufrates, y salió contra él el rey Josías; pero aquél, en cuanto le vio, lo mató en Meguido.

30Y sus siervos lo pusieron en un carro, y lo trajeron muerto de Meguido a Jerusalén y lo sepultaron en su sepulcro. Entonces el pueblo de la tierra tomó a Joacaz hijo de Josías, y lo ungieron y lo proclamaron rey en lugar de su padre.

31Joacaz tenía veintitrés años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses en Jerusalén. El nombre de su madre era Hamutal, hija de Jeremías, de Libna.

32E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que sus padres habían hecho.

33Y Faraón Necao lo tuvo preso en Ribla en la provincia de Hamat, para que no reinase en Jerusalén; e impuso sobre la tierra un tributo de cien talentos de plata y uno de oro.

34Entonces Faraón Necao puso como rey a Eliaquim hijo de Josías en lugar de Josías, su padre, y le cambió el nombre por el de Joacim; y tomó a Joacaz y lo llevó a Egipto y éste allí murió.

35Y Joacim pagó a Faraón la plata y el oro; pero hizo valuar la tierra para dar el dinero conforme al mandamiento de Faraón, sacando la plata y el oro del pueblo de la tierra, de cada uno según la tasación de su hacienda, para darlo a Faraón Necao.

36Joacim tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. El nombre de su madre era Zebuda, hija de Pedaías, de Ruma.

37E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que sus padres habían hecho.

Segundo libro de los
Reyes..Capítulo 24

Jerusalén es sitiada y tomada por Nabucodonosor — Muchos del pueblo de Judá son llevados cautivos a Babilonia — Sedequías llega a ser rey en Jerusalén — Éste se rebela contra Babilonia.

1En su tiempo, subió Nabucodonosor, rey de Babilonia, y Joacim vino a ser su siervo tres años; pero se volvió y se rebeló contra él.

2Y Jehová envió contra Joacim tropas de caldeos, y tropas de sirios, y tropas de moabitas y tropas de amonitas, las cuales envió contra Judá para que la destruyesen, conforme a la palabra de Jehová que había hablado por medio de sus siervos, los profetas.

3Ciertamente vino esto contra Judá por mandato de Jehová, para quitarla de su presencia, por los pecados de Manasés, conforme a todo lo que éste hizo;

4y también por la sangre inocente que derramó, pues llenó a Jerusalén de sangre inocente; por tanto, Jehová no quiso perdonar.

5Los demás hechos de Joacim y todas las cosas que hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?

6Y durmió Joacim con sus padres, y reinó en su lugar su hijo Joaquín.

7Y el rey de Egipto nunca más salió de su tierra, porque el rey de Babilonia se apoderó de todo lo que era suyo, desde el río de Egipto hasta el río Éufrates.

8Joaquín tenía dieciocho años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén tres meses. El nombre de su madre era Nehusta, hija de Elnatán, de Jerusalén.

9E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho su padre.

10En aquel tiempo subieron los siervos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, contra Jerusalén, y la ciudad fue sitiada.

11Vino también Nabucodonosor, rey de Babilonia, contra la ciudad, cuando sus siervos la tenían sitiada.

12Entonces salió Joaquín, rey de Judá, al rey de Babilonia, él y su madre, y sus siervos, y sus príncipes y sus oficiales; y lo apresó el rey de Babilonia en el octavo año de su reinado.

13Y sacó de allí todos los tesoros de la casa de Jehová y los tesoros de la casa real, y rompió en pedazos todos los utensilios de oro que había hecho Salomón, rey de Israel, en la casa de Jehová, como Jehová había dicho.

14Y se llevó en cautiverio a toda Jerusalén, y a todos los príncipes y a todos los hombres valientes, hasta diez mil cautivos, y a todos los artesanos y herreros; no quedó nadie, excepto la gente más pobre de esa tierra.

15Asimismo se llevó al exilio a Babilonia a Joaquín, y a la madre del rey, y a las mujeres del rey, y a sus oficiales y a los poderosos de la tierra; los llevó cautivos de Jerusalén a Babilonia.

16A todos los hombres de guerra, que fueron siete mil, y a los artesanos y herreros, que fueron mil, y a todos los fuertes y aptos para la guerra, se llevó cautivos el rey de Babilonia.

17Y el rey de Babilonia puso como rey en lugar de Joaquín a Matanías, su tío, y le cambió el nombre por el de Sedequías.

18Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén once años. El nombre de su madre era Hamutal, hija de Jeremías, de Libna.

19E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todo lo que había hecho Joacim.

20Por motivo de la ira de Jehová, sucedió esto en Jerusalén y en Judá, hasta que los echó de su presencia. Y Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia.



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