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miércoles, 3 de octubre de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 221: Isaías 59-62


Capítulo 59
Los del pueblo de Israel son separados de su Dios por sus iniquidades — Sus pecados testifican en contra de ellos — El Mesías intercederá, vendrá a Sión y redimirá al arrepentido.

1He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha endurecido su oído para oír;

2pero vuestras iniquidades han hecho separación entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar su rostro de vosotros para no oíros.

3Porque vuestras manos están contaminadas de sangre y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, y habla maldad vuestra lengua.

4No hay quien clame por la justicia ni quien juzgue con integridad; confían en la confusión y hablan vanidades; conciben malicia y dan a luz iniquidad.

5Incuban huevos de áspides y tejen telas de araña; el que coma de sus huevos morirá; y del que se rompa, saldrá una víbora.

6Sus telas no servirán para vestir ni, de sus obras serán cubiertos; sus obras son obras de iniquidad, y obra de violencia está en sus manos.

7Sus pies corren al mal, y se apresuran a derramar sangre inocente; sus pensamientos son pensamientos de iniquidad; destrucción y desolación hay en sus caminos.

8No conocieron camino de paz, ni hay justicia en sus caminos; sus veredas son torcidas; nadie que por ellas camine conocerá paz.

9Por esto se aleja de nosotros el juicio, y no nos alcanza la justicia; esperamos luz, y he aquí tinieblas; resplandores, y andamos en oscuridad.

10Palpamos la pared como ciegos, y andamos a tientas como los que no tienen ojos; tropezamos al mediodía como de noche; estamos como muertos en lugares desolados.

11Todos nosotros gruñimos como osos y gemimos lastimeramente como palomas; esperamos justicia, y no la hay; salvación, pero lejos está de nosotros.

12Porque nuestras transgresiones se han multiplicado delante de ti, y nuestros pecados han atestiguado contra nosotros; porque con nosotros están nuestras transgresiones, y conocemos nuestras iniquidades:

13el transgredir y mentir contra Jehová, y el apartarse de en pos de nuestro Dios; el hablar de opresión y rebelión, concebir y proferir desde el corazón palabras de mentira.

14Y el derecho se retira, y la justicia se pone lejos, porque la verdad ha tropezado en la plaza y la equidad no puede entrar.

15Sí, la verdad falta; y el que se aparta del mal es despojado. Y lo vio Jehová, y desagradó a sus ojos que no hubiera justicia.

16Y vio que no había hombre y se maravilló de que no hubiera quien intercediese; por tanto, lo salvó su brazo, y le sostuvo su misma justicia.

17Pues de justicia se vistió como de una coraza, y con yelmo de salvación en su cabeza; y se puso ropas de venganza por vestidura y se vistió de celo como con un manto.

18De acuerdo con sus hechos, así él pagará: furor para sus adversarios, retribución para sus enemigos; el pago dará a las islas.

19Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová; y desde el nacimiento del sol, su gloria. Cuando venga el enemigo como río impetuoso, el espíritu de Jehová levantará bandera contra él.

20Y vendrá el Redentor a Sión y a los que se vuelvan de la transgresión en Jacob, dice Jehová.

21Y éste será mi convenio con ellos, dice Jehová: Mi espíritu que está sobre ti y mis palabras que he puesto en tu boca no se apartarán de tu boca, ni de la boca de tu descendencia ni de la boca de la descendencia de tu descendencia, dice Jehová, desde ahora y para siempre.

Capítulo 60

En los últimos días, Israel se levantará de nuevo como una nación poderosa — Los pueblos gentiles se le unirán y le servirán — Sión será establecida — Finalmente, Israel morará en esplendor celestial.

1¡ Levántate , resplandece!, porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.

2Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra y oscuridad los pueblos; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria.

3Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu amanecer.

4Alza tus ojos y mira alrededor; todos éstos se han reunido, han venido a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos.

5Entonces lo verás y resplandecerás; y se estremecerá y ensanchará tu corazón, porque se habrá vuelto a ti la abundancia del mar, y las riquezas de las naciones habrán llegado hasta ti.

6Multitud de camellos te cubrirá, dromedarios de Madián y de Efa; vendrán todos los de Sabá; traerán oro e incienso y proclamarán las alabanzas de Jehová.

7Todo el ganado de Cedar será juntado para ti; carneros de Nebaiot estarán a tu disposición; serán ofrecidos con agrado sobre mi altar, y glorificaré la casa de mi gloria.

8¿Quiénes son éstos que vuelan como nubes y como palomas a sus ventanas?

9Ciertamente a mí me esperarán las islas y las naves de Tarsis desde el principio, para traer a tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, al nombre de Jehová tu Dios y al Santo de Israel, porque te ha glorificado.

10Y los hijos de los extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán, porque en mi ira te herí, mas en mi buena voluntad tendré de ti misericordia.

11Tus puertas estarán de continuo abiertas; no se cerrarán de día ni de noche, para que a ti sean traídas las riquezas de las naciones y conducidos a ti sus reyes,

12porque la nación y el reino que no te sirvan perecerán; y esas naciones serán del todo asoladas.

13La gloria del Líbano vendrá a ti, cipreses, pinos y abetos juntamente, para embellecer el lugar de mi santuario; y yo glorificaré el lugar de mis pies.

14Y vendrán ante ti humillados los hijos de los que te afligieron, y a las plantas de tus pies se encorvarán todos los que te escarnecían, y te llamarán Ciudad de Jehová, Sión del Santo de Israel.

15En lugar de estar abandonada y aborrecida, tanto que no había quien pasase por ti, te pondré en exaltación eterna, gozo de generación en generación.

16Y serás amamantada con la leche de las naciones, y serás amamantada del pecho de los reyes; y sabrás que yo, Jehová, soy tu Salvador y tu Redentor, el Fuerte de Jacob.

17En vez de bronce traeré oro, y en lugar de hierro traeré plata; y en lugar de madera, bronce; y en lugar de piedras, hierro; y pondré la paz como tus gobernantes y la justicia como tus capataces.

18Nunca más se oirá de violencia en tu tierra, ni de destrucción ni de quebrantamiento en tus territorios, sino que a tus muros llamarás Salvación, y a tus puertas, Alabanza.

19El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará, sino que Jehová te será luz eterna, y el Dios tuyo, tu gloria.

20No se pondrá jamás tu sol ni menguará tu luna, porque Jehová te será luz eterna, y los días de tu duelo se acabarán.

21Y tu pueblo, todos ellos, serán justos; para siempre heredarán la tierra; serán los renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme.

22El pequeño llegará a ser un millar; el menor, una nación poderosa. Yo Jehová, a su tiempo, lo apresuraré.

Capítulo 61

Isaías habla acerca del Mesías — El Mesías tendrá el Espíritu, predicará el Evangelio y proclamará la libertad — En los últimos días, Jehová llamará a Sus ministros y hará un convenio sempiterno con el pueblo.

1 El espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ha ungido Jehová para proclamar buenas nuevas a los mansos; me ha enviado a vendar a los quebrantados de corazón, a proclamar libertad a los cautivos y a los prisioneros apertura de la cárcel;

2a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová y el día de la venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los que lloran;

3a ordenar que a los que están de duelo en Sión se les dé gloria en lugar de ceniza, aceite de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar de espíritu apesadumbrado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para que él sea glorificado.

4Y reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán lo que antes fue desolado y restaurarán las ciudades asoladas, los asolamientos de muchas generaciones.

5Y habrá extranjeros, y apacentarán vuestras ovejas; y los hijos de los extranjeros serán vuestros labradores y vuestros viñadores.

6Y vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová; se dirá que sois ministros de nuestro Dios; comeréis las riquezas de las naciones y en su gloria os jactaréis.

7En lugar de vuestra vergüenza, tendréis doble porción; y en lugar de deshonra, se regocijarán en sus heredades; por lo cual, en sus tierras poseerán doble porción y tendrán gozo eterno.

8Porque yo, Jehová, amo la justicia, aborrezco el robo para holocausto; por tanto, fielmente les daré su recompensa y haré con ellos convenio sempiterno.

9Y la descendencia de ellos será conocida entre las naciones, y sus retoños en medio de los pueblos; todos los que los vean reconocerán que son descendencia bendita de Jehová.

10En gran manera me regocijaré en Jehová; mi alma se alegrará en mi Dios, porque me vistió con vestiduras de salvación, me cubrió con manto de justicia, como a novio me atavió y como a novia que se adorna con sus joyas.

11Porque como la tierra produce su renuevo, y como el huerto hace brotar su semilla, así Jehová el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones.

Capítulo 62

En los últimos días Israel será recogido — Sión será establecida — Sus guardias enseñarán acerca de Jehová — Alzarán el estandarte del Evangelio — El pueblo será llamado santo, los redimidos de Jehová.

1 Por amor a Sión no callaré y por amor a Jerusalén no descansaré, hasta que salga como resplandor su justicia y su salvación arda como una antorcha.

2Entonces verán las naciones tu justicia, y todos los reyes tu gloria; y te será puesto un nombre nuevo, que la boca de Jehová designará.

3Y serás corona de gloria en la mano de Jehová y diadema real en la palma de la mano de tu Dios.

4Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Desolada; sino que serás llamada Hefzi-bá, y tu tierra, Beula; porque Jehová se deleitará en ti, y tu tierra será desposada.

5Pues como un joven se desposa con una virgen, así se desposarán contigo tus hijos; y como el novio se regocija por la novia, así se regocijará por ti tu Dios.

6Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardias que no callarán ni de día ni de noche. Los que os acordáis de Jehová, no descanséis,

7ni le deis descanso, hasta que restablezca a Jerusalén y la convierta en una alabanza en la tierra.

8Jehová ha jurado por su mano derecha y por su poderoso brazo: Jamás daré tu trigo como comida a tus enemigos, ni los hijos de extranjeros beberán el vino nuevo por el cual has trabajado;

9sino que los que lo cosechan lo comerán y alabarán a Jehová; y los que lo vendimian lo beberán en los atrios de mi santuario.

10Pasad, pasad por las puertas; preparad el camino al pueblo; allanad, allanad la calzada, quitad las piedras, alzad estandarte sobre los pueblos.

11He aquí que Jehová hizo oír hasta el extremo de la tierra: Decid a la hija de Sión: He aquí, viene tu salvación; he aquí, su galardón está con él, y delante de él su recompensa.

12Y los llamarán Pueblo Santo, Redimidos de Jehová; y a ti te llamarán Buscada, Ciudad No Desamparada.

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Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 220: Isaías 56-58


Capítulo 56
Todos los que guarden los mandamientos serán exaltados — Otros pueblos se unirán a Israel — Jehová recogerá a otros más en la casa de Israel.

1Así ha dicho Jehová: Guardad el derecho y practicad la justicia, porque mi salvación está por venir y mi justicia por manifestarse.

2Bienaventurado el hombre que hace esto y el hijo del hombre que se aferra a esto, que guarda el día de reposo para no profanarlo y que guarda su mano de hacer todo lo malo.

3Y que el hijo del extranjero que sigue a Jehová no hable diciendo: Me apartará totalmente Jehová de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí, yo soy un árbol seco.

4Porque así ha dicho Jehová a los eunucos que guarden mis días de reposo, y escojan lo que yo quiero, y se aferren a mi convenio:

5Yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y un nombre mejor que el de hijos e hijas; les daré un nombre eterno que nunca será quitado.

6Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos, a todos los que guarden el día de reposo para no profanarlo y se aferren a mi convenio,

7yo los llevaré a mi santo monte y los llenaré de gozo en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre mi altar, porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.

8Dice Jehová el Señor, el que recoge a los desterrados de Israel: Aún recogeré junto a él a otros con sus ya congregados.

9Todos los animales del campo, todas las fieras del bosque, venid a devorar.

10Sus centinelas ciegos son, todos ellos ignorantes; todos ellos son perros mudos que no pueden ladrar; soñolientos recostados que aman el dormir.

11Y son perros voraces e insaciables, y son pastores que no saben entender; todos ellos miran sus propios caminos, cada uno tras su propio provecho, cada uno por su lado.

12Venid, dicen; traeré vino y embriaguémonos con bebida fuerte; y será el día de mañana como éste, o mucho más excelente.

Capítulo 57

Cuando el justo muere, alcanza la paz — Se promete misericordia al arrepentido — No hay paz para los malvados.

1 Perece el justo, y no hay quien piense en ello; y los piadosos son llevados, y no hay quien entienda que ante la maldad es recogido el justo.

2Obtendrá la paz; descansarán en sus lechos todos los que andan en rectitud.

3Mas vosotros acercaos, hijos de la hechicera, descendencia del adúltero y de la ramera.

4¿De quién os mofáis? ¿Contra quién abrís la boca y sacáis la lengua? ¿No sois vosotros hijos de la transgresión, descendencia mentirosa,

5que ardéis de lujuria entre encinas, debajo de todo árbol frondoso, que sacrificáis a los hijos en los valles, debajo de los peñascos?

6En las piedras lisas del valle está tu parte; ellas, ellas son tu suerte; y a ellas derramaste libación y ofreciste ofrenda. ¿He de complacerme de estas cosas?

7Sobre el monte alto y empinado pusiste tu cama; allí también subiste a hacer sacrificio.

8Y tras la puerta y el umbral pusiste tu recordatorio; porque ante otro y no ante mí te descubriste, y subiste, y ensanchaste tu cama e hiciste con ellos pacto; amaste su cama dondequiera que la veías.

9Y fuiste al rey con ungüento, y multiplicaste tus perfumes, y enviaste tus embajadores lejos y te abatiste hasta el Seol.

10En la multitud de tus caminos te cansaste, pero no dijiste: No hay esperanza; hallaste nuevo vigor en tu mano; por tanto, no desfalleciste.

11¿Y de quién te asustaste y temiste, que has mentido, y no te has acordado de mí ni lo pusiste en tu corazón? ¿No he guardado silencio desde tiempos antiguos, y nunca me has temido?

12Yo publicaré tu justicia y tus obras, porque no te aprovecharán.

13Cuando clames, que te libre tu colección de ídolos; pero a todos ellos se los llevará el viento, un soplo los arrebatará; mas el que en mí espera tendrá la tierra por heredad y poseerá mi santo monte.

14Y dirá: Allanad, allanad; preparad el camino; quitad los tropiezos del camino de mi pueblo.

15Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita en la eternidad y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y también con el quebrantado y humilde de espíritu, para vivificar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los quebrantados.

16Porque no contenderé para siempre ni por siempre me he de enojar; pues decaerían ante mí el espíritu y las almas que yo he creado.

17A causa de la iniquidad de su codicia me enojé y le herí; escondí mi rostro y me indigné; y él, rebelde, se desvió por el camino de su corazón.

18He visto sus caminos, pero le sanaré; le pastorearé y le confortaré, a él y a los que con él lloran.

19Crearé fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al que está cerca, dice Jehová; y lo sanaré.

20Pero los malvados son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo.

21No hay paz para los malvados, dice mi Dios.

Capítulo 58

Se definen la ley verdadera del ayuno y las bendiciones que la acompañan — Se da el mandamiento de guardar el día de reposo.

1¡Clama a voz en cuello; no te contengas! Alza tu voz como trompeta, y declara a mi pueblo su transgresión y a la casa de Jacob su pecado.

2Pues me buscan cada día y quieren saber mis caminos, como nación que hubiese hecho justicia y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden juicios justos y quieren acercarse a Dios.

3Dicen: ¿Por qué ayunamos y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto y oprimís a vuestros trabajadores.

4He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño de iniquidad; no ayunéis como lo hacéis hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto.

5¿Es éste el ayuno que yo escogí, un día en que el hombre aflija su alma, en que encorve su cabeza como junco y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno y día agradable a Jehová?

6¿No es más bien el ayuno que yo escogí: desatar las ligaduras de la maldad, soltar las cargas de opresión, y dejar libres a los quebrantados y romper todo yugo?

7¿No consiste en que compartas tu pan con el hambriento y a los pobres errantes alojes en tu casa; en que cuando veas al desnudo, lo cubras y no te escondas del que es tu propia carne?

8Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salud se manifestará pronto; e irá tu rectitud delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.

9Entonces invocarás, y te responderá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitas de en medio de ti el yugo, el señalar con el dedo y el hablar vanidad;

10y si extiendes tu alma al hambriento y sacias al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía;

11y Jehová te guiará siempre, y en las sequías saciará tu alma y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego y como manantial cuyas aguas nunca faltan.

12Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación en generación levantarás; y serás llamado reparador de brechas, restaurador de calzadas para habitar.

13Si retraes del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamas delicia, santo, glorioso de Jehová, y lo veneras, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu propia voluntad ni hablando tus propias palabras,

14entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré cabalgar sobre las alturas de la tierra y te daré a comer la heredad de Jacob, tu padre, porque la boca de Jehová lo ha hablado.

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