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domingo, 10 de junio de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina 2009 SUD: Día: 145: 2 Crónicas 34-36

Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 34

Josías acaba con la idolatría en Judá — El pueblo de Judá repara la casa de Jehová — Hilcías halla el libro de la ley — Hulda, la profetisa, revela las desolaciones que vendrán sobre el pueblo — Josías y su pueblo hacen convenio de servir a Jehová.

1 Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar, y reinó treinta y un años en Jerusalén.

2E hizo lo recto ante los ojos de Jehová y anduvo en los caminos de David, su padre, sin apartarse ni a la derecha ni a la izquierda.

3A los ocho años de su reinado, siendo aún joven, comenzó a buscar al Dios de David, su padre; y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, y de las imágenes de Asera, y de las imágenes talladas y de las imágenes de fundición.

4Y derribaron delante de él los altares de los baales, e hizo pedazos los altares de incienso que estaban puestos encima; despedazó también las imágenes de Asera, y las imágenes talladas y las imágenes de fundición, y las redujo a polvo y esparció el polvo sobre los sepulcros de los que les habían ofrecido sacrificios.

5Quemó además los huesos de los sacerdotes sobre sus altares y limpió a Judá y a Jerusalén.

6Lo mismo hizo en las ciudades de Manasés, y Efraín, y Simeón, y hasta Neftalí, y en sus lugares asolados alrededor.

7Y cuando hubo derribado los altares y las imágenes de Asera, y quebrado y reducido a polvo las imágenes talladas, y destruido todos los altares de incienso por toda la tierra de Israel, volvió a Jerusalén.

8A los dieciocho años de su reinado, después de haber limpiado la tierra y la casa, envió a Safán hijo de Azalía, y a Maasías, gobernador de la ciudad, y a Joa hijo de Joacaz, el cronista, para que reparasen la casa de Jehová su Dios.

9Y cuando ellos vinieron a Hilcías, el sumo sacerdote, le dieron el dinero que había sido traído a la casa de Jehová, que los levitas que guardaban la puerta habían recogido de mano de Manasés, y de Efraín y de todo el remanente de Israel, y de todo Judá y de Benjamín y de los habitantes de Jerusalén.

10Y lo entregaron en manos de los que hacían la obra, que estaban a cargo de la casa de Jehová, quienes lo daban a los que hacían la obra y trabajaban en la casa de Jehová, para reparar y restaurar el templo.

11Daban asimismo a los carpinteros y a los albañiles para que comprasen piedra de cantería, y madera para las uniones y para las vigas de las casas, las cuales habían destruido los reyes de Judá.

12Y estos hombres procedían con honradez en la obra; y se encargaban de ellos Jahat y Abdías, levitas de los hijos de Merari, y Zacarías y Mesulam, de los hijos de Coat, para adelantar la obra; y de los levitas, todos los diestros en instrumentos de música.

13También velaban sobre los cargadores y eran los encargados de los que se ocupaban en cualquier clase de obra; y de los levitas había escribas, y oficiales y porteros.

14Y al sacar el dinero que había sido traído a la casa de Jehová, el sacerdote Hilcías halló el libro de la ley de Jehová, dada por medio de Moisés.

15Entonces Hilcías respondió al escriba Safán, diciendo: He hallado el libro de la ley en la casa de Jehová. Y dio Hilcías el libro a Safán.

16Y Safán lo llevó al rey y le contó el asunto, diciendo: Tus siervos han cumplido todo lo que les fue encomendado.

17Y han reunido el dinero que se halló en la casa de Jehová, y lo han entregado en manos de los encargados y en manos de los que hacen la obra.

18Y el escriba Safán declaró al rey, diciendo: El sacerdote Hilcías me ha dado un libro. Y leyó Safán en él ante el rey.

19Y aconteció que cuando el rey oyó las palabras de la ley, rasgó sus vestidos

20y mandó a Hilcías y a Ahicam hijo de Safán, y a Abdón hijo de Micaía, y a Safán, el escriba, y a Asaías, siervo del rey, diciendo:

21Id y consultad a Jehová por mí, y por el remanente de Israel y de Judá, acerca de las palabras del libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehová que ha caído sobre nosotros, por cuanto nuestros padres no han guardado la palabra de Jehová, para hacer conforme a todo lo que está escrito en este libro.

22Entonces Hilcías y los del rey fueron a Hulda, la profetisa, esposa de Salum hijo de Ticva, hijo de Hasra, guarda de las vestimentas, la que moraba en Jerusalén, en el segundo sector; y le dijeron las palabras antedichas.

23Y ella les respondió: Jehová, el Dios de Israel, ha dicho así: Decid al hombre que os ha enviado a mí:

24Así dice Jehová: He aquí, voy a traer el mal sobre este lugar y sobre sus moradores, si, todas las maldiciones que están escritas en el libro que han leído ante el rey de Judá,

25por cuanto me han dejado y han quemado incienso a dioses ajenos, para provocarme a ira con todas las obras de sus manos; por tanto, se derramará mi ira sobre este lugar y no se apagará.

26Pero al rey de Judá, que os ha enviado a consultar a Jehová, así le diréis: Jehová, el Dios de Israel, ha dicho así: En cuanto a las palabras que has oído,

27porque tu corazón se enterneció, y te humillaste delante de Dios al oír sus palabras sobre este lugar y sobre sus moradores, y te humillaste delante de mí, y rasgaste tus vestidos y lloraste en mi presencia, yo también te he oído, dice Jehová.

28He aquí que yo te recogeré con tus padres, y serás recogido en tu sepulcro en paz, y tus ojos no verán todo el mal que yo voy a traer sobre este lugar y sobre los moradores de él. Y ellos refirieron al rey la respuesta.

29Entonces el rey envió y reunió a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén.

30Y subió el rey a la casa de Jehová, y con él todos los hombres de Judá, y los moradores de Jerusalén, y los sacerdotes, y los levitas y todo el pueblo, desde el mayor hasta el menor; y leyó a oídos de ellos todas las palabras del libro del convenio que había sido hallado en la casa de Jehová.

31Y el rey se puso de pie en su sitio e hizo convenio delante de Jehová de caminar en pos de Jehová y de guardar sus mandamientos, y sus testimonios y sus estatutos, con todo su corazón y con toda su alma, para poner por obra las palabras del convenio que estaban escritas en aquel libro.

32E hizo que se comprometieran a ello todos los que se hallaban en Jerusalén y en Benjamín; y los moradores de Jerusalén hicieron conforme al convenio de Dios, el Dios de sus padres.

33Y quitó Josías todas las abominaciones de todas las tierras de los hijos de Israel, e hizo que todos los que se hallaban en Israel sirviesen a Jehová su Dios. Y mientras él vivió, no se apartaron de ir en pos de Jehová, el Dios de sus padres.

Segundo libro de las
Crónicas Capítulo 35


Josías y todo Judá celebran una Pascua solemne — Josías muere a manos de los egipcios en Meguido.

1Y Josías celebró la Pascua a Jehová en Jerusalén, y sacrificaron la Pascua a los catorce días del mes primero.

2Y puso a los sacerdotes en sus oficios y los alentó en el servicio de la casa de Jehová.

3Y dijo a los levitas que enseñaban a todo Israel y que estaban dedicados a Jehová: Poned el arca santa en la casa que edificó Salomón hijo de David, rey de Israel, para que no la carguéis más sobre los hombros. Servid ahora a Jehová vuestro Dios y a su pueblo Israel.

4Y preparaos según vuestras casas paternas, por vuestros grupos, conforme a lo escrito por David, rey de Israel, y a lo escrito por Salomón, su hijo.

5Estad en el lugar santo según los grupos de las casas paternas de vuestros hermanos, los hijos del pueblo, y según la parte de la casa paterna de los levitas.

6Sacrificad luego la Pascua, y santificaos, y preparad a vuestros hermanos para que hagan conforme a la palabra de Jehová dada por medio de Moisés.

7Y el rey Josías dio a los del pueblo corderos y cabritos de los rebaños, en número de treinta mil, y tres mil novillos, todo para la Pascua, para todos los que se hallaban presentes; esto provenía de los bienes del rey.

8También sus principales dieron con liberalidad al pueblo, y a los sacerdotes y a los levitas. Hilcías, y Zacarías y Jehiel, oficiales de la casa de Dios, dieron a los sacerdotes, para las ofrendas de la Pascua, dos mil seiscientas ovejas y trescientos novillos.

9Asimismo Conanías, y Semaías y Natanael, sus hermanos, y Hasabías, y Jehiel y Josabad, oficiales de los levitas, dieron a los levitas para los sacrificios de la Pascua cinco mil ovejas y quinientos novillos.

10Así fue preparado el servicio, y los sacerdotes se colocaron en sus puestos, y asimismo los levitas en sus grupos, conforme al mandato del rey.

11Y sacrificaron la Pascua; y los sacerdotes rociaban la sangre recibida de manos de los levitas, y los levitas desollaban los animales.

12Tomaron luego del holocausto, para dar conforme a los grupos de las casas paternas de los hijos del pueblo, a fin de que ofreciesen a Jehová, según está escrito en el libro de Moisés; y asimismo tomaron de los novillos.

13Y asaron la Pascua al fuego según la ordenanza; pero lo que había sido santificado lo cocieron en ollas, en calderos y sartenes, y lo repartieron rápidamente a todo el pueblo.

14Y después prepararon para sí y para los sacerdotes, porque los sacerdotes, hijos de Aarón, estuvieron ocupados hasta la noche en el sacrificio de los holocaustos y de la grasa; por tanto, los levitas prepararon para sí y para los sacerdotes, hijos de Aarón.

15Asimismo los cantores, los hijos de Asaf, estaban en su puesto, conforme al mandato de David, y de Asaf, y de Hemán y de Jedutún, el vidente del rey; también los porteros estaban en cada puerta; y no era menester que se apartasen de su ministerio, porque sus hermanos los levitas preparaban para ellos.

16Así fue preparado todo el servicio de Jehová en aquel día, para celebrar la Pascua y para ofrecer los holocaustos sobre el altar de Jehová, conforme al mandato del rey Josías.

17Y los hijos de Israel que se hallaban allí celebraron la Pascua en aquel tiempo, y la fiesta de los panes sin levadura, durante siete días.

18No se había celebrado una Pascua como ésta en Israel desde los días del profeta Samuel; ni ningún rey de Israel celebró una Pascua tal como la que celebró el rey Josías, y los sacerdotes y los levitas, y todo Judá e Israel, los que se hallaban allí, y los moradores de Jerusalén.

19Esta Pascua fue celebrada en el año dieciocho del reinado de Josías.

20Después de todas estas cosas, tras haber reparado Josías la casa, Necao, rey de Egipto, subió para hacer la guerra en Carquemis, junto al Éufrates; y salió Josías contra él.

21Pero éste le envió mensajeros, diciendo: ¿Qué tengo yo contigo, oh rey de Judá? Yo no vengo contra ti hoy, sino contra la casa que me hace la guerra; y Dios me ha dicho que me apresure. Deja de oponerte a Dios, que está conmigo, para que él no te destruya.

22Pero Josías no se retiró, sino que se disfrazó para darle batalla; y no atendió a las palabras de Necao, que venían de la boca de Dios; y vino a darle batalla en el valle de Meguido.

23Y los arqueros tiraron contra el rey Josías; y dijo el rey a sus siervos: Sacadme de aquí, porque estoy gravemente herido.

24Entonces sus siervos lo sacaron de aquel carro, y lo pusieron en el segundo carro que tenía y lo llevaron a Jerusalén, donde murió; y lo sepultaron en los sepulcros de sus padres. Y todo Judá y Jerusalén hicieron duelo por Josías.

25Y Jeremías cantó una lamentación en memoria de Josías, y todos los cantores y las cantoras recitan sus lamentaciones sobre Josías hasta hoy; y las establecieron como tradición en Israel, las cuales están escritas en las Lamentaciones.

26Los demás hechos de Josías y sus obras piadosas, conforme a lo que está escrito en la ley de Jehová,

27y sus hechos, los primeros y los postreros, he aquí, están escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá.

Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 36

Varios reyes gobiernan en Judá — Nabucodonosor invade Judá y hace rey a Sedequías — Sedequías se rebela, el pueblo rechaza a los profetas, y los caldeos queman el templo y destruyen Jerusalén — Ciro de Persia decreta la construcción del templo.

1Entonces el pueblo de la tierra tomó a Joacaz hijo de Josías, y le hicieron rey en lugar de su padre en Jerusalén.

2Joacaz tenía veintitrés años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses en Jerusalén.

3Y el rey de Egipto lo destituyó en Jerusalén, e impuso a la tierra un tributo de cien talentos de plata y uno de oro.

4Y el rey de Egipto puso a Eliaquim, hermano de Joacaz, como rey sobre Judá y Jerusalén, y le cambió el nombre por el de Joacim; y a su hermano Joacaz, lo tomó Necao y lo llevó a Egipto.

5Joacim tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén; e hizo lo malo ante los ojos de Jehová su Dios.

6Y subió contra él Nabucodonosor, rey de Babilonia, y lo ató con cadenas de bronce y lo llevó a Babilonia.

7También llevó Nabucodonosor a Babilonia algunos de los utensilios de la casa de Jehová, y los puso en su templo en Babilonia.

8Los demás hechos de Joacim, y las abominaciones que hizo y lo que se halló contra él, he aquí, están escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá; y reinó en su lugar Joaquín, su hijo.

9Joaquín tenía ocho años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalén; e hizo lo malo ante los ojos de Jehová.

10Al cabo de un año el rey Nabucodonosor envió y lo hizo llevar a Babilonia con los utensilios preciosos de la casa de Jehová; y puso a Sedequías, su hermano, como rey sobre Judá y Jerusalén.

11Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén.

12E hizo lo malo ante los ojos de Jehová su Dios, y no se humilló delante del profeta Jeremías, que le hablaba de parte de Jehová.

13Se rebeló asimismo contra Nabucodonosor, quien le había hecho jurar fidelidad por Dios; y endureció su cerviz y obstinó su corazón, para no volverse a Jehová, el Dios de Israel.

14Y también todos los principales sacerdotes y el pueblo aumentaron la iniquidad, siguiendo todas las abominaciones de las naciones y contaminando la casa de Jehová, la cual él había santificado en Jerusalén.

15Y Jehová, el Dios de sus padres, envió a ellos palabra por medio de sus mensajeros levantándose de mañana y enviando, porque él tenía misericordia de su pueblo y de su morada.

16Pero ellos se mofaban de los mensajeros de Dios y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y que no hubo ya remedio.

17Por lo cual trajo contra ellos al rey de los caldeos, que mató a espada a sus jóvenes en la casa de su santuario, sin perdonar joven, ni doncella, ni anciano ni decrépito; a todos los entregó en sus manos.

18Asimismo, todos los utensilios de la casa de Dios, grandes y chicos, los tesoros de la casa de Jehová y los tesoros del rey y de sus oficiales, todo lo llevó a Babilonia.

19Y quemaron la casa de Dios, y derribaron el muro de Jerusalén, y prendieron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos deseables.

20Y a los que escaparon de la espada los llevó cautivos a Babilonia, donde fueron siervos de él y de sus hijos hasta que vino el reino de los persas,

21para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo gozado de su reposo sabático; porque todo el tiempo de su desolación reposó, hasta que los setenta años fueron cumplidos.

22Y en el primer año de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, Jehová despertó el espíritu de Ciro, rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra por todo su reino, y también por escrito, diciendo:

23Así dice Ciro, rey de Persia: Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra, y él me ha encargado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. El que de entre vosotros pertenezca a su pueblo, sea Jehová su Dios con él, y suba allá.



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