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martes, 17 de enero de 2012

Lectura Hablada de La Santa Biblia R-V 2009 SUD: Dia 18: Éxodo 1-4


Capítulo 1
Los hijos de Israel se multiplican — Son puestos en servidumbre por los egipcios — Faraón procura destruir a los hijos varones nacidos de mujeres hebreas.

1 Éstos son los nombres de los hijos de Israel que entraron en Egipto con Jacob; cada uno entró con su familia:

2 Rubén, Simeón, Leví y Judá;

3 Isacar, Zabulón y Benjamín;

4 Dan, y Neftalí, Gad y Aser.

5 Y todas las almas de los que salieron de los lomos de Jacob fueron setenta. Y José ya estaba en Egipto.

6 Y murieron José y todos sus hermanos y toda aquella generación.

7 Y los hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron, y fueron aumentados y fortalecidos en extremo, y la tierra se llenó de ellos.

8 Entretanto se levantó un nuevo rey sobre Egipto que no conocía a José,

9 el cual dijo a su pueblo: He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros.

10 Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique, y acontezca que, en caso de guerra, él también se una a nuestros enemigos, y pelee contra nosotros y se vaya de esta tierra.

11 Entonces pusieron sobre ellos capataces que los oprimiesen con sus cargas; y edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramesés.

12 Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de modo que los egipcios estaban fastidiados con los hijos de Israel.

13 Y los egipcios hicieron servir a los hijos de Israel con dureza,

14 y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigor.

15 Y habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra y la otra Fúa,

16 y les dijo: Cuando asistáis a las hebreas en sus partos y miréis sobre el lecho de parto, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces que viva.

17 Mas las parteras temieron a Dios y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños.

18 Y el rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo: ¿Por qué habéis hecho esto, que habéis preservado la vida a los niños?

19 Y las parteras respondieron a Faraón: Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias, pues son robustas y dan a luz antes que la partera venga a ellas.

20 Y Dios hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran manera.

21 Y sucedió que, por haber las parteras temido a Dios, él les hizo casas.

22 Entonces Faraón mandó a todo su pueblo, diciendo: Echad al río a todo hijo que nazca, y a toda hija preservad la vida.

Capítulo 2

Moisés nace de padres levitas, es criado por la hija de Faraón, mata a un egipcio en defensa de un israelita, huye a Madián y se casa con Séfora — Israel en servidumbre clama a Jehová.

1 Un hombre de la familia de Leví fue y tomó por esposa a una hija de Leví,

2 la que concibió y dio a luz un hijo; y al ver que era hermoso, le tuvo escondido tres meses.

3 Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y la puso entre los juncos a la orilla del río.

4 Y una hermana suya se puso a lo lejos para ver lo que le acontecería.

5 Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla entre los juncos y envió a una criada suya para que la tomase.

6 Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste.

7 Entonces la hermana del niño le dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas para que te críe a este niño?

8 Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella y llamó a la madre del niño,

9 a la cual dijo la hija de Faraón: Lleva este niño y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño y lo crió.

10 Y cuando el niño creció, ella lo llevó a la hija de Faraón, la cual lo adoptó y le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué.

11 Y en aquellos días acaeció que, crecido ya Moisés, salió a sus hermanos y vio sus cargas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos.

12 Entonces miró a todas partes, y viendo que no había nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena.

13 Y al día siguiente salió y, viendo a dos hebreos que reñían, le dijo al culpable: ¿Por qué golpeas a tu prójimo?

14 Y él respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo y dijo: Ciertamente esto se ha descubierto.

15 Y cuando oyó Faraón de este asunto, procuró matar a Moisés; pero Moisés huyó de delante de Faraón y habitó en la tierra de Madián; y allí se sentó junto a un pozo.

16 Tenía el sacerdote de Madián siete hijas, las cuales fueron a sacar agua para llenar las pilas y dar de beber a las ovejas de su padre.

17 Mas los pastores vinieron y las echaron. Entonces Moisés se levantó y las defendió, y abrevó sus ovejas.

18 Y cuando ellas volvieron a Reuel, su padre, él les dijo: ¿Por qué habéis venido hoy tan pronto?

19 Y ellas respondieron: Un varón egipcio nos defendió de manos de los pastores, y también sacó el agua y abrevó las ovejas.

20 Y dijo a sus hijas: ¿Y dónde está? ¿Por qué habéis dejado a ese hombre? Llamadle para que coma pan.

21 Y Moisés convino en morar con aquel hombre; y él le dio su hija Séfora a Moisés.

22 Y ella le dio a luz un hijo, y él le puso por nombre Gersón, porque dijo: Peregrino soy en tierra ajena.

23 Y aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre.

24 Y oyó Dios el gemido de ellos y se acordó de su convenio con Abraham, con Isaac y con Jacob.

25 Y miró Dios a los hijos de Israel y los reconoció Dios.

Capítulo 3

Jehová se aparece a Moisés en la zarza ardiente — Se llama a Moisés a librar a Israel de la servidumbre — Jehová se identifica a Sí mismo como el Dios de Abraham, y de Isaac y de Jacob, y como el Gran Yo Soy — Promete herir a Egipto y sacar a Su pueblo con gran riqueza.

1 Y apacentando Moisés las ovejas de su suegro Jetro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas más allá del desierto y llegó a Horeb, monte de Dios.

2 Y se le apareció el ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró y vio que la zarza ardía en fuego, mas la zarza no se consumía.

3 Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta gran maravilla, por qué causa la zarza no se quema.

4 Y viendo Jehová que él iba a mirar, lo llamó Dios de en medio de la zarza y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.

5 Y dijo: No te acerques acá; quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás tierra santa es.

6 Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.

7 Y dijo Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus opresores, pues conozco sus angustias.

8 Y he descendido para librarlos de manos de los egipcios y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a una tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.

9 El clamor, pues, de los hijos de Israel ha llegado ante mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen.

10 Ve, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los hijos de Israel.

11 Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón y saque de Egipto a los hijos de Israel?

12 Y él le respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: Cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte.

13 Y dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros; si ellos me preguntan: ¿Cuál es su nombre? ¿Qué les responderé?

14 Y respondió Dios a Moisés: Yo Soy el que Soy. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: Yo Soy me ha enviado a vosotros.

15 Y además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Éste es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de mí por todos los siglos.

16 Ve, y reúne a los ancianos de Israel y diles: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: De cierto os he visitado y he visto lo que se os hace en Egipto;

17 y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, y del heteo, y del amorreo, y del ferezeo, y del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel.

18 Y oirán tu voz; e irás tú con los ancianos de Israel al rey de Egipto, y le diréis: Jehová, el Dios de los hebreos, ha venido a nuestro encuentro; por tanto, nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, para ofrecer sacrificios a Jehová nuestro Dios.

19 Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir si no es por mano fuerte.

20 Pero yo extenderé mi mano y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir.

21 Y yo daré a este pueblo gracia ante los ojos de los egipcios, para que cuando partáis no salgáis con las manos vacías,

22 sino que pedirá cada mujer a su vecina y a su huéspeda objetos de plata, objetos de oro y vestidos, los cuales pondréis sobre vuestros hijos y vuestras hijas; así despojaréis a Egipto.

Capítulo 4

Jehová da señales a Moisés — Aarón es escogido como portavoz — Israel es el primogénito de Jehová y debe ser librado para servirle — El hijo de Moisés es circuncidado — Moisés y Aarón dirigen a Israel en adoración.

1 Entonces Moisés respondió y dijo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz, porque dirán: No se te ha aparecido Jehová.

2 Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara.

3 Y él le dijo: Échala en tierra. Y él la echó en tierra, y se convirtió en una serpiente; y Moisés huía de ella.

4 Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano y tómala por la cola. Y él extendió su mano y la tomó, y volvió a ser vara en su mano.

5 Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.

6 Y además le dijo Jehová: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve.

7 Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno. Y él volvió a meter su mano en su seno, y volviéndola a sacar del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne.

8 Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren la voz de la primera señal, creerán la voz de la postrera.

9 Y si aún no creyeren a estas dos señales, ni oyeren tu voz, tomarás de las aguas del río y las derramarás en tierra; y aquellas aguas que saques del río se volverán sangre sobre la tierra.

10 Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! Yo no soy hombre de fácil palabra, ni en el pasado, ni desde que tú hablas a tu siervo, porque soy tardo en el habla y torpe de lengua.

11 Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo, Jehová?

12 Ahora pues, ve, que yo estaré en tu boca, y te enseñaré lo que has de decir.

13 Y él dijo: ¡Ay, Señor! Envía por mano del que tú quieras enviar.

14 Entonces Jehová se enojó contra Moisés y le dijo: ¿No conozco yo a tu hermano Aarón, el levita? Yo sé que él habla bien. Y he aquí que él saldrá a recibirte, y al verte, se alegrará en su corazón.

15 Tú hablarás a él y pondrás en su boca las palabras, y yo estaré en tu boca y en la suya, y os enseñaré lo que habéis de hacer.

16 Y él hablará por ti al pueblo; y él te será a ti en lugar de boca, y tú serás para él en lugar de Dios.

17 Y tomarás en tu mano esta vara, con la cual harás las señales.

18 Así se fue Moisés, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: Iré ahora, y volveré a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz.

19 Dijo también Jehová a Moisés en Madián: Ve, y vuelve a Egipto, porque han muerto todos los que procuraban tu muerte.

20 Entonces Moisés tomó a su esposa y a sus hijos, y los puso sobre un asno y volvió a la tierra de Egipto; tomó también Moisés la vara de Dios en su mano.

21 Y dijo Jehová a Moisés: Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo.

22 Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito.

23 Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo para que me sirva, pero no has querido dejarlo ir; he aquí, yo voy a matar a tu hijo, tu primogénito.

24 Y aconteció en el camino, en una posada, que le salió al encuentro Jehová y quiso matarlo.

25 Entonces Séfora tomó un pedernal afilado, y cortó el prepucio de su hijo y lo echó a los pies de Moisés, diciendo: A la verdad tú me eres un esposo de sangre.

26 Así le dejó ir. Y ella dijo: Esposo de sangre, a causa de la circuncisión.

27 Y Jehová dijo a Aarón: Ve a recibir a Moisés al desierto. Y él fue, y lo encontró en el monte de Dios y le besó.

28 Entonces contó Moisés a Aarón todas las palabras de Jehová con las que le enviaba y todas las señales que le había dado.

29 Y fueron Moisés y Aarón y reunieron a todos los ancianos de los hijos de Israel.

30 Y habló Aarón todas las palabras que Jehová había dicho a Moisés, e hizo las señales delante de los ojos del pueblo.

31 Y el pueblo creyó; y al oír que Jehová había visitado a los hijos de Israel y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron.




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Lectura Hablada de La Santa Biblia R-V 2009 SUD: Dia 17: Génesis 49-50

Capítulo 49

Jacob bendice a sus hijos y a su descendencia — Rubén, Simeón y Leví son castigados — Judá legislará hasta que Siloh (Cristo) venga — José es una rama fructífera junto a una fuente — Sus vástagos (los nefitas y los lamanitas) han de extenderse sobre el muro — El Pastor y Roca de Israel (Cristo) bendecirá a José temporal y espiritualmente — Jacob desea ser sepultado con sus padres en Canaán — Jacob expira y es reunido con sus padres.

1 Y llamó Jacob a sus hijos y dijo: Reuníos y os declararé lo que os ha de acontecer en los postreros días.

2

Juntaos y oíd, hijos de Jacob,
y escuchad a vuestro padre Israel.

3

Rubén, tú eres mi primogénito,
mi fortaleza y el principio de mi vigor;
principal en dignidad, principal en poder.

4

Impetuoso como las aguas, no serás el principal,
por cuanto subiste al lecho de tu padre;
entonces te envileciste, subiendo a mi lecho.

5

Simeón y Leví son hermanos;
instrumentos de violencia son sus armas.

6

En su consejo no entre mi alma,
ni mi honra se junte en su compañía,
porque en su furor mataron hombres
y en su temeridad desjarretaron toros.

7

Maldito su furor, que fue fiero;
y su ira, que fue dura.
Yo los apartaré en Jacob,
y los esparciré en Israel.

8

Judá, te alabarán tus hermanos;
tu mano estará en la cerviz de tus enemigos;
los hijos de tu padre se inclinarán ante ti.

9

Cachorro de león es Judá;
de la presa subiste, hijo mío.
Se encorvó, se echó como león,
así como león viejo; ¿quién lo despertará?

10

No será quitado el cetro de Judá,
ni el legislador de entre sus pies,
hasta que venga Siloh;
y a él se congregarán los pueblos.

11

Atando a la vid su pollino
y a la cepa el hijo de su asna,
lavó en el vino su vestido
y en la sangre de uvas su manto.

12

Sus ojos son más oscuros que el vino,
y sus dientes más blancos que la leche.

13

Zabulón en puertos de mar habitará,
y será para puerto de naves;
y su frontera hasta Sidón.

14

Isacar, asno fuerte
echado entre dos alforjas.

15

Y vio que el descanso era bueno
y que la tierra era deleitosa;
y bajó su hombro para llevar
y sirvió en tributo.

16

Dan juzgará a su pueblo
como una de las tribus de Israel.

17

Será Dan serpiente junto al camino,
víbora junto a la senda,
que muerde los talones de los caballos
y hace caer hacia atrás al jinete.

18

Tu salvación he esperado, oh Jehová.

19

Gad, ejército lo acometerá;
mas él acometerá al final.

20

El pan de Aser será sustancioso,
y él dará deleites de rey.

21

Neftalí, cierva suelta
que dirá palabras hermosas.

22

Rama fructífera es José,
rama fructífera junto a una fuente,
cuyos vástagos se extienden sobre el muro.

23

Y le causaron amargura,
y le asaetearon,
y le aborrecieron los arqueros;

24

mas su arco se mantuvo firme,
y los brazos de sus manos se fortalecieron
por las manos del Fuerte de Jacob
(de allí es el Pastor, la Roca de Israel),

25

por el Dios de tu padre, el que te ayudará,
y por el Omnipotente, el que te bendecirá
con bendiciones de los cielos de arriba,
con bendiciones del abismo que está abajo,
con bendiciones de los pechos y de la matriz.

26

Las bendiciones de tu padre
fueron mayores que las bendiciones de mis progenitores;
hasta el término de los collados eternos
serán sobre la cabeza de José,
y sobre la coronilla del consagrado de entre sus hermanos.

27

Benjamín es lobo rapaz;
a la mañana comerá la presa
y a la tarde repartirá los despojos.

28 Todas éstas son las doce tribus de Israel, y esto fue lo que su padre les dijo cuando los bendijo; a cada uno por su bendición los bendijo.

29 Les mandó luego y les dijo: Yo voy a ser reunido con mi pueblo; sepultadme con mis padres en la cueva que está en el campo de Efrón, el heteo,

30 en la cueva que está en el campo de Macpela, que está delante de Mamre en la tierra de Canaán, la cual compró Abraham con el mismo campo de Efrón, el heteo, para heredad de sepultura.

31 Allí sepultaron a Abraham y a Sara, su esposa; allí sepultaron a Isaac y a Rebeca, su esposa; allí también sepulté yo a Lea.

32 El campo y la cueva que está en él fueron comprados a los hijos de Het.

33 Y cuando acabó Jacob de dar mandamientos a sus hijos, encogió sus pies en la cama y expiró, y fue reunido con su pueblo.

Capítulo 50

El cuerpo de Jacob es embalsamado — José lo sepulta en Canaán — José consuela a sus hermanos — Los hijos de Israel se multiplican — José promete que Dios sacará a Israel de Egipto y lo llevará a Canaán — José muere en Egipto y es embalsamado.

1 Entonces se echó José sobre el rostro de su padre, y lloró sobre él y lo besó.

2 Y mandó José a sus siervos los médicos que embalsamasen a su padre; y los médicos embalsamaron a Israel.

3 Y se le cumplieron cuarenta días, porque así se cumplían los días de los que eran embalsamados, y lo lloraron los egipcios setenta días.

4 Y pasados los días de su duelo, habló José a los de la casa de Faraón, diciendo: Si he hallado ahora gracia ante vuestros ojos, os ruego que habléis a oídos de Faraón, diciendo:

5 Mi padre me hizo jurar, diciendo: He aquí, yo muero; en el sepulcro que yo cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepultarás; ruego, pues, que me permitas ir allá ahora y sepultar a mi padre, y entonces volveré.

6 Y Faraón dijo: Ve y sepulta a tu padre, como él te hizo jurar.

7 Entonces José subió a sepultar a su padre; y subieron con él todos los siervos de Faraón, los ancianos de su casa y todos los ancianos de la tierra de Egipto.

8 Y toda la casa de José, y sus hermanos y la casa de su padre; solamente dejaron en la tierra de Gosén a sus niños, y sus ovejas y sus vacas.

9 Y subieron también con él carros y gente de a caballo, y se hizo un cortejo muy grande.

10 Y llegaron hasta la era de Atad, que está al otro lado del Jordán, y endecharon allí con grande y muy triste lamentación; y José hizo duelo por su padre durante siete días.

11 Y viendo los moradores de la tierra, los cananeos, el duelo en la era de Atad, dijeron: Duelo grande es éste de los egipcios; por eso fue llamado su nombre Abel-mizraim, que está al otro lado del Jordán.

12 Hicieron, pues, sus hijos con él según les había mandado;

13 pues lo llevaron sus hijos a la tierra de Canaán y lo sepultaron en la cueva del campo de Macpela, la que había comprado Abraham, con el mismo campo, para heredad de sepultura, a Efrón, el heteo, delante de Mamre.

14 Y volvió José a Egipto, él y sus hermanos y todos los que subieron con él a sepultar a su padre, después que lo hubo sepultado.

15 Y viendo los hermanos de José que su padre había muerto, dijeron: Quizá nos aborrezca José y nos dé el pago de todo el mal que le hicimos.

16 Y enviaron a decir a José: Tu padre mandó antes de su muerte, diciendo:

17 Así diréis a José: Te ruego que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque te trataron mal; por tanto, ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban.

18 Y vinieron también sus hermanos, y se postraron delante de él y dijeron: Aquí nos tienes por siervos tuyos.

19 Y les respondió José: No temáis, ¿acaso estoy yo en lugar de Dios?

20 Vosotros pensasteis hacerme mal, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener con vida a un pueblo numeroso.

21 Ahora, pues, no tengáis miedo; yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos. Así los consoló y les habló al corazón.

22 Y moró José en Egipto, él y la casa de su padre; y vivió José ciento diez años.

23 Y vio José los hijos de Efraín hasta la tercera generación; también los hijos de Maquir, hijo de Manasés, fueron criados sobre las rodillas de José.

24 Y José dijo a sus hermanos: Yo voy a morir; mas Dios ciertamente os visitará y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob.

25 Y José hizo jurar a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis llevar de aquí mis huesos.

26 Y murió José a la edad de ciento diez años; y lo embalsamaron, y fue puesto en un ataúd en Egipto.



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