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sábado, 3 de noviembre de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 235: Jeremías 49-52


Capítulo 49
Juicio y destrucción vendrán sobre los pueblos de Amón, de Edom, de Cedar, de Hazor y de Elam.

1 Acerca de los hijos de Amón. Así ha dicho Jehová: ¿No tiene hijos Israel? ¿No tiene heredero? ¿Por qué Milcom ha tomado como heredad a Gad, y su pueblo habita en sus ciudades?

2Por tanto, he aquí, vienen días, ha dicho Jehová, en que haré oír clamor de guerra en Rabá de los hijos de Amón; y será convertida en montón de ruinas, y sus aldeas serán quemadas con fuego, e Israel tomará como heredad a los que los tomaron a ellos, ha dicho Jehová.

3Aúlla, oh Hesbón, porque Hai ha sido destruida; clamad, hijas de Rabá, vestíos de cilicio, lamentaos y corred de un lado a otro por entre los vallados, porque Milcom irá al cautiverio junto con sus sacerdotes y sus príncipes.

4¿Por qué te glorías de los valles?, de tu fértil valle, oh hija rebelde, la que confía en sus tesoros, la que dice: ¿Quién vendrá contra mí?

5He aquí, yo traigo sobre ti espanto, dice el Señor, Jehová de los ejércitos, de todos tus alrededores; y será expulsado cada uno por su lado, y no habrá quien recoja a los fugitivos.

6Y después de esto haré volver de la cautividad a los hijos de Amón, dice Jehová.

7Acerca de Edom. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: ¿No hay más sabiduría en Temán? ¿Ha perecido el consejo de los prudentes? ¿Ha desaparecido su sabiduría?

8Huid, volved atrás, habitad en lugares profundos, oh moradores de Dedán, porque la calamidad de Esaú traeré sobre él en el tiempo en que lo castigue.

9Si vendimiadores vinieran contra ti, ¿no dejarían rebuscos? Si ladrones vinieran de noche, ¿tomarían lo que les bastara?

10Mas yo he desnudado a Esaú, he descubierto sus escondrijos, y no podrá esconderse; será destruida su descendencia, y sus hermanos y sus vecinos, y dejará de ser.

11Deja tus huérfanos; yo los mantendré vivos; y confíen en mí tus viudas.

12Porque así ha dicho Jehová: He aquí que los que no estaban sentenciados a beber de la copa ciertamente beberán; ¿y serás tú el que sea absuelto del todo? No serás absuelto, sino que ciertamente beberás.

13Porque por mí he jurado, dice Jehová, que asolamiento, oprobio, desolación y maldición será Bosra; y todas sus ciudades serán desolaciones perpetuas.

14He oído la noticia de parte de Jehová, y un mensajero ha sido enviado a las naciones, diciendo: Juntaos, y venid contra ella y subid a la batalla.

15Porque he aquí, te haré pequeño entre las naciones, menospreciado entre los hombres.

16Te engañaron el pavor que infundías y la soberbia de tu corazón. Tú, que habitas en las hendiduras de las peñas, que alcanzas la altura del monte; aunque eleves tu nido como el águila, de allí te haré descender, dice Jehová.

17Y será Edom una desolación; todo aquel que pase por ella se asombrará y se burlará de todas sus plagas.

18Como en la destrucción de Sodoma y de Gomorra, y de sus ciudades vecinas, dice Jehová, no morará allí nadie, ni la habitará hijo de hombre.

19He aquí que subirá como león de la espesura del Jordán contra la morada de los fuertes, porque muy pronto los haré huir de ella; y al que sea escogido se lo encargaré, porque, ¿quién es semejante a mí? ¿Y quién me emplazará? ¿Y quién será aquel pastor que me podrá resistir?

20Por tanto, oíd el consejo de Jehová que ha acordado contra Edom, y sus designios que ha decretado contra los moradores de Temán. Ciertamente a los más pequeños del rebaño los arrastrarán, y destruirán sus moradas junto con ellos.

21Al estruendo de la caída de ellos, la tierra temblará, y el grito de su voz se oirá en el Mar Rojo.

22He aquí que como águila subirá, y volará y extenderá sus alas contra Bosra; y el corazón de los valientes de Edom será en aquel día como el corazón de mujer en angustia.

23Acerca de Damasco. Se avergonzaron Hamat y Arfad, porque oyeron malas nuevas; en el mar hay angustia; no logra sosegarse.

24Se debilitó Damasco; se volvió para huir, y el pánico se apoderó de ella; angustia y dolores le sobrevinieron, como de mujer que está de parto.

25¿Por qué no ha sido abandonada la ciudad alabada, ciudad de mi gozo?

26Por tanto, sus jóvenes caerán en sus plazas, y todos los hombres de guerra morirán en aquel día, ha dicho Jehová de los ejércitos.

27Y prenderé fuego al muro de Damasco, y consumirá los palacios de Ben-adad.

28Acerca de Cedar y de los reinos de Hazor, los cuales asoló Nabucodonosor, rey de Babilonia. Así ha dicho Jehová: Levantaos, subid contra Cedar y destruid a los hijos del oriente.

29Sus tiendas y sus ganados tomarán; sus cortinas, y todos sus utensilios y sus camellos tomarán para sí; y gritarán contra ellos: ¡Hay terror por todas partes!

30Huid, marchaos muy lejos, habitad en lugares profundos, oh moradores de Hazor, dice Jehová; porque tomó consejo contra vosotros Nabucodonosor, rey de Babilonia, y contra vosotros ha trazado designio.

31Levantaos, subid contra una nación pacífica que vive confiadamente, dice Jehová, que no tiene puertas ni cerrojos, que vive solitaria.

32Y serán sus camellos tomados como botín y la multitud de sus ganados como despojo; y los esparciré a todos los vientos, a los que se rapan las sienes, y de todos lados les traeré su ruina, dice Jehová.

33Y Hazor será guarida de chacales, desolación para siempre; nadie morará allí, ni la habitará hijo de hombre.

34La palabra de Jehová que vino al profeta Jeremías acerca de Elam, al principio del reinado de Sedequías, rey de Judá, diciendo:

35Así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que yo quiebro el arco de Elam, parte principal de su fortaleza.

36Y traeré sobre Elam los cuatro vientos desde los cuatro puntos del cielo, y los esparciré por todos estos vientos; y no habrá nación adonde no lleguen los expulsados de Elam.

37Y haré que Elam se atemorice delante de sus enemigos y delante de los que buscan su vida; y traeré sobre ellos el mal y el furor de mi enojo, dice Jehová; y enviaré en pos de ellos la espada hasta que los acabe.

38Y pondré mi trono en Elam, y desde allí destruiré al rey y a los príncipes, dice Jehová.

39Mas acontecerá en los últimos días que haré volver a los cautivos de Elam, dice Jehová.

Capítulo 50

Babilonia será destruida y nunca más se volverá a levantar — El esparcido pueblo de Israel será llevado de nuevo a las tierras de su herencia.

1La palabra que habló Jehová contra Babilonia, contra la tierra de los caldeos, por medio del profeta Jeremías:

2Anunciadlo en las naciones y hacedlo saber; levantad también estandarte; publicadlo y no lo encubráis; decid: Tomada ha sido Babilonia, Bel está avergonzado, destrozado está Merodac; avergonzadas están sus imágenes, destrozados están sus ídolos.

3Porque sube contra ella una nación del norte, la cual pondrá su tierra en desolación; y no habrá ni hombre ni animal que en ella more; habrán huido, se habrán ido.

4En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehová, vendrán los hijos de Israel, ellos y los hijos de Judá juntamente; e irán andando y llorando, y buscarán a Jehová su Dios.

5Preguntarán por el camino de Sión, hacia donde volverán sus rostros, diciendo: Venid y unámonos a Jehová en un convenio eterno que jamás se echará en el olvido.

6Como ovejas perdidas ha sido mi pueblo; sus pastores las hicieron errar; por los montes las descarriaron; anduvieron de monte en collado; se olvidaron de sus rediles.

7Todos los que los hallaban los devoraban; y decían sus enemigos: No somos culpables, porque ellos pecaron contra Jehová, morada de justicia, contra Jehová, la esperanza de sus padres.

8Huid de en medio de Babilonia, y salid de la tierra de los caldeos y sed como los machos cabríos que van delante del rebaño.

9Porque he aquí que yo levanto y hago subir contra Babilonia una reunión de grandes pueblos de la tierra del norte; y desde allí se prepararán contra ella, y será conquistada; sus flechas son como las de un valiente diestro que no volverá con las manos vacías.

10Y Caldea será para botín; todos los que la saqueen se saciarán, dice Jehová.

11Porque os alegrasteis, porque os gozasteis, saqueadores de mi heredad, porque os llenasteis como becerra sobre la hierba y relinchasteis como caballos.

12Vuestra madre se avergonzará mucho; se afrentará la que os dio a luz; he aquí, será la última de las naciones: desierto, sequedal y páramo.

13Por la ira de Jehová no será habitada, sino que será asolada toda ella; todo hombre que pase por Babilonia se asombrará y se burlará de todas sus plagas.

14Poneos en orden de batalla contra Babilonia, rodeadla todos los que tensáis arco; tirad contra ella y no escatiméis saetas, porque pecó contra Jehová.

15Gritad contra ella en derredor; se ha rendido; han caído sus cimientos; derribados son sus muros, porque ésta es la venganza de Jehová. Tomad venganza de ella; haced con ella como ella hizo.

16Talad de Babilonia al sembrador y al que mete la hoz en el tiempo de la siega; ante la espada opresora cada cual volverá el rostro hacia su pueblo, cada cual huirá hacia su tierra.

17Rebaño descarriado es Israel; leones lo ahuyentaron; el rey de Asiria lo devoró primero, y Nabucodonosor, rey de Babilonia, lo deshuesó después.

18Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: He aquí que yo castigo al rey de Babilonia y a su tierra, como castigué al rey de Asiria.

19Y volveré a traer a Israel a su morada, y pacerá en el Carmelo y en Basán; y en los montes de Efraín y en Galaad se saciará su alma.

20En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehová, la maldad de Israel será buscada, y no aparecerá; y los pecados de Judá, y no se hallarán, porque perdonaré a los que yo haya dejado.

21Sube contra la tierra de Merataim, contra ella y contra los moradores de Pecod; destruye y mata en pos de ellos, dice Jehová, y haz conforme a todo lo que yo te he mandado.

22Estruendo de guerra hay en la tierra, y gran destrucción.

23¡Cómo fue cortado y quebrado el martillo de toda la tierra! ¡Cómo se convirtió Babilonia en desolación entre las naciones!

24Te puse trampas, y así fuiste tomada, oh Babilonia, y tú no lo supiste; fuiste hallada, y también apresada, porque provocaste a Jehová.

25Abrió Jehová su arsenal y sacó las armas de su furor, porque ésta es obra de Jehová Dios de los ejércitos, en la tierra de los caldeos.

26Venid contra ella desde el extremo de la tierra; abrid sus almacenes; convertidla en montones de ruinas y destruidla; que no le quede nada.

27Matad a todos sus novillos; que vayan al matadero. ¡Ay de ellos, porque ha llegado su día, el tiempo de su castigo!

28Voz de los que huyen y escapan de la tierra de Babilonia, para dar las nuevas en Sión de la venganza de Jehová nuestro Dios, de la venganza de su templo.

29Haced juntar contra Babilonia flecheros, a todos los que tensan arco; acampad contra ella alrededor; no escape de ella ninguno. Pagadle según su obra; conforme a todo lo que ella hizo, haced con ella, porque contra Jehová se ensoberbeció, contra el Santo de Israel.

30Por tanto, sus jóvenes caerán en sus plazas y todos sus hombres de guerra serán talados en aquel día, dice Jehová.

31He aquí, yo estoy contra ti, oh arrogante, dice el Señor, Jehová de los ejércitos, porque tu día ha llegado, el tiempo en que te castigaré.

32Y la arrogante tropezará y caerá, y no tendrá quien la levante; y prenderé fuego a sus ciudades y quemaré todos sus alrededores.

33Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Oprimidos juntamente fueron los hijos de Israel y los hijos de Judá; y todos los que los tomaron cautivos los retuvieron; no los quisieron soltar.

34El redentor de ellos es fuerte; Jehová de los ejércitos es su nombre. De cierto abogará la causa de ellos, para hacer reposar la tierra y turbar a los moradores de Babilonia.

35Espada contra los caldeos, dice Jehová, y contra los moradores de Babilonia, y contra sus príncipes y contra sus sabios.

36Espada contra los adivinos, y se entontecerán; espada contra sus valientes, y serán destruidos.

37Espada contra sus caballos, y contra sus carros y contra todo el extranjero que está en medio de ella, y serán como mujeres; espada contra sus tesoros, y serán saqueados.

38Sequedad sobre sus aguas, y se secarán; porque es tierra de imágenes talladas, y con sus ídolos se enloquecen.

39Por tanto, allí morarán las fieras monteses con los chacales; morarán también en ella los polluelos de avestruz; y nunca más será poblada ni será habitada de generación en generación.

40Como en la destrucción que Dios hizo de Sodoma, y de Gomorra y de sus ciudades vecinas, dice Jehová, así no morará allí hombre, ni hijo de hombre la habitará.

41He aquí, viene un pueblo del norte, una nación grande, y muchos reyes se levantarán de los extremos de la tierra.

42Arco y lanza empuñarán; serán crueles y no tendrán compasión; su voz rugirá como el mar, y montarán a caballo; se pondrán en orden de batalla contra ti, oh hija de Babilonia.

43Oyó la noticia el rey de Babilonia, y sus manos se debilitaron; la angustia se apoderó de él, dolor como de mujer que está de parto.

44He aquí que subirá como león de la espesura del Jordán contra la morada de los fuertes, porque muy pronto los haré huir de ella; y al que sea escogido se lo encargaré, porque, ¿quién es semejante a mí? ¿Quién me emplazará? ¿Quién será aquel pastor que me podrá resistir?

45Por tanto, oíd el consejo que Jehová ha acordado contra Babilonia, y sus designios que ha decretado contra la tierra de los caldeos. Ciertamente a los más pequeños del rebaño los arrastrarán, y destruirán sus moradas junto con ellos.

46Al grito de la toma de Babilonia la tierra tembló, y el clamor se oyó entre las naciones.

Capítulo 51

Juicios, destrucción y desolación vendrán sobre Babilonia por sus pecados — Se manda a Israel: Huid de Babilonia — Israel es la vara de Jehová para destruir todos los reinos.

1Así ha dicho Jehová: He aquí que yo levanto un viento destructor contra Babilonia y contra sus moradores que se levantan contra mí.

2Y enviaré a Babilonia aventadores que la avienten, y vaciarán su tierra; porque estarán contra ella por todas partes en el día del mal.

3Diré al flechero que tensa su arco y al que se levanta con su coraza: No perdonéis a sus jóvenes; destruid totalmente su ejército.

4Y caerán muertos en la tierra de los caldeos y alanceados en sus calles.

5Porque Israel y Judá no han sido abandonados por su Dios, Jehová de los ejércitos, aunque su tierra estaba llena de pecado contra el Santo de Israel.

6Huid de en medio de Babilonia, y salve cada uno su vida, para que no perezcáis a causa de su maldad; porque el tiempo es de la venganza de Jehová; le dará su pago.

7Copa de oro fue Babilonia en la mano de Jehová, que embriagó a toda la tierra; de su vino bebieron las naciones; se enloquecieron, por tanto, las naciones.

8De repente cayó Babilonia y se despedazó; aullad sobre ella; llevad bálsamo para su dolor; quizá sane.

9Quisimos curar a Babilonia, pero no ha sanado; dejadla, y váyase cada uno a su tierra, porque ha llegado hasta el cielo su juicio y se ha alzado hasta las nubes.

10Jehová sacó a luz nuestras justicias; venid y contemos en Sión la obra de Jehová nuestro Dios.

11¡Limpiad las saetas! ¡Embrazad los escudos! Ha despertado Jehová el espíritu de los reyes de Media, porque contra Babilonia es su designio para destruirla; porque la venganza es de Jehová, la venganza de su templo.

12Levantad bandera sobre los muros de Babilonia; reforzad la guardia, poned centinelas, disponed las emboscadas, porque Jehová ha deliberado y ha puesto en efecto lo que ha dicho sobre los moradores de Babilonia.

13Tú que moras entre muchas aguas, rica en tesoros, ha llegado tu fin, la medida de tu codicia.

14Jehová de los ejércitos juró por sí mismo, diciendo: Yo te llenaré de hombres como de langostas, y levantarán contra ti gritería.

15Él es el que hizo la tierra con su poder, el que afirmó el mundo con su sabiduría y extendió los cielos con su inteligencia.

16Cuando emite su voz, hay multitud de aguas en el cielo, y hace subir las nubes desde los confines de la tierra; él hace relámpagos con la lluvia y saca el viento de sus depósitos.

17Todo hombre se ha embrutecido y le ha faltado conocimiento; y todo artífice se avergüenza de su escultura, porque mentira es su imagen de fundición, porque no hay espíritu en ella.

18Vanidad son, obra digna de burla; en el tiempo de su castigo perecerán.

19No es como ellos la porción de Jacob, porque él es el Hacedor de todo; e Israel es la vara de su heredad; Jehová de los ejércitos es su nombre.

20Martillo sois para mí, y armas de guerra; y por medio de ti destrozaré naciones, y por medio de ti destruiré reinos,

21y por medio de ti destrozaré caballos y a sus jinetes, y por medio de ti destrozaré carros y a los que suben en ellos.

22Asimismo por medio de ti destrozaré hombres y mujeres, y por medio de ti destrozaré viejos y jóvenes, y por medio de ti destrozaré jóvenes y doncellas.

23También destrozaré por medio de ti al pastor y a su rebaño; destrozaré por medio de ti a labradores y sus yuntas; y a gobernantes y a jefes destrozaré por medio de ti.

24Y pagaré a Babilonia y a todos los moradores de Caldea todo el mal que ellos hicieron en Sión delante de vuestros ojos, dice Jehová.

25He aquí, yo estoy contra ti, oh monte destructor, dice Jehová, porque destruiste toda la tierra; y extenderé mi mano contra ti, y te haré rodar desde las peñas y te convertiré en monte quemado.

26Y nadie tomará de ti piedra angular ni piedra para cimiento, porque perpetua desolación serás, ha dicho Jehová.

27Alzad bandera en la tierra; tocad trompeta en las naciones; preparad naciones contra ella; juntad contra ella los reinos de Ararat, de Mini y de Askenaz; señalad contra ella capitán; haced subir caballos como langostas erizadas.

28Preparad contra ella a las naciones, a los reyes de Media, a sus gobernantes, y a todos sus jefes y a toda la tierra de su dominio.

29Y temblará la tierra y se afligirá, porque se cumplirán contra Babilonia todos los designios de Jehová, para hacer de la tierra de Babilonia una desolación, sin ningún morador.

30Los valientes de Babilonia dejaron de pelear; se quedaron en sus fortalezas; les faltaron las fuerzas; se volvieron como mujeres; han sido incendiadas sus casas, rotos sus cerrojos.

31Correo se encontrará con correo, y mensajero se encontrará con mensajero, para anunciar al rey de Babilonia que su ciudad ha sido tomada por todas partes.

32Y los vados han sido tomados, y los cañaverales quemados con fuego, y están aterrados los hombres de guerra.

33Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: La hija de Babilonia es como una era en trilla; y de aquí a poco le llegará el tiempo de la siega.

34Me devoró, me desmenuzó Nabucodonosor, rey de Babilonia; me dejó como un vaso vacío; me tragó como un chacal; llenó su vientre con mis delicias y me expulsó.

35¡Caiga sobre Babilonia la violencia hecha contra mí y mi carne!, dirá la moradora de Sión; y, ¡caiga mi sangre sobre los moradores de Caldea, dirá Jerusalén!

36Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo abogaré por tu causa y llevaré a cabo tu venganza; y secaré su mar y haré secar su manantial.

37Y será Babilonia montones de ruinas, guarida de chacales, objeto de espanto y de burla, sin morador.

38A una rugirán como leones; como cachorros de león gruñirán.

39En medio de su calor les prepararé sus banquetes; y haré que se embriaguen, para que se alegren, y duerman un sueño eterno y no despierten, dice Jehová.

40Los haré descender como corderos al matadero, como carneros con machos cabríos.

41¡Cómo ha sido tomada Babilonia y capturada la que era alabada por toda la tierra! ¡Cómo ha venido a ser Babilonia objeto de espanto entre las naciones!

42Ha subido el mar sobre Babilonia; por la multitud de sus olas ha sido cubierta.

43Sus ciudades han quedado desoladas, la tierra seca y desierta, tierra en la que no morará nadie, ni pasará por ella hijo de hombre.

44Y castigaré a Bel en Babilonia y sacaré de su boca lo que se ha tragado; y no afluirán más a él las naciones, y el muro de Babilonia caerá.

45Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salve cada uno su vida del ardor de la ira de Jehová.

46Y no desmaye vuestro corazón, y no temáis a causa del rumor que se oirá en la tierra; en un año vendrá el rumor, y después en otro año, otro rumor, y violencia en la tierra y gobernante contra gobernante.

47Por tanto, he aquí, vienen días en que yo castigaré los ídolos de Babilonia; y toda su tierra será avergonzada, y todos sus muertos caerán en medio de ella.

48Entonces los cielos y la tierra, y todo lo que está en ellos, cantarán de gozo por lo de Babilonia, porque del norte vendrán sobre ella destructores, dice Jehová.

49Babilonia caerá por los muertos de Israel, así como también por Babilonia han caído los muertos de toda la tierra.

50Los que escapasteis de la espada, andad, no os detengáis; acordaos desde lejos de Jehová, y esté Jerusalén en vuestro corazón.

51Estamos avergonzados porque oímos la afrenta; la vergüenza cubrió nuestros rostros, porque han entrado extranjeros en los santuarios de la casa de Jehová.

52Por tanto, he aquí, vienen días, dice Jehová, en que yo castigaré sus ídolos, y en toda su tierra gemirán los heridos.

53Aunque Babilonia suba al cielo y se fortifique en las alturas su poder, de mi parte llegarán a ella destructores, dice Jehová.

54¡Clamor de alarido de Babilonia y gran quebranto de la tierra de los caldeos!

55Porque Jehová ha destruido a Babilonia y ha quitado de ella el gran bullicio; y braman sus olas como muchas aguas; resuena el estruendo de sus voces,

56porque ha venido destructor contra ella, contra Babilonia, y sus valientes son apresados; sus arcos están quebrados, porque Jehová, Dios de retribuciones, ciertamente dará la paga.

57Y embriagaré a sus jefes, y a sus sabios, a sus dirigentes, y a sus gobernantes y a sus valientes; y dormirán el sueño eterno y no despertarán, dice el Rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos.

58Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El muro ancho de Babilonia será derribado por completo, y sus altas puertas serán quemadas con fuego; y en vano trabajarán los pueblos, y la gente sólo para el fuego, y se cansarán.

59La palabra que envió el profeta Jeremías a Seraías hijo de Nerías, hijo de Maasías, cuando iba con Sedequías, rey de Judá, a Babilonia, en el cuarto año de su reinado. Y era Seraías el principal camarero.

60Escribió, pues, Jeremías en un libro todo el mal que había de venir sobre Babilonia, todas las palabras que están escritas contra Babilonia.

61Y dijo Jeremías a Seraías: Cuando llegues a Babilonia, y veas y leas todas estas cosas,

62dirás: Oh Jehová, tú has dicho contra este lugar que lo habías de destruir, hasta no quedar en él morador, ni hombre ni animal, y que para siempre ha de ser desolado.

63Y acontecerá que cuando acabes de leer este libro, le atarás una piedra y lo echarás en medio del Éufrates,

64y dirás: Así se hundirá Babilonia y no se levantará del mal que yo traigo sobre ella; y quedarán rendidos. Hasta aquí son las palabras de Jeremías.

Capítulo 52

Jerusalén es sitiada y tomada por los caldeos — Mucha gente, así como los utensilios de la casa de Jehová, son llevados a Babilonia.

1 Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. Y su madre se llamaba Hamutal, hija de Jeremías de Libna.

2E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todo lo que hizo Joacim.

3Y a causa de la ira de Jehová, por lo de Jerusalén y de Judá, él llegó a echarlos de su presencia; y se rebeló Sedequías contra el rey de Babilonia.

4Y aconteció que a los nueve años de su reinado, en el mes décimo, a los diez días del mes, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, él y todo su ejército, contra Jerusalén; y acamparon contra ella, y por todas partes edificaron contra ella muros de asedio.

5Y estuvo cercada la ciudad hasta el undécimo año del rey Sedequías.

6En el mes cuarto, a los nueve días del mes, prevaleció el hambre en la ciudad, hasta no haber pan para el pueblo de la tierra.

7Y se abrió una brecha en la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron y salieron de la ciudad de noche por el camino de la puerta entre los dos muros que había cerca del jardín del rey; y se fueron por el camino del desierto, estando aún los caldeos junto a la ciudad alrededor.

8Pero el ejército de los caldeos persiguió al rey, y alcanzaron a Sedequías en las llanuras de Jericó; y todo su ejército se dispersó de su lado.

9Entonces prendieron al rey y le llevaron ante el rey de Babilonia, a Ribla, en la tierra de Hamat, donde pronunció sentencia contra él.

10Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías ante sus propios ojos, y también degolló a todos los príncipes de Judá en Ribla.

11Entonces, a Sedequías le sacó los ojos y le ató con grilletes; y el rey de Babilonia lo hizo llevar a Babilonia, y lo puso en la casa de la cárcel hasta el día de su muerte.

12Y en el mes quinto, a los diez días del mes, que era el año diecinueve del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia, que servía delante del rey de Babilonia.

13Y quemó la casa de Jehová, y la casa del rey y todas las casas de Jerusalén; y quemó con fuego todo edificio de los grandes hombres.

14Y todo el ejército de los caldeos que venía con el capitán de la guardia destruyó todos los muros alrededor de Jerusalén.

15E hizo llevar cautivos Nabuzaradán, capitán de la guardia, a los pobres del pueblo y a toda la otra gente del pueblo que había quedado en la ciudad, y a los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia y a todo el resto de la multitud del pueblo.

16Mas de los pobres del país dejó Nabuzaradán, capitán de la guardia, para que fueran viñadores y labradores.

17Y los caldeos quebraron las columnas de bronce que estaban en la casa de Jehová, y las basas y el mar de bronce que estaba en la casa de Jehová, y llevaron todo el bronce de ella a Babilonia.

18Se llevaron también los calderos, y las palas, y las despabiladeras, y los tazones, y las cucharas y todos los utensilios de bronce con que se servía.

19Y las vasijas, y los incensarios, y los tazones, y las ollas, y los candeleros, y las cucharas y las tazas; lo que era de oro en oro, y lo que era de plata en plata, se lo llevó el capitán de la guardia.

20Con respecto a las dos columnas, el mar y los doce bueyes de bronce que estaban debajo de las basas, que había hecho el rey Salomón en la casa de Jehová, el peso del bronce de todo esto era incalculable.

21En cuanto a las columnas, la altura de cada columna era de dieciocho codos, y un hilo de doce codos la rodeaba; y su espesor era de cuatro dedos, y eran huecas.

22Y el capitel de bronce que había sobre ella era de una altura de cinco codos, con una red y granadas alrededor del capitel, todo de bronce; y lo mismo era lo que tenía la segunda columna con sus granadas.

23Y había noventa y seis granadas en cada hilera; en total había cien alrededor en la red.

24Tomó también el capitán de la guardia a Seraías, el sacerdote principal, y a Sofonías, el segundo sacerdote, y a tres guardias de la puerta.

25Y de la ciudad tomó a un oficial que era el encargado de los hombres de guerra, y a siete hombres de los consejeros cercanos del rey que se hallaban en la ciudad; y al principal escriba del ejército, que alistaba al pueblo de la tierra para la guerra; y a sesenta hombres del pueblo de la tierra que se hallaban dentro de la ciudad.

26Los tomó, pues, Nabuzaradán, capitán de la guardia, y los llevó al rey de Babilonia, a Ribla.

27Y el rey de Babilonia los hirió y los mató en Ribla, en la tierra de Hamat. Así Judá fue llevada cautiva lejos de su tierra.

28Éste es el pueblo que Nabucodonosor hizo llevar cautivo: En el año séptimo, a tres mil veintitrés judíos;

29en el año dieciocho hizo Nabucodonosor llevar cautivas de Jerusalén a ochocientas treinta y dos personas;

30en el año veintitrés de Nabucodonosor, llevó cautivas Nabuzaradán, capitán de la guardia, a setecientas cuarenta y cinco personas de los judíos; en total eran cuatro mil seiscientas personas.

31Y acaeció que en el año treinta y siete del cautiverio de Joaquín, rey de Judá, en el mes duodécimo, a los veinticinco días del mes, Evil-merodac, rey de Babilonia, en el año primero de su reinado, alzó la cabeza de Joaquín, rey de Judá, y lo sacó de la casa de la cárcel;

32y habló con él amigablemente e hizo poner su trono más alto que los tronos de los reyes que estaban con él en Babilonia.

33Y le cambió los vestidos de prisionero, y siempre comió pan delante de él todos los días de su vida.

34Y continuamente se le dio su sustento de parte del rey de Babilonia, una porción cada día, todos los días de su vida, hasta el día de su muerte.

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