Seguidores

lunes, 24 de septiembre de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 215: Isaías 38-40


Capítulo 38
La vida de Ezequías es prolongada quince años — El sol retrocede diez grados como una señal — Ezequías alaba y agradece a Jehová.

1En aquellos días cayó Ezequías enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová ha dicho así: Pon tu casa en orden, porque vas a morir y no vivirás más.

2Entonces volvió Ezequías su rostro hacia la pared, e hizo oración a Jehová.

3Y dijo: Oh Jehová, te ruego te acuerdes ahora de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y de que he hecho lo bueno ante tus ojos. Y lloró Ezequías con gran llanto.

4Entonces vino la palabra de Jehová a Isaías, diciendo:

5Ve y di a Ezequías: Jehová, Dios de tu padre David, dice así: Tu oración he oído y he visto tus lágrimas; he aquí que yo añado a tus días quince años.

6Y te libraré a ti y a esta ciudad de manos del rey de Asiria, y a esta ciudad defenderé.

7Y esto te será como señal de parte de Jehová, que Jehová hará esto que ha dicho:

8He aquí que yo haré retroceder la sombra los diez grados que ya ha descendido con el sol en el reloj de Acaz. Y el sol retrocedió diez grados, por los cuales ya había descendido.

9Escrito de Ezequías, rey de Judá, de cuando enfermó y sanó de su enfermedad:

10

Yo dije: En medio de mis días iré a las puertas del Seol;
privado soy del resto de mis años.

11

Dije: No veré a Jah , a Jah en la tierra de los vivientes;
ya no veré más a ningún hombre entre los moradores del mundo.

12

Mi morada ha sido arrebatada y alejada de mí, como tienda de pastor.
Como tejedor enrollé mi vida; él la cortará del telar; tú me consumirás entre el día y la noche.

13

Estuve en vela hasta la mañana. Como un león, él quebrará todos mis huesos;
de la mañana a la noche terminarás conmigo.

14

Como la grulla y como la golondrina me quejo;
gimo como la paloma; alzo hacia lo alto mis ojos.
Oh Jehová, estoy oprimido; ¡ampárame!

15

¿Qué diré? Él me lo dijo y él mismo lo ha hecho.
Andaré pausadamente en la amargura de mi alma todos los años de mi vida.

16

Oh Señor, por estas cosas viven los hombres;
en todas ellas está la vida de mi espíritu,
pues tú me restablecerás y harás que viva.

17

He aquí, amargura grande me sobrevino en la paz;
pero a ti te agradó librar mi vida de la fosa de corrupción,
porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados.

18

Porque el Seol no te agradecerá, ni la muerte te alabará.
Los que descienden a la fosa no esperarán tu verdad.

19

El que vive, el que vive, éste te alabará, como yo lo hago hoy;
el padre dará a conocer tu verdad a los hijos.

20

Jehová me salva;
por tanto, cantaremos mis cánticos al son de instrumentos de cuerda
en la casa de Jehová todos los días de nuestra vida.

21Y había dicho Isaías: Tomen una masa de higos y pónganla en la llaga, y sanará.

22Había asimismo dicho Ezequías: ¿Qué señal tendré de que subiré a la casa de Jehová?

Capítulo 39

Ezequías muestra sus riquezas a Babilonia — Isaías profetiza el cautiverio en Babilonia.

1En aquel tiempo Merodac-baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y un presente a Ezequías, porque había oído que Ezequías había estado enfermo y que había convalecido.

2Y se regocijó por ellos Ezequías y les mostró la casa de su tesoro: la plata, y el oro, y las especias, y los preciados ungüentos, y toda su casa de armas y todo lo que había en sus tesoros; no hubo cosa en su casa y en todo su dominio que Ezequías no les mostrase.

3Entonces el profeta Isaías vino al rey Ezequías y le dijo: ¿Qué han dicho estos hombres y de dónde han venido a ti? Y Ezequías le respondió: De lejanas tierras han venido a mí, de Babilonia.

4Dijo entonces: ¿Qué han visto en tu casa? Y dijo Ezequías: Todo lo que hay en mi casa han visto, y ninguna cosa hay de mis tesoros que no les haya mostrado.

5Entonces dijo Isaías a Ezequías: Oye la palabra de Jehová de los ejércitos:

6He aquí, vienen días en que será llevado a Babilonia todo lo que hay en tu casa y lo que tus padres han atesorado hasta hoy; ninguna cosa quedará, dice Jehová.

7Y de tus hijos que saldrán de ti, que tú habrás engendrado, los tomarán, y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia.

8Y dijo Ezequías a Isaías: La palabra de Jehová que has hablado es buena. Y añadió: A lo menos, habrá paz y verdad en mis días.

Capítulo 40

Isaías habla del Mesías — Preparad el camino de Jehová — Como pastor apacentará Su rebaño — El Dios de Israel es de grandeza incomparable.

1 Consolad , consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios.

2Hablad al corazón de Jerusalén y decidle a voces que su lucha ha terminado, que su iniquidad es perdonada, que ya ha recibido de la mano de Jehová el doble por todos sus pecados.

3Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino de Jehová; enderezad calzada en el yermo para nuestro Dios.

4Todo valle será alzado, y todo monte y collado serán bajados; y lo torcido será enderezado, y lo áspero será allanado.

5Entonces se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá, porque la boca de Jehová ha hablado.

6Una voz que decía: Da voces. Y él respondió: ¿Qué tengo que decir a voces? Toda carne es hierba, y toda su bondad como flor del campo.

7La hierba se seca, la flor se marchita, porque el aliento de Jehová sopla sobre ella; ciertamente el pueblo es hierba.

8Se seca la hierba, se marchita la flor, mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.

9Súbete sobre un monte alto, anunciadora de buenas nuevas de Sión; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de buenas nuevas de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡He aquí al Dios vuestro!

10He aquí, Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo gobernará por él; he aquí, su recompensa viene con él, y su obra está delante de él.

11Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo recogerá los corderos y en su seno los llevará; conducirá con ternura a las ovejas que todavía están criando.

12¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y la extensión de los cielos con su palmo, y puso en una medida el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados?

13¿Quién dirigió al espíritu de Jehová, o le aconsejó, enseñándole?

14¿A quién pidió consejo y quién le hizo entender? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó conocimiento o le mostró la senda del entendimiento?

15He aquí que las naciones son como una gota de un balde y consideradas como el polvo en la balanza; he aquí, él levanta las islas como al polvo fino.

16Ni el Líbano bastará para el fuego, ni todos sus animales para el holocausto.

17Todas las naciones son como nada delante de él; para él cuentan menos que nada y le son vanas.

18¿Con quién, pues, compararéis a Dios, o qué imagen le compondréis?

19El artífice funde la imagen tallada; el orfebre la recubre de oro y le labra cadenas de plata.

20El que es muy pobre para tal ofrenda escoge madera que no se pudra; se busca un maestro sabio, para que le haga una imagen tallada que no se mueva.

21¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿No os lo han dicho desde el principio? ¿No lo habéis entendido desde la fundación de la tierra?

22Él está sentado sobre la bóveda de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina y los despliega como una tienda para morar.

23Él reduce a la nada a los que gobiernan y a los jueces de la tierra hace como cosa vana.

24Apenas han sido plantados, apenas han sido sembrados, apenas su tronco ha echado raíz en la tierra, cuando él sopla sobre ellos y se secan, y el torbellino los lleva como hojarasca.

25¿Con quién, pues, me compararéis o me haréis semejante?, dice el Santo.

26Levantad en alto vuestros ojos y mirad: ¿Quién creó estas cosas? Él saca en orden su hueste; a todas llama por sus nombres; por la grandeza de su vigor y el poder de su fuerza ninguna faltará.

27¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido de Jehová, y mi causa pasa inadvertida a mi Dios?

28¿No has sabido? ¿No has oído que el Dios eterno, Jehová, el cual creó los confines de la tierra, no desfallece ni se fatiga? Su entendimiento es inescrutable.

29Él da fuerzas al cansado y multiplica las fuerzas del que no tiene vigor.

30Los muchachos se fatigan y se cansan; los jóvenes ciertamente caen;

31pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán las alas como águilas; correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán.

MusicPlaylist
Music Playlist at MixPod.com