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lunes, 30 de abril de 2012

Lectura con Audio de la Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 110: 1 Reyes 13-14


Primer libro de los Reyes
Capítulo 13
Jeroboam es herido y luego es sanado por un profeta de Judá — El profeta entrega su mensaje; un profeta de Bet-el lo desvía del camino y aquél es muerto por un león por su desobediencia — Jeroboam continúa la adoración falsa en Israel.

1 Y he aquí que mientras Jeroboam quemaba incienso junto al altar, vino de Judá a Bet-el un hombre de Dios enviado por la palabra de Jehová.

2Él clamó contra el altar por palabra de Jehová y dijo: Altar, altar, así ha dicho Jehová: He aquí que a la casa de David le nacerá un hijo, llamado Josías, el que sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman sobre ti incienso, y sobre ti quemarán huesos de hombres.

3Y aquel mismo día dio una señal, diciendo: Ésta es la señal de que Jehová ha hablado: He aquí que el altar se quebrará, y la ceniza que está sobre él se esparcirá.

4Y aconteció que cuando el rey Jeroboam oyó la palabra del hombre de Dios, que había clamado contra el altar de Bet-el, extendió su mano desde el altar y dijo: ¡Prendedle! Pero la mano que había extendido contra él se le secó, y no la pudo contraer.

5Y el altar se quebró, y se esparció la ceniza del altar, conforme a la señal que el hombre de Dios había dado por palabra de Jehová.

6Entonces respondió el rey y dijo al hombre de Dios: Te pido que ruegues a Jehová tu Dios y que ores por mí, para que mi mano me sea restaurada. Y el hombre de Dios oró a Jehová, y la mano del rey se le restauró y quedó como antes.

7Y el rey dijo al hombre de Dios: Ven conmigo a casa y comerás, y yo te daré un presente.

8Pero el hombre de Dios dijo al rey: Aunque me dieses la mitad de tu casa, no iría contigo, ni comería pan ni bebería agua en este lugar,

9porque así me ha mandado por palabra de Jehová, diciendo: No comas pan, ni bebas agua, ni vuelvas por el camino por el que llegaste.

10Se fue, pues, por otro camino, y no volvió por el camino por donde había ido a Bet-el.

11Moraba entonces en Bet-el un viejo profeta, al cual vino su hijo, y le contó todo lo que el hombre de Dios había hecho aquel día en Bet-el; le contaron también a su padre las palabras que había hablado al rey.

12Y su padre les dijo: ¿Por qué camino se fue? Y sus hijos le mostraron el camino por donde había regresado el hombre de Dios que había venido de Judá.

13Y él dijo a sus hijos: Ensilladme el asno. Y ellos le ensillaron el asno y él lo montó.

14Y fue tras el hombre de Dios, y le halló sentado debajo de una encina y le dijo: ¿Eres tú el hombre de Dios que vino de Judá? Y él respondió: Yo soy.

15Le dijo entonces: Ven conmigo a casa y come pan.

16Y él respondió: No podré volver contigo, ni iré contigo, ni tampoco comeré pan ni beberé agua contigo en este lugar,

17porque por palabra de Dios me ha sido dicho: No comas pan ni bebas agua allí, ni vuelvas por el camino por el que llegaste.

18Y el otro le dijo: Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por palabra de Jehová, diciendo: Hazle volver contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua. Pero le mintió.

19Entonces volvió con él, y comió pan en su casa y bebió agua.

20Y aconteció que, cuando estaban ellos sentados a la mesa, vino la palabra de Jehová al profeta que le había hecho volver,

21y clamó al hombre de Dios que había venido de Judá, diciendo: Así dice Jehová: Por cuanto has sido rebelde a las palabras de Jehová, y no guardaste el mandamiento que Jehová tu Dios te había mandado,

22sino que volviste, y comiste pan y bebiste agua en el lugar donde Jehová te había dicho que no comieses pan ni bebieses agua, no entrará tu cuerpo en el sepulcro de tus padres.

23Y sucedió que después que hubo comido pan y bebido, el profeta que le había hecho volver le ensilló el asno;

24y cuando se fue, un león lo encontró en el camino y lo mató; y su cuerpo quedó tirado en el camino, y el asno estaba junto a él, y el león también estaba junto al cuerpo.

25Y he aquí, unos hombres que pasaban y vieron el cuerpo que estaba tirado en el camino y al león que estaba junto al cuerpo, fueron y lo contaron en la ciudad donde el viejo profeta habitaba.

26Y cuando el profeta que le había hecho volver del camino lo oyó, dijo: Es el hombre de Dios que fue rebelde a las palabras de Jehová; por tanto, Jehová le ha entregado al león, que le ha despedazado y matado conforme a la palabra de Jehová que él le dijo.

27Y habló a sus hijos, y les dijo: Ensilladme un asno. Y ellos se lo ensillaron.

28Y él fue y halló el cuerpo tendido en el camino, y el asno y el león que estaban junto al cuerpo; el león no había comido el cuerpo, ni despedazado al asno.

29Y el profeta tomó el cuerpo del hombre de Dios y lo puso sobre el asno, y se lo llevó. Y el viejo profeta fue a la ciudad, para hacerle duelo y enterrarle.

30Y puso el cuerpo en su propio sepulcro; y le hicieron duelo, diciendo: ¡Ay, hermano mío!

31Y sucedió que después que le hubieron enterrado, habló a sus hijos, diciendo: Cuando yo muera, enterradme en el sepulcro en que está sepultado el hombre de Dios; poned mis huesos junto a los suyos.

32Porque sin duda acontecerá lo que él dijo a voces por palabra de Jehová contra el altar que está en Bet-el, y contra todas las casas de los lugares altos que están en las ciudades de Samaria.

33Después de esto, no se apartó Jeroboam de su mal camino, sino que volvió a hacer sacerdotes para los lugares altos

de entre todo el pueblo, y al que lo deseaba le consagraba para que fuese sacerdote de los lugares altos.

34Y esto fue causa de pecado para la casa de Jeroboam, por lo cual fue talada y raída de sobre la faz de la tierra.


Primer libro de los Reyes
Capítulo 14

Ahías predice la ruina de la casa de Jeroboam, así como la muerte de su hijo y la dispersión de los israelitas por causa de su idolatría — Jeroboam muere y Nadab reina — Judá, bajo Roboam, se vuelve a la iniquidad — Sisac, rey de Egipto, toma los tesoros del templo — Roboam muere y Abiam reina.

1 En aquel tiempo Abías hijo de Jeroboam cayó enfermo.

2Y dijo Jeroboam a su esposa: Levántate, te ruego, y disfrázate, para que no te conozcan que eres la esposa de Jeroboam, y ve a Silo; he aquí, allá está el profeta Ahías, el que me dijo que yo sería rey sobre este pueblo.

3Y toma en tus manos diez panes, y tortas y una vasija de miel, y ve a él. Él te dirá lo que ha de suceder a este niño.

4Y la esposa de Jeroboam lo hizo así; y se levantó, y fue a Silo y llegó a casa de Ahías. Y Ahías ya no podía ver, porque sus ojos se habían oscurecido a causa de su vejez.

5Pero Jehová había dicho a Ahías: He aquí que la esposa de Jeroboam vendrá a consultarte por su hijo que está enfermo; así y así le responderás, pues cuando ella venga, vendrá disfrazada.

6Y cuando Ahías oyó el sonido de sus pies al entrar ella por la puerta, dijo: Entra, esposa de Jeroboam; ¿por qué te finges otra? Pues soy enviado a ti con un mensaje duro.

7Ve y dile a Jeroboam: Así dice Jehová Dios de Israel: Por cuanto yo te levanté de en medio del pueblo, y te hice príncipe sobre mi pueblo Israel,

8y arranqué el reino de la casa de David y te lo entregué a ti; y tú no has sido como David, mi siervo, que guardó mis mandamientos y anduvo en pos de mí con todo su corazón, haciendo solamente lo recto delante de mis ojos,

9sino que has hecho más mal que todos los que han sido antes de ti, pues fuiste y te hiciste dioses ajenos e imágenes de fundición para enojarme, y a mí me has arrojado tras tus espaldas;

10por tanto, he aquí que yo traigo mal sobre la casa de Jeroboam, y yo talaré de Jeroboam todo varón, tanto el siervo como el libre en Israel; y barreré la posteridad de la casa de Jeroboam, como se barre el estiércol, hasta que no quede nada.

11Al que muera de los de Jeroboam en la ciudad, lo comerán los perros, y al que muera en el campo, lo comerán las aves del cielo, porque Jehová lo ha dicho.

12Y tú levántate y vete a tu casa; y al poner tu pie en la ciudad, morirá el niño.

13Y todo Israel hará duelo por él y lo sepultarán, porque sólo él, de entre los de Jeroboam, será sepultado, por cuanto de la casa de Jeroboam, sólo en él se ha hallado alguna cosa buena delante de Jehová Dios de Israel.

14Y Jehová levantará para sí un rey sobre Israel, el cual talará la casa de Jeroboam en este día; y lo hará ahora mismo.

15Y Jehová sacudirá a Israel al modo como la caña se agita en las aguas; y él arrancará a Israel de esta buena tierra que había dado a sus padres, y los esparcirá más allá del Río, por cuanto han hecho sus imágenes de Asera, enojando a Jehová.

16Y él entregará a Israel por los pecados de Jeroboam, quien pecó y ha hecho pecar a Israel.

17Entonces la esposa de Jeroboam se levantó y se fue, y llegó a Tirsa; y al cruzar ella el umbral de la casa, el niño murió.

18Y lo sepultaron, y todo Israel hizo duelo por él conforme a la palabra de Jehová, la que él había hablado por medio de su siervo, el profeta Ahías.

19Los demás hechos de Jeroboam, las guerras que hizo y cómo reinó, he aquí, todo está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.

20El tiempo que reinó Jeroboam fue de veintidós años; y cuando durmió con sus padres, reinó en su lugar su hijo Nadab.

21Y Roboam hijo de Salomón reinó en Judá. Roboam tenía cuarenta y un años cuando comenzó a reinar, y diecisiete años reinó en Jerusalén, ciudad que Jehová eligió de todas las tribus de Israel para poner allí su nombre. Y el nombre de su madre era Naama, una amonita.

22Y Judá hizo lo malo ante los ojos de Jehová, y le provocaron a celos con los pecados que cometieron, más que todo lo que habían hecho sus padres.

23Porque ellos también se edificaron lugares altos, y estatuas e imágenes de Asera en todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso.

24Y hubo también sodomitas en la tierra, e hicieron conforme a todas las abominaciones de las naciones que Jehová había echado de delante de los hijos de Israel.

25Y aconteció que al quinto año del rey Roboam subió Sisac, rey de Egipto, contra Jerusalén.

26Y tomó los tesoros de la casa de Jehová y los tesoros de la casa real, y lo saqueó todo; y también se llevó todos los escudos de oro que Salomón había hecho.

27Y en lugar de ellos, el rey Roboam hizo escudos de bronce y se los entregó a los capitanes de la guardia, que custodiaban la puerta de la casa real.

28Y cuando el rey entraba en la casa de Jehová, los de la guardia los llevaban, y después volvían a ponerlos en la cámara de la guardia.

29Los demás hechos de Roboam y todas las cosas que hizo, ¿no están escritos en las crónicas de los reyes de Judá?

30Y hubo guerra entre Roboam y Jeroboam todos los días de ellos.

31Y durmió Roboam con sus padres y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David. Y el nombre de su madre era Naama, la amonita. Y reinó en su lugar Abiam, su hijo.




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