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miércoles, 8 de febrero de 2012

Lectura Hablada de La Santa Biblia R-V 2009 SUD: Dia 36: Levítico 19-21


Capítulo 19
Se manda a Israel: Sed santos, vivid rectamente, amad a vuestro prójimo y guardad los mandamientos — Jehová revela y reitera diversas leyes y mandamientos — Se prohíben las hechicerías, la adivinación, la prostitución y toda práctica inicua.

1 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:

2 Habla a toda la congregación de los hijos de Israel y diles: Santos seréis, porque santo soy yo, Jehová, vuestro Dios.

3 Cada uno temerá a su madre y a su padre, y mis días de reposo guardaréis. Yo, Jehová, vuestro Dios.

4 No os volveréis a los ídolos ni haréis para vosotros dioses de fundición. Yo, Jehová, vuestro Dios.

5 Y cuando ofrezcáis un sacrificio de ofrendas de paz a Jehová, de vuestra voluntad lo ofreceréis.

6 Será comido el día en que lo ofrezcáis, o al siguiente día; y lo que quede para el tercer día será quemado en el fuego.

7 Y si se come al tercer día, será abominación; no será acepto,

8 y el que lo coma llevará su iniquidad, por cuanto profanó lo santo de Jehová; y tal persona será talada de entre su pueblo.

9 Cuando seguéis la mies de vuestra tierra, no segarás hasta el último rincón de tu campo ni espigarás tu tierra segada.

10 Y no rebuscarás tu viña ni recogerás las uvas caídas de tu viña; para el pobre y para el extranjero las dejarás. Yo, Jehová, vuestro Dios.

11 No hurtaréis, ni engañaréis ni mentiréis a vuestro prójimo.

12 Y no juraréis en falso por mi nombre ni profanarás el nombre de tu Dios. Yo Jehová.

13 No oprimirás a tu prójimo ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana.

14 No maldecirás al sordo ni delante del ciego pondrás tropiezo, sino que tendrás temor de tu Dios. Yo Jehová.

15 No harás injusticia en el juicio; no favorecerás al pobre ni complacerás al grande; con justicia juzgarás a tu prójimo.

16 No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo Jehová.

17 No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; ciertamente reprenderás a tu prójimo y no consentirás que él peque.

18 No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.

19 Mis estatutos guardaréis. A tu ganado no harás ayuntar con animales de otra especie; no sembrarás tu campo con mezcla de semillas, y no te pondrás vestidos con mezcla de dos clases de material.

20 Si un hombre se acuesta con una mujer, y ella es sierva desposada con alguno, y no ha sido rescatada ni le ha sido dada la libertad, ambos serán azotados; no morirán, por cuanto ella no es libre.

21 Y él traerá a Jehová su ofrenda por la culpa a la entrada del tabernáculo de reunión, un carnero como ofrenda por la culpa.

22 Y con el carnero de la ofrenda por la culpa el sacerdote hará expiación por él delante de Jehová, por el pecado que cometió; y se le perdonará el pecado que ha cometido.

23 Y cuando entréis en la tierra y plantéis toda clase de árboles frutales, consideraréis incircunciso lo primero de su fruto; tres años os será incircunciso; su fruto no se comerá.

24 Y el cuarto año todo su fruto será santo, una ofrenda de alabanza a Jehová.

25 Mas al quinto año comeréis de su fruto, para que os haga crecer su fruto. Yo, Jehová, vuestro Dios.

26 No comeréis cosa alguna con sangre. No seréis agoreros ni adivinos.

27 No cortaréis el cabello de vuestras sienes, ni dañaréis la punta de vuestra barba.

28 Y no haréis sajaduras en vuestro cuerpo por un muerto ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová.

29 No contaminarás a tu hija haciendo que se prostituya, para que no se prostituya la tierra y se llene de maldad.

30 Mis días de reposo guardaréis, y mi santuario tendréis en reverencia. Yo Jehová.

31 No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo, Jehová, vuestro Dios.

32 Delante de las canas te levantarás y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová.

33 Y cuando el extranjero more contigo en vuestra tierra, no le oprimiréis.

34 Como a un natural de vosotros tendréis al extranjero que peregrine entre vosotros; y lo amarás como a ti mismo, porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo, Jehová, vuestro Dios.

35 No hagáis injusticia en el juicio, ni en medida de tierra, ni en peso ni en otra medida.

36 Tendréis balanzas justas, pesas justas, un efa justo y un hin justo. Yo, Jehová, vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto.

37 Guardad, pues, todos mis estatutos y todos mis decretos, y ponedlos por obra. Yo Jehová.

Capítulo 20

Se prescribe la pena de muerte por sacrificar hijos a Moloc, por maldecir a padre o a madre, por cometer adulterio, por conducta homosexual, por bestialismo, por espiritismo y por otras abominaciones — Se establecen diversas leyes y ordenanzas.

1 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:

2 Dirás asimismo a los hijos de Israel: Cualquier hombre de los hijos de Israel o de los extranjeros que peregrinan en Israel que dé alguno de sus hijos a Moloc, de seguro morirá; el pueblo de la tierra lo apedreará.

3 Y yo pondré mi rostro contra tal hombre, y lo talaré de entre su pueblo, por cuanto ha dado de sus hijos a Moloc, contaminando mi santuario y profanando mi santo nombre.

4 Y si el pueblo de la tierra cierra sus ojos con respecto a aquel hombre que haya dado de sus hijos a Moloc para no matarle,

5 entonces yo pondré mi rostro contra aquel hombre y contra su familia, y le talaré de entre su pueblo con todos los que fornicaron en pos de él, prostituyéndose con Moloc.

6 Y la persona que recurra a encantadores o adivinos para prostituirse tras ellos, yo pondré mi rostro contra tal persona y la talaré de entre su pueblo.

7 Santificaos, pues, y sed santos, porque yo, Jehová, soy vuestro Dios.

8 Y guardad mis estatutos y ponedlos por obra. Yo soy Jehová que os santifico.

9 Porque todo hombre que maldiga a su padre o a su madre de cierto morirá; a su padre o a su madre maldijo; su sangre será sobre él.

10 Y si un hombre comete adulterio con la esposa de otro, el que cometa adulterio con la esposa de su prójimo, indefectiblemente el adúltero y la adúltera serán muertos.

11 Y cualquiera que se acueste con la esposa de su padre, la desnudez de su padre descubrió; ambos han de ser muertos; su sangre será sobre ellos.

12 Y cualquiera que duerma con su nuera, ambos han de morir; cometieron perversión; su sangre será sobre ellos.

13 Y cualquiera que se acueste con otro hombre como uno se acuesta con una mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; su sangre será sobre ellos.

14 Y el que tome como esposas a una mujer y a la madre de ella comete vileza; quemarán en el fuego a él y a ellas para que no haya vileza entre vosotros.

15 Y cualquiera que tenga cópula con una bestia ha de ser muerto; y mataréis a la bestia.

16 Y la mujer que se allegue a algún animal para tener ayuntamiento con él, a la mujer y al animal matarás; morirán indefectiblemente; su sangre será sobre ellos.

17 Y cualquiera que tome a su hermana, hija de su padre o hija de su madre, y vea su desnudez, y ella vea la suya, es cosa execrable; por tanto, serán talados de entre los hijos de su pueblo; descubrió la desnudez de su hermana; su pecado llevará.

18 Y cualquiera que duerma con una mujer menstruosa y descubra su desnudez, su fuente descubrió, y ella descubrió la fuente de su sangre; ambos serán talados de entre su pueblo.

19 La desnudez de la hermana de tu madre o de la hermana de tu padre no descubrirás; por cuanto descubrió a su parienta; su iniquidad llevarán.

20 Y cualquiera que duerma con la esposa del hermano de su padre, la desnudez del hermano de su padre descubrió; su pecado llevarán; morirán sin hijos.

21 Y el que tome a la esposa de su hermano es inmundicia; la desnudez de su hermano descubrió; sin hijos serán.

22 Guardad, pues, todos mis estatutos y todos mis decretos, y ponedlos por obra; y no os vomitará la tierra en la cual yo os introduzco para que habitéis en ella.

23 Y no andéis en las prácticas de las naciones que yo echaré de delante de vosotros, porque ellos hicieron todas estas cosas y los tuve en abominación.

24 Pero a vosotros os he dicho: Vosotros poseeréis la tierra de ellos, y yo os la daré para que la poseáis por heredad, tierra que fluye leche y miel. Yo soy Jehová, vuestro Dios, que os he apartado de los pueblos.

25 Por tanto, vosotros debéis distinguir entre animal limpio e inmundo, y entre ave inmunda y limpia; y no hagáis abominables vuestras personas con los animales, ni con las aves ni con ninguna cosa que se arrastra por la tierra, los cuales os he apartado por inmundos.

26 Me seréis, pues, santos, porque yo, Jehová, soy santo y os he apartado de los pueblos para que seáis míos.

27 Y el hombre o la mujer que evoquen espíritus de muertos o que practiquen adivinación serán muertos; los apedrearán; su sangre será sobre ellos.

Capítulo 21

Los sacerdotes deben ser hombres santos — El sumo sacerdote no se casará con viuda, ni con divorciada ni con ramera — Los descendientes de Aarón que tengan defectos físicos no ofrecerán el pan de Dios sobre el altar.

1 Y Jehová dijo a Moisés: Habla a los sacerdotes, hijos de Aarón, y diles que no se contaminen por un muerto en su pueblo,

2 salvo por su pariente cercano, por su madre, o por su padre, o por su hijo, o por su hija, o por su hermano,

3 o por su hermana virgen, a él cercana, la cual no haya tenido marido; por ella puede contaminarse.

4 No se contaminará, haciéndose impuro, porque es jefe entre su pueblo.

5 No se raparán la cabeza, ni se recortarán la punta de la barba ni en el cuerpo se harán incisiones.

6 Santos serán a su Dios y no profanarán el nombre de su Dios, porque ofrecen las ofrendas encendidas para Jehová y el pan de su Dios; por tanto, serán santos.

7 No tomarán como esposa a ramera ni a mujer infame, ni tomarán como esposa a la repudiada por su marido, porque el sacerdote es santo a su Dios.

8 Lo santificarás, por tanto, pues el pan de tu Dios ofrece; santo será para ti, porque santo soy yo Jehová que os santifico.

9 Y la hija del sacerdote, si se profana prostituyéndose, a su padre profana; quemada será al fuego.

10 Y el sumo sacerdote entre sus hermanos, sobre cuya cabeza haya sido derramado el aceite de la unción y que haya sido consagrado para ponerse las vestiduras, no descubrirá su cabeza ni rasgará sus vestidos,

11 ni entrará donde haya alguna persona muerta; ni por su padre ni por su madre se contaminará.

12 No saldrá del santuario ni profanará el santuario de su Dios, porque la consagración del aceite de la unción de su Dios está sobre él. Yo Jehová.

13 Y tomará por esposa a una mujer virgen.

14 Viuda, o repudiada, o mujer infame o ramera, éstas no tomará, sino que tomará por esposa a una virgen de su propio pueblo.

15 Y así no profanará su descendencia entre su pueblo, porque yo, Jehová, soy el que lo santifico.

16 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:

17 Habla a Aarón y dile: Ningún hombre de tu descendencia en todas sus generaciones que tenga defecto se acercará para ofrecer el pan de su Dios.

18 Porque ningún hombre en el cual haya defecto se acercará: ni ciego, ni cojo, ni desfigurado, ni deforme,

19 ni hombre en el cual haya quebradura de pie ni rotura de mano,

20 ni jorobado, ni enano, ni que tenga nube en el ojo, ni que tenga sarna, ni erupción ni testículo dañado;

21 ningún hombre de la descendencia del sacerdote Aarón en el cual haya defecto se acercará para ofrecer las ofrendas encendidas para Jehová. Hay defecto en él; no se acercará a ofrecer el pan de su Dios.

22 Podrá comer del pan de su Dios, de lo muy santo y de las cosas santificadas.

23 Pero no entrará más allá del velo ni se acercará al altar, por cuanto hay defecto en él; así no profanará mis santuarios, porque yo, Jehová, soy el que los santifico.

24 Y Moisés habló esto a Aarón y a sus hijos y a todos los hijos de Israel.





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