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jueves, 6 de septiembre de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 201: Proverbios 28-31


Proverbios
..Capítulo 28
El malvado huye sin que nadie lo persiga — El que camina con integridad será salvo — El hombre fiel tendrá muchas bendiciones.

1

Huye el malvado sin que nadie lo persiga,
pero el justo está confiado como un leoncillo.

2

Por la transgresión de la tierra sus príncipes son muchos,
pero por el hombre entendido y sabio permanecerá.

3

El hombre pobre que oprime a los débiles
es como lluvia torrencial que deja sin pan.

4

Los que dejan la ley alaban a los malvados,
pero los que guardan la ley contienden contra ellos.

5

Los hombres malos no entienden de justicia,
pero los que buscan a Jehová entienden todas las cosas.

6

Mejor es el pobre que camina en su integridad
que el rico que anda en perversos caminos.

7

El que guarda la ley es hijo prudente,
pero el que es compañero de glotones avergüenza a su padre.

8

El que aumenta sus riquezas con usura y crecido interés,
las acumula para el que se apiada de los pobres.

9

El que aparta su oído para no oír la ley,
aun su oración es abominación.

10

El que hace errar a los rectos por el mal camino,
caerá en su propia fosa,
pero los íntegros heredarán el bien.

11

El hombre rico es sabio en su propia opinión,
pero el pobre que es entendido le escudriña.

12

Cuando los justos se alegran, grande es la gloria;
pero cuando los malvados se levantan, se esconden los hombres.

13

El que encubre sus pecados no prosperará,
pero el que los confiesa y los abandona alcanzará misericordia.

14

Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios,
pero el que endurece su corazón caerá en el mal.

15

Cual león rugiente y oso hambriento
es el gobernante malvado sobre el pueblo pobre.

16

El príncipe falto de entendimiento multiplicará los agravios,
pero el que aborrece la avaricia prolongará sus días.

17

El hombre cargado con culpa de sangre de otra persona
huirá hasta el sepulcro
sin que nadie le apoye.

18

El que en integridad camina será salvo,
pero el de perversos caminos caerá en alguno de ellos.

19

El que labra su tierra se saciará de pan,
pero el que sigue a los ociosos se llenará de pobreza.

20

El hombre fiel tendrá muchas bendiciones,
pero el que se apresura a enriquecerse no quedará sin culpa.

21

Hacer acepción de personas no es bueno;
hasta por un bocado de pan transgredirá el hombre.

22

Se apresura a ser rico el hombre maligno de ojo,
y no sabe que le ha de venir la pobreza.

23

El que reprende al hombre hallará después mayor gracia
que el que lisonjea con la lengua.

24

El que roba a su padre o a su madre, y dice que no es maldad,
compañero es del hombre destructor.

25

El altivo de ánimo suscita contiendas,
pero el que confía en Jehová prosperará.

26

El que confía en su corazón es necio,
pero el que camina con sabiduría será salvo.

27

El que da al pobre no tendrá pobreza,
pero el que aparta de él sus ojos tendrá muchas maldiciones.

28

Cuando los malvados se levantan, se esconden los hombres;
pero cuando perecen, los justos se multiplican.

Capítulo 29

Cuando el malvado gobierna, el pueblo gime — El justo conoce la causa de los pobres — El necio da rienda suelta a todo su espíritu — Sin profecía el pueblo se desenfrena.

1

El hombre que, al ser reprendido, endurece la cerviz,
de repente será quebrantado, y no habrá remedio para él.

2

Cuando los justos abundan, el pueblo se alegra;
pero cuando domina el malvado, el pueblo gime.

3

El hombre que ama la sabiduría alegra a su padre,
pero el que frecuenta rameras perderá los bienes.

4

El rey que actúa con justicia afirma el país,
pero el hombre que acepta sobornos lo destruye.

5

El hombre que lisonjea a su prójimo
le tiende una red delante de sus pasos.

6

En la transgresión del hombre malo hay trampa,
pero el justo canta y se alegra.

7

El justo conoce la causa de los pobres,
pero el malvado no entiende tal conocimiento.

8

Los hombres escarnecedores alborotan la ciudad,
pero los sabios apartan la ira.

9

Si el hombre sabio contiende con el necio,
ya sea que se enoje o que se ría, no tendrá reposo.

10

Los hombres sanguinarios aborrecen al íntegro,
pero los rectos buscan su alma.

11

El necio da rienda suelta a todo su espíritu,
pero el sabio, al fin conteniéndose, lo apacigua.

12

Si el gobernante escucha la palabra mentirosa,
todos sus servidores serán malvados.

13

El pobre y el opresor tienen en común que
Jehová alumbra los ojos de ambos.

14

El rey que juzga con verdad a los pobres
afirmará su trono para siempre.

15

La vara y la corrección dan sabiduría,
pero el muchacho que se deja suelto avergüenza a su madre.

16

Cuando aumentan los malvados, aumenta la transgresión;
pero los justos verán la ruina de ellos.

17

Corrige a tu hijo, y te dará descanso
y dará deleite a tu alma.

18

Sin profecía, el pueblo se desenfrena,
pero el que guarda la ley es bienaventurado.

19

El siervo no se corrige con palabras;
aunque entienda, no hace caso.

20

¿Ves a un hombre precipitado en sus palabras?
Más esperanza hay del necio que de él.

21

El siervo mimado desde la niñez por su amo,
a la postre será su hijo.

22

El hombre iracundo provoca contiendas,
y el furioso abunda en transgresiones.

23

La soberbia del hombre le abate,
pero el humilde de espíritu recibirá honor.

24

El cómplice del ladrón aborrece su propia alma;
oye la maldición y no dice nada.

25

El temor del hombre tiende trampas,
pero el que confía en Jehová será exaltado.

26

Muchos buscan el favor del gobernante,
pero de Jehová viene el juicio para cada uno.

27

Abominación a los justos es el hombre inicuo,
y abominación al malvado es el de camino recto.

Capítulo 30

Toda palabra de Dios es pura — No me des pobreza ni riqueza.

1 Palabras de Agur hijo de Jaqué; la profecía que dijo el hombre a Itiel, a Itiel y a Ucal:

2

Ciertamente yo soy más rudo que nadie,
y no tengo el entendimiento del hombre.

3

No he aprendido sabiduría,
ni tengo conocimiento del Santo.

4

¿Quién subió al cielo y descendió?
¿Quién recogió el viento en sus puños?
¿Quién ató las aguas en un paño?
¿Quién estableció todos los confines de la tierra?
¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si lo sabes?

5

Toda palabra de Dios es pura;
él es escudo para los que en él se refugian.

6

No añadas a sus palabras, no sea que él te reprenda
y seas hallado mentiroso.

7

Dos cosas te he pedido;
no me las niegues antes que muera:

8

Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí.
No me des pobreza ni riqueza.
Susténtame con el pan que necesito,

9

no sea que me sacie, y te niegue y diga: ¿Quién es Jehová?,
o que, siendo pobre, hurte
y blasfeme el nombre de mi Dios.

10

No difames al siervo ante su señor,
no sea que te maldiga y seas hallado culpable.

11

Hay generación que maldice a su padre
y a su madre no bendice.

12

Hay generación limpia ante sus propios ojos
y de su inmundicia no se ha lavado.

13

Hay generación cuyos ojos son altivos
y cuyos párpados se alzan altaneros.

14

Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos,
para devorar a los pobres de la tierra y a los menesterosos de entre los hombres.

15

La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: ¡Dame!, ¡dame!
Tres cosas hay que nunca se sacian,
y aun cuatro que nunca dicen: ¡Basta!

16

El Seol, y la matriz estéril,
la tierra que no se sacia de aguas
y el fuego que jamás dice: ¡Basta!

17

El ojo que escarnece a su padre
y menosprecia el obedecer a la madre,
lo sacarán los cuervos de la cañada
y las crías del águila lo devorarán.

18

Tres cosas hay que me son asombrosas,
y aun cuatro que no comprendo:

19

El rastro del águila en el aire,
el rastro de la culebra sobre la peña,
el rastro de la nave en medio del mar
y el rastro del hombre en la doncella.

20

Tal es el camino de la mujer adúltera:
Come, y limpia su boca
y dice: No he hecho maldad.

21

Por tres cosas tiembla la tierra,
y aun por cuatro que no puede soportar:

22

Por el siervo cuando reina,
y por el necio cuando se sacia de pan,

23

por la mujer aborrecida cuando se casa,
y por la sierva cuando hereda a su señora.

24

Cuatro cosas son de las más pequeñas en la tierra,
pero son más sabias que los sabios:

25

Las hormigas, pueblo no fuerte,
pero en el verano preparan su comida;

26

los tejones, pueblo nada esforzado,
pero hacen su casa en la piedra;

27

las langostas, que no tienen rey,
pero salen todas por cuadrillas;

28

la lagartija, que se puede atrapar con las manos,
pero está en palacios reales.

29

Tres cosas hay de hermoso andar,
y aun cuatro que pasean muy bien:

30

El león, fuerte entre todos los animales,
que no retrocede ante nada;

31

el ceñido de lomos, asimismo el macho cabrío,
y el rey cuando tiene un ejército con él.

32

Si neciamente te has enaltecido
o has pensado hacer mal,
ponte la mano sobre la boca.

33

Ciertamente el que bate la leche sacará mantequilla,
y el que recio se suena las narices se sacará sangre,
y el que provoca la ira causará contienda.

Capítulo 31

Se condenan el vino y la bebida fuerte — Defended la causa del pobre y del menesteroso — La mujer virtuosa es más valiosa que las piedras preciosas.

1 Palabras del rey Lemuel; la profecía que le enseñó su madre:

2

¿Qué, hijo mío? ¿Y qué, hijo de mi vientre?
¿Y qué, hijo de mis votos?

3

No des a las mujeres tu fuerza,
ni tus caminos a lo que destruye a los reyes.

4

No es de reyes, oh Lemuel, no es de reyes beber vino,
ni de príncipes, la bebida fuerte.

5

No sea que bebiendo olviden lo que se ha decretado,
y perviertan el derecho de todos los afligidos.

6

Dad la bebida fuerte al desfallecido
y el vino a los de ánimo amargado.

7

Beban, y olvídense de su necesidad
y no se acuerden más de su aflicción.

8

Abre tu boca en favor del mudo,
por los derechos de todos los desvalidos.

9

Abre tu boca, juzga con justicia,
y defiende la causa del pobre y del menesteroso.

10

Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su valor sobrepasa grandemente al de las piedras preciosas.

11

El corazón de su marido está en ella confiado,
y no carecerá de ganancias.

12

Le da ella bien y no mal
todos los días de su vida.

13

Busca lana y lino,
y con voluntad trabaja con sus manos.

14

Es como nave de mercader
que trae su pan desde lejos.

15

Se levanta siendo aún de noche
y da comida a su familia
y tarea a sus criadas.

16

Considera un campo y lo compra;
planta viña del fruto de sus manos.

17

Ciñe de fuerza sus lomos
y fortalece sus brazos.

18

Ve que va bien su ganancia;
su lámpara no se apaga de noche.

19

Aplica sus manos a la rueca,
y sus dedos toman el huso.

20

Extiende su mano al pobre,
y tiende sus manos al menesteroso.

21

No teme por su familia cuando nieva,
porque toda su familia está vestida de ropas dobles.

22

Ella se hace tapices;
de lino fino y de púrpura es su vestido.

23

Conocido es su marido en las puertas de la ciudad
cuando se sienta con los ancianos de la tierra.

24

Hace ropa de lino y la vende,
y entrega cintos al mercader.

25

Fuerza y honor son su vestidura,
y se ríe de lo por venir.

26

Abre su boca con sabiduría,
y la ley de la clemencia está en su lengua.

27

Considera la marcha de su casa
y no come el pan de balde.

28

Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada,
y su marido también la alaba.

29

Muchas mujeres han hecho el bien,
mas tú las sobrepasas a todas.

30

Engañosa es la gracia y vana la hermosura;
la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.

31

Dadle del fruto de sus manos,
y alábenla en las puertas sus hechos.




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