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miércoles, 20 de marzo de 2013

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 301: Romanos 1-3


Capítulo 1
El Evangelio es el poder de Dios para salvación por medio de Jesucristo — La ira de Dios está sobre los culpables de asesinato, de prácticas homosexuales, de fornicación y de otros pecados si los que los cometen no se arrepienten.

1 Pablo , siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios,

2 que él había prometido antes por medio de sus profetas en las santas Escrituras,

3 acerca de su Hijo (que era del linaje de David según la carne,

4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos), de Jesucristo Señor nuestro,

5 por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por causa de su nombre,

6 entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo;

7 a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

8 Primeramente, doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo por todos vosotros, de que vuestra fe es predicada en todo el mundo.

9 Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, de que sin cesar me acuerdo de vosotros siempre en mis oraciones,

10 rogando que de alguna manera tenga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero viaje para ir a vosotros.

11 Porque deseo veros, para impartir a vosotros algún don espiritual, a fin de fortaleceros;

12 a saber, para ser juntamente consolado con vosotros por la fe que tenemos en común, vosotros y yo.

13 Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado), para tener también entre vosotros algún fruto, como entre los demás gentiles.

14 A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor.

15 Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciar el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.

16 Porque no me avergüenzo del evangelio de Cristo; porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente y también al griego.

17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe; como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.

18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen la verdad con injusticia,

19 porque lo que de Dios se conoce, se manifiesta en ellos, porque Dios se lo manifestó.

20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y divinidad, se ven claramente desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que ellos no tienen excusa.

21 Porque habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias; antes bien se ofuscaron en sus vanas imaginaciones, y su necio corazón fue entenebrecido.

22 Profesando ser sabios, se hicieron necios,

23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza a imagen de hombre corruptible, y de aves, y de cuadrúpedos y de reptiles.

24 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en la lujuria de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos;

25 los cuales cambiaron la verdad de Dios en mentira, adorando y sirviendo a las criaturas antes que al Creador, el que es bendito por los siglos. Amén.

26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas, pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza.

27 Del mismo modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en sus concupiscencias los unos con los otros, cometiendo actos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución correspondiente a su extravío.

28 Y como a ellos no les pareció tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para hacer lo que no conviene,

29 estando llenos de toda injusticia, de fornicación, de perversidad, de avaricia, de maldad; llenos de envidia, de homicidios, de contiendas, de engaños y de malignidades; de murmuradores,

30 de detractores, de aborrecedores de Dios, de injuriosos, de soberbios, de altivos, de inventores de males, de desobedientes a los padres,

31 de necios, de desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia;

32 quienes, habiendo entendido el juicio de Dios, que los que hacen tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que aun consienten a los que las hacen.

Capítulo 2

Dios dará a cada persona según sus obras — Tanto los judíos como los gentiles serán juzgados por las leyes del Evangelio.

1 Por lo cual no tienes excusa, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo, porque lo mismo haces, tú que juzgas.

2 Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que hacen tales cosas es según la verdad.

3 ¿Y piensas esto, oh hombre, que juzgas a los que hacen tales cosas, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios?

4 ¿O menosprecias las riquezas de su bondad, y paciencia, y longanimidad, ignorando que su bondad te guía al arrepentimiento?

5 Mas por tu dureza, y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,

6 quien pagará a cada uno conforme a sus obras:

7 la vida eterna a los que perseveran en hacer el bien y buscan gloria, y honra e inmortalidad.

8 Pero a los que son contenciosos, y no obedecen la verdad, antes bien obedecen la injusticia: enojo e ira.

9 Y tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente, y también el griego,

10 pero gloria y honra y paz a todo el que hace el bien, al judío primeramente, y también al griego.

11 Porque no hay acepción de personas para con Dios.

12 Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que en la ley han pecado, por la ley serán juzgados;

13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.

14 Porque los gentiles que no tienen ley hacen por naturaleza lo que es de la ley; éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos,

15 pues muestran la obra de la ley escrita en sus corazones, dando también testimonio su conciencia, mientras que sus pensamientos los acusan o los excusan;

16 en el día en que Dios juzgará los secretos de los hombres por medio de Jesucristo, conforme a mi evangelio.

17 He aquí, tú que llevas el nombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios,

18 y conoces su voluntad e, instruido por la ley, apruebas lo mejor,

19 y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas,

20 instructor de los que no saben, maestro de niños, que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la verdad.

21 Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas?

22 Tú que dices que no se ha de cometer adulterio, ¿cometes adulterio? Tú que abominas los ídolos, ¿cometes sacrilegio?

23 Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios?

24 Porque el nombre de Dios es blasfemado por causa de vosotros entre los gentiles, como está escrito.

25 Porque la circuncisión en verdad aprovecha, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión.

26 De manera que, si el incircunciso guarda las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida en cuenta su incircuncisión por circuncisión?

27 Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te juzgará a ti, que con la letra y con la circuncisión eres transgresor de la ley.

28 Porque no es judío el que lo es exteriormente, ni la circuncisión es la que se hace exteriormente en la carne;

29 sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no es de los hombres, sino de Dios.

Capítulo 3

La ley de Moisés no justifica al hombre — Éste es justificado mediante la rectitud, la cual procede de la fe en Cristo por Su sacrificio expiatorio.

1 ¿ Qué ventaja, pues, tiene el judío? ¿O de qué aprovecha la circuncisión?

2 De mucho, en todo sentido. Principalmente porque les fueron confiadas las palabras de Dios.

3 ¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la verdad de Dios?

4 De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso. Como está escrito:

Para que seas justificado en tus palabras,
y venzas cuando seas juzgado.

5 Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre.)

6 De ninguna manera, porque de otro modo, ¿cómo juzgaría Dios al mundo?

7 Pero si por mi mentira la verdad de Dios abundó para su gloria, ¿por qué aún así soy yo juzgado como pecador?

8 ¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos afirman que nosotros decimos): Hagamos lo malo para que venga lo bueno? La condenación de los tales es justa.

9 ¿Qué, pues? ¿Somos mejores que ellos? De ninguna manera; porque ya hemos comprobado que, tanto judíos como gentiles, todos están bajo pecado.

10 Como está escrito:

No hay justo, ni aun uno;

11

no hay quien entienda,
no hay quien busque a Dios.

12

Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;
no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.

13

Sepulcro abierto es su garganta;
con su lengua engañan;
veneno de áspides hay debajo de sus labios;

14

cuya boca está llena de maldición y de amargura;

15

sus pies son veloces para derramar sangre;

16

destrucción y miseria hay en sus caminos;

17

y camino de paz no conocieron.

18

No hay temor de Dios delante de sus ojos.

19 Ahora bien, sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios;

20 porque por las obras de la ley ninguna carne se justificará delante de él, pues por medio de la ley es el conocimiento del pecado.

21 Pero ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, atestiguada por la ley y por los profetas;

22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,

23 por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios,

24 siendo justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención que es en Cristo Jesús,

25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestación de su justicia, al haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,

26 con la mira de manifestar su justicia en este tiempo, para que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

27 ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.

28 Así que, concluimos que el hombre es justificado por la fe sin las obras de la ley.

29 ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Sí, también de los gentiles.

30 Porque Dios es uno, y él justificará por la fe la circuncisión, y por medio de la fe la incircuncisión.

31 ¿Anulamos, entonces, la ley por la fe? De ninguna manera; antes bien, establecemos la ley.

Carta de Pablo a los Romanos: Hablada y dramatizada: libro completo