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viernes, 5 de abril de 2013

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 311: 2 Corintios 11-13


Capítulo 11
Mantened la sencillez que es en Cristo — Satanás envía falsos apóstoles — Pablo se gloría en sus sufrimientos por Cristo.

1 Ojalá me toleraseis un poco de locura; sí, toleradme.

2 Porque os celo con celo de Dios, pues os he desposado con un solo novio, para presentaros como una virgen pura a Cristo.

3 Pero temo que, así como la serpiente engañó a Eva con su astucia, sean vuestros sentidos de alguna manera desviados de la sencillez que es en Cristo.

4 Porque si viene alguno y predica a otro Jesús que el que hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis.

5 Pues pienso que en nada he sido inferior a aquellos grandes apóstoles.

6 Porque aunque sea torpe en la palabra, no lo soy en el conocimiento; en todo y de todas maneras os lo hemos demostrado.

7 ¿Pequé yo humillándome a mí mismo, para que vosotros fueseis ensalzados, porque os he predicado el evangelio de Dios gratuitamente?

8 He despojado a otras iglesias, recibiendo sustento para ministraros a vosotros.

9 Y cuando estaba entre vosotros y tuve necesidad, para ninguno fui carga, porque lo que me faltaba, lo suplieron los hermanos que vinieron de Macedonia; y en todo me guardé y me guardaré de seros gravoso.

10 Por la verdad de Cristo que está en mí, no se me impedirá esta gloria en las regiones de Acaya.

11 ¿Por qué? ¿Porque no os amo? ¡Dios lo sabe!

12 Pero lo que hago, lo seguiré haciendo, para quitar la ocasión a aquellos que la desean, a fin de que en aquello en que se glorían, sean hallados semejantes a nosotros.

13 Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se hacen pasar por apóstoles de Cristo.

14 Y no es de extrañar, porque el mismo Satanás se hace pasar por ángel de luz.

15 Así que, no es extraño si también sus ministros se hacen pasar por ministros de rectitud, cuyo fin será conforme a sus obras.

16 Otra vez digo: Que nadie me tenga por loco; o de otra manera, recibidme como a loco, para que yo también me gloríe un poquito.

17 Lo que hablo, no lo hablo según el Señor, sino como en locura, con esta confianza de gloriarme.

18 Pues ya que muchos se glorían según la carne, también yo me gloriaré.

19 Porque de buena gana toleráis a los necios, siendo vosotros sabios.

20 Porque toleráis si alguno os pone en servidumbre, si alguno os devora, si alguno toma de lo vuestro, si alguno se ensalza, si alguno os golpea en la cara.

21 Para vergüenza mía lo digo, para eso fuimos demasiado débiles. Pero en lo que otro tuviere osadía (hablo con locura), también yo tengo osadía.

22 ¿Son hebreos? Yo también. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son descendientes de Abraham? También yo.

23 ¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviese loco hablo.) Yo más: en trabajos, más abundante; en azotes, sin número; en cárceles, más; en peligros de muerte, muchas veces.

24 De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno.

25 Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado a la deriva en alta mar;

26 en caminos muchas veces, peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, en peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos;

27 en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez.

28 Y además de esas cosas, lo que sobre mí pesa cada día es la preocupación por todas las iglesias.

29 ¿Quién es débil sin que yo me debilite? ¿A quién se le hace tropezar, sin que yo no me indigne?

30 Si es menester gloriarme, me gloriaré de lo que es mi debilidad.

31 El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien es bendito por los siglos, sabe que no miento.

32 En Damasco, el gobernador de la provincia del rey Aretas guardaba la ciudad de los damascenos para prenderme;

33 y fui descolgado del muro en un cesto por una ventana, y escapé de sus manos.

Capítulo 12

Pablo es arrebatado hasta el tercer cielo — El Señor da debilidades a los hombres para que triunfen sobre ellas — Pablo describe las señales de un apóstol.

1 Ciertamente no me es conveniente gloriarme; pasaré entonces a las visiones y a las revelaciones del Señor.

2 Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo.

3 Y conozco a tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe),

4 que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que al hombre no le es dado expresar.

5 De tal hombre me gloriaré, pero de mí mismo en nada me gloriaré, sino en mis debilidades.

6 Pues si quisiera gloriarme, no sería insensato, porque diría la verdad. Pero no lo hago, para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve, u oye de mí.

7 Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera.

8 Con respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor que lo quite de mí.

9 Y me ha dicho: Te basta mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

10 Por lo cual, por causa de Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

11 Me he hecho un necio al gloriarme; vosotros me obligasteis a ello, pues yo debía ser alabado por vosotros, porque en nada he sido menos que aquellos grandes apóstoles, aunque nada soy.

12 Con todo esto, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros con toda paciencia, no sólo con señales, sino con prodigios y maravillas.

13 Porque, ¿en qué habéis sido menos que las otras iglesias, sino en que yo mismo no os he sido carga? Perdonadme este agravio.

14 He aquí, por tercera vez estoy listo para ir a vosotros, y no os seré gravoso, porque no busco lo vuestro, sino a vosotros; pues no han de atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos.

15 Y yo, de muy buena gana, gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos.

16 Pero admitamos esto: Yo no os he sido carga, sino que, como soy astuto, os he atrapado por engaño.

17 ¿Acaso me he aprovechado de vosotros por medio de alguno de los que os he enviado?

18 Rogué a Tito, y envié con él al hermano. ¿Acaso se aprovechó Tito de vosotros? ¿No hemos procedido con el mismo espíritu y seguido las mismas pisadas?

19 ¿Pensáis aún que nos disculpamos con vosotros? Delante de Dios en Cristo hablamos; y todo, muy amados, para vuestra edificación.

20 Porque temo que cuando llegue, no os halle tales como quiero, y yo sea hallado por vosotros cual no queréis; que haya entre vosotros contiendas, envidias, iras, disensiones, calumnias, murmuraciones, soberbias, desórdenes;

21 que cuando vuelva, me humille Dios entre vosotros, y quizá tenga que llorar por muchos de los que antes habrán pecado, y no se han arrepentido de la inmundicia y fornicación y lascivia que han cometido.

Capítulo 13

Para verificar su rectitud, los santos deben ponerse a prueba a sí mismos — Sed perfectos y de un mismo sentir, y vivid en paz.

1 Ésta es la tercera vez que voy a vosotros. Por boca de dos o de tres testigos se establecerá toda palabra.

2 He dicho antes, y ahora digo otra vez como si estuviese presente, y ahora ausente lo escribo a los que antes pecaron, y a todos los demás, que si voy otra vez, no seré indulgente,

3 pues buscáis una prueba de que Cristo habla en mí, el que no es débil para con vosotros, sino que es poderoso en vosotros.

4 Porque aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios. Pues también nosotros somos débiles en él, pero viviremos con él por el poder de Dios para con vosotros.

5 Examinaos a vosotros mismos, para ver si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos? ¿No sabéis que Jesucristo está en vosotros? ¡A no ser que estéis reprobados!

6 Mas espero que reconozcáis que nosotros no estamos reprobados.

7 Y oramos a Dios que ninguna cosa mala hagáis; no para que nosotros seamos hallados aprobados, sino para que vosotros hagáis lo que es bueno, aunque nosotros seamos como reprobados.

8 Porque nada podemos hacer contra la verdad, sino a favor de la verdad.

9 Por lo cual nos gozamos de que seamos nosotros débiles, y de que vosotros seáis fuertes; y aun oramos por vuestra perfección.

10 Por tanto os escribo esto estando ausente, para no ser severo cuando esté presente, conforme a la autoridad que el Señor me ha dado para edificación, y no para destrucción.

11 Por lo demás, hermanos, tened gozo, sed perfectos, tened consolación, sed de un mismo sentir y vivid en paz; y el Dios de paz y de caridad estará con vosotros.

12 Saludaos los unos a los otros con beso santo.

13 Todos los santos os saludan.

14 La gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.



La segunda Epístola a los corintios fue enviada desde Filipos de Macedonia con Tito y Lucas.