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viernes, 16 de noviembre de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 241: Ezequiel 24- 28


Capítulo 24
Se predice el juicio irrevocable sobre Jerusalén — Como señal a los judíos, Ezequiel no llora por la muerte de su esposa.

1Y vino a mí la palabra de Jehová en el año noveno, en el mes décimo, a los diez días del mes, diciendo:

2Hijo de hombre, escribe para ti el nombre de este día, del día de hoy; el rey de Babilonia se ha lanzado contra Jerusalén este mismo día.

3Y habla por parábola a la casa rebelde, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Pon una olla; ponla y echa también agua en ella;

4junta sus trozos de carne en ella, todos buenos trozos, pierna y espalda; llénala de huesos escogidos.

5Toma una oveja escogida, y también enciende los huesos debajo de ella; haz que hierva bien; cuece también sus huesos dentro de ella.

6Pues así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de la ciudad sanguinaria, de la olla herrumbrosa cuya herrumbre no ha sido quitada! Sácala trozo por trozo, sin echar suertes sobre ella.

7Porque su sangre está en medio de ella; sobre una piedra lisa la puso; no la derramó sobre la tierra para que no fuese cubierta por el polvo.

8Para hacer subir la ira, a fin de tomar venganza, yo he puesto su sangre sobre la piedra lisa, para que no sea cubierta.

9Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de la ciudad sanguinaria! Pues también yo haré una gran hoguera;

10aumenta la leña, enciende el fuego, termina de cocer la carne y mézclale las especias, y que se quemen los huesos.

11Pon después la olla vacía sobre las brasas, para que se caldee, y se caliente su bronce, y se funda en ella su suciedad y se consuma su herrumbre.

12Se ha cansado con los esfuerzos, pero no salió de ella su mucha herrumbre. Con fuego será su herrumbre consumida.

13En tu inmundicia hay perversidad, porque quise limpiarte, pero tú no te limpiaste de tu impureza; nunca más te limpiarás, hasta que yo haga reposar mi ira sobre ti.

14Yo, Jehová, he hablado; sucederá, y lo haré. No me volveré atrás, ni tendré misericordia ni perdonaré; según tus caminos y tus obras te juzgarán, dice Jehová el Señor.

15Y vino a mí la palabra de Jehová, diciendo:

16Hijo de hombre, he aquí que yo te quito de golpe el deleite de tus ojos; no gimas, ni llores ni corran tus lágrimas.

17Gime en silencio; no hagas duelo por los muertos; ata tu turbante sobre ti y pon tu calzado en tus pies y no te cubras el bigote ni comas pan de hombres.

18Y hablé al pueblo por la mañana, y al atardecer murió mi esposa; y a la mañana siguiente hice como me fue mandado.

19Y me dijo el pueblo: ¿No nos dirás qué significan para nosotros estas cosas que tú haces?

20Y yo les dije: La palabra de Jehová vino a mí, diciendo:

21Di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo profano mi santuario, la gloria de vuestro poderío, el deleite de vuestros ojos y el objeto de compasión de vuestra alma; y vuestros hijos y vuestras hijas que dejasteis caerán a espada.

22Y haréis de la manera que yo hice: no os cubriréis el bigote ni comeréis pan de hombres;

23y vuestros turbantes estarán sobre vuestras cabezas, y vuestro calzado en vuestros pies; no os lamentaréis ni lloraréis, sino que os consumiréis a causa de vuestras iniquidades y gemiréis unos con otros.

24Ezequiel, pues, os servirá de señal; según todas las cosas que él ha hecho, haréis vosotros; cuando esto ocurra, entonces sabréis que yo soy Jehová el Señor.

25Y tú, hijo de hombre, ¿no será que el día en que yo les quite su fortaleza, el gozo de su gloria, el deleite de sus ojos y el anhelo de su alma, sus hijos y sus hijas,

26ese día vendrá a ti uno que haya escapado para traer las nuevas?

27En aquel día se abrirá tu boca para hablar con el que haya escapado, y hablarás y no estarás más mudo; y les servirás de señal, y sabrán que yo soy Jehová.

Capítulo 25

La venganza de Jehová caerá tanto sobre los amonitas como sobre los moabitas, los edomitas y los filisteos.

1 Y vino a mí la palabra de Jehová, diciendo:

2Hijo de hombre, pon tu rostro hacia los hijos de Amón y profetiza contra ellos.

3Y dirás a los hijos de Amón: Oíd la palabra de Jehová el Señor: Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto dijiste: ¡Ajá! acerca de mi santuario cuando era profanado, y acerca de la tierra de Israel cuando era desolada y acerca de la casa de Judá cuando iba al cautiverio,

4por tanto, he aquí, yo te entrego a los hijos del oriente como posesión, y pondrán en ti sus campamentos y plantarán en ti sus tiendas; ellos comerán tus frutos y beberán tu leche.

5Y haré de Rabá un pastizal de camellos y de los hijos de Amón un lugar donde se echen las ovejas; y sabréis que yo soy Jehová.

6Porque así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto tú batiste las manos, y golpeaste con tu pie y te gozaste en el alma con todo tu menosprecio contra la tierra de Israel,

7por tanto, he aquí, yo extenderé mi mano contra ti y te entregaré a las naciones para ser saqueada; y yo te talaré de entre los pueblos y te destruiré de entre las tierras; te exterminaré, y sabrás que yo soy Jehová.

8Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto dicen Moab y Seir: He aquí, la casa de Judá es como todas las naciones,

9por tanto, he aquí, yo abro el lado de Moab desde las ciudades, desde sus ciudades que están en sus confines, las tierras deseables de Bet-jesimot, y Baal-meón y Quiriataim,

10a los hijos del oriente contra los hijos de Amón; y la entregaré como posesión para que no haya más memoria de los hijos de Amón entre las naciones.

11También en Moab haré juicios, y sabrán que yo soy Jehová.

12Así ha dicho Jehová el Señor: Puesto que Edom tomó venganza de los de la casa de Judá, pues fue culpable en extremo cuando se vengó de ellos,

13por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Yo también extenderé mi mano contra Edom, y talaré de ella a hombres y bestias y la dejaré desolada; desde Temán hasta Dedán caerán a espada.

14Y pondré mi venganza contra Edom en manos de mi pueblo Israel; y harán en Edom según mi enojo y según mi furor, y conocerán mi venganza, dice Jehová el Señor.

15Así ha dicho Jehová el Señor: Puesto que los filisteos actuaron por venganza cuando se vengaron con desprecio en el alma, destruyendo por antiguas enemistades,

16por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí, yo extiendo mi mano contra los filisteos, y talaré a los cereteos y destruiré a todos los que queden en la costa del mar.

17Y haré contra ellos grandes venganzas con reprensiones de ira; y sabrán que yo soy Jehová cuando lleve a cabo mi venganza contra ellos.

Capítulo 26

Tiro será destruida por haberse regocijado en los dolores y en la caída de Jerusalén.

1Y aconteció en el undécimo año, en el día primero del mes, que vino a mí la palabra de Jehová, diciendo:

2Hijo de hombre, por cuanto dijo aTiro contra bJerusalén: ¡Ajá!, quebrantada está la que era puerta de las naciones; giró hacia mí; yo seré llena y ella quedará desierta;

3por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra ti, oh Tiro, y haré subir contra ti muchas naciones, como el mar hace subir sus olas.

4Y demolerán los muros de Tiro y derribarán sus torres; y barreré de ella su polvo y la dejaré como una piedra lisa.

5Tendedero de redes será en medio del mar, porque yo he hablado, dice Jehová el Señor; y será saqueada por las naciones.

6Y sus hijas que están en el campo serán muertas a espada; y asabrán que yo soy Jehová.

7Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que del anorte traigo yo contra Tiro a Nabucodonosor, rey de Babilonia, rey de reyes, con caballos, y carros, y jinetes, y una multitud y pueblo numeroso.

8Matará a espada a tus hijas que están en el campo, y pondrá contra ti muros de asedio, y levantará contra ti un terraplén y alzará contra ti escudo.

9Y dirigirá el golpe de sus arietes contra tus muros y con sus hachas derribará tus torres.

10Por la multitud de sus caballos te cubrirá el polvo de ellos; con el estruendo de su caballería, y de las ruedas y de los carros, temblarán tus muros, cuando entre por tus puertas como se entra por las brechas de una ciudad.

11Con los cascos de sus caballos pisoteará todas tus calles; a tu pueblo matará a espada, y tus fuertes columnas caerán a tierra.

12Y robarán tus riquezas y saquearán tus mercaderías; y derribarán tus muros y destruirán tus casas preciosas; y pondrán tus piedras y tu madera y tu polvo en medio de las aguas.

13Y haré cesar el bullicio de tus canciones, y no se oirá más el son de tus arpas.

14Y te pondré como una piedra lisa; tendedero de redes serás; nunca más serás edificada, porque yo, Jehová, he hablado, dice Jehová el Señor.

15Así ha dicho Jehová el Señor a Tiro: ¿No se estremecerán las islas al estruendo de tu caída, cuando griten los heridos, cuando se haga la matanza en medio de ti?

16Entonces todos los príncipes del mar descenderán de sus tronos, y se quitarán sus mantos y se despojarán de sus ropas bordadas; de espanto se vestirán; se sentarán sobre la tierra, y temblarán a cada momento y estarán atónitos ante ti.

17Y levantarán sobre ti lamentación y te dirán: ¿Cómo pereciste tú, poblada por gente de mar, ciudad que era alabada, que era fuerte en el mar, ella y sus habitantes, que infundían terror a todos sus moradores?

18Ahora se estremecerán las islas en el día de tu caída; sí, las islas que están en el mar se espantarán de tu apartida.

19Porque así ha dicho Jehová el Señor: Yo te convertiré en ciudad asolada, como las ciudades que no se habitan; haré subir sobre ti el abismo, y las muchas aguas te cubrirán.

20Y te haré descender con los que descienden a la afosa, con los pueblos de la antigüedad; y te pondré en lo más bajo de la tierra, como los lugares desolados de antaño, con los que descienden a la fosa, para que nunca más seas poblada; y daré gloria en la tierra de los vivientes.

21Te convertiré en espanto y dejarás de ser; y serás buscada, pero nunca más serás hallada, dice Jehová el Señor.

Capítulo 27

Ezequiel lamenta la caída de Tiro y la pérdida de las riquezas y del comercio de éste.

1 Y vino a mí la palabra de Jehová, diciendo:

2Y tú, hijo de hombre, levanta lamento sobre Tiro.

3Y di a Tiro, que está asentada a las orillas del mar, la que comercia con los pueblos de muchas costas: Así ha dicho Jehová el Señor: Tiro, tú has dicho: Yo soy de perfecta hermosura.

4En el corazón de los mares están tus límites; los que te edificaron perfeccionaron tu belleza.

5De los cipreses de Senir te fabricaron todo el entablado; tomaron un cedro del Líbano para hacerte el mástil.

6De encinas de Basán hicieron tus remos; compañía de asirios hicieron tus bancos de marfil de las islas de Quitim.

7De lino fino bordado de Egipto era tu vela, para que te sirviese de estandarte; de azul y púrpura de las costas de Elisa era tu pabellón.

8Los moradores de Sidón y de Arvad fueron tus remeros; tus sabios, oh Tiro, estaban en ti; ellos fueron tus pilotos.

9Los ancianos de Gebal y sus sabios reparaban tus hendiduras; todas las naves del mar y los navegantes de ellas fueron a ti para negociar tus mercancías.

10Los de Persia y los de Fut eran en tu ejército tus hombres de guerra; escudos y yelmos colgaron en ti; ellos te dieron tu esplendor.

11Y los hijos de Arvad con tu ejército estaban sobre tus muros alrededor, y los gamadeos estaban en tus torres; sus escudos colgaban sobre tus muros alrededor; ellos perfeccionaron tu hermosura.

12Tarsis comerciaba contigo por la abundancia de toda riqueza, con plata, hierro, estaño y plomo, a cambio de tus mercaderías.

13Javán, Tubal y Mesec eran tus mercaderes; con hombres y con utensilios de bronce comerciaban en tus ferias.

14Los de la casa de Togarma comerciaban con caballos, y con corceles y con mulos a cambio de tus mercaderías.

15Los hijos de Dedán eran tus mercaderes; muchas islas tomaban mercadería de tu mano; colmillos de marfil y ébano te dieron como presente.

16Siria comerciaba contigo por la abundancia de tus productos, con turquesas, púrpura, y bordados, y lino fino, y corales y piedras preciosas, a cambio de tus mercaderías.

17Judá y la tierra de Israel eran tus mercaderes; con trigo de Minit y Panag, y miel, y aceite y bálsamo comerciaban en tu mercado.

18Damasco era tu mercader por la abundancia de tus productos, por la abundancia de toda riqueza, por el vino de Helbón y la lana blanca.

19Asimismo Dan y Javán iban y venían a tus ferias para negociar en tu mercado con hierro forjado, casia y caña aromática.

20Dedán era tu mercader con paños preciosos para carros.

21Arabia y todos los príncipes de Cedar comerciaban contigo con corderos, y carneros y machos cabríos; en estas cosas eran tus mercaderes.

22Los mercaderes de Sabá y de Raama comerciaban contigo con lo principal de toda especiería, y con toda piedra preciosa y oro a cambio de tus mercaderías.

23Harán, y Cane y Edén, los mercaderes de Sabá, de Asiria y de Quilmad eran tus mercaderes.

24Éstos eran tus mercaderes en cosas lujosas: en mantos de azul y bordados, y en cajas de ropas preciosas, enlazadas con cordones y en madera de cedro.

25Las naves de Tarsis transportaban tu mercancía; y quedaste repleta y fuiste multiplicada en gran manera en medio de los mares.

26A muchas aguas te llevaron tus remeros; el viento solano te quebrantó en medio de los mares.

27Tus riquezas, y tus productos, y tu mercadería, tus navegantes, y tus pilotos, los reparadores de tus hendiduras, y los negociantes de tus mercancías y todos los hombres de guerra que tú tienes, con toda la gente que en medio de ti se halla, caerán en medio de los mares el día de tu caída.

28Al estrépito de las voces de tus pilotos temblarán los campos de alrededor.

29Y descenderán de sus naves todos los que toman remo; los navegantes y todos los pilotos del mar se quedarán en tierra;

30y harán oír su voz contra ti, y gritarán amargamente, y echarán polvo sobre sus cabezas y se revolcarán en ceniza.

31Y se raparán por ti la cabeza, y se ceñirán de cilicio y llorarán por ti con amargura del alma, con gemidos amargos.

32Y entre gemidos entonarán lamentaciones por ti; y se lamentarán por ti, diciendo: ¿Quién como Tiro, como la destruida en medio del mar?

33Cuando tus productos salían de las naves, saciabas a muchos pueblos; a los reyes de la tierra enriqueciste con la multitud de tus riquezas y de tus mercancías.

34En el tiempo en que seas quebrantada por los mares en las profundidades de las aguas, tu mercancía y toda tu gente caerán en medio de ti.

35Todos los moradores de las costas estarán atónitos a causa de ti, y sus reyes temblarán de espanto; se demudará su rostro.

36Los mercaderes entre los pueblos se burlarán de ti; vendrás a ser objeto de espanto y para siempre dejarás de ser.

Capítulo 28

Tiro y Sidón caerán y serán destruidas — Jehová congregará al pueblo de Israel en su propia tierra — Entonces habitarán seguros.

1 Y vino a mí la palabra de Jehová, diciendo:

2Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto se enalteció tu corazón, y dijiste: Yo soy un dios; en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares; pero tú eres hombre, y no Dios, y has puesto tu corazón como el corazón de Dios;

3he aquí que tú eres más sabio que Daniel; no hay secreto que te sea oculto;

4con tu sabiduría y con tu entendimiento te has acumulado riquezas, y has adquirido oro y plata en tus tesoros.

5Con la grandeza de tu sabiduría en tus tratos comerciales has multiplicado tus riquezas, y a causa de tus riquezas se ha enaltecido tu corazón.

6Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto pusiste tu corazón como corazón de Dios,

7por tanto, he aquí, yo traigo sobre ti extranjeros, los despiadados de las naciones, que desenvainarán sus espadas contra la hermosura de tu sabiduría y profanarán tu esplendor.

8Al sepulcro te harán descender, y morirás con la muerte de los que son muertos en medio de los mares.

9¿Hablarás delante del que te mate, diciendo: Yo soy Dios? Tú eres hombre, y no Dios, en la mano del que te mate.

10Con la muerte de incircuncisos morirás a manos de extranjeros, porque yo he hablado, dice Jehová el Señor.

11Y vino a mí la palabra de Jehová, diciendo:

12Hijo de hombre, entona una lamentación por el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría y perfecto en hermosura.

13En Edén, en el huerto de Dios, estabas; de toda piedra preciosa era tu vestidura: de cornalina, topacio y diamante, jaspe, ónice y berilo, zafiro, carbunclo, y esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas fueron preparados para ti en el día de tu creación.

14Tú, querubín ungido, protector, yo te puse allí; en el santo monte de Dios estabas; en medio de piedras de fuego andabas.

15Perfecto eras en todos tus caminos desde el día en que fuiste creado hasta que se halló en ti maldad.

16A causa de la abundancia de tu comercio, te llenaste de violencia y pecaste; por lo tanto, te eché del monte de Dios por profano y te hice desaparecer de entre las piedras del fuego, oh querubín protector.

17Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura; corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor. Yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que te miren.

18Por la multitud de tus maldades y por la iniquidad de tu comercio profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te reduje a ceniza sobre la tierra ante los ojos de todos los que te miraban.

19Todos los que de entre los pueblos te conocen se asombrarán de ti; objeto de espanto serás y para siempre dejarás de ser.

20Y vino a mí la palabra de Jehová, diciendo:

21Hijo de hombre, pon tu rostro hacia Sidón y profetiza contra ella;

22y dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra ti, oh Sidón, y en medio de ti seré glorificado; y sabrán que yo soy Jehová cuando haga en ella juicios y en ella me santifique.

23Y enviaré a ella pestilencia y sangre en sus calles; y caerán muertos en medio de ella, con la espada contra ella por todos lados; y sabrán que yo soy Jehová.

24Y nunca más serán para la casa de Israel zarza punzante ni espina dolorosa todos los que la rodean y la desprecian; y sabrán que yo soy Jehová.

25Así ha dicho Jehová el Señor: Cuando recoja a los de la casa de Israel de los pueblos entre los cuales están esparcidos, entonces me santificaré en ellos ante los ojos de las naciones, y habitarán en su tierra, la cual di a mi siervo Jacob.

26Y habitarán en ella seguros, y edificarán casas y plantarán viñas; y habitarán seguros cuando yo haga juicios sobre todos los que los despojan en sus alrededores; y sabrán que yo soy Jehová su Dios.


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