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miércoles, 12 de septiembre de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 207: Isaías 5-7


Capítulo 5
La viña de Jehová (Israel) será asolada y Su pueblo será esparcido — Les sobrevendrán calamidades en su estado apóstata y esparcido — Jehová alzará estandarte a las naciones y recogerá a Israel — Compárese con 2 Nefi 15.

1 Ahora cantaré a mi amado el cantar de mi amado acerca de su viña. Tenía mi amado una viña en una ladera fértil.

2La había cercado, y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre y también había hecho un lagar en ella; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres.

3Ahora pues, oh habitantes de Jerusalén y hombres de Judá, juzgad, os ruego, entre yo y mi viña.

4¿Qué más se podía haber hecho a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Por qué, cuando yo esperaba que diese uvas, ha dado uvas silvestres?

5Pues ahora os diré lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y será consumida; derribaré su cerca, y será hollada.

6Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella.

7Porque la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá son su planta deleitosa. Y esperaba justicia, y he aquí vileza; rectitud, y he aquí clamor.

8¡Ay de los que acaparan casa tras casa y añaden campo tras campo hasta ocuparlo todo, y así habitaréis vosotros solos en medio de la tierra!

9A mis oídos ha dicho Jehová de los ejércitos: Ciertamente muchas casas han de quedar asoladas, sin morador hasta las grandes y hermosas.

10Y diez yugadas de viña producirán un bato, y un homer de semilla producirá un efa.

11¡Ay de los que se levantan de mañana para ir tras las bebidas fuertes y así siguen hasta la noche, hasta que el vino los enciende!

12Y en sus banquetes hay arpas y vihuelas, tamboriles y flautas, y vino; y no consideran la obra de Jehová ni miran la obra de sus manos.

13Por tanto mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y sus hombres honorables perecen de hambre, y su multitud se seca de sed.

14Por eso se ensanchó el Seol y sin medida abrió su boca; y allá descenderá la gloria de ellos, y su multitud, y su alboroto y el que en ella se regocijaba.

15Y el hombre será humillado, y el varón será abatido, y serán bajados los ojos de los altivos.

16Pero Jehová de los ejércitos será exaltado en juicio, y el Dios Santo será santificado con justicia.

17Entonces los corderos pacerán según su costumbre, y extraños comerán en los lugares desolados de los engordados.

18¡Ay de los que traen la iniquidad con cuerdas de vanidad y el pecado como con coyundas de carreta,

19los cuales dicen: Dése prisa, apresure él su obra para que la veamos; acérquese y venga el consejo del Santo de Israel, para que lo sepamos!

20¡Ay de los que a lo malo llaman bueno, y a lo bueno, malo; que hacen de la luz tinieblas y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!

21¡Ay de los sabios ante sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!

22¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida fuerte;

23los que justifican al malvado por cohecho, y al justo quitan su justicia!

24Por tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo, y la llama devora la paja, así será su raíz como podredumbre, y su flor se desvanecerá como polvo, porque han desechado la ley de Jehová de los ejércitos y han despreciado la palabra del Santo de Israel.

25Por esta causa se encendió el furor de Jehová contra su pueblo, y extendió contra él su mano y lo hirió; y se estremecieron los montes, y sus cadáveres quedaron como desperdicio en medio de las calles. Con todo esto no ha cesado su furor, sino que su mano está todavía extendida.

26Y alzará estandarte a las naciones lejanas y les silbará desde el extremo de la tierra; y he aquí que vendrán pronto y velozmente.

27No habrá entre ellos cansado ni quien tropiece; ninguno se dormirá ni a ninguno le dará sueño; a ninguno se le desatará el cinto de los lomos ni se le romperá la correa de su calzado.

28Sus saetas están afiladas y todos sus arcos tensados; los cascos de sus caballos serán como de pedernal; y las ruedas de sus carros, como torbellino.

29Su rugido será como de león; rugirán a manera de leoncillos; gruñirán y arrebatarán la presa, y se la llevarán con seguridad, y nadie se la quitará.

30Y en aquel día rugirán contra ellos como el bramido del mar; y si alguien mira hacia la tierra, he aquí tinieblas y tribulación, y en sus cielos se oscurecerá la luz.

Capítulo 6

Isaías ve al Señor — Son perdonados los pecados de Isaías — Él es llamado a profetizar — Profetiza que los judíos rechazarán las enseñanzas de Cristo — Un remanente volverá — Compárese con 2 Nefi 16.

1El año en que murió el rey Uzías, vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y exaltado, y las faldas de su manto llenaban el templo.

2Encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas: con dos cubrían sus rostros, y con dos cubrían sus pies y con dos volaban.

3Y el uno al otro daba voces, diciendo: ¡Santo, santo, santo es Jehová de los ejércitos! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!

4Y los umbrales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.

5Entonces dije: ¡Ay de mí que muerto soy!, porque siendo hombre inmundo de labios y habitando en medio de un pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, a Jehová de los ejércitos.

6Entonces voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas.

7Y tocó con él sobre mi boca y dijo: He aquí que esto ha tocado tus labios, y tu iniquidad es quitada y borrado tu pecado.

8Después oí la voz del Señor, diciendo: ¿A quién enviaré y quién irá por nosotros? Entonces dije: Heme aquí, envíame a mí.

9Y él dijo: Anda y di a este pueblo: Oíd bien, pero no entendáis; ved bien, pero no comprendáis.

10Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos y ciega sus ojos, no sea que vea con sus ojos, y oiga con sus oídos, y entienda con su corazón, y se convierta y sea sanado.

11Y yo dije: ¿Hasta cuándo, Señor? Y respondió él: Hasta que las ciudades estén asoladas y sin habitantes, y no haya hombre en las casas, y la tierra quede desierta;

12hasta que Jehová haya echado lejos a los hombres y haya multiplicado los lugares abandonados en medio de la tierra.

13Pues aún quedará en ella una décima parte, y volverá, aunque será consumida como el terebinto y como la encina, de los cuales en la tala queda el tronco; así el tronco de ella será la simiente santa.

Capítulo 7

Efraín y Siria guerrean contra Judá — Cristo nacerá de una virgen — Compárese con 2 Nefi 17.

1 Aconteció en los días de Acaz hijo de Jotam, hijo de Uzías, rey de Judá, que Rezín, rey de Siria, y Peca hijo de Remalías, rey de Israel, subieron a Jerusalén para combatirla, pero no la pudieron tomar.

2Y fue dada la noticia a la casa de David, diciendo: Siria se ha confederado con Efraín. Y se le estremeció el corazón y el corazón de su pueblo, como se estremecen los árboles del monte a causa del viento.

3Entonces dijo Jehová a Isaías: Sal ahora al encuentro de Acaz, tú y tu hijo Sear-jasub, al extremo del conducto del estanque de arriba, en el camino del campo del Lavador,

4y dile: Ten cuidado y ten calma; no temas, ni se intimide tu corazón a causa de estos dos cabos de tizón que humean, por el furor de la ira de Rezín, y de Siria y del hijo de Remalías.

5Porque Siria ha acordado maligno consejo contra ti, con Efraín y con el hijo de Remalías, diciendo:

6Subamos contra Judá, y aterroricémosla, y abramos brecha en ella para nosotros y pongamos en medio de ella como rey al hijo de Tabeel.

7Así dice Jehová el Señor: Eso no prevalecerá ni acontecerá.

8Porque la cabeza de Siria es Damasco y la cabeza de Damasco es Rezín; y dentro de sesenta y cinco años Efraín será quebrantado hasta dejar de ser pueblo.

9Y la cabeza de Efraín es Samaria y la cabeza de Samaria es el hijo de Remalías. Si vosotros no creéis, de cierto no permaneceréis.

10Y habló otra vez Jehová a Acaz, diciendo:

11Pide para ti una señal de Jehová tu Dios; pídela abajo en lo profundo o arriba en lo alto.

12Y respondió Acaz: No pediré ni tentaré a Jehová.

13Dijo entonces Isaías: Oíd, ahora, oh casa de David. ¿Os parece poco el ser molestos a los hombres, para que también lo seáis a mi Dios?

14Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que una virgen concebirá, y dará a luz un hijo y llamará su nombre Emanuel.

15Comerá mantequilla y miel, para que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno.

16Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra de los dos reyes que tú temes será abandonada.

17Jehová hará venir sobre ti, y sobre tu pueblo y sobre la casa de tu padre, días cuales nunca vinieron desde el día en que Efraín se apartó de Judá, esto es, al rey de Asiria.

18Y acontecerá que aquel día silbará Jehová a la mosca que está en el extremo de los ríos de Egipto y a la abeja que está en la tierra de Asiria.

19Y vendrán y se asentarán todos en los valles desiertos, y en las cavernas de las rocas, y en todos los zarzales y en todas las matas.

20En aquel día rapará el Señor con navaja alquilada al otro lado del río, con el rey de Asiria, cabeza y vello de los pies, y aun la barba también quitará.

21Y acontecerá en aquel día que un hombre criará una vaca y dos ovejas;

22y acontecerá que a causa de la abundancia de leche que darán, comerá mantequilla, porque mantequilla y miel comerá el que quede en medio de la tierra.

23Y sucederá también en aquel día que el lugar donde había mil vides, que valían mil siclos de plata, será para espinos y cardos.

24Con saetas y arco irán allá, porque toda la tierra será espinos y cardos.

25Y a todos los montes que se cavaban con azada, no llegarás allá por el temor a los espinos y a los cardos, sino que serán para pasto de bueyes y para ser hollados por las ovejas.



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Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 206: Isaías 1-4


Capítulo 1
El pueblo de Israel es apóstata, rebelde y corrupto — Sólo pocos permanecen fieles — Sus sacrificios y fiestas son rechazados — Son llamados a arrepentirse y a actuar con justicia — Sión será redimida en el día de la restauración.

1 Visión de Isaías hijo de Amoz, la cual vio acerca de Judá y de Jerusalén en los días de Uzías, de Jotam, de Acaz y de Ezequías, reyes de Judá.

2Oíd, cielos, y escucha tú, tierra, porque habla Jehová: Crié hijos y los engrandecí, pero ellos se rebelaron contra mí.

3El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor, pero Israel no conoce; mi pueblo no entiende.

4¡Oh nación pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malhechores, hijos depravados! Dejaron a Jehová, despreciaron al Santo de Israel, se volvieron atrás.

5¿Por qué habéis de ser golpeados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón está desfallecido.

6Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino heridas, y moretones y llagas recientes; no están curadas, ni vendadas ni suavizadas con aceite.

7Vuestra tierra está desolada, vuestras ciudades quemadas con fuego, vuestra tierra delante de vosotros devorada por extranjeros y desolada como derrocada por extraños.

8Y queda la hija de Sión como enramada en viña, como choza en melonar, como ciudad sitiada.

9Si Jehová de los ejércitos no nos hubiera dejado un resto pequeño, seríamos como Sodoma, semejantes a Gomorra.

10Príncipes de Sodoma, oíd la palabra de Jehová. Escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.

11¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de grasa de animales engordados; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas ni de machos cabríos.

12¿Quién demanda esto de vuestras manos cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios?

13No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo soportar; son iniquidad vuestras fiestas solemnes.

14Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las aborrece mi alma; me son una carga; cansado estoy de soportarlas.

15Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo, cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos.

16Lavaos, limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo.

17Aprended a hacer el bien; buscad el juicio, socorred al oprimido; haced justicia al huérfano, abogad por la viuda.

18Venid ahora, dice Jehová, y razonemos juntos: aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

19Si queréis y escucháis, comeréis lo bueno de la tierra;

20pero si rehusáis y os rebeláis, seréis devorados por la espada, porque la boca de Jehová lo ha dicho.

21¡Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel! Llena estaba de justicia; en ella habitaba la equidad, pero ahora, homicidas.

22Tu plata se ha convertido en escoria; tu vino está mezclado con agua.

23Tus gobernantes son rebeldes y compañeros de ladrones; todos aman el soborno y van tras las recompensas; no hacen justicia al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.

24Por tanto, dice el Señor Jehová de los ejércitos, el Poderoso de Israel: ¡Ah!, tomaré satisfacción de mis adversarios y me vengaré de mis enemigos;

25y volveré mi mano contra ti, y limpiaré hasta con lejía tu escoria y quitaré toda tu impureza;

26y restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como eran antes; entonces te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel.

27Sión será redimida con justicia; y los convertidos de ella, con rectitud.

28Pero los rebeldes y los pecadores a una serán quebrantados, y los que dejan a Jehová serán consumidos.

29Entonces ellos se avergonzarán de las encinas que amasteis, y os abochornaréis de los jardines que escogisteis.

30Porque seréis como la encina a la que se le cae la hoja y como el jardín al que le faltan las aguas.

31Y el fuerte será como estopa, y su trabajo será como una chispa; y ambos serán encendidos juntamente, y no habrá quien los apague.

Capítulo 2

Isaías ve el templo de los postreros días, el recogimiento de Israel, el juicio y la paz milenarios — Los altivos y los inicuos serán humillados en la Segunda Venida — Compárese con 2 Nefi 12.

1 Lo que vio Isaías hijo de Amoz tocante a Judá y a Jerusalén.

2Y acontecerá en los postreros días que será establecido el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones.

3Y vendrán muchos pueblos y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará acerca de sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.

4Y juzgará entre las naciones y reprenderá a muchos pueblos; y forjarán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación ni se adiestrarán más para la guerra.

5Venid, oh casa de Jacob, y caminemos a la luz de Jehová.

6Ciertamente tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob, porque están llenos de costumbres del oriente y de agoreros, como los filisteos; y pactan con hijos de extranjeros.

7Su tierra está llena de plata y de oro; sus tesoros no tienen fin. También está su tierra llena de caballos, y sus carros son sin número.

8Además, su tierra está llena de ídolos; ante la obra de sus manos se han arrodillado, ante lo que fabricaron sus dedos.

9Y se ha inclinado el hombre, y el varón se ha humillado; por tanto, no los perdones.

10Métete en la peña y escóndete en el polvo de la presencia terrible de Jehová y de la gloria de su majestad.

11La altivez de la mirada del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y sólo Jehová será exaltado en aquel día.

12Porque el día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, y sobre todo el que se haya ensalzado, y será abatido;

13y sobre todos los cedros del Líbano altos y erguidos, y sobre todas las encinas de Basán;

14y sobre todos los montes altos y sobre todos los collados elevados;

15y sobre toda torre alta y sobre todo muro fortificado;

16y sobre todas las naves de Tarsis, y sobre todas las pinturas preciadas.

17Y la altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y sólo Jehová será exaltado en aquel día.

18Y quitará totalmente los ídolos.

19Y se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, por la presencia temible de Jehová y por la gloria de su majestad, cuando él se levante para hacer temblar la tierra.

20Aquel día arrojará el hombre a los topos y a los murciélagos sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorase,

21para meterse en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas, por la presencia temible de Jehová y por la gloria de su majestad, cuando se levante para hacer temblar la tierra.

22Dejaos del hombre cuyo aliento está en su nariz, pues, ¿de qué es él estimado?

Capítulo 3

Judá y Jerusalén serán castigadas por su desobediencia — Jehová litiga con Su pueblo y lo juzga — Las hijas de Sión son maldecidas y atormentadas por sus costumbres mundanas — Compárese con 2 Nefi 13.

1 Porque he aquí, Jehová, el Señor de los ejércitos quita de Jerusalén y de Judá el sustento y el socorro, todo sustento de pan y todo socorro de agua;

2el valiente y el hombre de guerra, el juez y el profeta, el adivino y el anciano;

3el capitán de cincuenta, y el hombre de respeto, y el consejero, y el artífice excelente y el hábil encantador.

4Y les pondré jóvenes por príncipes, y niños los gobernarán.

5Y el pueblo hará violencia los unos contra los otros, y cada cual contra su prójimo; el joven actuará con altivez contra el anciano, y el indigno contra el honorable.

6Cuando alguno tome a su hermano, de la familia de su padre, y le diga: Tú tienes manto; tú serás nuestro gobernante, y toma en tus manos esta ruina;

7él jurará en aquel día, diciendo: No seré el sanador, pues en mi casa no hay pan ni manto; no me hagáis gobernante del pueblo.

8Pues arruinada está Jerusalén, y Judá ha caído; pues la lengua de ellos y sus obras han sido contra Jehová, al rebelarse ante los ojos de su gloria.

9La apariencia de sus rostros testifica contra ellos y, como Sodoma, manifiestan su pecado; no lo ocultan. ¡Ay del alma de ellos!, porque trajeron mal para sí.

10Decid al justo que le irá bien, porque comerá del fruto de sus obras.

11¡Ay del malvado! Mal le irá, porque según las obras de sus manos le será pagado.

12Los opresores de mi pueblo son niños, y mujeres lo gobiernan. Oh pueblo mío, los que te guían te hacen errar y tuercen el rumbo de tus caminos.

13Jehová está en pie para litigar y está para juzgar a los pueblos.

14Jehová vendrá a juicio contra los ancianos de su pueblo y contra sus príncipes, porque vosotros habéis devorado la viña; el despojo del pobre está en vuestras casas.

15¿Qué intentáis vosotros que trituráis a mi pueblo y moléis la cara de los pobres?, dice el Señor Jehová de los ejércitos.

16Asimismo dice Jehová: Por cuanto las hijas de Sión son altivas y andan con cuello erguido y ojos desvergonzados, que caminan como si danzaran, haciendo sonar los adornos de sus pies,

17por tanto, el Señor herirá con sarna la mollera de las hijas de Sión, y Jehová descubrirá su desnudez.

18Aquel día el Señor quitará la hermosura de los adornos de sus tobillos, y las redecillas, y las lunetas,

19los collares, y los brazaletes, y los velos,

20las cofias, y los adornos de las piernas, y las cintas, los pomitos de olor, y los zarcillos,

21los anillos, y los joyeles de la nariz,

22las ropas de gala, y los mantoncillos, y las capas, y las bolsas,

23los espejos, y los linos finos, y los tocados y las gasas.

24Y acontecerá que en lugar de los perfumes aromáticos habrá hediondez, y soga en lugar de cinturón, y calvicie en lugar de cabellos peinados, y en lugar de faja, ceñimiento de cilicio y quemadura en vez de hermosura.

25Tus hombres caerán a espada y tus fuertes en la batalla.

26Y sus puertas se lamentarán y enlutarán; y ella, desolada, se sentará en tierra.

Capítulo 4

Sión y sus hijas serán redimidas y purificadas en el día milenario — Compárese con 2 Nefi 14.

1 Y siete mujeres echarán mano de un hombre en aquel día, diciendo: Nosotras comeremos nuestro propio pan y nos vestiremos con nuestra propia ropa; solamente permítenos llevar tu nombre; quita nuestro oprobio.

2En aquel día el renuevo de Jehová será bello y glorioso, y el fruto de la tierra será excelente y hermoso para los de Israel que hayan escapado.

3Y acontecerá que el que quede en Sión, y el que sea dejado en Jerusalén, será llamado santo; todos los que en Jerusalén estén inscritos entre los vivientes,

4cuando el Señor haya lavado la inmundicia de las hijas de Sión y limpiado la sangre de Jerusalén de en medio de ella, con espíritu de juicio y con espíritu de ardor.

5Y creará Jehová sobre toda morada del monte Sión y sobre sus asambleas nube y humo de día; y de noche, resplandor de llamas de fuego, porque sobre toda la gloria habrá una cobertura.

6Y habrá resguardo para sombra contra el calor del día, y para refugio y abrigo contra la tempestad y contra el aguacero.



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