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lunes, 22 de octubre de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 230: Jeremías 27-29


Capítulo 27
Jehová anuncia a muchas naciones que han de servir a Babilonia — Los utensilios de la casa de Jehová serán llevados a Babilonia.

1 En el principio del reinado de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, esta palabra vino de Jehová a Jeremías, diciendo:

2Jehová me ha dicho así: Hazte coyundas y yugos, y ponlos sobre tu cuello;

3y los enviarás al rey de Edom, y al rey de Moab, y al rey de los hijos de Amón, y al rey de Tiro y al rey de Sidón, por medio de los mensajeros que vienen a Jerusalén a ver a Sedequías, rey de Judá.

4Y les mandarás que digan a sus señores: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: Así habéis de decir a vuestros señores:

5Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que están sobre la faz de la tierra, con mi gran poder y con mi brazo extendido, y la di a quien me pareció bien.

6Y ahora yo he puesto todas estas tierras en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo, y aun las bestias del campo le he dado para que le sirvan.

7Y todas las naciones le servirán a él, y a su hijo y al hijo de su hijo, hasta que venga también el tiempo de su misma tierra; y él será siervo de muchas naciones y de grandes reyes.

8Y sucederá que a la nación y al reino que no sirva a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y que no ponga su cuello debajo del yugo del rey de Babilonia, castigaré a tal nación con espada, y con hambre y con pestilencia, dice Jehová, hasta que los acabe yo por medio de su mano.

9Vosotros, por tanto, no prestéis oído a vuestros profetas, ni a vuestros adivinos, ni a vuestros soñadores, ni a vuestros agoreros ni a vuestros encantadores, que os hablan, diciendo: No serviréis al rey de Babilonia.

10Porque ellos os profetizan mentira, para haceros alejar de vuestra tierra, y para que yo os arroje y perezcáis.

11Pero a la nación que someta su cuello al yugo del rey de Babilonia y le sirva, la dejaré en su tierra, dice Jehová, y la labrará y morará en ella.

12Hablé también a Sedequías, rey de Judá, conforme a todas estas palabras, diciendo: Someted vuestros cuellos al yugo del rey de Babilonia, y servidle a él y a su pueblo, y vivid.

13¿Por qué moriréis, tú y tu pueblo, a espada, de hambre y de pestilencia, según ha dicho Jehová de la nación que no sirva al rey de Babilonia?

14Por tanto, no escuchéis las palabras de los profetas que os hablan, diciendo: No serviréis al rey de Babilonia, porque os profetizan mentira.

15Porque yo no los he enviado, dice Jehová, y ellos profetizan falsamente en mi nombre, para que yo os arroje y perezcáis, vosotros y los profetas que os profetizan.

16También a los sacerdotes y a todo este pueblo hablé, diciendo: Así ha dicho Jehová: No escuchéis las palabras de vuestros profetas que os profetizan, diciendo: He aquí que los utensilios de la casa de Jehová serán devueltos muy pronto de Babilonia, porque os profetizan mentira.

17No los escuchéis, sino servid al rey de Babilonia y vivid. ¿Por qué ha de ser asolada esta ciudad?

18Y si ellos son profetas y si está con ellos la palabra de Jehová, oren ahora a Jehová de los ejércitos para que los utensilios que han quedado en la casa de Jehová, y en la casa del rey de Judá y en Jerusalén, no sean llevados a Babilonia.

19Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos de aquellas columnas, y del mar, y de las basas y del resto de los utensilios que quedan en esta ciudad,

20que no quitó Nabucodonosor, rey de Babilonia, cuando llevó cautivos de Jerusalén a Babilonia a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los nobles de Judá y de Jerusalén.

21Así, pues, ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel, acerca de los utensilios que quedaron en la casa de Jehová, y en la casa del rey de Judá y en Jerusalén:

22A Babilonia serán llevados, y allí estarán hasta el día en que yo los visite, dice Jehová; y después los traeré y los restituiré a este lugar.

Capítulo 28

Hananías profetiza falsamente que el yugo de Babilonia será quebrantado.

1 Y aconteció en el mismo año, al principio del reinado de Sedequías, rey de Judá, en el año cuarto, en el quinto mes, que Hananías hijo de Azur, que era el profeta de Gabaón, me habló en la casa de Jehová delante de los sacerdotes y de todo el pueblo, diciendo:

2Así habló Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel, diciendo: He quebrantado el yugo del rey de Babilonia.

3Dentro de dos años haré volver a este lugar todos los utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor, rey de Babilonia, sacó de este lugar para llevarlos a Babilonia.

4Y yo haré volver a este lugar a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los desterrados de Judá que entraron en Babilonia, dice Jehová, porque yo quebrantaré el yugo del rey de Babilonia.

5Entonces respondió el profeta Jeremías al profeta Hananías, delante de los sacerdotes y delante de todo el pueblo que estaba en la casa de Jehová.

6Y dijo el profeta Jeremías: Amén, así lo haga Jehová. Confirme Jehová tus palabras, con las cuales profetizaste que los utensilios de la casa de Jehová, y todos los desterrados, han de ser devueltos de Babilonia a este lugar.

7Con todo eso, oye ahora esta palabra que yo hablo a tus oídos y a oídos de todo el pueblo:

8Los profetas que fueron antes de mí y antes de ti en tiempos pasados profetizaron guerra, y aflicción y pestilencia contra muchas tierras y contra grandes reinos.

9Cuando se cumpla la palabra del profeta que profetiza paz, sólo entonces él será conocido como el profeta que Jehová en verdad envió.

10Entonces el profeta Hananías quitó el yugo del cuello del profeta Jeremías y lo rompió.

11Y habló Hananías en presencia de todo el pueblo, diciendo: Así ha dicho Jehová: De esta manera romperé el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, del cuello de todas las naciones dentro de dos años. Y siguió Jeremías su camino.

12Y después que el profeta Hananías rompió el yugo del cuello del profeta Jeremías, vino la palabra de Jehová a Jeremías, diciendo:

13Ve y habla a Hananías, diciendo: Así ha dicho Jehová: Yugos de madera rompiste, pero en lugar de ellos harás yugos de hierro.

14Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: Yugo de hierro puse sobre el cuello de todas estas naciones, para que sirvan a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y han de servirle; y aun también le he dado las bestias del campo.

15Entonces dijo el profeta Jeremías al profeta Hananías: Escucha ahora, Hananías; Jehová no te ha enviado, y tú has hecho confiar a este pueblo en una mentira.

16Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo te quito de sobre la faz de la tierra; morirás este mismo año, porque has hablado rebelión contra Jehová.

17Y en el mismo año murió Hananías, en el mes séptimo.

Capítulo 29

Jeremías dice a los judíos que están en Babilonia que se preparen para setenta años de cautiverio — Los que todavía quedan en Jerusalén serán esparcidos — Semaías profetiza falsamente y es maldecido.

1 Y éstas son las palabras de la carta que el profeta Jeremías envió desde Jerusalén a los ancianos que habían quedado de los del cautiverio, y a los sacerdotes, y a los profetas y a todo el pueblo que Nabucodonosor llevó cautivo de Jerusalén a Babilonia

2(después de haber salido el rey Jeconías, y la reina, y los oficiales del palacio, y los príncipes de Judá y de Jerusalén, y los artesanos y los herreros de Jerusalén),

3por mano de Elasa hijo de Safán y de Gemarías hijo de Hilcías (a quienes envió Sedequías, rey de Judá, a Babilonia, a Nabucodonosor, rey de Babilonia), diciendo:

4Así ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel, a todos los de la cautividad que hice llevar cautivos de Jerusalén a Babilonia:

5Edificad casas y morad en ellas; y plantad huertos y comed del fruto de ellos;

6casaos y engendrad hijos e hijas; dad esposas a vuestros hijos y dad maridos a vuestras hijas, para que tengan hijos e hijas; y multiplicaos allá y no os disminuyáis.

7Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice desterrar y rogad por ella a Jehová, porque en su paz tendréis vosotros paz.

8Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: No os engañen vuestros profetas que están entre vosotros, ni vuestros adivinos, ni hagáis caso de los sueños que soñáis.

9Porque falsamente os profetizan ellos en mi nombre; yo no los envié, ha dicho Jehová.

10Porque así ha dicho Jehová: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré y os cumpliré mi buena palabra de haceros volver a este lugar.

11Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros un porvenir y una esperanza.

12Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os escucharé;

13y me buscaréis y me hallaréis cuando me busquéis con todo vuestro corazón.

14Y seré hallado por vosotros, dice Jehová, y os haré volver de vuestra cautividad y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová; y os haré volver al lugar de donde os hice llevar al destierro.

15Por cuanto habéis dicho: Jehová nos ha levantado profetas en Babilonia,

16así ha dicho Jehová acerca del rey que está sentado sobre el trono de David y acerca de todo el pueblo que mora en esta ciudad, de vuestros hermanos que no salieron con vosotros al cautiverio,

17así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí, yo envío contra ellos espada, hambre y pestilencia, y los pondré como los higos malos, que de tan malos no se pueden comer.

18Y los perseguiré con espada, con hambre y con pestilencia; y los haré objeto de terror para todos los reinos de la tierra, de maldición, y de espanto, y de burla y de afrenta entre todas las naciones adonde los habré arrojado.

19Porque no escucharon mis palabras, dice Jehová, que les envié por medio de mis siervos los profetas, madrugando y enviándolos, pero no habéis escuchado, dice Jehová.

20¡Escuchad, pues, la palabra de Jehová, todos vosotros los desterrados que envié de Jerusalén a Babilonia!

21Así ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel, acerca de Acab hijo de Colaías y acerca de Sedequías hijo de Maasías, quienes os profetizan mentira en mi nombre: He aquí, yo los entrego en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y él los matará delante de vuestros ojos.

22Y todos los desterrados de Judá que están en Babilonia harán de ellos una maldición, diciendo: Póngate Jehová como a Sedequías y como a Acab, a quienes asó al fuego el rey de Babilonia.

23Porque hicieron maldad en Israel, y cometieron adulterio con las esposas de sus prójimos y hablaron palabras mentirosas en mi nombre, palabras que no les mandé; yo soy el que sabe y soy testigo, dice Jehová.

24Y a Semaías, el nehelamita, hablarás, diciendo:

25Así habló Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel, diciendo: Por cuanto enviaste cartas en tu nombre a todo el pueblo que está en Jerusalén, y a Sofonías hijo de Maasías, el sacerdote, y a todos los sacerdotes, diciendo:

26Jehová te ha puesto como sacerdote en lugar del sacerdote Joiada, para que te encargues en la casa de Jehová de todo hombre loco que profetice, poniéndolo en el cepo y en el collar de hierro.

27¿Por qué, pues, no has reprendido ahora a Jeremías de Anatot, que os profetiza?

28Porque él nos envió a decir en Babilonia: Largo será el cautiverio; edificad casas y habitadlas; plantad huertos y comed el fruto de ellos.

29Y el sacerdote Sofonías había leído esta carta a oídos del profeta Jeremías.

30Y vino la palabra de Jehová a Jeremías, diciendo:

31Envía a decir a todos los cautivos: Así ha dicho Jehová de Semaías, el nehelamita: Por cuanto os profetizó Semaías sin que yo lo hubiera enviado, y os hizo confiar en mentira,

32por eso, así ha dicho Jehová: He aquí que yo castigaré a Semaías, el nehelamita, y a su descendencia; no tendrá varón que more en medio de este pueblo ni verá el bien que haré yo a mi pueblo, dice Jehová, porque contra Jehová ha hablado rebelión.

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