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miércoles, 12 de enero de 2011

Lectura de la Santa Biblia RV 2009 SUD Día 55 Deuteronomio 3-4


Deuteronomio..Capítulo 3
Los hijos de Israel destruyen al pueblo de Basán — Sus tierras, al oriente del Jordán, se dan a Rubén y a Gad — Moisés ve Canaán desde el Pisga, pero se le niega la entrada a ella — Moisés aconseja y fortalece a Josué.

1 Y volvimos y subimos camino de Basán, y nos salió al encuentro Og, rey de Basán, para pelear, él y todo su pueblo, en Edrei.

2Y me dijo Jehová: No tengas temor de él, porque en tus manos lo he entregado a él, y a todo su pueblo y su tierra; y harás con él como hiciste con Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón.

3Y Jehová nuestro Dios entregó también en nuestras manos a Og, rey de Basán, y a todo su pueblo, al cual derrotamos hasta no quedar de él ninguno.

4Y tomamos entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomásemos: sesenta ciudades, toda la tierra de Argob, del reino de Og en Basán.

5Todas éstas eran ciudades fortificadas con muros altos, con puertas y barras, sin contar otras muchas ciudades sin muro.

6Y las destruimos por completo, como hicimos a Sehón, rey de Hesbón, destruyendo completamente en toda ciudad a hombres, a mujeres y a niños.

7Y tomamos para nosotros todo el ganado y los despojos de las ciudades.

8También tomamos en aquel tiempo de manos de los dos reyes amorreos que estaban de este lado del Jordán, la tierra desde el arroyo Arnón hasta el monte Hermón

9(los sidonios llaman a Hermón, Sirión; y los amorreos lo llaman Senir):

10Todas las ciudades de la llanura, y todo Galaad y todo Basán hasta Salca y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán.

11Porque sólo Og, rey de Basán, había quedado del resto de los gigantes que quedaron. He aquí su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella era de nueve codos, y su anchura, de cuatro codos, según el codo de un hombre.

12Y esta tierra que heredamos en aquel tiempo desde Aroer, que está junto al arroyo Arnón, y la mitad de la región montañosa de Galaad con sus ciudades, se la di a los rubenitas y a los gaditas;

13y el resto de Galaad y todo Basán, del reino de Og, se lo di a la media tribu de Manasés: toda la tierra de Argob y todo Basán, que se llamaba la tierra de los gigantes.

14Jair hijo de Manasés tomó toda la tierra de Argob hasta el límite de Gesur y Maaca, y la llamó por su nombre, Basán-havot-jair, hasta hoy.

15Y a Maquir le di Galaad.

16Y a los rubenitas y a los gaditas les di desde Galaad hasta el arroyo Arnón, como límite, el medio del valle, y hasta el arroyo Jaboc, el cual es límite de los hijos de Amón;

17asimismo la llanura, y el Jordán y su frontera, desde el Cineret hasta el mar del llano, el mar Salado, al pie de las laderas del Pisga, al oriente.

18Y os mandé entonces, diciendo: Jehová vuestro Dios os ha dado esta tierra para que la poseáis; pasaréis armados todos los valientes delante de vuestros hermanos, los hijos de Israel.

19Solamente vuestras mujeres, vuestros niños y vuestro ganado (yo sé que tenéis mucho ganado) quedarán en las ciudades que os he dado,

20hasta que Jehová dé reposo a vuestros hermanos, así como a vosotros, y hereden también ellos la tierra que Jehová vuestro Dios les da al otro lado del Jordán. Entonces os volveréis, cada uno, a la heredad que yo os he dado.

21Mandé también a Josué en aquel tiempo, diciendo: Tus ojos vieron todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho a aquellos dos reyes; así hará Jehová a todos los reinos por los cuales pasarás tú.

22No los temáis, porque Jehová vuestro Dios es el que pelea por vosotros.

23Y oré a Jehová en aquel tiempo, diciendo:

24Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza y tu mano poderosa, porque, ¿qué dios hay en el cielo o en la tierra que haga según tus obras y según tu poder?

25Pase yo, te ruego, para que vea aquella tierra buena que está al otro lado del Jordán, aquel buen monte y el Líbano.

26Mas Jehová se había enojado contra mí por causa de vosotros, por lo cual no me oyó; y me dijo Jehová: Basta, no me hables más de este asunto.

27Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al occidente, y al norte, y al sur y al oriente, y mira con tus propios ojos, porque no pasarás este Jordán.

28Y manda a Josué, y anímalo y fortalécelo, porque él ha de pasar delante de este pueblo, y él les hará heredar la tierra que verás.

29Y paramos en el valle delante de Bet-peor.




Deuteronomio..Capítulo 4
Moisés exhorta a los hijos de Israel a guardar los mandamientos, a enseñárselos a sus hijos y a ser un ejemplo ante todas las naciones — Se les prohíbe hacer imágenes y adorar otros dioses — Deben testificar que han oído la voz de Dios — Si Israel adora otros dioses, será esparcido entre todas las naciones — Serán recogidos de nuevo en los últimos días cuando busquen a Jehová su Dios — Moisés alaba ante el pueblo la misericordia y la bondad de Dios para con Israel.

1 Ahora, pues, oh Israel, escucha los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis y viváis, y entréis a tomar posesión de la tierra que Jehová, el Dios de vuestros padres, os da.

2No añadiréis a la palabra que yo os mando ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno.

3Vuestros ojos vieron lo que hizo Jehová con motivo de Baal-peor, que a todo hombre que fue en pos de Baal-peor lo destruyó Jehová tu Dios de en medio de ti.

4Mas vosotros, que permanecisteis fieles a Jehová vuestro Dios, todos estáis vivos hoy.

5Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual vais a entrar para tomar posesión de ella.

6Guardadlos, pues, y ponedlos por obra, porque esto es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es ésta.

7Porque, ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cerca de sí, como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos?

8Y, ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y decretos justos, como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?

9Por tanto, guárdate y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; sino que las enseñarás a tus hijos y a los hijos de tus hijos.

10El día en que estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb, cuando Jehová me dijo: Reúneme el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán para temerme todos los días que vivan sobre la tierra, y las enseñarán a sus hijos.

11Os acercasteis y os pusisteis al pie del monte; y el monte ardía en fuego hasta en medio de los cielos con tinieblas, con nube y con densa oscuridad.

12Y habló Jehová con vosotros de en medio del fuego; oisteis la voz de sus palabras, pero a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis.

13Y él os anunció su convenio, el cual os mandó poner por obra: los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra.

14A mí también me mandó Jehová en aquel tiempo que os enseñara los estatutos y decretos, para que los pusieseis por obra en la tierra a la cual vais a pasar para poseerla.

15Guardad, pues, mucho vuestras almas, puesto que ninguna figura visteis el día en que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego,

16para que no os corrompáis, haciendo para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de hombre o de mujer,

17figura de algún animal que haya sobre la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire,

18figura de algún animal que se arrastre por la tierra, figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la tierra.

19No sea que, alzando tus ojos al cielo y viendo el sol, y la luna, y las estrellas y todo el ejército del cielo, te sientas impulsado a adorarlos y a servirlos, cosas que Jehová tu Dios ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos.

20Mas a vosotros Jehová os tomó y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que seáis el pueblo de su heredad como lo sois en este día.

21Y Jehová se enojó contra mí por causa de vosotros, y juró que yo no pasaría el Jordán ni entraría en la buena tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.

22Así que yo voy a morir en esta tierra y no pasaré el Jordán; mas vosotros pasaréis y poseeréis aquella buena tierra.

23Guardaos, no sea que os olvidéis del convenio de Jehová vuestro Dios que él estableció con vosotros, y os hagáis escultura o imagen de cualquier cosa que Jehová tu Dios te ha prohibido.

24Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso.

25Cuando hayáis engendrado hijos y nietos y hayáis envejecido en la tierra, si os corrompéis, y hacéis escultura o imagen de cualquier cosa, y hacéis lo malo ante los ojos de Jehová vuestro Dios, para enojarlo,

26yo pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra que pronto pereceréis totalmente en la tierra hacia la cual vais a pasar el Jordán para poseerla. No estaréis en ella largos días sin que seáis destruidos.

27Y Jehová os esparcirá entre los pueblos, y quedaréis pocos en número entre las naciones a las cuales os llevará Jehová.

28Y serviréis allí a dioses hechos por manos de hombres, de madera y de piedra, que no ven, ni oyen, ni comen ni huelen.

29Mas si desde allí buscas a Jehová tu Dios, lo hallarás si lo buscas con todo tu corazón y con toda tu alma.

30Cuando estés en angustia y te alcancen todas estas cosas, si en los postreros días te vuelves a Jehová tu Dios y escuchas su voz,

31porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios: No te dejará, ni te destruirá ni se olvidará del convenio que él juró a tus padres.

32Porque pregunta ahora acerca de los tiempos pasados que han sido antes de ti, desde el día en que creó Dios al hombre sobre la tierra, si desde un extremo del cielo al otro se ha hecho algo semejante a esta gran cosa, o se ha oído otra como ella.

33¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, y ha vivido?

34¿O ha intentado Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros, y con guerra, y con mano poderosa y brazo extendido, y con grandes terrores, según todo lo que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos?

35A ti te fue mostrado para que supieses que Jehová es Dios y que no hay otro fuera de él.

36Desde los cielos te hizo oír su voz para disciplinarte; y sobre la tierra te mostró su gran fuego, y has oído sus palabras de en medio del fuego.

37Y por cuanto él amó a tus padres, escogió a su descendencia después de ellos y te sacó delante de sí de Egipto con su gran poder,

38para echar de delante de ti naciones grandes y más fuertes que tú, y para hacerte entrar y darte su tierra por heredad, como sucede hoy.

39Aprende, pues, hoy y considera en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra; no hay otro.

40Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, que yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre.

41Entonces apartó Moisés tres ciudades de este lado del Jordán, hacia el nacimiento del sol,

42para que huyese allí el homicida que matase a su prójimo sin intención, sin haber tenido enemistad con él previamente y, huyendo a una de estas ciudades, salvase su vida.

43Apartó Beser en el desierto, en la tierra de la llanura, para los rubenitas; y Ramot en Galaad, para los gaditas; y Golán en Basán, para los de Manasés.

44Ésta, pues, es la ley que Moisés puso delante de los hijos de Israel.

45Éstos son los testimonios, y los estatutos y los decretos que Moisés habló a los hijos de Israel cuando salieron de Egipto,

46de este lado del Jordán, en el valle delante de Bet-peor, en la tierra de Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón, al que derrotó Moisés con los hijos de Israel cuando salieron de Egipto.

47Y poseyeron la tierra de Sehón y la tierra de Og, rey de Basán, los dos reyes de los amorreos que estaban de este lado del Jordán, al nacimiento del sol,

48desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo Arnón, hasta el monte Sión, que es Hermón,

49y toda la llanura de este lado del Jordán, al oriente, hasta el mar del llano, al pie de las laderas del Pisga.