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martes, 13 de marzo de 2012

Lectura con Audio de la Santa Biblia RV 2009 SUD: Día 67: Josué 8-9


Josué
..Capítulo 8
Josué pone una emboscada, toma Hai y mata a sus habitantes — Construye un altar en el monte Ebal — Se leen al pueblo las palabras de la ley, tanto las bendiciones como las maldiciones.

1 Y Jehová dijo a Josué: No temas, ni desmayes; toma contigo a toda la gente de guerra, y levántate y sube a Hai. Mira, yo he entregado en tus manos al rey de Hai, y a su pueblo, su ciudad, y su tierra.

2Y harás a Hai y a su rey como hiciste a Jericó y a su rey; sólo que sus despojos y sus bestias tomaréis para vosotros. Pondrás, pues, una emboscada detrás de la ciudad para los de ella.

3Y se levantó Josué, y toda la gente de guerra, para subir contra Hai; y escogió Josué treinta mil hombres fuertes, los cuales envió de noche.

4Y les mandó, diciendo: Mirad, pondréis una emboscada detrás de la ciudad; no os alejaréis mucho de la ciudad y estaréis todos preparados.

5Y yo, y todo el pueblo que está conmigo, nos acercaremos a la ciudad; y cuando salgan ellos contra nosotros, como lo hicieron antes, huiremos delante de ellos.

6Y ellos saldrán tras nosotros, hasta que los alejemos de la ciudad, porque ellos dirán: Huyen de nosotros como la primera vez. Huiremos, pues, delante de ellos.

7Entonces vosotros os levantaréis de la emboscada, y os apoderaréis de la ciudad, pues Jehová vuestro Dios os la entregará en vuestras manos.

8Y cuando la hayáis tomado, le prenderéis fuego. Haréis conforme a la palabra de Jehová. Mirad que os lo he mandado.

9Entonces Josué los envió; y ellos se fueron a la emboscada, y se pusieron entre Bet-el y Hai, al occidente de Hai. Y Josué se quedó aquella noche en medio del pueblo.

10Y levantándose Josué muy de mañana, pasó revista al pueblo, y subió él, con los ancianos de Israel, delante del pueblo contra Hai.

11Y toda la gente de guerra que con él estaba, subió, y se acercó, y llegaron delante de la ciudad, y acamparon al norte de Hai; y el valle estaba entre él y Hai.

12Y tomó como cinco mil hombres, y los puso en emboscada entre Bet-el y Hai, al occidente de la ciudad.

13Y cuando colocaron al pueblo con todo el campamento que estaba al norte de la ciudad, y la emboscada al occidente de la ciudad, fue Josué aquella noche hasta el medio del valle.

14Y aconteció que cuando el rey de Hai vio esto, se levantó prontamente de mañana, y salió con la gente de la ciudad contra Israel, él y todo su pueblo, para combatir frente al llano al tiempo señalado, no sabiendo que estaba puesta una emboscada a espaldas de la ciudad.

15Entonces Josué y todo Israel, fingiéndose vencidos, huyeron delante de ellos por el camino del desierto.

16Y todo el pueblo que estaba en Hai se juntó para perseguirlos, y persiguieron a Josué, siendo así alejados de la ciudad.

17Y no quedó hombre en Hai ni en Bet-el que no saliera tras Israel; y por seguir a Israel, dejaron la ciudad abierta.

18Entonces Jehová dijo a Josué: Levanta la lanza que tienes en tu mano hacia Hai, porque yo la entregaré en tus manos. Y Josué levantó hacia la ciudad la lanza que tenía en su mano.

19Y levantándose rápidamente de su lugar los que estaban en la emboscada, corrieron apenas él alzó su mano, y vinieron a la ciudad, y la tomaron, y se apresuraron a prenderle fuego.

20Y cuando los de la ciudad de Hai miraron atrás, observaron, y he aquí, el humo de la ciudad que subía al cielo, y no pudieron huir ni a una parte ni a otra; y el pueblo que iba huyendo hacia el desierto se volvió contra los que los perseguían.

21Josué y todo Israel, viendo que los de la emboscada habían tomado la ciudad, y que el humo de la ciudad subía, se volvieron, e hirieron a los de Hai.

22Y los otros salieron de la ciudad a su encuentro, y así quedaron atrapados en medio de Israel, los unos por un lado, y los otros por el otro. Y los hirieron hasta que no quedó ninguno de ellos que escapase.

23Y tomaron vivo al rey de Hai, y lo llevaron ante Josué.

24Y cuando los israelitas acabaron de matar a todos los moradores de Hai en el campo, en el desierto, a donde ellos los habían perseguido, y que todos habían caído a filo de espada hasta ser consumidos, todos los israelitas regresaron a Hai, y también la hirieron a filo de espada.

25Y el número de los que cayeron aquel día, hombres y mujeres, fue de doce mil, todos los de Hai.

26Y Josué no retrajo su mano que había extendido con la lanza, hasta que hubo destruido a todos los moradores de Hai.

27Y los israelitas tomaron para sí las bestias y los despojos de la ciudad, conforme a la palabra que Jehová había mandado a Josué.

28Y Josué quemó Hai y la redujo a un montón perpetuo de ruinas, asolada hasta hoy.

29Y al rey de Hai lo colgó de un madero hasta caer la tarde; y cuando el sol se puso, mandó Josué que quitasen su cuerpo del madero y lo echasen a la puerta de la ciudad; y levantaron sobre él un gran montón de piedras, que permanece hasta hoy.

30Entonces Josué edificó un altar a Jehová Dios de Israel en el monte Ebal,

31como Moisés, siervo de Jehová, lo había mandado a los hijos de Israel, como está escrito en el libro de la ley de Moisés: un altar de piedras enteras sobre las cuales nadie alzó hierro; y ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová, y sacrificaron ofrendas de paz.

32También escribió allí sobre las piedras una copia de la ley de Moisés, la cual él había escrito delante de los hijos de Israel.

33Y todo Israel, con sus ancianos, y sus oficiales, y sus jueces, estaban de pie a uno y otro lado del arca, delante de los sacerdotes levitas que llevaban el arca del convenio de Jehová, tanto extranjeros como naturales; la mitad de ellos estaba hacia el monte Gerizim, y la otra mitad hacia el monte Ebal, tal como Moisés, siervo de Jehová, lo había mandado antes, para que bendijesen al pueblo de Israel.

34Después de esto, leyó todas las palabras de la ley, las bendiciones y las maldiciones, conforme a todo lo que está escrito en el libro de la ley.

35No hubo palabra alguna de todas las cosas que mandó Moisés que Josué no hiciese leer delante de toda la congregación de Israel, y de las mujeres, y de los niños, y de los extranjeros que moraban entre ellos.

Josué
..Capítulo 9

Los gabaonitas logran hacer alianza con Israel por estratagema — Josué los hace siervos de la congregación de Israel.

1Y aconteció que cuando oyeron estas cosas todos los reyes que estaban de este lado del Jordán, tanto en las montañas como en los llanos, y en toda la costa del gran mar delante del Líbano, los heteos, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos,

2se juntaron a una, en acuerdo, para pelear contra Josué e Israel.

3Mas los moradores de Gabaón, cuando oyeron lo que Josué había hecho a Jericó y a Hai,

4ellos usaron también de astucia, pues fueron y se fingieron embajadores, y pusieron sacos viejos sobre sus asnos, y odres viejos de vino, rotos y remendados,

5y en sus pies, sandalias viejas y recosidas, con vestidos viejos sobre sí. Y todo el pan que traían para el camino era seco y mohoso.

6Así vinieron a Josué al campamento en Gilgal, y les dijeron a él y a los de Israel: Nosotros venimos de tierra muy lejana; haced, pues, ahora con nosotros alianza.

7Y los de Israel respondieron a los heveos: Quizá vosotros habitáis en medio de nosotros, ¿cómo, pues, podremos nosotros hacer alianza con vosotros?

8Y ellos le respondieron a Josué: Nosotros somos tus siervos. Y Josué les dijo: ¿Quienes sois vosotros, y de dónde venís?

9Y ellos respondieron: Tus siervos han venido de muy lejanas tierras, por la fama de Jehová tu Dios porque hemos oído su fama, y todas las cosas que hizo en Egipto,

10y todo lo que hizo a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán: a Sehón rey de Hesbón, y a Og rey de Basán, que estaba en Astarot.

11Por lo cual nuestros ancianos y todos los moradores de nuestra tierra nos dijeron: Tomad en vuestras manos provisión para el camino, e id al encuentro de ellos, y decidles: Nosotros somos vuestros siervos, y haced ahora con nosotros alianza.

12Este pan nuestro lo tomamos caliente de nuestras casas para el camino el día en que salimos para venir a vosotros; y helo aquí que ahora está seco y mohoso.

13Estos odres de vino también los llenamos nuevos; helos aquí ya rotos. También estos nuestros vestidos y nuestras sandalias están ya gastadas a causa de lo muy largo del camino.

14Y los hombres de Israel tomaron de las provisiones de ellos, y no consultaron a Jehová.

15Y Josué hizo la paz con ellos, e hizo alianza de paz con ellos de que les dejaría la vida; también los príncipes de la congregación se lo juraron.

16Y aconteció que tres días después que hicieron con ellos la alianza, oyeron que eran sus vecinos, y que habitaban en medio de ellos.

17Y partieron los hijos de Israel, y al tercer día llegaron a sus ciudades; y sus ciudades eran Gabaón, Cafira, Beerot, y Quiriat-jearim.

18Y no los mataron los hijos de Israel, por cuanto los príncipes de la congregación les habían jurado por Jehová, el Dios de Israel. Y toda la congregación murmuraba contra los príncipes.

19Mas todos los príncipes respondieron a toda la congregación: Nosotros les hemos jurado por Jehová Dios de Israel; por tanto, ahora no los podemos tocar.

20Esto haremos con ellos: los dejaremos vivir, para que no venga la ira sobre nosotros a causa del juramento que les hemos hecho.

21Y los príncipes les dijeron: Dejadlos vivir, mas sean leñadores y aguadores para toda la congregación, como los príncipes les habían dicho.

22Y llamándolos Josué, les habló diciendo: ¿Por qué nos habéis engañado, diciendo: Habitamos muy lejos de vosotros, puesto que moráis en medio de nosotros?

23Ahora, pues, malditos sois, y nunca dejaréis de ser sirvientes, de ser leñadores y aguadores para la casa de mi Dios.

24Y ellos respondieron a Josué, y dijeron: Como fue dado a entender a tus siervos que Jehová tu Dios había mandado a Moisés, su siervo, que os había de dar toda la tierra, y que había de destruir a todos los moradores de la tierra delante de vosotros, por esto temimos en gran manera por nuestras vidas a causa de vosotros, e hicimos esto.

25Ahora pues, henos aquí en tus manos; lo que te parezca bueno y recto hacer de nosotros, hazlo.

26Y así hizo con ellos, y los libró de manos de los hijos de Israel, y no los mataron.

27Y los constituyó Josué aquel día leñadores y aguadores para la congregación y para el altar de Jehová, en el lugar que él escogiese; eso son hasta hoy.




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