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lunes, 28 de mayo de 2012

Lectura con Audio de la Santa Biblia Reina 2009 SUD: Día: 136: 2 Crónicas 4-6


Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 4
Salomón hace el mar de fundición y lo coloca sobre doce bueyes — Se hacen el altar, los tazones, y los calderos y diversos artículos.

1 Hizo además un altar de bronce de veinte codos de largo, y veinte codos de ancho y diez codos de alto.

2También hizo un mar de fundición, el cual tenía diez codos de un borde al otro, enteramente redondo; y su altura era de cinco codos, y un cordón de treinta codos lo ceñía alrededor.

3Y debajo de él había figuras de bueyes que lo circundaban, diez en cada codo todo alrededor; eran dos hileras de bueyes fundidos juntamente con el mar.

4Descansaba sobre doce bueyes, tres de los cuales miraban al norte, y tres al occidente, y tres al sur y tres al oriente; y el mar descansaba sobre ellos, y las ancas de ellos estaban hacia dentro.

5Y tenía de grueso un palmo menor, y el borde tenía la forma del borde de un cáliz o de una flor de lis. Y cabían en él tres mil batos.

6Hizo también diez pilas, y puso cinco a la derecha y cinco a la izquierda, para lavar en ellas y enjuagar lo que se ofrecía en holocausto; pero el mar era para que los sacerdotes se lavaran en él.

7Hizo asimismo diez candelabros de oro según su forma, los cuales puso en el templo, cinco a la derecha y cinco a la izquierda.

8Además hizo diez mesas y las puso en el templo, cinco a la derecha y cinco a la izquierda; igualmente hizo cien tazones de oro.

9Además de esto hizo el atrio de los sacerdotes, y el gran atrio y las puertas del atrio, y recubrió de bronce sus puertas.

10Y colocó el mar al lado derecho hacia el sureste.

11Hiram también hizo calderos, y palas y tazones; y acabó Hiram la obra que hacía al rey Salomón para la casa de Dios;

12dos columnas, y los cordones, los capiteles sobre las cabezas de las dos columnas, y dos redes para cubrir las dos partes redondas de los capiteles que estaban encima de las columnas;

13cuatrocientas granadas en las dos redes, dos hileras de granadas en cada red, para que cubriesen las dos partes redondas de los capiteles que estaban encima de las columnas.

14Hizo también las basas, sobre las cuales colocó las pilas;

15un mar, y los doce bueyes debajo de él;

16y calderos, y palas y garfios; y todos sus utensilios los hizo Hiram-abi al rey Salomón, para la casa de Jehová, de bronce bruñido.

17Los fundió el rey en los llanos del Jordán, en tierra arcillosa, entre Sucot y Seredata.

18Y Salomón hizo todos estos utensilios en tan gran abundancia que no pudo saberse el peso del bronce.

19Así hizo Salomón todos los utensilios para la casa de Dios, y el altar de oro, y las mesas sobre las cuales se ponían los panes de la proposición;

20asimismo los candelabros y sus lámparas, de oro puro, para que las encendiesen delante del santuario interior conforme a la costumbre.

21Y las flores, y las lámparas y las tenazas se hicieron de oro, de oro purísimo;

22también las despabiladeras, y los tazones, y las cucharas y los incensarios eran de oro puro. La entrada de la casa, sus puertas interiores para el lugar santísimo y las puertas de la casa del templo eran de oro.

Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 5

Se termina el templo y el arca del convenio es colocada en el lugar santísimo — La gloria de Jehová llena el templo.

1Así se acabó toda la obra que hizo Salomón para la casa de Jehová, y trajo Salomón a ella las cosas que David su padre había dedicado; y puso la plata, y el oro y todos los utensilios en los tesoros de la casa de Dios.

2Entonces Salomón reunió en Jerusalén a los ancianos de Israel y a todos los jefes de las tribus, a los principales de las casas paternas de los hijos de Israel, para que trajesen el arca del convenio de Jehová desde la ciudad de David, que es Sión.

3Y se congregaron ante el rey todos los hombres de Israel, para la fiesta solemne del mes séptimo.

4Y llegaron todos los ancianos de Israel, y los levitas tomaron el arca,

5y llevaron el arca, y el tabernáculo de reunión y todos los enseres del lugar santo que estaban en el tabernáculo; los sacerdotes y los levitas los llevaron.

6Y el rey Salomón y toda la congregación de Israel que se había reunido con él delante del arca sacrificaron ovejas y bueyes, que por ser tantos no se pudieron contar ni numerar.

7Y los sacerdotes pusieron el arca del convenio de Jehová en su lugar, en el santuario interior de la casa, en el lugar santísimo, bajo las alas de los querubines;

8pues los querubines extendían las alas sobre el lugar del arca, y los querubines cubrían por encima tanto el arca como sus barras.

9Y extendieron las barras de modo que se viesen los extremos de las barras del arca desde el lugar santísimo, pero no se veían desde fuera; y allí han quedado hasta hoy.

10En el arca no había nada más que las dos tablas que Moisés había puesto en Horeb, donde Jehová había hecho convenio con los hijos de Israel cuando salieron de Egipto.

11Y aconteció que cuando los sacerdotes salieron del lugar santo (porque todos los sacerdotes que se hallaban presentes habían sido santificados, sin distinción de grupos,

12y los levitas cantores, todos los de Asaf, los de Hemán, y los de Jedutún, junto con sus hijos y sus hermanos, vestidos de lino fino, estaban con címbalos y salterios y arpas al oriente del altar; y con ellos había ciento veinte sacerdotes que tocaban trompeta);

13tocaban las trompetas y cantaban al unísono, para alabar y dar gracias a Jehová, y cuando alzaban la voz al son de las trompetas y de los címbalos y de los otros instrumentos de música, cuando alababan a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, porque su misericordia es para siempre, entonces una nube llenó la casa, la casa de Jehová.

14Y no podían los sacerdotes estar allí para ministrar por causa de la nube, porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios.

Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 6

Salomón bendice a la congregación de Israel — Ofrece la oración dedicatoria para el templo — Suplica en oración misericordia y bendiciones para el Israel arrepentido.

1 Entonces dijo Salomón: Jehová ha dicho que él habitaría en la densa nube.

2Yo, pues, he edificado una casa de habitación para ti, sí, un lugar en que mores para siempre.

3Y volvió el rey su rostro y bendijo a toda la congregación de Israel; y toda la congregación de Israel estaba de pie.

4Y él dijo: Bendito sea Jehová Dios de Israel, quien con su mano ha cumplido lo que habló por su boca a David, mi padre, diciendo:

5Desde el día en que saqué a mi pueblo de la tierra de Egipto, ninguna ciudad he elegido de entre todas las tribus de Israel para edificar una casa donde estuviese mi nombre, ni he escogido a hombre alguno que fuese príncipe sobre mi pueblo Israel.

6Pero a Jerusalén he elegido para que en ella esté mi nombre, y a David he elegido para que estuviese sobre mi pueblo Israel.

7Y David, mi padre, tuvo en su corazón edificar una casa al nombre de Jehová Dios de Israel.

8Mas Jehová dijo a mi padre David: Por haber tenido en tu corazón edificar una casa a mi nombre, bien has hecho al haber tenido esto en tu corazón.

9Pero tú no edificarás la casa, sino que tu hijo que saldrá de tus lomos, él edificará la casa a mi nombre.

10Y Jehová ha cumplido su palabra que había dicho, pues yo me he levantado en lugar de David, mi padre, y me he sentado en el trono de Israel, como Jehová había dicho, y he edificado la casa al nombre de Jehová Dios de Israel.

11Y en ella he puesto el arca, en la cual está el pacto de Jehová que concertó con los hijos de Israel.

12Y se puso Salomón delante del altar de Jehová, en presencia de toda la congregación de Israel, y extendió sus manos.

13Porque Salomón había hecho un estrado de bronce, de cinco codos de largo, y de cinco codos de ancho y de tres codos de alto, y lo había puesto en medio del atrio; y se puso sobre él, y se hincó de rodillas delante de toda la congregación de Israel, y extendió sus manos al cielo,

14y dijo: Oh Jehová Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti ni en el cielo ni en la tierra, que guardas el convenio y tienes misericordia con tus siervos que caminan delante de ti con todo su corazón;

15que has cumplido lo que dijiste a tu siervo David, mi padre; lo dijiste de tu boca, mas con tu mano lo has cumplido, como acontece este día.

16Ahora pues, oh Jehová Dios de Israel, cumple lo que le has prometido a tu siervo David, mi padre, diciendo: No faltará de ti varón delante de mí que se siente en el trono de Israel, con tal de que tus hijos guarden su camino, andando en mi ley, como tú has andado delante de mí.

17Ahora pues, oh Jehová Dios de Israel, cúmplase tu palabra que dijiste a tu siervo David.

18Pero, ¿es verdad que Dios ha de habitar con el hombre en la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener. ¡Cuánto menos esta casa que he edificado?

19No obstante, atiende a la oración de tu siervo, y a su ruego, oh Jehová Dios mío, para oír el clamor y la oración con que tu siervo ora delante de ti.

20Que tus ojos estén abiertos sobre esta casa de día y de noche, sobre el lugar del cual dijiste: Mi nombre estará allí; escucha la oración con que tu siervo ora en este lugar.

21Asimismo, escucha el ruego de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando en este lugar hagan oración. Oye desde los cielos, desde el lugar de tu morada; oye y perdona.

22Si alguno peca contra su prójimo, y éste le exige juramento haciéndole jurar, y él viene a jurar ante tu altar en esta casa,

23entonces oye tú desde los cielos, y actúa y juzga a tus siervos, dando la paga al impío, haciendo recaer su proceder sobre su cabeza y justificando al justo al darle conforme a su justicia.

24Si tu pueblo Israel es derrotado delante del enemigo por haber pecado contra ti, y se vuelven, y confiesan tu nombre y ruegan delante de ti en esta casa,

25entonces oye desde los cielos, y perdona el pecado de tu pueblo Israel y hazlos volver a la tierra que diste a ellos y a sus padres.

26Cuando los cielos se cierren y no haya lluvias por haber pecado ellos contra ti, si oran a ti en este lugar, y confiesan tu nombre y se vuelven de sus pecados cuando los aflijas,

27entonces oye tú desde los cielos y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, y enséñales el buen camino para que anden en él y envía lluvia sobre tu tierra, la cual diste por heredad a tu pueblo.

28Y si hay hambre en la tierra, o si hay pestilencia, si hay tizoncillo o añublo, langosta o saltamontes; o si los sitian sus enemigos en la tierra de sus ciudades; cualquier plaga o enfermedad que sea;

29toda oración y todo ruego que haga cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cualquiera que conozca su aflicción y su dolor en su corazón, si extiende sus manos hacia esta casa,

30entonces oye tú desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y perdona y da a cada uno conforme a sus caminos, habiendo conocido su corazón (porque sólo tú conoces el corazón de los hijos de los hombres);

31para que te teman y anden en tus caminos todos los días que vivan sobre la faz de la tierra que tú diste a nuestros padres.

32Y también al extranjero que no sea de tu pueblo Israel, que haya venido de lejanas tierras a causa de tu gran nombre, y de tu mano poderosa, y de tu brazo extendido, si viene y ora en esta casa,

33entonces oye tú desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y haz conforme a todas las cosas por las cuales haya clamado a ti el extranjero, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, y te teman como tu pueblo Israel, y sepan que esta casa que yo he edificado es llamada por tu nombre.

34Si tu pueblo sale a la guerra contra sus enemigos por el camino que tú los envíes, y oran a ti hacia esta ciudad que tú elegiste, hacia la casa que he edificado a tu nombre,

35entonces oye desde los cielos su oración y su ruego, y ampara su causa.

36Si pecan contra ti (pues no hay hombre que no peque), y te enojas contra ellos, y los entregas delante de sus enemigos, para que los que los tomen los lleven cautivos a tierra de enemigos, lejos o cerca,

37y ellos vuelven su corazón en la tierra adonde fueron llevados cautivos; y si se vuelven y oran a ti en la tierra de su cautividad, y dicen: Hemos pecado, hemos hecho inicuamente, impíamente hemos actuado;

38si se vuelven a ti con todo su corazón y con toda su alma en la tierra de su cautividad, donde los hayan llevado cautivos, y oran hacia la tierra que tú diste a sus padres, hacia la ciudad que tú elegiste, y hacia la casa que he edificado a tu nombre,

39entonces oye tú desde los cielos, desde el lugar de tu morada, su oración y su ruego, y ampara su causa y perdona a tu pueblo que pecó contra ti.

40Ahora pues, oh Dios mío, te ruego que estén abiertos tus ojos y atentos tus oídos a la oración en este lugar.

41Oh Jehová Dios, levántate ahora hacia tu lugar de reposo, tú y el arca de tu poder; sean, oh Jehová Dios, vestidos de salvación tus sacerdotes, y tus santos se regocijen en el bien.

42Oh Jehová Dios, no rechaces a tu ungido; acuérdate de las misericordias para con tu siervo David.




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