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lunes, 27 de febrero de 2012

Lectura hablada de la Santa Biblia RV 2009 SUD: Día 53: Deuteronomio 3-4


Deuteronomio..Capítulo 3
Los hijos de Israel destruyen al pueblo de Basán — Sus tierras, al oriente del Jordán, se dan a Rubén y a Gad — Moisés ve Canaán desde el Pisga, pero se le niega la entrada a ella — Moisés aconseja y fortalece a Josué.

1 Y volvimos y subimos camino de Basán, y nos salió al encuentro Og, rey de Basán, para pelear, él y todo su pueblo, en Edrei.

2Y me dijo Jehová: No tengas temor de él, porque en tus manos lo he entregado a él, y a todo su pueblo y su tierra; y harás con él como hiciste con Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón.

3Y Jehová nuestro Dios entregó también en nuestras manos a Og, rey de Basán, y a todo su pueblo, al cual derrotamos hasta no quedar de él ninguno.

4Y tomamos entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomásemos: sesenta ciudades, toda la tierra de Argob, del reino de Og en Basán.

5Todas éstas eran ciudades fortificadas con muros altos, con puertas y barras, sin contar otras muchas ciudades sin muro.

6Y las destruimos por completo, como hicimos a Sehón, rey de Hesbón, destruyendo completamente en toda ciudad a hombres, a mujeres y a niños.

7Y tomamos para nosotros todo el ganado y los despojos de las ciudades.

8También tomamos en aquel tiempo de manos de los dos reyes amorreos que estaban de este lado del Jordán, la tierra desde el arroyo Arnón hasta el monte Hermón

9(los sidonios llaman a Hermón, Sirión; y los amorreos lo llaman Senir):

10Todas las ciudades de la llanura, y todo Galaad y todo Basán hasta Salca y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán.

11Porque sólo Og, rey de Basán, había quedado del resto de los gigantes que quedaron. He aquí su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella era de nueve codos, y su anchura, de cuatro codos, según el codo de un hombre.

12Y esta tierra que heredamos en aquel tiempo desde Aroer, que está junto al arroyo Arnón, y la mitad de la región montañosa de Galaad con sus ciudades, se la di a los rubenitas y a los gaditas;

13y el resto de Galaad y todo Basán, del reino de Og, se lo di a la media tribu de Manasés: toda la tierra de Argob y todo Basán, que se llamaba la tierra de los gigantes.

14Jair hijo de Manasés tomó toda la tierra de Argob hasta el límite de Gesur y Maaca, y la llamó por su nombre, Basán-havot-jair, hasta hoy.

15Y a Maquir le di Galaad.

16Y a los rubenitas y a los gaditas les di desde Galaad hasta el arroyo Arnón, como límite, el medio del valle, y hasta el arroyo Jaboc, el cual es límite de los hijos de Amón;

17asimismo la llanura, y el Jordán y su frontera, desde el Cineret hasta el mar del llano, el mar Salado, al pie de las laderas del Pisga, al oriente.

18Y os mandé entonces, diciendo: Jehová vuestro Dios os ha dado esta tierra para que la poseáis; pasaréis armados todos los valientes delante de vuestros hermanos, los hijos de Israel.

19Solamente vuestras mujeres, vuestros niños y vuestro ganado (yo sé que tenéis mucho ganado) quedarán en las ciudades que os he dado,

20hasta que Jehová dé reposo a vuestros hermanos, así como a vosotros, y hereden también ellos la tierra que Jehová vuestro Dios les da al otro lado del Jordán. Entonces os volveréis, cada uno, a la heredad que yo os he dado.

21Mandé también a Josué en aquel tiempo, diciendo: Tus ojos vieron todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho a aquellos dos reyes; así hará Jehová a todos los reinos por los cuales pasarás tú.

22No los temáis, porque Jehová vuestro Dios es el que pelea por vosotros.

23Y oré a Jehová en aquel tiempo, diciendo:

24Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza y tu mano poderosa, porque, ¿qué dios hay en el cielo o en la tierra que haga según tus obras y según tu poder?

25Pase yo, te ruego, para que vea aquella tierra buena que está al otro lado del Jordán, aquel buen monte y el Líbano.

26Mas Jehová se había enojado contra mí por causa de vosotros, por lo cual no me oyó; y me dijo Jehová: Basta, no me hables más de este asunto.

27Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al occidente, y al norte, y al sur y al oriente, y mira con tus propios ojos, porque no pasarás este Jordán.

28Y manda a Josué, y anímalo y fortalécelo, porque él ha de pasar delante de este pueblo, y él les hará heredar la tierra que verás.

29Y paramos en el valle delante de Bet-peor.




Deuteronomio..Capítulo 4
Moisés exhorta a los hijos de Israel a guardar los mandamientos, a enseñárselos a sus hijos y a ser un ejemplo ante todas las naciones — Se les prohíbe hacer imágenes y adorar otros dioses — Deben testificar que han oído la voz de Dios — Si Israel adora otros dioses, será esparcido entre todas las naciones — Serán recogidos de nuevo en los últimos días cuando busquen a Jehová su Dios — Moisés alaba ante el pueblo la misericordia y la bondad de Dios para con Israel.

1 Ahora, pues, oh Israel, escucha los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis y viváis, y entréis a tomar posesión de la tierra que Jehová, el Dios de vuestros padres, os da.

2No añadiréis a la palabra que yo os mando ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno.

3Vuestros ojos vieron lo que hizo Jehová con motivo de Baal-peor, que a todo hombre que fue en pos de Baal-peor lo destruyó Jehová tu Dios de en medio de ti.

4Mas vosotros, que permanecisteis fieles a Jehová vuestro Dios, todos estáis vivos hoy.

5Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual vais a entrar para tomar posesión de ella.

6Guardadlos, pues, y ponedlos por obra, porque esto es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es ésta.

7Porque, ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cerca de sí, como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos?

8Y, ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y decretos justos, como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?

9Por tanto, guárdate y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; sino que las enseñarás a tus hijos y a los hijos de tus hijos.

10El día en que estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb, cuando Jehová me dijo: Reúneme el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán para temerme todos los días que vivan sobre la tierra, y las enseñarán a sus hijos.

11Os acercasteis y os pusisteis al pie del monte; y el monte ardía en fuego hasta en medio de los cielos con tinieblas, con nube y con densa oscuridad.

12Y habló Jehová con vosotros de en medio del fuego; oisteis la voz de sus palabras, pero a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis.

13Y él os anunció su convenio, el cual os mandó poner por obra: los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra.

14A mí también me mandó Jehová en aquel tiempo que os enseñara los estatutos y decretos, para que los pusieseis por obra en la tierra a la cual vais a pasar para poseerla.

15Guardad, pues, mucho vuestras almas, puesto que ninguna figura visteis el día en que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego,

16para que no os corrompáis, haciendo para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de hombre o de mujer,

17figura de algún animal que haya sobre la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire,

18figura de algún animal que se arrastre por la tierra, figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la tierra.

19No sea que, alzando tus ojos al cielo y viendo el sol, y la luna, y las estrellas y todo el ejército del cielo, te sientas impulsado a adorarlos y a servirlos, cosas que Jehová tu Dios ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos.

20Mas a vosotros Jehová os tomó y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que seáis el pueblo de su heredad como lo sois en este día.

21Y Jehová se enojó contra mí por causa de vosotros, y juró que yo no pasaría el Jordán ni entraría en la buena tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.

22Así que yo voy a morir en esta tierra y no pasaré el Jordán; mas vosotros pasaréis y poseeréis aquella buena tierra.

23Guardaos, no sea que os olvidéis del convenio de Jehová vuestro Dios que él estableció con vosotros, y os hagáis escultura o imagen de cualquier cosa que Jehová tu Dios te ha prohibido.

24Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso.

25Cuando hayáis engendrado hijos y nietos y hayáis envejecido en la tierra, si os corrompéis, y hacéis escultura o imagen de cualquier cosa, y hacéis lo malo ante los ojos de Jehová vuestro Dios, para enojarlo,

26yo pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra que pronto pereceréis totalmente en la tierra hacia la cual vais a pasar el Jordán para poseerla. No estaréis en ella largos días sin que seáis destruidos.

27Y Jehová os esparcirá entre los pueblos, y quedaréis pocos en número entre las naciones a las cuales os llevará Jehová.

28Y serviréis allí a dioses hechos por manos de hombres, de madera y de piedra, que no ven, ni oyen, ni comen ni huelen.

29Mas si desde allí buscas a Jehová tu Dios, lo hallarás si lo buscas con todo tu corazón y con toda tu alma.

30Cuando estés en angustia y te alcancen todas estas cosas, si en los postreros días te vuelves a Jehová tu Dios y escuchas su voz,

31porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios: No te dejará, ni te destruirá ni se olvidará del convenio que él juró a tus padres.

32Porque pregunta ahora acerca de los tiempos pasados que han sido antes de ti, desde el día en que creó Dios al hombre sobre la tierra, si desde un extremo del cielo al otro se ha hecho algo semejante a esta gran cosa, o se ha oído otra como ella.

33¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, y ha vivido?

34¿O ha intentado Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros, y con guerra, y con mano poderosa y brazo extendido, y con grandes terrores, según todo lo que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos?

35A ti te fue mostrado para que supieses que Jehová es Dios y que no hay otro fuera de él.

36Desde los cielos te hizo oír su voz para disciplinarte; y sobre la tierra te mostró su gran fuego, y has oído sus palabras de en medio del fuego.

37Y por cuanto él amó a tus padres, escogió a su descendencia después de ellos y te sacó delante de sí de Egipto con su gran poder,

38para echar de delante de ti naciones grandes y más fuertes que tú, y para hacerte entrar y darte su tierra por heredad, como sucede hoy.

39Aprende, pues, hoy y considera en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra; no hay otro.

40Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, que yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre.

41Entonces apartó Moisés tres ciudades de este lado del Jordán, hacia el nacimiento del sol,

42para que huyese allí el homicida que matase a su prójimo sin intención, sin haber tenido enemistad con él previamente y, huyendo a una de estas ciudades, salvase su vida.

43Apartó Beser en el desierto, en la tierra de la llanura, para los rubenitas; y Ramot en Galaad, para los gaditas; y Golán en Basán, para los de Manasés.

44Ésta, pues, es la ley que Moisés puso delante de los hijos de Israel.

45Éstos son los testimonios, y los estatutos y los decretos que Moisés habló a los hijos de Israel cuando salieron de Egipto,

46de este lado del Jordán, en el valle delante de Bet-peor, en la tierra de Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón, al que derrotó Moisés con los hijos de Israel cuando salieron de Egipto.

47Y poseyeron la tierra de Sehón y la tierra de Og, rey de Basán, los dos reyes de los amorreos que estaban de este lado del Jordán, al nacimiento del sol,

48desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo Arnón, hasta el monte Sión, que es Hermón,

49y toda la llanura de este lado del Jordán, al oriente, hasta el mar del llano, al pie de las laderas del Pisga.




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Lectura hablada de la Santa Biblia RV 2009 SUD: Día 52: Deuteronomio 1-2


Deuteronomio..Capítulo 1
Moisés empieza a relatar lo sucedido a Israel durante cuarenta años en el desierto — Se manda a los hijos de Israel entrar y poseer Canaán — Se escogen jueces y jefes para ayudar a Moisés — Los espías de Israel dan un informe negativo — Los adultos de Israel perecerán — Los amorreos derrotan a los ejércitos de Israel.

1Éstas son las palabras que habló Moisés a todo Israel a este lado del Jordán, en el desierto, en el llano delante del Mar Rojo, entre Parán, y Tofel, y Labán, y Hazerot y Dizahab.

2Once días de viaje hay desde Horeb, camino del monte Seir, hasta Cades-barnea.

3Y aconteció que a los cuarenta años, en el mes undécimo, el primer día del mes, Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todas las cosas que Jehová le había mandado acerca de ellos,

4después que hirió a Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón, y a Og, rey de Basán, que habitaba en Astarot, en Edrei.

5De este lado del Jordán, en la tierra de Moab, resolvió Moisés declarar esta ley, diciendo:

6Jehová nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Bastante tiempo habéis estado en este monte.

7Volveos, partid e id al monte del amorreo y a todas sus comarcas, en el llano, en el monte, y en los valles, y al sur y a la costa del mar, a la tierra del cananeo y el Líbano, hasta el gran río, el río Éufrates.

8Mirad, yo he puesto la tierra delante de vosotros; entrad y poseed la tierra que Jehová juró a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, que les daría a ellos y a su descendencia después de ellos.

9Y yo os hablé en ese entonces, diciendo: Yo solo no puedo llevaros.

10Jehová vuestro Dios os ha multiplicado, y he aquí hoy sois vosotros como las estrellas del cielo en multitud.

11¡Jehová, Dios de vuestros padres, os haga mil veces más de lo que sois y os bendiga, como os ha prometido!

12¿Cómo llevaré yo solo vuestros problemas, vuestras cargas y vuestros pleitos?

13Dadme de entre vosotros, de vuestras tribus, hombres sabios, y entendidos y expertos, para que yo los ponga como vuestros jefes.

14Y me respondisteis y dijisteis: Bueno es hacer lo que has dicho.

15Y tomé los principales de vuestras tribus, hombres sabios y expertos, y los puse como jefes sobre vosotros, jefes de millares, y jefes de centenas, y jefes de cincuenta, y jefes de diez y oficiales para vuestras tribus.

16Y entonces mandé a vuestros jueces, diciendo: Oíd la causa entre vuestros hermanos y juzgad justamente entre el hombre y su hermano, y el que es extranjero.

17No hagáis distinción de personas en el juicio; tanto al pequeño como al grande oiréis. No tendréis temor de ninguno, porque el juicio es de Dios; y la causa que os sea muy difícil, la traeréis a mí, y yo la oiré.

18Os mandé, pues, en aquel tiempo todo lo que habíais de hacer.

19Y cuando partimos de Horeb, anduvimos por todo aquel grande y terrible desierto que habéis visto, por el camino del monte del amorreo, como Jehová nuestro Dios nos lo mandó; y llegamos hasta Cades-barnea.

20Entonces os dije: Habéis llegado al monte del amorreo, el cual Jehová nuestro Dios nos da.

21Mira, Jehová tu Dios ha puesto delante de ti la tierra; sube y poséela, como Jehová, el Dios de tus padres, te ha dicho; no temas ni desmayes.

22Y os acercasteis a mí todos vosotros y dijisteis: Enviemos hombres delante de nosotros, que reconozcan la tierra y nos traigan razón del camino por donde hemos de subir y de las ciudades adonde hemos de llegar.

23Y la propuesta me pareció bien, y tomé doce hombres de entre vosotros, un hombre por cada tribu.

24Y se encaminaron, y subieron al monte, y llegaron hasta el valle de Escol y reconocieron la tierra.

25Y tomaron en sus manos del fruto del país y nos lo trajeron, y nos dieron un informe y dijeron: Es buena la tierra que Jehová nuestro Dios nos da.

26Sin embargo, no quisisteis subir, sino que fuisteis rebeldes al mandato de Jehová vuestro Dios;

27y murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo: Porque Jehová nos aborrece, nos ha sacado de la tierra de Egipto, para entregarnos en manos del amorreo para destruirnos.

28¿A dónde subiremos? Nuestros hermanos han hecho desfallecer nuestro corazón, diciendo: Este pueblo es más grande y más alto que nosotros; las ciudades son grandes y están amuralladas hasta el cielo, y también vimos allí a los hijos de Anac.

29Entonces os dije: No temáis ni tengáis miedo de ellos.

30Jehová vuestro Dios, que va delante de vosotros, él peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo por vosotros en Egipto delante de vuestros ojos;

31y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha llevado, como lleva el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta que habéis llegado a este lugar.

32Y aun con esto no creísteis a Jehová vuestro Dios,

33el que iba delante de vosotros por el camino para buscaros el lugar donde habíais de acampar, con fuego de noche para mostraros el camino por donde habíais de andar, y con nube de día.

34Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, y se enojó y juró, diciendo:

35No verá hombre alguno de esta mala generación la buena tierra que juré dar a vuestros padres,

36excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que pisó, y a sus hijos, porque ha seguido fielmente a Jehová.

37Y también contra mí se airó Jehová por causa de vosotros, diciendo: Tampoco tú entrarás allá.

38Josué hijo de Nun, que está delante de ti, él entrará allá; anímale, porque él hará que Israel la herede.

39Y vuestros pequeños, de los cuales dijisteis que servirían de botín, y vuestros hijos que no saben hoy ni lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá, y a ellos la daré, y ellos la heredarán.

40Pero vosotros volveos y partid al desierto camino del Mar Rojo.

41Entonces respondisteis y me dijisteis: Hemos pecado contra Jehová; nosotros subiremos y pelearemos, conforme a todo lo que Jehová nuestro Dios nos ha mandado. Y cada uno de vosotros se armó con sus armas de guerra y os preparasteis para subir al monte.

42Y Jehová me dijo: Diles: No subáis ni peleéis, pues no estoy entre vosotros, para que no seáis derrotados delante de vuestros enemigos.

43Y os hablé, pero no disteis oídos; antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová, y persistiendo con altivez, subisteis al monte.

44Y el amorreo que habitaba en aquel monte salió a vuestro encuentro, y os persiguieron como hacen las avispas y os derrotaron desde Seir hasta Horma.

45Y volvisteis y llorasteis delante de Jehová, pero Jehová no escuchó vuestra voz ni os prestó oídos.

46Y así estuvisteis en Cades por muchos días, los días que habéis estado allí.




Deuteronomio..Capítulo 2
Los hijos de Israel avanzan hacia su tierra prometida — Pasan en paz por las tierras de Esaú y de Amón, pero destruyen a los amorreos.

1 Y volvimos y partimos al desierto, camino del Mar Rojo, como Jehová me había dicho, y rodeamos el monte Seir durante muchos días.

2Y Jehová me habló, diciendo:

3Bastante habéis rodeado este monte; volveos al norte.

4Y manda al pueblo, diciendo: Al pasar vosotros por el territorio de vuestros hermanos, los hijos de Esaú, que habitan en Seir, ellos tendrán miedo de vosotros; mas vosotros guardaos mucho.

5No contendáis con ellos, porque no os daré de su tierra ni aun la huella de la planta de un pie, porque yo he dado como heredad a Esaú el monte Seir.

6Compraréis de ellos con dinero los alimentos, y comeréis; y también compraréis de ellos el agua, y beberéis;

7pues Jehová tu Dios te ha bendecido en toda obra de tus manos; él sabe que andas por este gran desierto. Durante estos cuarenta años Jehová tu Dios ha estado contigo, y nada te ha faltado.

8Y pasamos de largo a nuestros hermanos, los hijos de Esaú, que habitaban en Seir, por el camino de la llanura de Elat y de Ezión-geber. Y volvimos y tomamos el camino del desierto de Moab.

9Y Jehová me dijo: No molestes a Moab ni los provoques a la guerra, pues no te daré posesión de su tierra, porque yo he dado Ar como heredad a los hijos de Lot.

10(Los emitas habitaron en ella antes, pueblo grande, y numeroso y alto como los anaceos.

11Ellos también eran considerados gigantes, como los anaceos; y los moabitas los llaman emitas.

12Y en Seir habitaron antes los horeos, a los cuales echaron los hijos de Esaú; y los destruyeron delante de sí y moraron en lugar de ellos, como hizo Israel en la tierra de su posesión que les dio Jehová.)

13Levantaos ahora y pasad el arroyo de Zered. Y pasamos el arroyo de Zered.

14Y los días que anduvimos desde Cades-barnea hasta que pasamos el arroyo de Zered fueron treinta y ocho años, hasta que se acabó toda la generación de los hombres de guerra de en medio del campamento, como Jehová les había jurado.

15Y también la mano de Jehová estuvo contra ellos para destruirlos de en medio del campamento, hasta acabarlos.

16Y aconteció que cuando finalmente murieron todos los hombres de guerra de entre el pueblo,

17Jehová me habló, diciendo:

18Tú pasarás hoy el territorio de Moab, hacia Ar,

19y cuando te acerques a los hijos de Amón, no los molestes ni contiendas con ellos, pues no te daré posesión de la tierra de los hijos de Amón, porque a los hijos de Lot la he dado como heredad.

20(Como la tierra de los gigantes fue también ella conocida; allí habitaron gigantes en otro tiempo, a los cuales los amonitas llamaban zomzomeos.

21Eran un pueblo grande, y numeroso y alto, como los anaceos, a los cuales Jehová destruyó delante de los amonitas, quienes los desalojaron y habitaron en su lugar,

22como hizo con los hijos de Esaú, que habitaban en Seir, delante de los cuales destruyó a los horeos; y ellos los desalojaron y habitaron en su lugar hasta hoy.

23Y a los aveos que habitaban en aldeas hasta Gaza, los caftoreos que salieron de Caftor los destruyeron y habitaron en su lugar.)

24Levantaos, partid y pasad el arroyo Arnón. He aquí, he entregado en tus manos a Sehón, el amorreo, rey de Hesbón, y su tierra; comienza a tomar posesión de ella y entra con él en guerra.

25Hoy comenzaré a infundir miedo y terror de ti entre los pueblos debajo de todo el cielo, los cuales oirán tu fama, y temblarán y se angustiarán delante de ti.

26Y envié mensajeros desde el desierto de Cademot a Sehón, rey de Hesbón, con palabras de paz, diciendo:

27Pasaré por tu tierra por el camino; por el camino iré, sin apartarme ni a la derecha ni a la izquierda.

28La comida me venderás por dinero, y comeré; el agua también me la darás por dinero, y beberé; solamente pasaré a pie,

29como lo hicieron conmigo los hijos de Esaú que habitaban en Seir y los moabitas que habitaban en Ar, hasta que cruce el Jordán a la tierra que nos da Jehová nuestro Dios.

30Mas Sehón, rey de Hesbón, no quiso que pasáramos por su territorio, porque Jehová tu Dios había endurecido su espíritu y obstinado su corazón para entregarlo en tus manos, como lo vemos hoy.

31Y me dijo Jehová: He aquí yo he comenzado a entregar delante de ti a Sehón y su tierra; comienza a tomar posesión de ella, para que la heredes.

32Y nos salió Sehón al encuentro, él y todo su pueblo, para pelear en Jahaza.

33Mas Jehová nuestro Dios lo entregó delante de nosotros, y lo derrotamos a él, y a sus hijos y a todo su pueblo.

34Y tomamos entonces todas sus ciudades y destruimos por completo todas las ciudades: hombres, y mujeres y niños; no dejamos ninguno.

35Solamente tomamos para nosotros el ganado y los despojos de las ciudades que habíamos tomado.

36Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo Arnón, y la ciudad que está en el valle, hasta Galaad, no hubo ciudad que escapase de nosotros; todas las entregó Jehová nuestro Dios en nuestro poder.

37Solamente no llegaste a la tierra de los hijos de Amón, ni a todo lo que está a la orilla del arroyo Jaboc, ni a las ciudades del monte ni a lugar alguno que Jehová nuestro Dios había prohibido.





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