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lunes, 12 de marzo de 2012

Lectura con Audio de la Santa Biblia RV 2009 SUD: Día 66: Josué 5-7


Josué
..Capítulo 5
Los habitantes de Canaán temen a Israel — Los varones de Israel son circuncidados — Israel guarda la Pascua y come del fruto de la tierra; cesa el maná — El Príncipe del ejército de Jehová se le aparece a Josué.

1Y cuando todos los reyes de los amorreos, que estaban al otro lado del Jordán, al occidente, y todos los reyes de los cananeos que estaban cerca del mar, oyeron cómo Jehová había secado las aguas del Jordán delante de los hijos de Israel hasta que hubieron pasado, desfalleció su corazón, y no hubo más ánimo en ellos por causa de los hijos de Israel.

2En aquel tiempo Jehová dijo a Josué: Hazte cuchillos afilados, y vuelve a circuncidar por segunda vez a los hijos de Israel.

3Y Josué se hizo cuchillos afilados, y circuncidó a los hijos de Israel en el monte de los prepucios.

4Ésta es la causa por la cual Josué los circuncidó: Todo el pueblo que había salido de Egipto, los varones, todos los hombres de guerra, habían muerto en el desierto, por el camino, después que salieron de Egipto.

5Porque todos los del pueblo que habían salido estaban circuncidados, mas todos los del pueblo que habían nacido en el desierto, por el camino, después que salieron de Egipto, no estaban circuncidados.

6Porque los hijos de Israel anduvieron por el desierto durante cuarenta años, hasta que toda la gente de los hombres de guerra que habían salido de Egipto, fue consumida; por cuanto no obedecieron la voz de Jehová, por lo cual Jehová les juró que no les dejaría ver la tierra, la cual Jehová había jurado a sus padres que nos daría, tierra que fluye leche y miel.

7Y a los hijos de ellos, que él había puesto en su lugar, Josué los circuncidó, pues eran incircuncisos, porque no habían sido circuncidados por el camino.

8Y cuando acabaron de circuncidar a toda la gente, se quedaron en el mismo lugar en el campamento hasta que sanaron.

9Y Jehová dijo a Josué: Hoy he quitado de vosotros el oprobio de Egipto; por eso el nombre de aquel lugar fue llamado Gilgal, hasta hoy.

10Y los hijos de Israel asentaron el campamento en Gilgal, y celebraron la Pascua a los catorce días del mes, al atardecer, en los llanos de Jericó.

11Y al otro día de la Pascua comieron del fruto de la tierra, panes sin levadura, y en el mismo día espigas tostadas.

12Y el maná cesó al día siguiente, desde que comenzaron a comer del fruto de la tierra, y los hijos de Israel nunca más tuvieron maná, sino que comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel año.

13Y aconteció que estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio a un varón que estaba delante de él, que tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué fue hacia él y le dijo: ¿Eres de los nuestros o de nuestros enemigos?

14Y él respondió: No; mas ahora he venido como Príncipe del ejército de Jehová. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró, y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?

15Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué lo hizo así.

Josué
..Capítulo 6

Se toma Jericó y es destruida — Sólo se salvan Rahab y los de su casa.

1Ahora bien, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie entraba ni salía.

2Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tus manos a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra.

3Rodearéis, pues, la ciudad todos los hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez; y esto haréis durante seis días.

4Y siete sacerdotes llevarán siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las trompetas.

5Y cuando toquen prolongadamente el cuerno de carnero, y cuando oigáis el sonido de la trompeta, todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad caerá; entonces el pueblo subirá, cada uno derecho hacia delante.

6Y llamó Josué hijo de Nun a los sacerdotes, y les dijo: Llevad el arca del convenio, y que siete sacerdotes lleven trompetas de cuerno de carnero delante del arca de Jehová.

7Y dijo al pueblo: Pasad, y rodead la ciudad; y los que están armados pasarán delante del arca de Jehová.

8Y aconteció que cuando Josué hubo hablado al pueblo, los siete sacerdotes, llevando las siete trompetas de cuerno de carnero, pasaron delante del arca de Jehová, y tocaron las trompetas; y el arca del convenio de Jehová los seguía.

9Y los hombres armados iban delante de los sacerdotes que tocaban las trompetas, y la retaguardia iba detrás del arca, andando y tocando las trompetas.

10Y Josué mandó al pueblo, diciendo: Vosotros no gritaréis, ni se oirá vuestra voz, ni saldrá palabra de vuestra boca, hasta el día en que yo os diga: Gritad. Entonces gritaréis.

11Entonces el arca de Jehová dio una vuelta alrededor de la ciudad, y volvieron al campamento, donde pasaron la noche.

12Y Josué se levantó de mañana, y los sacerdotes tomaron el arca de Jehová.

13Y los siete sacerdotes, llevando las siete trompetas de cuerno de carnero, iban delante del arca de Jehová, andando siempre y tocando las trompetas; y los hombres armados iban delante de ellos, y la retaguardia iba detrás del arca de Jehová, andando y tocando las trompetas.

14Así dieron otra vuelta a la ciudad el segundo día, y volvieron al campamento; de esta manera lo hicieron por seis días.

15Y al séptimo día se levantaron al despuntar el alba, y dieron vuelta a la ciudad de la misma manera siete veces; solamente ese día dieron vuelta alrededor de ella siete veces.

16Y cuando los sacerdotes hubieron tocado las trompetas la séptima vez, Josué dijo al pueblo: Gritad, porque Jehová os ha entregado la ciudad.

17Mas la ciudad será anatema a Jehová, ella y todas las cosas que están en ella; solamente Rahab la ramera vivirá, con todos los que estén en su casa, por cuanto escondió a los mensajeros que enviamos.

18Pero guardaos vosotros del anatema; no toquéis ni toméis cosa alguna del anatema, no sea que hagáis anatema el campamento de Israel y lo turbéis.

19Mas toda la plata, y el oro, y los objetos de bronce y de hierro, sean consagrados a Jehová, y vayan al tesoro de Jehová.

20Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las trompetas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de las trompetas, el pueblo gritó con gran vocerío, y el muro se desplomó. Y el pueblo subió a la ciudad, cada uno derecho hacia delante, y la tomaron.

21Y destruyeron completamente a filo de espada todo lo que en la ciudad había: hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, y las ovejas, y los asnos.

22Mas Josué dijo a los dos hombres que habían reconocido la tierra: Entrad en casa de la mujer ramera, y haced salir de allí a la mujer, y a todo lo que sea suyo, como lo jurasteis.

23Y los jóvenes espías entraron, y sacaron a Rahab, y a su padre, y a su madre, y a sus hermanos, y todo lo que era suyo; y también sacaron a toda su parentela, y los pusieron fuera del campamento de Israel.

24Y consumieron con fuego la ciudad, y todo lo que en ella había; solamente pusieron en el tesoro de la casa de Jehová la plata, y el oro, y los objetos de bronce y de hierro.

25Mas Josué salvó la vida a Rahab la ramera, y a la casa de su padre, y a todo lo que ella tenía; y habitó ella entre los israelitas hasta hoy, por cuanto escondió a los mensajeros que Josué envió a reconocer a Jericó.

26Y en aquel tiempo Josué les hizo este juramento, diciendo: Maldito sea delante de Jehová el hombre que se levante y reedifique esta ciudad de Jericó. En su primogénito eche sus cimientos, y en su hijo menor asiente sus puertas.

27Estuvo, pues, Jehová con Josué, y su nombre se divulgó por toda la tierra.

Josué
..Capítulo 7

Israel es derrotado por el pueblo de Hai — Josué se queja a Jehová — Acán y los de su casa son destruidos porque éste desobedeció a Jehová al tomar de los despojos de Jericó.

1Pero los hijos de Israel cometieron una infidelidad con respecto al anatema, porque Acán, hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, tomó del anatema, y la ira de Jehová se encendió contra los hijos de Israel.

2Y Josué envió hombres desde Jericó a Hai, que estaba junto a Bet-avén hacia el oriente de Bet-el, y les habló diciendo: Subid, y reconoced la tierra. Y ellos subieron, y reconocieron Hai.

3Y volviendo a Josué, le dijeron: No suba todo el pueblo, sino suban como dos mil o como tres mil hombres; y tomarán Hai; no fatigues a todo el pueblo yendo allí, porque son pocos.

4Y subieron allá del pueblo como tres mil hombres, los cuales huyeron delante de los de Hai.

5Y los de Hai hirieron de ellos como a treinta y seis hombres, y los persiguieron desde la puerta hasta Sebarim, y los derrotaron en la bajada. Por lo que desfalleció el corazón del pueblo, y vino a ser como agua.

6Entonces Josué rasgó sus vestidos, y se postró en tierra sobre su rostro delante del arca de Jehová hasta caer la tarde, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas.

7Y Josué dijo: ¡Ah, Señor Jehová! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán, para entregarnos en las manos de los amorreos, para que nos destruyan? ¡Ojalá nos hubiéramos quedado al otro lado del Jordán!

8¡Ay, Señor! ¿Qué diré, ya que Israel ha vuelto la espalda delante de sus enemigos?

9Porque los cananeos y todos los moradores de la tierra lo oirán, y nos rodearán y borrarán nuestro nombre de sobre la tierra. Entonces, ¿qué harás tú por tu gran nombre?

10Y Jehová dijo a Josué: ¡Levántate! ¿Por qué te postras así sobre tu rostro?

11Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi convenio que yo les había mandado; pues también han tomado del anatema, y hasta han hurtado, y también han mentido, y aun lo han guardado entre sus enseres.

12Por esto los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán la espalda, por cuanto han venido a ser anatema. No estaré más con vosotros si no destruís el anatema de en medio de vosotros.

13Levántate, santifica al pueblo, y di: Santificaos para mañana, porque Jehová el Dios de Israel dice así: Anatema hay en medio de ti, Israel; no podrás hacer frente a tus enemigos hasta que hayáis quitado el anatema de en medio de vosotros.

14Os acercaréis, pues, mañana por tribus; y la tribu que Jehová tome, se acercará conforme a sus familias; y la familia que Jehová tome, se acercará por sus casas paternas; y la casa que Jehová tome, se acercará hombre por hombre;

15y el que sea sorprendido con el anatema, será quemado con fuego, él y todo lo que tiene, por cuanto ha quebrantado el convenio de Jehová, y ha cometido infamia en Israel.

16Josué, pues, levantándose de mañana, hizo acercar a Israel por tribus; y fue tomada la tribu de Judá;

17y haciendo acercar la tribu de Judá, fue tomada la familia de los de Zera; haciendo luego acercar la familia de los de Zera hombre por hombre, fue tomado Zabdi;

18e hizo acercar su casa hombre por hombre, y fue tomado Acán, hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá.

19Entonces Josué dijo a Acán: Hijo mío, da gloria ahora a Jehová, el Dios de Israel, y dale alabanza, y declárame ahora lo que has hecho; no me lo encubras.

20Y Acán respondió a Josué, diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra Jehová el Dios de Israel, y he hecho así y así:

21Vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y tomé. Y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y la plata está debajo de ello.

22Josué entonces envió mensajeros, los cuales fueron corriendo a la tienda, y he aquí, todo estaba escondido en su tienda, y la plata debajo de ello.

23Y tomándolo de en medio de la tienda, lo trajeron a Josué y a todos los hijos de Israel, y lo pusieron delante de Jehová.

24Entonces Josué, y todo Israel con él, tomaron a Acán hijo de Zera, y el dinero, y el manto, y el lingote de oro, y sus hijos, y sus hijas, y sus bueyes, y sus asnos, y sus ovejas, y su tienda, y todo cuanto tenía, y lo llevaron todo al valle de Acor.

25Y le dijo Josué: ¿Por qué nos has turbado? Túrbete Jehová en este día. Y todos los israelitas los apedrearon, y los quemaron con fuego, después de apedrearlos.

26Y levantaron sobre él un gran montón de piedras, que permanece hasta hoy. Y Jehová se tornó de la ira de su furor. Y por esto fue llamado aquel lugar el Valle de Acor, hasta hoy.




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