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jueves, 1 de marzo de 2012

Lectura hablada de la Santa Biblia RV 2009 SUD Día 56 Deuteronomio 11-13


Deuteronomio
CAPÍTULO 11
Amarás y obedecerás a Jehová tu Dios — Si los hijos de Israel obedecen, serán bendecidos con lluvia y con cosechas, y echarán a las naciones poderosas — Israel debe aprender las leyes de Dios y enseñarlas — Las bendiciones se reciben por medio de la obediencia; las maldiciones son consecuencia de la desobediencia.

1 Amarás , pues, a Jehová tu Dios y guardarás su mandato, y sus estatutos, y sus decretos y sus mandamientos, todos los días.

2Y comprended hoy, porque no hablo con vuestros hijos que no han sabido ni visto el castigo de Jehová vuestro Dios, su grandeza, su mano poderosa, ni su brazo extendido,

3ni sus señales ni sus obras que hizo en medio de Egipto a Faraón, rey de Egipto, y a toda su tierra;

4y lo que hizo al ejército de Egipto, a sus caballos y a sus carros; cómo hizo precipitar las aguas del Mar Rojo sobre ellos cuando venían tras vosotros, y cómo Jehová los destruyó hasta hoy;

5y lo que ha hecho con vosotros en el desierto, hasta que habéis llegado a este lugar;

6y lo que hizo a Datán y a Abiram, hijos de Eliab hijo de Rubén; cómo abrió la tierra su boca y los tragó a ellos y a sus familias, y sus tiendas y todo lo que tenían en pie en medio de todo Israel.

7Mas vuestros ojos han visto todos los grandes hechos que Jehová ha ejecutado.

8Guardad, pues, todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, para que seáis fuertes, y entréis y poseáis la tierra a la cual vais a pasar para poseerla;

9y para que os sean prolongados los días sobre la tierra que juró Jehová a vuestros padres que había de darla a ellos y a sus descendientes, tierra que fluye leche y miel.

10Porque la tierra a la cual vas a entrar para poseerla no es como la tierra de Egipto, de donde habéis salido, donde sembrabas tu semilla y regabas con tu pie, como huerto de hortalizas.

11La tierra a la cual vais a pasar para poseerla es tierra de montes y de valles; de la lluvia del cielo bebe las aguas;

12tierra de la cual Jehová tu Dios cuida; siempre están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año hasta el fin de él.

13Y acontecerá que si obedecéis cuidadosamente mis mandamientos que yo os mando hoy, de amar a Jehová vuestro Dios y de servirle con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma,

14yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, y tu vino y tu aceite.

15También haré crecer hierba en tu campo para tu ganado; y comerás y te saciarás.

16Cuidaos, pues, de que vuestro corazón no se engañe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, y os inclinéis a ellos;

17y así se encienda el furor de Jehová sobre vosotros, y cierre los cielos, y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis pronto en la buena tierra que os da Jehová.

18Por tanto, pondréis éstas, mis palabras, en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano y serán como frontales entre vuestros ojos.

19Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas estando en tu casa o andando por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes;

20y las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas,

21para que sean aumentados vuestros días, y los días de vuestros hijos, sobre la tierra que juró Jehová a vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra.

22Porque si guardáis cuidadosamente todos estos mandamientos que yo os prescribo, para que los cumpláis, y si amáis a Jehová vuestro Dios, andando en todos sus caminos, y a él os aferráis,

23Jehová también echará a todas estas naciones de delante de vosotros y desposeeréis a naciones más grandes y más fuertes que vosotros.

24Todo lugar que pise la planta de vuestro pie será vuestro: desde el desierto hasta el Líbano, desde el río, el río Éufrates, hasta el mar occidental será vuestro territorio.

25Nadie os hará frente; miedo y temor de vosotros pondrá Jehová vuestro Dios sobre la faz de toda la tierra que piséis, como él os ha dicho.

26He aquí, yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición:

27La bendición, si obedecéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy;

28y la maldición, si no obedecéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios y os apartáis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido.

29Y acontecerá que cuando Jehová tu Dios te haya llevado a la tierra a la cual vas para poseerla, pondrás la bendición sobre el monte Gerizim, y la maldición sobre el monte Ebal,

30los cuales están al otro lado del Jordán, tras el camino del occidente, en la tierra del cananeo que habita en la llanura delante de Gilgal, junto al encinar de More.

31Porque vosotros pasaréis el Jordán para ir a poseer la tierra que os da Jehová vuestro Dios, y la poseeréis y habitaréis en ella.

32Cuidaréis, pues, de poner por obra todos los estatutos y los decretos que yo presento hoy delante de vosotros.


Deuteronomio
CAPÍTULO 12

Israel debe destruir los dioses cananeos y sus lugares de adoración — Jehová señalará dónde adorará Su pueblo — Se prohíbe comer sangre — Israel debe adorar conforme al modelo divino.
1 Éstos son los estatutos y los decretos que cuidaréis de poner por obra en la tierra que Jehová, el Dios de tus padres, te ha dado para que la poseas todos los días que vosotros viváis sobre la tierra.

2Destruiréis enteramente todos los lugares donde las naciones que vosotros heredaréis sirvieron a sus dioses, sobre los montes altos, y sobre los collados y debajo de todo árbol frondoso.

3Y derribaréis sus altares, y quebraréis sus estatuas, y sus imágenes de Asera consumiréis con fuego, y destruiréis las esculturas de sus dioses y borraréis el nombre de ellas de aquel lugar.

4No haréis así para con Jehová vuestro Dios.

5Mas el lugar que Jehová vuestro Dios escogiere de todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación, ése buscaréis y allá iréis.

6Y allí llevaréis vuestros holocaustos, y vuestros sacrificios, y vuestros diezmos, y la ofrenda elevada de vuestras manos, y vuestros votos, y vuestras ofrendas voluntarias y las primicias de vuestras vacas y de vuestras ovejas;

7y comeréis allí delante de Jehová vuestro Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras familias, en toda obra de vuestras manos en que Jehová tu Dios te haya bendecido.

8No haréis como todo lo que nosotros hacemos aquí ahora, cada uno lo que bien le parece,

9porque aún hasta ahora no habéis entrado en el reposo y en la heredad que os da Jehová vuestro Dios.

10Mas pasaréis el Jordán y habitaréis en la tierra que Jehová vuestro Dios os hace heredar, y él os dará reposo de todos vuestros enemigos alrededor, y habitaréis seguros.

11Y al lugar que Jehová vuestro Dios escogiere para hacer habitar en él su nombre, allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos y vuestros sacrificios, vuestros diezmos y la ofrenda elevada de vuestras manos, y todo lo escogido de vuestros votos que hayáis prometido a Jehová.

12Y os alegraréis delante de Jehová vuestro Dios, vosotros, y vuestros hijos, y vuestras hijas, y vuestros criados, y vuestras criadas y el levita que esté en vuestras poblaciones, por cuanto no tiene parte ni heredad con vosotros.

13Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que vieres,

14sino en el lugar que Jehová escogiere, en una de tus tribus; allí ofrecerás tus holocaustos y allí harás todo lo que yo te mando.

15Con todo, podrás matar y comer carne en todas tus poblaciones, conforme al deseo de tu alma, según la bendición que Jehová tu Dios te haya dado; el impuro y el limpio la comerá, como la de gacela o la de ciervo.

16Salvo que la sangre no comeréis; sobre la tierra la derramaréis como agua.

17Ni podrás comer en tus poblaciones el diezmo de tu grano, ni de tu vino, ni de tu aceite, ni las primicias de tus vacas, ni de tus ovejas, ni tus votos que hayas prometido, ni tus ofrendas voluntarias ni la ofrenda elevada de tu mano,

18sino que delante de Jehová tu Dios las comerás, en el lugar que Jehová tu Dios haya escogido, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu criado, y tu criada y el levita que esté en tus poblaciones; y te alegrarás delante de Jehová tu Dios en toda obra de tus manos.

19Ten cuidado de no desamparar al levita en todos tus días sobre tu tierra.

20Cuando Jehová tu Dios ensanche tu territorio, como él te ha dicho, y tú digas: Comeré carne, porque deseó tu alma comerla, conforme a todo el deseo de tu alma comerás carne.

21Si está lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios haya escogido, para poner allí su nombre, podrás matar de tus vacas y de tus ovejas que Jehová te haya dado, como te he mandado yo, y comerás en tus ciudades según todo lo que desee tu alma.

22Así como se come la gacela y el ciervo, así las podrás comer; el impuro y el limpio también podrán comer de ellas.

23Solamente asegúrate de no comer la sangre, porque la sangre es la vida; y no has de comer la vida juntamente con su carne.

24No la comerás; en tierra la derramarás como agua.

25No comerás de ella, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, cuando hagas lo recto ante los ojos de Jehová.

26Pero las cosas que hayas consagrado y tus votos, los tomarás e irás al lugar que Jehová haya escogido;

27y ofrecerás tus holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar de Jehová tu Dios; y la sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar de Jehová tu Dios, y comerás la carne.

28Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre, cuando hagas lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios.

29Cuando Jehová tu Dios haya devastado delante de ti las naciones a donde tú vas para poseerlas, y las heredes y habites en su tierra,

30cuídate de no tropezar yendo en pos de ellas, después que sean destruidas delante de ti; no preguntes acerca de sus dioses, diciendo: ¿De qué manera servían aquellas naciones a sus dioses? Así haré yo también.

31No harás así para con Jehová tu Dios, porque todo lo abominable que Jehová aborrece hicieron ellos a sus dioses, pues aun a sus hijos y a sus hijas quemaban en el fuego para sus dioses.

32Cuidaréis de hacer todo lo que yo os mando; no añadirás a ello ni de ello quitarás.
Deuteronomio
Capítulo 13

Jehová pone a prueba a los de Su pueblo para ver si adorarán dioses falsos — Se matará a los profetas, a los soñadores, a los parientes o a los amigos que aboguen por la adoración de dioses falsos — Las ciudades idólatras serán destruidas.
1 Cuando se levante en medio de ti un profeta o un soñador de sueños, y te anuncie una señal o un prodigio,

2y se cumpla la señal o prodigio que él te dijo, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no has conocido, y sirvámosles,

3no darás oídos a las palabras de tal profeta, ni de tal soñador de sueños, porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma.

4En pos de Jehová vuestro Dios andaréis, y a él temeréis, y guardaréis sus mandamientos, y escucharéis su voz, y a él serviréis y a él os aferraréis.

5Y el tal profeta o soñador de sueños ha de ser muerto, por cuanto incitó a la rebelión contra Jehová vuestro Dios, que te sacó de la tierra de Egipto y te rescató de la casa de servidumbre, y trató de apartarte del camino por el que Jehová tu Dios te mandó que anduvieses; y así quitarás el mal de en medio de ti.

6Si te incita tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo, o tu hija, o la esposa amada o tu amigo del alma, diciendo en secreto: Vayamos y sirvamos a dioses ajenos, que ni tú ni tus padres habéis conocido,

7los dioses de los pueblos que están en vuestros alrededores, cerca de ti o lejos de ti, desde un cabo de la tierra hasta el otro cabo de ella,

8no consentirás con él ni le darás oídos, ni tu ojo se apiadará de él, ni le tendrás compasión ni lo encubrirás.

9Antes lo matarás; tu mano se alzará primero sobre él para matarle, y después la mano de todo el pueblo.

10Y lo apedrearás, y morirá, por cuanto procuró apartarte de Jehová tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre,

11para que todo Israel oiga y tema, y no vuelva a hacer cosa semejante a esta maldad en medio de ti.

12Si oyes que se dice en alguna de tus ciudades que Jehová tu Dios te da para que mores en ellas,

13que hombres, hijos impíos, han salido de en medio de ti, que han descarriado a los moradores de su ciudad, diciendo: Vayamos y sirvamos a dioses ajenos, que vosotros no habéis conocido,

14entonces tú inquirirás, y buscarás y preguntarás con diligencia. Y si parece verdad, cosa cierta, que tal abominación se hizo en medio de ti,

15irremisiblemente herirás a filo de espada a los moradores de aquella ciudad, destruyéndola con todo lo que haya en ella, y también matarás sus bestias a filo de espada.

16Y juntarás todo el botín de ella en medio de su plaza y consumirás con fuego la ciudad y todo su botín, todo ello, a Jehová tu Dios. Y será un montón de ruinas para siempre; nunca más se edificará.

17Y no se pegará nada del anatema a tu mano, para que Jehová se aparte del furor de su ira, y tenga misericordia y compasión de ti y te multiplique, como lo juró a tus padres,

18cuando obedezcas la voz de Jehová tu Dios, guardando todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, para hacer lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios.



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Lectura hablada de la Santa Biblia RV 2009 SUD Día 55 Deuteronomio 8-10


Deuteronomio..Capítulo 8
Jehová puso a prueba a los hijos de Israel durante cuarenta años en el desierto — El comer maná les enseñó que el hombre vive de la palabra de Dios — Su ropa no envejeció — Jehová los disciplinó — Si Israel sirve a otros dioses, perecerá.

1 Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis a poseer la tierra que juró Jehová dar a vuestros padres.

2Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para humillarte, para ponerte a prueba, para saber lo que estaba en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.

3Y te humilló, y te hizo sufrir hambre y te sustentó con maná, comida que tú no conocías, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, sino de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.

4Tu ropa nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado durante estos cuarenta años.

5Reconoce asimismo en tu corazón que, como disciplina el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te disciplina.

6Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos y temiéndole.

7Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos de aguas, de fuentes y de manantiales que brotan en valles y montes;

8tierra de trigo y cebada, y de vides, e higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel;

9tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre.

10Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado.

11Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, dejando de observar sus mandamientos, y sus decretos y sus estatutos, que yo te ordeno hoy;

12no sea que cuando comas y te sacies, y edifiques buenas casas y las habites,

13y cuando tus vacas y tus ovejas aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente,

14entonces se enaltezca tu corazón y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre;

15que te condujo por un desierto grande y espantoso, de serpientes ardientes, y de escorpiones y de sed, donde ningún agua había, y él te sacó agua de la roca del pedernal;

16que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien;

17y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza.

18Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da poder para hacer riquezas, a fin de confirmar el convenio que juró a tus padres, como en este día.

19Mas acontecerá que, si llegas a olvidarte de Jehová tu Dios, y andas en pos de dioses ajenos, y los sirves y te inclinas ante ellos, testifico hoy contra vosotros que de cierto pereceréis.

20Como las naciones que Jehová destruirá delante de vosotros, así pereceréis, por cuanto no habréis atendido a la voz de Jehová vuestro Dios.

Deuteronomio..Capítulo 9

Las otras naciones son arrojadas de Canaán debido a sus iniquidades — Moisés recuerda las rebeliones de Israel y narra cómo intercedió entre el pueblo y Jehová — En dos ocasiones estuvo sin alimento y sin agua durante cuarenta días.

1Oye, Israel: Hoy pasarás el Jordán para entrar a desposeer a naciones más numerosas y más fuertes que tú, ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo,

2un pueblo grande y alto, hijos de los anaceos, de los cuales tienes tú conocimiento y has oído decir: ¿Quién podrá hacer frente a los hijos de Anac?

3Entiende, pues, hoy, que Jehová tu Dios es el que pasa delante de ti como fuego consumidor, que los destruirá y los humillará delante de ti. Y tú los echarás y los destruirás rápidamente, como Jehová te ha dicho.

4No digas en tu corazón cuando Jehová tu Dios los haya echado de delante de ti: Por mi justicia me ha traído Jehová a poseer esta tierra, sino que por la maldad de estas naciones Jehová las echa de delante de ti.

5No por tu justicia ni por la rectitud de tu corazón entras a poseer la tierra de ellos, sino por la maldad de estas naciones Jehová tu Dios las echa de delante de ti, y para confirmar la palabra que Jehová juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.

6Por tanto, entiende que no es por tu justicia que Jehová tu Dios te da esta buena tierra para poseerla, porque pueblo de dura cerviz eres tú.

7Acuérdate, no olvides que has provocado a ira a Jehová tu Dios en el desierto; desde el día en que saliste de la tierra de Egipto hasta que entrasteis en este lugar, habéis sido rebeldes para con Jehová.

8Y en Horeb provocasteis a ira a Jehová, y se enojó Jehová contra vosotros para destruiros.

9Cuando yo subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del convenio que Jehová hizo con vosotros, estuve entonces en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua.

10Y me dio Jehová las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios; y en ellas estaba escrito conforme a todas las palabras que os habló Jehová en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea.

11Y aconteció que al cabo de cuarenta días y cuarenta noches, Jehová me dio las dos tablas de piedra, las tablas del convenio.

12Y me dijo Jehová: Levántate, desciende aprisa de aquí, porque tu pueblo que sacaste de Egipto se ha corrompido; muy pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho una imagen de fundición.

13Y me habló Jehová, diciendo: He visto ese pueblo, y he aquí que es un pueblo de dura cerviz.

14Déjame que los destruya y borre su nombre de debajo del cielo, y de ti haré una nación fuerte y mucho más numerosa que ellos.

15Y volví y descendí del monte, el cual ardía en llamas, con las dos tablas del convenio en mis dos manos.

16Y miré, y he aquí habíais pecado contra Jehová vuestro Dios; os habíais hecho un becerro de fundición, apartándoos pronto del camino que Jehová os había mandado.

17Entonces tomé las dos tablas, y las arrojé de mis dos manos y las quebré delante de vuestros ojos.

18Y me postré delante de Jehová, como antes, cuarenta días y cuarenta noches; no comí pan ni bebí agua, a causa de todo el pecado vuestro que habíais cometido haciendo lo malo ante los ojos de Jehová para enojarlo.

19Porque temí a causa del furor y de la ira con que Jehová estaba enojado contra vosotros para destruiros. Pero Jehová me escuchó también esta vez.

20Contra Aarón también se enojó Jehová tanto como para destruirlo; y también oré por Aarón en ese entonces.

21Y tomé vuestro pecado, el becerro que habíais hecho, y lo quemé en el fuego y lo desmenucé, moliéndolo muy bien, hasta que fue reducido a polvo; y eché el polvo al arroyo que descendía del monte.

22También en Tabera, y en Massa, y en Kibrot-hataava, provocasteis a ira a Jehová.

23Y cuando Jehová os envió desde Cades-barnea, diciendo: Subid y poseed la tierra que yo os he dado, también fuisteis rebeldes al mandato de Jehová vuestro Dios, y no le creisteis ni obedecisteis su voz.

24Rebeldes habéis sido a Jehová desde el día en que yo os conozco.

25Me postré, pues, delante de Jehová; cuarenta días y cuarenta noches estuve postrado, porque Jehová dijo que os había de destruir.

26Y oré a Jehová, diciendo: Oh Señor Jehová, no destruyas a tu pueblo, a tu heredad que has redimido con tu grandeza, que sacaste de Egipto con mano poderosa.

27Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob; no mires la terquedad de este pueblo, ni su maldad ni su pecado,

28no sea que digan los de la tierra de donde nos sacaste: Por cuanto no pudo Jehová introducirlos en la tierra que les había prometido, o porque los aborrecía, los sacó para matarlos en el desierto.

29Y ellos son tu pueblo y tu heredad que sacaste con tu gran poder y con tu brazo extendido.

Deuteronomio..Capítulo 10

Las tablas de piedra que contienen los Diez Mandamientos se colocan en el arca — Todo lo que Dios requiere es que Israel le ame y le sirva — ¡Cuán grande y poderoso es Jehová!

1En aquel tiempo Jehová me dijo: Lábrate dos tablas de piedra como las primeras, y sube hasta mí al monte y hazte un arca de madera.

2Y escribiré en aquellas tablas las palabras que estaban en las primeras tablas que quebraste, y las pondrás en el arca.

3E hice un arca de madera de acacia, y labré dos tablas de piedra como las primeras y subí al monte con las dos tablas en mi mano.

4Y escribió en las tablas, conforme a la primera escritura, los diez mandamientos que Jehová os había hablado en el monte de en medio del fuego, el día de la asamblea; y me las entregó Jehová.

5Y me volví y descendí del monte, y puse las tablas en el arca que había hecho; y allí están, como Jehová me mandó.

6(Después partieron los hijos de Israel de Beerot-bene-jaacán a Moserá. Allí murió Aarón y allí fue sepultado; y en su lugar su hijo Eleazar sirvió como sacerdote.

7De allí partieron a Gudgoda, y de Gudgoda a Jotbata, tierra de arroyos de aguas.

8En aquel tiempo apartó Jehová la tribu de Leví para que llevase el arca del convenio de Jehová, para que estuviese delante de Jehová para servirle y para bendecir en su nombre, hasta el día de hoy.

9Por lo cual Leví no tuvo parte ni heredad con sus hermanos; Jehová es su heredad, como Jehová tu Dios le dijo.)

10Y yo estuve en el monte como los primeros días, cuarenta días y cuarenta noches; y Jehová me escuchó también esta vez, y no quiso Jehová destruirte.

11Y me dijo Jehová: Levántate, ve y marcha delante del pueblo, para que entren y posean la tierra que juré a sus padres que les había de dar.

12Ahora pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma;

13que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te mando hoy para tu bien?

14He aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra y todas las cosas que hay en ella.

15Pero solamente de tus padres se agradó Jehová para amarlos, y escogió su descendencia después de ellos, a vosotros, de entre todos los pueblos, como en este día.

16Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón y no endurezcáis más vuestra cerviz.

17Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas ni recibe soborno,

18que hace justicia al huérfano y a la viuda, que ama también al extranjero, dándole pan y vestido.

19Amaréis, pues, al extranjero, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto.

20A Jehová tu Dios temerás, a él servirás, a él te aferrarás y por su nombre jurarás.

21Él es tu alabanza y él es tu Dios, que ha hecho contigo estas cosas grandes y terribles que tus ojos han visto.

22Con setenta almas descendieron tus padres a Egipto, y ahora Jehová te ha hecho tan numeroso como las estrellas del cielo.




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