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miércoles, 26 de septiembre de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 216: Isaías 41-43

Capítulo 41
Jehová dice a Israel: Vosotros sois Mis siervos; yo os sustentaré — Los ídolos nada son — Se llevarán buenas nuevas a Jerusalén.

1Guardad silencio ante mí, oh islas, y renueven fuerzas los pueblos; acérquense y entonces hablen; vengamos juntos a juicio.

2¿Quién despertó al justo del oriente, lo llamó para que le siguiese, entregó delante de él naciones y le hizo gobernar sobre reyes? Los entregó a su espada como polvo, y a su arco como hojarasca arrebatada.

3Los persiguió; pasó en paz por un camino por donde sus pies nunca habían pisado.

4¿Quién hizo y realizó esto, llamando a las generaciones desde el principio? Yo Jehová, el primero, y con los postreros; yo soy aquél.

5Las islas vieron y tuvieron temor; los confines de la tierra temblaron, se acercaron y vinieron.

6Cada cual ayuda a su prójimo y dice a su hermano: ¡Sé fuerte!

7El artífice anima al orfebre, y el que aplana con martillo dice al que bate en el yunque, acerca de la soldadura: ¡Está bien! Y lo afirma con clavos para que no se mueva.

8Pero tú, oh Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham, mi amigo.

9Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí y no te deseché.

10No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te fortalezco; siempre te ayudaré; siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

11He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y humillados; los que contienden contigo serán como nada y perecerán.

12Los buscarás y no los hallarás, los que tienen contienda contigo; aquellos que te hacen la guerra serán como nada y como cosa que no es.

13Porque yo, Jehová, soy tu Dios, quien te sostiene de la mano derecha y te dice: No temas, yo te ayudaré.

14No temas, gusano de Jacob, oh vosotros hombres de Israel; yo te socorreré, dice Jehová, tu Redentor, el Santo de Israel.

15He aquí que yo te he puesto por trillo, trillo nuevo, cortante, lleno de dientes; trillarás montes y los molerás, y convertirás los collados en tamo.

16Los aventarás, y se los llevará el viento, y los esparcirá el torbellino. Pero tú te regocijarás en Jehová; te gloriarás en el Santo de Israel.

17Los afligidos y menesterosos buscan agua, pero no hay; se secó de sed su lengua; yo, Jehová, les responderé; yo, el Dios de Israel, no los desampararé.

18En las cumbres abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; convertiré el desierto en estanques de agua, y la tierra seca en manantiales de agua.

19Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos; pondré en el yermo cipreses, olmos y álamos juntamente,

20para que vean, y sepan, y consideren y entiendan todos que la mano de Jehová hace esto, y que el Santo de Israel lo ha creado.

21Presentad vuestra causa, dice Jehová; exponed vuestros fuertes razonamientos, dice el Rey de Jacob.

22Tráiganlos y declárennos lo que ha de suceder; dígannos lo que ha sucedido desde el principio, y lo consideraremos en nuestro corazón, para que sepamos también su final; y hacednos entender lo que ha de venir.

23Declaradnos lo que ha de venir después, para que sepamos que vosotros sois dioses; haced algo, sea bueno o malo, para que lo temamos y lo veamos juntamente.

24He aquí que vosotros no sois nada, y vuestras obras son vanidad; abominación es el que os escoge.

25Del norte desperté a uno, y vendrá; del nacimiento del sol invocará mi nombre; y pisoteará príncipes como a lodo, como pisotea al barro el alfarero.

26¿Quién lo declaró desde el principio, para que lo supiéramos; o de tiempo atrás, para que dijéramos: Es justo? Ciertamente no hay quien lo declare; sí, no hay quien lo anuncie; ciertamente no hay quien oiga vuestras palabras.

27He aquí, yo soy el primero que he declarado estas cosas a Sión, y a Jerusalén daré un portador de buenas nuevas.

28Miro, y no hay nadie; y entre ellos ningún consejero hay; les pregunto, y no responden palabra.

29He aquí, todos son vanidad, y las obras de ellos nada son. ¡Viento y vanidad son sus imágenes fundidas!

Capítulo 42

Isaías habla del Mesías — Jehová traerá Su ley y Su justicia, será una luz a las naciones y liberará a los presos — Alabad a Jehová.

1He aquí mi siervo, yo lo sostendré; mi escogido en quien mi alma se complace. He puesto sobre él mi espíritu; él traerá justicia a las naciones.

2No clamará, ni alzará su voz ni la hará oír en las calles.

3No quebrará la caña cascada ni apagará el pabilo que humea; traerá la justicia con fidelidad.

4No se cansará ni desmayará hasta que ponga justicia en la tierra. Y las islas esperarán su ley.

5Así dice Jehová Dios, Creador de los cielos y el que los despliega, el que extiende la tierra y sus frutos, el que da aliento al pueblo que mora sobre ella y espíritu a los que por ella andan:

6Yo, Jehová, te he llamado en justicia, y te sostendré de la mano, y te guardaré y te pondré como convenio para el pueblo, como luz para las naciones,

7para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos y de casas de prisión a los que moran en tinieblas.

8¡Yo soy Jehová; éste es mi nombre! Y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a imágenes talladas.

9He aquí, las cosas anteriores se han cumplido, y yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo os las haré saber.

10Cantad a Jehová un nuevo cántico, su alabanza desde el extremo de la tierra, los que descendéis al mar, y cuanto hay en él, las islas y sus moradores.

11Alcen la voz el desierto y sus ciudades, las aldeas donde habita Cedar; canten los moradores de Sela; desde la cumbre de los montes den voces de júbilo.

12Den gloria a Jehová y anuncien sus loores en las islas.

13Jehová saldrá como hombre poderoso, y como hombre de guerra despertará celo; gritará, sí, voceará; prevalecerá sobre sus enemigos.

14Desde hace mucho tiempo he callado, he guardado silencio, me he contenido; daré voces como la que está de parto, jadearé y resollaré a la vez.

15Devastaré montes y collados, haré secar toda su hierba; los ríos convertiré en islas y secaré los estanques.

16Y guiaré a los ciegos por un camino que no conocían, los haré pisar por sendas que no habían conocido; delante de ellos cambiaré las tinieblas en luz y lo escabroso en llanura. Estas cosas les haré y no los desampararé.

17Serán vueltos atrás y en extremo avergonzados los que confían en imágenes talladas y dicen a las imágenes de fundición: Vosotros sois nuestros dioses.

18Sordos, oíd; y vosotros ciegos, mirad para ver.

19¿Quién es ciego, sino mi siervo? ¿Quién es sordo como mi mensajero que envié? ¿Quién es tan ciego como el perfecto, y tan ciego como el siervo de Jehová?

20Tú ves muchas cosas, pero no las observas. Los oídos están abiertos, pero nadie oye.

21Jehová se complació, por causa de su justicia, en magnificar la ley y engrandecerla.

22Mas éste es un pueblo saqueado y despojado, todos ellos atrapados en cavernas y escondidos en cárceles; se han convertido en botín, y no hay quien los libre; y en despojo, y no hay quien diga: Restituidlos.

23¿Quién de vosotros oirá esto? ¿Quién atenderá y escuchará con respecto al porvenir?

24¿Quién dio a Jacob en botín y entregó a Israel a saqueadores? ¿No fue Jehová, contra quien pecamos? Porque no quisieron andar en sus caminos ni escucharon su ley.

25Por tanto, derramó sobre él el furor de su ira y la ferocidad de la guerra; y le prendió fuego alrededor, pero no se dio cuenta; y lo encendió, pero no hizo caso.

Capítulo 43

Jehová dice a Israel: Yo soy Tu Dios; recogeré tu descendencia; aparte de Mí no hay Salvador; vosotros sois Mis testigos.

1Y ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te he redimido; te puse nombre; mío eres tú.

2Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás ni la llama arderá en ti.

3Porque yo, Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate; a Etiopía y a Seba, a cambio de ti.

4Porque ante mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres a cambio de ti y naciones a cambio de tu vida.

5No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu descendencia y del occidente te recogeré.

6Diré al norte: Da acá, y al sur: No los retengas; trae desde lejos a mis hijos, y a mis hijas desde los confines de la tierra,

7a todos los llamados por mi nombre, para gloria mía los creé, los formé y los hice.

8Sacad al pueblo que es ciego, aunque tiene ojos, y a los sordos, aunque tienen oídos.

9Congréguense a una todas las naciones, y júntense todos los pueblos. ¿Quién de ellos hay que nos dé nuevas de esto y que nos haga oír las cosas anteriores? Presenten sus testigos y justifíquense; oigan y digan: Es verdad.

10Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis, y creáis y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios alguno, ni lo será después de mí.

11Yo, yo soy Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.

12Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo entre vosotros dios ajeno. Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová, y yo soy Dios.

13Aun antes que hubiera día, yo soy, y no hay quien libre de mi mano; yo actúo, ¿y quién lo revoca?

14Así dice Jehová, Redentor vuestro, el Santo de Israel: Por vuestra causa envié a Babilonia e hice descender a todos ellos como fugitivos, aun el clamor jactancioso de los caldeos en sus naves.

15Yo soy Jehová, Santo vuestro, Creador de Israel, vuestro Rey.

16Así dice Jehová, el que abre camino en el mar y senda en las aguas impetuosas;

17el que saca carro y caballo, ejército y fuerza; se caen juntamente para no levantarse; quedan extinguidos, como pabilo quedan apagados:

18No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a la memoria las cosas antiguas.

19He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz. ¿No la percibís? Otra vez abriré camino en el desierto y ríos en el yermo.

20La bestia del campo me honrará, los chacales y los polluelos del avestruz, porque daré agua en el desierto, ríos en el yermo, para que beba mi pueblo, mi escogido.

21Este pueblo he formado para mí; mis alabanzas publicará.

22Y no me invocaste a mí, oh Jacob, sino que de mí te cansaste, oh Israel.

23No me trajiste a mí los animales de tus holocaustos ni a mí me honraste con tus sacrificios; no te hice servir con ofrenda ni te hice fatigar quemando incienso.

24No compraste para mí caña aromática con dinero ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios, sino que me abrumaste con tus pecados, me fatigaste con tus iniquidades.

25Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por mi causa, y no me acordaré de tus pecados.

26Hazme recordar; entremos a juicio juntamente; habla tú para justificarte.

27Tu primer padre pecó, y tus enseñadores transgredieron contra mí.

28Por tanto, yo profané a los príncipes del santuario, y puse como anatema a Jacob y como oprobio a Israel.

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