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martes, 3 de julio de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 157: Job 6-9


Job
..Capítulo 6
Job se lamenta por su pesar — Ora a Dios para que le conceda sus peticiones — Se debe tener compasión por aquellos que están atribulados — ¡Cuán poderosas son las palabras de rectitud!

1 Y respondió Job y dijo:

2

¡Oh, que pesasen bien mi queja y mi tormento,
y que se alzasen igualmente en la balanza!

3

Porque pesarían más que la arena del mar;
por eso mis palabras han sido precipitadas.

4

Porque las saetas del Todopoderoso están clavadas en mí,
cuyo veneno bebe mi espíritu;
y los terrores de Dios combaten contra mí.

5

¿Acaso rebuzna el asno montés junto a la hierba?
¿Muge el buey junto a su pasto?

6

¿Se comerá lo desabrido sin sal?
¿O habrá gusto en la clara del huevo?

7

Las cosas que mi alma no quería tocar
son ahora mi repugnante comida.

8

¡Quién me diera que se cumpliese mi petición,
y que Dios me otorgase lo que anhelo;

9

y que agradara a Dios quebrantarme,
que soltara su mano y acabara conmigo!

10

Y sería aún más mi consuelo
si me asaltase con dolor sin darme más tregua,
porque yo no he escondido las palabras del Santo.

11

¿Cuál es mi fuerza para seguir esperando?
¿Y cuál es mi fin para prolongar mi vida?

12

¿Es mi fuerza la de las piedras?
¿O es mi carne de bronce?

13

¿No está la ayuda en mí mismo,
y la sana sabiduría me falta del todo?

14

El atribulado debe ser compadecido por su compañero,
aunque haya abandonado el temor del Omnipotente.

15

Mis hermanos han actuado engañosamente como un torrente;
han pasado como corrientes impetuosas

16

que están enturbiadas por el hielo,
y en las que se derrite la nieve,

17

que al tiempo del calor son deshechas
y, al calentarse, desaparecen de su lugar.

18

Se apartan de la senda de su rumbo;
van menguando y se pierden.

19

Miraron las caravanas de Temán;
los caminantes de Sabá las esperaron a ellas;

20

pero fueron avergonzados por su esperanza,
porque llegaron hasta ellas y quedaron confundidos.

21

Ahora, ciertamente como ellas sois vosotros;
habéis visto el terror y teméis.

22

¿Os he dicho yo: Traedme algo,
o sobornad por mí de vuestra hacienda,

23

o libradme de la mano del opresor,
o redimidme de manos de los violentos?

24

Enseñadme, y yo callaré;
y hacedme entender en qué he errado.

25

¡Cuán poderosas son las palabras de rectitud!
Pero, ¿qué reprocha vuestra reprensión?

26

¿Pensáis censurar las palabras
y los discursos de un desesperado, que son como el viento?

27

También os arrojáis sobre el huérfano
y caváis un foso para vuestro amigo.

28

Ahora pues, si queréis, miradme
y ved si miento ante vosotros.

29

Volved ahora, y no haya iniquidad;
volved aún a considerar mi justicia en esto.

30

¿Acaso hay iniquidad en mi lengua?
¿Acaso no puede mi paladar discernir las cosas perversas?

Job
..Capítulo 7

Job pregunta: ¿No tiene acaso el hombre trabajo arduo sobre la tierra? ¿Qué es el hombre para que lo engrandezcas? ¿Por qué no perdonas mi iniquidad?

1

¿No tiene acaso el hombre trabajo arduo sobre la tierra?
¿Y no son sus días como los días del jornalero?

2

Como el siervo anhela la sombra,
y como el jornalero espera el salario de su trabajo,

3

así he tenido que heredar meses de desolación,
y me asignaron noches de trabajo agotador.

4

Cuando estoy acostado, digo:
¿Cuándo me levantaré? Mas la noche es larga,
y estoy cansado de dar vueltas hasta el alba.

5

Mi carne está vestida de gusanos y de costras de polvo;
mi piel se agrieta y supura.

6

Y mis días son más veloces que la lanzadera del tejedor,
y fenecen sin esperanza.

7

Acuérdate de que mi vida es un soplo
y de que mis ojos no volverán a ver el bien.

8

Los ojos de los que me ven no me verán más;
tus ojos están sobre mí, y dejaré de ser.

9

Como la nube se desvanece y se va,
así el que desciende al Seol no subirá;

10

no volverá más a su casa,
ni su lugar le reconocerá más.

11

Por tanto, yo no refrenaré mi boca;
hablaré en la angustia de mi espíritu
y me quejaré en la amargura de mi alma.

12

¿Soy yo el mar, o un monstruo marino,
para que me pongas guardia?

13

Cuando digo: Mi lecho me consolará,
mi cama atenuará mis quejas,

14

entonces me asustas con sueños
y me aterras con visiones.

15

Y así mi alma tuvo por mejor la estrangulación,
y quiso la muerte más que la vida.

16

Aborrezco mi vida; no he de vivir para siempre;
déjame, pues mis días son vanidad.

17

¿Qué es el hombre para que lo engrandezcas,
y para que pongas sobre él tu corazón,

18

y para que lo visites cada mañana,
y para que le pongas a prueba a cada momento?

19

¿Hasta cuándo no apartarás de mí tu mirada,
ni me soltarás siquiera hasta que trague mi saliva?

20

He pecado. ¿Qué puedo hacerte a ti, oh Guardián de los hombres?
¿Por qué has hecho de mí tu blanco,
para que yo sea una carga para mí mismo?

21

¿Y por qué no quitas mi transgresión y perdonas mi iniquidad?
Porque ahora dormiré en el polvo;
y si me buscas de mañana, ya no existiré.

Job
..Capítulo 8

Bildad pregunta: ¿Acaso pervertirá Dios el juicio? También dice: Nuestros días sobre la tierra son como una sombra; Dios no rechaza al hombre perfecto.

1 Y respondió Bildad, el suhita, y dijo:

2

¿Hasta cuándo hablarás tales cosas,
y serán las palabras de tu boca como un viento impetuoso?

3

¿Acaso pervertirá Dios el juicio,
o pervertirá el Todopoderoso la justicia?

4

Si tus hijos pecaron contra él,
él los entregó en manos de su transgresión.

5

Si tú de mañana buscas a Dios
y ruegas al Todopoderoso,

6

si fueras puro y recto,
ciertamente se despertaría ahora en tu favor
y haría prosperar la morada de tu justicia.

7

Aunque tu comienzo haya sido pequeño,
tu porvenir se engrandecerá en gran manera.

8

Pues pregunta, te ruego, a las generaciones pasadas
y disponte para lo inquirido por sus padres;

9

pues nosotros somos de ayer y nada sabemos,
ya que nuestros días sobre la tierra son como una sombra.

10

¿No te enseñarán ellos, y te hablarán,
y de su corazón sacarán palabras?

11

¿Crece el junco sin lodo?
¿Crece la caña sin agua?

12

Aun en su verdor, sin haber sido cortado,
se seca antes que toda hierba.

13

Tales son los caminos de todos los que se olvidan de Dios;
y la esperanza del impío perecerá,

14

porque su esperanza será cortada,
y su confianza es como una tela de araña.

15

Se apoyará en su casa, mas ésta no permanecerá en pie;
se asirá a ella, mas no resistirá.

16

Como un árbol está verde delante del sol
y sus renuevos salen sobre su huerto,

17

se van entretejiendo sus raíces sobre un montón de rocas.
Ve una casa de piedra.

18

Si lo arrancan de su lugar,
éste lo negará entonces, diciendo: Nunca te vi.

19

He aquí, éste será el gozo de su camino,
y del polvo brotarán otros.

20

He aquí, Dios no rechaza al perfecto
ni brinda apoyo a la mano de los malignos.

21

Aún llenará tu boca de risa,
y tus labios de júbilo.

22

Los que te aborrecen serán vestidos de vergüenza,
y la habitación de los malvados perecerá.

Job
..Capítulo 9

Job reconoce la justicia y la grandeza de Dios y concluye que el hombre no puede contender con Él.

1 Y respondió Job y dijo:

2

Ciertamente yo sé que es así;
pero, ¿cómo se justificará el hombre ante Dios?

3

Si alguno quisiera contender con él,
no podría responderle ni una vez entre mil.

4

Él es sabio de corazón y poderoso en fuerzas.
¿Quién se ha endurecido contra él y ha quedado en paz?

5

Él arranca los montes con su furor,
y no saben quién los trastornó.

6

Él remueve la tierra de su lugar
y hace temblar sus columnas.

7

Él manda al sol y no sale;
y sella las estrellas.

8

Él solo extiende los cielos
y anda sobre las olas del mar.

9

Él hizo la Osa, el Orión, y las Pléyades
y los lugares lejanos del sur.

10

Él hace cosas grandes e incomprensibles,
y maravillosas, sin número.

11

He aquí que él pasa delante de mí, y yo no lo veo;
y pasa de largo, y no lo percibo.

12

He aquí, arrebata algo, y, ¿quién le detendrá?
¿Quién le dirá: ¿Qué haces?

13

Dios no detendrá su ira,
y debajo de él se postran los que ayudan a los soberbios.

14

¿Cuánto menos le responderé yo
y hablaré con él palabras escogidas?

15

Aunque fuera yo justo, no respondería;
antes pediría clemencia a mi juez.

16

Si yo le invocase y él me respondiese,
aún no creería que él hubiera escuchado mi voz.

17

Porque me quebranta con tempestad
y aumenta mis heridas sin causa.

18

No me permite recobrar el aliento,
sino que me llena de amarguras.

19

Si hablamos de fuerza, he aquí fuerte es él;
si de juicio, ¿quién me emplazará?

20

Si yo me justifico, me condenará mi boca;
si digo que soy perfecto, esto me hará inicuo.

21

Aunque yo fuese íntegro, no conocería mi alma;
despreciaría mi vida.

22

Una cosa me resta por decir:
Al perfecto y al malvado, él los consume.

23

Si el azote mata de repente,
se burla de la prueba de los inocentes.

24

La tierra es entregada en manos de los malvados,
y él cubre el rostro de sus jueces.
Si no es él, ¿quién es?, ¿dónde está?

25

Mis días han sido más veloces que un correo;
huyen y no ven el bien.

26

Pasan cual naves veloces,
como el águila que se lanza sobre la presa.

27

Si digo: Olvidaré mi queja,
cambiaré mi triste semblante y me alegraré,

28

me dan temor todos mis dolores;
sé que no me tendrás por inocente.

29

Yo soy malvado;
¿Para qué, entonces, trabajar en vano?

30

Aunque me lave con aguas de nieve
y limpie mis manos con lejía,

31

aun así me hundirás en el foso,
y mis propios vestidos me aborrecerán.

32

Porque él no es hombre como yo, para que yo le responda,
y vengamos juntos a juicio.

33

No hay entre nosotros árbitro
que ponga su mano sobre nosotros dos.

34

Quite de sobre mí su vara,
y su terror no me espante.

35

Entonces hablaré y no le temeré,
porque yo no soy así.





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Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 156: Job 1-5


Job
..Capítulo 1
Job, hombre justo y perfecto, es bendecido con grandes riquezas — Satanás recibe permiso de Jehová para tentar a Job y ponerle a prueba — Las propiedades y los hijos de éste son destruidos, y aún así alaba y bendice a Jehová.

1Hubo en la tierra de Uz un hombre llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, y temeroso de Dios y apartado del mal.

2Y le nacieron siete hijos y tres hijas.

3Y su hacienda era de siete mil ovejas, y tres mil camellos, y quinientas yuntas de bueyes, y quinientas asnas y muchísimos criados; y era aquel hombre más grande que todos los orientales.

4E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con ellos.

5Y acontecía que, habiendo pasado los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía Job todos los días.

6Y aconteció que un día vinieron los hijos de Dios a presentarse delante de Jehová, entre los cuales vino también Satanás.

7Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Y respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella.

8Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?

9Y respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde?

10¿No le has levantado tú una valla a él, y a su casa y a todo lo que tiene alrededor? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra.

11Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu mismo rostro.

12Y dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tus manos; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.

13Y un día aconteció que sus hijos e hijas comían y bebían vino en casa de su hermano, el primogénito,

14y vino un mensajero a Job, que le dijo: Estaban arando los bueyes, y las asnas pacían cerca de ellos,

15y acometieron los sabeos y se los llevaron, y mataron a los criados a filo de espada; solamente escapé yo para traerte las nuevas.

16Aún estaba éste hablando cuando vino otro, que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo que quemó las ovejas y a los criados y los consumió; solamente escapé yo para traerte las nuevas.

17Todavía estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Los caldeos hicieron tres escuadrones, y dieron sobre los camellos y los tomaron, e hirieron a los criados a filo de espada; y solamente escapé yo para traerte las nuevas.

18Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano, el primogénito,

19y he aquí que un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para traerte las nuevas.

20Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y se rapó la cabeza, y se postró en tierra y adoró,

21y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá. Jehová dio y Jehová quitó: ¡Bendito sea el nombre de Jehová!

22En todo esto no pecó Job ni atribuyó a Dios despropósito alguno.

Job
..Capítulo 2

Satanás recibe permiso de Jehová para afligir físicamente a Job — Éste es herido con sarna — Elifaz, Bildad y Zofar vienen a consolarlo.

1Y aconteció que otro día vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también entre ellos para presentarse delante de Jehová.

2Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Y respondió Satanás a Jehová y dijo: De rodear la tierra y de andar por ella.

3Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa?

4Y Satanás respondió a Jehová y dijo: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida.

5Pero extiende ahora tu mano y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu mismo rostro.

6Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tus manos; pero guarda su vida.

7Y salió Satanás de delante de Jehová e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta de su pie hasta la coronilla de su cabeza.

8Y tomaba un pedazo de teja para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza.

9Entonces le dijo su esposa: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.

10Pero él le dijo: Has hablado como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas. ¿Pues qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.

11Y tres amigos de Job, Elifaz, el temanita, y Bildad, el suhita, y Zofar, el naamatita, luego que oyeron de todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar, porque habían convenido en venir juntos para condolerse de él y para consolarle.

12Los cuales, alzando los ojos desde lejos, no lo reconocieron y lloraron a gritos; y cada uno de ellos rasgó su manto, y esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo.

13Así se sentaron con él en tierra durante siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su dolor era muy grande.

Job
..Capítulo 3

Job maldice el día y las circunstancias de su nacimiento. Él pregunta: ¿Por qué no morí en la matriz?

1 Después de esto abrió Job su boca y maldijo su día.

2Y exclamó Job y dijo:

3

Perezca el día en que yo nací
y la noche en que se dijo: Un varón ha sido concebido.

4

Sea aquel día sombrío,
y no cuide de él Dios desde arriba
ni claridad sobre él resplandezca.

5

Aféenlo tinieblas y sombra de muerte;
repose sobre él nublado
que lo haga horrible como día caliginoso.

6

Ocupe aquella noche la oscuridad;
no sea contada entre los días del año
ni venga en el número de los meses.

7

¡He aquí, sea aquella noche solitaria,
que no haya canción alguna en ella!

8

Maldíganla los que maldicen el día,
los que se aprestan para despertar a Leviatán.

9

Oscurézcanse las estrellas del anochecer;
espere la luz, y no venga
ni vea el parpadeo de la aurora,

10

por cuanto no cerró las puertas del vientre donde yo estaba
ni escondió de mis ojos el sufrimiento.

11

¿Por qué no morí yo en la matriz,
o expiré al salir del vientre?

12

¿Por qué me recibieron las rodillas?
¿Y para qué los pechos que me amamantaron?

13

Pues ahora estaría yo muerto y reposaría;
dormiría, y entonces tendría descanso

14

con los reyes y con los consejeros de la tierra,
los que reedifican para sí ruinas;

15

o con los príncipes que poseían el oro,
que llenaban sus casas de plata;

16

o, ¿por qué no fui escondido como un aborto,
como los pequeñitos que nunca vieron la luz?

17

Allí los malvados dejan de perturbar,
y allí descansan los de agotadas fuerzas.

18

Allí asimismo reposan los cautivos;
no oyen la voz del capataz.

19

Allí están el pequeño y el grande,
y el siervo libre de su señor.

20

¿Por qué se da luz al que sufre
y vida a los de ánimo amargado,

21

a los que esperan la muerte, pero no les llega,
aunque la buscan más que a tesoros,

22

a los que se alegran sobremanera
y se gozan cuando hallan el sepulcro?

23

¿Por qué se da vida al hombre cuyo camino está escondido,
y a quien Dios ha cercado?

24

Pues antes que mi pan viene mi suspiro,
y mis gemidos corren como agua.

25

Porque el temor que me espantaba me ha sobrevenido,
y me ha acontecido lo que yo temía.

26

No he tenido paz, ni tranquilidad ni reposo;
más bien, me vino turbación.

Job
..Capítulo 4

Elifaz reprende a Job, haciéndole preguntas tales como: ¿Son destruidos los rectos?, y, ¿será el hombre más puro que el que lo creó?

1 Entonces respondió Elifaz, el temanita, y dijo:

2

Si intentáramos hablarte, ¿te sería molesto?
Pero, ¿quién podrá detener las palabras?

3

He aquí, tú enseñabas a muchos
y las manos débiles fortalecías.

4

Al que tropezaba, tus palabras sostenían;
y fortalecías las rodillas débiles.

5

Mas ahora que el mal ha venido sobre ti, te desalientas;
y ahora que ha llegado a ti, te turbas.

6

¿No es esto tu temor, tu confianza,
tu esperanza y la perfección de tus caminos?

7

Recuerda, te ruego, ¿quién, siendo inocente, ha perecido jamás?
O, ¿dónde han sido destruidos los rectos?

8

Como yo he visto, los que aran iniquidad
y siembran aflicción, eso mismo siegan.

9

Perecen por el aliento de Dios,
y por el soplo de su furor son consumidos.

10

El rugido del león, y la voz del león
y los dientes de los leoncillos son quebrantados.

11

El león viejo perece por falta de presa,
y los cachorros de la leona se dispersan.

12

Un asunto me fue traído en secreto,
y mi oído ha percibido algo de ello.

13

En imaginaciones de visiones nocturnas,
cuando el sueño profundo cae sobre los hombres,

14

me sobrevino un espanto y un temblor
que estremeció todos mis huesos;

15

y un espíritu pasó por delante de mí
que hizo que se erizara el vello de mi cuerpo.

16

Se detuvo, pero yo no reconocí su semblante;
delante de mis ojos había una figura; hubo silencio, entonces oí una voz:

17

¿Será el hombre más justo que Dios?
¿Será el hombre más puro que el que lo creó?

18

He aquí que en sus siervos no confía,
y atribuye errores a sus ángeles.

19

¡Cuánto más en los que habitan en casas de barro,
cuyos cimientos están en el polvo,
que serán aplastados como la polilla!

20

De la mañana a la tarde son destruidos,
y se pierden para siempre, sin haber quien repare en ello.

21

Su eminencia, ¿no se pierde con ellos mismos?
Mueren, mas sin sabiduría.

Job
..Capítulo 5

Elifaz aconseja a Job: El hombre nace para la aflicción; buscad a Dios; y bienaventurado es el hombre a quien Dios corrige.

1

Ahora pues, da voces. ¿Habrá quien te responda?
¿Y a cuál de los santos te volverás?

2

Es cierto que al necio la ira lo mata,
y al codicioso lo consume la envidia.

3

Yo he visto al necio que echaba raíces,
y en esa misma hora maldije su habitación.

4

Sus hijos estarán lejos de toda seguridad;
y en la puerta serán quebrantados,
y no habrá quien los libre.

5

Su mies comerán los hambrientos
y la sacarán de entre las espinas;
y los sedientos beberán su hacienda.

6

Porque la aflicción no sale del polvo,
ni el sufrimiento brota de la tierra.

7

Pero como las chispas se levantan para volar por el aire,
así el hombre nace para la aflicción.

8

Ciertamente yo buscaría a Dios
y le encomendaría mi causa;

9

Él hace cosas grandes e inescrutables,
y maravillas sin número;

10

él da la lluvia sobre la faz de la tierra
y envía las aguas sobre los campos;

11

él pone en alto a los humildes
y da seguridad a los enlutados;

12

él frustra los pensamientos de los astutos,
para que sus manos no prosperen;

13

él prende a los sabios en su propia astucia,
y el consejo de los perversos es malogrado.

14

De día éstos se topan con tinieblas
y a mediodía andan a tientas como de noche.

15

Así él libra al pobre de la espada, de la boca y de la mano del poderoso.

16

Así habrá esperanza para el menesteroso,
y la injusticia cerrará la boca.

17

He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios corrige;
por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso.

18

Porque él lastima, pero él venda;
él hiere, pero sus manos curan.

19

De seis tribulaciones te librará,
y en la séptima no te tocará el mal.

20

En el hambre te rescatará de la muerte,
y en la guerra, de manos de la espada.

21

Del azote de la lengua serás protegido
y no temerás la destrucción cuando venga.

22

De la destrucción y del hambre te reirás
y no temerás a las fieras del campo,

23

pues aun con las piedras del campo tendrás alianza,
y las fieras del campo estarán en paz contigo.

24

Y sabrás que hay paz en tu tienda;
y visitarás tu morada, y nada te faltará.

25

Asimismo sabrás que tu descendencia es mucha,
y tu prole es como la hierba de la tierra.

26

Y llegarás con vigor a la sepultura,
como la gavilla de trigo que se recoge a su tiempo.

27

He aquí, lo que hemos inquirido, y así es;
óyelo y conócelo para tu bien.




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