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martes, 28 de febrero de 2012

Lectura hablada de la Santa Biblia RV 2009 SUD Día 56 Deuteronomio 5-7


Deuteronomio..Capítulo 5
Moisés habla del convenio que Dios hizo con Israel en Horeb — Reitera los Diez Mandamientos — La observancia del día de reposo conmemora también la liberación de Israel del yugo de Egipto — Dios habla al hombre — Las bendiciones provienen de la obediencia.

1 Y llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos; aprendedlos y guardadlos para ponerlos por obra.

2Jehová nuestro Dios hizo un convenio con nosotros en Horeb.

3No con nuestros padres hizo Jehová este convenio, sino con nosotros, todos los que estamos aquí hoy vivos.

4Cara a cara habló Jehová con vosotros en el monte, de en medio del fuego

5(yo estaba entonces entre Jehová y vosotros, para declararos la palabra de Jehová, porque vosotros tuvisteis temor del fuego y no subisteis al monte), diciendo:

6Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre.

7No tendrás dioses ajenos delante de mí.

8No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra ni en las aguas debajo de la tierra.

9No te inclinarás a ellas ni las servirás, porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y la cuarta generación de los que me aborrecen,

10y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

11No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano, porque Jehová no dará por inocente al que tome su nombre en vano.

12Guardarás el día de reposo para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado.

13Seis días trabajarás y harás toda tu obra,

14mas el séptimo día es día de reposo para Jehová tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu criado, ni tu criada, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu criado y tu criada como tú.

15Y acuérdate de que fuiste esclavo en la tierra de Egipto y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano poderosa y brazo extendido; por lo tanto, Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.

16Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.

17No matarás.

18No cometerás adulterio.

19No hurtarás.

20No dirás falso testimonio contra tu prójimo.

21No codiciarás la esposa de tu prójimo ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su criado, ni su criada, ni su buey, ni su asno ni ninguna cosa que sea de tu prójimo.

22Estas palabras habló Jehová a toda vuestra congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la densa oscuridad, a gran voz, y no añadió más. Y las escribió en dos tablas de piedra, las cuales me dio a mí.

23Y aconteció que cuando vosotros oísteis la voz de en medio de las tinieblas y visteis el monte que ardía en fuego, os acercasteis a mí, todos los jefes de vuestras tribus y vuestros ancianos,

24y dijisteis: He aquí, Jehová nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego; hoy hemos visto que Jehová habla al hombre, y éste aún vive.

25Ahora, pues, ¿por qué hemos de morir? Porque este gran fuego nos consumirá; si seguimos oyendo la voz de Jehová nuestro Dios, moriremos.

26Porque, ¿quién hay entre los hombres que haya oído la voz del Dios viviente que hablaba de en medio del fuego, como nosotros la oímos, y aún viva?

27Acércate tú y oye todas las cosas que diga Jehová nuestro Dios; y tú nos dirás todo lo que Jehová nuestro Dios te diga, y nosotros oiremos y haremos.

28Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras cuando me hablabais, y me dijo Jehová: He oído la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado; bien está todo lo que han dicho.

29¡Oh si tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!

30Ve y diles: Volveos a vuestras tiendas.

31Y tú quédate aquí conmigo, y te diré todos los mandamientos, y estatutos y decretos que les enseñarás, a fin de que los pongan ahora por obra en la tierra que yo les doy en posesión.

32Mirad, pues, que hagáis como Jehová vuestro Dios os ha mandado; no os apartéis a la derecha ni a la izquierda.

33Andad en todo camino que Jehová vuestro Dios os ha mandado, para que viváis y os vaya bien, y prolonguéis vuestros días en la tierra que habéis de poseer.

Deuteronomio..Capítulo 6

Moisés proclama: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es; y, amarás a Jehová tu Dios — Se manda al pueblo de Israel enseñar a sus hijos — Moisés exhorta al pueblo a guardar los mandamientos y los testimonios y los estatutos de Jehová para que prosperen.

1 Éstos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual vais a entrar para poseerla;

2para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, y tu hijo y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados.

3Escucha, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y seáis multiplicados, como te ha dicho Jehová, el Dios de tus padres.

4Escucha, oh Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.

5Y amarás a Jehová tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con todas tus fuerzas.

6Y estas palabras que yo te mando hoy estarán sobre tu corazón;

7y se las repetirás a tus hijos y les hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y cuando te acuestes y cuando te levantes.

8Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos;

9y las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas.

10Y acontecerá que, cuando Jehová tu Dios te haya hecho entrar en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que te daría, en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste,

11y casas llenas de toda clase de bienes que tú no llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivares que no plantaste, y cuando hayas comido y te hayas saciado,

12cuídate de no olvidarte de Jehová que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre.

13A Jehová tu Dios temerás, y a él servirás y por su nombre jurarás.

14No andaréis en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en vuestros contornos,

15porque Jehová tu Dios, que está en medio de ti, es un Dios celoso; no sea que se inflame el furor de Jehová tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la faz de la tierra.

16No tentaréis a Jehová vuestro Dios como lo tentasteis en Masah.

17Guardad diligentemente los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y sus testimonios y sus estatutos que te ha mandado.

18Y harás lo recto y bueno a los ojos de Jehová, para que te vaya bien y entres y poseas la buena tierra que Jehová juró a tus padres;

19para que él eche a todos tus enemigos de delante de ti, como Jehová ha dicho.

20Cuando mañana te pregunte tu hijo, diciendo: ¿Qué significan los testimonios, y estatutos y decretos que Jehová nuestro Dios os mandó?,

21entonces dirás a tu hijo: Nosotros éramos esclavos de Faraón en Egipto, y Jehová nos sacó de Egipto con mano poderosa.

22E hizo Jehová señales y milagros grandes y terribles contra Egipto, contra Faraón y contra toda su casa, delante de nuestros ojos;

23y nos sacó de allá para traernos y darnos la tierra que juró a nuestros padres.

24Y nos mandó Jehová cumplir con todos estos estatutos y temer a Jehová nuestro Dios, para que nos fuera bien todos los días y para que nos diera vida, como hasta hoy.

25Y se nos contará en justicia si cuidamos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como él nos ha mandado.

Deuteronomio..Capítulo 7

Israel ha de destruir las siete naciones de Canaán — Se prohíbe el matrimonio con esas naciones, a fin de que no caigan en la apostasía — Israel tiene una misión como pueblo santo y escogido — Jehová muestra misericordia a aquellos que le aman y guardan sus mandamientos — Promete quitar toda enfermedad de los hijos de Israel si ellos son obedientes.

1 Cuando Jehová tu Dios te haya hecho entrar en la tierra en la cual tú has de entrar para poseerla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, y al gergeseo, y al amorreo, y al cananeo, y al ferezeo, y al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más fuertes que tú,

2y cuando Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo. No harás con ellos alianza ni les tendrás misericordia.

3Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo ni tomarás a su hija para tu hijo.

4Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros y pronto te destruirá.

5Mas así habéis de hacer con ellos: sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y cortaréis sus imágenes de Asera y quemaréis sus esculturas en el fuego.

6Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra.

7No por ser vosotros más numerosos que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais los menos numerosos de todos los pueblos,

8sino porque Jehová os amó y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres; os ha sacado Jehová con mano poderosa y os ha rescatado de la casa de servidumbre, de manos de Faraón, rey de Egipto.

9Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el convenio y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones,

10y que da el pago en la cara del que le aborrece, destruyéndolo; y no se tarda en retribuir al que le odia; en su cara le dará el pago.

11Guarda, por tanto, los mandamientos, y estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas.

12Y acontecerá que, por haber oído estos decretos, y haberlos guardado y puesto por obra, Jehová tu Dios guardará contigo el convenio y la misericordia que juró a tus padres.

13Y te amará, y te bendecirá, y te multiplicará y bendecirá el fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y tu grano, y tu mosto y tu aceite, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría.

14Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá en ti varón ni mujer estéril, ni en tus bestias.

15Y quitará Jehová de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti, sino que las pondrá sobre todos los que te aborrecieren.

16Y destruirás a todos los pueblos que te da Jehová tu Dios; tu ojo no les tendrá piedad, ni servirás a sus dioses, porque te será motivo de tropiezo.

17Si dices en tu corazón: Estas naciones son mucho más numerosas que yo, ¿cómo las podré desarraigar?,

18no tengas temor de ellas; acuérdate bien de lo que hizo Jehová tu Dios con Faraón y con todo Egipto,

19de las grandes pruebas que vieron tus ojos, y de las señales y de los milagros, y de la mano poderosa y brazo extendido con que Jehová tu Dios te sacó. Así hará Jehová tu Dios con todos los pueblos en cuya presencia tú temes.

20Y también enviará Jehová tu Dios sobre ellos avispas, hasta que perezcan los que queden y los que se hayan escondido de delante de ti.

21No desmayes delante de ellos, porque Jehová tu Dios está en medio de ti, Dios grande y temible.

22Y Jehová tu Dios echará a estas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás acabar con ellas de inmediato, para que las bestias del campo no se aumenten contra ti.

23Mas Jehová tu Dios las entregará delante de ti, y él las quebrantará con gran destrozo hasta que sean destruidas.

24Y él entregará sus reyes en tus manos, y tú borrarás el nombre de ellos de debajo del cielo; nadie te hará frente hasta que los destruyas.

25Las esculturas de sus dioses quemarás en el fuego; no codiciarás la plata ni el oro que las recubren para tomarlos para ti, no sea que tropieces por ello, pues es abominación a Jehová tu Dios.

26Y no traerás cosa abominable a tu casa, para que no seas anatema como ella; del todo la aborrecerás y la abominarás, porque es anatema.



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lunes, 27 de febrero de 2012

Lectura hablada de la Santa Biblia RV 2009 SUD: Día 53: Deuteronomio 3-4


Deuteronomio..Capítulo 3
Los hijos de Israel destruyen al pueblo de Basán — Sus tierras, al oriente del Jordán, se dan a Rubén y a Gad — Moisés ve Canaán desde el Pisga, pero se le niega la entrada a ella — Moisés aconseja y fortalece a Josué.

1 Y volvimos y subimos camino de Basán, y nos salió al encuentro Og, rey de Basán, para pelear, él y todo su pueblo, en Edrei.

2Y me dijo Jehová: No tengas temor de él, porque en tus manos lo he entregado a él, y a todo su pueblo y su tierra; y harás con él como hiciste con Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón.

3Y Jehová nuestro Dios entregó también en nuestras manos a Og, rey de Basán, y a todo su pueblo, al cual derrotamos hasta no quedar de él ninguno.

4Y tomamos entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomásemos: sesenta ciudades, toda la tierra de Argob, del reino de Og en Basán.

5Todas éstas eran ciudades fortificadas con muros altos, con puertas y barras, sin contar otras muchas ciudades sin muro.

6Y las destruimos por completo, como hicimos a Sehón, rey de Hesbón, destruyendo completamente en toda ciudad a hombres, a mujeres y a niños.

7Y tomamos para nosotros todo el ganado y los despojos de las ciudades.

8También tomamos en aquel tiempo de manos de los dos reyes amorreos que estaban de este lado del Jordán, la tierra desde el arroyo Arnón hasta el monte Hermón

9(los sidonios llaman a Hermón, Sirión; y los amorreos lo llaman Senir):

10Todas las ciudades de la llanura, y todo Galaad y todo Basán hasta Salca y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán.

11Porque sólo Og, rey de Basán, había quedado del resto de los gigantes que quedaron. He aquí su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella era de nueve codos, y su anchura, de cuatro codos, según el codo de un hombre.

12Y esta tierra que heredamos en aquel tiempo desde Aroer, que está junto al arroyo Arnón, y la mitad de la región montañosa de Galaad con sus ciudades, se la di a los rubenitas y a los gaditas;

13y el resto de Galaad y todo Basán, del reino de Og, se lo di a la media tribu de Manasés: toda la tierra de Argob y todo Basán, que se llamaba la tierra de los gigantes.

14Jair hijo de Manasés tomó toda la tierra de Argob hasta el límite de Gesur y Maaca, y la llamó por su nombre, Basán-havot-jair, hasta hoy.

15Y a Maquir le di Galaad.

16Y a los rubenitas y a los gaditas les di desde Galaad hasta el arroyo Arnón, como límite, el medio del valle, y hasta el arroyo Jaboc, el cual es límite de los hijos de Amón;

17asimismo la llanura, y el Jordán y su frontera, desde el Cineret hasta el mar del llano, el mar Salado, al pie de las laderas del Pisga, al oriente.

18Y os mandé entonces, diciendo: Jehová vuestro Dios os ha dado esta tierra para que la poseáis; pasaréis armados todos los valientes delante de vuestros hermanos, los hijos de Israel.

19Solamente vuestras mujeres, vuestros niños y vuestro ganado (yo sé que tenéis mucho ganado) quedarán en las ciudades que os he dado,

20hasta que Jehová dé reposo a vuestros hermanos, así como a vosotros, y hereden también ellos la tierra que Jehová vuestro Dios les da al otro lado del Jordán. Entonces os volveréis, cada uno, a la heredad que yo os he dado.

21Mandé también a Josué en aquel tiempo, diciendo: Tus ojos vieron todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho a aquellos dos reyes; así hará Jehová a todos los reinos por los cuales pasarás tú.

22No los temáis, porque Jehová vuestro Dios es el que pelea por vosotros.

23Y oré a Jehová en aquel tiempo, diciendo:

24Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza y tu mano poderosa, porque, ¿qué dios hay en el cielo o en la tierra que haga según tus obras y según tu poder?

25Pase yo, te ruego, para que vea aquella tierra buena que está al otro lado del Jordán, aquel buen monte y el Líbano.

26Mas Jehová se había enojado contra mí por causa de vosotros, por lo cual no me oyó; y me dijo Jehová: Basta, no me hables más de este asunto.

27Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al occidente, y al norte, y al sur y al oriente, y mira con tus propios ojos, porque no pasarás este Jordán.

28Y manda a Josué, y anímalo y fortalécelo, porque él ha de pasar delante de este pueblo, y él les hará heredar la tierra que verás.

29Y paramos en el valle delante de Bet-peor.




Deuteronomio..Capítulo 4
Moisés exhorta a los hijos de Israel a guardar los mandamientos, a enseñárselos a sus hijos y a ser un ejemplo ante todas las naciones — Se les prohíbe hacer imágenes y adorar otros dioses — Deben testificar que han oído la voz de Dios — Si Israel adora otros dioses, será esparcido entre todas las naciones — Serán recogidos de nuevo en los últimos días cuando busquen a Jehová su Dios — Moisés alaba ante el pueblo la misericordia y la bondad de Dios para con Israel.

1 Ahora, pues, oh Israel, escucha los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis y viváis, y entréis a tomar posesión de la tierra que Jehová, el Dios de vuestros padres, os da.

2No añadiréis a la palabra que yo os mando ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno.

3Vuestros ojos vieron lo que hizo Jehová con motivo de Baal-peor, que a todo hombre que fue en pos de Baal-peor lo destruyó Jehová tu Dios de en medio de ti.

4Mas vosotros, que permanecisteis fieles a Jehová vuestro Dios, todos estáis vivos hoy.

5Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual vais a entrar para tomar posesión de ella.

6Guardadlos, pues, y ponedlos por obra, porque esto es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es ésta.

7Porque, ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cerca de sí, como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos?

8Y, ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y decretos justos, como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?

9Por tanto, guárdate y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; sino que las enseñarás a tus hijos y a los hijos de tus hijos.

10El día en que estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb, cuando Jehová me dijo: Reúneme el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán para temerme todos los días que vivan sobre la tierra, y las enseñarán a sus hijos.

11Os acercasteis y os pusisteis al pie del monte; y el monte ardía en fuego hasta en medio de los cielos con tinieblas, con nube y con densa oscuridad.

12Y habló Jehová con vosotros de en medio del fuego; oisteis la voz de sus palabras, pero a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis.

13Y él os anunció su convenio, el cual os mandó poner por obra: los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra.

14A mí también me mandó Jehová en aquel tiempo que os enseñara los estatutos y decretos, para que los pusieseis por obra en la tierra a la cual vais a pasar para poseerla.

15Guardad, pues, mucho vuestras almas, puesto que ninguna figura visteis el día en que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego,

16para que no os corrompáis, haciendo para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de hombre o de mujer,

17figura de algún animal que haya sobre la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire,

18figura de algún animal que se arrastre por la tierra, figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la tierra.

19No sea que, alzando tus ojos al cielo y viendo el sol, y la luna, y las estrellas y todo el ejército del cielo, te sientas impulsado a adorarlos y a servirlos, cosas que Jehová tu Dios ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos.

20Mas a vosotros Jehová os tomó y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que seáis el pueblo de su heredad como lo sois en este día.

21Y Jehová se enojó contra mí por causa de vosotros, y juró que yo no pasaría el Jordán ni entraría en la buena tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.

22Así que yo voy a morir en esta tierra y no pasaré el Jordán; mas vosotros pasaréis y poseeréis aquella buena tierra.

23Guardaos, no sea que os olvidéis del convenio de Jehová vuestro Dios que él estableció con vosotros, y os hagáis escultura o imagen de cualquier cosa que Jehová tu Dios te ha prohibido.

24Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso.

25Cuando hayáis engendrado hijos y nietos y hayáis envejecido en la tierra, si os corrompéis, y hacéis escultura o imagen de cualquier cosa, y hacéis lo malo ante los ojos de Jehová vuestro Dios, para enojarlo,

26yo pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra que pronto pereceréis totalmente en la tierra hacia la cual vais a pasar el Jordán para poseerla. No estaréis en ella largos días sin que seáis destruidos.

27Y Jehová os esparcirá entre los pueblos, y quedaréis pocos en número entre las naciones a las cuales os llevará Jehová.

28Y serviréis allí a dioses hechos por manos de hombres, de madera y de piedra, que no ven, ni oyen, ni comen ni huelen.

29Mas si desde allí buscas a Jehová tu Dios, lo hallarás si lo buscas con todo tu corazón y con toda tu alma.

30Cuando estés en angustia y te alcancen todas estas cosas, si en los postreros días te vuelves a Jehová tu Dios y escuchas su voz,

31porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios: No te dejará, ni te destruirá ni se olvidará del convenio que él juró a tus padres.

32Porque pregunta ahora acerca de los tiempos pasados que han sido antes de ti, desde el día en que creó Dios al hombre sobre la tierra, si desde un extremo del cielo al otro se ha hecho algo semejante a esta gran cosa, o se ha oído otra como ella.

33¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, y ha vivido?

34¿O ha intentado Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros, y con guerra, y con mano poderosa y brazo extendido, y con grandes terrores, según todo lo que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos?

35A ti te fue mostrado para que supieses que Jehová es Dios y que no hay otro fuera de él.

36Desde los cielos te hizo oír su voz para disciplinarte; y sobre la tierra te mostró su gran fuego, y has oído sus palabras de en medio del fuego.

37Y por cuanto él amó a tus padres, escogió a su descendencia después de ellos y te sacó delante de sí de Egipto con su gran poder,

38para echar de delante de ti naciones grandes y más fuertes que tú, y para hacerte entrar y darte su tierra por heredad, como sucede hoy.

39Aprende, pues, hoy y considera en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra; no hay otro.

40Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, que yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre.

41Entonces apartó Moisés tres ciudades de este lado del Jordán, hacia el nacimiento del sol,

42para que huyese allí el homicida que matase a su prójimo sin intención, sin haber tenido enemistad con él previamente y, huyendo a una de estas ciudades, salvase su vida.

43Apartó Beser en el desierto, en la tierra de la llanura, para los rubenitas; y Ramot en Galaad, para los gaditas; y Golán en Basán, para los de Manasés.

44Ésta, pues, es la ley que Moisés puso delante de los hijos de Israel.

45Éstos son los testimonios, y los estatutos y los decretos que Moisés habló a los hijos de Israel cuando salieron de Egipto,

46de este lado del Jordán, en el valle delante de Bet-peor, en la tierra de Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón, al que derrotó Moisés con los hijos de Israel cuando salieron de Egipto.

47Y poseyeron la tierra de Sehón y la tierra de Og, rey de Basán, los dos reyes de los amorreos que estaban de este lado del Jordán, al nacimiento del sol,

48desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo Arnón, hasta el monte Sión, que es Hermón,

49y toda la llanura de este lado del Jordán, al oriente, hasta el mar del llano, al pie de las laderas del Pisga.




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Lectura hablada de la Santa Biblia RV 2009 SUD: Día 52: Deuteronomio 1-2


Deuteronomio..Capítulo 1
Moisés empieza a relatar lo sucedido a Israel durante cuarenta años en el desierto — Se manda a los hijos de Israel entrar y poseer Canaán — Se escogen jueces y jefes para ayudar a Moisés — Los espías de Israel dan un informe negativo — Los adultos de Israel perecerán — Los amorreos derrotan a los ejércitos de Israel.

1Éstas son las palabras que habló Moisés a todo Israel a este lado del Jordán, en el desierto, en el llano delante del Mar Rojo, entre Parán, y Tofel, y Labán, y Hazerot y Dizahab.

2Once días de viaje hay desde Horeb, camino del monte Seir, hasta Cades-barnea.

3Y aconteció que a los cuarenta años, en el mes undécimo, el primer día del mes, Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todas las cosas que Jehová le había mandado acerca de ellos,

4después que hirió a Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón, y a Og, rey de Basán, que habitaba en Astarot, en Edrei.

5De este lado del Jordán, en la tierra de Moab, resolvió Moisés declarar esta ley, diciendo:

6Jehová nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Bastante tiempo habéis estado en este monte.

7Volveos, partid e id al monte del amorreo y a todas sus comarcas, en el llano, en el monte, y en los valles, y al sur y a la costa del mar, a la tierra del cananeo y el Líbano, hasta el gran río, el río Éufrates.

8Mirad, yo he puesto la tierra delante de vosotros; entrad y poseed la tierra que Jehová juró a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, que les daría a ellos y a su descendencia después de ellos.

9Y yo os hablé en ese entonces, diciendo: Yo solo no puedo llevaros.

10Jehová vuestro Dios os ha multiplicado, y he aquí hoy sois vosotros como las estrellas del cielo en multitud.

11¡Jehová, Dios de vuestros padres, os haga mil veces más de lo que sois y os bendiga, como os ha prometido!

12¿Cómo llevaré yo solo vuestros problemas, vuestras cargas y vuestros pleitos?

13Dadme de entre vosotros, de vuestras tribus, hombres sabios, y entendidos y expertos, para que yo los ponga como vuestros jefes.

14Y me respondisteis y dijisteis: Bueno es hacer lo que has dicho.

15Y tomé los principales de vuestras tribus, hombres sabios y expertos, y los puse como jefes sobre vosotros, jefes de millares, y jefes de centenas, y jefes de cincuenta, y jefes de diez y oficiales para vuestras tribus.

16Y entonces mandé a vuestros jueces, diciendo: Oíd la causa entre vuestros hermanos y juzgad justamente entre el hombre y su hermano, y el que es extranjero.

17No hagáis distinción de personas en el juicio; tanto al pequeño como al grande oiréis. No tendréis temor de ninguno, porque el juicio es de Dios; y la causa que os sea muy difícil, la traeréis a mí, y yo la oiré.

18Os mandé, pues, en aquel tiempo todo lo que habíais de hacer.

19Y cuando partimos de Horeb, anduvimos por todo aquel grande y terrible desierto que habéis visto, por el camino del monte del amorreo, como Jehová nuestro Dios nos lo mandó; y llegamos hasta Cades-barnea.

20Entonces os dije: Habéis llegado al monte del amorreo, el cual Jehová nuestro Dios nos da.

21Mira, Jehová tu Dios ha puesto delante de ti la tierra; sube y poséela, como Jehová, el Dios de tus padres, te ha dicho; no temas ni desmayes.

22Y os acercasteis a mí todos vosotros y dijisteis: Enviemos hombres delante de nosotros, que reconozcan la tierra y nos traigan razón del camino por donde hemos de subir y de las ciudades adonde hemos de llegar.

23Y la propuesta me pareció bien, y tomé doce hombres de entre vosotros, un hombre por cada tribu.

24Y se encaminaron, y subieron al monte, y llegaron hasta el valle de Escol y reconocieron la tierra.

25Y tomaron en sus manos del fruto del país y nos lo trajeron, y nos dieron un informe y dijeron: Es buena la tierra que Jehová nuestro Dios nos da.

26Sin embargo, no quisisteis subir, sino que fuisteis rebeldes al mandato de Jehová vuestro Dios;

27y murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo: Porque Jehová nos aborrece, nos ha sacado de la tierra de Egipto, para entregarnos en manos del amorreo para destruirnos.

28¿A dónde subiremos? Nuestros hermanos han hecho desfallecer nuestro corazón, diciendo: Este pueblo es más grande y más alto que nosotros; las ciudades son grandes y están amuralladas hasta el cielo, y también vimos allí a los hijos de Anac.

29Entonces os dije: No temáis ni tengáis miedo de ellos.

30Jehová vuestro Dios, que va delante de vosotros, él peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo por vosotros en Egipto delante de vuestros ojos;

31y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha llevado, como lleva el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta que habéis llegado a este lugar.

32Y aun con esto no creísteis a Jehová vuestro Dios,

33el que iba delante de vosotros por el camino para buscaros el lugar donde habíais de acampar, con fuego de noche para mostraros el camino por donde habíais de andar, y con nube de día.

34Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, y se enojó y juró, diciendo:

35No verá hombre alguno de esta mala generación la buena tierra que juré dar a vuestros padres,

36excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que pisó, y a sus hijos, porque ha seguido fielmente a Jehová.

37Y también contra mí se airó Jehová por causa de vosotros, diciendo: Tampoco tú entrarás allá.

38Josué hijo de Nun, que está delante de ti, él entrará allá; anímale, porque él hará que Israel la herede.

39Y vuestros pequeños, de los cuales dijisteis que servirían de botín, y vuestros hijos que no saben hoy ni lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá, y a ellos la daré, y ellos la heredarán.

40Pero vosotros volveos y partid al desierto camino del Mar Rojo.

41Entonces respondisteis y me dijisteis: Hemos pecado contra Jehová; nosotros subiremos y pelearemos, conforme a todo lo que Jehová nuestro Dios nos ha mandado. Y cada uno de vosotros se armó con sus armas de guerra y os preparasteis para subir al monte.

42Y Jehová me dijo: Diles: No subáis ni peleéis, pues no estoy entre vosotros, para que no seáis derrotados delante de vuestros enemigos.

43Y os hablé, pero no disteis oídos; antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová, y persistiendo con altivez, subisteis al monte.

44Y el amorreo que habitaba en aquel monte salió a vuestro encuentro, y os persiguieron como hacen las avispas y os derrotaron desde Seir hasta Horma.

45Y volvisteis y llorasteis delante de Jehová, pero Jehová no escuchó vuestra voz ni os prestó oídos.

46Y así estuvisteis en Cades por muchos días, los días que habéis estado allí.




Deuteronomio..Capítulo 2
Los hijos de Israel avanzan hacia su tierra prometida — Pasan en paz por las tierras de Esaú y de Amón, pero destruyen a los amorreos.

1 Y volvimos y partimos al desierto, camino del Mar Rojo, como Jehová me había dicho, y rodeamos el monte Seir durante muchos días.

2Y Jehová me habló, diciendo:

3Bastante habéis rodeado este monte; volveos al norte.

4Y manda al pueblo, diciendo: Al pasar vosotros por el territorio de vuestros hermanos, los hijos de Esaú, que habitan en Seir, ellos tendrán miedo de vosotros; mas vosotros guardaos mucho.

5No contendáis con ellos, porque no os daré de su tierra ni aun la huella de la planta de un pie, porque yo he dado como heredad a Esaú el monte Seir.

6Compraréis de ellos con dinero los alimentos, y comeréis; y también compraréis de ellos el agua, y beberéis;

7pues Jehová tu Dios te ha bendecido en toda obra de tus manos; él sabe que andas por este gran desierto. Durante estos cuarenta años Jehová tu Dios ha estado contigo, y nada te ha faltado.

8Y pasamos de largo a nuestros hermanos, los hijos de Esaú, que habitaban en Seir, por el camino de la llanura de Elat y de Ezión-geber. Y volvimos y tomamos el camino del desierto de Moab.

9Y Jehová me dijo: No molestes a Moab ni los provoques a la guerra, pues no te daré posesión de su tierra, porque yo he dado Ar como heredad a los hijos de Lot.

10(Los emitas habitaron en ella antes, pueblo grande, y numeroso y alto como los anaceos.

11Ellos también eran considerados gigantes, como los anaceos; y los moabitas los llaman emitas.

12Y en Seir habitaron antes los horeos, a los cuales echaron los hijos de Esaú; y los destruyeron delante de sí y moraron en lugar de ellos, como hizo Israel en la tierra de su posesión que les dio Jehová.)

13Levantaos ahora y pasad el arroyo de Zered. Y pasamos el arroyo de Zered.

14Y los días que anduvimos desde Cades-barnea hasta que pasamos el arroyo de Zered fueron treinta y ocho años, hasta que se acabó toda la generación de los hombres de guerra de en medio del campamento, como Jehová les había jurado.

15Y también la mano de Jehová estuvo contra ellos para destruirlos de en medio del campamento, hasta acabarlos.

16Y aconteció que cuando finalmente murieron todos los hombres de guerra de entre el pueblo,

17Jehová me habló, diciendo:

18Tú pasarás hoy el territorio de Moab, hacia Ar,

19y cuando te acerques a los hijos de Amón, no los molestes ni contiendas con ellos, pues no te daré posesión de la tierra de los hijos de Amón, porque a los hijos de Lot la he dado como heredad.

20(Como la tierra de los gigantes fue también ella conocida; allí habitaron gigantes en otro tiempo, a los cuales los amonitas llamaban zomzomeos.

21Eran un pueblo grande, y numeroso y alto, como los anaceos, a los cuales Jehová destruyó delante de los amonitas, quienes los desalojaron y habitaron en su lugar,

22como hizo con los hijos de Esaú, que habitaban en Seir, delante de los cuales destruyó a los horeos; y ellos los desalojaron y habitaron en su lugar hasta hoy.

23Y a los aveos que habitaban en aldeas hasta Gaza, los caftoreos que salieron de Caftor los destruyeron y habitaron en su lugar.)

24Levantaos, partid y pasad el arroyo Arnón. He aquí, he entregado en tus manos a Sehón, el amorreo, rey de Hesbón, y su tierra; comienza a tomar posesión de ella y entra con él en guerra.

25Hoy comenzaré a infundir miedo y terror de ti entre los pueblos debajo de todo el cielo, los cuales oirán tu fama, y temblarán y se angustiarán delante de ti.

26Y envié mensajeros desde el desierto de Cademot a Sehón, rey de Hesbón, con palabras de paz, diciendo:

27Pasaré por tu tierra por el camino; por el camino iré, sin apartarme ni a la derecha ni a la izquierda.

28La comida me venderás por dinero, y comeré; el agua también me la darás por dinero, y beberé; solamente pasaré a pie,

29como lo hicieron conmigo los hijos de Esaú que habitaban en Seir y los moabitas que habitaban en Ar, hasta que cruce el Jordán a la tierra que nos da Jehová nuestro Dios.

30Mas Sehón, rey de Hesbón, no quiso que pasáramos por su territorio, porque Jehová tu Dios había endurecido su espíritu y obstinado su corazón para entregarlo en tus manos, como lo vemos hoy.

31Y me dijo Jehová: He aquí yo he comenzado a entregar delante de ti a Sehón y su tierra; comienza a tomar posesión de ella, para que la heredes.

32Y nos salió Sehón al encuentro, él y todo su pueblo, para pelear en Jahaza.

33Mas Jehová nuestro Dios lo entregó delante de nosotros, y lo derrotamos a él, y a sus hijos y a todo su pueblo.

34Y tomamos entonces todas sus ciudades y destruimos por completo todas las ciudades: hombres, y mujeres y niños; no dejamos ninguno.

35Solamente tomamos para nosotros el ganado y los despojos de las ciudades que habíamos tomado.

36Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo Arnón, y la ciudad que está en el valle, hasta Galaad, no hubo ciudad que escapase de nosotros; todas las entregó Jehová nuestro Dios en nuestro poder.

37Solamente no llegaste a la tierra de los hijos de Amón, ni a todo lo que está a la orilla del arroyo Jaboc, ni a las ciudades del monte ni a lugar alguno que Jehová nuestro Dios había prohibido.





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domingo, 26 de febrero de 2012

Lectura hablada de la Santa Biblia RV 2009 SUD: Día 51: Números 33-36


Números..Capítulo 33
Se revisan los viajes de Israel desde Egipto hasta Canaán — Se manda al pueblo echar a los habitantes de esa tierra — Cualquier habitante que quede afligirá a Israel.

1 Éstos son los viajes de los hijos de Israel, que salieron de la tierra de Egipto, por sus ejércitos, bajo la dirección de Moisés y Aarón.

2Y Moisés escribió sus salidas conforme a sus viajes por mandato de Jehová. Éstos, pues, son sus viajes con arreglo a sus partidas.

3De Ramesés partieron en el mes primero, a los quince días del mes primero; el segundo día de la Pascua salieron los hijos de Israel con mano alta, a la vista de todos los egipcios.

4Estaban enterrando los egipcios a los que Jehová había herido de muerte de entre ellos, a todo primogénito, habiendo Jehová hecho también juicios contra sus dioses.

5Partieron, pues, de Ramesés los hijos de Israel y acamparon en Sucot.

6Y partieron de Sucot y acamparon en Etam, que está al borde del desierto.

7Y partieron de Etam y volvieron a Pi-hahirot, que está delante de Baal-zefón, y acamparon delante de Migdol.

8Y partieron de Pi-hahirot y pasaron por en medio del mar al desierto, y anduvieron camino de tres días por el desierto de Etam y acamparon en Mara.

9Y partieron de Mara y vinieron a Elim, donde había doce fuentes de aguas y setenta palmeras, y acamparon allí.

10Y partieron de Elim y acamparon junto al Mar Rojo.

11Y partieron del Mar Rojo y acamparon en el desierto de Sin.

12Y partieron del desierto de Sin y acamparon en Dofca.

13Y partieron de Dofca y acamparon en Alús.

14Y partieron de Alús y acamparon en Refidim, donde el pueblo no tuvo agua para beber.

15Y partieron de Refidim y acamparon en el desierto de Sinaí.

16Y partieron del desierto de Sinaí y acamparon en Kibrot-hataava.

17Y partieron de Kibrot-hataava y acamparon en Hazerot.

18Y partieron de Hazerot y acamparon en Ritma.

19Y partieron de Ritma y acamparon en Rimón-peres.

20Y partieron de Rimón-peres y acamparon en Libna.

21Y partieron de Libna y acamparon en Rissa.

22Y partieron de Rissa y acamparon en Ceelata.

23Y partieron de Ceelata y acamparon en el monte Sefer.

24Y partieron del monte Sefer y acamparon en Harada.

25Y partieron de Harada y acamparon en Macelot.

26Y partieron de Macelot y acamparon en Tahat.

27Y partieron de Tahat y acamparon en Tara.

28Y partieron de Tara y acamparon en Mitca.

29Y partieron de Mitca y acamparon en Hasmona.

30Y partieron de Hasmona y acamparon en Moserot.

31Y partieron de Moserot y acamparon en Bene-jaacán.

32Y partieron de Bene-jaacán y acamparon en el monte Gidgad.

33Y partieron del monte Gidgad y acamparon en Jotbata.

34Y partieron de Jotbata y acamparon en Abrona.

35Y partieron de Abrona y acamparon en Ezión-geber.

36Y partieron de Ezión-geber y acamparon en el desierto de Zin, que es Cades.

37Y partieron de Cades y acamparon en el monte Hor, en el extremo del país de Edom.

38Y subió el sacerdote Aarón al monte Hor, conforme a la palabra de Jehová, y allí murió a los cuarenta años de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mes quinto, el primero del mes.

39Y era Aarón de edad de ciento veintitrés años cuando murió en el monte Hor.

40Y el cananeo, rey de Arad, que habitaba al sur en la tierra de Canaán, oyó que habían venido los hijos de Israel.

41Y partieron del monte Hor y acamparon en Zalmona.

42Y partieron de Zalmona y acamparon en Punón.

43Y partieron de Punón y acamparon en Obot.

44Y partieron de Obot y acamparon en Ije-abarim, en la frontera de Moab.

45Y partieron de Ije-abarim y acamparon en Dibón-gad.

46Y partieron de Dibón-gad y acamparon en Almón-diblataim.

47Y partieron de Almón-diblataim y acamparon en los montes de Abarim, delante del Nebo.

48Y partieron de los montes de Abarim y acamparon en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.

49Finalmente acamparon junto al Jordán, desde Bet-jesimot hasta Abel-sitim, en los campos de Moab.

50Y habló Jehová a Moisés en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó, diciendo:

51Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis pasado el Jordán a la tierra de Canaán,

52echaréis de delante de vosotros a todos los moradores del país, y destruiréis todas sus esculturas y todas sus imágenes de fundición, y destruiréis todos sus lugares altos;

53y echaréis a los moradores de la tierra y habitaréis en ella, porque yo os la he dado para que la poseáis.

54Y heredaréis la tierra por suertes entre vuestras familias. A las más numerosas daréis mucho como su heredad, y a las menos numerosas daréis menos como heredad suya; donde le toque la suerte, allí la tendrá cada uno. Según las tribus de vuestros padres heredaréis.

55Y si no echáis de delante de vosotros a los moradores del país, sucederá que los que de ellos dejéis serán como aguijones en vuestros ojos y como espinas en vuestros costados, y os afligirán en la tierra en que vosotros habitaréis.

56Y acontecerá que os haré a vosotros como yo pensé hacerles a ellos.

Números..Capítulo 34

Moisés especifica los límites de la heredad de Israel en Canaán y nombra a los príncipes de las tribus que repartirán la tierra.

1 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:

2Manda a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra de Canaán, ésta será la tierra que os ha de tocar en heredad, la tierra de Canaán según sus límites:

3Tendréis el lado del sur desde el desierto de Zin hasta las fronteras de Edom; y la frontera del sur será el extremo del mar Salado, hacia el oriente.

4Y esta frontera os irá rodeando desde el sur hasta la subida de Acrabim, y pasará hasta Zin; y su límite sur llegará a Cades-barnea; y llegará a Hasar-adar y pasará hasta Asmón;

5y rodeará este límite desde Asmón hasta el torrente de Egipto, y terminará en la costa del mar.

6Y el límite occidental os será el Mar Grande; este límite os será el límite occidental.

7Y el límite del norte será éste: desde el mar Grande trazaréis una línea hasta el monte Hor.

8Del monte Hor trazaréis una línea hasta la entrada de Hamat, y el límite llegará hasta la frontera con Zedad;

9y llegará este límite hasta Zifrón y terminará en Hazar-enán. Éste os será el límite del norte.

10Y por límite al oriente trazaréis una línea desde Hazar-enán hasta Sefam,

11y bajará este límite desde Sefam a Ribla, al oriente de Aín; y descenderá el límite y llegará a la costa del mar de Cineret, al oriente.

12Después descenderá este límite al Jordán, y terminará en el mar Salado. Ésta será vuestra tierra con sus límites alrededor.

13Y mandó Moisés a los hijos de Israel, diciendo: Ésta es la tierra que heredaréis por sorteo, la cual mandó Jehová que diese a las nueve tribus y a la media tribu,

14porque la tribu de los hijos de Rubén, según sus casas paternas, y la tribu de los hijos de Gad, según las casas de sus padres, y la media tribu de Manasés, han tomado su heredad.

15Dos tribus y media tomaron su heredad de este lado del Jordán, de Jericó al oriente, hacia el nacimiento del sol.

16Y habló Jehová a Moisés, diciendo:

17Éstos son los nombres de los hombres que os repartirán la tierra: El sacerdote Eleazar y Josué hijo de Nun.

18Tomaréis también de cada tribu un príncipe para dar la posesión de la tierra.

19Y éstos son los nombres de los hombres: De la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone.

20Y de la tribu de los hijos de Simeón, Semuel hijo de Amiud.

21De la tribu de Benjamín, Elidad hijo de Quislón.

22Y de la tribu de los hijos de Dan, el príncipe Buqui hijo de Jogli.

23De los hijos de José: de la tribu de los hijos de Manasés, el príncipe Haniel hijo de Efod,

24y de la tribu de los hijos de Efraín, el príncipe Kemuel hijo de Siftán.

25Y de la tribu de los hijos de Zabulón, el príncipe Elizafán hijo de Parnac.

26Y de la tribu de los hijos de Isacar, el príncipe Paltiel hijo de Azán.

27Y de la tribu de los hijos de Aser, el príncipe Ahiud hijo de Selomi.

28Y de la tribu de los hijos de Neftalí, el príncipe Pedael hijo de Amiud.

29Éstos son los que mandó Jehová que hiciesen la repartición de las heredades a los hijos de Israel en la tierra de Canaán.

Números..Capítulo 35

Los levitas poseerán sus propias ciudades — Se establecen ciudades de refugio para aquellos que sean culpables de homicidio sin intención — Los asesinos serán ejecutados por el vengador de la sangre.

1 Y habló Jehová a Moisés en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó, diciendo:

2Manda a los hijos de Israel que den a los alevitas, de la posesión de su heredad, ciudades en que habiten. También daréis a los levitas bcampos alrededor de esas ciudades.

3Y tendrán ellos las ciudades para habitar, y los campos de ellas serán para sus animales, y para sus ganados y para todas sus bestias.

4Y los campos de las ciudades que daréis a los levitas serán de mil codos alrededor, desde el muro de la ciudad hacia fuera.

5Luego mediréis afuera de la ciudad al lado oriental dos mil codos, y al lado sur dos mil codos, y al lado occidental dos mil codos, y al lado norte dos mil codos, y la ciudad estará en medio; esto tendrán como campos alrededor de las ciudades.

6Y de las ciudades que daréis a los levitas, seis ciudades serán de refugio, las cuales daréis para que el homicida se refugie allá; y además de éstas daréis cuarenta y dos ciudades.

7Todas las ciudades que daréis a los levitas serán cuarenta y ocho ciudades con sus campos.

8Y las ciudades que deis de la heredad de los hijos de Israel, del que tiene mucho tomaréis mucho y del que tiene poco tomaréis poco; cada uno dará de sus ciudades a los levitas según la posesión que heredará.

9Y habló Jehová a Moisés, diciendo:

10Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis pasado el Jordán a la tierra de Canaán,

11os señalaréis ciudades, ciudades de refugio tendréis, donde huya el homicida que haya matado a alguno sin intención.

12Y os serán aquellas ciudades para refugiarse del vengador, y así no morirá el homicida hasta que comparezca a juicio delante de la congregación.

13De las ciudades, pues, que daréis, tendréis seis ciudades de refugio.

14Tres ciudades daréis de este lado del Jordán y tres ciudades daréis en la tierra de Canaán, las cuales serán ciudades de refugio.

15Estas seis ciudades serán de refugio para los hijos de Israel, y para el peregrino y el que more entre ellos, a fin de que huya allá cualquiera que haya matado a otro sin intención.

16Y si con instrumento de hierro lo hiere, y muere, homicida es; el ahomicida bmorirá.

17Y si lo hiere con una piedra en la mano, y muere, homicida es; el homicida morirá.

18Y si lo hiere con instrumento de palo en la mano, y muere, homicida es; el homicida morirá.

19El vengador de la sangre, él matará al homicida; cuando lo encuentre, él le matará.

20Y si por odio lo aempujó, o lanzó sobre él alguna cosa al acecharlo, y muere,

21o por enemistad lo hirió con su mano, y murió, el heridor morirá; es homicida. El vengador de la sangre matará al homicida cuando lo encuentre.

22Mas si casualmente lo empujó sin enemistad, o lanzó sobre él cualquier instrumento sin acecharlo,

23o bien, sin verlo, hizo caer sobre él alguna piedra que podía matarlo, y muere, y él no era su enemigo, ni procuraba su mal,

24entonces la congregación juzgará entre el heridor y el vengador de la sangre, conforme a estas leyes.

25Y la congregación librará al homicida de manos del vengador de la sangre, y la congregación lo hará volver a su ciudad de refugio en la cual se había refugiado; y morará en ella hasta que muera el sumo sacerdote que fue ungido con el aceite santo.

26Pero si el homicida sale fuera de los límites de su ciudad de refugio, en la cual se refugió,

27y el vengador de la sangre lo halla fuera de los límites de la ciudad de su refugio, y el vengador de la sangre mata aal homicida, no se le culpará por ello,

28pues en su ciudad de refugio debió aquél habitar hasta que muriese el sumo sacerdote; pero después de la muerte del sumo sacerdote, el homicida volverá a la tierra de su posesión.

29Y estas cosas os serán por estatuto de derecho por vuestras generaciones, en todas vuestras moradas.

30Cualquiera que mate a alguien, por la declaración de atestigos bmorirá el homicida; pero un solo testigo no dará fe contra alguna persona para que muera.

31Y no tomaréis precio por la vida del homicida, porque está condenado a muerte, pues indefectiblemente morirá.

32Ni tampoco tomaréis precio del que huyó a su ciudad de refugio, para que vuelva a vivir en su tierra, hasta que muera el sumo sacerdote.

33Y no contaminaréis la tierra donde habitéis, porque la sangre derramada contaminará la tierra; ay la tierra no será expiada de la sangre que fue derramada en ella, sino por la sangre del que la derramó.

34No acontaminéis, pues, la tierra donde habitáis, en medio de la cual yo habito, porque yo, Jehová, habito en medio de los hijos de Israel.

Números..Capítulo 36

Se manda a ciertas hijas en Israel casarse dentro de su propia tribu — Las heredades no pasarán de una tribu a otra.

1 Y llegaron los jefes de las casas paternas de la familia de Galaad hijo de Maquir, hijo de Manasés, de las familias de los hijos de José; y hablaron delante de Moisés y de los jefes, cabezas de las casas paternas de los hijos de Israel

2y dijeron: Jehová mandó a mi señor que por sorteo diese la tierra a los hijos de Israel en posesión; también ha mandado Jehová a mi señor que dé la aposesión de Zelofehad, nuestro hermano, a sus hijas.

3Pero si ellas se casan con algunos de los hijos de las otras tribus de los hijos de Israel, la heredad de ellas será así quitada de la heredad de nuestros padres y será añadida a la heredad de la tribu a la que se unan; y así será quitada de la porción de nuestra heredad.

4Y cuando venga el ajubileo de los hijos de Israel, la heredad de ellas será añadida a la heredad de la tribu de sus maridos; y así la heredad de ellas será quitada de la heredad de la tribu de nuestros padres.

5Entonces Moisés mandó a los hijos de Israel por mandato de Jehová, diciendo: La tribu de los hijos de José habla rectamente.

6Esto es lo que ha mandado Jehová acerca de las hijas de Zelofehad, diciendo: Cásense ellas con quien les plazca, pero en la familia de la tribu de su padre se casarán,

7para que la heredad de los hijos de Israel no sea traspasada de tribu en tribu, porque cada uno de los hijos de Israel se vinculará a la heredad de la tribu de sus padres.

8Y cualquier hija que posea heredad en alguna de las tribus de los hijos de Israel, con alguien de la familia de la tribu de su padre se casará, para que los hijos de Israel posean cada uno la heredad de sus padres.

9Y no ande la heredad rodando de una tribu a otra, sino que cada una de las tribus de los hijos de Israel conservará su propia heredad.

10Como Jehová mandó a Moisés, así hicieron las hijas de Zelofehad.

11Y así Maala, y Tirsa, y Hogla, y Milca y Noa, hijas de Zelofehad, se casaron con hijos de sus tíos paternos.

12Se casaron en la familia de los hijos de Manasés hijo de José, y así la heredad de ellas quedó en la tribu de la familia de su padre.

13Éstos son los mandamientos y los decretos que mandó Jehová por medio de Moisés a los hijos de Israel en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.




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sábado, 25 de febrero de 2012

Lectura hablada de la Santa Biblia RV 2009 SUD: Día 50: Números 31-32


Números..Capítulo 31
Moisés envía doce mil guerreros y éstos destruyen a los madianitas — Se reparte el botín en Israel — No hay pérdidas en los ejércitos de Israel.

1 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:

2Haz la venganza de los hijos de Israel contra los madianitas; después serás recogido con tu pueblo.

3Entonces Moisés habló al pueblo, diciendo: Armad a algunos de vosotros para la guerra, y vayan contra Madián y hagan la venganza de Jehová en Madián.

4Enviaréis a la guerra a mil de cada tribu de todas las tribus de los hijos de Israel.

5Así fueron dados, de los millares de Israel, mil por cada tribu, doce mil en pie de guerra.

6Y Moisés los envió a la guerra; mil de cada tribu envió. Y Finees, hijo de Eleazar, el sacerdote, fue a la guerra con los utensilios sagrados y con las trompetas en sus manos para tocar.

7Y pelearon contra Madián, como Jehová lo había mandado a Moisés, y mataron a todo varón.

8Además de esas víctimas, mataron también a los reyes de Madián: Evi, y Requem, y Zur, y Hur y Reba, cinco reyes de Madián; también a Balaam hijo de Beor mataron a espada.

9Y los hijos de Israel llevaron cautivas a las mujeres de Madián y a sus pequeños, y arrebataron todas sus bestias, y todos sus ganados y todos sus bienes.

10Y prendieron fuego a todas sus ciudades, aldeas y fortificaciones.

11Y tomaron todo el despojo y todo el botín, tanto de hombres como de bestias.

12Y a Moisés, y al sacerdote Eleazar y a la congregación de los hijos de Israel trajeron los cautivos y el botín y los despojos, al campamento de los llanos de Moab, que están junto al Jordán, frente a Jericó.

13Y salieron Moisés, y el sacerdote Eleazar y todos los príncipes de la congregación a recibirlos fuera del campamento.

14Y se enojó Moisés contra los capitanes del ejército, contra los jefes de millares y de centenas que volvían de la guerra,

15y les dijo Moisés: ¿Habéis dejado con vida a todas las mujeres?

16He aquí, ellas fueron la causa de que los hijos de Israel, por consejo de Balaam, fuesen infieles a Jehová en el asunto de Peor, por lo que hubo mortandad en la congregación de Jehová.

17Matad, pues, ahora a todos los varones de entre los niños; matad también a toda mujer que haya conocido varón carnalmente.

18Pero a todas las niñas entre las mujeres que no hayan conocido varón, las dejaréis con vida para vosotros.

19Y quedaos vosotros fuera del campamento siete días; y todo el que haya matado a una persona y todo el que haya tocado muerto, os purificaréis al tercer día y al séptimo día, vosotros y vuestros cautivos.

20Asimismo purificaréis todo vestido, y todo artículo de pieles, y toda obra de pelo de cabra y todo objeto de madera.

21Y el sacerdote Eleazar dijo a los hombres de guerra que venían de la guerra: Éste es el estatuto de la ley que Jehová ha mandado a Moisés:

22Ciertamente el oro y la plata, el bronce, el hierro, el estaño y el plomo,

23todo lo que resiste el fuego, por fuego lo haréis pasar, y será limpio; bien que en las aguas de purificación habrá de purificarse; pero haréis pasar por agua todo lo que no resiste el fuego.

24Además, lavaréis vuestros vestidos el séptimo día, y así seréis limpios; y después entraréis en el campamento.

25Y Jehová habló a Moisés, diciendo:

26Saca la cuenta del botín que se ha hecho, tanto de las personas como de las bestias, tú y el sacerdote Eleazar y los jefes de las casas paternas de la congregación.

27Y partirás por mitades el botín entre los que pelearon, los que salieron a la guerra y toda la congregación.

28Y apartarás para Jehová el tributo de los hombres de guerra que salieron a la guerra, uno por cada quinientos, tanto de las personas como de los bueyes, de los asnos y de las ovejas.

29De la mitad de ellos lo tomarás, y se lo darás a Eleazar, el sacerdote, como ofrenda elevada a Jehová.

30Y de la mitad perteneciente a los hijos de Israel tomarás uno por cada cincuenta, de las personas, de los bueyes, de los asnos, y de las ovejas y de todo animal; y se los darás a los levitas que tienen la guarda del tabernáculo de Jehová.

31E hicieron Moisés y el sacerdote Eleazar como Jehová mandó a Moisés.

32Y fue el botín, el resto del botín que tomaron los hombres de guerra, seiscientas setenta y cinco mil ovejas,

33y setenta y dos mil cabezas de ganado,

34y setenta y un mil asnos.

35Y en cuanto a las personas, las mujeres que no habían conocido varón eran por todas treinta y dos mil.

36Y la mitad, la parte de los que habían salido a la guerra, fue el número de trescientas treinta y siete mil quinientas ovejas.

37Y el tributo de las ovejas para Jehová fue de seiscientas setenta y cinco.

38Y de las cabezas de ganado, treinta y seis mil; y de ellas el tributo para Jehová, setenta y dos.

39Y de los asnos, treinta mil quinientos; y de ellos el tributo para Jehová, setenta y uno.

40Y de las personas, dieciséis mil; y de ellas el tributo para Jehová, treinta y dos personas.

41Y dio Moisés el tributo, para ofrenda elevada a Jehová, al sacerdote Eleazar, como Jehová lo mandó a Moisés.

42Y de la mitad para los hijos de Israel, que apartó Moisés de los hombres que habían ido a la guerra

43(la mitad para la congregación fue de las ovejas, trescientas treinta y siete mil quinientas,

44y de los bueyes, treinta y seis mil,

45y de los asnos, treinta mil quinientos,

46y de las personas, dieciséis mil),

47y de esta mitad para los hijos de Israel, tomó Moisés uno de cada cincuenta, tanto de las personas como de los animales, y se los dio a los levitas que tenían la custodia del tabernáculo de Jehová, como Jehová lo había mandado a Moisés.

48Y llegaron a Moisés los jefes de los millares de aquel ejército, los jefes de millares y de centenas,

49y dijeron a Moisés: Tus siervos han contado los hombres de guerra que están en nuestro poder, y ninguno ha faltado de nosotros.

50Por lo cual hemos traído a Jehová ofrenda, cada uno de lo que ha hallado: objetos de oro, brazaletes, manillas, anillos, zarcillos y cadenas, para hacer expiación por nuestras almas delante de Jehová.

51Y Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron de ellos el oro y las alhajas, todas elaboradas.

52Y todo el oro de la ofrenda que ofrecieron a Jehová los jefes de millares y de centenas fue de dieciséis mil setecientos cincuenta siclos.

53Los hombres del ejército habían tomado botín cada uno para sí.

54Recibieron, pues, Moisés y el sacerdote Eleazar el oro de los jefes de millares y de centenas, y lo llevaron al tabernáculo de reunión como recordatorio para los hijos de Israel delante de Jehová.

Números..Capítulo 32

Rubén, Gad y la mitad de la tribu de Manasés reciben sus heredades al oriente del Jordán — Hacen pacto de unirse a las otras tribus para conquistar Canaán.

1 Y los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían una cantidad muy grande de ganado; y ellos, al ver la tierra de Jazer y de Galaad, y he aquí que les pareció la región lugar para ganado.

2Y fueron los hijos de Gad y los hijos de Rubén y hablaron a Moisés, y al sacerdote Eleazar y a los príncipes de la congregación, diciendo:

3Atarot, y Dibón, y Jazer, y Nimra, y Hesbón, y Eleale, y Sebam, y Nebo y Beón,

4la tierra que Jehová hirió delante de la congregación de Israel es tierra para ganado, y tus siervos tienen ganado.

5Por tanto, dijeron, si hallamos gracia ante tus ojos, dése esta tierra a tus siervos en heredad, y no nos hagas pasar el Jordán.

6Y respondió Moisés a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén: ¿Irán vuestros hermanos a la guerra, y vosotros os quedaréis aquí?

7¿Y por qué desalentáis a los hijos de Israel para que no pasen a la tierra que les ha dado Jehová?

8Así hicieron vuestros padres cuando los envié desde Cades-barnea para que viesen la tierra.

9Pues subieron hasta el valle de Escol, y después que vieron la tierra, desalentaron a los hijos de Israel para que no fuesen a la tierra que Jehová les había dado.

10Y el furor de Jehová se encendió entonces y juró, diciendo:

11Los hombres que subieron de Egipto de veinte años arriba no verán la tierra que juré dar a Abraham, a Isaac y a Jacob, por cuanto no me siguieron fielmente,

12excepto Caleb hijo de Jefone, el cenezeo, y Josué hijo de Nun, que siguieron fielmente a Jehová.

13Y el furor de Jehová se encendió contra Israel, y los hizo andar errantes cuarenta años por el desierto, hasta que fue acabada toda aquella generación que había hecho mal delante de Jehová.

14Y he aquí, vosotros habéis sucedido a vuestros padres, prole de hombres pecadores, para añadir aún más a la ira de Jehová contra Israel.

15Si dejáis de ir en pos de él, él volverá otra vez a dejaros en el desierto, y destruiréis a todo este pueblo.

16Entonces ellos se acercaron a él y le dijeron: Edificaremos aquí corrales para nuestro ganado y ciudades para nuestros niños;

17y nosotros nos armaremos e iremos con diligencia delante de los hijos de Israel, hasta que los llevemos a su lugar; y nuestros niños quedarán en ciudades fortificadas a causa de los moradores del país.

18No volveremos a nuestras casas hasta que cada uno de los hijos de Israel posea su heredad.

19Porque no tomaremos heredad con ellos al otro lado del Jordán ni más allá, por cuanto tendremos ya nuestra heredad en este lado del Jordán, al oriente.

20Entonces les respondió Moisés: Si lo hacéis así, si os preparáis para ir delante de Jehová a la guerra,

21y todos vosotros pasáis armados el Jordán delante de Jehová, hasta que haya echado a sus enemigos de delante de sí,

22y sea la tierra sojuzgada delante de Jehová, luego volveréis y seréis libres de culpa para con Jehová y para con Israel; y esta tierra será vuestra en heredad delante de Jehová.

23Pero si así no lo hacéis, he aquí, habréis pecado ante Jehová; y sabed que vuestro pecado os alcanzará.

24Edificaos ciudades para vuestros niños y corrales para vuestras ovejas, y haced lo que ha salido de vuestra boca.

25Y hablaron los hijos de Gad y los hijos de Rubén a Moisés, diciendo: Tus siervos harán como mi señor ha mandado.

26Nuestros niños, nuestras mujeres, nuestros ganados y todas nuestras bestias estarán allí en las ciudades de Galaad;

27y tus siervos, armados todos para la guerra, pasarán delante de Jehová a la guerra, de la manera que mi señor dice.

28Entonces Moisés los encomendó al sacerdote Eleazar, y a Josué hijo de Nun y a los príncipes de las casas paternas de los padres de las tribus de los hijos de Israel.

29Y les dijo Moisés: Si los hijos de Gad y los hijos de Rubén pasan con vosotros el Jordán, armados todos para la guerra delante de Jehová, luego que la tierra sea sojuzgada delante de vosotros, les daréis la tierra de Galaad en posesión;

30mas si no pasan armados con vosotros, entonces tendrán posesión entre vosotros en la tierra de Canaán.

31Y los hijos de Gad y los hijos de Rubén respondieron, diciendo: Haremos lo que Jehová ha dicho a tus siervos.

32Nosotros pasaremos armados delante de Jehová a la tierra de Canaán, y la posesión de nuestra heredad estará en este lado del Jordán.

33Así les dio Moisés a los hijos de Gad, y a los hijos de Rubén y a la media tribu de Manasés hijo de José, el reino de Sehón, rey amorreo, y el reino de Og, rey de Basán: la tierra con sus ciudades, y con sus territorios y con las ciudades alrededor.

34Y los hijos de Gad edificaron Dibón, y Atarot, y Aroer,

35y Atarot-sofán, y Jazer, y Jogbeha,

36y Bet-nimra y Bet-arán, ciudades fortificadas, y también hicieron corrales para ovejas.

37Y los hijos de Rubén edificaron Hesbón, y Eleale, y Quiriataim,

38y Nebo, y Baal-meón (con los nombres cambiados) y Sibma; y pusieron otros nombres a las ciudades que edificaron.

39Y los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron a Galaad y la tomaron, y echaron al amorreo que estaba en ella.

40Y Moisés dio Galaad a Maquir hijo de Manasés, el cual habitó en ella.

41También Jair hijo de Manasés fue y tomó sus aldeas, y les puso por nombre Havot-jair.

42Asimismo Noba fue y tomó Kenat y sus aldeas, y la llamó Noba, conforme a su nombre.




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jueves, 23 de febrero de 2012

Lectura hablada de la Santa Biblia RV 2009 SUD: Día 49: Números 28-30


Números..Capítulo 28
Los sacrificios han de ofrecerse cada mañana y cada noche, en el día de reposo, en el primer día de cada mes, en la Pascua, en cada día de la Fiesta de los Panes sin Levadura y en la Fiesta de las Primicias.

1 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:

2Manda a los hijos de Israel y diles: Mi ofrenda, mi pan con mis ofrendas encendidas en olor grato a mí, guardaréis, ofreciéndomelo a su debido tiempo.

3Y les dirás: Ésta es la ofrenda encendida que ofreceréis a Jehová: dos corderos sin defecto, de un año, cada día, como holocausto continuo.

4Un cordero ofrecerás por la mañana, y el otro cordero ofrecerás al atardecer;

5y como ofrenda de grano la décima parte de un efa de flor de harina amasada con un cuarto de un hin de aceite de olivas machacadas.

6Es holocausto continuo, que fue instituido en el monte Sinaí en olor grato, ofrenda encendida a Jehová.

7Y su libación: la cuarta parte de un hin por cada cordero; derramarás una libación de bebida fuerte en el santuario a Jehová.

8Y ofrecerás el segundo cordero al atardecer; conforme a la ofrenda de grano de la mañana y conforme a su libación lo ofrecerás, ofrenda encendida en olor grato a Jehová.

9Mas el día de reposo ofrecerás dos corderos de un año, sin defecto, y dos décimas de un efa de flor de harina amasada con aceite como ofrenda de grano, con su libación.

10Es el holocausto de cada día de reposo, además del holocausto continuo y su libación.

11Y al principio de vuestros meses ofreceréis en holocausto a Jehová dos becerros de la vacada, y un carnero y siete corderos de un año, sin defecto;

12y tres décimas de un efa de flor de harina amasada con aceite como ofrenda de grano por cada becerro; y dos décimas de flor de harina amasada con aceite como ofrenda de grano por cada carnero;

13y una décima parte de flor de harina amasada con aceite como ofrenda de grano por cada cordero; holocausto de olor grato, ofrenda encendida a Jehová.

14Y sus libaciones de vino: medio hin por cada becerro, y la tercera parte de un hin por cada carnero, y la cuarta parte de un hin por cada cordero. Éste es el holocausto de cada mes, todos los meses del año.

15Y un macho cabrío como ofrenda por el pecado se ofrecerá a Jehová, además del holocausto continuo con su libación.


16Pero en el mes primero, a los catorce días del mes, será la Pascua de Jehová.

17Y a los quince días de este mes, la fiesta solemne; por siete días se comerán panes sin levadura.

18El primer día habrá santa convocación; ningún trabajo servil haréis.

19Y ofreceréis como ofrenda encendida en holocausto a Jehová dos becerros del ganado, y un carnero y siete corderos de un año; serán sin defecto.

20Y su ofrenda de grano de harina amasada con aceite: ofreceréis tres décimas de un efa por cada becerro y dos décimas por cada carnero;

21por cada uno de los siete corderos ofreceréis una décima de un efa;

22y un macho cabrío como ofrenda por el pecado, para hacer expiación por vosotros.

23Esto ofreceréis además del holocausto de la mañana, que es el holocausto continuo.

24Conforme a esto ofreceréis cada uno de los siete días, vianda y ofrenda encendida en olor grato a Jehová; se ofrecerá, además del holocausto continuo, con su libación.

25Y el séptimo día tendréis santa convocación; ningún trabajo servil haréis.

26Además, el día de las primicias, cuando presentéis la ofrenda de grano nuevo a Jehová en la fiesta de las semanas, tendréis santa convocación; ningún trabajo servil haréis.

27Y ofreceréis como holocausto, en olor grato a Jehová, dos becerros de la vacada, un carnero y siete corderos de un año;

28y la ofrenda de grano de ellos, flor de harina amasada con aceite, tres décimas de un efa por cada becerro, dos décimas de un efa por cada carnero,

29y una décima de un efa por cada uno de los siete corderos;

30un macho cabrío para hacer expiación por vosotros.

31Los ofreceréis, además del holocausto continuo con sus ofrendas de grano y sus libaciones; serán sin defecto.

Números..Capítulo 29

Se han de ofrecer sacrificios durante el séptimo mes, incluso en la Fiesta de las Trompetas y en la Fiesta de los Tabernáculos.

1Y en el séptimo mes, el primer día del mes, tendréis santa convocación; ningún trabajo servil haréis; os será día de tocar las trompetas.

2Y ofreceréis holocausto en olor grato a Jehová, un becerro de la vacada, un carnero y siete corderos de un año, sin defecto;

3y su ofrenda de grano de flor de harina amasada con aceite, tres décimas de un efa por cada becerro, dos décimas por cada carnero,

4y por cada uno de los siete corderos, una décima;

5y un macho cabrío como ofrenda por el pecado, para hacer expiación por vosotros,

6además del holocausto del mes y de su ofrenda de grano, y del holocausto continuo y de su ofrenda de grano y de sus libaciones, conforme a su ley, como ofrenda encendida a Jehová en olor grato.

7Y en el diez de este mes séptimo tendréis santa convocación y afligiréis vuestras almas; ningún trabajo haréis.

8Y ofreceréis en holocausto a Jehová en olor grato, un becerro de la vacada, un carnero y siete corderos de un año; serán sin defecto;

9y su ofrenda de grano, flor de harina amasada con aceite, tres décimas de un efa por cada becerro, dos décimas por cada carnero,

10y por cada uno de los siete corderos, una décima,

11y un macho cabrío como ofrenda por el pecado, además de la ofrenda por el pecado para expiación, y del holocausto continuo, y de su ofrenda de grano y de sus libaciones.

12También a los quince días del mes séptimo tendréis santa convocación; ningún trabajo servil haréis y celebraréis fiesta solemne a Jehová durante siete días.

13Y ofreceréis en holocausto una ofrenda encendida a Jehová en olor grato: trece becerros de la vacada, dos carneros, catorce corderos de un año; serán sin defecto;

14y su ofrenda de grano de flor de harina amasada con aceite, tres décimas de un efa por cada uno de los trece becerros, dos décimas por cada uno de los dos carneros,

15y una décima por cada uno de los catorce corderos;

16y un macho cabrío como ofrenda por el pecado, además del holocausto continuo, y de su ofrenda de grano y de su libación.

17Y el segundo día ofreceréis doce becerros de la vacada, dos carneros, catorce corderos de un año, sin defecto;

18y su ofrenda de grano y sus libaciones por los becerros, por los carneros y por los corderos, según el número de ellos, conforme a la ley;

19y un macho cabrío como ofrenda por el pecado, además del holocausto continuo, y de su ofrenda de grano y de sus libaciones.

20Y el tercer día, once becerros, dos carneros, catorce corderos de un año, sin defecto;

21y su ofrenda de grano y sus libaciones por los becerros, por los carneros y por los corderos, según el número de ellos, conforme a la ley;

22y un macho cabrío como ofrenda por el pecado, además del holocausto continuo, y de su ofrenda de grano y de su libación.

23Y el cuarto día, diez becerros, dos carneros, catorce corderos de un año, sin defecto;

24y su ofrenda de grano y sus libaciones por los becerros, por los carneros y por los corderos, según el número de ellos, conforme a la ley;

25y un macho cabrío como ofrenda por el pecado, además del holocausto continuo, y de su ofrenda de grano y de su libación.

26Y el quinto día, nueve becerros, dos carneros, catorce corderos de un año, sin defecto;

27y su ofrenda de grano, y sus libaciones por los becerros, por los carneros y por los corderos, según el número de ellos, conforme a la ley;

28y un macho cabrío como ofrenda por el pecado, además del holocausto continuo, y de su ofrenda de grano y de su libación.

29Y el sexto día, ocho becerros, dos carneros, catorce corderos de un año, sin defecto;

30y su ofrenda de grano y sus libaciones por los becerros, por los carneros y por los corderos, según el número de ellos, conforme a la ley;

31y un macho cabrío como ofrenda por el pecado, además del holocausto continuo, y de su ofrenda de grano y de su libación.

32Y el séptimo día, siete becerros, dos carneros, catorce corderos de un año, sin defecto;

33y su ofrenda de grano, y sus libaciones por los becerros, por los carneros y por los corderos, según el número de ellos, conforme a la ley;

34y un macho cabrío como ofrenda por el pecado, además del holocausto continuo, y de su ofrenda de grano y de su libación.

35El octavo día tendréis fiesta solemne; ningún trabajo servil haréis.

36Y ofreceréis en holocausto como ofrenda encendida de olor grato a Jehová, un novillo, un carnero, siete corderos de un año, sin defecto;

37su ofrenda de grano y sus libaciones por el novillo, por el carnero y por los corderos, según el número de ellos, conforme a la ley;

38y un macho cabrío como ofrenda por el pecado, además del holocausto continuo, y de su ofrenda de grano y de su libación.

39Estas cosas ofreceréis a Jehová en vuestras fiestas solemnes, además de vuestros votos y de vuestras ofrendas voluntarias, para vuestros holocaustos, y para vuestras ofrendas de grano, y para vuestras libaciones y para vuestras ofrendas de paz.

40Y Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todo lo que Jehová le había mandado.

Números..Capítulo 30

Los votos y los juramentos deben cumplirse — El padre puede anular los votos de las hijas y el marido puede anular los votos de su esposa.

1 Y habló Moisés a los príncipes de las tribus de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que Jehová ha mandado:

2Cuando algún hombre haga un voto a Jehová o haga un juramento, ligando su alma con obligación, no violará su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca.

3Mas cuando la mujer en su juventud haga un voto a Jehová y se ligue con obligación en casa de su padre,

4y su padre oye su voto y la obligación con que ligó su alma, y su padre no le dice nada, todos los votos de ella serán firmes, y toda obligación con que haya ligado su alma firme será.

5Pero si su padre se lo prohíbe el día en que lo oye, ninguno de sus votos ni las obligaciones con que ella haya ligado su alma serán firmes; y Jehová la perdonará, por cuanto su padre se lo prohibió.

6Pero si es casada y hace votos, o pronuncia de sus labios cosa con que obligue su alma,

7y su marido lo oye, y el día en que lo oye no le dice nada, los votos de ella serán firmes, y la obligación con que ligó su alma firme será.

8Pero si el día en que su marido lo oye se lo prohíbe, entonces el voto que ella hizo y lo que pronunció de sus labios con que ligó su alma será nulo; y Jehová la perdonará.

9Pero todo voto de viuda o divorciada con que ligue su alma será firme.

10Y si ha hecho voto en casa de su marido, y ha ligado su alma con obligación de juramento,

11y su marido lo oye y no le dice nada, ni se lo prohíbe, entonces todos sus votos serán firmes, y toda obligación con que haya ligado su alma firme será.

12Pero si su marido los anula el día en que los oye, todo lo que salió de sus labios en cuanto a sus votos y en cuanto a la obligación de su alma será nulo; su marido los ha anulado, y Jehová la perdonará.

13Todo voto y todo juramento con que ella se obligue a afligir el alma, su marido lo confirmará o su marido lo anulará.

14Pero si su marido no le dice nada día tras día, entonces confirma todos sus votos y todas las obligaciones que están sobre ella; los ha confirmado, por cuanto no le dijo nada el día en que lo oyó.

15Pero si los anula después de haberlos oído, entonces él llevará el pecado de ella.

16Éstas son las ordenanzas que Jehová mandó a Moisés entre el marido y su esposa, entre el padre y su hija, durante la juventud de ésta en casa de su padre.




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miércoles, 22 de febrero de 2012

Lectura hablada de la Santa Biblia RV 2009 SUD: Día 48: Números 25-27


Números..Capítulo 25
Los israelitas que adoran dioses falsos son muertos — Finees mata a los adúlteros y detiene la mortandad — Se manda a los del pueblo de Israel hostigar a los madianitas que los habían engañado.

1Y acampaba Israel en Sitim, y el pueblo empezó a afornicar con las hijas de Moab,

2las cuales ainvitaban al pueblo a los bsacrificios de sus dioses; y el pueblo comió y se inclinó a sus dioses.

3Y se adhirió el pueblo a aBaal-peor; y el furor de Jehová se encendió contra Israel.

4Y Jehová dijo a Moisés: Toma a todos los apríncipes del pueblo, y ahórcalos ante Jehová a plena luz del sol, y el furor de la ira de Jehová se apartará de Israel.

5Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel: aMatad cada uno a aquellos de los vuestros que se han adherido a Baal-peor.

6Y he aquí un hombre de los hijos de Israel vino y trajo una madianita a sus hermanos, ante los ojos de Moisés y de toda la congregación de los hijos de Israel, mientras lloraban ellos a la entrada del tabernáculo de reunión.

7Y lo vio aFinees hijo de Eleazar, hijo de Aarón, el sacerdote, y se levantó de en medio de la congregación y tomó una lanza en su mano,

8y fue tras el hombre de Israel a la tienda y los alanceó por el vientre a ambos, al hombre de Israel y a la mujer. Y cesó la mortandad de los hijos de Israel.

9Y murieron en aquella mortandad veinticuatro mil.

10Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo:

11Finees hijo de Eleazar, hijo de Aarón, el sacerdote, ha apartado mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo por mi causa entre ellos; por eso yo no he consumido en mi acelo a los hijos de Israel.

12Por tanto, diles: He aquí yo establezco mi aconvenio de paz con él;

13y tendrá él, y su descendencia después de él, el aconvenio del sacerdocio perpetuo, por cuanto tuvo celo por su Dios e hizo expiación por los hijos de Israel.

14Y el nombre del hombre muerto, el que fue muerto con la madianita, era Zimri hijo de Salu, jefe de una casa paterna de Simeón.

15Y el nombre de la mujer madianita muerta era Cozbi, hija de Zur, jefe de la gente de una casa paterna en Madián.

16Y Jehová habló a Moisés, diciendo:

17Hostigad a los madianitas y aheridlos,

18por cuanto ellos os afligieron a vosotros con sus ardides con que os han engañado en el asunto de Peor, y en el asunto de Cozbi, hija del príncipe de Madián, su hermana, la cual fue muerta el día de la mortandad apor causa de Peor.

Números..Capítulo 26

Moisés y Eleazar cuentan a los israelitas en los campos de Moab cerca de Jericó — Los varones mayores de veinte años, exceptuando a los levitas, suman seiscientos un mil setecientos treinta — Sólo Caleb y Josué quedan de aquellos que fueron contados en Sinaí.

1 Y aconteció, después de la mortandad, que Jehová habló a Moisés y a Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, diciendo:

2Haced un censo de toda la congregación de los hijos de Israel, de veinte años arriba, por sus casas paternas, todos los que puedan salir a la guerra en Israel.

3Y Moisés y Eleazar, el sacerdote, hablaron con ellos en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó, diciendo:

4Contaréis a los del pueblo de veinte años arriba, como mandó Jehová a Moisés y a los hijos de Israel que habían salido de la tierra de Egipto.

5Rubén, primogénito de Israel; los hijos de Rubén: de Enoc, la familia de los enoquitas; de Falú, la familia de los faluitas;

6de Hezrón, la familia de los hezronitas; de Carmi, la familia de los carmitas.

7Éstas son las familias de los rubenitas; y los contados de ellas fueron cuarenta y tres mil setecientos treinta.

8Y los hijos de Falú: Eliab.

9Y los hijos de Eliab: Nemuel, y Datán y Abiram. Éstos, Datán y Abiram, fueron los del consejo de la congregación que se rebelaron contra Moisés y Aarón con el grupo de Coré, cuando se rebelaron contra Jehová.

10Y la tierra abrió su boca y se los tragó a ellos y a Coré, cuando aquel grupo murió, cuando consumió el fuego a doscientos cincuenta hombres, los cuales fueron una señal de advertencia.

11Pero los hijos de Coré no murieron.

12Los hijos de Simeón por sus familias: de Nemuel, la familia de los nemuelitas; de Jamín, la familia de los jaminitas; de Jaquín, la familia de los jaquinitas;

13de Zera, la familia de los zeraítas; de Saúl, la familia de los saulitas.

14Éstas son las familias de los simeonitas, veintidós mil doscientos.

15Los hijos de Gad por sus familias: de Zefón, la familia de los zefonitas; de Hagui, la familia de los haguitas; de Suni, la familia de los sunitas;

16de Ozni, la familia de los oznitas; de Eri, la familia de los eritas;

17de Arod, la familia de los aroditas; de Areli, la familia de los arelitas.

18Éstas son las familias de Gad; fueron contados de ellas cuarenta mil quinientos.

19Los hijos de Judá: Er y Onán; y Er y Onán murieron en la tierra de Canaán.

20Y fueron los hijos de Judá por sus familias: de Sela, la familia de los selaítas; de Fares, la familia de los faresitas; de Zera, la familia de los zeraítas.

21Y fueron los hijos de Fares: de Hezrón, la familia de los hezronitas; de Hamul, la familia de los hamulitas.

22Éstas son las familias de Judá; fueron contados de ellas setenta y seis mil quinientos.

23Los hijos de Isacar por sus familias: de Tola, la familia de los tolaítas; de Fúa, la familia de los funitas;

24de Jasub, la familia de los jasubitas; de Simrón, la familia de los simronitas.

25Éstas son las familias de Isacar; fueron contados de ellas sesenta y cuatro mil trescientos.

26Los hijos de Zabulón por sus familias: de Sered, la familia de los sereditas; de Elón, la familia de los elonitas; de Jahleel, la familia de los jahleelitas.

27Éstas son las familias de los zabulonitas; fueron contados de ellas sesenta mil quinientos.

28Los hijos de José por sus familias: Manasés y Efraín.

29Los hijos de Manasés: de Maquir, la familia de los maquiritas; y Maquir engendró a Galaad; de Galaad, la familia de los galaaditas.

30Éstos son los hijos de Galaad: de Jezer, la familia de los jezeritas; de Helec, la familia de los helequitas;

31de Asriel, la familia de los asrielitas: de Siquem, la familia de los siquemitas;

32de Semida, la familia de los semidaítas; de Hefer la familia de los heferitas.

33Y Zelofehad hijo de Hefer no tuvo hijos sino hijas; y los nombres de las hijas de Zelofehad fueron Maala, y Noa, y Hogla, y Milca y Tirsa.

34Éstas son las familias de Manasés; y fueron contados de ellas cincuenta y dos mil setecientos.

35Éstos son los hijos de Efraín por sus familias: de Sutela, la familia de los sutelaítas; de Bequer, la familia de los bequeritas; de Tahán, la familia de los tahanitas.

36Y éstos son los hijos de Sutela: de Erán, la familia de los eranitas.

37Éstas son las familias de los hijos de Efraín; fueron contados de ellas treinta y dos mil quinientos. Éstos son los hijos de José por sus familias.

38Los hijos de Benjamín por sus familias: de Bela, la familia de los belaítas; de Asbel, la familia de los asbelitas; de Ahiram, la familia de los ahiramitas;

39de Sufam, la familia de los sufamitas; de Hufam, la familia de los hufamitas.

40Y los hijos de Bela fueron Ard y Naamán: de Ard, la familia de los arditas; de Naamán, la familia de los naamitas.

41Éstos son los hijos de Benjamín por sus familias; y fueron contados de ellas cuarenta y cinco mil seiscientos.

42Éstos son los hijos de Dan por sus familias: de Súham, la familia de los suhamitas. Éstas son las familias de Dan por sus familias.

43Todas las familias de los suhamitas, por los que fueron contados, sesenta y cuatro mil cuatrocientos.

44Los hijos de Aser por sus familias: de Imna, la familia de los imnitas; de Isúi, la familia de los isuitas; de Bería, la familia de los beriaítas.

45Los hijos de Bería: de Heber, la familia de los heberitas; de Malquiel, la familia de los malquielitas.

46Y el nombre de la hija de Aser fue Sera.

47Éstas son las familias de los hijos de Aser; fueron contados de ellas cincuenta y tres mil cuatrocientos.

48Los hijos de Neftalí por sus familias: de Jahzeel, la familia de los jahzeelitas; de Guni, la familia de los gunitas;

49de Jezer, la familia de los jezeritas; de Silem, la familia de los silemitas.

50Éstas son las familias de Neftalí por sus familias; y fueron contados de ellas cuarenta y cinco mil cuatrocientos.

51Éstos son los contados de los hijos de Israel, seiscientos un mil setecientos treinta.

52Y habló Jehová a Moisés, diciendo:

53Entre éstos se repartirá la tierra en heredad, por la cuenta de los nombres.

54A los más numerosos darás mayor heredad; y a los menos numerosos, menor; y a cada uno se le dará su heredad conforme a los que fueron contados.

55Pero la tierra será repartida por suertes; y por los nombres de las tribus de sus padres heredarán.

56Conforme a la suerte será repartida su heredad entre el grande y el pequeño.

57Y los que fueron contados de los levitas por sus familias son éstos: de Gersón, la familia de los gersonitas; de Coat, la familia de los coatitas; de Merari, la familia de los meraritas.

58Éstas son las familias de los levitas: la familia de los libnitas, la familia de los hebronitas, la familia de los mahlitas, la familia de los musitas, la familia de los coreítas. Y Coat engendró a Amram.

59Y la esposa de Amram se llamó Jocabed, hija de Leví, la cual le nació a Leví en Egipto; ésta dio a luz de Amram a Aarón, y a Moisés y a María, su hermana.

60Y a Aarón le nacieron Nadab, y Abiú, y Eleazar e Itamar.

61Pero Nadab y Abiú murieron cuando ofrecieron fuego extraño delante de Jehová.

62Y los que fueron contados de los levitas fueron veintitrés mil, todos varones de un mes arriba; porque no fueron contados entre los hijos de Israel, por cuanto no les había de ser dada heredad entre los hijos de Israel.

63Éstos son los que fueron contados por Moisés y Eleazar, el sacerdote, los cuales contaron a los hijos de Israel en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.

64Y entre éstos no hubo ninguno de los que fueron contados por Moisés y Aarón, el sacerdote, los cuales contaron a los hijos de Israel en el desierto de Sinaí.

65Porque Jehová les había dicho: Morirán en el desierto; y no quedó ninguno de ellos, sino Caleb hijo de Jefone y Josué hijo de Nun.

Números..Capítulo 27

Se explica la ley de las heredades tanto para los hijos como para las hijas y para los parientes — Moisés verá la tierra prometida, pero no entrará en ella — Josué es llamado y apartado para dirigir a Israel.

1 Y vinieron las hijas de Zelofehad hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, de las familias de Manasés hijo de José, los nombres de las cuales eran Maala, y Noa, y Hogla, y Milca y Tirsa;

2y se presentaron delante de Moisés, y delante del sacerdote Eleazar, y delante de los apríncipes y de toda la congregación, a la entrada del tabernáculo de reunión, y dijeron:

3Nuestro padre murió en el desierto; y él no estuvo en el grupo de los que se reunieron contra Jehová en el grupo de Coré, sino que en su propio pecado murió, y no tuvo hijos.

4¿Por qué será quitado el nombre de nuestro padre de entre su familia, por no haber tenido hijo? Danos heredad entre los hermanos de nuestro padre.

5Y Moisés llevó su causa delante de Jehová.

6Y Jehová respondió a Moisés, diciendo:

7Bien dicen las hijas de Zelofehad. Les darás la posesión de una aheredad entre los hermanos de su padre, y traspasarás la heredad de su padre a ellas.

8Y a los hijos de Israel hablarás, diciendo: Cuando alguno muera sin hijos, traspasaréis su heredad a su hija.

9Y si no tuviere hija, daréis su heredad a sus hermanos;

10y si no tuviere hermanos, daréis su heredad a los hermanos de su padre.

11Y si su padre no tuviere hermanos, daréis su heredad a su pariente más cercano de su linaje, el cual la poseerá; y esto será para los hijos de Israel un aestatuto de derecho, como Jehová mandó a Moisés.

12Y Jehová dijo a Moisés: Sube a este monte aAbarim y verás la btierra que he dado a los hijos de Israel.

13Y después que la hayas visto, atú también serás reunido con tu pueblo, como fue reunido tu hermano Aarón.

14Pues fuisteis rebeldes a mi mandato en el desierto de Zin, en la rencilla de la congregación, y no me santificasteis en las aguas ante los ojos de ellos. Éstas son las aguas de la arencilla de Cades en el desierto de Zin.

15Entonces respondió Moisés a Jehová, diciendo:

16aPonga Jehová, bDios de los cespíritus de toda carne, un hombre sobre la congregación,

17que salga delante de ellos y que entre delante de ellos, que los saque y los introduzca, para que la acongregación de Jehová no sea como ovejas sin bpastor.

18Y Jehová dijo a Moisés: Toma a aJosué hijo de Nun, hombre en el cual hay bespíritu, y cpon tu mano sobre él;

19y alo pondrás delante del sacerdote Eleazar, y delante de toda la congregación, y le darás el cargo en presencia de ellos.

20Y apondrás de tu bdignidad sobre él, para que toda la congregación de los hijos de Israel le obedezca.

21Y él se presentará delante del asacerdote Eleazar, quien preguntará bpor él delante de Jehová por medio del juicio del Urim. Por la palabra de él saldrán y por la palabra de él entrarán, él y todos los hijos de Israel con él, es decir, toda la congregación.

22Y Moisés hizo como Jehová le había mandado; y tomó a Josué y le puso delante del sacerdote Eleazar, y delante de toda la congregación.

23Y apuso sobre él sus manos y le dio el bcargo, como Jehová había mandado por medio de Moisés.





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