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lunes, 24 de diciembre de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 257:Nahúm / Habacuc


Nahúm
Capítulo 1
Nahúm declara que la tierra será quemada en la Segunda Venida y habla de la misericordia y del poder de Jehová.

1 Profecía acerca de Nínive. Libro de la visión de Nahúm de Elcos.

2 Dios celoso y vengador es Jehová; vengador es Jehová y lleno de indignación; Jehová se venga de sus adversarios y guarda enojo para sus enemigos.

3 Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable. Jehová marcha en el torbellino y en la tempestad, y las nubes son el polvo de sus pies.

4 Él reprende al mar y lo hace secar y agota todos los ríos. Basán y el Carmelo languidecen, y la flor del Líbano se marchita.

5 Los montes tiemblan delante de él, y los collados se derriten; y la tierra se agita ante su presencia, y también el mundo y todos los que en él habitan.

6 ¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿Quién quedará en pie ante el furor de su enojo? Su ira se derrama como fuego, y por él se hienden las peñas.

7 Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia, y conoce a los que en él confían.

8 Mas con inundación impetuosa hará consumación de su lugar, y las tinieblas perseguirán a sus enemigos.

9 ¿Qué tramáis contra Jehová? Él hará consumación; la tribulación no se levantará dos veces.

10 Porque como espinos entretejidos y como ebrios en su embriaguez, serán consumidos como rastrojo completamente seco.

11 De ti salió el que tramó el mal contra Jehová, un consejero perverso.

12 Así ha dicho Jehová: Aunque reposo tengan y sean muchos, aun así serán talados, y pasarán. Aunque te he afligido, no te afligiré más.

13 Porque ahora quebraré su yugo de sobre ti y romperé tus coyundas.

14 Pero acerca de ti ha mandado Jehová que no sea perpetuado tu nombre; de la casa de tu dios talaré imágenes talladas e imágenes de fundición; prepararé tu sepulcro, porque fuiste vil.

15 ¡He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz! Celebra, oh Judá, tus fiestas solemnes, cumple tus votos, porque ya nunca más pasará sobre ti el malvado; ha perecido del todo.

Capítulo 2
Nínive será destruida, lo cual es símbolo de lo que acontecerá en los últimos días.

1 Un destructor ha subido contra ti; guarda la fortaleza, vigila el camino, fortifica tus lomos, fortalece mucho tu poder.

2 Porque Jehová restaurará la gloria de Jacob como la gloria de Israel; porque saqueadores los saquearon y destruyeron sus sarmientos.

3 El escudo de sus guerreros se ha enrojecido, los hombres valientes vestidos de grana; el día en que se preparen, los carros serán como fuego de antorchas, y temblarán los cipreses.

4 Los carros se precipitarán a las plazas; con estruendo rodarán por las calles; su aspecto será como antorchas encendidas; correrán como relámpagos.

5 Convocará él a sus valientes; al andar tropezarán; se apresurarán hacia su muro, y la defensa se preparará.

6 Las compuertas de los ríos se abrirán, y el palacio será arrasado.

7 Y la reina será llevada cautiva; mandarán que suba, y sus criadas la llevarán gimiendo como palomas, golpeándose el pecho.

8 Y Nínive es de tiempo antiguo como estanque de aguas; mas ellos huyen y dicen: ¡Deteneos, deteneos!, pero ninguno mira hacia atrás.

9 Saquead plata, saquead oro; no hay fin de las riquezas ni de la suntuosidad de toda clase de objetos preciosos.

10 Vacía, y agotada y desolada está, y el corazón desfallecido; temblor de rodillas y dolor en todos los lomos, y los rostros de todos se demudan.

11 ¿Dónde está la guarida de los leones y el lugar donde comen los cachorros de los leones, donde andaba el león, la leona y el cachorro de león, y no había quien los espantase?

12 El león arrebataba lo suficiente para sus cachorros y estrangulaba para sus leonas; y llenaba de presas sus madrigueras y de carne desgarrada sus guaridas.

13 Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos, y quemaré tus carros y los reduciré a humo, y la espada devorará tus leoncillos; y raeré de la tierra tu presa, y nunca más se oirá la voz de tus mensajeros.

Capítulo 3
Se predice la espantosa caída de Nínive.

1 ¡Ay de la ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de rapiña, de incesante pillaje!

2 Chasquido de látigo y estruendo de movimiento de ruedas; y caballo al galope y carro que salta;

3 el jinete a la carga, y resplandor de espada y brillo de lanza; y multitud de muertos y multitud de cadáveres; y cadáveres sin fin, y con los cadáveres tropezarán.

4 Y esto a causa de la multitud de las fornicaciones de la ramera de hermosa gracia, maestra de brujerías, que vende a las naciones con sus fornicaciones y a las familias con sus hechicerías.

5 Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos; y levantaré tus faldas hasta tu cara y mostraré a las naciones tu desnudez, y a los reinos tu vergüenza.

6 Y echaré sobre ti inmundicias, y te haré despreciable y te pondré como espectáculo.

7 Y acontecerá que todos los que te vean se apartarán de ti y dirán: ¡Nínive ha sido asolada! ¿Quién se compadecerá de ella? ¿Dónde te buscaré consoladores?

8 ¿Eres tú mejor que Tebas, que estaba asentada entre ríos, rodeada de aguas, cuyo baluarte era el mar y el mar su muralla?

9 Etiopía era su fortaleza, y Egipto, y eso sin límite; Fut y Libia estaban entre tus ayudadores.

10 No obstante, ella fue desterrada, llevada al cautiverio; también sus niños fueron estrellados en las encrucijadas de todas las calles; y sobre sus nobles echaron suertes, y todos sus grandes fueron aprisionados con grilletes.

11 Tú también quedarás embriagada; serás ocultada; tú también buscarás refugio a causa del enemigo.

12 Todas tus fortalezas serán cual higueras cargadas de brevas, que, si las sacuden, caen en la boca del que las ha de comer.

13 He aquí, tu pueblo será como mujeres en medio de ti; las puertas de tu tierra se abrirán de par en par a tus enemigos; fuego consumirá tus cerrojos.

14 Provéete de agua para el asedio; fortifica tus fortalezas; entra en el lodo; pisa el barro; refuerza el horno.

15 Allí te consumirá el fuego; te talará la espada. Te devorará como el pulgón. ¡Multiplícate como el pulgón! ¡Multiplícate como la langosta!

16 Multiplicaste tus mercaderes más que las estrellas del cielo; el pulgón hizo presa y voló.

17 Tus príncipes serán como langostas y tus oficiales como nubes de langostas que se posan en vallados en día de frío; salido el sol se van, y no se conoce el lugar donde están.

18 Durmieron tus pastores, oh rey de Asiria; reposaron tus nobles; tu pueblo se dispersó por los montes, y no hay quien lo junte.

19 No hay curación para tu quebradura; tu herida es grave. Todos los que oigan noticias de ti batirán las palmas de las manos acerca de ti, porque, ¿sobre quién no pasó continuamente tu maldad?


Habacuc
Capítulo 1
Cuando Habacuc se entera de que Jehová levantará a los caldeos para invadir la tierra de Israel, le aflige el que se vaya a emplear a los malvados para esos fines.

1 La profecía que vio el profeta Habacuc.

2 ¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás?

3 ¿Por qué me haces ver iniquidad y haces que contemple molestia? Y destrucción y violencia hay delante de mí, y surgen pleito y contienda.

4 Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio nunca sale adelante; por cuanto el malvado asedia al justo, por eso sale torcido el juicio.

5 Mirad entre las naciones y ved; y maravillaos y asombraos, porque haré una obra en vuestros días que, aun cuando se os cuente, no la creeréis.

6 Porque he aquí, yo levanto a los caldeos, nación feroz e impetuosa, que camina por la anchura de la tierra para poseer las moradas ajenas.

7 Espantosa es y terrible; de ella misma proceden su propio juicio y su propia grandeza.

8 Y serán sus caballos más ligeros que leopardos y más feroces que lobos nocturnos; y sus jinetes se dispersarán; vendrán de lejos sus jinetes y volarán como águilas que se apresuran a devorar.

9 Toda ella vendrá para hacer violencia; delante de sus caras viento solano, y recogerá cautivos como arena.

10 Y escarnecerá a los reyes, y de los príncipes hará burla; se reirá de las fortalezas, y levantará terraplén y las tomará.

11 Luego pasará como el viento, y seguirá adelante y ofenderá, atribuyendo su poder a su dios.

12 ¿No eres tú desde el principio, oh Jehová, Dios mío, Santo mío? No moriremos. Oh Jehová, para juicio los pusiste; y tú, oh Roca, los has puesto para castigar.

13 Muy limpio eres de ojos para ver el mal y no puedes ver el agravio. ¿Por qué toleras a los que actúan pérfidamente, y callas cuando el malvado destruye al que es más justo que él

14 y haces que sean los hombres como los peces del mar, como reptiles que no tienen señor?

15 Sacará a todos con anzuelo; los recogerá con su red y los juntará en su malla, por lo cual, se alegrará y se regocijará.

16 Por esto ofrecerá sacrificios a su red y quemará incienso a su malla, porque con ellas engordó su porción y aumentó su comida.

17 ¿Vaciará por eso su red y seguirá aniquilando sin piedad a las naciones?

Capítulo 2
Jehová insta a tener paciencia y promete que el justo vivirá por fe — La tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová — Los ídolos no tienen poder.

1 En mi puesto de guardia estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que él me dirá y lo que he de responder cuando sea reprendido.

2 Y Jehová me respondió y dijo: Escribe la visión y grábala claramente en tablas para que corra el que lea en ella.

3 Aunque la visión es aún para un tiempo señalado, al final hablará y no mentirá; aunque se tarde, espérala, porque sin duda vendrá; no tardará.

4 He aquí, se enorgullece aquel cuya alma no es recta; mas el justo por su fe vivirá.

5 Y también, el vino traiciona al hombre soberbio de modo que no permanece; ensancha su deseo como el Seol y es como la muerte que no se sacia, sino que reúne para sí todas las naciones y recoge para sí todos los pueblos.

6 ¿No han de levantar todos éstos refrán contra él y sarcasmos contra él? Y dirán: ¡Ay del que multiplica lo que no es suyo! ¿Hasta cuándo seguirá acumulando sobre sí prendas empeñadas?

7 ¿No se levantarán de repente tus acreedores, y se despertarán los que te hagan temblar? Y tú serás para ellos objeto de rapiña.

8 Por cuanto tú has despojado a muchas naciones, todos los otros pueblos te despojarán, a causa de la sangre de los hombres y de la violencia hecha a la tierra, a las ciudades y a todos los que moraban en ellas.

9 ¡Ay del que obtiene injusta ganancia para su casa, para poner en alto su nido, para escaparse del poder del mal!

10 Has tramado vergüenza para tu casa al destruir a muchos pueblos, y has pecado contra tu alma.

11 Porque la piedra clamará desde el muro, y la viga del enmaderado le responderá.

12 ¡Ay del que edifica la ciudad con sangre y del que funda una aldea con injusticia!

13 He aquí, ¿no es esto de Jehová de los ejércitos que los pueblos trabajen para el fuego y las naciones se fatiguen en vano?

14 Porque la tierra estará llena del conocimiento de la gloria de Jehová como las aguas cubren el mar.

15 ¡Ay del que da de beber a su prójimo! ¡Ay de ti, que le acercas tu hiel y le embriagas para mirar su desnudez!

16 Te has llenado de deshonra más que de honra; bebe tú también, y serás como incircunciso; la copa de la mano derecha de Jehová se volverá contra ti, y la deshonra caerá sobre tu gloria.

17 Porque la violencia del Líbano te cubrirá, y la destrucción de las fieras las aterrorizará a causa de la sangre de los hombres y de la violencia hecha a la tierra, a las ciudades y a todos los que en ellas moran.

18 ¿De qué sirve la imagen tallada que talló el que la hizo, la imagen de fundición y maestra de mentiras, para que haciendo imágenes mudas confíe el hacedor en su obra?

19 ¡Ay del que dice al palo: Despiértate; y a la piedra muda: Levántate! ¿Podrá él enseñar? He aquí, está cubierto de oro y de plata, y no hay espíritu dentro de él.

20 Mas Jehová está en su santo templo: ¡Calle delante de él toda la tierra!

Capítulo 3
En su oración, Habacuc tiembla ante la majestuosidad de Dios.

1 Oración del profeta Habacuc, sobre Sigionot.

2

Oh Jehová, he oído tu palabra y temí.
Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos,
en medio de los tiempos hazla conocer;
en la ira acuérdate de la misericordia.

3

Dios viene de Temán,
y el Santo desde el monte Parán. Selah
Su gloria cubrió los cielos,
y la tierra se llenó de su alabanza.

4

Y su resplandor es como la luz,
rayos brillantes salen de su mano,
y allí está escondido su poder.

5

Delante de su rostro va la mortandad,
y llamaradas salen tras sus pies.

6

Se levantó y midió la tierra;
miró e hizo temblar las naciones;
y los montes antiguos fueron desmenuzados;
los collados antiguos se inclinaron.
Sus caminos son eternos.

7

He visto las tiendas de Cusán en aflicción;
las cortinas de la tierra de Madián temblaron.

8

¿Se airó Jehová contra los ríos?
¿Contra los ríos fue tu enojo?
¿Fue tu ira contra el mar,
para que montases en tus caballos
y en tus carros de salvación?

9

Se desnudó enteramente tu arco,
según los juramentos de las saetas de tu palabra. Selah
Hendiste la tierra con ríos.

10

Te vieron los montes y temblaron;
pasó la inundación de las aguas;
el abismo dio su voz;
a lo alto alzó sus manos.

11

El sol y la luna se detuvieron en su cenit;
a la luz de tus saetas anduvieron
y al resplandor de tu refulgente lanza.

12

Con ira hollaste la tierra;
con furor trillaste las naciones.

13

Saliste para salvar a tu pueblo,
para salvar con tu ungido.
Traspasaste la cabeza de la casa del malvado,
descubriendo el cimiento hasta el cuello. Selah

14

Traspasaste con sus propias saetas las cabezas de sus guerreros,
que como tempestad acometieron para dispersarme;
su regocijo era como para devorar al pobre encubiertamente.

15

Caminaste en el mar con tus caballos,
sobre la mole de las grandes aguas.

16

Oí, y se conmovieron mis entrañas;
a la voz temblaron mis labios;
pudrición entró en mis huesos,
y dentro de mí me estremecí.
Tranquilo espero el día de la angustia
que vendrá sobre el pueblo que nos ataca.

17

Aunque la higuera no florezca
ni en las vides haya frutos,
aunque falle la cosecha del olivo,
y los campos no produzcan alimento,
y las ovejas sean quitadas del redil
y no haya vacas en los establos,

18

con todo yo me alegraré en Jehová
y me regocijaré en el Dios de mi salvación.

19

Jehová el Señor es mi fortaleza,
y él hará mis pies como de ciervas
y me hará andar sobre mis lugares altos.



Al músico principal: sobre instrumentos de cuerda.