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martes, 31 de enero de 2012

Lectura Hablada de La Santa Biblia R-V 2009 SUD: Dia 29: Éxodo 34-36


Capítulo 34
Moisés prepara nuevas tablas de piedra — Él sube al monte Sinaí y está allí cuarenta días — Jehová proclama Su nombre y atributos, y revela Su ley — Hace otro convenio con Israel — La tez del rostro de Moisés resplandece y se pone un velo.

1 Y Jehová dijo a Moisés: Labra dos tablas de piedra como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste.

2 Prepárate, pues, para mañana, y por la mañana sube al monte Sinaí, y allí preséntate ante mí sobre la cumbre del monte.

3 Y no suba nadie contigo, ni aparezca ninguno en todo el monte; ni ovejas ni bueyes pasten delante del monte.

4 Y Moisés labró dos tablas de piedra como las primeras; y se levantó de mañana, y subió al monte Sinaí, como le mandó Jehová, y llevó en su mano las dos tablas de piedra.

5 Y Jehová descendió en la nube y estuvo allí con él, proclamando el nombre de Jehová.

6 Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: Jehová, Jehová, Dios misericordioso y piadoso, tardo para la ira y abundante en benignidad y verdad,

7 que guarda la misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado, pero que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que castiga la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y la cuarta generación.

8 Entonces Moisés, apresurándose, bajó la cabeza hacia el suelo y adoró,

9 diciendo: Si ahora, Señor, he hallado gracia ante tus ojos, vaya ahora el Señor en medio de nosotros, porque éste es pueblo de dura cerviz; y perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y tómanos como herencia tuya.

10 Y él dijo: He aquí, yo hago convenio; delante de todo tu pueblo haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra ni en nación alguna; y verá todo el pueblo, en medio del cual estás tú, la obra de Jehová, porque será cosa asombrosa la que yo haré contigo.

11 Guarda lo que yo te mando hoy; he aquí que yo echo de delante de tu presencia al amorreo, y al cananeo, y al heteo, y al ferezeo, y al heveo y al jebuseo.

12 Guárdate de hacer alianza con los moradores de la tierra donde has de entrar, para que no sean por tropezadero en medio de ti.

13 Mas derribaréis sus altares, y quebraréis sus estatuas y destruiréis sus imágenes de Asera.

14 Porque no te inclinarás ante ningún otro dios, porque Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es.

15 Por tanto, no harás alianza con los moradores de aquella tierra, porque se prostituirán en pos de sus dioses, y ofrecerán sacrificios a sus dioses, y te invitarán, y comerás de sus sacrificios;

16 o tomando de sus hijas para tus hijos, y prostituyéndose sus hijas en pos de sus dioses, harán también que tus hijos se prostituyan en pos de los dioses de ellas.

17 No te harás dioses de fundición.

18 La fiesta de los panes sin levadura guardarás; siete días comerás pan sin leudar, según te he mandado, en el tiempo señalado del mes de Abib, porque en el mes de Abib saliste de Egipto.

19 Todo el que abre matriz, mío es; y de tu ganado toda primera cría de vaca o de oveja que sea macho.

20 Pero redimirás con cordero la primera cría del asno; y si no lo redimes, quebrarás su cerviz. Redimirás todo primogénito de tus hijos, y nadie se presentará delante de mí con las manos vacías.

21 Seis días trabajarás, pero en el séptimo día descansarás; aun en el tiempo de la arada y de la siega descansarás.

22 Y celebrarás la fiesta de las semanas, la de las primicias de la siega del trigo, y la fiesta de la cosecha al fin del año.

23 Tres veces al año se presentará todo varón tuyo delante de Jehová el Señor, Dios de Israel.

24 Porque yo arrojaré las naciones de tu presencia y ensancharé tus fronteras; y ninguno codiciará tu tierra, cuando tú subas para presentarte delante de Jehová tu Dios tres veces al año.

25 No ofrecerás nada leudado con la sangre de mi sacrificio; ni se dejará de la noche para la mañana el sacrificio de la fiesta de la Pascua.

26 Llevarás las primicias de los primeros frutos de tu tierra a la casa de Jehová tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.

27 Y Jehová dijo a Moisés: Escribe tú estas palabras, porque conforme a estas palabras he hecho un convenio contigo y con Israel.

28 Y él estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan ni bebió agua. Y escribió en tablas las palabras del convenio, los diez mandamientos.

29 Y aconteció que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, mientras descendía del monte, no sabía él que la tez de su rostro resplandecía, después que hubo hablado con Dios.

30 Y Aarón y todos los hijos de Israel miraron a Moisés, y he aquí, la tez de su rostro era resplandeciente, y tuvieron miedo de acercarse a él.

31 Y los llamó Moisés; y Aarón y todos los jefes de la congregación volvieron a él, y Moisés les habló.

32 Y después se acercaron todos los hijos de Israel, a los cuales mandó todo lo que Jehová le había dicho en el monte Sinaí.

33 Y cuando hubo acabado Moisés de hablar con ellos, puso un velo sobre su rostro.

34 Y cuando se presentaba Moisés delante de Jehová para hablar con él, se quitaba el velo hasta que salía; y cuando salía, hablaba con los hijos de Israel lo que se le había mandado;

35 y veían los hijos de Israel el rostro de Moisés, que la tez de su rostro era resplandeciente; y volvía Moisés a poner el velo sobre su rostro, hasta que entraba a hablar con Dios.

Capítulo 35

Se manda a Israel observar el día de reposo — Se ofrecen ofrendas voluntarias para el tabernáculo — Se confirma el llamamiento e inspiración de algunos artesanos.

1 Y Moisés hizo reunir a toda la congregación de los hijos de Israel y les dijo: Éstas son las cosas que Jehová ha mandado hacer:

2 Seis días se trabajará, pero el día séptimo os será santo, día de reposo dedicado a Jehová; cualquiera que en él hiciere algún trabajo, morirá.

3 No encenderéis fuego en ninguna de vuestras moradas en el día de reposo.

4 Y habló Moisés a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que Jehová ha mandado:

5 Tomad de entre vosotros una ofrenda para Jehová; todo generoso de corazón la traerá a Jehová: oro, plata, bronce,

6 y azul, y púrpura, y carmesí, y lino fino, y pelo de cabra,

7 y pieles rojas de carnero, y pieles de tejón, y madera de acacia,

8 y aceite para el alumbrado, y especias aromáticas para el aceite de la unción y para el incienso aromático,

9 y piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y para el pectoral.

10 Y todo sabio de corazón de entre vosotros vendrá y hará todas las cosas que Jehová ha mandado:

11 el tabernáculo, su tienda, su cubierta, sus ganchos, sus tablas, sus barras, sus columnas y sus basas;

12 el arca y sus varas, el propiciatorio y el velo de la tienda;

13 la mesa con sus varas y todos sus utensilios, y el pan de la proposición;

14 el candelabro del alumbrado con sus utensilios, sus lámparas, y el aceite para la iluminación;

15 el altar del incienso y sus varas, el aceite de la unción, el incienso aromático y la cortina de la entrada para la entrada del tabernáculo;

16 el altar del holocausto, y su enrejado de bronce y sus varas, y todos sus utensilios y la fuente con su base;

17 las cortinas del atrio, sus columnas, y sus basas y la cortina de la entrada del atrio;

18 las estacas del tabernáculo, y las estacas del atrio y sus cuerdas;

19 las vestiduras del servicio para ministrar en el santuario, las sagradas vestiduras de Aarón, el sacerdote, y las vestiduras de sus hijos para servir en el sacerdocio.

20 Y salió toda la congregación de los hijos de Israel de la presencia de Moisés.

21 Y vino todo aquel a quien su corazón le impulsó, y todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad, y trajo la ofrenda de Jehová para la obra del tabernáculo de reunión, y para todo su servicio y para las sagradas vestiduras.

22 Y vinieron tanto hombres como mujeres, todos los de corazón generoso, y trajeron cadenillas y zarcillos, sortijas y brazaletes, y toda clase de joyas de oro; y todos ofrecían una ofrenda mecida de oro a Jehová.

23 Todo aquel que tenía azul, o púrpura, o carmesí, o lino fino, o pelo de cabra, o pieles rojas de carnero o pieles de tejón, lo traía.

24 Todo el que ofrecía una ofrenda de plata o de bronce traía a Jehová la ofrenda; y todo el que tenía madera de acacia la traía para toda la obra del servicio.

25 Además todas las mujeres sabias de corazón hilaban con sus manos y traían lo que habían hilado: azul, o púrpura, o carmesí o lino fino.

26 Y todas las mujeres cuyo corazón las impulsó en sabiduría hilaron pelo de cabra.

27 Y los jefes trajeron piedras de ónice y las piedras de los engastes para el efod y el pectoral;

28 y las especias aromáticas y el aceite para el alumbrado, y para el aceite de la unción y para el incienso aromático.

29 De los hijos de Israel, tanto hombres como mujeres, todos los que tuvieron corazón generoso para traer para toda la obra que Jehová había mandado por medio de Moisés que hiciesen, trajeron ofrenda voluntaria a Jehová.

30 Y dijo Moisés a los hijos de Israel: Mirad, Jehová ha nombrado a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá;

31 y lo ha llenado del espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en toda artesanía,

32 para diseñar diseños artísticos, para trabajar en oro, y en plata y en bronce,

33 y en el labrado de piedras para engastar, y en el tallado de madera, para trabajar en toda obra ingeniosa.

34 Y ha puesto en su corazón el don de enseñar, tanto a él como a Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan,

35 y los ha llenado de sabiduría de corazón para que hagan toda obra de artesano, y de grabador y de bordador en azul, y en púrpura, y en carmesí y en lino fino, y de tejedor, para que hagan toda labor y diseñen todo diseño.

Capítulo 36

Se escoge a hombres sabios de corazón para la obra del tabernáculo — Moisés pide al pueblo que deje de donar más materiales.

1 Hicieron, pues, Bezaleel y Aholiab, y todo hombre sabio de corazón a quien Jehová dio sabiduría e inteligencia para saber hacer toda la obra del servicio del santuario, todas las cosas que había mandado Jehová.

2 Y Moisés llamó a Bezaleel, y a Aholiab y a todo hombre sabio de corazón, en cuyo corazón había dado Jehová sabiduría, y a todo hombre a quien su corazón le movió a venir a la obra para trabajar en ella;

3 y recibieron de Moisés todas las ofrendas que los hijos de Israel habían traído para la obra del servicio del santuario, a fin de hacerla. Y ellos seguían trayendo ofrendas voluntarias cada mañana.

4 Vinieron, por tanto, todos los maestros que hacían toda la obra del santuario, cada uno de la obra que hacía,

5 y hablaron a Moisés, diciendo: El pueblo trae mucho más de lo que es menester para la obra que Jehová ha mandado que se haga.

6 Entonces Moisés mandó pregonar por el campamento, diciendo: Ningún hombre ni mujer haga más trabajo para la ofrenda del santuario. Y así el pueblo dejó de ofrecer más;

7 pues tenían material abundante para hacer toda la obra, y sobraba.

8 Y todos los sabios de corazón de entre los que hacían la obra hicieron el tabernáculo de diez cortinas, de fino torcido, y de azul, y de púrpura y de carmesí, las cuales hicieron de obra primorosa, con querubines.

9 La longitud de una cortina era de veintiocho codos, y la anchura de cuatro codos; todas las cortinas tenían la misma medida.

10 Y unió cinco cortinas la una con la otra; asimismo unió las otras cinco cortinas la una con la otra.

11 E hizo lazadas de color azul en la orilla de una cortina, en el extremo del primer conjunto; y así hizo en la orilla de la otra cortina, al extremo del segundo conjunto.

12 Cincuenta lazadas hizo en una cortina, y otras cincuenta en la otra cortina, al extremo del segundo conjunto; las lazadas quedaban unas enfrente de las otras.

13 Hizo también cincuenta ganchos de oro, con los cuales unió las cortinas, la una con la otra; y así se hizo el tabernáculo un todo.

14 Hizo asimismo cortinas de pelo de cabra para la tienda sobre el tabernáculo; once cortinas hizo.

15 La longitud de cada cortina era de treinta codos, y la anchura de cuatro codos; las once cortinas tenían la misma medida.

16 Y unió las cinco cortinas aparte, y las otras seis cortinas aparte.

17 Hizo además cincuenta lazadas en la orilla de la última cortina del primer conjunto, y otras cincuenta lazadas en la orilla de la cortina final del segundo conjunto.

18 Hizo también cincuenta ganchos de bronce para unir la tienda, de modo que fuese una.

19 E hizo una cubierta para la tienda de pieles de carnero teñidas de rojo, y encima una cubierta de pieles de tejón.

20 Además hizo de madera de acacia las tablas para el tabernáculo, para colocarlas verticalmente.

21 La longitud de cada tabla era de diez codos, y de codo y medio la anchura.

22 Cada tabla tenía dos espigas para unirlas la una con la otra; así hizo todas las tablas del tabernáculo.

23 Hizo, pues, las tablas para el tabernáculo; veinte tablas al lado meridional, hacia el sur.

24 Hizo también cuarenta basas de plata debajo de las veinte tablas: dos basas debajo de una tabla para sus dos espigas, y dos basas debajo de otra tabla para sus dos espigas.

25 Y para el otro lado del tabernáculo, al lado norte, hizo veinte tablas,

26 con sus cuarenta basas de plata: dos basas debajo de una tabla, y dos basas debajo de otra tabla.

27 Y para el lado occidental del tabernáculo hizo seis tablas.

28 Para las esquinas del tabernáculo, en los dos lados, hizo dos tablas,

29 las cuales se unían por abajo, y asimismo por arriba, con un gozne; y así hizo a la una y a la otra en las dos esquinas.

30 Eran, pues, ocho tablas, y sus basas de plata dieciséis; dos basas debajo de cada tabla.

31 Hizo también las barras de madera de acacia; cinco para las tablas de un lado del tabernáculo,

32 y cinco barras para las tablas del otro lado del tabernáculo, y cinco barras para las tablas del lado occidental del tabernáculo.

33 E hizo que la barra del centro pasase por en medio de las tablas de un extremo al otro.

34 Y recubrió las tablas de oro, e hizo de oro las argollas de ellas por donde pasasen las barras; recubrió también de oro las barras.

35 Hizo asimismo el velo de azul, y púrpura, y carmesí y lino torcido, y lo hizo con querubines de obra primorosa.

36 Y para el velo hizo cuatro columnas de madera de acacia y las recubrió de oro. Sus ganchos eran de oro, y fundió para ellas cuatro basas de plata.

37 Hizo también el velo para la entrada del tabernáculo, de azul, y púrpura, y carmesí y lino torcido, obra de bordador,

38 y sus cinco columnas con sus ganchos; y recubrió los capiteles de ellas y sus molduras de oro, pero sus cinco basas las hizo de bronce.





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Lectura Hablada de La Santa Biblia R-V 2009 SUD: Dia 28 Éxodo 31-33


Capítulo 31
Los artesanos son inspirados al construir y amueblar el tabernáculo — Se manda a Israel guardar los días de reposo de Jehová — Se decreta la pena de muerte por profanar el día de reposo — Moisés recibe las tablas de piedra.

1 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:

2 Mira, yo he llamado por su nombre a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá;

3 y lo he llenado del espíritu de Dios, en sabiduría, y en inteligencia, y en ciencia y en toda clase de artesanía,

4 para inventar diseños, para trabajar en oro, y en plata, y en bronce,

5 y en el labrado de piedras para engastarlas y en el tallado de madera, y para trabajar en toda clase de artesanía.

6 Y he aquí que yo he puesto con él a Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan; y he puesto sabiduría en el ánimo de todo sabio de corazón, para que hagan todo lo que te he mandado:

7 el tabernáculo de reunión, y el arca del testimonio, y el propiciatorio que está sobre ella, y todos los enseres del tabernáculo,

8 y la mesa con sus utensilios, y el candelabro puro con todos sus utensilios, y el altar del incienso,

9 y el altar del holocausto con todos sus utensilios, y la fuente con su base,

10 y las vestiduras del servicio, y las santas vestiduras para Aarón el sacerdote, y las vestiduras de sus hijos, para que ejerzan el sacerdocio,

11 y el aceite de la unción y el incienso aromático para el lugar santo; harán conforme a todo lo que te he mandado.

12 Habló además Jehová a Moisés, diciendo:

13 Y tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: De cierto vosotros guardaréis mis días de reposo, porque es señal entre yo y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico.

14 Así que guardaréis el día de reposo, porque santo es para vosotros; el que lo profanare de cierto morirá, porque cualquiera que haga obra alguna en él, aquella alma será talada de en medio de su pueblo.

15 Seis días se trabajará, pero el día séptimo es día de reposo consagrado a Jehová; cualquiera que trabaje en el día de reposo ciertamente morirá.

16 Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones como convenio perpetuo.

17 Señal es para siempre entre yo y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó.

18 Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas por el dedo de Dios.

Capítulo 32

Aarón hace un becerro de oro, al cual Israel adora — Moisés sirve como mediador entre Dios y el Israel rebelde — Moisés quiebra las tablas de piedra — Los levitas matan a unos 3.000 rebeldes — Moisés ruega por el pueblo e intercede por él.

1 Mas al ver los del pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se acercaron a Aarón y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros, porque a ese Moisés, aquel hombre que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.

2 Y Aarón les dijo: Quitad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, y de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos.

3 Entonces todo el pueblo se quitó los zarcillos de oro que tenían en las orejas y se los trajeron a Aarón.

4 Y él los tomó de las manos de ellos y les dio forma con un buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, éstos son tus dioses que te sacaron de la tierra de Egipto.

5 Y viendo esto Aarón, edificó un altar delante del becerro; y pregonó Aarón y dijo: Mañana será fiesta para Jehová.

6 Y al día siguiente madrugaron y ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz; y se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a regocijarse.

7 Entonces Jehová dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido.

8 Pronto se han apartado del camino que yo les mandé, y se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios y han dicho: Israel, éstos son tus dioses que te sacaron de la tierra de Egipto.

9 Dijo además Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, y he aquí es pueblo de dura cerviz.

10 Ahora, pues, déjame que se encienda mi furor contra ellos y los consuma; y de ti yo haré una gran nación.

11 Entonces Moisés suplicó a Jehová, su Dios, y le dijo: Oh Jehová, ¿por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte?

12 ¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del furor de tu ira y arrepiéntete de hacer este mal a tu pueblo.

13 Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel, tus siervos, a los que has jurado por ti mismo y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre.

14 Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que iba a hacer a su pueblo.

15 Y se volvió Moisés y descendió del monte trayendo en la mano las dos tablas del testimonio, las tablas escritas por ambos lados; de un lado y del otro estaban escritas.

16 Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas.

17 Y cuando Josué oyó el clamor del pueblo que gritaba, dijo a Moisés: Alarido de pelea hay en el campo.

18 Y él respondió: No es ruido de gritos de victoria, ni ruido de lamentos de derrota; voces de canto oigo yo.

19 Y aconteció que cuando llegó él al campamento y vio el becerro y las danzas, se enardeció de ira Moisés, y arrojó las tablas de sus manos y las quebró al pie del monte.

20 Y tomó el becerro que habían hecho y lo quemó en el fuego y lo molió hasta reducirlo a polvo, que esparció sobre las aguas, y lo dio a beber a los hijos de Israel.

21 Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo para que hayas traído sobre él tan gran pecado?

22 Y respondió Aarón: No se enoje mi señor; tú conoces al pueblo, que es inclinado al mal.

23 Porque me dijeron: Haznos dioses que vayan delante de nosotros, porque a ese Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.

24 Y yo les respondí: Quien tenga oro, apartadlo. Y me lo dieron, y lo eché al fuego, y salió este becerro.

25 Y al ver Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón se lo había permitido, para vergüenza entre sus enemigos,

26 se puso Moisés a la entrada del campamento y dijo: ¿Quién está de parte de Jehová? Únase a mí. Y se unieron a él todos los hijos de Leví.

27 Y él les dijo: Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Póngase cada uno la espada sobre el muslo; pasad y volved a pasar de puerta en puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo y a su pariente.

28 Y los hijos de Leví lo hicieron conforme a lo dicho por Moisés, y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres.

29 Entonces Moisés dijo: Consagraos hoy a Jehová, porque cada uno ha ido contra su hijo y contra su hermano, para que él os dé hoy bendición sobre vosotros.

30 Y aconteció que al día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado, pero yo subiré ahora hacia Jehová; quizá le aplaque acerca de vuestro pecado.

31 Entonces volvió Moisés ante Jehová y le dijo: ¡Ay! Este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro.

32 Perdona ahora su pecado, y si no, te ruego que me borres ahora de tu libro que has escrito.

33 Y Jehová respondió a Moisés: Al que peque contra mí, a éste borraré yo de mi libro.

34 Ve, pues, ahora, lleva a este pueblo a donde te he dicho. He aquí, mi ángel irá delante de ti; pero en el día del castigo, yo los castigaré por su pecado.

35 Y Jehová hirió al pueblo porque habían hecho el becerro que formó Aarón.

Capítulo 33

Jehová promete estar con Israel y echar a los pueblos de aquella tierra — El tabernáculo de reunión es llevado fuera del campamento — Jehová habla a Moisés cara a cara en el tabernáculo — Después, Moisés ve la gloria de Jehová, pero no su rostro.

1 Y Jehová dijo a Moisés: Ve, sube de aquí, tú y el pueblo que sacaste de la tierra de Egipto, a la tierra de la cual juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré.

2 Y yo enviaré delante de ti un ángel y echaré fuera al cananeo, y al amorreo, y al heteo, y al ferezeo, y al heveo y al jebuseo.

3 Sube a la tierra que fluye leche y miel, pero yo no subiré en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz, no sea que te consuma en el camino.

4 Y cuando oyó el pueblo esta mala noticia, se lamentaron, y ninguno se puso sus atavíos.

5 Pues Jehová había dicho a Moisés: Di a los hijos de Israel: Vosotros sois pueblo de dura cerviz; en un momento subiré en medio de ti, y te consumiré. Quítate, pues, ahora tus atavíos, para que yo sepa lo que he de hacer contigo.

6 Entonces los hijos de Israel se despojaron de sus atavíos desde el monte Horeb.

7 Y Moisés tomó el tabernáculo y lo levantó fuera del campamento, lejos del campamento, y lo llamó el Tabernáculo de Reunión. Y acontecía que cualquiera que buscaba a Jehová salía al tabernáculo de reunión, que estaba fuera del campamento.

8 Y sucedía que cuando salía Moisés al tabernáculo, todo el pueblo se levantaba y estaba cada cual de pie a la entrada de su tienda, y miraban a Moisés hasta que él entraba en el tabernáculo.

9 Y cuando Moisés entraba en el tabernáculo, la columna de nube descendía y se ponía a la entrada del tabernáculo, y Jehová hablaba con Moisés.

10 Y cuando todo el pueblo veía la columna de nube que estaba a la entrada del tabernáculo, se levantaba todo el pueblo, cada uno a la entrada de su tienda, y adoraba.

11 Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera con su prójimo. Y volvía al campamento; pero el joven Josué, su ayudante, hijo de Nun, nunca se apartaba de en medio del tabernáculo.

12 Y dijo Moisés a Jehová: He aquí, tú me dices a mí: Saca a este pueblo, pero no me has declarado a quién has de enviar conmigo. Sin embargo, tú dices: Yo te he conocido por tu nombre y has hallado también gracia ante mis ojos.

13 Ahora, pues, si he hallado gracia ante tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca y halle gracia ante tus ojos; y mira que esta gente es tu pueblo.

14 Y él dijo: Mi presencia irá contigo y te daré descanso.

15 Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.

16 ¿Y en qué, pues, se conocerá que he hallado gracia ante tus ojos, yo y tu pueblo, sino en que tú andes con nosotros, y que yo y tu pueblo seamos apartados de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra?

17 Y Jehová dijo a Moisés: También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia ante mis ojos y te he conocido por tu nombre.

18 Él entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria.

19 Y Jehová le respondió: Yo haré pasar toda mi bondad delante de tu rostro y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente.

20 Y además dijo: No podrás ver mi rostro, porque ningún hombre me verá y vivirá.

21 Y dijo aún Jehová: He aquí, hay un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña;

22 y sucederá que, cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña y te cubriré con mi mano hasta que yo haya pasado.

23 Después apartaré mi mano y verás mis espaldas, pero no se verá mi rostro.




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Lectura Hablada de La Santa Biblia R-V 2009 SUD: Dia 27 Éxodo 29-30


Capítulo 29
Aarón y sus hijos han de ser lavados, ungidos y consagrados — Deben efectuarse varias ceremonias de sacrificio — Se hará una expiación por los pecados del pueblo — Jehová promete morar entre ellos.

1 Y esto es lo que les harás para consagrarlos, para que sean mis sacerdotes: Toma un becerro de la vacada y dos carneros sin defecto;

2 y panes sin levadura, y tortas sin levadura amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untados con aceite, los cuales harás de flor de harina de trigo.

3 Y los pondrás en un canastillo, y en el canastillo los ofrecerás, con el becerro y los dos carneros.

4 Y llevarás a Aarón y a sus hijos a la entrada del tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua.

5 Y tomarás las vestiduras y vestirás a Aarón con la túnica, y el manto del efod, y el efod y el pectoral, y le ceñirás con el cinto del efod;

6 y pondrás la mitra sobre su cabeza, y sobre la mitra pondrás la diadema santa.

7 Y tomarás el aceite de la unción y lo derramarás sobre su cabeza, y le ungirás.

8 Y harás que se acerquen sus hijos y les vestirás con las túnicas.

9 Y les ceñirás la faja a Aarón y a sus hijos y les atarás las tiaras, y tendrán el sacerdocio por estatuto perpetuo. Y consagrarás a Aarón y a sus hijos.

10 Y llevarás el becerro delante del tabernáculo de reunión, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del becerro.

11 Y matarás el becerro delante de Jehová a la puerta del tabernáculo de reunión.

12 Y tomarás de la sangre del becerro y la pondrás sobre los cuernos del altar con tu dedo, y derramarás toda la demás sangre al pie del altar.

13 Tomarás también toda la grasa que cubre los intestinos, y el lóbulo de sobre el hígado, y los dos riñones y la grasa que está sobre ellos, y los quemarás sobre el altar.

14 Pero la carne del becerro, y su piel y su estiércol los quemarás en el fuego fuera del campamento; es ofrenda por el pecado.

15 Asimismo tomarás uno de los carneros, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del carnero.

16 Y matarás el carnero, y tomarás su sangre y la rociarás sobre el altar alrededor.

17 Y cortarás el carnero en pedazos, y lavarás sus intestinos y sus piernas, y las pondrás sobre sus trozos y sobre su cabeza.

18 Y quemarás todo el carnero sobre el altar; es holocausto a Jehová de olor grato; es ofrenda encendida a Jehová.

19 Tomarás luego el otro carnero, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del carnero.

20 Y matarás el carnero, y tomarás de su sangre y la pondrás sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, y sobre el lóbulo de la oreja derecha de sus hijos, y sobre el dedo pulgar de las manos derechas de ellos y sobre el dedo pulgar de los pies derechos de ellos, y esparcirás la sangre sobre el altar alrededor.

21 Y tomarás de la sangre que hay sobre el altar, y del aceite de la unción, y los rociarás sobre Aarón, y sobre sus vestiduras, y sobre sus hijos y sobre las vestiduras de éstos; y él será santificado, y sus vestiduras, y sus hijos y las vestiduras de sus hijos con él.

22 Luego tomarás del carnero la grasa, y la cola, y la grasa que cubre los intestinos, y el lóbulo del hígado, y los dos riñones, y la grasa que está sobre ellos, y la espaldilla derecha, porque es carnero de consagración.

23 También una torta de pan, y una torta amasada con aceite y un hojaldre del canastillo de los panes sin levadura presentado a Jehová;

24 y lo pondrás todo en las manos de Aarón y en las manos de sus hijos, y lo mecerás como ofrenda mecida delante de Jehová.

25 Después lo tomarás de sus manos y lo harás arder sobre el altar en holocausto, como olor grato delante de Jehová. Es ofrenda encendida a Jehová.

26 Y tomarás el pecho del carnero de la consagración de Aarón y lo mecerás como ofrenda mecida delante de Jehová; y será porción tuya.

27 Y consagrarás el pecho de la ofrenda mecida y la espaldilla de la ofrenda elevada, lo que fue mecido y lo que fue elevado del carnero de la consagración, de lo que era para Aarón y para sus hijos.

28 Y será para Aarón y para sus hijos por estatuto perpetuo de parte de los hijos de Israel, porque es ofrenda elevada; y será una ofrenda elevada de los hijos de Israel de los sacrificios de sus ofrendas de paz, ofrenda elevada de ellos a Jehová.

29 Y las vestiduras santas, que son de Aarón, serán de sus hijos después de él, para ser ungidos en ellas y para ser en ellas consagrados.

30 Por siete días las vestirá aquel de sus hijos que tome su lugar como sacerdote, cuando entre en el tabernáculo de reunión para servir en el lugar santo.

31 Y tomarás el carnero de la consagración y cocerás su carne en un lugar santo.

32 Y Aarón y sus hijos comerán la carne del carnero y el pan que está en el canastillo, a la entrada del tabernáculo de reunión.

33 Y comerán aquellas cosas con las cuales se hizo expiación, para consagrarlos y santificarlos; pero ningún extraño las comerá, porque son santas.

34 Y si sobra algo de la carne de las consagraciones y del pan hasta la mañana, quemarás al fuego lo que haya sobrado; no se comerá, porque es cosa santa.

35 Así, pues, harás a Aarón y a sus hijos, conforme a todas las cosas que yo te he mandado; por siete días los consagrarás.

36 Y ofrecerás en expiación cada día el becerro de la ofrenda por el pecado para expiación; y purificarás el altar cuando hagas expiación por éste, y lo ungirás para santificarlo.

37 Durante siete días harás expiación por el altar y lo santificarás; y será un altar santísimo. Cualquier cosa que toque el altar será santificada.

38 Y esto es lo que ofrecerás sobre el altar: dos corderos de un año cada día, continuamente.

39 Ofrecerás uno de los corderos a la mañana, y el otro cordero ofrecerás a la caída de la tarde.

40 Además ofrecerás con cada cordero una décima parte de un efa de flor de harina amasada con la cuarta parte de un hin de aceite batido, y como libación, la cuarta parte de un hin de vino.

41 Y ofrecerás el otro cordero a la caída de la tarde, haciéndolo conforme a la ofrenda de grano de la mañana, y conforme a su libación, como olor grato; será ofrenda encendida a Jehová.

42 Esto será holocausto continuo por vuestras generaciones a la puerta del tabernáculo de reunión delante de Jehová, donde me reuniré con vosotros para hablarte allí.

43 Y allí me reuniré con los hijos de Israel, y el lugar será santificado con mi gloria.

44 Y santificaré el tabernáculo de reunión y el altar; santificaré asimismo a Aarón y a sus hijos para que sean mis sacerdotes.

45 Y habitaré entre los hijos de Israel, y seré su Dios.

46 Y conocerán que yo soy Jehová, su Dios, que los saqué de la tierra de Egipto para morar en medio de ellos. Yo, Jehová, su Dios.

Capítulo 30

Se pondrá un altar de incienso delante del velo — Se hará una expiación con la sangre de la ofrenda por el pecado — El dinero de la expiación se pagará en rescate de todo varón — Los sacerdotes usarán el aceite de la santa unción y el incienso.

1 Harás asimismo un altar para quemar incienso; de madera de acacia lo harás.

2 Su longitud será de un codo, y su anchura de un codo; será cuadrado, y su altura de dos codos; y sus cuernos serán parte del mismo altar.

3 Y lo recubrirás de oro puro, su cubierta, y sus paredes alrededor y sus cuernos; y le harás alrededor una cornisa de oro.

4 Le harás también dos argollas de oro debajo de la cornisa a sus dos esquinas, en ambos lados, para meter las varas con que será llevado.

5 Y harás las varas de madera de acacia y las recubrirás de oro.

6 Y lo pondrás delante del velo que está junto al arca del testimonio, delante del propiciatorio que está sobre el testimonio, donde yo me reuniré contigo.

7 Y Aarón quemará incienso aromático sobre él cada mañana; cuando prepare las lámparas lo quemará.

8 Y cuando Aarón encienda las lámparas al anochecer, quemará el incienso; habrá incienso perpetuo delante de Jehová por vuestras generaciones.

9 No ofreceréis sobre él incienso extraño, ni holocausto ni ofrenda; ni tampoco derramaréis sobre él libación.

10 Y sobre los cuernos del altar hará Aarón expiación una vez al año con la sangre de la ofrenda por el pecado para expiaciones; una vez al año hará expiación sobre él por vuestras generaciones; será muy santo a Jehová.

11 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:

12 Cuando hagas el censo de los hijos de Israel conforme al número de ellos, cada uno dará a Jehová el rescate de su vida cuando los cuentes, para que no haya en ellos mortandad cuando los hayas contado.

13 Esto dará todo el que sea contado: medio siclo, conforme al siclo del santuario. El siclo es de veinte geras; medio siclo será la ofrenda a Jehová.

14 Todo el que sea contado, de veinte años arriba, dará la ofrenda a Jehová.

15 Ni el rico aumentará ni el pobre disminuirá del medio siclo, cuando den la ofrenda a Jehová para hacer expiación por vuestras vidas.

16 Y tomarás de los hijos de Israel el dinero de las expiaciones, y lo darás para el servicio del tabernáculo de reunión; y será como recordatorio a los hijos de Israel delante de Jehová, para hacer expiación por vuestras vidas.

17 Habló más Jehová a Moisés, diciendo:

18 Harás también una fuente de bronce, con su base de bronce, para lavarse; y la pondrás entre el tabernáculo de reunión y el altar; y pondrás en ella agua.

19 Y en ella se lavarán Aarón y sus hijos las manos y los pies.

20 Cuando entren en el tabernáculo de reunión se lavarán con agua, para que no mueran; y cuando se acerquen al altar para ministrar, para quemar la ofrenda encendida a Jehová que se ha de consumir al fuego,

21 también se lavarán las manos y los pies para que no mueran. Y lo tendrán por estatuto perpetuo él y su descendencia por sus generaciones.

22 Habló más Jehová a Moisés, diciendo:

23 Y tomarás de las especias finas: de mirra excelente, quinientos siclos; y de canela aromática, la mitad, esto es, doscientos cincuenta siclos; y de cálamo aromático, doscientos cincuenta;

24 y de casia, quinientos siclos, según el siclo del santuario; y de aceite de oliva, un hin.

25 Y harás de ello el aceite de la santa unción, un ungüento superior, obra de perfumador, el cual será el aceite de la santa unción.

26 Con él ungirás el tabernáculo de reunión, y el arca del testimonio,

27 y la mesa con todos sus utensilios, y el candelabro con todos sus utensilios, y el altar del incienso,

28 y el altar del holocausto con todos sus utensilios y la fuente con su base.

29 Así los consagrarás, y serán cosas santísimas; todo lo que los toque será santificado.

30 Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que me sirvan como sacerdotes.

31 Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Éste será mi aceite de la santa unción por vuestras generaciones.

32 Sobre carne de hombre no será derramado, ni haréis otro semejante, conforme a su composición; santo es, y por santo lo tendréis vosotros.

33 Cualquiera que componga ungüento semejante, y que ponga de él sobre algún extraño, será talado de entre su pueblo.

34 Dijo además Jehová a Moisés: Toma especias: estacte, y uña aromática, y gálbano aromático e incienso puro; todo de igual peso,

35 y harás con ello un incienso aromático de obra de perfumador, bien mezclado, puro y santo.

36 Y molerás parte de él en polvo fino y lo pondrás delante del testimonio en el tabernáculo de reunión, donde yo me reuniré contigo. Os será cosa santísima.

37 Como el incienso que harás, no os haréis otro según esa composición; te será cosa sagrada para Jehová.

38 Cualquiera que hiciere otro como éste para olerlo, será talado de entre su pueblo.





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