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miércoles, 30 de mayo de 2012

Lectura con Audio de la Santa Biblia Reina 2009 SUD: Día: 137: 2 Crónicas 7-9


Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 7
Desciende fuego del cielo que consume los sacrificios y los holocaustos — Jehová se le aparece a Salomón y promete bendecir al pueblo — Si los israelitas guardan los mandamientos, prosperarán.

1Y cuando Salomón acabó de orar, descendió fuego de los cielos y consumió el holocausto y los sacrificios; y la gloria de Jehová llenó la casa.

2Y no podían entrar los sacerdotes en la casa de Jehová, porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová.

3Y cuando vieron todos los hijos de Israel descender el fuego y la gloria de Jehová sobre la casa, se postraron rostro en tierra sobre el pavimento y adoraron, alabando a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, pues su misericordia es para siempre.

4Entonces el rey y todo el pueblo ofrecieron sacrificios delante de Jehová.

5Y ofreció el rey Salomón en sacrificio veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas; y así el rey y todo el pueblo dedicaron la casa de Dios.

6Y los sacerdotes desempeñaban sus cargos, también los levitas con los instrumentos de música de Jehová, los cuales había hecho el rey David para alabar a Jehová, porque su misericordia es para siempre, cuando David alababa por medio de ellos. Asimismo, los sacerdotes tocaban trompetas delante de ellos, y todo Israel estaba de pie.

7También santificó Salomón la parte central del atrio que estaba delante de la casa de Jehová, por cuanto había ofrecido allí los holocaustos y la grasa de las ofrendas de paz; porque en el altar de bronce que Salomón había hecho no cabían el holocausto, y la ofrenda de grano y la grasa.

8Entonces hizo Salomón fiesta siete días, y con él todo Israel, una congregación muy grande, desde la entrada de Hamat hasta el arroyo de Egipto.

9Y al octavo día hicieron una asamblea solemne, porque habían hecho la dedicación del altar durante siete días, y habían celebrado la solemnidad durante siete días.

10Y el día veintitrés del mes séptimo, envió al pueblo a sus tiendas, alegres y gozosos de corazón por los beneficios que Jehová había hecho a David, y a Salomón y a su pueblo Israel.

11Terminó, pues, Salomón la casa de Jehová y la casa del rey; y todo lo que Salomón tuvo en su corazón hacer en la casa de Jehová, y en su propia casa, fue prosperado.

12Y se le apareció Jehová a Salomón de noche y le dijo: Yo he oído tu oración, y he elegido para mí este lugar como casa de sacrificio.

13Si yo cierro los cielos para que no haya lluvia, y si mando la langosta que consuma la tierra, o si envío pestilencia entre mi pueblo;

14si se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y ellos oran, y buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.

15Ahora estarán abiertos mis ojos, y atentos mis oídos, a la oración en este lugar;

16pues ahora he elegido y santificado esta casa para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre.

17Y tú, si andas delante de mí, como anduvo tu padre David, y haces todas las cosas que yo te he mandado, y guardas mis estatutos y mis decretos,

18yo confirmaré el trono de tu reino, como pacté con David, tu padre, diciendo: No te faltará varón que gobierne en Israel.

19Pero si vosotros os volvéis, y dejáis mis estatutos y mis mandamientos que he puesto delante de vosotros, y vais y servís a dioses ajenos y los adoráis,

20yo os arrancaré de mi tierra que os he dado; y esta casa que he santificado a mi nombre, yo la echaré de mi presencia, y haré que sea como refrán y burla entre todos los pueblos.

21Y esta casa que es tan excelsa será asombro para todo el que pase, y dirá: ¿Por qué ha hecho así Jehová a esta tierra y a esta casa?

22Y se responderá: Por cuanto abandonaron a Jehová, Dios de sus padres, que los sacó de la tierra de Egipto, y abrazaron a dioses ajenos, y los adoraron y los sirvieron; por eso él ha traído todo este mal sobre ellos.

Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 8


Salomón construye ciudades — Ofrece sacrificios de acuerdo con la ley de Moisés — Los sacerdotes y los levitas son designados para servir a Jehová.

1 Y aconteció al cabo de veinte años, durante los cuales Salomón había edificado la casa de Jehová y su propia casa,

2que Salomón reedificó las ciudades que Hiram le había dado, y estableció en ellas a los hijos de Israel.

3Después fue Salomón a Hamat de Soba y la tomó.

4Y reedificó Tadmor en el desierto y todas las ciudades de aprovisionamiento que edificó en Hamat.

5Asimismo reedificó Bet-horón la de arriba y Bet-horón la de abajo, ciudades fortificadas con muros, puertas y barras;

6y Baalat y todas las ciudades de aprovisionamiento que Salomón tenía; también todas las ciudades de los carros y las de la gente de a caballo; y todo lo que Salomón quiso edificar en Jerusalén, y en el Líbano y en toda la tierra de su dominio.

7Y a todo el pueblo que había quedado de los heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos, que no eran de Israel,

8cuyos hijos habían quedado en la tierra después de ellos, a los cuales los hijos de Israel no destruyeron del todo, hizo Salomón tributarios hasta hoy.

9Pero a ninguno de los hijos de Israel puso Salomón como siervo en su obra, porque eran hombres de guerra, y oficiales, y capitanes, y comandantes de sus carros y de su gente de a caballo.

10Y tenía Salomón doscientos cincuenta jefes principales de los oficiales, los cuales mandaban sobre aquella gente.

11Y trajo Salomón a la hija de Faraón, de la ciudad de David a la casa que él le había edificado, porque dijo: Mi esposa no morará en la casa de David, rey de Israel, porque aquellas habitaciones donde ha entrado el arca de Jehová son sagradas.

12Entonces ofreció Salomón holocaustos a Jehová sobre el altar de Jehová que él había edificado delante del pórtico;

13los ofreció según lo prescrito para cada día, conforme al mandamiento de Moisés, en los días de reposo, y en las lunas nuevas, y en las fiestas solemnes, tres veces al año: en la fiesta de los panes sin levadura, en la fiesta de las semanas y en la fiesta de los tabernáculos.

14Y constituyó los grupos de los sacerdotes en sus oficios, conforme a lo ordenado por David su padre; y a los levitas en sus cargos, para que alabasen y sirviesen delante de los sacerdotes, según lo prescrito para cada día; asimismo a los porteros según sus grupos en cada puerta, porque así lo había mandado David, hombre de Dios.

15Y no se apartaron del mandamiento del rey en cuanto a los sacerdotes y a los levitas, en ningún asunto, o en cuanto a los tesoros.

16Así se llevó a cabo toda la obra de Salomón desde el día en que se pusieron los cimientos de la casa de Jehová hasta que se terminó. Así la casa de Jehová quedó totalmente terminada.

17Entonces Salomón fue a Ezión-geber y a Elot, a la costa del mar en la tierra de Edom.

18E Hiram le había enviado, por medio de sus siervos, naves y siervos conocedores del mar, los cuales fueron con los siervos de Salomón a Ofir, y tomaron de allá cuatrocientos cincuenta talentos de oro, y los trajeron al rey Salomón.

Segundo libro de las
Crónicas..Capítulo 9

La reina de Sabá visita a Salomón — Salomón sobresale en sabiduría, riqueza y grandeza — Después de reinar durante cuarenta años, Salomón muere y Roboam llega a ser rey.

1 Y cuando la reina de Sabá oyó de la fama de Salomón, vino a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias, y oro en abundancia y piedras preciosas, para probar a Salomón con preguntas difíciles. Y cuando llegó ante Salomón, habló con él de todo lo que tenía en su corazón.

2Y Salomón le contestó a todas sus preguntas; ninguna cosa quedó que Salomón no le declarase.

3Y cuando la reina de Sabá vio la sabiduría de Salomón y la casa que había edificado,

4y la comida de su mesa, y los asientos que ocupaban sus siervos, y la apariencia de los que le servían y los vestidos de ellos, y sus coperos y sus vestidos, y su escalinata por donde subía para ofrecer holocaustos a la casa de Jehová, se quedó sin aliento.

5Y dijo al rey: Es verdad lo que había oído en mi tierra de tus cosas y de tu sabiduría;

6pero yo no creía las palabras de ellos, hasta que he venido, y mis ojos han visto; y he aquí que ni aun la mitad de la grandeza de tu sabiduría me había sido dicha, porque tú superas la fama que yo había oído.

7Dichosos tus hombres, y dichosos éstos tus siervos que están siempre delante de ti y oyen tu sabiduría.

8Bendito sea Jehová tu Dios, quien se ha complacido en ti, poniéndote sobre su trono como rey para Jehová tu Dios; porque tu Dios amó a Israel, afirmándolo perpetuamente; por eso te ha puesto como rey sobre ellos, para que hagas juicio y justicia.

9Y dio al rey ciento veinte talentos de oro, y una gran cantidad de especias y piedras preciosas; nunca hubo tales especias como las que dio la reina de Sabá al rey Salomón.

10También los siervos de Hiram y los siervos de Salomón, que habían traído el oro de Ofir, trajeron madera de sándalo y piedras preciosas.

11E hizo el rey de la madera de sándalo gradas en la casa de Jehová y en la casa del rey, y arpas y salterios para los cantores; nunca en la tierra de Judá se había visto madera semejante.

12Y el rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso y todo lo que ella le pidió, más de lo que ella había traído al rey. Después se volvió y se fue a su tierra con sus siervos.

13Y el peso del oro que Salomón recibía cada año era seiscientos sesenta y seis talentos de oro,

14sin contar lo que traían los mercaderes y comerciantes. También todos los reyes de Arabia y los gobernadores de la tierra traían oro y plata a Salomón.

15E hizo el rey Salomón doscientos escudos grandes de oro batido, cada uno de los cuales tenía seiscientos siclos de oro labrado;

16asimismo trescientos escudos de oro batido, teniendo cada escudo trescientos siclos de oro; y los puso el rey en la Casa del Bosque del Líbano.

17Además, el rey hizo un gran trono de marfil y lo recubrió de oro puro.

18Y el trono tenía seis gradas con un estrado de oro fijado al trono, y brazos a uno y otro lado del asiento, y dos leones que estaban junto a los brazos.

19Había también allí doce leones sobre las seis gradas a uno y otro lado. Jamás fue hecho trono semejante en reino alguno.

20Toda la vajilla del rey Salomón era de oro, y toda la vajilla de la Casa del Bosque del Líbano, de oro puro. No había nada de plata, pues en los días de Salomón la plata no era apreciada.

21Porque la flota del rey iba a Tarsis con los siervos de Hiram, y cada tres años solían venir las naves de Tarsis trayendo oro, plata, marfil, monos y pavos reales.

22Y superaba el rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riqueza y en sabiduría.

23Y todos los reyes de la tierra procuraban ver el rostro de Salomón, para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón.

24Y cada uno de ellos traía su presente: artículos de plata, y artículos de oro, y vestidos, armas, y especias, caballos y mulos todos los años.

25Tuvo también Salomón cuatro mil caballerizas para los caballos y carros, y doce mil jinetes, los cuales puso en las ciudades de los carros, y con el rey en Jerusalén.

26Y tuvo dominio sobre todos los reyes desde el Río hasta la tierra de los filisteos y hasta el límite con Egipto.

27Y el rey hizo que hubiera en Jerusalén tanta plata como piedras, y tantos cedros como los sicómoros que nacen en los campos en abundancia.

28Traían también caballos para Salomón, de Egipto y de todas las tierras.

29Los demás hechos de Salomón, los primeros y los postreros, ¿no están escritos en los libros del profeta Natán, y en la profecía de Ahías, el silonita, y en las profecías del vidente Iddo contra Jeroboam hijo de Nabat?

30Y reinó Salomón en Jerusalén sobre todo Israel cuarenta años.

31Y durmió Salomón con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de David, su padre; y reinó en su lugar Roboam, su hijo.




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