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viernes, 6 de enero de 2012

Lectura Hablada de La Santa Biblia R-V 2009 SUD: Dia 7: Génesis 23-24


Capítulo 23
Sara muere y es sepultada en la cueva de Macpela, la cual Abraham compra a Efrón, el heteo.

1 Y fue la vida de Sara ciento veintisiete años; tantos fueron los años de la vida de Sara.

2 Y murió Sara en Quiriat-arba, que es Hebrón, en la tierra de Canaán; y vino Abraham a hacer duelo por Sara y a llorarla.

3 Y se levantó Abraham de delante de la difunta y habló a los hijos de Het, diciendo:

4 Peregrino y forastero soy entre vosotros; dadme en propiedad una sepultura entre vosotros, y sepultaré a mi difunta de delante de mí.

5 Y respondieron los hijos de Het a Abraham y le dijeron:

6 Óyenos, señor nuestro: eres un príncipe de Dios entre nosotros; en lo mejor de nuestros sepulcros sepulta a tu difunta; ninguno de nosotros te negará su sepulcro, para que entierres a tu difunta.

7 Y Abraham se levantó y se inclinó ante el pueblo de aquella tierra, los hijos de Het,

8 y habló con ellos, diciendo: Si tenéis voluntad que yo sepulte a mi difunta de delante de mí, oídme e interceded por mí ante Efrón hijo de Zohar,

9 para que me dé la cueva de Macpela, que tiene al extremo de su propiedad; que por su justo precio me la dé, para posesión de sepultura en medio de vosotros.

10 Este Efrón se hallaba entre los hijos de Het; y respondió Efrón heteo a Abraham, a oídos de los hijos de Het, de todos los que entraban por la puerta de su ciudad, diciendo:

11 No, señor mío, óyeme: Te doy la propiedad y te doy también la cueva que está en ella. Delante de los hijos de mi pueblo te la doy; sepulta a tu difunta.

12 Y Abraham se inclinó delante del pueblo de la tierra

13 y respondió a Efrón a oídos del pueblo de la tierra, diciendo: Antes, si te place, te ruego que me oigas; yo daré el precio de la propiedad. Tómalo de mí, y sepultaré en ella a mi difunta.

14 Y respondió Efrón a Abraham, diciéndole:

15 Señor mío, escúchame: La tierra vale cuatrocientos siclos de plata. ¿Qué es esto entre tú y yo? Entierra, pues, a tu difunta.

16 Entonces Abraham convino con Efrón, y pesó Abraham a Efrón el dinero que dijo, oyéndolo los hijos de Het, cuatrocientos siclos de plata de buena ley entre mercaderes.

17 Y quedó la propiedad de Efrón que estaba en Macpela enfrente de Mamre, la propiedad, y la cueva que había en ella y todos los árboles que había en la propiedad y en todos sus confines,

18 en posesión de Abraham, a la vista de los hijos de Het y de todos los que entraban por la puerta de la ciudad.

19 Y después de esto, sepultó Abraham a Sara, su esposa, en la cueva de la heredad de Macpela, enfrente de Mamre, que es Hebrón, en la tierra de Canaán.

20 Y quedaron la heredad y la cueva que en ella había en posesión de Abraham para sepultura, adquirida de los hijos de Het.

Capítulo 24


Abraham manda que Isaac no se case con mujer cananea — Jehová guía al siervo de Abraham para que escoja a Rebeca como esposa para Isaac — Rebeca es bendecida para ser la madre de millares de millares — Ella se casa con Isaac.

1 Y Abraham era ya viejo y bien entrado en años; y Jehová había bendecido a Abraham en todo.

2 Y dijo Abraham a un criado suyo, el más viejo de su casa, que era el que gobernaba en todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mi muslo,

3 y te haré jurar por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás esposa para mi hijo de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito,

4 sino que irás a mi tierra y a mi parentela y tomarás esposa para mi hijo Isaac.

5 Y el criado le respondió: Quizá la mujer no quiera venir en pos de mí a esta tierra. ¿Volveré, pues, para llevar a tu hijo a la tierra de donde saliste?

6 Y Abraham le dijo: Guárdate de llevar a mi hijo allá.

7 Jehová, Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra de mi parentela, y que me habló y me juró, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, él enviará su ángel delante de ti, y tú tomarás de allá una mujer para mi hijo.

8 Y si la mujer no quisiere venir en pos de ti, quedarás libre de este juramento mío; solamente que no lleves allá a mi hijo.

9 Entonces el criado puso su mano debajo del muslo de Abraham, su señor, y le juró sobre este asunto.

10 Y el criado tomó diez camellos de los camellos de su señor y se fue, pues tenía en sus manos lo mejor de su señor; y puesto en camino, llegó a Mesopotamia, a la ciudad de Nacor.

11 E hizo arrodillar los camellos fuera de la ciudad, junto a un pozo de agua, a la hora del atardecer, a la hora en que salen las doncellas por agua.

12 Y dijo: Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham.

13 He aquí, yo estoy junto a la fuente de agua, y las hijas de los hombres de esta ciudad salen por agua.

14 Sea, pues, que la joven a quien yo diga: Baja tu cántaro, te ruego, para que yo beba; y ella responda: Bebe, y también daré de beber a tus camellos; que sea ésta la que tú has destinado para tu siervo Isaac; y en esto conoceré que has hecho misericordia con mi señor.

15 Y aconteció que antes que él acabase de hablar, he aquí Rebeca, que había nacido a Betuel hijo de Milca, esposa de Nacor, hermano de Abraham, salió con su cántaro sobre el hombro.

16 Y la joven era de muy hermoso aspecto, virgen, a la que varón no había conocido; la cual descendió hasta la fuente, y llenó su cántaro y se volvía.

17 Entonces el criado corrió hacia ella y dijo: Te ruego que me des de beber un poco de agua de tu cántaro.

18 Y ella respondió: Bebe, señor mío; y se dio prisa a bajar su cántaro sobre su mano y le dio de beber.

19 Y cuando acabó de darle de beber, dijo: También para tus camellos sacaré agua, hasta que acaben de beber.

20 Y se dio prisa, y vació su cántaro en la pila, y corrió otra vez al pozo para sacar agua y sacó para todos sus camellos.

21 Y el hombre, maravillado de ella, la observaba en silencio, para saber si Jehová había prosperado su viaje, o no.

22 Y aconteció que cuando los camellos acabaron de beber, el hombre le presentó un pendiente de oro que pesaba medio siclo y dos brazaletes que pesaban diez,

23 y dijo: ¿De quién eres hija? Te ruego que me digas: ¿hay lugar en casa de tu padre donde posemos?

24 Y ella respondió: Soy hija de Betuel hijo de Milca, el que ella dio a luz a Nacor.

25 Y añadió: También hay en nuestra casa paja y mucho forraje, y lugar para posar.

26 El hombre entonces se inclinó y adoró a Jehová.

27 Y dijo: Bendito sea Jehová, Dios de mi amo Abraham, que no apartó su misericordia y su verdad de mi amo, guiándome Jehová en el camino a casa de los hermanos de mi amo.

28 Y la joven corrió e hizo saber en casa de su madre estas cosas.

29 Y Rebeca tenía un hermano que se llamaba Labán, el cual corrió afuera hacia el hombre, a la fuente.

30 Y aconteció que cuando vio el pendiente y los brazaletes en las manos de su hermana, que decía: Así me habló aquel hombre, fue a él; y he aquí que estaba con los camellos, junto a la fuente.

31 Y le dijo: Ven, bendito de Jehová, ¿por qué estás fuera? Yo he preparado la casa y el lugar para los camellos.

32 Entonces el hombre entró en la casa, y Labán desató los camellos; y les dio paja y forraje, y agua para lavar los pies de él y los pies de los hombres que con él venían.

33 Y le pusieron delante que comer; mas él dijo: No comeré hasta que haya dicho mi mensaje. Y Labán le dijo: Habla.

34 Entonces dijo: Yo soy criado de Abraham.

35 Y Jehová ha bendecido mucho a mi amo, y él se ha engrandecido; y le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos.

36 Y Sara, esposa de mi amo, dio a luz en su vejez un hijo a mi señor, quien le ha dado a él todo cuanto tiene.

37 Y mi amo me hizo jurar, diciendo: No tomarás una mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos, en cuya tierra habito,

38 sino que irás a la casa de mi padre, y a mi parentela, y tomarás esposa para mi hijo.

39 Y yo dije: Quizá la mujer no quiera seguirme.

40 Entonces él me respondió: Jehová, en cuya presencia he andado, enviará su ángel contigo y prosperará tu camino; y tomarás esposa para mi hijo de mi linaje y de la casa de mi padre.

41 Entonces quedarás libre de mi juramento cuando hayas llegado a mi parentela; y si no te la dan, quedarás libre de mi juramento.

42 Llegué, pues, hoy a la fuente y dije: Jehová, Dios de mi señor Abraham, si tú prosperas ahora mi camino por el cual ando,

43 he aquí, yo estoy junto a la fuente de agua, sea, pues, que la doncella que salga por agua, a la cual diga: Dame de beber, te ruego, un poco de agua de tu cántaro,

44 y ella me responda: Bebe tú, y también para tus camellos sacaré agua, sea ésta la mujer que destinó Jehová para el hijo de mi señor.

45 Y antes que acabase de hablar en mi corazón, he aquí Rebeca que salía con su cántaro sobre el hombro, y descendió a la fuente y sacó agua. Y le dije: Te ruego que me des de beber.

46 Y en seguida bajó su cántaro del hombro y dijo: Bebe, y también a tus camellos daré de beber. Y bebí, y dio también de beber a mis camellos.

47 Entonces le pregunté y dije: ¿De quién eres hija? Y ella respondió: Soy hija de Betuel hijo de Nacor, que le dio a luz Milca. Entonces le puse un pendiente en la nariz y brazaletes en los brazos.

48 Y me incliné, y adoré a Jehová y bendije a Jehová, Dios de mi señor Abraham, que me había guiado por el camino correcto para tomar la hija del hermano de mi señor para su hijo.

49 Ahora pues, si vosotros hacéis misericordia y verdad con mi señor, declarádmelo; y si no, declarádmelo, para que vaya yo a la derecha o a la izquierda.

50 Entonces Labán y Betuel respondieron y dijeron: De Jehová ha salido esto; no podemos decirte si está mal o si está bien.

51 He ahí, Rebeca está delante de ti; tómala y vete, y sea esposa del hijo de tu señor, como lo ha dicho Jehová.

52 Y sucedió que, cuando el criado de Abraham oyó sus palabras, se postró en tierra ante Jehová.

53 Y sacó el criado objetos de plata y de oro y vestidos, y se los dio a Rebeca; también dio cosas preciosas a su hermano y a su madre.

54 Y comieron y bebieron él y los hombres que venían con él, y durmieron; y levantándose de mañana, dijo: Enviadme a mi señor.

55 Entonces respondieron su hermano y su madre: Quédese la joven con nosotros a lo menos diez días, y después irá.

56 Y él les dijo: No me detengáis, pues Jehová ha prosperado mi camino; despachadme para que me vaya a mi señor.

57 Ellos respondieron entonces: Llamemos a la joven y preguntémosle.

58 Y llamaron a Rebeca y le dijeron: ¿Irás tú con este varón? Y ella respondió: Sí, iré.

59 Entonces dejaron ir a Rebeca, su hermana, y a su nodriza, y al criado de Abraham y a sus hombres.

60 Y bendijeron a Rebeca y le dijeron: Nuestra hermana eres; sé madre de millares de millares, y posean tus descendientes la puerta de sus enemigos.

61 Se levantó entonces Rebeca y sus doncellas, y montaron en los camellos y siguieron al hombre; y el criado tomó a Rebeca y se fue.

62 Y venía Isaac del pozo Lajai-roi, porque él habitaba en la tierra del sur;

63 y había salido Isaac a meditar al campo, a la hora de la tarde; y alzando sus ojos, miró y vio los camellos que venían.

64 Rebeca también alzó sus ojos, y vio a Isaac y descendió del camello,

65 porque había preguntado al criado: ¿Quién es ese hombre que viene por el campo hacia nosotros? Y el criado había respondido: Ése es mi señor. Ella entonces tomó el velo y se cubrió.

66 Entonces el criado contó a Isaac todo lo que había hecho.

67 Y la llevó Isaac a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por esposa y la amó; y se consoló Isaac después de la muerte de su madre.





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Lectura Hablada de La Santa Biblia R-V 2009 SUD: Dia 6: Génesis 20-22


Capítulo 20
Abimelec desea a Sara, quien es protegida por Jehová — Abraham ora por Abimelec, y Jehová bendice a Abimelec y a su casa.

1 De allí partió Abraham a la tierra del sur, y se asentó entre Cades y Shur, y habitó como forastero en Gerar.

2 Y dijo Abraham de Sara, su esposa: Mi hermana es. Y Abimelec, rey de Gerar, envió por Sara y tomó a Sara.

3 Pero Dios vino a Abimelec en sueños de noche y le dijo: He aquí, muerto eres a causa de la mujer que has tomado, la cual es casada con marido.

4 Mas Abimelec no se había llegado a ella y dijo: Señor, ¿matarás también a la gente justa?

5 ¿No me dijo él: Mi hermana es; y ella también dijo: Es mi hermano? Con sencillez de mi corazón y con limpieza de mis manos he hecho esto.

6 Y le dijo Dios en sueños: Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto; y yo también te detuve de pecar contra mí, y así no te permití que la tocases.

7 Ahora, pues, devuelve la mujer a su marido, porque es profeta y orará por ti, y vivirás. Y si tú no la devolvieres, sabe de cierto que morirás, tú y todos los tuyos.

8 Entonces Abimelec se levantó de mañana, y llamó a todos sus siervos y dijo todas estas palabras a oídos de ellos; y temieron los hombres en gran manera.

9 Después llamó Abimelec a Abraham y le dijo: ¿Qué nos has hecho? ¿Y en qué pequé yo contra ti, que has atraído sobre mí y sobre mi reino tan gran pecado? Lo que no debiste hacer has hecho conmigo.

10 Y dijo Abimelec a Abraham: ¿Qué has visto para que hicieses esto?

11 Y Abraham respondió: Porque dije para mí: Ciertamente no hay temor de Dios en este lugar, y me matarán por causa de mi esposa.

12 Y a la verdad también es mi hermana, hija de mi padre, mas no hija de mi madre, y la tomé por esposa.

13 Y aconteció que, cuando Dios me hizo salir errante de la casa de mi padre, yo le dije a ella: Ésta es la merced que tú me harás, que en todos los lugares adonde lleguemos, digas de mí: Mi hermano es.

14 Entonces Abimelec tomó ovejas y vacas, y siervos y siervas, y se los dio a Abraham y le devolvió a Sara, su esposa.

15 Y dijo Abimelec: He aquí mi tierra está delante de ti; habita donde bien te parezca.

16 Y a Sara dijo: He aquí, he dado mil monedas de plata a tu hermano; mira que él es para ti como un velo ante los ojos de todos los que están contigo y para con todos; así fue vindicada.

17 Entonces Abraham oró a Dios; y Dios sanó a Abimelec, y a su esposa y a sus siervas, y tuvieron hijos.

18 Porque Jehová había cerrado completamente toda matriz de la casa de Abimelec, a causa de Sara, esposa de Abraham.

Capítulo 21


Sara da a luz a Isaac — Él es circuncidado — Agar y su hijo son echados de la casa de Abraham — Jehová salva a Agar y a Ismael — Abraham y Abimelec se tratan honorablemente.

1 Y visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como había hablado.

2 Y Sara concibió y dio a luz un hijo a Abraham en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho.

3 Y llamó Abraham el nombre de su hijo que le nació, que le dio a luz Sara, Isaac.

4 Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac de ocho días, como Dios le había mandado.

5 Y era Abraham de cien años cuando le nació su hijo Isaac.

6 Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere se reirá conmigo.

7 Y añadió: ¿Quién le hubiera dicho a Abraham que Sara había de amamantar hijos? Pues le he dado un hijo en su vejez.

8 Y creció el niño y fue destetado; e hizo Abraham gran banquete el día en que fue destetado Isaac.

9 Y vio Sara que el hijo de Agar, la egipcia, el cual ésta había dado a luz a Abraham, se burlaba.

10 Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con mi hijo Isaac.

11 Este asunto le pareció grave en gran manera a Abraham a causa de su hijo.

12 Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave el asunto a causa del muchacho ni de tu sierva; en todo lo que te diga Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia.

13 Y también del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu simiente.

14 Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua y se lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho y la despidió. Y ella partió y anduvo errante por el desierto de Beerseba.

15 Y cuando faltó el agua del odre, puso al muchacho debajo de un arbusto;

16 y fue y se sentó enfrente, alejándose como a un tiro de arco, porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y se sentó enfrente, y alzó su voz y lloró.

17 Y oyó Dios la voz del muchacho, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.

18 Levántate, alza al muchacho y sostenle de la mano, porque haré de él una gran nación.

19 Entonces le abrió Dios los ojos, y vio un pozo de agua; y fue y llenó el odre de agua y dio de beber al muchacho.

20 Y Dios estaba con el muchacho; y creció, y habitó en el desierto y fue tirador de arco.

21 Y habitó en el desierto de Parán, y su madre le tomó esposa de la tierra de Egipto.

22 Y aconteció en aquel mismo tiempo que Abimelec, con Ficol, jefe de su ejército, habló a Abraham, diciendo: Dios está contigo en todo cuanto haces.

23 Ahora, pues, júrame aquí por Dios que no me tratarás falsamente a mí, ni a mi hijo ni a mi nieto, sino que, conforme a la bondad que yo hice contigo, harás tú conmigo y con la tierra donde has peregrinado.

24 Y respondió Abraham: Yo juraré.

25 Y Abraham se quejó a Abimelec a causa de un pozo de agua que los siervos de Abimelec le habían quitado.

26 Y respondió Abimelec: No sé quién haya hecho esto, ni tampoco tú me lo hiciste saber, ni yo lo había oído hasta hoy.

27 Y tomó Abraham ovejas y vacas, y se las dio a Abimelec; e hicieron ambos un pacto.

28 Y Abraham puso aparte siete corderas del rebaño.

29 Y dijo Abimelec a Abraham: ¿Qué significan esas siete corderas que has puesto aparte?

30 Y él respondió: Estas siete corderas tomarás de mi mano para que me sirvan de testimonio de que yo cavé este pozo.

31 Por esto llamó a aquel lugar Beerseba, porque allí juraron ambos.

32 Así hicieron pacto en Beerseba; y se levantaron Abimelec y Ficol, jefe de su ejército, y volvieron a la tierra de los filisteos.

33 Y plantó Abraham un bosque en Beerseba e invocó allí el nombre de Jehová, el Dios eterno.

34 Y moró Abraham en la tierra de los filisteos muchos días.

Capítulo 22

Se manda a Abraham que sacrifique a su hijo Isaac — Padre e hijo se someten a la voluntad de Dios — La descendencia de Abraham será tan numerosa como las estrellas y como la arena — En su descendencia serán bendecidas todas las naciones — Betuel engendra a Rebeca.

1 Y aconteció después de estas cosas, que Dios puso a prueba a Abraham y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

2 Y Dios dijo: Toma ahora a tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.

3 Y Abraham se levantó muy de mañana, y ensilló su asno, y tomó consigo a dos criados suyos y a Isaac, su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó y fue al lugar que Dios le había dicho.

4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos y vio el lugar de lejos.

5 Entonces dijo Abraham a sus criados: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allá, y adoraremos y volveremos a vosotros.

6 Y tomó Abraham la leña del holocausto y la puso sobre Isaac, su hijo; y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo, y fueron los dos juntos.

7 Entonces habló Isaac a Abraham, su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, hijo mío. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña, pero, ¿dónde está el cordero para el holocausto?

8 Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.

9 Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y acomodó la leña, y ató a Isaac, su hijo, y le puso en el altar sobre la leña.

10 Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.

11 Entonces el ángel de Jehová clamó del cielo y dijo: ¡Abraham! ¡Abraham! Y él respondió: Heme aquí.

12 Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho ni le hagas nada, porque ya sé que temes a Dios, pues no me rehusaste a tu hijo, tu único.

13 Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí un carnero a sus espaldas trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham, y tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.

14 Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar: Jehová proveerá. Por tanto, se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.

15 Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo

16 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto y no me has rehusado a tu hijo, tu único,

17 de cierto te bendeciré grandemente y multiplicaré en gran manera tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.

18 En tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste mi voz.

19 Y volvió Abraham a sus criados, y se levantaron y se fueron juntos a Beerseba; y habitó Abraham en Beerseba.

20 Y aconteció después de estas cosas que le fue dada la nueva a Abraham, diciendo: He aquí que también Milca ha dado a luz hijos a Nacor, tu hermano:

21 a Uz, su primogénito, y a Buz, su hermano, y a Kemuel, padre de Aram.

22 Y a Quesed, y a Hazo, y a Pildas, y a Jidlaf y a Betuel.

23 Y Betuel engendró a Rebeca. Éstos son los ocho hijos que Milca dio a luz a Nacor, hermano de Abraham.

24 Y su concubina, que se llamaba Reúma, dio a luz también a Teba, y a Gaham, y a Tahas y a Maaca.


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