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viernes, 4 de mayo de 2012

Lectura con Audio de la Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 114: 2 Reyes 1-3


Segundo libro de los
Reyes..Capítulo 1
Ocozías acude a Baal-zebub para saber si vivirá — Elías profetiza la muerte de Ocozías — Elías hace descender fuego del cielo para consumir a los soldados que son enviados para aprehenderle.

1Después de la muerte de Acab, se rebeló Moab contra Israel.

2Y Ocozías cayó por la celosía de una sala de la casa que tenía en Samaria; y estando enfermo envió mensajeros y les dijo: Id y consultad a Baal-zebub, dios de Ecrón, si he de sanar de esta enfermedad.

3Entonces el ángel de Jehová habló a Elías, el tisbita, diciendo: Levántate y sube a encontrarte con los mensajeros del rey de Samaria y diles: ¿Acaso no hay Dios en Israel para que vosotros vayáis a consultar a Baal-zebub, dios de Ecrón?

4Por tanto, así dice Jehová: Del lecho al que subiste no descenderás, sino que ciertamente morirás. Y Elías se fue.

5Y cuando los mensajeros regresaron al rey, él les dijo: ¿Por qué habéis regresado?

6Y ellos le respondieron: Encontramos a un hombre que nos dijo: Id y regresad al rey que os envió, y decidle: Así ha dicho Jehová: ¿Acaso no hay Dios en Israel, para que tú envíes a consultar a Baal-zebub, dios de Ecrón? Por tanto, del lecho al que subiste no descenderás, sino que ciertamente morirás.

7Entonces él les dijo: ¿Cómo era el hombre que encontrasteis y que os dijo tales palabras?

8Y ellos le respondieron: Un hombre velludo que ceñía sus lomos con un cinturón de cuero. Entonces él dijo: Es Elías, el tisbita.

9Entonces envió a él un capitán de cincuenta con sus cincuenta hombres, el cual subió adonde él estaba; y he aquí que él estaba sentado en la cumbre del monte. Y él le dijo: Oh hombre de Dios, el rey ha dicho que desciendas.

10Y Elías respondió y dijo al capitán de cincuenta: Si yo soy hombre de Dios, descienda fuego del cielo y te consuma con tus cincuenta. Y descendió fuego del cielo que lo consumió a él y a sus cincuenta.

11Volvió el rey a enviar a él otro capitán de cincuenta con sus cincuenta; y le habló y dijo: Oh hombre de Dios, el rey ha dicho así: Desciende pronto.

12Y Elías le respondió y dijo: Si yo soy hombre de Dios, descienda fuego del cielo y te consuma con tus cincuenta. Y descendió fuego del cielo que lo consumió a él y a sus cincuenta.

13Y volvió a enviar al tercer capitán de cincuenta con sus cincuenta; y subió aquel tercer capitán de cincuenta, y vino, y se puso de rodillas delante de Elías y le rogó, diciendo: Oh hombre de Dios, te ruego que mi vida y la vida de éstos tus cincuenta siervos sean de valor ante tus ojos.

14He aquí ha descendido fuego del cielo y ha consumido a los dos primeros capitanes de cincuenta con sus cincuenta; sea ahora mi vida de valor ante tus ojos.

15Entonces el ángel de Jehová dijo a Elías: Desciende con él; no tengas miedo de él. Y él se levantó y descendió con él al rey.

16Y le dijo: Así dice Jehová: Por cuanto enviaste mensajeros a consultar a Baal-zebub, dios de Ecrón (¿acaso no hay Dios en Israel para consultar su palabra?), no descenderás, por tanto, del lecho al que subiste, sino que de cierto morirás.

17Y murió conforme a la palabra de Jehová que había hablado Elías; y reinó en su lugar Joram, en el segundo año de Joram hijo de Josafat, rey de Judá, porque Ocozías no tenía hijo.

18Y los demás hechos de Ocozías, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

Segundo libro de los
Reyes..Capítulo 2

Eliseo y los profetas saben que Elías el profeta ha de ser trasladado — Elías el profeta divide las aguas del Jordán y es llevado al cielo en un torbellino — El manto de Elías el profeta recae sobre Eliseo, quien también divide las aguas del Jordán — Eliseo sana las aguas de Jericó — Dos osas despedazan a algunos muchachos por haberse burlado de Eliseo.

1Y aconteció que cuando Jehová iba a alzar a Elías en un torbellino al cielo, Elías venía con Eliseo de Gilgal.

2Y dijo Elías a Eliseo: Quédate ahora aquí, porque Jehová me ha enviado a Bet-el. Y Eliseo dijo: Vive Jehová y vive tu alma, que no te dejaré. Descendieron, pues, a Bet-el.

3Y salieron al encuentro de Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Bet-el y le dijeron: ¿Sabes que Jehová te quitará hoy a tu señor de sobre ti? Y él dijo: Sí, yo lo sé; callad.

4Y Elías le volvió a decir: Eliseo, quédate aquí ahora, porque Jehová me ha enviado a Jericó. Y él dijo: Vive Jehová y vive tu alma, que no te dejaré. Pasaron, pues, a Jericó.

5Y se acercaron a Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Jericó y le dijeron: ¿Sabes que Jehová te quitará hoy a tu señor de sobre ti? Y él respondió: Sí, yo lo sé; callad.

6Y Elías le dijo: Te ruego que te quedes aquí, porque Jehová me ha enviado al Jordán. Y él dijo: Vive Jehová y vive tu alma, que no te dejaré. Y se fueron los dos.

7Y llegaron cincuenta hombres de los hijos de los profetas y se pararon enfrente, a lo lejos; y ellos dos se pararon junto al Jordán.

8Tomó entonces Elías su manto, y lo dobló y golpeó las aguas, y éstas se apartaron a uno y a otro lado, y ambos pasaron por lo seco.

9Y aconteció que cuando hubieron pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí.

10Y él le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me ves cuando sea quitado de ti, te será concedido; pero si no, no.

11Y sucedió que, yendo ellos hablando, he aquí, un carro de fuego con caballos de fuego los apartó a los dos, y Elías subió al cielo en un torbellino.

12Al ver esto, Eliseo clamó: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y no le vio más; y tomó sus vestidos y los rasgó en dos partes.

13Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y regresó y se paró a la orilla del Jordán.

14Y tomó el manto de Elías que se le había caído, y golpeó las aguas y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y cuando también hubo golpeado las aguas, éstas se apartaron a uno y a otro lado, y Eliseo pasó.

15Y cuando le vieron los hijos de los profetas que estaban al otro lado, en Jericó, dijeron: El espíritu de Elías reposa sobre Eliseo. Y fueron a recibirle y se postraron en tierra ante él.

16Y dijeron: He aquí, hay con tus siervos cincuenta hombres fuertes; te rogamos que dejes que vayan y busquen a tu señor; quizá lo ha levantado el espíritu de Jehová y lo ha arrojado en algún monte o en algún valle. Y él les dijo: No los enviéis.

17Pero ellos le importunaron tanto que, avergonzándose, dijo: Enviadlos. Entonces ellos enviaron a cincuenta hombres, los cuales lo buscaron durante tres días, pero no lo hallaron.

18Y cuando volvieron a él, que se había quedado en Jericó, él les dijo: ¿No os dije yo que no fueseis?

19Y los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en donde está colocada esta ciudad es bueno, como mi señor ve; pero las aguas son malas y la tierra es estéril.
20Entonces él dijo: Traedme una vasija nueva y poned en ella sal. Y se la trajeron.

21Y él salió al manantial de las aguas, y echó dentro la sal y dijo: Así dice Jehová: Yo sané estas aguas y no habrá más en ellas ni muerte ni esterilidad.

22Y fueron saneadas las aguas hasta hoy, conforme a la palabra que habló Eliseo.

23Después subió de allí a Bet-el; y subiendo por el camino, salieron unos muchachos de la ciudad y se burlaban de él, diciendo: ¡Sube, calvo! ¡Sube, calvo!
24Y miró él hacia atrás, y los vio y los maldijo en el nombre de Jehová. Y salieron dos osas del bosque y despedazaron a cuarenta y dos de esos muchachos.

25De allí se fue al monte Carmelo, y de allí regresó a Samaria.

Segundo libro de los
Reyes..Capítulo 3

Joram, de Israel, y Josafat, de Judá, unen fuerzas contra Moab — Eliseo les promete agua para los animales y la victoria en la guerra — Los moabitas son derrotados.

1Y Joram hijo de Acab comenzó a reinar en Samaria sobre Israel en el año dieciocho de Josafat, rey de Judá; y reinó doce años.

2E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, aunque no como su padre y su madre, pues quitó las estatuas de Baal que su padre había hecho.

3No obstante, se entregó a los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel, y no se apartó de ellos.

4Entonces Mesa, rey de Moab, era propietario de ganados y pagaba al rey de Israel cien mil corderos y cien mil carneros con su lana.

5Pero sucedió que cuando Acab murió, el rey de Moab se rebeló contra el rey de Israel.

6Y salió entonces de Samaria el rey Joram y pasó revista a todo Israel.

7Y fue y envió a decir a Josafat, rey de Judá: El rey de Moab se ha rebelado contra mí. ¿Irás tú conmigo a la guerra contra Moab? Y él respondió: Iré, porque yo soy como tú; mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como tus caballos.

8Y dijo: ¿Por qué camino iremos? Y él respondió: Por el camino del desierto de Edom.

9Partieron, pues, el rey de Israel, y el rey de Judá y el rey de Edom. Y tuvieron que dar un rodeo, y a los siete días de camino les faltó agua para el ejército y para las bestias que los seguían.

10Entonces el rey de Israel dijo: ¡Ah! Jehová ha llamado a estos tres reyes para entregarlos en manos de los moabitas.

11Pero Josafat dijo: ¿Acaso no hay aquí profeta de Jehová para que consultemos a Jehová por medio de él? Y uno de los siervos del rey de Israel respondió y dijo: Aquí está Eliseo hijo de Safat, que vertía agua en las manos de Elías.

12Y Josafat dijo: Éste tendrá la palabra de Jehová. Y el rey de Israel, y Josafat y el rey de Edom descendieron hasta donde él estaba.

13Entonces Eliseo dijo al rey de Israel: ¿Qué tengo yo contigo? Vete a los profetas de tu padre y a los profetas de tu madre. Y el rey de Israel le respondió: No, porque Jehová ha reunido a estos tres reyes para entregarlos en manos de los moabitas.

14Y Eliseo dijo: Vive Jehová de los ejércitos, en cuya presencia estoy, que si no tuviese respeto por Josafat, rey de Judá, no te miraría a ti ni te vería.

15Pero ahora traedme un tañedor. Y mientras el tañedor tocaba, la mano de Jehová vino sobre Eliseo.

16Y dijo: Así dice Jehová: Haced en este valle muchas acequias.

17Porque así dice Jehová: No veréis viento, ni veréis lluvia, pero ese valle se llenará de agua y beberéis vosotros, y vuestras bestias y vuestros ganados.

18Y esto es cosa ligera ante los ojos de Jehová; él entregará también a los moabitas en vuestras manos.

19Y destruiréis toda ciudad fortificada y toda ciudad principal, y talaréis todo buen árbol, y cegaréis todas las fuentes de agua y arruinaréis con piedras toda tierra fértil.

20Y aconteció que por la mañana, cuando se ofrecía el sacrificio, he aquí vinieron aguas por el camino de Edom y la tierra se llenó de agua.

21Y cuando todos los de Moab oyeron que los reyes subían a pelear contra ellos, juntaron a todos, desde los que podían ceñirse armadura en adelante, y se pusieron en la frontera.

22Y se levantaron por la mañana y brilló el sol sobre las aguas, y los de Moab vieron desde lejos las aguas rojas como sangre

23y dijeron: ¡Esto es sangre! Los reyes se han vuelto uno contra otro, y cada uno ha dado muerte a su compañero. ¡Ahora pues, Moab, al botín!

24Y cuando llegaron al campamento de Israel, se levantaron los israelitas y atacaron a los de Moab, los cuales huyeron delante de ellos; pero persiguieron a los de Moab, matándolos.

25Y asolaron las ciudades, y en todas las tierras fértiles echó cada uno su piedra, y las llenaron; y cegaron también todas las fuentes de agua y talaron todos los buenos árboles, hasta que sólo Kir-hareset quedó con sus piedras; pero los honderos la rodearon y la destruyeron.

26Y cuando el rey de Moab vio que lo iban a vencer en la batalla, tomó consigo a setecientos hombres que sacaban espada, para abrirse paso hasta el rey de Edom; pero no pudieron.

27Entonces tomó a su primogénito, que había de reinar en su lugar, y lo sacrificó en holocausto sobre el muro. Y hubo gran enojo contra Israel; y se retiraron de allí y regresaron a su tierra.



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