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miércoles, 10 de octubre de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 225: Jeremías 6-7


Capítulo 6
Jerusalén será destruida a causa de su iniquidad — Será invadida por una nación grande y cruel.

1Huid, hijos de Benjamín, de en medio de Jerusalén, y tocad trompeta en Tecoa y alzad señal sobre Bet-haquerem, porque del norte se asoma el mal, un gran quebrantamiento.

2Con mujer hermosa y delicada comparé a la hija de Sión.

3A ella vendrán pastores y sus rebaños; junto a ella y a su alrededor pondrán sus tiendas; cada uno apacentará en su lugar.

4Preparad guerra contra ella; levantaos y subamos al mediodía. ¡Ay de nosotros!, porque va cayendo ya el día, y las sombras del atardecer se han extendido.

5¡Levantaos, y subamos de noche y destruyamos sus palacios!

6Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Cortad árboles y levantad terraplén contra Jerusalén; ésta es la ciudad que ha de ser castigada; todo en medio de ella es opresión.

7Como el pozo conserva frescas sus aguas, así ella conserva fresca su maldad; violencia y devastación se oyen en ella; continuamente delante de mí hay enfermedad y herida.

8Corrígete, Jerusalén, para que no se aparte mi alma de ti, para que no te convierta en desolación, en tierra no habitada.

9Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Rebuscarán como a una vid el remanente de Israel; vuelve a pasar tu mano como vendimiador entre los sarmientos.

10¿A quién tengo que hablar y amonestar para que escuchen? He aquí que sus oídos son incircuncisos, y no pueden oír; he aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa; no se deleitan en ella.

11Por tanto, estoy lleno de la ira de Jehová; estoy cansado de contenerme; derrámala sobre los niños en la calle y sobre la reunión de los jóvenes juntamente, porque será preso tanto el marido como la mujer, tanto el anciano como el lleno de días.

12Y sus casas serán entregadas a otros, sus campos y también sus esposas, porque yo extenderé mi mano sobre los moradores de la tierra, dice Jehová.

13Porque desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores.

14Y curan el quebranto de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; pero no hay paz.

15¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han avergonzado, ni aun saben tener vergüenza; por tanto, caerán entre los que caigan; cuando los castigue, caerán, dice Jehová.

16Así ha dicho Jehová: Permaneced en los caminos, y mirad y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino; y andad por él y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos.

17Y puse sobre vosotros atalayas, que dijesen: Escuchad el sonido de la trompeta. Pero dijeron ellos: No lo escucharemos.

18Por tanto oíd, oh naciones, y sabed, oh congregación, lo que les sucederá.

19Oye, oh tierra: He aquí, yo traigo el mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos, porque no escucharon mis palabras y desecharon mi ley.

20¿Para qué me traéis este incienso de Sabá y la buena caña olorosa de tierra lejana? Vuestros holocaustos no son aceptables ni vuestros sacrificios me agradan.

21Por tanto, Jehová ha dicho esto: He aquí, yo pongo a este pueblo tropiezos, y caerán en ellos los padres y los hijos juntamente; el vecino y su compañero perecerán.

22Así ha dicho Jehová: He aquí que viene un pueblo de la tierra del norte, y una nación grande se levantará de los confines de la tierra.

23Arco y lanza empuñarán; crueles son y no tendrán misericordia; su estruendo bramará como el mar, y montarán a caballo como hombres dispuestos para la guerra, contra ti, oh hija de Sión.

24Su fama oímos, y nuestras manos se debilitaron; se apoderó de nosotros la angustia, dolor como de mujer que está de parto.

25No salgas al campo ni andes por el camino, porque espada de enemigo y temor hay por todas partes.

26Oh hija de mi pueblo, cíñete de cilicio y revuélcate en ceniza; haz duelo como por hijo único, llanto de amarguras, porque pronto vendrá sobre nosotros el destructor.

27Como fortaleza y como torre te he puesto en mi pueblo; conocerás, pues, y examinarás el camino de ellos.

28Todos ellos son rebeldes emperdernidos y andan calumniando; son bronce y hierro; todos ellos son corruptores.

29Se quemó el fuelle; por el fuego se ha consumido el plomo; en vano fundió el fundidor, pues los malos no son arrancados.

30Plata desechada los llamarán, porque Jehová los desechó.

Capítulo 7

Si el pueblo de Judá se arrepiente, será preservado — El templo se ha convertido en cueva de ladrones — Jehová desecha a esa generación del pueblo de Judá por sus idolatrías — Ofrecen a sus hijos como sacrificio.

1 La palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo:

2Ponte a la puerta de la casa de Jehová, y proclama allí esta palabra y di: Oíd la palabra de Jehová, todo Judá, los que entráis por estas puertas para adorar a Jehová.

3Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Enmendad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré morar en este lugar.

4No confiéis en palabras de mentira, diciendo: ¡Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es éste!

5Porque si de veras enmendáis vuestros caminos y vuestras obras, si en verdad hacéis justicia entre el hombre y su prójimo,

6y no oprimís al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni en este lugar derramáis sangre inocente, ni andáis en pos de dioses ajenos para mal vuestro,

7os haré morar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre.

8He aquí, vosotros confiáis en palabras de mentira que no aprovechan.

9Hurtáis, matáis, y cometéis adulterio, y juráis falsamente, y quemáis incienso a Baal y andáis tras dioses extraños que no conocéis,

10¿y ahora venís y os ponéis delante de mí en esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, y decís: Librados somos, para hacer todas estas abominaciones?

11¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta casa, sobre la cual es invocado mi nombre? He aquí que también yo lo he visto, dice Jehová.

12Id, pues, ahora a mi lugar en Silo, donde hice morar mi nombre al principio, y ved lo que le hice por la maldad de mi pueblo Israel.

13Ahora pues, por cuanto vosotros habéis hecho todas estas obras, dice Jehová, y aunque os hablé, madrugando para hablar, no oísteis; y os llamé, y no respondisteis;

14haré también a esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, en la que vosotros confiáis, y a este lugar que os di a vosotros y a vuestros padres, como hice a Silo.

15Y os echaré de mi presencia como eché a todos vuestros hermanos, a toda la descendencia de Efraín.

16Tú, pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración ni intercedas ante mí, porque no te oiré.

17¿No ves lo que éstos hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén?

18Los hijos recogen la leña, y los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa para hacer tortas a la reina del cielo y para derramar libaciones a dioses ajenos, para provocarme a ira.

19¿Me provocarán ellos a ira?, dice Jehová. ¿No actúan más bien ellos mismos para su propia vergüenza?

20Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que mi furor y mi ira se derramarán sobre este lugar, sobre los hombres, y sobre los animales, y sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra. Y arderá y no se apagará.

21Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Añadid vuestros holocaustos a vuestros sacrificios y comed la carne.

22Porque no hablé yo con vuestros padres, ni nada les mandé acerca de holocaustos y de sacrificios el día en que los saqué de la tierra de Egipto.

23Mas esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien.

24Y no escucharon ni inclinaron su oído, sino que caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su malvado corazón, y fueron hacia atrás y no hacia delante,

25desde el día en que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta hoy. Y os envié a todos los profetas, mis siervos, cada día madrugando y enviándolos.

26Pero no me escucharon ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cerviz e hicieron peor que sus padres.

27Tú, pues, les dirás todas estas palabras, pero no te escucharán; y los llamarás, pero no te responderán.

28Les dirás, por tanto: Ésta es la nación que no escuchó la voz de Jehová su Dios ni aceptó corrección; pereció la verdad, y de la boca de ellos fue cortada.

29Corta el cabello de tu coronilla, y arrójalo y levanta llanto sobre las alturas, porque Jehová ha desechado y abandonado a la generación objeto de su ira.

30Porque los hijos de Judá han hecho lo malo ante mis ojos, dice Jehová; pusieron sus abominaciones en la casa sobre la cual mi nombre fue invocado, profanándola.

31Y han edificado los lugares altos de Tofet, que está en el valle del hijo de Hinom, para quemar en el fuego a sus hijos y a sus hijas, cosa que yo no les mandé ni estuvo en mi corazón.

32Por tanto, he aquí, vendrán días, ha dicho Jehová, en que no se dirá más Tofet ni valle del hijo de Hinom, sino valle de la Matanza; y serán enterrados en Tofet, por no haber lugar.

33Y los cuerpos muertos de este pueblo serán para comida de las aves del cielo y de las bestias de la tierra, y no habrá quien las espante.

34Y haré cesar de las ciudades de Judá y de las calles de Jerusalén la voz de gozo y la voz de alegría, la voz del esposo y la voz de la esposa, porque la tierra será desolada.

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