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martes, 25 de diciembre de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 258: Sofonías / Hageo


Sofonías
Capítulo 1
La destrucción de Judá es un símbolo de la Segunda Venida — Es el día del sacrificio de Jehová, día de ira y de angustia.

1 La palabra de Jehová que vino a Sofonías hijo de Cusi, hijo de Gedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías, en los días de Josías hijo de Amón, rey de Judá:

2 Destruiré por completo todas las cosas de sobre la faz de la tierra, dice Jehová.

3 Destruiré a los hombres y las bestias; destruiré las aves del cielo, y los peces del mar y las piedras de tropiezo junto con los malvados; y talaré a los hombres de sobre la faz de la tierra, dice Jehová.

4 Y extenderé mi mano contra Judá y contra todos los moradores de Jerusalén; y exterminaré de este lugar los restos de Baal, y el nombre de los ministros idólatras junto con los sacerdotes,

5 y a los que sobre los terrados se postran ante el ejército del cielo, y a los que se postran jurando por Jehová y jurando por Moloc,

6 y a los que se apartan de en pos de Jehová y a los que no buscaron a Jehová ni le consultaron.

7 Calla ante la presencia de Jehová el Señor, porque el día de Jehová está cercano; porque Jehová ha preparado un sacrificio y ha consagrado a sus convidados.

8 Y sucederá que en el día del sacrificio de Jehová, castigaré a los príncipes, y a los hijos del rey y a todos los que llevan vestido extranjero.

9 Asimismo, castigaré en aquel día a todos los que saltan sobre el umbral, los que llenan de violencia y de engaño las casas de sus señores.

10 Y acontecerá en aquel día, dice Jehová, que habrá voz de clamor desde la puerta del Pescado, y aullido desde el segundo, y gran quebranto desde los collados.

11 Aullad, moradores de Mactes, porque todo el pueblo mercader ha sido destruido; talados han sido todos los que traían dinero.

12 Y acontecerá en aquel día que yo escudriñaré a Jerusalén con lámpara, y castigaré a los hombres que reposan tranquilos como el vino asentado, los cuales dicen en su corazón: Jehová no hará bien ni mal.

13 Por tanto, serán saqueados sus bienes y sus casas asoladas; y edificarán casas, mas no las habitarán; y plantarán viñas, mas no beberán el vino de ellas.

14 Cercano está el día grande de Jehová, cercano y viene muy rápido; amargo será el clamor del día de Jehová; allí gritará el valiente.

15 Será día de ira aquel día, día de angustia y de aflicción, día de destrucción y de desolación, día de tinieblas y de oscuridad, día nublado y tenebroso,

16 día de trompeta y de alarido contra las ciudades fortificadas y contra las altas torres.

17 Y atribularé a los hombres, y andarán como ciegos porque pecaron contra Jehová; y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol.

18 Ni su plata ni su oro podrán librarlos en el día de la ira de Jehová, pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo; porque ciertamente destrucción apresurada hará de todos los moradores de la tierra.

Capítulo 2
Buscad justicia; buscad mansedumbre — Descenderá juicio tanto sobre los filisteos como sobre los moabitas, así como sobre los hijos de Amón, los etíopes y los asirios.

1 Congregaos y reuníos, oh nación sin pudor,

2 antes que tenga efecto el decreto y el día se pase como el tamo, antes que venga sobre vosotros el furor de la ira de Jehová, antes que el día de la ira de Jehová venga sobre vosotros.

3 Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizá seréis guardados en el día de la ira de Jehová.

4 Porque Gaza será desamparada, y Ascalón desolada; saquearán a Asdod al mediodía, y Ecrón será desarraigada.

5 ¡Ay de los que moran en la costa del mar, del pueblo de los cereteos! La palabra de Jehová es contra vosotros, oh Canaán, tierra de los filisteos; te haré destruir hasta no dejar morador.

6 Y la costa del mar será praderas para pastores y corrales de ovejas.

7 Y será aquel lugar para el remanente de la casa de Judá; allí apacentarán; en las casas de Ascalón dormirán al anochecer, porque Jehová su Dios los visitará y hará volver sus cautivos.

8 Yo he oído las afrentas de Moab y los denuestos de los hijos de Amón con que deshonraron a mi pueblo, y se engrandecieron sobre su territorio.

9 Por tanto, vivo yo, dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que Moab será como Sodoma, y los hijos de Amón como Gomorra: serán un campo de ortigas, y una mina de sal y desolación perpetua; el remanente de mi pueblo los saqueará, y el resto de mi nación los heredará.

10 Esto les vendrá por su soberbia, porque afrentaron al pueblo de Jehová de los ejércitos y se engrandecieron contra él.

11 Terrible será Jehová con ellos, porque hará venir a menos a todos los dioses de la tierra; y cada uno desde su lugar se inclinará ante él en todas las costas de las naciones.

12 También vosotros, los de Etiopía, seréis muertos con mi espada.

13 Y extenderá su mano contra el norte y destruirá a Asiria; y convertirá a Nínive en desolación y en sequedal, como un desierto.

14 Y rebaños se echarán en medio de ella y todas las bestias del campo; también el pelícano y el erizo dormirán en sus dinteles; su voz cantará en las ventanas; habrá desolación en los umbrales, porque su obra de cedro quedará descubierta.

15 Ésta es la ciudad alegre que estaba confiada, la que decía en su corazón: Yo, y nadie más. ¡Cómo fue desolada, hecha guarida de fieras! Todo el que pase junto a ella se burlará y agitará su mano.

Capítulo 3
En la Segunda Venida todas las naciones se reunirán para combatir — Los hombres tendrán un lenguaje puro — Jehová reinará en medio de ellos.

1 ¡Ay de la ciudad opresora, inmunda y contaminada!

2 No escuchó la voz ni recibió la corrección; no confió en Jehová ni se acercó a su Dios.

3 Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes; sus jueces, lobos del atardecer que no dejan hueso para la mañana;

4 sus profetas, insolentes, hombres pérfidos; sus sacerdotes contaminaron el santuario; falsearon la ley.

5 Jehová en medio de ella es justo; no hará iniquidad; cada mañana sacará a luz su juicio, sin falta, pero el perverso no conoce la vergüenza.

6 He talado naciones; sus torres están desoladas; he dejado desiertas sus calles hasta no quedar quien pase. Sus ciudades han quedado destruidas hasta no quedar hombre alguno, hasta no quedar morador.

7 Dije: Ciertamente me temerás; recibirás corrección. Y no será destruida su morada según todo aquello por lo cual la castigué. Mas ellos madrugaron para corromper todas sus obras.

8 Por tanto, esperadme, dice Jehová, hasta el día en que me levante para el despojo, porque mi determinación es reunir las naciones y juntar los reinos para derramar sobre ellos mi enojo, todo el furor de mi ira; porque por el fuego de mi celo será consumida toda la tierra.

9 Porque en aquel entonces devolveré yo a los pueblos un lenguaje puro para que todos invoquen el nombre de Jehová, para que le sirvan de común acuerdo.

10 Desde la región más allá de los ríos de Etiopía, mis suplicantes, la hija de mis esparcidos, traerán mi ofrenda.

11 En aquel día no serás avergonzada por ninguna de tus obras con que te rebelaste contra mí, porque entonces quitaré de en medio de ti a los que se alegran en tu soberbia, y nunca más te ensoberbecerás en mi santo monte.

12 Y dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, el cual se refugiará en el nombre de Jehová.

13 El remanente de Israel no cometerá iniquidad ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa, porque ellos serán apacentados y reposarán, y no habrá quien los espante.

14 ¡Canta, oh hija de Sión! ¡Da voces de júbilo, oh Israel! ¡Alégrate y regocíjate de todo corazón, oh hija de Jerusalén!

15 Jehová ha retirado tus juicios; ha echado fuera tus enemigos; Jehová es Rey de Israel en medio de ti; nunca más temerás mal alguno.

16 En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: No temas, Sión; no se debiliten tus manos.

17 Jehová tu Dios está en medio de ti: ¡Él es poderoso! ¡Él salvará! Se regocijará por ti con alegría; guardará silencio por su amor; se regocijará por ti con cánticos.

18 Reuniré a los que se entristecían por las fiestas señaladas; tuyos fueron; para quienes el oprobio era una carga.

19 He aquí, en aquel tiempo me ocuparé de todos tus opresores; y salvaré a la que cojea y recogeré a la desterrada; y cambiaré su vergüenza en alabanza y en renombre en todo país.

20 En aquel tiempo yo os traeré; en aquel tiempo os reuniré yo. Pues os haré objeto de renombre y de alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando haga volver a vuestros cautivos ante vuestros propios ojos, dice Jehová.



Hageo
Capítulo 1
Hageo exhorta al pueblo a reedificar el templo.
1 En el año segundo del rey Darío, en el mes sexto, en el primer día del mes, vino la palabra de Jehová por medio del profeta Hageo a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, diciendo:

2 Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo en que la casa de Jehová sea reedificada.

3 Entonces vino la palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo:

4 ¿Es acaso para vosotros tiempo de morar en vuestras casas enmaderadas, mientras que esta casa está desierta?

5 Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.

6 Sembráis mucho y recogéis poco; coméis y no quedáis satisfechos; bebéis y no os saciáis; os vestís y no conseguís abrigaros; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.

7 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.

8 Subid al monte, y traed madera y reedificad la casa; y me complaceré en ella y seré glorificado, ha dicho Jehová.

9 Buscáis mucho, y he aquí halláis poco; y lo que traéis a casa lo disperso con un soplo. ¿Por qué?, dice Jehová de los ejércitos. Porque mi casa está desierta mientras que cada uno de vosotros corre a su propia casa.

10 Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos.

11 Y llamé la sequía sobre esta tierra y sobre los montes, y sobre el trigo, y sobre el mosto, y sobre el aceite, y sobre todo lo que la tierra produce, y sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de las manos.

12 Entonces Zorobabel hijo de Salatiel, y el sumo sacerdote Josué hijo de Josadac y todo el resto del pueblo obedecieron la voz de Jehová su Dios y las palabras del profeta Hageo, como lo había mandado Jehová su Dios; y temió el pueblo delante de Jehová.

13 Entonces Hageo, mensajero de Jehová, dio el mensaje de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová.

14 Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu del sumo sacerdote Josué hijo de Josadac y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios,

15 en el día veinticuatro del mes sexto, en el segundo año del rey Darío.

Capítulo 2
Hageo habla del Mesías — Vendrá el Deseado de todas las naciones — Jehová dará paz en Su templo.
1 En el mes séptimo, a los veintiún días del mes, vino la palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo:

2 Habla ahora a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y al sumo sacerdote Josué hijo de Josadac y al resto del pueblo, y diles:

3 ¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto esta casa en su gloria primera? ¿Y cómo la veis ahora? ¿No es ella como nada delante de vuestros ojos?

4 Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate tú también Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos.

5 Según el convenio que concerté con vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi espíritu estará en medio de vosotros; no temáis.

6 Porque así dice Jehová de los ejércitos: Dentro de poco yo haré temblar los cielos y la tierra, y el mar y la tierra seca;

7 y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos.

8 Mía es la plata y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.

9 La gloria de esta última casa será mayor que la de la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.

10 A los veinticuatro días del noveno mes, en el segundo año de Darío, vino la palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo:

11 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Pregunta ahora a los sacerdotes acerca de la ley, y diles:

12 Si alguno lleva carne consagrada en la falda de su ropa, y con el vuelo de ella toca el pan, o la comida, o el vino, o el aceite o cualquier otra comida, ¿acaso quedarán estas cosas consagradas? Y respondieron los sacerdotes y dijeron: No.

13 Y dijo Hageo: Si una persona impura a causa de haber tocado un cuerpo muerto toca alguna de estas cosas, ¿quedará ésta inmunda? Y respondieron los sacerdotes y dijeron: Inmunda quedará.

14 Y respondió Hageo y dijo: Así es este pueblo y esta nación delante de mí, dice Jehová; y asimismo toda obra de sus manos y todo lo que aquí ofrecen es inmundo.

15 Ahora pues, meditad en vuestro corazón desde este día en adelante, antes que pongan piedra sobre piedra en el templo de Jehová.

16 Antes que sucediesen estas cosas, venía alguno al montón de veinte efas, y había sólo diez; venía alguno al lagar para sacar cincuenta cántaros del lagar, y había sólo veinte.

17 Os herí con viento solano, y con tizoncillo y con granizo en toda obra de vuestras manos, pero no os volvisteis a mí, dice Jehová.

18 Meditad, pues, en vuestro corazón desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, desde el día en que se echó el cimiento del templo de Jehová; meditad en vuestro corazón.

19 ¿No está aún la semilla en el granero? Todavía no han dado fruta, ni la vid, ni la higuera, ni el granado ni el olivo; mas desde este día daré bendición.

20 Y vino por segunda vez la palabra de Jehová a Hageo, a los veinticuatro días del mismo mes, diciendo:

21 Habla a Zorobabel, gobernador de Judá, diciendo: Yo haré temblar los cielos y la tierra,

22 y trastornaré el trono de los reinos y destruiré la fuerza de los reinos de las naciones; y trastornaré los carros y a los que en ellos suben; y caerán los caballos y los que en ellos montan, cada cual por la espada de su hermano.

23 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, te tomaré, oh Zorobabel hijo de Salatiel, siervo mío, dice Jehová, y te pondré como anillo de sellar, porque yo te escogí, dice Jehová de los ejércitos.