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martes, 11 de enero de 2011

Lectura de la Santa Biblia RV 2009 SUD Día 54 Deuteronomio 1-2


Deuteronomio..Capítulo 1
Moisés empieza a relatar lo sucedido a Israel durante cuarenta años en el desierto — Se manda a los hijos de Israel entrar y poseer Canaán — Se escogen jueces y jefes para ayudar a Moisés — Los espías de Israel dan un informe negativo — Los adultos de Israel perecerán — Los amorreos derrotan a los ejércitos de Israel.

1Éstas son las palabras que habló Moisés a todo Israel a este lado del Jordán, en el desierto, en el llano delante del Mar Rojo, entre Parán, y Tofel, y Labán, y Hazerot y Dizahab.

2Once días de viaje hay desde Horeb, camino del monte Seir, hasta Cades-barnea.

3Y aconteció que a los cuarenta años, en el mes undécimo, el primer día del mes, Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todas las cosas que Jehová le había mandado acerca de ellos,

4después que hirió a Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón, y a Og, rey de Basán, que habitaba en Astarot, en Edrei.

5De este lado del Jordán, en la tierra de Moab, resolvió Moisés declarar esta ley, diciendo:

6Jehová nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Bastante tiempo habéis estado en este monte.

7Volveos, partid e id al monte del amorreo y a todas sus comarcas, en el llano, en el monte, y en los valles, y al sur y a la costa del mar, a la tierra del cananeo y el Líbano, hasta el gran río, el río Éufrates.

8Mirad, yo he puesto la tierra delante de vosotros; entrad y poseed la tierra que Jehová juró a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, que les daría a ellos y a su descendencia después de ellos.

9Y yo os hablé en ese entonces, diciendo: Yo solo no puedo llevaros.

10Jehová vuestro Dios os ha multiplicado, y he aquí hoy sois vosotros como las estrellas del cielo en multitud.

11¡Jehová, Dios de vuestros padres, os haga mil veces más de lo que sois y os bendiga, como os ha prometido!

12¿Cómo llevaré yo solo vuestros problemas, vuestras cargas y vuestros pleitos?

13Dadme de entre vosotros, de vuestras tribus, hombres sabios, y entendidos y expertos, para que yo los ponga como vuestros jefes.

14Y me respondisteis y dijisteis: Bueno es hacer lo que has dicho.

15Y tomé los principales de vuestras tribus, hombres sabios y expertos, y los puse como jefes sobre vosotros, jefes de millares, y jefes de centenas, y jefes de cincuenta, y jefes de diez y oficiales para vuestras tribus.

16Y entonces mandé a vuestros jueces, diciendo: Oíd la causa entre vuestros hermanos y juzgad justamente entre el hombre y su hermano, y el que es extranjero.

17No hagáis distinción de personas en el juicio; tanto al pequeño como al grande oiréis. No tendréis temor de ninguno, porque el juicio es de Dios; y la causa que os sea muy difícil, la traeréis a mí, y yo la oiré.

18Os mandé, pues, en aquel tiempo todo lo que habíais de hacer.

19Y cuando partimos de Horeb, anduvimos por todo aquel grande y terrible desierto que habéis visto, por el camino del monte del amorreo, como Jehová nuestro Dios nos lo mandó; y llegamos hasta Cades-barnea.

20Entonces os dije: Habéis llegado al monte del amorreo, el cual Jehová nuestro Dios nos da.

21Mira, Jehová tu Dios ha puesto delante de ti la tierra; sube y poséela, como Jehová, el Dios de tus padres, te ha dicho; no temas ni desmayes.

22Y os acercasteis a mí todos vosotros y dijisteis: Enviemos hombres delante de nosotros, que reconozcan la tierra y nos traigan razón del camino por donde hemos de subir y de las ciudades adonde hemos de llegar.

23Y la propuesta me pareció bien, y tomé doce hombres de entre vosotros, un hombre por cada tribu.

24Y se encaminaron, y subieron al monte, y llegaron hasta el valle de Escol y reconocieron la tierra.

25Y tomaron en sus manos del fruto del país y nos lo trajeron, y nos dieron un informe y dijeron: Es buena la tierra que Jehová nuestro Dios nos da.

26Sin embargo, no quisisteis subir, sino que fuisteis rebeldes al mandato de Jehová vuestro Dios;

27y murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo: Porque Jehová nos aborrece, nos ha sacado de la tierra de Egipto, para entregarnos en manos del amorreo para destruirnos.

28¿A dónde subiremos? Nuestros hermanos han hecho desfallecer nuestro corazón, diciendo: Este pueblo es más grande y más alto que nosotros; las ciudades son grandes y están amuralladas hasta el cielo, y también vimos allí a los hijos de Anac.

29Entonces os dije: No temáis ni tengáis miedo de ellos.

30Jehová vuestro Dios, que va delante de vosotros, él peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo por vosotros en Egipto delante de vuestros ojos;

31y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha llevado, como lleva el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta que habéis llegado a este lugar.

32Y aun con esto no creísteis a Jehová vuestro Dios,

33el que iba delante de vosotros por el camino para buscaros el lugar donde habíais de acampar, con fuego de noche para mostraros el camino por donde habíais de andar, y con nube de día.

34Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, y se enojó y juró, diciendo:

35No verá hombre alguno de esta mala generación la buena tierra que juré dar a vuestros padres,

36excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que pisó, y a sus hijos, porque ha seguido fielmente a Jehová.

37Y también contra mí se airó Jehová por causa de vosotros, diciendo: Tampoco tú entrarás allá.

38Josué hijo de Nun, que está delante de ti, él entrará allá; anímale, porque él hará que Israel la herede.

39Y vuestros pequeños, de los cuales dijisteis que servirían de botín, y vuestros hijos que no saben hoy ni lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá, y a ellos la daré, y ellos la heredarán.

40Pero vosotros volveos y partid al desierto camino del Mar Rojo.

41Entonces respondisteis y me dijisteis: Hemos pecado contra Jehová; nosotros subiremos y pelearemos, conforme a todo lo que Jehová nuestro Dios nos ha mandado. Y cada uno de vosotros se armó con sus armas de guerra y os preparasteis para subir al monte.

42Y Jehová me dijo: Diles: No subáis ni peleéis, pues no estoy entre vosotros, para que no seáis derrotados delante de vuestros enemigos.

43Y os hablé, pero no disteis oídos; antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová, y persistiendo con altivez, subisteis al monte.

44Y el amorreo que habitaba en aquel monte salió a vuestro encuentro, y os persiguieron como hacen las avispas y os derrotaron desde Seir hasta Horma.

45Y volvisteis y llorasteis delante de Jehová, pero Jehová no escuchó vuestra voz ni os prestó oídos.

46Y así estuvisteis en Cades por muchos días, los días que habéis estado allí.




Deuteronomio..Capítulo 2
Los hijos de Israel avanzan hacia su tierra prometida — Pasan en paz por las tierras de Esaú y de Amón, pero destruyen a los amorreos.

1 Y volvimos y partimos al desierto, camino del Mar Rojo, como Jehová me había dicho, y rodeamos el monte Seir durante muchos días.

2Y Jehová me habló, diciendo:

3Bastante habéis rodeado este monte; volveos al norte.

4Y manda al pueblo, diciendo: Al pasar vosotros por el territorio de vuestros hermanos, los hijos de Esaú, que habitan en Seir, ellos tendrán miedo de vosotros; mas vosotros guardaos mucho.

5No contendáis con ellos, porque no os daré de su tierra ni aun la huella de la planta de un pie, porque yo he dado como heredad a Esaú el monte Seir.

6Compraréis de ellos con dinero los alimentos, y comeréis; y también compraréis de ellos el agua, y beberéis;

7pues Jehová tu Dios te ha bendecido en toda obra de tus manos; él sabe que andas por este gran desierto. Durante estos cuarenta años Jehová tu Dios ha estado contigo, y nada te ha faltado.

8Y pasamos de largo a nuestros hermanos, los hijos de Esaú, que habitaban en Seir, por el camino de la llanura de Elat y de Ezión-geber. Y volvimos y tomamos el camino del desierto de Moab.

9Y Jehová me dijo: No molestes a Moab ni los provoques a la guerra, pues no te daré posesión de su tierra, porque yo he dado Ar como heredad a los hijos de Lot.

10(Los emitas habitaron en ella antes, pueblo grande, y numeroso y alto como los anaceos.

11Ellos también eran considerados gigantes, como los anaceos; y los moabitas los llaman emitas.

12Y en Seir habitaron antes los horeos, a los cuales echaron los hijos de Esaú; y los destruyeron delante de sí y moraron en lugar de ellos, como hizo Israel en la tierra de su posesión que les dio Jehová.)

13Levantaos ahora y pasad el arroyo de Zered. Y pasamos el arroyo de Zered.

14Y los días que anduvimos desde Cades-barnea hasta que pasamos el arroyo de Zered fueron treinta y ocho años, hasta que se acabó toda la generación de los hombres de guerra de en medio del campamento, como Jehová les había jurado.

15Y también la mano de Jehová estuvo contra ellos para destruirlos de en medio del campamento, hasta acabarlos.

16Y aconteció que cuando finalmente murieron todos los hombres de guerra de entre el pueblo,

17Jehová me habló, diciendo:

18Tú pasarás hoy el territorio de Moab, hacia Ar,

19y cuando te acerques a los hijos de Amón, no los molestes ni contiendas con ellos, pues no te daré posesión de la tierra de los hijos de Amón, porque a los hijos de Lot la he dado como heredad.

20(Como la tierra de los gigantes fue también ella conocida; allí habitaron gigantes en otro tiempo, a los cuales los amonitas llamaban zomzomeos.

21Eran un pueblo grande, y numeroso y alto, como los anaceos, a los cuales Jehová destruyó delante de los amonitas, quienes los desalojaron y habitaron en su lugar,

22como hizo con los hijos de Esaú, que habitaban en Seir, delante de los cuales destruyó a los horeos; y ellos los desalojaron y habitaron en su lugar hasta hoy.

23Y a los aveos que habitaban en aldeas hasta Gaza, los caftoreos que salieron de Caftor los destruyeron y habitaron en su lugar.)

24Levantaos, partid y pasad el arroyo Arnón. He aquí, he entregado en tus manos a Sehón, el amorreo, rey de Hesbón, y su tierra; comienza a tomar posesión de ella y entra con él en guerra.

25Hoy comenzaré a infundir miedo y terror de ti entre los pueblos debajo de todo el cielo, los cuales oirán tu fama, y temblarán y se angustiarán delante de ti.

26Y envié mensajeros desde el desierto de Cademot a Sehón, rey de Hesbón, con palabras de paz, diciendo:

27Pasaré por tu tierra por el camino; por el camino iré, sin apartarme ni a la derecha ni a la izquierda.

28La comida me venderás por dinero, y comeré; el agua también me la darás por dinero, y beberé; solamente pasaré a pie,

29como lo hicieron conmigo los hijos de Esaú que habitaban en Seir y los moabitas que habitaban en Ar, hasta que cruce el Jordán a la tierra que nos da Jehová nuestro Dios.

30Mas Sehón, rey de Hesbón, no quiso que pasáramos por su territorio, porque Jehová tu Dios había endurecido su espíritu y obstinado su corazón para entregarlo en tus manos, como lo vemos hoy.

31Y me dijo Jehová: He aquí yo he comenzado a entregar delante de ti a Sehón y su tierra; comienza a tomar posesión de ella, para que la heredes.

32Y nos salió Sehón al encuentro, él y todo su pueblo, para pelear en Jahaza.

33Mas Jehová nuestro Dios lo entregó delante de nosotros, y lo derrotamos a él, y a sus hijos y a todo su pueblo.

34Y tomamos entonces todas sus ciudades y destruimos por completo todas las ciudades: hombres, y mujeres y niños; no dejamos ninguno.

35Solamente tomamos para nosotros el ganado y los despojos de las ciudades que habíamos tomado.

36Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo Arnón, y la ciudad que está en el valle, hasta Galaad, no hubo ciudad que escapase de nosotros; todas las entregó Jehová nuestro Dios en nuestro poder.

37Solamente no llegaste a la tierra de los hijos de Amón, ni a todo lo que está a la orilla del arroyo Jaboc, ni a las ciudades del monte ni a lugar alguno que Jehová nuestro Dios había prohibido.