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sábado, 14 de julio de 2012

Lectura con Audio de La Santa Biblia Reina Valera 2009 SUD: Día 163: Job 30-31


Job
..Capítulo 30
Los hijos de hombres viles y bajos se burlan de Job — En su aflicción, Job clama a Jehová — Afirma haber llorado por los afligidos.

1

Pero ahora se ríen de mí los más jóvenes que yo,
a cuyos padres yo habría desdeñado poner con los perros de mi rebaño.

2

Porque, ¿para qué habría yo necesitado la fuerza de sus manos,
si sus fuerzas ya se habían agotado?

3

A causa de la pobreza y del hambre andaban solitarios;
huían a la soledad, a lugar tenebroso, desolado y desierto.

4

Recogían malvas entre los arbustos,
y raíces de enebro para calentarse.

5

Eran echados de entre las gentes,
y todos les gritaban como a ladrones.

6

Habitaban en las barrancas de los arroyos,
en las cavernas de la tierra y entre las rocas.

7

Bramaban entre las matas,
y se reunían debajo de los espinos.

8

Hijos de viles y hombres sin nombre
fueron expulsados a latigazos de la tierra.

9

Y ahora yo soy objeto de su burla,
y les sirvo de refrán.

10

Me abominan; se alejan de mí
y no dejan de escupirme en la cara.

11

Porque Dios desató mi cuerda y me afligió,
por eso se desenfrenaron delante de mi rostro.

12

A mano derecha se levanta el populacho,
empujan mis pies
y preparan contra mí sus caminos de perdición.

13

Mi senda desbarataron;
se aprovecharon de mi quebrantamiento;
contra ellos no hubo ayudador.

14

Vinieron como por ancha brecha,
revolviéndose en medio de la calamidad.

15

Terrores se han vuelto contra mí;
persiguen como el viento mi honor,
y mi prosperidad se ha disipado como nube.

16

Y ahora mi alma se derrama en mí;
días de aflicción se apoderan de mí.

17

La noche taladra mis huesos,
y los dolores que me roen no reposan.

18

Con la gran fuerza de mi enfermedad mi vestidura se deforma;
me aprieta como el cuello de mi túnica.

19

Me ha derribado en el lodo,
y soy semejante al polvo y a la ceniza.

20

Clamo a ti, y no me respondes;
me presento, y no me atiendes.

21

Te has vuelto cruel para conmigo;
con el poder de tu mano me persigues.

22

Me levantas y me haces
cabalgar sobre el viento,
y disuelves mi sustancia.

23

Porque yo sé que me
conduces a la muerte,
y a la casa determinada para todo viviente.

24

Mas él, ¿no extenderá la mano contra el sepulcro?
¿No clamarán los sepultados cuando él los quebrante?

25

¿No he llorado yo por el afligido?
Y mi alma, ¿no se entristeció por el menesteroso?

26

Cuando esperaba yo el bien, entonces vino el mal;
y cuando esperaba la luz, vino la oscuridad.

27

Mis entrañas hierven y no reposan;
días de aflicción me han sobrevenido.

28

En duelo ando, y no por el sol;
me he levantado en la congregación y he clamado.

29

He venido a ser hermano de los chacales
y compañero de los avestruces.

30

Mi piel está ennegrecida sobre mí,
y mis huesos arden de calor.

31

Y se ha convertido mi arpa en duelo,
y mi flauta en voz de lamentadores.

Job
..Capítulo 31

Job pide un juicio para que Dios reconozca su integridad — Job dice que, si ha hecho mal, recibirá con agrado los castigos por ello.

1

Hice convenio con mis ojos;
¿cómo, pues, había yo de pensar en una virgen?

2

Porque, ¿qué galardón me daría desde arriba Dios,
y qué heredad el Omnipotente desde las alturas?

3

¿No hay calamidad para el injusto
e infortunio para los obradores de iniquidad?

4

¿No ve él mis caminos
y cuenta todos mis pasos?

5

Si he andado con vanidad,
y si mi pie se ha apresurado al engaño,

6

péseme Dios en balanzas de justicia
y reconocerá mi integridad.

7

Si mis pasos se han apartado del camino,
y si mi corazón se ha ido tras mis ojos,
y si alguna mancha se ha pegado a mis manos,

8

siembre yo, y otro coma,
y sea arrancada mi siembra.

9

Si ha sido seducido mi corazón por alguna mujer,
y si he estado acechando a la puerta de mi prójimo,

10

muela para otro mi esposa,
y sobre ella otros se encorven.

11

Porque eso es maldad e iniquidad
que han de castigar los jueces.

12

Porque es fuego que devoraría hasta el Abadón,
y desarraigaría toda mi hacienda.

13

Si he tenido en poco el derecho de mi siervo y de mi sierva
cuando ellos pleiteaban conmigo,

14

¿qué haré yo cuando Dios se levante?
Y cuando él me pida cuentas, ¿qué le responderé yo?

15

El que en el vientre me hizo a mí, ¿no lo hizo a él?
¿Y no nos formó uno mismo en la matriz?

16

Si he estorbado el deseo de los pobres,
o si he dejado desfallecer los ojos de la viuda,

17

o si he comido mi bocado solo,
y no ha comido de él el huérfano

18

(porque desde mi juventud creció conmigo como con un padre,
y desde el vientre de mi madre fui guía de la viuda),

19

si he visto perecer a alguien sin vestido,
o a algún menesteroso sin abrigo,

20

si no me han bendecido sus lomos,
y si él no se ha calentado con el vellón de mis ovejas,

21

si he alzado contra el huérfano mi mano,
aun cuando vi que me ayudarían en la puerta,

22

que mi brazo se caiga de mi hombro,
y que se quiebre el hueso de mi brazo.

23

Porque el castigo de Dios ha sido terror para mí,
y ante su majestad yo no tendría poder.

24

Si he puesto en el oro mi esperanza
o si he dicho al oro fino: Mi confianza eres tú,

25

si me he alegrado de que mi riqueza se multiplicase
y de que mi mano hallase mucho,

26

si he mirado al sol cuando resplandecía,
o a la luna en su esplendor,

27

y si mi corazón se engañó en secreto,
o si mi boca besó mi mano,

28

esto también sería maldad digna de juicio,
porque habría negado al Dios de lo alto.

29

Si me he alegrado con la ruina del que me aborrecía
y me he regocijado cuando le halló el mal

30

(aun cuando no he entregado al pecado mi boca,
pidiendo maldición para su alma),

31

si los hombres de mi tienda no decían:
¿Quién hallará a alguno que no se haya saciado con su carne?

32

(el extranjero no pasaba fuera la noche,
pues mis puertas abría al caminante);

33

si como Adán he encubierto mis transgresiones,
escondiendo en mi seno mi iniquidad,

34

porque temía a la gran multitud,
y el menosprecio de las familias me aterrorizaba,
y callé y no salí de mi puerta.

35

¡Quién me diera quien me oyese!
He aquí, mi marca. ¡Que el Omnipotente me responda,
y que mi adversario me haga un escrito!

36

Ciertamente yo lo llevaría sobre mi hombro,
y me lo ceñiría como una corona.

37

Yo le contaría el número de mis pasos;
como príncipe me acercaría a él.

38

Si mi tierra clama contra mí,
y lloran todos sus surcos;

39

si he comido su sustancia sin dinero,
o si he hecho expirar el alma de sus dueños,

40

en lugar de trigo broten abrojos,
y espinos en lugar de cebada.



Terminan las palabras de Job.





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